¿Por qué ha permitido Dios que sufran los justos?
”Felices son ustedes cuando los vituperen y los persigan y mentirosamente digan toda suerte de cosa inicua contra ustedes por mi causa. Regocíjense y salten de gozo, puesto que grande es su galardón en los cielos; porque de esa manera persiguieron a los profetas antes de ustedes.”—Mat. 5:11, 12.
1. (a) ¿Qué punto de vista tiene el cristiano respecto al sufrimiento? ¿Hace el resultado final que sea más deseable el sufrimiento? (b) ¿Cuál es el principio del cual no puede desviarse un siervo de Dios?
LOS siervos de Dios han sufrido a manos de los inicuos desde el tiempo de Abel. Ellos no quieren sufrir. La persecución y el tormento les son tan desagradables a ellos como les son a cualquier otra persona de mente racional. Preferirían mucho más vivir en paz. Sin embargo, el siervo de Dios sabe que cierta cantidad de sufrimiento es inevitable en este mundo malo, debido al deseo que tiene de mantener integridad a Dios. ¡Sin embargo, se le asegura que el resultado final de una vida de integridad a Dios de veras será una eternidad feliz! Pero el mero conocimiento de este hecho no hace más agradable o deseable el sufrimiento. En realidad, el mismo hecho de que el dolor y el sufrimiento son indeseables puede hacer que el siervo de Dios quebrante su integridad, lo cual resultaría en eterno pesar y pérdida para él. La integridad a Dios, sea cual fuere el costo, es un principio del cual el siervo de Dios no puede y no debe desviarse.
2. (a) ¿Qué cosa les toca experimentar a los que han escogido servir fielmente a Dios? Dé prueba. (b) ¿Qué demuestra que aquellas persecuciones no estaban justificadas?
2 Las Santas Escrituras y la historia demuestran que el sufrir por causa de la integridad es cosa que les toca a los que han escogido servir fielmente a Dios. El apóstol cristiano Pablo escribió lo siguiente a tesalonicenses temerosos de Dios: “Las dificultades son porción nuestra, bien saben eso ustedes.” (1 Tes. 3:3, Moffatt) Desde el justo Abel hasta el tiempo actual ha sido así. Abel fue asesinado por su hermano Caín, porque “sus propias obras [las de Caín] eran inicuas, pero las de su hermano justas.” (1 Juan 3:12) Los tres hebreos fueron arrojados en un horno ardiente, porque rehusaron inclinarse ante la imagen de oro del rey Nabucodonosor y así quebrantar su integridad a Jehová su Dios. Pablo nos relata lo que les sucedió a otros por adherirse firmemente a su integridad, diciendo: “Sí, otros recibieron su prueba por mofas y azotes, en verdad, más que eso, por cadenas y prisiones. Fueron apedreados, fueron probados, fueron aserrados en pedazos, murieron asesinados a espada, anduvieron de acá para allá en pieles de oveja, en pieles de cabra, hallándose en necesidad, en tribulación, bajo maltratamiento; y el mundo no era digno de ellos. Anduvieron vagando por los desiertos áridos y las montañas y en las cavernas y cuevas de la tierra.” (Heb. 11:36-38) Sufrieron atrocidades de esta clase porque insistieron en mantener su integridad a Dios. El apóstol Pablo tuvo razón cuando dijo: “El mundo no era digno de ellos.”
3, 4. (a) ¿Qué palabras de Jesús muestran que a los cristianos no les iría mejor que a los profetas hebreos? (b) ¿Qué prueba que los cristianos fueron perseguidos?
3 Con la llegada del cristianismo, no le ha ido mejor al siervo de Dios. Jesucristo mismo dijo a sus seguidores: “Si ellos me han perseguido a mí, a ustedes también los perseguirán.” (Juan 15:20) En otra ocasión les dijo: “Les echarán mano a ustedes y los perseguirán, entregándolos a las sinagogas y prisiones, siendo llevados ante reyes y gobernadores por causa de mi nombre. Resultará para ustedes en testimonio. . . . Además, serán entregados hasta por padres y hermanos y parientes y amigos, y a algunos de ustedes los harán morir; y serán objetos de odio de parte de toda la gente por causa de mi nombre. Y con todo no perecerá ni un cabello de sus cabezas. Mediante la perseverancia de parte suya adquirirán sus almas.” (Luc. 21:12-19) Estas palabras se cumplieron temprano en el primer siglo.
4 Pablo mismo confesó que se perseguía a los cristianos y que él mismo, como Saulo de Tarso, fue uno de los perseguidores. Como se registra en Hechos 26:9-11, él dijo: “Yo, a la verdad, realmente pensé dentro de mí que debía cometer muchos actos de oposición contra el nombre de Jesús el nazareno; lo cual, en realidad, hice en Jerusalén, y a muchos de los santos los encerré en prisiones, como había recibido autoridad de los principales sacerdotes; y cuando habían de ser ejecutados, yo echaba mi voto contra ellos. Y castigándolos muchas veces en todas las sinagogas trataba de forzarlos a hacer una retractación; y estando sumamente enojado contra ellos, fui hasta el extremo de perseguirlos aun en las ciudades de afuera.”
5. (a) ¿Qué dijo Pablo que les tocaría experimentar a los que desearan vivir con devoción piadosa en asociación con Cristo? (b) ¿Cómo consideraron la persecución los cristianos primitivos? (c) ¿Qué preguntas se presentan?
5 Más tarde cuando Saulo de Tarso llegó a ser el apóstol cristiano Pablo él a su vez sufrió persecución a las mismísimas manos de aquellos a quienes sirvió antes. Como cristiano escribió a Timoteo: “Todos los que desean vivir con devoción piadosa en asociación con Cristo Jesús también serán perseguidos.” (2 Tim. 3:12) A los filipenses dijo: “A ustedes se les dio el privilegio a favor de Cristo, no solo de poner su fe en él, sino también de sufrir a favor de él.” (Fili. 1:29) Los cristianos primitivos no solo fueron perseguidos por su fe, sino que consideraron un privilegio el sufrir por Cristo, según Pablo. ¿Opina usted lo mismo? ¿Está usted dispuesto a sufrir, sí, a morir por lo que cree acerca de Cristo? ¿Por qué debería uno siquiera sufrir? ¿Por qué permite Dios que su pueblo sea perseguido? ¿Qué buen propósito cumple la persecución, si acaso cumple algún propósito?
¿POR QUÉ LA PERSECUCIÓN?
6, 7. (a) ¿Cumple un propósito meritorio la persecución? ¿Es responsable Dios por el sufrimiento de su pueblo? Ilustre. (b) ¿Cómo se demuestra que Dios no tiene la culpa?
6 En primer lugar, nótese que el que Dios permita la persecución ciertamente cumple un propósito meritorio; y, en segundo lugar, que Dios no es culpable por el sufrimiento de su pueblo, porque la persecución se debe a la entrada del pecado en el mundo de la humanidad. (Rom. 5:12) Esto se puede ilustrar de la siguiente manera: Cuando un muchacho se rompe una pierna mientras hace algo que su padre le dijo que hiciera por él, ciertamente el padre no tiene la culpa. Cuando el padre del muchacho, que es médico, llega a casa para arreglarle la extremidad que se ha roto, quizás le diga a su hijo: ‘Esto va a dolerte, pero con el tiempo tu extremidad sanará y tu pierna estará tan buena como estaba antes. No quedarás inválido porque yo haya sido demasiado delicado para atenderte en tu momento de apuro.’ A medida que el padre encasa los huesos, éstos se rozan y crujen. El niño grita y le implora a su padre a causa del dolor, pero el padre se mantiene firme hasta terminar la operación. Hace caso omiso de los alaridos y súplicas del niño, no porque no le importe, sino porque sí le importa. Algo parecido sucedió en el principio en la relación entre el hombre y su Dios.
7 Cuando la primera pareja humana, Adán y Eva, desobedecieron voluntariosamente la ley de Dios, se causaron daño mortíferamente. Dios expulsó de Edén al matrimonio rebelde. Así perdieron para sí mismos y sus descendientes la protección y bendición especiales de su Creador. Por los efectos del pecado, a saber: dolor, pesar y muerte, solo podían culparse ellos mismos, como declara la Biblia: “Ellos han obrado ruinosamente por su propia cuenta; no son hijos de él, el defecto es de ellos mismos.” (Deu. 32:5; Rom. 6:23) Sin embargo, Dios inmediatamente hizo arreglos para reparar la fractura. Por medio de Cristo Jesús dispuso una manera que le haría posible al hombre conseguir vida eterna en una Tierra paradisíaca... la mismísima perspectiva disponible a Adán en Edén.—Juan 3:16; Rev. 21:4.
8, 9. (a) ¿Por qué ha permitido Dios que los inicuos persigan a los justos? (b) ¿Qué se establece en el libro de Job?
8 Pero no todo el dolor es resultado de la imperfección que brota del pecado de Adán. Los siervos de Dios sufren mucho por abuso externo que amontonan sobre ellos los perseguidores inicuos. ¿Por qué ha permitido Dios que suceda esto? La respuesta estriba en una cuestión moral que hizo surgir en Edén Satanás el Diablo, el ángel rebelde que hizo que Adán y Eva pecaran. La cuestión envuelve la integridad del hombre para con Dios y su Palabra. Esto se muestra en el caso del justo Job. Satanás se jactó de que podía apartar de Dios a todos los hombres, así como había apartado a Adán y Eva. Sí, él podría apartar hasta aquel de quien Dios diría: “No hay ninguno como él en la tierra,” a saber, el patriarca Job.—Job 1:8.
9 En una reunión de los hijos angelicales de Dios en el cielo Jehová le preguntó a Satanás: “¿Has fijado tu corazón en mi siervo Job, que no hay ninguno como él en la tierra, un hombre sin culpa y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?” El hecho de que Dios llamara a la atención de Satanás la fidelidad de Job indica que había una contención en cuanto a si las criaturas humanas mantendrían integridad a Dios o no. La respuesta de Satanás demuestra que estaba en disputa ese asunto, pues inmediatamente presentó excusas por la fidelidad de Job. Aseveró que Job servía a Dios debido a las bendiciones materiales que había recibido y no porque amara a Dios. Sugirió: “‘Para variar, alarga tu mano, por favor, y toca todo lo que tiene y ve si no te maldice en tu mismísima cara.’ Por consiguiente, Jehová le dijo a Satanás: ‘¡Mira! Todo lo que tiene está en tu mano. ¡Solo que contra él mismo no alargues tu mano!’”—Job 1:7-12.
10. ¿Qué probó el hecho de que Job mantuviera su integridad? ¿Y qué preguntas surgen?
10 Job mantuvo un proceder justo a pesar de todo lo que pudo hacer el Diablo; probó que servía a Dios porque lo amaba y quería ser grato a su vista. Job creía en la integridad de su proceder, y por eso proclamó ante sus acusadores: “¡Hasta que expire no quitaré de mí mi integridad!” (Job 27:5) La integridad a la soberanía de Dios y a sus principios justos según se expresan en su Palabra inspirada es el punto central de la lucha actual contra los siervos de Dios. Es por eso que hombres justos desde Abel hasta la actualidad han preferido morir más bien que quebrantar su integridad a su Dios Jehová. Creen en la justicia de Dios y en su Palabra y preferirían morir a quebrantar esa confianza Pero, ¿cuál es la posición de usted respecto a esta cuestión? ¿Está preparado para morir por la soberanía de Dios y su Palabra? La manera en que afronte esta cuestión determinará con el tiempo si vivirá o morirá. Así de importante es.
LOS CRISTIANOS PRIMITIVOS FUERON PROBADOS
11. (a) ¿Qué prueba que la cuestión de la integridad estaba en vigor en el día de Jesús? (b) ¿Qué quedó probado por la inmutabilidad de Jesús y qué suministró?
11 Cuando Jesucristo estuvo en la Tierra, Satanás trató desesperadamente de hacer que Jesús efectuara un solo acto de adoración que sería una violación de la integridad a Dios. (Mat. 4:8-11) Aunque fue abofeteado por soldados romanos y entonces clavado al madero de tormento para morir, Jesús se adhirió firmemente a su integridad. El Diablo probó cuanto pudo, pero no pudo inducir a Jesús a hacerse desleal a Dios. (Fili. 2:8) Al mantener Jesús su integridad como hombre perfecto, estableció para siempre que la jactancia de Satanás de que podía apartar de Dios a todos los hombres es una mentira. Así Jesús puso un ejemplo perfecto de mantener integridad para que sus seguidores lo imitaran.—1 Ped. 2:21.
12-14. (a) ¿Se eximió a los seguidores de Cristo de las pruebas? (b) ¿Qué dijo Pablo acerca de mantener él la integridad? (c) ¿Qué dijo el Dr. Mosheim acerca de los cristianos después del tiempo de Pablo?
12 A los seguidores de Cristo no se les eximió de pruebas en cuanto a mantener su integridad aun cuando Jesús estaba vivo. Cristo le dijo a Pedro: “Simón, Simón, ¡mira! Satanás ha demandado tener a ustedes para zarandearlos como a trigo. Mas yo he hecho ruego a favor de ti para que tu fe no desfallezca; y tú, una vez que hayas vuelto, fortalece a tus hermanos.” Entonces el confiado Pedro le dijo a Jesús: “Señor, estoy listo para ir contigo a la prisión así como a la muerte.” Pero Jesús conocía mejor a Pedro: “Te digo, Pedro: No cantará hoy el gallo hasta que tres veces hayas negado conocerme.” (Luc. 22:31-34) El Maestro tuvo razón. Tres veces Pedro negó que conocía a Jesús. Pedro lloró amargamente por haber fallado en cuanto a su integridad en un tiempo tan crucial. Pero recuperó su espiritualidad y llegó a ser un estímulo y una torre de fortaleza para sus hermanos. Sus dos cartas (Primera y Segunda de Pedro) dan testimonio de ese hecho.
13 Pablo, también, fue zarandeado por el Diablo y sus agentes. Se encaró a apóstoles falsos, obreros engañosos que se transformaban en apóstoles de Cristo. Pablo dice lo que aguantó en el ministerio cristiano. Escribe: “En labores [como ministro] más abundantemente, en prisiones más abundantemente, en golpes con exceso, a punto de morir, frecuentemente. De los judíos cinco veces recibí cuarenta azotes menos uno, tres veces fui golpeado con varas, una vez fui apedreado, tres veces experimenté naufragio, una noche y un día los he pasado en lo profundo; en viajes a menudo, en peligros de ríos, en peligros por parte de salteadores, en peligros por parte de mi propia raza, en peligros por parte de las naciones, en peligros en la ciudad, en peligros en el desierto, en peligros en el mar, en peligros entre falsos hermanos, en labor y afán, en noches sin dormir a menudo, en hambre y sed, en abstinencia de alimento muchas veces, en frío y desnudez. Además de esas cosas de carácter externo, hay lo que se me viene encima de día en día, la inquietud por todas las congregaciones.” (2 Cor. 11:21-28) El camino de integridad cristiana no fue un proceder fácil para Pablo; tampoco lo es hoy. De hecho, Pablo advirtió lo siguiente a los cristianos: “El que piensa que está en pie, cuídese que no caiga.” (1 Cor. 10:12) Acuérdese de Judas y Demas y otros que en un tiempo estuvieron bastante firmes pero que cayeron.—2 Tim. 4:10.
14 Después del tiempo de Pablo continuó la persecución de los cristianos, aunque eran personas amadoras de la paz. El Dr. John L. von Mosheim, escritor de historia eclesiástica, llama a los cristianos del primer siglo “un conjunto de hombres del carácter más inofensivo, que jamás abrigaban en su mente un deseo o pensamiento hostil al bienestar del estado.” Sin embargo estos mismísimos cristianos sufrieron indescriptiblemente a manos de los pueblos paganos y del estado romano porque insistían en mantener su integridad a Dios.
LA INTEGRIDAD A DIOS TODAVÍA UNA CUESTIÓN
15. De todos los grupos religiosos, ¿quiénes sufren hoy de modo parecido por su integridad a los principios cristianos? Dé prueba.
15 De todos los grupos religiosos que hay en el mundo los testigos de Jehová son los que reciben crítica más extensa por su fe y por su integridad a los principios cristianos. Y debido a su posición a veces se han hallado en salas de tribunales y en prisiones, como sucedió en el caso de los cristianos primitivos. Un profesor de historia declaró: “Quizás lo más notable acerca de los Testigos es su insistencia en que su lealtad primordial es a Dios, antes que a cualquier otro poder del mundo.” (These Also Believe) El resultado es, como lo expresó el Beacon Journal de Akron, Ohio, lo siguiente: “Los Testigos de Jehová tienen una religión que toman mucho más en serio que la gran mayoría de las personas. Sus principios nos recuerdan a los cristianos primitivos que eran tan impopulares y que fueron perseguidos tan brutalmente por los romanos.”
16, 17. (a) ¿Por qué son perseguidos hoy los testigos de Jehová? (b) ¿Cuál es su posición para con el mundo político, y qué ultrajes han tenido que sufrir debido esto?
16 A menudo se perseguía a los cristianos primitivos porque rehusaban efectuar un sencillo rito patriótico: hacer sacrificios al emperador. Aquellos cristianos consideraban que ese rito era idolatría. Jesús también rehusó efectuar un solo acto de adoración que fuese contrario a la Palabra de Dios. (Mat. 4:9) De manera parecida los testigos de Jehová solo dan su adoración y lealtad a Dios. Como los cristianos primitivos, llevan vidas tranquilas, morales, de hecho, vidas ejemplares. También como los cristianos primitivos, rehúsan idolatrar al estado. Como ministros de Dios y embajadores del reino de Dios, los testigos de Jehová no saludan la bandera de ninguna nación; sin embargo muestran respeto a la bandera del país en que viven obedeciendo todas las leyes que no están en pugna con las leyes de Dios. Los Testigos consideran el saludar la bandera un acto religioso en el cual no pueden participar por conciencia. Consideran que ese acto es una violación del Segundo Mandamiento y de las Escrituras Cristianas que advierten contra la idolatría. (Éxo. 20:4, 5; 1 Juan 5:21) Aunque el público por lo general no entiende su posición contra la idolatría, para ellos tiene tanta importancia que lo consideran asunto de vida o muerte. Su posición es como la de Pedro y los otros apóstoles que dijeron: “Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres.”—Hech. 5:29.
17 Jesús declaró que su pueblo ‘no era parte del mundo,’ así como él no era parte del mundo. (Juan 17:16) Lo mismo que aquellos primeros cristianos, los testigos de Jehová no son parte del mundo; por consiguiente, cuando se trata de la política y las guerras de este mundo, su posición es de neutralidad estricta. Esto ha resultado en persecución, como en la Alemania nazi, donde millares de Testigos fueron arrojados en los campos de concentración de Hitler. Así como Saulo de Tarso trató de obligar a los cristianos primitivos a hacer una retractación de su fe, Hitler se esforzó por hacer lo mismo tratando de hacer que los testigos de Jehová firmaran un papel renunciando a su fe, lo cual denodadamente rehusaron hacer. Otras naciones más recientemente han tratado de hacer que lleven consigo tarjetas políticas en violación de su neutralidad y conciencia cristianas, lo cual resueltamente han rehusado hacer. A causa de esto han sufrido la más severa persecución, pero como pueblo no han quebrantado su integridad a Dios.
18, 19. (a) ¿Cuál es su posición en los países comunistas? (b) ¿Cómo les ha ido en algunas de las naciones nuevas del África? ¿Qué resultado ha tenido esto?
18 Hoy, debido a su neutralidad y su posición intransigente a favor de los principios cristianos, los testigos de Jehová en países comunistas y en países no comunistas son encarcelados frecuentemente. En la Polonia comunista, por ejemplo, en el juicio de uno de los Testigos, el fiscal declaró esto: “Los testigos de Jehová socavan el presente orden social. No van a las urnas, rehúsan saludar la bandera y no sirven en el ejército. Los testigos de Jehová trastornan el orden presente tanto como lo trastornaron los primeros cristianos. El emperador romano no pudo permitirlo y por eso hoy tampoco se puede tolerar a los testigos de Jehová.” En sustancia su queja consistía en que estas personas son intolerables porque guardan la ley de Dios.
19 En países que supuestamente garantizan el derecho de adorar libremente a Dios, a los testigos de Jehová se les ha privado de esos mismísimos derechos. Están proscritos en la China roja. Están proscritos en Rusia y en todos los países dominados por el comunismo. Algunas de las naciones nuevas del África han perseguido vergonzosamente a los testigos de Jehová debido a su neutralidad cristiana. Pero hasta en esos países florece la adoración de Dios a pesar de la persecución.
PRONTO TERMINARÁ EL SUFRIMIENTO
20. ¿A qué están resueltos los testigos de Jehová, y de qué están convencidos?
20 A pesar de la persecución dirigida contra ellos, los testigos de Jehová, sin importar dónde vivan en el mundo, están resueltos a ser hombres de paz. En ellos la profecía de Isaías ya se ha cumplido. Han batido sus “espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. . . . ni aprenderán más la guerra.” (Isa. 2:4) Confían en que Jehová Dios pronto traerá un fin veloz a toda la iniquidad en su guerra del Armagedón. (Rev. 16:13-16) Están confiados en que el amor de Dios quedará vindicado. Están convencidos de que el punto en disputa de la soberanía universal y la veracidad de la Palabra de Dios será resuelto para siempre para satisfacción de todos los que vivan en el universo. Es por eso que los testigos de Jehová están plenamente persuadidos de que el que se haya permitido el mal y la persecución ha cumplido un propósito meritorio que resulta en la vindicación de la Palabra y nombre de Dios.
21. ¿Qué ha quedado establecido por el hecho de que se haya permitido la iniquidad?
21 El tiempo que Dios ha asignado para que la iniquidad siga su curso ha sido suficiente para que los inicuos demuestren sus intenciones malas, para ‘colmar la medida de sus pecados.’ (1 Tes. 2:16) Ha subrayado la veracidad de la Palabra de Dios al indicar ésta que los sistemas existentes en el mundo son crueles y despiadados y no son dignos de existir. Su mismísima corrupción e ineptitud exigen que Dios los juzgue y los destruya justamente. ¡Y con ese juicio se regocijarán todos los que aman la justicia!—1 Ped. 4:15-19.
22. ¿Qué propósito ha cumplido la persecución, y qué pregunta queda todavía por ser contestada?
22 La persecución también ha dado a todos los hombres la oportunidad de mostrar lo que verdaderamente son, si son creyentes en Dios y en su Palabra la Biblia o no. Pues por la manera en que los hombres y las naciones han gobernado y han tratado al pueblo de Dios, indeleblemente se han marcado a favor o en contra de Dios. (Mat. 25:40, 45) La persecución ha establecido fuera de duda que Dios es amor y que es paciente con la humanidad y que no desea que ninguno sea destruido, sino que “hombres de toda clase sean salvos y lleguen a un conocimiento exacto de la verdad.” (1 Tim. 2:3, 4) La persecución también prueba que los cristianos son amadores de la humanidad, puesto que sufren el mal para llevarles este mensaje de salvación. La única pregunta que queda es ésta: ¿De qué lado de la cuestión estará usted cuando Dios finalmente le ponga fin dramáticamente a la lucha en la batalla del Armagedón que se acerca ahora? ¿Se manifestará que usted es mantenedor de integridad? Interésese en esa pregunta ahora, porque su destino eterno depende de ello.
[Ilustración de la página 9]
A los cristianos primitivos los perseguían porque rehusaban efectuar un rito patriótico: quemar incienso al emperador. Hoy los cristianos verdaderos también evitan todo acto de idolatría