La adoración verdadera requiere decisiones firmes
CUANDO Jesucristo estuvo aquí en la Tierra aclaró que el ser discípulo de él requería decisiones firmes que significarían verdaderos cambios en la vida de uno. Dijo: “Puedes estar seguro, ninguno de ustedes que no le diga adiós a todo lo suyo puede ser mi discípulo.” (Luc. 14:33) Esto no quiere decir que toda persona que se esfuerza por llegar a ser discípulo de Jesús debe librarse de sus posesiones, sino que cada uno tiene que considerar todas sus cosas materiales como secundarias, no permitiendo que nada se interponga en su servicio a Dios como discípulo fiel de su Hijo.—Compare con 1 Timoteo 6:17-19; Hebreos 13:5.
Cada año millares y millares de personas demuestran que esto es cierto en su caso. Están dispuestas a efectuar tremendos cambios en su modo de vivir, cambios que otros consideran desventajosos, insensatos.
Una joven del Brasil habla de los cambios que estuvo dispuesta a efectuar a fin de vivir en armonía con las pautas de la Biblia:
“Siempre había pensado en la Biblia como un enigma... un misterio. Sin embargo, en ese tiempo estaba muy ocupada trabajando por una carrera teatral en la universidad. A medida que progresaba en mi estudio de la Biblia, las puertas del teatro también se abrían cada vez más. En el VII Festival Nacional de Teatro de Aficionados recibí el premio por ser la mejor actriz después de la primera.
“Debido a mi horario ocupado dejé de estudiar la Biblia por un tiempo. Pero la Testigo que había estudiado conmigo siguió visitándome. Me animaba a continuar el estudio de la Biblia, asistir a las reuniones y leer la Biblia y las ayudas para el estudio de la Biblia.
“Poco a poco, empezó a remorderme la conciencia. Empecé a preguntarme: ‘¿Podría pedir la bendición de Dios al salir al escenario para desempeñar un papel que era contrario a los principios bíblicos?’
“Tuve una verdadera batalla mental, porque realmente amaba el teatro. Recibía muchas ofertas para trabajar tanto dentro como fuera de la universidad. Aunque no fue una decisión fácil, finalmente decidí dejar el teatro por el servicio de Jehová.
“Ahora estoy muy feliz; mi conciencia está tranquila. Me siento segura entre mis hermanos y hermanas espirituales, todos los cuales están usando sus talentos para adelantar los intereses del reino de Dios.”
En el caso de esta joven la adoración verdadera envolvió el decir adiós a una carrera en el teatro, pero está mucho más feliz al ser discípula leal de Jesucristo.
Otra joven del Brasil encontró que para llegar a ser discípula del Hijo de Dios tuvo que cambiar su conducta y escoger entre beneficios financieros y obediencia a Dios.
Durante el curso de su estudio bíblico con una testigo de Jehová, vino a considerarse lo incorrecto que es el coito sexual entre personas no casadas. Ella decía que sencillamente no podía ver nada malo en eso. Aunque se le mostraron textos adicionales, no aceptó la enseñanza de la Biblia.
La Testigo que estudiaba con ella se dio cuenta de que sería inútil persistir en el asunto. De modo que sencillamente comentó que, con el tiempo, sin duda llegaría apreciar el punto de vista bíblico y la animó a leer otros textos bíblicos sobre el tema.
La joven sí leyó los textos y, a la siguiente semana, ella misma dijo que Dios no aprueba la fornicación o el adulterio. Luego confesó que vivía con un hombre casado y estaba encinta por él. Este hombre estaba atendiendo a todas sus necesidades financieras, hasta suministrándole un apartamento bonito junto al mar. Ella quería saber qué debería hacer en este caso.
El consejo de la Biblia llegó al corazón de la mujer. Esa misma semana descontinuó su relación con el hombre. Pronto sus amigas empezaron a criticarla, diciendo que estaba loca por dejar al hombre que materialmente había provisto bien para ella. Sus parientes también la animaron a que continuara su asociación con él, pues también a ellos los había ayudado financieramente.
Pero ella se mantuvo firme en su decisión. Meses después dio a luz un bebé y después de eso se bautizó, determinada a servir a Dios como discípula de su Hijo. Aunque ahora tiene que sostenerse ella misma y al niño, se regocija al tener una conciencia limpia.
Verdaderamente, aunque uno tenga que hacer cambios drásticos y a los ojos del mundo parezca ser perdedor, el que toma su decisión de ser discípulo fiel de Jesucristo gana lo que es mucho más valioso. Gana una conciencia limpia delante de Dios y los hombres y encuentra verdadero contentamiento y satisfacción en hacer la voluntad de Dios.