La actitud correcta es una salvaguarda
1. (a) ¿Cuándo escribió Pedro instando a los cristianos a ‘tener muy presente la presencia del día de Jehová’? (b) Después de eso, ¿cuánto faltaría para la llegada del “día” de Jehová?
ALREDEDOR del año 64 E.C. el apóstol Pedro escribió a la congregación cristiana instándolos a ‘tener muy presente la presencia del día de Jehová.’ Cuando los cristianos leyeron aquellas palabras por primera vez todavía faltaban unos seis años para que los romanos destruyeran a Jerusalén, antes del “día” de juicio de Dios en cuanto a aquella ciudad. (Hech. 2:14-21) Faltaban más de 1.900 años para la presencia del “día” en que Jehová juzgaría a la cristiandad y al sistema de cosas actual. Sin embargo, las palabras de Pedro tuvieron una aplicación a los cristianos que vivían en aquel tiempo.
2, 3. ¿Por qué era vital que los cristianos ungidos ‘tuvieran muy presente el día de Jehová’ a través de todos los pasados diecinueve siglos?
2 ¿Por qué tendrían que pensar de este modo unos cristianos que vivían tan distanciados del “día” de Dios para juicio final? Porque cualquier otra actitud los llevaría al lazo de envolverse en el mundo y de poner su confianza y esperanza en cosas mundanas. Habían de tener presente que las cosas que los rodeaban iban a ser destruidas. Además, tendrían que probar su integridad a Dios por medio de ‘no amar al mundo ni las cosas del mundo,’ porque con el tiempo morirían, y ¿cuál sería su registro entonces como cristianos engendrados por espíritu y ungidos, hermanos de Jesucristo?—1 Juan 2:15.
3 La pregunta a que se han encarado los cristianos ungidos durante los pasados diecinueve siglos ha sido: ¿Qué registro tengo ante Jehová Dios ahora? ¿Estoy haciendo seguros el llamamiento y la selección de mí por Dios, de modo que califico para ser uno de su “sacerdocio real,” con esperanzas de reinar con Cristo? (1 Ped. 2:9; 2 Ped. 1:10; Rev. 20:4, 6) No tenían que estar viviendo en el “día de Jehová” para ser juzgados por Jehová como dignos o indignos de aquella posición celestial a la que eran llamados.—Heb. 3:1.
4. ¿Por qué es necesario que hoy, y cada día, demos seria atención a lo que estamos haciendo con nuestra vida?
4 ¿Qué hay de nosotros hoy? ¿Es diferente la situación debido a que estamos cerca del fin de este sistema de cosas? No, no es asunto de esperar hasta que nos sobrevenga la “tribulación grande.” Porque, ¿cómo sabemos que estaremos vivos entonces? En Santiago 4:14, la Biblia nos recuerda: “No saben lo que será su vida mañana. Porque son una neblina que aparece por un poco de tiempo y luego desaparece.” Si tomamos los asuntos a la ligera, no sabemos cuándo nuestro corazón, que no es confiable, nos apartará. (Jer. 17:9) Además, no sabemos cuándo pudieran presentarse condiciones que pudieran hallarnos desprevenidos, para calamidad nuestra, aun antes que venga la “tribulación grande.” ¿Cómo pudiera ser eso? Veamos.
LO QUE SIGNIFICA PERSEVERAR HASTA EL FIN
5. (a) ¿Cuál es el significado de la declaración de Jesús: “El que haya perseverado hasta el fin es el que será salvo”? (b) ¿De qué hecho en cuanto al posible “fin” de la vida actual de uno nos recuerda Salomón?
5 Cuando Jesús habló del tiempo en que vivieron los apóstoles y que prefiguró el tiempo en que nosotros vivimos, dijo: “El que haya perseverado hasta el fin es el que será salvo.” (Mat. 24:13) Hablaba de aguantar persecución, desafuero creciente y odio mundial. Dijo que algunos de sus discípulos serían muertos durante esa persecución. Pero si un cristiano aguantaba todo esto hasta la misma muerte o hasta el fin de esta condición violenta de hostilidad mundial, sería salvo a causa de su integridad. (Mat. 24:9-12) Es posible que no viviera hasta el fin del sistema de cosas, pero sería juzgado en cuanto a si era parte de este mundo o no, prescindiendo de cuándo fuera el “fin” para él. (1 Juan 2:15; Sant. 4:4) Cualquiera de nosotros, seamos de los hermanos engendrados por espíritu y ungidos de Jesucristo, o de las “otras ovejas,” que abrigan esperanzas terrestres, jóvenes o viejos, podemos morir muy rápidamente, hoy o mañana, debido a circunstancias imprevistas, incluso un súbito estallido de persecución religiosa. El sabio rey Salomón habló de la situación que afrontan los hombres en general cuando dijo: “El tiempo y el suceso imprevisto les acaecen a todos. Porque tampoco conoce el hombre su tiempo. Justamente como peces que se cogen en una mala red, y como pájaros que se cogen en una trampa, así son cogidos en lazo los hijos de los hombres en un tiempo calamitoso, cuando cae sobre ellos de repente.”—Ecl. 9:11, 12.
6. ¿Qué “suceso imprevisto” le sobrevino recientemente a uno de los miembros del personal de la central de la Sociedad, pero qué había estado haciendo hasta ese tiempo?
6 Tenemos ejemplos de cuán rápidamente puede venir nuestro fin individualmente lo cual enfatiza la importancia de estar en la condición debida delante de Dios y en buena situación en el favor de él a todo tiempo. No hace mucho uno de los miembros del personal de la central de la Sociedad Watchtower estaba trabajando en un Salón del Reino en Nueva York con otro hermano. Se le acercó un joven que entró en el salón y pidió información, la cual el Testigo bondadosamente le suministró. Súbitamente, bajo animosidad religiosa, el joven sacó un cuchillo y acuchilló al Testigo, matándolo. ¡Qué bueno es saber que el hermano había estado sirviendo fielmente hasta aquel tiempo!
7, 8. ¿Qué debemos aprender de la experiencia de nuestros hermanos en Malawi?
7 También, tenemos la experiencia de testigos de Jehová en Malawi. Éste era un país en el cual la gente había respondido maravillosamente al mensaje del Reino. En 1972 había una proporción de un testigo de Jehová por cada 194 personas de la población de Malawi. Durante ese año 1.617 nuevos se bautizaron. Pudiéramos decir que había verdadera prosperidad para las 447 congregaciones de testigos de Jehová de aquel país, y para los más de 22.000 Testigos que estaban activamente asociados con aquellas congregaciones. Es verdad que en 1967 había habido persecución. Pero en 1972 se pudiera haber pensado: ‘Con tanta prosperidad espiritual ciertamente estamos lejos de que nos ocurra una calamidad.’ Sin embargo, ¿qué les aconteció a los hermanos de Malawi casi de la noche a la mañana? Debido a su neutralidad fiel en cuanto a la política de este mundo sus hogares fueron quemados, algunas de sus mujeres fueron violadas, ellos fueron atacados por chusmas, algunos fueron torturados o muertos y la mayoría se vieron obligados a huir, con peligro para su vida, a países vecinos.
8 ¿Qué aprendemos de esto? El cristiano debe vivir cada día como si pudiera ser el fin de su vida terrestre actual. Tiene que hacer del verdadero cristianismo un modo de vivir, estando estrechamente vinculado con sus hermanos en las congregaciones, sirviendo activamente a Jehová con toda su fuerza. Porque, ¿dónde hubieran estado aquellos hermanos de Malawi si hubieran sido apáticos, negligentes en su condición espiritual? Solo los que tenían fortaleza espiritual pudieron mantenerse firmes cuando vino la prueba, y para crédito de nuestros hermanos de Malawi, una mayoría grande de ellos lo hizo.
9. ¿Qué es lo que determina si se nos hallará agradando a Jehová o no cuando llegue la “tribulación grande”?
9 Dios nos revela lo que es necesario que sepamos para que podamos seguir un proceder sabio y ayudemos a otros avisándoles del peligro y de la inminencia del “día” de Jehová. Pero él no nos ha dicho exactamente en qué año o en qué día, aun en qué hora dará comienzo él a la “tribulación grande” sobre este mundo. (Mat. 24:36) No es el saber en qué tiempo, precisamente, habrá de comenzar la “tribulación grande” lo que determina si estaremos activos en Su servicio o no, o si estaremos viviendo de manera agradable a él o no. Para agradar a Dios, tenemos que servirle en todo tiempo, no siendo el motivo verdadero lo cercano del fin, sino el amor a él como nuestro maravilloso Padre celestial.
POR QUÉ EL TIEMPO QUE DIOS ESCOGE ES EL CORRECTO
10-12. (a) ¿En qué sentido llega el “día” de Jehová como un “lazo”? (b) ¿Cómo muestran los que pierden fe debido a que las cosas no acontecen cuando las esperan que no aprecian la superioridad de la posición de Jehová?
10 Hemos visto que la “tribulación grande” viene súbitamente. Jesús dijo que viene como “lazo.” (Luc. 21:34-36) Un animal que va a ser cogido en un lazo posiblemente ni se dé cuenta siquiera de que está cerca del peligro, cuando de repente queda atrapado irremediablemente. La Biblia no nos está advirtiendo de una situación ficticia. Es real, y acontecerá exactamente cuando debe acontecer y de la manera en que debe acontecer. Dios tiene un tiempo para destruir a este sistema de cosas. Pero algunos se impacientan y pierden fe porque las cosas no suceden como ellos las esperan y parece que la acción de Dios se retarda. Esto se debe a lo corto de la duración de la vida del hombre y la consecuente impaciencia de éste por ver hechas las cosas en el corto tiempo que tiene. Como resultado, puede inclinarse a juzgar a Dios basándose en esa experiencia humana, con sus limitaciones.—Hab. 2:3.
11 Por otra parte, Jehová vive para siempre. No tiene que impacientarse. Puede examinar la situación en sus diferentes puntos y ver precisamente dónde en la corriente del tiempo Sus actos lograrán el mayor bien para todo el que tenga que ver con ellos y también efectuarán cabalmente Su propósito.—Pro. 15:3.
12 Pedro expresa el pensamiento de esta manera: “No vayan a dejar que este hecho en particular se les escape, amados, que un día es para con Jehová como mil años y mil años como un día. No es lento Jehová respecto a su promesa, según lo que algunos consideran lentitud, sino que es paciente para con ustedes porque no desea que ninguno sea destruido, sino desea que todos alcancen el arrepentimiento.”—2 Ped. 3:8, 9.
13. (a) ¿Quiénes se benefician en realidad por el hecho de que Jehová todavía no haya ejecutado juicio en este sistema de cosas? (b) ¿Cómo es cierto que “un día es para con Jehová como mil años y mil años como un día”?
13 De manera que cualquier aparente tardanza de parte de Jehová no es para beneficio personal de él, ni debido a ninguna lentitud en cuanto a tomar acción. Es para beneficio de nosotros los humanos. ¡Qué rápidamente pudiera Jehová destruir a este mundo! Como hace notar Pedro, él puede hacer en un solo día más de lo que los hombres pudieran hacer en mil años. Por ejemplo, cuando Jesús estuvo en la Tierra, restauró a estado saludable manos secas, ojos ciegos, hasta resucitó a un hombre cuyo cuerpo estaba parcialmente descompuesto. Ejecutó estas obras poderosas instantáneamente. Pero piense en el mucho tiempo que se hubiera necesitado en circunstancias ordinarias para que el hombre desarrollara otro brazo, o que en el hombre resucitado se reemplazaran por el crecimiento normal las partes del cuerpo ya deterioradas. Entonces, mirando los asuntos desde el otro ángulo... para Jehová, que vive para siempre, y que se propone las cosas con épocas de anterioridad, el paso de mil años es “como una vigilia durante la noche.” (Sal. 90:4) No está limitado por el tiempo, como lo estamos nosotros. Por eso, si obra de manera que nos parece lenta, tenemos que tener presente que es por consideración a nosotros, y que es absolutamente la mejor manera para todos los implicados.
14. ¿Por qué no es necesario que sepamos exactamente cuándo llegará el “día” de Jehová, pero qué deberíamos estar haciendo?
14 La persona que entiende su posición delante de Dios, teniendo fe en Dios, no tiene por qué estar ansiosa. El apóstol asegura a los cristianos: “Su labor no es en vano en lo relacionado con el Señor.” (1 Cor. 15:58) Si conocemos su propósito, lo que es su voluntad para nosotros ahora, y lo que es la esperanza del futuro, no tenemos que conocer el horario exacto de los acontecimientos. Sin importar cuándo llegue el “día” de Jehová, estaremos ocupados haciendo la voluntad divina. ¿Es eso lo que usted se ha resuelto a hacer?
¿TIENE USTED LA “MARCA”?
15. (a) ¿Cuál es la “marca” que es preciso que tengan todos los que sean salvados para vivir en la Tierra en el nuevo orden de Dios? (b) ¿Qué preguntas en cuanto a la reacción de una persona a las condiciones malas del mundo la ayudarán a analizar si verdaderamente tiene el punto de vista que Dios requiere o no?
15 Precisamente antes de la destrucción de la Jerusalén antigua por los babilonios, Jehová le dio a Ezequiel una visión en la cual un hombre simbólico pasó por Jerusalén, poniendo una marca en la frente de todos los que estaban “suspirando y gimiendo por todas las cosas detestables” que se estaban efectuando en Jerusalén. (Eze. 9:4) Aquello anunció proféticamente una obra que se está efectuando hoy. Cada uno de los que afirman que son de las “otras ovejas,” con la esperanza de vivir aquí en la Tierra en el nuevo orden de Dios, debería hacerse estas preguntas: ¿Tengo realmente la marca? ¿Da evidencia de ello mi vida, tan claramente como una marca en la frente, de que tengo una personalidad verdaderamente cristiana? ¿Odio realmente las cosas malas que veo que están sucediendo, especialmente en la cristiandad? ¿Me siento mal sencillamente porque estas cosas resultan en peligro e inconveniencia para mí, o estoy contristado porque veo que se causa oprobio al nombre de Dios?’
16. (a) Aunque una persona quizás siempre haya sido moralmente casta, ¿por qué eso en sí mismo no significa que tenga la “marca”? (b) Sin embargo, ¿por qué es vital evitar la inmoralidad sexual?
16 Los que verdaderamente despliegan la “marca” de la personalidad cristiana ejercen mucho cuidado para que el día de Jehová no los alcance practicando cosas que los clasificarían con los que aman al mundo. ¿Es eso lo que sucede en el caso de usted? Por ejemplo, ¿qué piensa usted en realidad de cosas como la conducta relajada, la fornicación y el adulterio? Prescindiendo de lo que haya sido su modo de vivir pasado, ¿está usted ahora en plena concordancia con el juicio de Jehová contra los que practican esas cosas? (1 Cor. 6:9-11; Heb. 13:4) Por supuesto, algunas personas jamás han cometido cosa alguna de esa índole. Pero esto en sí mismo no significa que están ‘marcadas’ para sobrevivir. Los que tienen la “marca” no son sencillamente personas que evitan esa clase de conducta porque puede llevar a consecuencias desagradables. Odian lo incorrecto y malo porque es una violación de los caminos justos de Jehová. Se dan cuenta, como se dio cuenta de ello el fiel José, de que la fornicación o el adulterio no solo es cosa que contamina, sino que es de hecho una “gran maldad” y un “pecar contra Dios.” (Gén. 39:9) Es el punto de vista de Jehová lo que principalmente les interesa. Sabiendo que la inmoralidad sexual es uno de los lazos principales de Satanás, es vital evitar situaciones que puedan tentar al individuo a cometer este pecado y salir perdiendo cuando está tan cerca de los portales del Nuevo Orden. Tenga presente el ejemplo de Israel en Moab en las fronteras de la Tierra Prometida. Veinticuatro mil personas perdieron la vida allí en el lazo de la inmoralidad sexual.—Núm. 25:1-9.
17. Si verdaderamente tenemos la “marca,” ¿cuál será nuestra actitud en cuanto a la veracidad, y por qué?
17 ¿Qué hay de la veracidad? ¿Respetamos realmente la verdad, o estamos dispuestos a torcer un poquito la verdad, para salir de una circunstancia inconveniente, o para conseguir algo que deseamos? El mentir es práctica común en los negocios hoy día. Pero ¿cuál fue el origen del mentir? Jesús dijo que el Diablo “es mentiroso y el padre de la mentira.” (Juan 8:44) Un mentiroso, por lo tanto, en realidad está sirviendo al Diablo. Pero damos evidencia de que nos hemos puesto la nueva personalidad, de que verdaderamente tenemos la “marca,” si siempre hablamos la verdad. La Palabra de Dios dice: “Ahora que ustedes han desechado la falsedad, hable verdad cada uno de ustedes con su prójimo.” (Efe. 4:25) ¿Siente usted, al hallarse en aprietos, la tentación de mentir por ser la manera fácil de salir del apuro? ¿O es usted como el escritor de Proverbios que dijo: “La falsedad y la palabra mentirosa aléjalas de mí”?—Pro. 30:8.
18, 19. ¿Por qué se requiere más que simplemente venir a las reuniones y asociarse con los testigos de Jehová, si queremos tener una buena conciencia delante de Dios?
18 Muchas son las personas que están entrando recientemente en el camino de la verdad durante este tiempo cercano al “día de Jehová.” Con anterioridad llevaban a cabo prácticas perjudiciales a sus propias mentes y cuerpos. Pero ahora se están bautizando, solicitando a Dios una buena conciencia. (1 Ped. 3:21) Si usted está entre los que contemplan dar ese paso del bautismo, o si ya ha dado ese paso hace algún tiempo, ¿puede conseguir o recibir de Dios una conciencia buena y limpia si continúa participando en una práctica de la cual se sabe que tiene efectos dañinos en la mente y el cuerpo? ¿Puede usted obtener una conciencia clara y limpia sencillamente por asociarse con los testigos de Jehová, que se esfuerzan por vivir según la elevada norma de limpieza de la Biblia, si al mismo tiempo usted practica algo que ellos rechazan? ¿Puede decir que es realmente uno de ellos? ¿Quiere serlo?
19 Es esencial que tenga una conciencia limpia si espera recibir favor y vida de Dios. Por lo tanto, en todas las cosas que hagamos lo que primero debemos considerar es: ¿Desprestigian estas cosas el nombre de Dios? Y, en segundo lugar: ¿Desprestigian estas cosas a su congregación cristiana que representa su nombre y su reino? El hacer esto nos ayudará a mantener una buena conciencia en el proceder que escojamos. Necesitamos considerar que Dios ha hecho de la congregación cristiana una “columna y apoyo de la verdad” en la Tierra. (1 Tim. 3:15) Debemos vivir en armonía con lo que esa congregación enseña. El tener muy presente la presencia del día de Jehová nos protegerá de seguir apegándonos a algo que, en comparación con el glorioso tesoro del favor de Jehová, es “un montón de basura.” (Fili. 3:8) Hará que uno se esfuerce por mantener una buena conciencia. Uno mantendrá bajo control su cuerpo, para que, después de haber predicado a otros, uno mismo no llegue a ser desaprobado por Dios.—1 Cor. 9:27.
¿DE QUÉ ADVIRTIÓ JESÚS A SUS DISCÍPULOS?
20-23. (a) ¿De qué cosas advirtió Jesús que podrían debilitar nuestra fe, como se muestra en Lucas 21:34-36? (b) Explique cómo estos intereses cotidianos de la vida podrían tener un efecto tan destructivo para la fe. (c) Si realmente queremos que el espíritu de Dios nos dirija, ¿dónde debemos estar?
20 Sin embargo, no son necesariamente las cosas grandes las que pudieran derribar la fe de uno. Dando énfasis al asunto de vivir cotidianamente por fe, el Señor Jesucristo advirtió: “Presten atención a ustedes mismos para que sus corazones nunca lleguen a estar cargados debido a comer con exceso y beber con exceso y por las inquietudes de la vida, y de repente esté aquel día sobre ustedes instantáneamente como un lazo. Porque vendrá sobre todos los que moran sobre la haz de toda la tierra. Manténganse despiertos, pues, en todo tiempo haciendo ruego para que logren escapar de todas estas cosas que están destinadas a suceder, y estar en pie delante del Hijo del hombre.”—Luc. 21:34-36.
21 ¿De qué clase de cosas estaba advirtiendo Jesús aquí? No estaba hablando de pecados como fornicación, adulterio y robo. Por supuesto, esas cosas lo mantendrían a uno fuera del reino de Dios. No obstante, Jesús estaba advirtiéndoles de cosas comunes que fácilmente pueden afectar a cualquiera de nosotros, que tienen que ver con comer, beber y los cuidados diarios de la vida. Pero es muy fácil participar en todas estas cosas hasta un exceso pecaminoso. En ello está lo sutil y peligroso de ellas. Uno puede fácilmente engañarse y pensar que está siguiendo un proceder seguro, y entonces caer desprevenido en una trampa. El individuo puede llegar a estar envuelto y enredado en los asuntos de este mundo y las ansiedades que éstos traen, y producirse serio daño en su espiritualidad. Puede llegar a estar demasiado preocupado con adquirir cosas de esta vida que quizás piense que necesita. Puede llegar a creer que tiene que tener ‘lo óptimo’ de todas las conveniencias y comodidades que el mundo en general tiene. Puede creer que eso justifica el que trabaje tiempo extra en una ocupación seglar para conseguir esas cosas.
22 Como resultado, descuida su vida espiritual; no tiene tiempo para estudiar; no suministra la ayuda que necesita su familia para que se mantenga espiritualmente saludable; pierde en lo referente a asociación con sus hermanos cristianos. Por consiguiente tiene poco celo para participar en el servicio del campo. Aun lo que hace lo ejecuta como servicio perfunctorio, sin afanarse por ayudar a otros a llegar a ser discípulos. Realmente demuestra que de hecho no cree que Cristo está reinando y que el día de Jehová se ha acercado.
23 Por otra parte, si un individuo verdaderamente está haciendo ruego a Dios, desea que el espíritu de Dios esté sobre él, que lo guíe. Este individuo se pondrá donde el espíritu de Dios está activo, asociándose con los que tienen el espíritu de Dios y siendo un verdadero compañero y colaborador de ellos.
MOTIVO ADECUADO PARA LA OBRA DE PREDICAR
24. ¿Qué movía a Jesús en su predicación de las “buenas nuevas”?
24 ¿Qué movía a Jesucristo, el mayor Predicador que ha habido en la Tierra? Su amor a Jehová y a las “ovejas” de Jehová. “Al ver las muchedumbres,” informa Mateo en el Mateo capítulo 9, versículo 36, “se compadeció de ellas, porque estaban desolladas y desparramadas como ovejas sin pastor.” ¿Simplemente se sintió mal Jesús en cuanto a aquellas personas, o meramente habló a sus discípulos acerca de la lamentable condición de ellas? No. Él amaba a la gente desde el corazón, y eso lo movía a tomar acción con gran esfuerzo a favor de ella. Las mismísimas siguientes palabras del relato de Mateo (vers. Mat. 9:37, 38) dicen: “Entonces dijo a sus discípulos: ‘Sí, la mies es mucha, mas los obreros son pocos. Por lo tanto, rueguen al Amo de la mies que envíe obreros a su siega.” Y Jesús y sus discípulos sí segaron una gran mies. En Hechos 4:4 hallamos que la cantidad de los hombres qué creían para aquel tiempo era de cinco mil, y más tarde, en Hechos 6:7, leemos: “Por consiguiente, la palabra de Dios siguió creciendo, y él número de los discípulos siguió multiplicándose muchísimo en Jerusalén; y una gran muchedumbre de sacerdotes empezó a ser obediente a la fe.”
25, 26. (a) En vista de la necesidad de que la gente aprenda la verdad, ¿a qué preguntas se encara cada uno de nosotros? (b) Como se ilustra por la experiencia de un matrimonio en Irlanda, ¿qué debe movernos a seguir predicando?
25 De modo similar hoy, la necesidad es muy grande. Nunca ha tenido la gente por todo el mundo mayor necesidad de la verdad. Por eso, cada uno de nosotros se encara a estas preguntas: ¿Amo yo a las “ovejas” esparcidas de Jehová? ¿Estoy dispuesto, no solo a condenar y censurar las malas condiciones, sino a hacer algo, lo único que verdaderamente ayudará a estas personas? ¿Amo a Jehová lo suficiente para probar mi amor de esa manera?
26 Un cristiano que había servido con su esposa como ministro precursor de los testigos de Jehová en Irlanda por catorce años dijo: ‘Día tras día salíamos durante todo el día de casa en casa y no hallábamos siquiera una respuesta. Por la noche cuando llegaba a casa tenía que seguir preguntándome: ¿Por qué estoy haciendo esto? Y la respuesta siempre tenía que ser: Porque amo a Jehová.’
27. Si nos enfrentamos a indiferencia u oposición en nuestro ministerio, ¿qué consejo bíblico podemos recordar provechosamente?
27 ¿Qué hay en cuanto a usted mismo? ¿Se enfrenta a indiferencia u oposición en su territorio? Si es así, recuerde las palabras de Pablo en Hebreos 10:36-39: “Ustedes tienen necesidad de perseverancia, para que, después que hayan hecho la voluntad de Dios, reciban el cumplimiento de la promesa. Porque aún ‘un poquito de tiempo,’ y ‘el que viene llegará y no tardará.’ ‘Pero mi justo vivirá a causa de la fe,’ y, ‘si se retrae, mi alma no se complace en él.’ Ahora bien, nosotros no somos de la clase que se retrae para destrucción, sino de la clase que tiene fe que resulta en conservar viva el alma.”
28. Por eso, ¿cómo debemos sentirnos en cuanto al privilegio de ser testigos de Jehová?
28 En vista de todas estas cosas, pues, es bueno que todos nos examinemos para asegurarnos del espíritu que tenemos. Si hemos llegado a ser testigos bautizados de Jehová, ciertamente no queremos desarrollar una actitud negativa en cuanto a la posición gloriosa en que estamos. Este magnífico favor de Jehová debe movernos a tener un interés ardiente en otros y un deseo de ayudar a otros. Nos debe impeler a ser de toda alma en nuestro servicio a Jehová. (Ecl. 9:10) Poseyendo el tesoro de la verdad, y estando favorecidos con el ministerio cristiano, no podemos permitirnos ahora eludir nuestra responsabilidad por una manera apática de razonar o por excusas.
29. ¿Qué hará que podamos esperar el “día” de Jehová con confianza gozosa?
29 Jehová nos estimula por medio del profeta Isaías, diciendo: “Aquí estoy colocando como fundamento en Sión una piedra, una piedra probada, el precioso ángulo de un fundamento seguro. Nadie que ejerza fe será sobrecogido de pánico.” (Isa. 28:16) Allá en el día de Isaías la gente confiaba en una paz y seguridad falsa. Pero hoy, sabemos que el Rey Jesucristo está gobernando y que el glorioso nuevo orden de verdadera paz y seguridad se ha acercado. Si ejercemos fe seremos firmes, y no nos sacudirán las dudas. No hay duda en cuanto a lo que se requiere de nosotros para que vivamos en ese nuevo orden. Fe firme aunada a “actos santos de conducta y hechos de devoción piadosa” nos asegurarán la salvación. Así estaremos aprobados delante del Hijo del hombre cuando llegue el “día” ardiente de Jehová.