El desolador de la cristiandad prefigurado históricamente
“Por lo tanto, cuando alcancen a ver la cosa repugnante que causa desolación, como se habló de ella por medio de Daniel el profeta, de pie en un lugar santo, (use discernimiento el lector,) entonces los que estén en Judea echen a huir a las montañas.”—Mat. 24:15, 16.
1. (a) ¿De qué se asombrará pronto el mundo tal como se asombró allá en 70 E.C.? (b) Las personas informadas reconocerán que eso será ¿qué, según Isaías 28:21?
HACE mil novecientos años el mundo tuvo un sobresalto cuando la ciudad de Jerusalén, en el Oriente Medio, fue desolada por las legiones romanas en el año 70 E.C. Hasta el conquistador de la ciudad, el general Tito, hijo del emperador Vespasiano, se maravilló de la manera en que una ciudad tan bien fortificada había caído ante él, diciendo: “Dios ha estado de nuestra parte; ha sido Dios quien ha derribado a los judíos de estas fortalezas, porque ¿qué podrían hacer manos o instrumentos humanos contra esas torres?”a Pero ya pronto el mundo tendrá que sufrir otro sobresalto. En el futuro cercano, cuando la fuertemente atrincherada cristiandad que ahora tiene dieciséis siglos de edad sea desolada, eso asombrará hasta al mundo moderno. Las personas informadas reconocerán que eso será el ‘hecho extraño’ y la ‘obra extraordinaria’ de Dios según lo predijo su profeta Isaías.b ¿Quién, pues, será el desolador de la cristiandad? La propia Palabra profética de Dios indica quién cumplirá el papel de desolador. Dios hasta hizo que fuera prefigurado.
2. (a) ¿Qué queremos decir con el término cristiandad? (b) Debido a lo que es, ¿qué le sucederá a la cristiandad, pero qué hay acerca del cristianismo verdadero?
2 Pero, ¿qué queremos decir con el término cristiandad? Entre las definiciones que se dan en el Third New International Dictionary de Webster está la siguiente: “La porción del mundo en la cual predomina el cristianismo o que está gobernada principalmente bajo instituciones cristianas.” El Diccionario de la lengua española dice: “Gremio de los fieles que profesan la religión cristiana.” Pero la religión que la cristiandad practica en sus centenares de sectas religiosas está muy lejos de ser el cristianismo de la Biblia. En vista de eso su religión es solo un alegado cristianismo; y por lo tanto la cristiandad debe ser la porción del mundo de la humanidad que está gobernada bajo instituciones que alegan ser cristianas. Por lo tanto la cristiandad representa falsamente al verdadero cristianismo. Es por eso que a su tiempo será desolada y desaparecerá para siempre. Una declaración como ésa quizás parezca sacudidora a muchas personas en el campo religioso, pero la realización de esta declaración será aun más sacudidora. Pero, ¿qué hay acerca del cristianismo genuino? A pesar de los intentos que se hagan para destruirlo junto con el cristianismo fingido, el cristianismo verdadero jamás desaparecerá. Florecerá y seguirá prosperando en una Tierra pacífica transformada y será un crédito glorioso a su Fundador, Jesucristo.
3. (a) ¿Se refiere la Biblia a la cristiandad por nombre, o por alguna otra clase de referencia? (b) ¿Qué textos bíblicos ilustran el uso de la palabra “tipo”?
3 Es verdad que el nombre cristiandad no se encuentra en las Sagradas Escrituras, la Santa Biblia. También, en los días en que la Biblia fue escrita no había tal cosa como una cristiandad, porque esto llegó a existir por primera vez en el cuarto siglo de nuestra era común, en los días del emperador Constantino del Imperio Romano y como resultado de su acción religiosa. No obstante, la cristiandad sí tiene su tipo en el mundo bíblico antiguo, y está representada típicamente en la Santa Biblia. De modo que en su historia general y su manera de proceder la cristiandad corresponde con su tipo antiguo, tal como la impresión que se hace en papel corresponde con la lámina de tipo cubierta de tinta que usa el impresor. En la Santa Biblia, en 1 Corintios 10:11, notamos el uso de la palabra “tipo”: “Pues bien, estas cosas siguieron aconteciéndoles [es decir, aconteciéndoles a los judíos] como ejemplos [literalmente, como tipos o típicamente], y fueron escritas para amonestación de nosotros a quienes los fines de los sistemas de cosas han llegado.” Y, según Hebreos 8:5, Jehová Dios le dijo a su profeta Moisés en el monte Sinaí: “Ve que hagas todas las cosas conforme a su modelo [o tipo] que te fue mostrado en la montaña.”
4. (a) ¿Qué escritor apostólico usa la palabra “antitipo”? (b) ¿Qué es el antitipo aquí, y qué relación tiene con el tipo?
4 Así pues, la cristiandad moderna tuvo un modelo o patrón antiguo en una organización antigua a la cual ella corresponde y a la cual se parece. La cristiandad sigue el ejemplo de aquel patrón antiguo y por eso le suceden cosas semejantes. Aquel patrón antiguo se llama el “tipo.” Por parecerse a aquel modelo antiguo, a la cristiandad se le llama el “antitipo.” Por esa razón profecías bíblicas que se cumplieron en el tipo antiguo ya se han cumplido o se habrán de cumplir en el antitipo moderno, a saber, la cristiandad. El apóstol cristiano Pedro, al escribir sus cartas inspiradas en el griego del primer siglo, usó la palabra “antitipo.” Así pues, en 1 Pedro 3:21 leemos: “Lo que corresponde a esto [o, literalmente, lo cual es un antitipo] ahora también los está salvando a ustedes, a saber, el bautismo.” Por consiguiente, el tipo antiguo nos muestra cómo será su antitipo moderno; y lo que le aconteció al tipo antiguo indica proféticamente lo que tiene que sucederle a su antitipo moderno, a saber, la cristiandad, en este caso.
5. (a) ¿Qué rasgos sobresalientes caracterizan al antitipo, la cristiandad? (b) ¿Cuál fue su tipo antiguo, en vista de qué correspondencias?
5 Pues bien, ¿a qué organización religiosa antigua se parece la cristiandad? La cristiandad afirma que está en relación con Dios el Creador, a quien las Escrituras Hebreas llaman Jehová o Yahweh. (Sal. 83:18) Ella afirma estar en un pacto con Jehová Dios, a saber, en el “nuevo pacto,” y esto por medio de un solo mediador entre Dios y los hombres, a saber, Jesucristo. Puesto que las Escrituras Hebreas inspiradas predijeron al Mesías o Cristo, ella acepta aquellas Escrituras Hebreas como parte de la Biblia que usa en sus iglesias. Afirma estar esperando la venida de este Mesías o Cristo, su segunda venida. Afirma estar viajando a través de este mundo a la “ciudad del Dios vivo, a Jerusalén celestial.” (Heb. 12:22) ¿A qué organización religiosa antigua, por lo tanto, se parece la cristiandad? Claramente la respuesta es: a Jerusalén y la provincia de Judea de la cual Jerusalén era la capital hace mil novecientos años. Jerusalén y Judea tenían las Escrituras Hebreas inspiradas, y afirmaban estar en un pacto con Jehová Dios por medio del profeta Moisés como mediador. Afirmaban estar esperando la venida del Mesías o Cristo.
6. ¿Qué actitud adoptó la mayoría de los judíos del primer siglo para con Jesucristo, y en qué habría de resultar para ellos su proceder?
6 En el primer siglo de nuestra era común solo una minoría o resto de los judíos que vivían en Judea y en otras provincias romanas aceptaron a Jesús el descendiente del rey David y del patriarca Abrahán como el prometido Mesías de Dios. Excepto por ese resto, Jerusalén y Judea y los demás judíos dispersados por toda la Tierra lo rechazaron. Su rechazamiento de él fue simbolizado por el fijarlo en un madero de ejecución fuera de los muros de Jerusalén el día de la Pascua del año 33 E.C. Pero las cosas que acontecieron después de su ejecución en el madero hicieron aumentar las muchas pruebas ya dadas de que él era verdaderamente el predicho Mesías o Cristo, el Hijo de Dios. De manera que el rechazamiento de él habría de resultar en desastrosas consecuencias para los judíos no creyentes, tal como lo habían predicho antiguas profecías por Daniel y otros.—Dan. 9:24-27.
7. ¿Cuándo dio Jesús su profecía sobre la desolación de Judea y Jerusalén, y qué pregunta de los apóstoles resultó en que se diera esta profecía?
7 Tres días antes de aquel crítico día de la Pascua, o el 11 de Nisán de 33 E.C., Jesucristo mismo profetizó acerca de la destrucción venidera de Jerusalén y su templo y la desolación de Judea dentro de la generación que entonces vivía. (Mateo 23:37 a 24:2; Mar. 13:1, 2; Luc. 21:5, 6; 19:41-44) Más tarde ese mismo día cuatro de los apóstoles de Jesús le preguntaron directamente acerca de esto, y sin duda los otros ocho apóstoles se acercaron a escuchar lo que Jesús respondería. Según el relato del apóstol Mateo (capítulo 24, versículo 3) preguntaron: “Dinos: ¿Cuándo serán estas cosas, y qué será la señal de tu presencia [parousía, griego] y de la conclusión del sistema de cosas?” Le preguntaron a él como profeta de Dios.
8. En respuesta, ¿qué predijo primero Jesús, y cómo clasificó entonces “todas estas cosas”?
8 En respuesta a esta pregunta de tres puntos, Jesús predijo el aparecimiento de falsos Mesías o Cristos, el estallar de guerras entre naciones y reinos, hambres o escaseces de alimento, pestes, y terremotos. Éstos habían de ocurrir entre el tiempo de dar él la profecía y la desolación venidera de Jerusalén y Judea. En cuanto al significado de estos acontecimientos Jesús dijo: “Todas estas cosas son principio de dolores de aflicción.” (Mat. 24:3-8) “No se aterroricen. Porque estas cosas tienen que suceder primero, pero el fin no sucede inmediatamente.”—Luc. 21:9.
9. (a) Mientras esas cosas estuvieran transcurriendo, ¿qué obra habían de hacer los discípulos de Cristo? (b) ¿Qué muestra si Jesús les permitió muy poco tiempo o no, antes del fin, para hacer esta obra?
9 Mientras estos acontecimientos mundiales estuvieran transcurriendo, ¿qué habían de hacer los apóstoles de Cristo? Habían de efectuar la obra que él puso delante de ellos, diciendo: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.” Esta predicación la habían de efectuar a pesar de persecución religiosa y el aumento del desafuero y el consecuente enfriamiento del amor de parte de la mayoría de las personas religiosas. (Mat. 24:9-14; Mar. 13:9-13) “En todas las naciones primero tienen que predicarse las buenas nuevas.” (Mar. 13:10) A este respecto, Jesús no estaba permitiendo muy poco tiempo a sus apóstoles y discípulos en el cual lograr tan amplio testimonio acerca del reino de Dios. Ya en el año 60 ó 61 E.C., cuando el apóstol Pablo estaba en una prisión romana por predicar el Reino de Dios, pudo escribir a los cristianos de Colosas, Asia Menor, y decir: “La esperanza de esas buenas nuevas que ustedes oyeron, y que se predicaron en toda la creación que está bajo el cielo. De estas buenas nuevas yo Pablo llegué a ser ministro.”—Col. 1:23.
10. Esta predicación en aquel tiempo hacía posible que ¿quiénes oyeran y adoptaran qué proceder que los llevaría a la seguridad?
10 El apóstol Pablo pudo decir esto cinco o seis años antes de que los judíos de Judea y Jerusalén se rebelaran contra el Imperio Romano, lo cual hicieron en el año 66 E.C., tres años y medio antes de que Jerusalén y su templo fueran desolados. Esto suministró una oportunidad para llevar las buenas nuevas del reino mesiánico de Dios no solo a las naciones gentiles, sino también a los judíos circuncisos esparcidos por toda la Tierra, antes de que su capital religiosa, Jerusalén, fuera destruida por los romanos en el año 70 E.C. De esta manera podían evitar ser destruidos con Jerusalén por medio de evitarla, no subiendo a sus fiestas religiosas cada año. No serían sacudidos cuando “el fin” efectivamente le viniera a la Jerusalén judía.
LA TÍPICA “COSA REPUGNANTE” IDENTIFICADA POR JESÚS
11, 12. (a) Después que se lograra la predicación, ¿qué podría sobrevenirle a Jerusalén? (b) ¿Qué palabras de Jesús, en Marcos 13:14-20, muestran si el “principio de dolores de aflicción” habría de servir o no como notificación final de que el fin de Jerusalén estaba peligrosamente cerca?
11 Después que se lograra la predicación del reino de Dios en todo el mundo como se había predicho, podría esperarse que le viniera el “fin” a Jerusalén y su templo. Pues bien, después de esta predicación y después de ocurrir las cosas que habían de ser un “principio de dolores de aflicción,” ¿habría alguna indicación especial de que finalmente “el fin” se había acercado para Jerusalén y su templo? Sí, y Jesús predijo lo que sería aquella indicación y lo que los cristianos que estuvieran en el territorio amenazado por el peligro deberían hacer sin falta. Según Marcos 13:14-20, Jesús pasó a decir:
12 “Sin embargo, cuando alcancen a ver la cosa repugnante que causa desolación estar en pie donde no debe (use discernimiento el lector), entonces los que estén en Judea echen a huir a las montañas. El que esté sobre la azotea no baje, ni entre a sacar nada de su casa; y el que se halle en el campo no vuelva a las cosas atrás para tomar su prenda exterior de vestir. ¡Ay de las mujeres que estén encintas y de las que den de mamar en aquellos días! Sigan orando que no ocurra en tiempo de invierno; porque aquellos días serán días de una tribulación como la cual no ha su cedido una desde el principio de la creación que Dios creó hasta aquel tiempo, y no volverá a suceder. De hecho, a menos que Jehová hubiese acortado los días, ninguna carne se salvaría. Mas por causa de los escogidos que él ha escogido él ha acortado los días.”
13. (a) Según los relatos de Marcos y Mateo, ¿qué había de sobrevenirles entonces a Judea y Jerusalén? (b) Según el relato de Lucas, ¿la venganza de quién había de expresarse entonces, y la ira de quién había de descargarse?
13 En vista de esa profecía, la provincia de Judea, incluso su capital religiosa Jerusalén, había de tener una tribulación como la cual nunca había tenido una antes y no tendría de nuevo. En el relato de la profecía de Jesús en Mateo 24:21, 22 se le llama una “tribulación grande.” Según el relato como se da en Lucas 21:22, 23, Jesús dijo: “Estos son días para hacer justicia, para que se cumplan todas las cosas que están escritas. . . . Porque habrá gran necesidad sobre la tierra e ira sobre este pueblo.” Aquellos “días” serían de una “tribulación grande” que se merecería con justicia. Serían “días para hacer justicia,” o, literalmente, “días de venganza,” siendo ésta la “venganza” de parte de Dios. Sería la “ira” de Dios lo que se expresaría contra los habitantes de Judea y Jerusalén. Jesucristo estaba cumpliendo aquí la profecía de Isaías 61:1, 2 al proclamar el “día de la venganza de parte de nuestro Dios.”—Vea Kingdom Interlinear en Lucas 21:22.
14. Para evitar ser destruidos con Jerusalén, ¿qué habían de hacer los cristianos judíos que estaban en Judea y Jerusalén, y cuándo?
14 De la posibilidad de ser destruidos en esta “tribulación grande” los cristianos judíos que estaban en Judea y Jerusalén habían de huir con la mayor velocidad. ¿Cuándo? Tan pronto como vieran surgir alrededor de Jerusalén la situación por la cual entenderían “que la desolación de ella se ha acercado.” (Luc. 21:20) Pero, ¿quién efectuaría esta “desolación” de Jerusalén? Manifiestamente aquellos “ejércitos acampados” con los cuales la ciudad sería “cercada.” A aquel medio de causar desolación Jesús lo llamó una “cosa repugnante,” según Marcos 13:14, donde se informa que Jesús dijo: “Sin embargo, cuando alcancen a ver la cosa repugnante que causa desolación estar en pie donde no debe (use discernimiento el lector), entonces los que estén en Judea echen a huir a las montañas.”
15, 16. (a) ¿Cuál es el lugar donde la “cosa repugnante” no debería estar de pie? (b) En aquel tiempo, ¿qué clase de ciudad se consideraba que era Jerusalén? ¿La salvó de ser destruida el disfrutar de esta condición?
15 ¿Cuál es, sin embargo, el lugar donde la “cosa repugnante” no debería estar de pie? Una cosa repugnante no tiene el derecho de estar en un lugar que se considere santo; y eso es lo que Mateo 24:15, 16 llama el lugar, diciendo: “Por lo tanto, cuando alcancen a ver la cosa repugnante que causa desolación, como se habló de ella por medio de Daniel el profeta, de pie en un lugar santo, (use discernimiento el lector,) entonces los que estén en Judea echen a huir a las montañas.” Ese lugar santo era Jerusalén y sus inmediaciones.
16 Por ejemplo, Mateo 4:5 y Mat. 27:53 dicen que Jerusalén es “la ciudad santa.” Después que los judíos se rebelaron en 66 E.C. y las legiones romanas bajo el general Cestio Galo fueron derrotadas, los judíos de Jerusalén acuñaron algunos nuevos siclos de plata en los cuales, por un lado, se inscribieron las palabras “Jerusalén la Santa.” Pero la condición de santa de que Jerusalén había disfrutado hasta el martirio de Jesucristo precisamente fuera de sus muros no la salvó de ser desolada en el año 70 E.C., ni siquiera a su templo que era considerado específicamente santo. (Hech. 21:28) La agencia por la cual Dios había de ejecutar “venganza” era la “cosa repugnante.”
17, 18. (a) ¿Por qué profeta fue predicha esta “cosa repugnante,” y dónde en el texto hebreo de la profecía? (b) ¿Dónde se usa también esa expresión en el texto de la Versión de los Setenta griega?
17 Es importante notar que la “cosa repugnante que causa desolación” es aquella de que se habló “por medio de Daniel el profeta.” (Mat. 24:15) No hay duda de que los apóstoles de Jesucristo sabían lo que se había predicho acerca de “la cosa repugnante que está causando desolación” en el texto hebreo de la Biblia en Daniel 11:31 y Dan. 12:11. Y puesto que los relatos de la vida de Jesucristo según los dan Mateo y Marcos se escribieron en griego, la referencia de ellos a “la cosa repugnante que está causando desolación” también incluiría la lectura de la Versión de los Setenta griega de Daniel 9:27, donde aparece la expresión similar griega y donde leemos:
18 “Ahora bien, una semana confirmará un pacto para muchos y a la mitad de esa semana Mi sacrificio y libación serán quitados. Y sobre el templo será una abominación de las desolaciones, y al fin de un tiempo, un fin se le pondrá a aquella desolación.”—La Biblia de los Setenta, por Charles Thomson; vea también la de Bagster.
19. (a) Así, la “cosa repugnante” tenía cierta conexión con ¿qué, y en vista de eso, por qué era apropiado el que Jesús lo mencionara? (b) Sin embargo, ¿cómo leía el texto hebreo de Daniel 9:27?
19 La profecía de Daniel aquí, que fue dada hacia el fin de los setenta años de desolación de Jerusalén, tenía que ver específicamente con la ciudad de Jerusalén y la venida del Mesías. De modo que era muy apropiado el que Jesucristo se refiriera a esta profecía particular, en Mateo 24:15. Por lo tanto, la profecía de Daniel aquí tenía algo que ver con el templo reconstruido en Jerusalén, según se indica en la lectura de la profecía de Daniel en la Versión de los Setenta griega. Ésta indica que la “abominación de las desolaciones,” o “la cosa repugnante que causa desolación,” tiene algo que ver con el templo de Jerusalén, en el cual el Mesías había de presentarse. El texto hebreo de la profecía de Daniel, según se da en el texto masorético, lee de manera algo diferente. La última parte de Daniel 9:27 dice: “Y sobre el ala de cosas repugnantes [el ala de abominaciones, Young] habrá el que cause desolación; y hasta un exterminio, la misma cosa que se ha decidido irá derramándose también sobre el que yace desolado.”
20. Por lo tanto, esta profecía de Daniel 9:26 indica que la “cosa repugnante que está causando desolación” es ¿quién?
20 El “que cause desolación” habría de venir, pues, “sobre el ala de cosas repugnantes [o, abominaciones].” Por consiguiente aquel desolador sería una “cosa repugnante que está causando desolación,” o una “abominación de las desolaciones.” (LXX) Lo que esta “cosa” causó fue desolación a Jerusalén y su templo. Esto fue profetizado en la última parte del versículo anterior (26) de la profecía de Daniel, que dijo: “Y a la ciudad y al lugar santo el pueblo de un caudillo que viene los arruinará. Y el fin de él será por la inundación. Y hasta el fin habrá guerra; lo que está decidido es desolaciones.” (Dan. 9:26) Esta profecía identifica la “abominación de las desolaciones,” o “la cosa repugnante que causa desolación,” como el “caudillo que viene,” junto con el “pueblo” que él dirige.
21. ¿Quiénes, según lo muestra la historia, son el “pueblo” y el “caudillo” que trajeron desolación, en concordancia con Lucas 21:20, 21?
21 ¿Quién, según lo muestra la historia, es el “pueblo de un caudillo que viene,” el pueblo que sí vino después que Jesús fue ungido como “Mesías el Caudillo” en 29 E.C. y que sí arruinó y desoló la ciudad de Jerusalén y el lugar santo de su templo? Fue el “pueblo” militar bajo el “caudillo,” el general Tito, el hijo del emperador romano Vespasiano. Este hecho armoniza con estas palabras de Jesús a sus apóstoles inquisitivos: “Cuando vean a Jerusalén cercada de ejércitos acampados, entonces sepan que la desolación de ella se ha acercado. Entonces los que estén en Judea echen a huir a las montañas.”—Luc. 21:20, 21.
22. (a) Los “ejércitos acampados” alrededor de Jerusalén fueron los de ¿quién? (b) Por eso, ¿qué cosas mencionadas en la profecía de Daniel y en la profecía de Jesús son, según se muestra, la misma cosa?
22 Los “ejércitos acampados” que cercaron a Jerusalén en el año 66 E.C. y los “ejércitos acampados” que la cercaron en 70 E.C. eran, en ambos casos, ejércitos de la Sexta Potencia Mundial, a saber, de Roma. Los que la cercaron en 66 E.C. eran los soldados que el general Cestio Galo había traído desde Siria. Después de la sorprendente retirada de este “pueblo” militar bajo el general Galo, los judíos cristianos de Jerusalén y Judea siguieron el consejo de Jesús y empezaron a “huir a las montañas,” estando estos judíos convertidos entre los ungidos “escogidos” de Dios. Los “ejércitos acampados” que cercaron a Jerusalén en el año 70 E.C. fueron las cuatro legiones romanas bajo el general Tito, la legión duodécima al oeste, la quinta y la decimoquinta al norte y la décima al este. Estas legiones fueron finalmente complementadas con un muro fortificado que los romanos construyeron alrededor de toda la ciudad para hacer que el hambre obligara a los judíos resistidores a salir. Así pues, los “ejércitos acampados” romanos mencionados en Lucas 21:20 y la “abominación de las desolaciones” mencionada en Daniel 9:27 (LXX) y la “cosa repugnante que causa desolación” mencionada en Mateo 24:15 y Marcos 13:14 son la misma cosa.
23. ¿Cómo se puede mostrar si el Imperio Romano mismo era la “cosa repugnante” o no?
23 De modo que se puede ver que el Imperio Romano como la Sexta Potencia Mundial no era la “cosa repugnante que causa desolación.” El Imperio Romano había ocupado Judea desde el tiempo del general Pompeyo en 63 a. de la E.C. (excepto de 40 a 37 a. de la E.C.) y tenía soldados romanos estacionados en Jerusalén, aun en el tiempo en que el apóstol cristiano Pablo fue víctima de un ataque de chusmas en Jerusalén alrededor de 56 E.C. y hasta la rebelión judía de 66 E.C. (Hechos 21:31 a 23:31) Durante los pocos años en que los judíos de Judea disfrutaron de independencia después de su rebelión no hubo soldados romanos en Jerusalén ni alrededor de ella.
24. (a) Así, el papel de la “cosa repugnante” fue cumplido por ¿quiénes, específicamente? (b) ¿Le ganó esto el favor de Dios al desolador?
24 Por supuesto, en 70 E.C. los “ejércitos acampados” bajo el general Tito eran agentes del Imperio Romano y sí representaban a aquel imperio, la Sexta Potencia Mundial. Pero aquellos “ejércitos acampados,” por efectuar directamente la desolación de la ciudad que era considerada “santa” y con la cual habían estado conectados el nombre y la adoración de Dios, eran la “cosa repugnante que causa desolación.” Aunque estaban cumpliendo las profecías de los profetas de Jehová, esto no les ganó ningún favor ante él. Eran todavía ejércitos paganos, que llevaban los estandartes militares romanos que los soldados adoraban como dioses.
25. ¿Qué se puede decir en cuanto a si los ejércitos de Roma hoy son la “cosa repugnante que causa desolación” de tiempos modernos o no?
25 Hoy, en este siglo veinte de nuestra era común, Roma todavía permanece como ciudad, pero los ejércitos de Roma no constituyen, ni en su totalidad ni en parte, la “abominación de las desolaciones” de tiempos modernos ni “la cosa repugnante que causa desolación.” Esto no se debe a que Roma haya alegado ser “cristiana” desde los días del emperador Constantino en el cuarto siglo. Hace mucho tiempo que el Imperio Romano ha dejado de existir. Ha sido reemplazado por la Séptima Potencia Mundial, la potencia mundial binaria de Gran Bretaña y los Estados Unidos.
26. ¿Qué pregunta surge en cuanto a la Séptima Potencia Mundial, especialmente en vista de las profecías de Daniel 11:31 y Dan 12:11?
26 ¿Resultarán los ejércitos de esta Séptima Potencia Mundial ser la “cosa repugnante que causa desolación” de tiempos modernos, aunque esta Séptima Potencia Mundial afirme ser cristiana? Según la profecía divina (Daniel 11:31 y Dan. 12:11), una “cosa repugnante que causa desolación” habría de desempeñar un papel sacudidor en este siglo veinte. ¿Qué es esto? ¿Resultará ser el predicho desolador de la cristiandad religiosa? Tenemos que seguir investigando para ver.
[Notas]
a Citado del capítulo 21, página 350, párrafo 2, de The Jewish War, de Josefo, traducido al inglés por G. A. Williamson, con fecha de 1959, publicado como The Penguin Classics. Compare esto con el Libro 6, capítulo 9, párrafo 1, de Wars of the Jews, de Josefo, según la traducción de William Whiston, M.A.
b Isaías, capítulo 28, versículo 21, dice: “Porque Jehová se levantará tal como en el monte Perasim, se agitará tal como en la llanura baja cerca de Gabaón, para hacer su hecho —su hecho es extraño— y para obrar su obra —su obra es extraordinaria—.”—Traducción del Nuevo Mundo.
[Mapa de la página 332]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
“Cuando vean a Jerusalén cercada de ejércitos acampados . . . entonces los que estén en Judea echen a huir.”—Luc. 21:20, 21
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