Preguntas de los lectores
● La Atalaya del 1 de septiembre de 1951, páginas 521, 522, dijo: “Fornicadores son personas solteras que cometen inmoralidades. Adúlteros son personas casadas que voluntariamente tienen relaciones sexuales con alguien del sexo opuesto que no es su consorte legal.” Empero Mateo 19:9 se refiere a la inmoralidad de una mujer casada como fornicación. ¿Por qué?—E. W., Texas.
Jurídica y generalmente la distinción se hace entre los dos términos como La Atalaya la presenta, aunque a veces fornicación se usa en un sentido más extenso para abarcar toda la inmoralidad sexual. El diccionario sin abreviar de Wébster de 1950 define fornicación: “Relación sexual ilícita por parte de una persona soltera; el acto de tal relación sexual ilícita entre un hombre y una mujer que según la ley no llega a ser adulterio (véase). Fornicación es a veces, esp. en la Biblia, usada para incluir toda relación sexual salvo entre esposo y esposa o concubina; pero generalmente es diferenciada de adulterio, y a veces de incesto.” Vea Mateo 15:19; Marcos 7:21, 22; 1 Corintios 6:9, NM; Gálatas 5:19; Hebreos 13:4, NM. Bajo “Adulterio” este diccionario declara: “Infidelidad sexual de una persona casada; relación sexual voluntaria de un hombre casado con alguien que no es su esposa o por una mujer casada con alguien que no es su esposo.”
● ¿Sabía Jesús, durante su niñez, que iba a ser el Mesías, y comprendió que había existido anteriormente como criatura espiritual, como el Logos?—C. R., Pensilvania
“El ángel de Jehová se le apareció en un sueño, diciendo: ‘José, hijo de David, no tengas miedo de llevar a María tu esposa a la casa, porque lo que ha sido engendrado en ella es por el espíritu santo. Dará a luz un hijo, y debes llamarlo “Jesús”, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.’” (Mat. 1:20, 21, NM) De esto José sabía que Jesús era el Hijo de Dios y destinado a ser el medio de salvación.
A María el ángel Gabriel le dijo: “Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y haz de llamarlo Jesús. Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y Jehová Dios le dará el trono de David su padre, y él será rey sobre la casa de Jacob para siempre, y no habrá fin de su reino. . . . Espíritu santo vendrá sobre ti, y poder del Altísimo te sombreará. Por esa razón también lo que nace será llamado santo, Hijo de Dios.” (Luc. 1:30-35, NM) De modo que María sabía que Jesús era el Hijo de Dios y que también iba a ser el Mesías prometido para reinar como rey en un reino eterno; aunque ella, como los demás judíos, creía que este reino sería terreno.
Elisabet, madre de Juan el Bautista, sabía que Jesús iba a ser el Señor, saludando a María bajo inspiración: “¿A qué se debe que tenga este privilegio, de que venga a mí la madre de mi Señor?” (Luc. 1:41-43, NM) Zacarías, padre de Juan el Bautista, estaba enterado de que un Salvador había sido provisto, y que su hijo Juan iba a preparar el camino delante de Él. (Luc. 1:67-79, NM) Al tiempo del nacimiento de Jesús varios pastores sabían que él iba a ser el Mesías, Cristo el Señor, porque el ángel de Jehová les dijo: “Les nació a ustedes hoy un Salvador, que es Cristo el Señor.” Ellos dieron publicidad a este hecho. (Luc. 2:8-20, NM) Simeón había recibido una promesa divina de que “él no vería la muerte antes que hubiese visto al Cristo de Jehová”, y cuando él vió al joven Jesús en el templo reconoció el cumplimiento de la promesa y dijo: “Mis ojos han visto tu medio de salvación.” (Luc. 2:25-32, NM) También en el templo estaba Ana, una profetisa, que reconoció al niño Jesús como el Libertador venidero.—Luc. 2:36-38, NM.
Ciertamente estas cosas importantes se dieron a conocer al joven Jesús, y probablemente tenía presente esta relación y obligación especiales para Jehová cuando como un joven de doce años él les elijo a sus padres terrestres: “¿No sabían ustedes que debo estar en la casa de mi Padre?” (Luc. 2:49, NM) Juan el Bautista también pareció estar enterado de estas cosas, como se indicó por su vacilación para sumergir a Jesús sobre la base de que Jesús era muy superior a él. (Mat. 3:11-15) Por eso parece que no hay duda de que Jesús, durante su niñez, sabía que iba a ser el Mesías prometido. Pero él muy probablemente consideró que al ser Mesías lo sería sobre un reino teocrático terrestre. Ese era el entendimiento aceptado de los judíos en ese tiempo tocante al reino del Mesías.
A medida que Jesús se acercó a los treinta años de edad y su conocimiento de las profecías aumentó puede haber recibido gradualmente indicios de que el ser Mesías significaba más que eso, pero probablemente no fué sino hasta su inmersión y el descenso del espíritu santo sobre él que apreció que era un reino celestial el que iba a poseer, y que anteriormente él había existido como el Logos. El hombre natural Jesús no discernió estas cosas del espíritu, pero cuando el espíritu vino sobre él el espíritu se las reveló. “Los cielos fueron abiertos” para él y cosas celestiales fueron discernibles a él. (Mat. 3:16, 17, NM) Juan el Bautista aparentemente sabía de la existencia prehumana de Jesús, diciendo: “El que viene detrás de mí se me ha adelantado, porque existió antes de mí.” Puesto que Jesús no existió antes de Juan como criatura humana, existencia prehumana debe haberse querido decir aquí. Pero no hay indicación de que Juan dijo esto antes del bautismo de Jesús; él probablemente lo dijo después, posiblemente cerca del tiempo cuando él dijo del ungido Jesús, “Aquél debe seguir aumentando, pero yo debo seguir menguando,” puesto que hay alguna similitud de pensamiento entre las dos expresiones.—Juan 1:15; 3:30, NM.
Fué después de su unción que Jesús definitivamente supo de su existencia anterior como criatura espiritual, y testificó de ella. En Juan 8:58 (NM) él dijo: “Antes que Abrahán viniera a la existencia, yo he sido.” Antes de su muerte Jesús dijo: “Padre, glorifícame al lado tuyo con la gloria que tenía al lado tuyo antes que el mundo existiera.” (Juan 17:5, NM) Por eso debido a su engendramiento espiritual Jesús supo de su existencia anterior como criatura espiritual, pero sus discípulos a menudo fueron confundidos por tales referencias y no comprendieron tales cosas espirituales hasta que su mente fué igualmente iluminada por el espíritu santo en el Pentecostés. Por lo tanto puesto que parece que tal entendimiento vino mediante el espíritu santo, Jesús no sabía acerca de su existencia prehumana hasta su unción en el río Jordán, aunque entendió durante su niñez que iba a ser el Mesías prometido.