Puerta angosta a la vida
¿Por qué dijo el Hijo de Dios: “Pocos son los que la hallan”? ¿Cómo puede usted hallarla?
JESUCRISTO señaló el camino a la vida eterna. Declaró el Hijo de Dios: “Entren por la puerta angosta; porque ancha y espaciosa es la vía que conduce a la destrucción, y muchos son los que entran por ella; mientras que angosta es la puerta y estrecha la vía que conduce a la vida, y pocos son los que la hallan.”—Mat. 7:13, 14.
Es sorprendente cuán a menudo personas que afirman ser cristianas pasan por alto esta declaración del Hijo de Dios y cuánto se han afanado por robarle su significado mediante explicaciones. Pero su significado permanece como advertencia hoy en día a todos los que quieran conseguir la vida eterna en el nuevo mundo de Dios, puesto que El que lo dijo pudo decir: “Yo soy el camino y la verdad y la vida.”—Juan 14:6.
¿Por qué será, respecto a la puerta angosta a la vida, que “pocos son los que la hallan”? Tres razones lo explican: (1) Se requiere esfuerzo diligente para hallarla; (2) la cristiandad, a pesar de sus muchas religiones, no ha entrado por la puerta angosta, y (3) la puerta angosta conduce al Camino de Santidad.
ESFUERZO Y MEDITACIÓN SON VITALES
Pero, ¿por qué debe requerir esfuerzo diligente el entrar por la puerta angosta? Porque todos nacemos en la espaciosa “vía que conduce a la destrucción.” Somos por naturaleza viajeros en la vía ancha que conduce a la destrucción, como explicó Pablo el apóstol de Jesucristo al escribir a los cristianos efesios: “Estaban muertos en sus transgresiones y pecados, en los cuales en un tiempo anduvieron conforme al sistema de cosas de este mundo ... Sí, entre ellos todos en un tiempo nos comportamos en armonía con los deseos de nuestra carne, haciendo las cosas que la carne y los pensamientos querían, y éramos naturalmente hijos de la ira así como los demás.”—Efe. 2:1-3.
Note que el apóstol dice que “todos,” antes de entrar por la puerta angosta, viajábamos naturalmente por el camino que está fuera de armonía con la voluntad de Dios. Tropeles de gente progresan con poco esfuerzo en la vía ancha y espaciosa, aun mientras pasan su tiempo en la búsqueda de placeres o en dormir. De modo que tenemos que hacer algo para salir del camino espacioso que conduce a la destrucción. Si queremos salir del camino en el cual ya estamos, ciertamente se requerirá meditación y esfuerzo.
La mayoría de las personas que viajan por la vía ancha piensa muy poco respecto a cuál será el camino en que anda, pero solo hay dos caminos: Uno a la vida y el otro a la destrucción. Puesto que el camino ancho está en boga, estando apiñado de los nobles, de los ricos, de los hombres sabios en cuanto a la sabiduría de este mundo, los que viajan por dicho camino espacioso poco o nada sospechan en cuanto a su destino; y a menudo se irritan en sumo grado contra los que les advierten de su destino.
Se necesita esfuerzo si uno ha de salir de la ‘vía ancha,’ porque hay que buscar para hallar la angosta puerta a la vida. La puerta angosta no se destaca claramente a la vista. ¿Dar publicidad a la puerta angosta? ¡No este mundo! Sus revistas y periódicos acentúan el camino de la autocomplacencia, de la búsqueda de placeres, haciendo propaganda a los gozos y a la popularidad del camino espacioso. La puerta angosta, entonces, no es una puerta iluminada, alumbrada brillantemente con letreros multicolores neones como los que se hallan en los lugares de recreo y centros de entretenimiento de este mundo. El buscar requiere esfuerzo, esfuerzo verdadero. El Hijo de Dios declaró: “Esfuércense vigorosamente por entrar por la puerta angosta, porque muchos, les digo, tratarán de entrar pero no serán suficientemente fuertes.”—Luc. 13:24.
LA CRISTIANDAD TOMA LA VÍA ANCHA
Al hacerse miembro de una de las religiones populares de la cristiandad una persona fácilmente podría creer que ha entrado por la puerta angosta y que está en el camino a la vida. Pero, ¿ha entrado la cristiandad por la puerta angosta? ¿Han seguido cuidadosamente el camino señalado por Jesucristo sus religiones populares? ¿Realmente han amonestado a los hombres acerca del camino ancho y los han guiado a la puerta angosta sus religiones mundanas? ¿O se han hecho las iglesias mismas parte de este mundo, a pesar de la declaración de Jesús, en Juan 15:19, a sus seguidores verdaderos: “Ustedes no son parte del mundo”?
En el libro The New Shape of American Religion, Martín E. Marty señala el camino fácil que las iglesias han tomado: “Con la erosión de la particularidad y la confusión de la demarcación entre la iglesia y el mundo, el ‘Pueblo de Dios’ ha llegado a ser un concepto relativamente sin significado. Todo el mundo ‘pertenece’ con un mínimo de compromiso a un costo mínimo. Congregaciones con la mente fija en el logro lo hacen sumamente claro en su solicitación que la admisión a la iglesia es por medio de estrechar la mano del pastor sonriente.... A pocos se les pide que tomen la forma de un siervo, pero a todos se les pide frecuentemente que tomen un paquete de sobres para contribuciones monetarias. Nadie es religioso porque todo el mundo es ‘religioso.’”
Poco extraña el que el clérigo Juan O. Mellon, ministro de la Primera Iglesia Presbiteriana de la ciudad de Nueva York, declarara recientemente: “Alguien ha dicho que la iglesia es la única organización en el mundo cuyos requisitos de entrada exigen menos que lo que se exige para subir a un autobús.”—Evening Gazette de Worcester (Massachusetts) del 9 de enero de 1959.
Al tener requisitos de entrada, semejantes a los de autobús las religiones populares de este mundo recalcan el hecho de que Jesús no se refirió a los que entran en esa vía cuando dijo: “Pocos son los que la hallan.” Muchos de entre las masas que están en el camino ancho “que conduce a la destrucción” afirman estar en la “vía que conduce a la vida,” empero no hacen la voluntad del Padre en el cielo. (Mat. 7:21-23) La cristiandad, en vez de ser una ayuda para hallar la puerta angosta, ha hecho más difícil la tarea de hallarla.
CAMINO DE SANTIDAD
La puerta a la vida es angosta y pocos son los que la hallan, porque todo el que entre por esa puerta tiene que transitar en el camino de la santidad. Nadie puede entrar por la puerta angosta y permanecer en el camino estrecho a la vida si no se conforma a la norma de santidad fijada por Dios. Relatando acerca del “Camino de Santidad,” el profeta Isaías escribió: “Ciertamente habrá una calzada allí, hasta un camino; y será llamado el Camino de Santidad. El inmundo no lo transitará. Y será para el que anda en el camino, y los insensatos mismos no vagarán por él. Ningún león resultará estar allí, y las fieras de la clase rapaz no subirán a él. Ninguno se hallará allí.”—Isa. 35:8, 9.
¡Con razón es una puerta angosta! Las prácticas profanas que pertenecen a este mundo no se permiten en el camino no a la vida, prácticas tales como “fornicación, impureza, conducta relajada, idolatría, práctica de espiritismo, odios, contiendas, celos, arrebatos de ira, contenciones, divisiones, sectas, envidias, borracheras, orgías.” (Gál. 5:19-21) Cuantos entran por la puerta angosta tienen que obedecer el mandamiento apostólico: “Como hijos obedientes, dejen de amoldarse de acuerdo con los deseos que antes tenían en su ignorancia; más bien, de acuerdo con el santo que los llamó, háganse también santos en todo su comportamiento, porque está escrito: ‘Tienen que ser santos, porque yo soy santo.’”—1 Ped. 1:14-16.
Se requiere conducta santa en el camino a la vida porque Jehová Dios es santo y él requiere que los buscadores de vida lo imiten en santidad. Siendo el Originador del “Camino de Santidad,” él no permite que inmundos transiten por este camino bendito. Personas de disposición maligna, de rasgos animalizados y bestiales ‘no lo transitarán.’ Tienen que limpiarse antes que puedan transitarlo. No pueden llevar a cabo las prácticas inmorales de este mundo los que transitan por el camino santo a la vida.
El santo Dios Jehová y su santa voluntad tienen que ocupar el lugar de primera importancia en la vida de los que entran por la puerta angosta. Sí, la santa voluntad de Dios tiene que guiar a todos los que transitan por la calzada que se llama el “Camino de Santidad,” camino que conduce a la vida eterna. ¡Qué claro está el que este mundo no anda en este camino santo! ¡La cristiandad misma ha sido responsable de las dos guerras más sangrientas de toda la historia! Explicando cómo las religiones de la cristiandad no han seguido tras el “Camino de Santidad,” Stanley J. Rowland escribe en su libro Land in Search of God:
“Quizás todavía se adore a Dios, pero ya no es el Dios de Moisés y de Jeremías y de Cristo. Se le vuelve sutilmente el dios que está siempre ‘de nuestra parte,’ un justificador de la nación y de ‘nuestro modo de vivir’ en vez de su Juez. Los seguidores de dios el justificador creen que su nación siempre tiene la razón o bien creen en ‘mi patria, tenga razón o no.’
“Una vez que un pueblo cree esto, entonces cualquier cosa se justifica en el nombre de la nación. El resultado lógico es la Alemania nazi, Buchenwald, la matanza de cualquiera que debilite la nación por no ser del grupo correcto o no pensar los pensamientos apropiados. La asfixia con gas a los judíos se justificó en el nombre de la seguridad nacional y de normas. No hubo ningún Dios juzgador, ninguna norma externa de moralidad que obligara a lealtad mayor que la lealtad a la nación....
“Cuando la religión se reduce a un apoyo para el sistema o nación puede llegar a ser exactamente lo que el comunismo la llama—el ‘opio de los pueblos,’ consolándolos pero no desafiando nada. El terrorismo eficiente de Stalin fue prefigurado por la tiranía inestable de los zares. No se invocó ningún juicio profético, no estimularon las iglesias ningún despertamiento social durante siglos de ilustración occidental.... El surgimiento del nazismo y del comunismo totalitario descubrió las verdaderas lealtades de la gente.... Hubo protestas ... pero de todos modos la gente marchaba de acuerdo, aunque para ella significaba supeditación. Pero no tenía otro Dios, no poseía ninguna moralidad más alta que exigiera su lealtad hasta la muerte. No tenía escapatoria. El que acaso la tengamos nosotros es una incógnita en América hoy en día.”
Este mundo no está en el “Camino de Santidad,” y nadie puede transitar el camino a la vida a menos que ‘se haga santo en todo su comportamiento.’ Para hacer eso tienen que dedicar su vida al santo Dios Jehová, poniendo la voluntad de él por encima de la suya propia y por encima de la voluntad de otros hombres, cuando tal voluntad pugna con la voluntad de Dios. Dijeron Pedro y los otros apóstoles: “Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres.” Dijo Jesús: “Si alguien quiere venir en pos de mí, que se niegue y levante su madero de tormento y me siga continuamente.”—Hech. 5:29; Mar. 8:34.
La puerta angosta que conduce al “Camino de Santidad,” por lo tanto, no les parece camino atractivo a personas de mente independiente, los que quieren hacer su propia voluntad. Siendo gobernadas por sabiduría humana más bien que por sabiduría divina, tales personas son insensatas a los ojos de Dios, y “los insensatos mismos no vagarán” en este “Camino de Santidad.” No se les hace atractivo a los que quieren practicar los deseos de la carne. Pero algunos hombres quizás traten de vagar por el “Camino de Santidad” con el mismísimo propósito de conducta profana, como la Biblia predijo: “Ciertos hombres se han introducido disimuladamente que hace mucho fueron designados por las Escrituras al juicio . . . , hombres impíos, que convierten la bondad inmerecida de nuestro Dios en una excusa para la conducta relajada.” (Jud. 4) Los hombres que asumen una apariencia de santidad por motivos ulteriores no engañan a los guardianes del “Camino de Santidad,” porque ellos son ángeles; y como Jesús dijo: “El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y ellos recogerán de su reino todas las cosas que causan tropiezo y a las personas que están haciendo lo que es contrario a ley, y las echarán al horno ardiente.”—Mat. 13:41, 42.
AYUDANDO A OTROS A HALLAR LA PUERTA ANGOSTA
Aunque el mundo no alumbra la puerta angosta, se está dando publicidad a esta puerta para que los buscadores de vida puedan hallar la “vía que conduce a la vida.” Esta revista, que se distribuye ampliamente a través del mundo por la sociedad del nuevo mundo de testigos de Jehová, es una ayuda para hallar la puerta angosta. Publicaciones útiles para el estudio de la Biblia tales como la revista La Atalaya y el libro De paraíso perdido a paraíso recobrado están ayudando a miles de personas a hallar la puerta angosta. Para proporcionarles más ayuda a los que buscan la vida, los testigos de Jehová dedican millones de horas cada año a dar instrucción bíblica gratuita en los hogares.
De modo que hay una organización de gente hoy que da publicidad a la puerta angosta, ayudando a personas de toda raza, nacionalidad y creencia religiosa a hallar la puerta angosta a la vida. La organización transita por el “Camino de Santidad” y ayuda a todos los que entran por la puerta angosta a permanecer en él. La sociedad del nuevo mundo de testigos de Jehová requiere que todo el que se asocie con esta organización de testigos cristianos se conforme a la norma de santidad fijada por Dios. Todos los que finalmente conseguirán vida eterna en la Tierra bajo el reino de Dios tienen que pasar por el camino de santidad. Puesto que “el inmundo no lo transitará,” a los que acostumbran practicar el pecado se les expulsa. Sin embargo a todos los que sinceramente desean servir a Dios se les da toda clase de ayuda, para que puedan conformarse a la conducta santa que Dios requiere y para que puedan permanecer en la “vía que conduce a la vida.”
Aprovéchese de las ayudas para descubrir la ubicación de la puerta angosta a la vida y continuar en el camino que comparativamente pocos de los miles de millones de habitantes de la Tierra hallan. Requerirá tiempo y esfuerzo, pero la bienaventuranza de transitar el “Camino de Santidad” y de llegar a su destino hace que valga la pena, sí, vale hacer los esfuerzos más estrenuos. “Esfuércense vigorosamente,” dijo Jesús, “por entrar por la puerta angosta.”