Religión espiritista... por qué atrae a muchos. ¿Le conviene?
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Liberia
LA IMPONENTE catedral se yergue oscura y vacía, pero de una iglesia pequeña en una calle poco transitada salen sonidos de canto, palmoteo rítmico, panderetas y gritos de “¡Alabad al Señor!” que hieren el aire nocturno. Intermitentemente se eleva el tono excitante de predicación frenética por encima del fragor. De repente el líder extático, haciendo gestos exagerados con los brazos, empieza a emitir una profusión de palabras en una lengua desconocida. Al responder alguien, el auditorio percibe que se ha efectuado el contacto con lo sobrenatural, y se mantiene a la expectativa seguro de que habrá actos milagrosos de curar y profetizar.
Con pocas variaciones, esta escena realizada en una iglesia de “curación” en el África es común en muchos países. Algunos consideran esto como un movimiento carismático de gran alcance que manifiesta la acrecentada necesidad espiritual del hombre. Muchísimos han abandonado la religión convencional con su repetición mecánica de palabras y ceremonias a favor de lo sobrenatural y la “realidad espiritual.”
¿Satisfarán su necesidad espiritual estas experiencias vivamente emocionales, o lo expondrán más bien a influencias peligrosas? La angustia de nuestros tiempos impele a muchos a buscar una respuesta positiva de parte de Dios. Algunos después de una búsqueda seleccionan las iglesias de “curación,” pero otros esperan hallar estas respuestas comunicándose con personalidades espíritus por medio de los mediums, como lo hizo el rey Saúl de la antigüedad.—1 Sam. 28:4-8.
Pero la religión espiritista es engañosa y peligrosa, porque no se comunica con el Dios verdadero, sino con malvadas criaturas de espíritu dominadas por aquel “que está extraviando a toda la tierra habitada,” Satanás el Diablo. (Rev. 12:9) Es espiritismo condenado por Dios. (Deu. 18:10-12) ¡Y no olvide que en la antigüedad los paganos no cristianos también recibían el “espíritu” mediante el cual podían sanar, hablar en lenguas desconocidas y “profetizar”! Las iglesias que pretenden o fingen acercarse a Dios por medio de agitar a sus auditorios hasta que se hallan en estado de éxtasis o histeria están imitando a los paganos. Considere cómo lo hacen.
Éxtasis incitado
El uso de drogas es un modo de incitar a los concurrentes a éxtasis, como lo explica Tylor en Religion in Primitive Culture:
“Por medio de fumar tabaco, los hechiceros de las tribus brasileñas se elevaban a un estado de éxtasis en sus orgías convulsivas, y veían espíritus . . . los indios norteamericanos consideraban el embriagarse de tabaco un éxtasis sobrenatural, y que los sueños que los hombres tenían en este estado eran inspirados.”—Tomo 2, pág. 503.
Debido a que el tabaco se usaba en la religión espiritista para acercarse a los demonios, se le llamaba la “yerba santa.” Comparando el éxtasis producido por drogas con el que se realiza en las iglesias, Tylor señala que en las reuniones de “despertamiento religioso” a menudo los predicadores fanáticos producen los “mismísimos accesos de histeria y desmayos a los cuales las tribus salvajes han dado importancia religiosa por incontables edades.”
En los servicios eclesiásticos se puede agitar el frenesí a tal grado que a algunos les sobreviene una condición de histeria en la que vuelven los globos de los ojos hacia arriba y se agarran apretadamente las manos con los dedos pulgares invertidos, tras lo cual vienen espasmos musculares, luchas y el arrojarse de un lugar a otro. ¿Puede decirse que esta condición es paralela al derramamiento pentecostal del espíritu santo que ocurrió en el primer siglo?
¡De ninguna manera! (Hech. 2:1-11) De acuerdo con la Biblia en Gálatas 5:22, 23, la operación del espíritu de Dios no produce histeria no controlada, sino precisamente lo opuesto, los frutos de apacibilidad y el dominio de sí mismo. En un estado de histeria, la persona pierde el dominio de sí misma y se sabe que algunas han sido “obsesionadas por visiones, pues en su imaginación han evocado espíritus cuyos nombres han proferido a gritos.”
Claro está que los sentimientos religiosos frenéticos y extáticos fácilmente pueden propasarse una vez que se dejan a un lado las limitaciones de la carne. Con razón la Encyclopædia of Religion and Ethics de Hastings reconoce la responsabilidad del cristianismo de mantener al “éxtasis en segundo plano por ser un peligro a la mente y a la voluntad.”
Fijaciones u obsesiones
La Biblia aconseja a los cristianos a que “persistan en la oración” y a que mantengan su mente “fija en las cosas de arriba.” (Rom. 12:12; Col. 3:2) Pero esto no quiere decir que uno debe concentrar la mente en una sola idea u objeto por un período extenso con la expectativa de recibir una experiencia emocional. En algunas iglesias los conversos en perspectiva pasan horas arrodillados orando para que les llegue la “religión.” Pero es en esto mismo que hay gran peligro, porque el fijar uno la mente en una sola cosa, mientras se repiten oraciones redundantes, es la mismísima práctica que Jesús condenó. (Mat. 6:7) Puede resultar en un estado de trance o en hipnosis provocada por el individuo. Al estar en dicha condición, el individuo puede recibir sugestiones mentales, o la respuesta emocional puede ser tan vívida que a él le parezca que Dios lo ha tocado. Este modo de acercarse a la divinidad es paralelo a los ejercicios del yoga que exigen concentrarse en una postura y que es una forma de espiritismo que produce impresiones extrasensoriales.
Mientras que la Biblia, en Filipenses 4:6, 7, promete que Dios ‘guardará las facultades mentales’ en respuesta a la oración, los que buscan la “religión” por medio de ayunos y fijaciones descubren que tienen que dejar en blanco su mente y deshacerse de las restricciones que sus facultades mentales de razonar les imponen. “Su mente es demasiado racional. No la consigue sino hasta que se libere y deje pasar el espíritu santo,” confesó Marcus Bach en su libro The Day I Spoke in Tongues... the Inner Ecstasy.
En una ocasión se recomendó el ‘liberarse’ en estas palabras:
“Es preciso que pueda dominar su mente, aquietarla. . . . Deje que su mente vague o simplemente quede en blanco. . . . Se pueden evitar los errores si cada día en la meditación se mantiene cuidadosamente atento a la voz interna . . . y a la ayuda procedente de esferas más altas.”
¿Proviene este consejo de la Biblia? De ninguna manera. Más bien, es lo que le dijo una “voz” demoníaca a una señora que usó una tabla Ouija. Este acontecimiento demuestra que el dejar en blanco la mente por medio de la concentración indebida a fin de oír voces o para conmoverse emocionalmente es invitar a los demonios a que entren precipitadamente. Es de una mente “barrida” como ésta, que no se ha vuelto a llenar de pensamientos espiritualmente sanos, que Jesús dijo que sería ocupada por demonios.—Luc. 11:24-26.
Curación espiritista
Empleando los principios que son comunes a la hechicería, un curandero sicométrico obtiene unos pelos, un pedazo de uña, o hasta un poco de saliva en un pedazo de papel para usarlos como puente de contacto para la diagnosis y la influencia de curación. Prácticas como éstas, así como también las curaciones realizadas por los poderes síquicos del yoga y los movimientos de curación espiritista como el de Harry Edwards en Inglaterra, hicieron que un investigador comentara: “La curación mágica es la forma más común que se encuentra hoy día.”
En África los curanderos mágicos realizan su obra por medio de fetiches y amuletos. En algunas zonas se usan objetos dedicados a Satanás, entre éstos piedras. Ahora bien, si las iglesias “cristianas” adoptan este principio de magia, ¿podemos decir que el poder detrás de la curación ahora proviene de Dios y no de Satanás?
En realidad, hasta hay algunas iglesias de la cristiandad en las que se usan diferentes talismanes en conexión con la curación. La Encyclopædia of Religion and Ethics de Hastings dice: “En el cristianismo occidental el credo de los apóstoles ocupa una posición paralela con el padrenuestro. Se emplea para la curación, especialmente en el exorcismo.” Oraciones, fórmulas religiosas y textos bíblicos han sido convertidos en conjuros mágicos, exactamente como se hace en las religiones paganas. Los sanadores de la Ciencia Cristiana emplean textos bíblicos en conexión con la autosugestión. Muchos todavía supersticiosamente consideran que el persignarse constituye la “defensa más segura contra los demonios, y el remedio para toda enfermedad,” dice el Dr. Kurt Koch en su libro Demonology Past and Present.
Curanderos magnéticos
También hay curanderos magnéticos con poderes fuertes que afirman restaurar la salud simplemente por medio de frotar suavemente con las manos. No obstante, el curandero magnético mismo explica: “Cualquiera que tenga suficientes poderes de curación magnética para tratar a más de dos personas al día tiene conexiones con el otro mundo.” ¿Hemos de suponer, entonces, que aquellos cuyo magnetismo “natural” es débil no están influidos por los demonios? Puede que estos curanderos no se metan directamente en el espiritismo y que trabajen “en el nombre de Jesús.” Sirve para arrojar alguna luz sobre esto el hecho de que el Dr. Koch, durante 30 años de tratar con casos de sujeción oculta, descubrió que siempre que se encontraba con una persona que poseía un “don” magnético, ¡los padres, abuelos, o bisabuelos de esta persona habían estado metidos en la magia o espiritismo!
En Alemania un miembro de una iglesia descubrió que podía “sanar” por medio de su “mano caliente.” El ministro de la iglesia alabó esta habilidad como “don de Dios.” Pero, ¿qué se puede decir acerca de cierto mago en las Filipinas que, mediante poder oculto, hace “caliente” su mano en cualquier momento que desee? Y también hay un experto del yoga que por medio de la autosugestión hace aumentar tanto la circulación en su mano que la sangre le sale de los poros, una hazaña de concentración mental que efectúa un cambio en su cuerpo físico. ¿Alabaría el ministro también estos fenómenos espiritistas como ‘dones de Dios’? Tal líder religioso ofrece poca protección contra la peligrosa religión espiritista.
Curación por sugestión
Muchos que dicen curar por fe emplean el principio de la sugestión. Esta realmente no es curación divina de manera alguna, sino que depende del grado al que el estado emocional de la persona puede cambiar su estado físico. Estas “curaciones” generalmente no son permanentes. En una reunión de “despertamiento religioso” el sanador convence a un artrítico en una silla de ruedas de que se le ha sanado. Basado en el poder de esa fuerte sugestión el inválido se levanta temblando, se yergue y anda, pero recae después en peor estado físico.
Aun cuando el sanador en casos como éste no esté bajo sujeción demoníaca, recurre al engaño, puesto que fraudulentamente representa la sugestión religiosa como curación divina lograda por el poder del espíritu santo. En cuanto a la persona a quien le concierne el asunto o que tiene parte en él, le toca someter a prueba las declaraciones del sanador para saber si realmente se originan con Dios. (Compare con 1 Juan 4:1.) La adoración verdadera no se basa en una mentira, sino que “los verdaderos adoradores adorarán al Padre con espíritu y con verdad.”—Juan 4:23.
Satisfaga su necesidad espiritual
Si usted ha estado buscando a Dios a tientas, ¿qué más pudiera pedir que el hallar la fuente donde ‘pueda llenarse del conocimiento exacto de la voluntad de Dios en toda sabiduría y comprensión espiritual’? Entonces su necesidad espiritual estará completamente satisfecha. Esto exige que la persona consciente de su necesidad espiritual se esfuerce y haga una investigación sincera, imparcial y razonable de la Biblia misma. Si usted lo hace, llegará a conocer la verdad, la cual Jesús dijo ‘lo libertará.’—Col. 1:9; Juan 8:32; Mat. 5:3.