Cómo se efectúa “la restauración de todas las cosas”
1. Debido a la situación política de los judíos en los días de Jesús, ¿qué pregunta fue apropiado que le hicieran sus apóstoles, y qué muestra la posición de Israel hoy día en cuanto a la acción de él?
TODA persona que está familiarizada con la historia sabe que al tiempo de la ascención de Jesús la nación de Israel no tenía un reino. Por algunos años habían tenido un reino de los Macabeos, pero ése había sido un reino de sacerdotes judíos de la tribu de Leví y había sido derribado por el Imperio Romano en el año 63 antes de nuestra era común. Además, el reino posterior de Herodes el Grande no había sido un reino judío, sino un reino edomita y había sido impuesto a los judíos por el senado romano. Pero cuando Jesús ascendió al cielo, Jerusalén estaba bajo el gobernador romano Poncio Pilato, que había entregado a Jesús para que le dieran muerte; y en cuanto a la provincia de Galilea, la regía Herodes Antipas, hijo de Herodes el Grande. (Luc. 3:1, 2; 23:6-15) Por eso apropiadamente podían preguntar los discípulos a Jesucristo antes de que ascendiera: “Señor, ¿estás restaurando el reino a Israel en este tiempo?” (Hech. 1:6) Él no lo hizo en aquel entonces, y hasta el día de hoy Israel no tiene reino. El gobierno de Israel en el Oriente Medio es una República y es miembro de la organización para la paz y seguridad mundiales, las Naciones Unidas.
2. ¿Cuál es la actitud de las N.U. para con el reino mesiánico de Jehová, pero quiénes quieren que sea restaurado?
2 La organización de las Naciones Unidas no quiere que venga el reino mesiánico por medio de la República de Israel. De hecho, la organización de las Naciones Unidas de ninguna manera desea ni pide en oración el reino mesiánico de Jehová. No es la cristiandad, sino los testigos cristianos de Jehová, quienes de veras desean ese reino mesiánico y le han prometido su lealtad.
3. ¿Cómo mostraron los apóstoles por su pregunta que el establecimiento del reino mesiánico en aquel entonces sería una restauración, y cómo esperaban ellos que él la efectuara?
3 El establecimiento de ese reino mesiánico, no en la Tierra, sino en el cielo, significa una “restauración,” según las Santas Escrituras. ¿Por qué? Recordemos que los apóstoles de Jesucristo sabían y reconocían que él era el Mesías o el Cristo nombrado por Jehová para Su pueblo. En una ocasión el apóstol Natanael le dijo a Jesús: “Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.” Y en una ocasión posterior el apóstol Pedro le dijo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo.” (Juan 1:49; Mat. 16:16) El título Cristo es la palabra griega para la palabra hebrea Mesías. Por consiguiente, cuando los apóstoles le preguntaron al resucitado Jesús: “Señor, ¿estás restaurando el reino a Israel en este tiempo?” preguntaban si el Mesías verdadero restauraría el reino. Puesto que él realmente era el Mesías o Cristo, esperaban que él “restaurara” el reino. ¿Cómo? Llegando a ser Rey él mismo sobre Israel en aquel tiempo.
4. Por eso, ¿qué clase de reino debe haber sido el reino judío hasta el año 607 a. de la E.C., y por qué nació en la línea de David el Hijo de Dios procedente del cielo?
4 Ah, ¿caemos en la cuenta ahora? El antiguo reino de Israel hasta que lo derribó el Imperio Babilónico en el año 607 a. de la E.C. fue un reino mesiánico. Aquel reino era el gobierno de la familia real de David de Belén. Cuando Dios envío a su Hijo unigénito desde el cielo, éste nació en la familia del rey David y se le puso el nombre de Jesús, nombre que significa “Jehová Es Salvación.” Por eso Jesús era heredero del trono del rey David. (Mateo 1:1 a 2:6; Luc. 3:23-31) Hasta un ángel del cielo declaró que Jesús era el Cristo o Mesías. La noche que Jesús nació en Belén, este ángel enviado por Jehová dijo lo siguiente a unos pastores temerosos de Dios: “No teman, porque, ¡miren! les declaro buenas nuevas de un gran gozo que todo el pueblo tendrá, porque les nació hoy un Salvador, que es Cristo el Señor, en la ciudad de David.”—Luc. 2:8-11.
5. ¿En qué clase de línea, entonces, nació Jesús, y qué hay que pruebe que se hacía referencia a los reyes de Israel como Mesías?
5 Este Jesús, que habría de ser el “Señor” del rey David, nació en una línea mesiánica. ¿Por qué se dice eso? Porque el adjetivo mesiánico significa “teniendo que ver con el Mesías.” Bueno, pues, ¿se les llamaba “Mesías” a los reyes de la línea de David en el Israel antiguo? O, ¿los llamarían “Cristos” los judíos de habla griega? Sí, porque el título Mesías significa El Ungido, y Cristo significa El Ungido. Este título les aplicaba a estos reyes de la línea real de David porque habían sido ungidos por el sumo sacerdote de Jehová en Israel con el aceite de unción santa para el puesto de rey sobre el pueblo escogido de Jehová. (1 Rey. 1:34-39) Repetidas veces David llamó al rey Saúl, el primer rey de las doce tribus de Israel, el “ungido [o, Mesías] de Jehová.” Así también, a David mismo cuando fue rey constantemente se le llamó el ungido o Mesías de Jehová. (1 Sam. 24:6, 10; 26:9-23; 2 Sam. 1:14-16; 19:21; 22:51; 23:1) Aun a Sedequías, el último rey de la línea de David en el trono de Jerusalén, se le llama “el ungido [o, Mesías] de Jehová.”—Lam. 4:20, nota en la edición en inglés de 1958.
6. ¿Por qué exigiría la promesa que Dios le hizo al rey David que el reino mesiánico fuera restaurado, y esto en vista de qué suceso de 607 a. de la E.C.?
6 Después que fue derribado el rey Sedequías en la destrucción de Jerusalén en 607 a. de la E.C., no hubo rey mesiánico en el trono de Israel. Pero 463 años antes de esto, Jehová, en un pacto solemne que hizo con el rey David, le hizo la siguiente promesa: “Tu casa y tu reino ciertamente serán estables hasta tiempo indefinido delante de ti; tu mismísimo trono llegará a ser un trono firmemente establecido hasta tiempo indefinido.” (2 Sam. 7:16) Esto quería decir, por lo tanto, que el reino mesiánico en la línea real de David tenía que ser restaurado.
7. ¿Por qué era Jesucristo aquel en quien hacer la restauración del reino mesiánico?
7 Jesucristo era aquel por medio de quien hacer esta restauración del reino mesiánico, porque Jesús nació en la línea del rey David. Antes de su nacimiento humano un ángel dijo esto acerca de Jesús: “Jehová Dios le dará el trono de David su padre, y gobernará como rey sobre la casa de Jacob para siempre, y de su reino no habrá fin.” Y al tiempo que Jesús nació en Belén un ángel anunció que él habría de ser “Cristo [o, Mesías] el Señor.” (Luc. 1:32, 33; 2:11) Eso concretó los asuntos; la restauración del reino mesiánico habría de ser con Jesús.
8. Aunque no fue ungido por el sumo sacerdote en Jerusalén, ¿por qué fue Jesús el Mesías de todos modos, y por qué puede él reinar ahora para siempre?
8 Es cierto que Jesús no fue ungido para ser rey sobre Jacob o Israel por haberle derramado el aceite de unción santa sobre la cabeza el sumo sacerdote en Jerusalén. Al contrario, en el año 33 E.C. el sumo sacerdote de Jerusalén pidió que le dieran muerte a Jesús por ejecución a manos de los romanos. Pero esto no probó que Jesús no fuera El Ungido o Mesías. (Luc. 24:20; Juan 19:6, 15, 21) Jesús fue ungido por alguien más alto que el sumo sacerdote de Israel. Él fue “El Ungido de Jehová” en un sentido muy especial, porque fue ungido por Jehová mismo, y no con el aceite de unción santa, sino con el espíritu de Jehová. Esto aconteció después que Jesús fue bautizado en agua por Juan el Bautista. (Mat. 3:13-17; Hech. 10:38) Su muerte en un madero de ejecución fuera de Jerusalén no impidió que él llegara a ser el Heredero Mesiánico del rey David para siempre, porque, al tercer día de su muerte, el Dios Todopoderoso lo resucitó y lo recompensó con la inmortalidad, con vida incorruptible en el espíritu. (Rom. 1:3, 4; 1 Cor. 15:3-8; 1 Ped. 3:18-22) Por eso, a causa de su vida sin fin en el cielo puede reinar como Rey Mesiánico para siempre.
PREDICHO POR MOISÉS Y PROFETAS POSTERIORES
9, 10. (a) ¿Cómo indicó Pedro quién habría de ser el Profeta semejante a Moisés, pero mayor? (b) ¿Cómo es mayor que Moisés aquél, y por qué, pues, no queremos resistirlo?
9 A fin de mostrar lo grande que es este Jesús, el apóstol Pedro pasó a decirle esto a la muchedumbre de judíos que lo rodeaba en el templo: “De hecho, Moisés dijo: ‘Jehová Dios les levantará a ustedes de entre sus hermanos un profeta semejante a mí. Tienen que escucharle conforme a todas las cosas que les hable. En verdad, cualquier alma que no escuche a ese Profeta será completamente destruida de entre el pueblo.’” (Hech. 3:22, 23) Pedro citaba allí las palabras del profeta Moisés que se hallan en Deuteronomio 18:15-19.
10 Jesucristo es ese Profeta prometido, que habría de ser semejante a Moisés pero mayor que Moisés. Hizo más y mayores milagros que Moisés, y media en el Nuevo Pacto entre Jehová y la congregación cristiana, un pacto que es mucho mejor que el Pacto de la Ley en que medió Moisés en el monte Sinaí de Arabia. (Hech. 2:22; Jer. 31:31-34; Heb. 8:6; 9:15; 12:24; 13:20) Ciertamente, pues, no deseamos que se nos halle entre los que se oponen a la restauración del reino mesiánico en la persona de Jesucristo, el Rey Profeta que es mayor que Moisés. El que se nos halle entre ellos significaría nuestra destrucción completa.
11. Según las palabras de Pedro, ¿quiénes aparte de Moisés habían declarado aquellos días y la bendición que tenían en perspectiva los israelitas?
11 Sin embargo, Moisés no fue el único que profetizó bajo inspiración divina acerca de este Jesús el Mesías. Hubo muchos otros, y por eso el apóstol Pedro pasó a decir lo siguiente a los judíos amontonados alrededor de él en el templo: “Y todos los profetas, de hecho, desde Samuel en adelante y los que siguieron en sucesión, cuantos han hablado, también han declarado estos días patentemente. Ustedes son los hijos de los profetas y del pacto que Dios pactó con sus antepasados, diciendo a Abrahán: ‘Y en tu descendencia serán bendecidas todas las familias de la tierra.’ A ustedes primero Dios, habiendo levantado a su Siervo, lo envió para bendecirlos, apartando a cada uno de sus hechos inicuos.”—Hech. 3:24-26.
12. (a) ¿Cómo fueron ciertas aquellas palabras en cuanto a los profetas? (b) ¿Cómo arregló las cosas Jehová para que Mesías bendijera primero a Israel?
12 El profeta Moisés fue quien registró el pacto que Jehová hizo con el patriarca Abrahán para que todas las familias y naciones de la Tierra fueran bendecidas por medio de su Descendencia. (Gén. 12:3; 22:18) El profeta Samuel fue el primero que ungió a David de Belén para que llegara a ser rey de todo Israel; y esto en sí mismo fue un acto profético que señalaba adelante a Jesucristo. (1 Sam. 16:11-13) Toda la sucesión de profetas hebreos después de Samuel dijeron algo acerca del reino mesiánico de Jehová. Estas profecías nos ayudan a comprender con aprecio cuánto significará para toda la humanidad el reino mesiánico del Hijo de Dios. Jesucristo fue principalmente aquella Descendencia prometida de Abrahán que habría de bendecir a todas las familias y naciones. (Gál. 3:3-16) Dios lo levantó y lo comisionó como “su Siervo” para que la gente recibiera bendiciones por medio de él. Dios envió a este Siervo ungido para bendecir primero a los judíos naturales, circuncisos, haciendo que su Hijo Jesús naciera como judío en la línea de la familia del rey David. Para conseguir la bendición aquellos judíos tenían que volverse de sus obras inicuas.
13. Cuando Pedro pidió que se arrepintieran aquellos judíos, ¿estaba poniendo ante ellos una esperanza terrestre o una celestial, y por qué?
13 Por eso, al pedir que aquellos judíos ‘se arrepintieran y se volvieran’ o convirtieran, el apóstol Pedro no estaba poniendo ante aquellos judíos una esperanza terrestre, una esperanza de heredar un Paraíso terrestre bajo el reino mesiánico de los cielos. No estaba señalándoles adelante al futuro muy lejano con la perspectiva de ser restaurados a la vida humana perfecta y a salud en un Jardín de Edén restaurado a la Tierra. Más bien, Pedro estaba señalándoles la oportunidad de llegar a estar asociados con aquel Jesucristo que era la principal Descendencia de Abrahán y así participar con Jesucristo en bendecir a todas las familias y naciones de la Tierra. Esto significaría que ellos también estarían asociados con él en su reinado mesiánico, reinando con él en los cielos para la bendición de toda la humanidad. De modo que ellos, también, recibirían la unción con el espíritu de Jehová y llegarían a ser hijos espirituales de él. El que fueran israelitas naturales circuncisos ya no valía con Dios. Era preciso que llegaran a ser israelitas espirituales, circuncisos de corazón, y formando el ‘Israel espiritual de Dios.’—Gál. 6:15, 16.
14. (a) Cuando la gran mayoría de los judíos rechazaron la oportunidad del Reino, ¿a quiénes se les permitió valerse de ella? (b) ¿Por qué se regocija hoy un resto de estos herederos del Reino?
14 Cuando la gran mayoría de los judíos rehusaron valerse de esta magnífica oportunidad de llegar a estar asociados con Jesucristo en su reinado mesiánico celestial, la oportunidad se les ofreció a todas las naciones no judías. El número predeterminado por Dios está valiéndose de esta oportunidad. (Hechos 10:1 a 11:18; 15:7-14; 13:46-48) Un resto de estos herederos del reino mesiánico engendrados del espíritu están en la Tierra hoy día, y esperan con gran anhelo participar con el Mesías Jesús en su reino celestial. (Rom. 8:14-17; 2 Tim. 2:10-12; Rev. 20:4-6) Especialmente se regocijan hoy día porque saben que los “tiempos de la restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo” les han sobrevenido. (Hech. 3:21) ¡El reino mesiánico ha sido restaurado! ¿Desde cuándo?
15. ¿Desde cuándo ha sido restaurado el reino mesiánico, y por eso, debido a persistir en qué proceder serán destruidas las naciones?
15 Desde el fin de los “tiempos de los gentiles,” o, “los tiempos señalados de las naciones,” en el año 1914 E.C. (Luc. 21:20-24) Jesucristo no ‘restauró el reino’ al tiempo de su ascensión al cielo en el año 33 E.C. Él sabía que tenía que esperar, y esperó, sí, hasta que aquellos Tiempos de los Gentiles terminaron en aquel año en que estalló la primera guerra mundial sobre la humanidad. En aquel tiempo él estaba autorizado para hacerle una petición a Jehová, y Jehová predijo que él entonces concedería la petición de su Mesías. Daría al Mesías o Cristo las naciones políticas por herencia suya y los “cabos de la tierra” por posesión suya. Hoy día estas naciones están interesadas en la dominación mundial por políticos no ungidos con el espíritu de Jehová. Están entregándose al nacionalismo egoísta junto con soberanía nacional, a pesar de ser miembros de la organización de las Naciones Unidas. Aun en las circunstancias desesperadas en que se hallan hoy, no buscan ni piden en oración el reino mesiánico restaurado de Jehová. Su persistencia en este proceder significará su aniquilación.—Sal. 2:1-9.
RESTAURACIÓN DE LA SOBERANÍA UNIVERSAL
16. Con debido respeto a Dios, ¿qué desearíamos ver restablecido?
16 Pero, ¿qué hay de nosotros? Tenemos nosotros fe en la Santa Biblia y en sus profecías y su horario para los asuntos humanos? Nos regocijamos nosotros en estos “tiempos de la restauración de todas las cosas” de que habló el Dios de la Biblia? Si de veras tenemos fe y por lo tanto nos regocijamos, entonces la primera cosa que altruistamente debemos desear con debido respeto a Dios es el restablecimiento de la soberanía universal de Jehová de modo que incluya nuestra Tierra. Esto querría decir que Jehová demostraría de modo positivo que él como Dios el Creador todavía es dueño de la Tierra y la controla al igual que el resto del ilimitado dominio de la creación, celestial y terrenal.
17. ¿Qué cambio significará en las cosas un restablecimiento como éste, y con qué refrigerio para nosotros?
17 Esto significaría un cambio totalmente abarcador de las cosas. Significaría el restablecimiento de paz por todo el universo celestial y terrenal. ¡Qué gran “refrigerio” será para nosotros el que el mayor de todos los perturbadores de la paz, Satanás el Diablo, y sus demonios sean atados por el reino mesiánico de Jehová y sean lanzados en el abismo para que no puedan desviar y oprimir a los habitantes de la Tierra! (Rev. 20:1-6) Al destruir toda la organización de Satanás, el reino de Dios vindicará la soberanía universal de Jehová.
18. ¿Qué está incluido en las “todas las cosas” que han de ser restauradas?
18 El reino mesiánico de Dios tiene intereses legítimos en la Tierra. Estos intereses pertenecen a las “todas las cosas” de que habló Dios por boca de sus profetas de tiempo antiguo y las cuales tienen que tener una restauración aquí. De modo que se incluyen súbditos. Todas las criaturas humanas que viven en esta Tierra tienen que llegar a ser súbditos de ese reino a fin de hallarse bajo la soberanía universal de Jehová.
19, 20. (a) ¿Quiénes ya se someten a este reino mesiánico, y con qué perspectivas para después del fin de este sistema? (b) ¿Cómo describe al Rey de éstos Isaías 11:1-5?
19 Una “grande muchedumbre” de personas de disposición de oveja hoy reconocen que ese reino mesiánico fue establecido en los cielos al fin de los Tiempos de los Gentiles en 1914 E.C. y se someten a él, aun ahora antes de la destrucción de la organización visible e invisible de Satanás. Después del fin desastroso de este inicuo sistema de cosas, ya no experimentarán oposición ni persecución por seguir sometiéndose al gobierno mesiánico que entonces estará en poder y control plenos y no disputados. (Rev. 7:9-17) Unidamente adorarán al Soberano divino del universo, Jehová. Como sus “hombres de buena voluntad” recibirán toda ayuda y bendición de Su reino mesiánico, así como también de sus semejantes. ¡Qué refrescante será la paz que entonces reinará sobre toda la Tierra! ¡Qué Rey más sabio, justo y misericordioso tendrán en el Mesías Jesús! Refiriéndose a él como descendiente de Jesé de Belén, quien también fue el padre directo del rey David, la profecía de Isaías 11:1-5 dice:
20 “Y tiene que salir una ramita del tocón de Jesé; y procedente de sus raíces un renuevo será fructífero. Y sobre él tiene que asentarse el espíritu de Jehová, el espíritu de sabiduría y de entendimiento, el espíritu de consejo y de poderío, el espíritu de conocimiento y del temor de Jehová; y habrá disfrute por él en el temor de Jehová. Y él no juzgará por la mera apariencia de las cosas a sus ojos, ni censurará simplemente según lo que oigan sus oídos. Y con justicia tiene que juzgar a los de condición humilde, y con rectitud tiene que administrar censura a favor de los mansos de la tierra. Y tiene que golpear la tierra con la vara de su boca; y con el espíritu de sus labios dará muerte al inicuo. Y la justicia tiene que resultar ser el cinto de sus caderas, y la fidelidad el cinto de sus lomos.”
21, 22. (a) ¿Cómo golpeará el Rey con la “vara de su boca” y dará muerte con el “espíritu de sus labios”? (b) ¿La condición pacífica de quiénes en la Tierra hoy día pasará al nuevo sistema, y cómo describe su belleza Isaías 11:6-9?
21 Con la “vara de su boca,” o con las órdenes autoritativas que salen de su boca para golpear, habrá hecho añicos la organización terrestre visible del gran enemigo de la humanidad, Satanás el Diablo. También, con el “espíritu de sus labios,” o con la irresistible fuerza activa que sus labios expresan al pronunciar los juicios de Dios, habrá dado muerte a todos los inicuos de la Tierra. (Compare con Revelación 19:15, 16, 21.) Esto dejará vivos en la Tierra únicamente a los verdaderos amadores de paz. La paz refrescante que ya existe entre los “hombres de buena voluntad” de Dios por todo el mundo aun ahora antes de aquella destrucción venidera de todos los inicuos, no pacíficos, pasará al justo sistema de cosas bajo el reino del Mesías. La belleza de esa paz y armonía, además de cumplir ahora en sentido espiritual las palabras adicionales del profeta Isaías, se hará más concreta en un cumplimiento literal de aquellas mismas palabras proféticas, que leemos en Isaías 11:6-9:
22 “Y el lobo realmente morará por un tiempo con el cordero, y el leopardo mismo se echará con el cabrito, y el becerro y el leoncillo crinado y el animal bien alimentado todos juntos; y un simple muchachito será guía sobre ellos. Y la vaca y la osa mismas pacerán; sus crías se echarán juntas. Y hasta el león comerá paja justamente como el toro. Y el niño de pecho ciertamente jugará sobre el agujero de la cobra; y sobre la abertura para la luz de una culebra venenosa realmente pondrá su propia mano un niño destetado. No harán ningún daño ni causarán ninguna ruina en toda mi santa montaña; porque la tierra ciertamente estará llena del conocimiento de Jehová como las aguas están cubriendo el mismísimo mar.”
¡POR FIN PAZ Y SEGURIDAD POR TODA LA TIERRA!
23, 24. (a) ¿Qué condiciones que existieron bajo el reinado del antiguo rey Salomón serán restauradas? (b) ¿A quiénes llamará de vuelta el Salomón Mayor para que disfruten de estas condiciones terrestres que entonces existirán?
23 Bajo el Mesías Jesús, que es “algo más que Salomón,” será restaurada la paz que existió bajo el reino unido del sabio rey Salomón, hijo de David, acerca de cuyo reinado está escrito lo siguiente: “Judá e Israel eran muchos, como los granos de arena que están junto al mar por su multitud, comiendo y bebiendo y regocijándose. Y Judá e Israel continuaron morando en seguridad, cada uno debajo de su propia vid y debajo de su propia higuera, desde Dan hasta Beer-seba, todos los días de Salomón.” (1 Rey. 4:20, 25; Mat. 12:42) Es a esta paz próspera que existirá por toda la Tierra que serán resucitados todos los muertos rescatados de la humanidad. El Mesías Jesús, que tiene por uno de sus títulos “Príncipe de Paz,” no llamará a los hombres de todas las naciones y familias para que vuelvan del sepulcro a reanudar bajo el reino de él las riñas y guerras interraciales, internacionales, intertribuales e interfamiliares en las cuales participaban antes de morir y hasta el mismo tiempo de su muerte. Profetizó acerca de su reinado:
24 “No se maravillen de esto, porque viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y saldrán, . . . a una resurrección.”—Juan 5:28, 29.
25. ¿Por qué resultará la resurrección de algunos bajo el reino mesiánico en juicio o condenación, y la resurrección de otros en vida?
25 ¿Qué resultado tendrá la resurrección de cada uno a vida en la Tierra bajo el reino mesiánico? Esto dependerá del proceder de cada uno. Habrá una oportunidad para que cada uno obtenga vida sin fin en la Tierra hecha un Paraíso, y la manera de valerse de ésta será rindiendo obediencia sincera al gobierno mesiánico. Los que rehúsen rendir plena sumisión y obediencia al restaurado reino mesiánico sobre la Tierra serán juzgados absolutamente indignos de vida y serán destruidos, condenados a la extinción absoluta. Pero los que aprendan a practicar la obediencia recibirán el beneficio pleno del sacrificio humano perfecto de Jesucristo como rescate. Ellos mismos serán elevados a la perfección de la vida humana, como hijos obedientes del Rey Mesiánico. Así podrán disfrutar de él como su Padre dador de vida, pues otro de sus títulos dados proféticamente es Padre Eterno.—Isa. 9:6.
26. ¿Qué territorio será restaurado al reino mesiánico de Jehová, y en qué será transformado?
26 El reino mesiánico de los reyes del antiguo Israel solo tenía el territorio que Dios había dado en la Tierra Prometida allá en el Oriente Medio. El reino mesiánico del Hijo de Dios, Jesucristo, tendrá ese territorio, porque le será restaurado. También tendrá a África, Asia, Europa, Australia, las Américas del Norte, Central y Sur, la Antártida y todas las islas de los siete mares, sí, toda la Tierra. Todos estos lugares serán transformados en un Paraíso de Placer, un Jardín de Edén, porque todos los intereses que le pertenecen a la soberanía universal de Jehová en aquellas partes de nuestro planeta serán restaurados a Su Rey Mesiánico, Jesucristo. (Luc. 23:43) Ese Gobierno Mesiánico se encargará de que todos estos intereses terrestres que le pertenecen al Creador sean conservados para siempre, para la alabanza de Jehová y el bien eterno del hombre.
27. ¿Qué “tiempos” nos han sobrevenido ya? Debemos asegurarnos de que sean ¿qué, para nosotros?
27 Por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo Dios habló de todas estas cosas que han de ser restauradas. (Hech. 3:21) Ya nos han sobrevenido los prometidos “tiempos de la restauración de todas las cosas.” Asegurémonos de que sean una bendición para todos nosotros.
[Ilustración de la página 241]
Dios le prometió al rey David que su reino sería establecido hasta tiempo indefinido. Esto quiso decir que el reino mesiánico en la línea real de David tendría que ser restaurado