Cómo toda Escritura inspirada por Dios es provechosa
1. ¿Cuál es el verdadero propósito de la Biblia, y por lo tanto, habrá otro libro que se pueda comparar con él?
LA MAYORÍA de los libros hoy están escritos para venderse, con ganancia financiera para los autores y los impresores. La Biblia no se escribió para ser solo “el libro de mayor venta.” Es en realidad el libro de más venta hoy día, pues hasta ahora se ha traducido en 1,202 idiomas y se vende por millones de ejemplares cada año, de modo que tiene una circulación o distribución sin par. Así precisamente es como debe ser. Pero el verdadero propósito de la Biblia no es el obtener ganancia material, sino el obtener ganancia espiritual que resulta en vida eterna en el glorioso nuevo orden de Dios. Así que ningún otro libro se puede comparar con la Biblia, la Palabra de Dios, en los beneficios que da a los que la leen y viven en armonía con ella. Es el libro más provechoso que hay sobre la Tierra. Por lo tanto, debemos leerlo.
2. (a) Resuma todos los beneficios que se derivan de las Escrituras como se mencionan en 2 Timoteo 3:16, 17. (b) ¿Cuánto de los “santos escritos” quiso decir Pablo por el término “toda Escritura,” y cómo ilustra esto Pablo?
2 Note cuán provechosos son los “santos escritos” para los lectores que desean ser hombres de Dios, gente que pertenezca a Dios por una dedicación completa de sí mismos y por servirle como varones de Dios deberían servirle. Esto es lo que el apóstol Pablo le escribió al superintendente cristiano Timoteo acerca de lo beneficioso de las Santas Escrituras: “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia, para que el hombre de Dios sea enteramente competente, completamente equipado para toda buena obra.” (2 Tim. 3:16, 17) Como Pablo dijo “toda Escritura,” él quiso decir toda la Biblia, no solo el llamado Nuevo Testamento del que algunos religiosos de la cristiandad dicen que es todo lo que se necesita para los cristianos, y no solo las inspiradas Escrituras Hebreas de que los judíos dicen que es todo lo que se necesita para obtener una vida bendita en el mundo futuro. Necesitamos toda la Biblia, la parte precristiana y la parte cristiana, pues ambas partes están ‘inspiradas de Dios’ y no nos atrevemos a pasar por alto nada que Dios inspira. Todo ello es provechoso para los que buscan la vida eterna en felicidad. Es tal como escribió el apóstol Pablo después que hizo una cita de las Escrituras Hebreas precristianas y la aplicó a Jesucristo, diciendo: “Porque aun Cristo no se agradó a sí mismo; sino que, así como está escrito [en Salmo 69:9]: ‘Los vituperios de los que te vituperaban han caído sobre mí.’ Porque todas las cosas que fueron escritas en tiempo pasado [es decir, antes del tiempo de Cristo] fueron escritas para nuestra instrucción, para que por medio de nuestra perseverancia y por medio del consuelo de las Escrituras [escritas antes de Cristo] tengamos esperanza.” (Rom. 15:3, 4) Por lo tanto, para que cualquier “hombre de Dios” sea “enteramente competente, completamente equipado,” tiene que tener y usar toda la Palabra de Dios, la Biblia.
PARA ENSEÑAR
3. ¿Qué capacitaba a Pablo como maestro, y quién es nuestro Mayor Maestro?
3 Note que el apóstol Pablo dice que toda escritura que Dios inspiró es provechosa para enseñar, es decir, para usarla en enseñar a otros cómo ganar el precioso premio de la vida eterna. Pablo mismo fue un excelente ejemplo de este hecho, y él le escribió a Timoteo: “Fui nombrado predicador y apóstol—digo la verdad, no miento—maestro de naciones en el asunto de la fe y la verdad.” (1 Tim. 2:7) Pablo fue el que más escribió entre los cristianos inspirados que contribuyeron a la escritura de la Biblia. El y siete otros discípulos de Cristo escribieron las Escrituras Griegas Cristianas, y ellos eran seguidores del mayor maestro que ha habido sobre la Tierra como hombre, Jesucristo. Además, el Inspirador celestial de toda la Biblia es el Mayor Maestro de toda la existencia, y concerniente a él se dicen estas palabras a la organización de Dios: “Todos tus hijos serán personas enseñadas por Jehová.”—Isa. 54:13; Juan 6:45.
4. ¿Cómo se hace Jehová nuestro Maestro?
4 ¿No debiera electrizarnos el pensar que a nosotros nos enseña Jehová Dios mismo? El sí se hace nuestro maestro si tomamos su Libro inspirado y lo leemos y estudiamos y aplicamos como Sus estudiantes. De modo que su Santo Libro debe tener cualidades de enseñanza superiores a las de los más recientes libros hechos por el hombre, no, por supuesto, para enseñar temas escolares mundanos, sino para enseñarnos cómo tener éxito glorioso en la vida por medio de vivir en armonía con el propósito revelado del Dador de vida eterna, Jehová Dios.
5. ¿Qué hechos hacen manifiesto que no solo los once apóstoles fieles habían de ser maestros de la Palabra de Dios?
5 No fue solo a los once apóstoles fieles, sino a todos los discípulos reunidos en una ocasión en la provincia de Galilea que Jesucristo resucitado les dio este mandato: “Por lo tanto vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado. Y, ¡miren! estoy con ustedes todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas.” (Mat. 28:19, 20) Los once fieles apóstoles estaban muertos para el fin del primer siglo, y por lo tanto ese mandato de hacer discípulos, bautizarlos y enseñarles hasta el fin del sistema de cosas no pudiera haber sido para los apóstoles solamente, sino para todos sus discípulos. No los once fieles apóstoles, sino nosotros hoy somos los que vivimos en la Tierra durante la “conclusión del sistema de cosas” y confiamos en que Jesucristo resucitado estará con nosotros todos los días hasta el fin de esta “conclusión del sistema de cosas.” Es a nosotros, por lo tanto, a quienes aplica también este mandato de hacer discípulos, bautizarlos y enseñarles. Para probar que somos sus seguidores fieles ahora tenemos que hacer estas cosas.
6. ¿Por qué se necesita un registro escrito exacto para enseñar la verdad, y hubo que cambiarlo o no después de la muerte y resurrección de Jesús?
6 Para hacer estas cosas que se nos ha mandado hacer necesitamos un libro, algo escrito o impreso, no solo decires, no alguna tradición no escrita que dependa para su exactitud de la honradez o la memoria perfecta de las personas que pasen la información verbalmente. Aun Jesucristo, el mayor Maestro que ha habido en la Tierra, no hablaba solo lo que le venía a la mente. El usó un libro de instrucción, y ese libro era la Santa Biblia de su día, los inspirados “santos escritos” en hebreo y arameo, los cuales él podía leer y estudiar. Por eso él decía siempre: “Está escrito,” y citaba de las inspiradas Escrituras Hebreas. (Mat. 4:4-10; Luc. 24:27, 32, 44-47) Después que fue resucitado de los muertos y ascendió de vuelta al cielo el libro de texto para la instrucción de sus discípulos no fue cambiado e invalidado por otra cosa; se retuvo, pero se le hizo más amplio, o se le añadió, pues se le hicieron veintisiete añadiduras bajo inspiración divina, para completar el libro de texto. En su entereza ahora tiene casi mil novecientos años, pero no está anticuado ni necesita que algo más moderno lo sustituya.
7. ¿Por qué es todavía el libro “correcto” para enseñanza en nuestro día?
7 Por sus profecías está hasta más adelantado que nuestro día. Siempre permanece ‘inspirado de Dios,’ y por lo tanto siempre está bien, correcto, aun en esta era nuclear, del espacio, esta Era del Cerebro en que los hombres están usando en ciertas maneras el cerebro que el Dios de la Biblia les dio. No, no tenemos que cambiar nuestro libro de texto de instrucción. Lo que tenemos que hacer es obedecer el mandato de enseñar lo que dice, porque es la “palabra de Dios.” En esto podemos imitar a nuestro Maestro Ejemplar, a Jesucristo, y también a sus doce apóstoles. Concerniente al apóstol Pablo cuando estaba en Corinto, Lucas su compañero misionero dice: “De modo que se quedó establecido allí un año y seis meses, enseñando entre ellos la palabra de Dios.”—Hech. 18:1-11.
8, 9. ¿Con qué problemas en cuanto a enseñar la verdad nos confrontamos hoy día?
8 Hoy tenemos que enseñar rodeados por clérigos religiosos que regalan el oído de sus rebaños eclesiásticos con cosas que a la gente le gusta oír, para agradarlos y sacar de ellos un salario. Así fue como Pablo le escribió a Timoteo que sería, diciendo:
9 “Porque habrá un período de tiempo en que no soportarán la enseñanza sana, sino que, de acuerdo con sus propios deseos, acumularán para sí mismos maestros para que les regalen los oídos; y apartarán sus oídos de la verdad, siendo que serán desviados a cuentos falsos.” (2 Tim. 4:3, 4) “La expresión inspirada dice definitivamente que en períodos de tiempo posteriores algunos se apartarán de la fe, prestando atención a expresiones inspiradas que extravían y a enseñanzas de demonios, por la hipocresía de hombres que hablan mentiras, marcados en su conciencia como si fuera con hierro de marcar; prohibiendo casarse, mandando abstenerse de alimentos que Dios creó para que participen de ellos con acción de gracias los que tienen fe y conocen la verdad con exactitud. Dando estos consejos a los hermanos serás excelente ministro de Cristo Jesús, uno nutrido con las palabras de la fe y de la excelente enseñanza que tú has seguido con sumo cuidado y atención. Pero niégate a admitir los cuentos falsos que violan lo que es santo y los cuales las viejas cuentan.”—1 Tim. 4:1-3, 6, 7.
10, 11. (a) En vista de la situación ahora, ¿de qué tenemos que estar seguros personalmente en cuanto a nuestra enseñanza? (b) ¿Qué ayuda sobresaliente se nos da?
10 Ante tal situación, tenemos que investigar no solo lo que enseñan esos clérigos de la cristiandad comparándolo con nuestros ejemplares o copias de la Santa Biblia, sino también lo que nosotros enseñamos, para que siempre seamos bíblicos. Sinceramente no deseamos hacemos falsos, enfermos mentalmente, enfermos espiritualmente y verdaderamente anticristianos como maestros. De modo que, de la Palabra inspirada de Dios tenemos que enseñarnos a nosotros mismos así como a otros, así siguiendo nosotros lo que les enseñamos a otros a seguir. Mientras estudiamos la Biblia como estudiantes o discípulos de Jehová Dios, hay una fuerza iluminadora que necesitamos. ¿Cuál es ésa? Es el espíritu santo de Dios. La Biblia fue producida por inspiración del espíritu de Dios, y para entenderla tenemos que tener la ayuda de ese mismo espíritu. Mostrando esta necesidad, Pablo escribió concerniente a cosas que Dios ha preparado para los que lo aman:
11 “Es a nosotros que Dios las ha revelado por medio de su espíritu, porque el espíritu escudriña todas las cosas, aun las cosas profundas de Dios . . . nadie ha llegado a conocer las cosas de Dios, salvo el espíritu de Dios. Ahora bien, nosotros recibimos, no el espíritu del mundo, sino el espíritu que proviene de Dios, para que conozcamos las cosas que Dios nos ha dado bondadosamente. De estas cosas también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las enseñadas por el espíritu, combinando asuntos espirituales con palabras espirituales.”
12, 13. (a) ¿Por qué hoy los cristianos necesitan que se derrame el espíritu santo de Jehová sobre ellos, y dónde hallan ese espíritu en gran medida? (b) ¿Qué hacen, pues?
12 En armonía con esas palabras de 1 Corintios 2:10-13, el apóstol Pedro mismo fue enseñado por el espíritu derramado de Dios en el día del Pentecostés de modo que dijera lo que dijo acerca del cumplimiento de las profecías de Joel 2:28-32 y Salmos 16:8-11 y 110:1, textos que los discípulos de Cristo nunca habían entendido antes. (Hech. 2:1-36) Desde el fin de la I Guerra Mundial en 1918 nosotros los estudiantes de la Palabra de Dios hemos necesitado la ayuda del espíritu de Dios tanto como la necesitaron aquellos primeros cristianos en aquel día de Pentecostés de 33 d. de J.C. De otro modo no podríamos haber discernido el maravilloso cumplimiento de profecías bíblicas que dan prueba a nuestros ojos, a nuestra mente y nuestro corazón, de que el reino mesiánico de Dios fue establecido en el cielo en 1914 d. de J.C. para acabar con todos los enemigos de Dios y dar a la humanidad un gobierno perfecto de justicia. (Mateo, capítulos 24, 25; Marcos 13; Lucas 21; Rev. 11:15–12:10) La Biblia de Dios está cargada de este espíritu, y cualquiera que en oración toma a pecho la Biblia siente el efecto de ese espíritu. Concerniente a la palabra hablada Jesús dijo: “El espíritu es lo que es dador de vida; . . . Los dichos que yo les he hablado son espíritu y son vida.” (Juan 6:63) Así es con la Palabra escrita de Dios: tiene en ella el espíritu de Dios y por lo tanto es instructiva.
13 Tenemos que seguir el espíritu expresado en esa Palabra escrita más bien que dejar que anticristos nos enseñen cosas que son contrarias a esa Palabra espiritual. Como escribió el apóstol Juan, después de una consideración en cuanto a mentirosos anticristianos: “En cuanto a ustedes, la unción [con el espíritu de Dios] que recibieron de él permanece en ustedes, y no necesitan que nadie les esté enseñando; antes bien, como la unción de él les está enseñando acerca de todas las cosas, y es verdad y no es mentira, y así como les ha enseñado, permanezcan en unión con él,” de quien recibieron la unción con el espíritu. Esto lo hacemos por medio de permanecer en armonía con la Palabra escrita de Dios.—1 Juan 2:27.
14. ¿Por qué es Jesús tan excelente ejemplo que seguir?
14 Jesucristo, nuestro Maestro Ejemplar, dijo: “No hago nada de mi propia iniciativa; sino que hablo estas cosas así como el Padre me enseñó.” (Juan 8:28) Como hombre de Dios perfecto él también había sido instruido por lo que entonces era la Palabra escrita de Dios. Puesto que era lo suficientemente humilde para aceptar la enseñanza de Jehová, nosotros como sus seguidores no tenemos razón para ser demasiado orgullosos para aceptar la enseñanza de Jehová por medio de su libro y con la ayuda de su espíritu. Nada se puede comparar con sus “santos escritos” en cuanto a ser ‘provechosos para enseñar.’ Sea enseñado por medio de este libro y entonces, a su vez, enseñe a otros por medio de él.
“PARA CENSURAR”
15. ¿Cómo es “toda Escritura” provechosa para censurar a uno?
15 El apóstol Pablo escribió que toda Escritura inspirada es provechosa también “para censurar.” Siendo imperfectos como aun nosotros los cristianos lo somos, a veces se necesita que se dé censura a los cristianos. En cierta ocasión Jesucristo resucitado censuró fuertemente a una entera congregación cristiana, diciéndole cuán materialista se había hecho y cuán desdichada, lastimosa, pobre, ciega y desnuda era espiritualmente. Y al dar consejo final a esta congregación de Laodicea, en el Asia Menor, dijo: “A todos aquellos a quienes les tengo cariño los censuro y los disciplino. Por lo tanto sé celoso y arrepiéntete.”—Rev. 3:14-19.
16, 17. (a) ¿Por qué se hizo necesario censurar a Pedro? (b) ¿Cómo fue que Pablo censuró a Pedro?
16 Aun un apóstol tuvo que ser censurado en cierta ocasión. Ese fue el apóstol Pedro o Cefas. En el año 36, cuando abrió la puerta para que gentiles incircuncisos (no judíos) entraran en la congregación cristiana, él apropiadamente aceptó el que se le atendiera en un hogar gentil, y esto por primera vez. Años después, por miedo a posible crítica, rehusó asociarse con cristianos gentiles en Antioquía, Siria, influyendo también en otros cristianos judíos hacia el mismo comportamiento que encerraba hipocresía. Dios usó a otro apóstol, a saber, a Pablo, para censurar a Pedro.
17 Pablo dice: “Cuando yo vi que no estaban andando rectamente conforme a la verdad de las buenas nuevas, le dije a Cefas delante de todos ellos: ‘Si tú, aunque eres judío, vives como las naciones, y no como los judíos, ¿cómo es que obligas a la gente de las naciones a vivir conforme a la práctica judía?’” Pablo censuró a Cefas, es decir, a Pedro, ante todos los demás. ¿Por qué? En explicación Pablo dijo: “Lo resistí cara a cara, porque se hallaba condenado.” (Gál. 2:11-14; Hech. 10:24-48) Se entiende que Pedro (Cefas) reconoció su error y enderezó su comportamiento cristiano, estando ahora preocupado más por la crítica proveniente de Dios por medio de un siervo apostólico que por la crítica de hombres que tenían un punto de vista equivocado.
18. Explique la diferencia entre censurar y reprender.
18 Aquí es donde podemos ver la diferencia entre una reprensión y una censura en las Escrituras, en que se usan diferentes palabras griegas para ambas palabras. Una reprensión quizás no tenga base verdadera para que se dé. Por lo tanto, puede administrarse injustamente, razón por la cual no convence o marca como culpable a la persona reprendida de ningún pecado o mal, porque no existe ninguno. Tal reprensión no produce cambio en la conducta en arrepentimiento de parte de la persona a quien se ha reprendido. Esto finalmente debería hacer que el que reprendió se diera cuenta de que se había equivocado.
19. (a) ¿Cómo, pues, estuvo Pedro reprendiendo más bien que censurando a Jesús? (b) Sin embargo, ¿por qué fue apropiado que Jesús reprendiera al demonio y los vientos y el mar tormentosos?
19 Este fue el caso con el apóstol Pedro y el Señor Jesucristo. Jesús acababa de decir a sus apóstoles por primera vez acerca del proceder doloroso de sacrificarse que tenía que seguir para hacer la voluntad de Dios. “Y Pedro, tomándolo aparte, comenzó á reprenderle, diciendo: Señor, ten compasión de ti: en ninguna manera esto te acontezca. Entonces él, volviéndose, dijo á Pedro: Quítate de delante de mí, Satanás; me eres escándalo; porque no entiendes lo que es de Dios sino lo que es de los hombres.’” (Mat. 6:21-23, Val) Pedro reprendió a su Amo Jesús levantando fuertes objeciones a lo que Jesús dijo. Jesús no merecía tal reprensión, y por lo tanto, en vez de arrepentirse y cambiar de proceder, corrigió a Pedro, que había hablado sin pensar y apresurándose. Por supuesto, Jesús tuvo razón al reprender al demonio, obligándolo a salir del niño que estaba poseído. (Mat. 17:18) En una tormenta en el mar Jesús reprendió a los vientos y el mar. No podía censurar a aquellas cosas inanimadas.—Mat. 8:23-27.
20, 21. (a) ¿Qué consejo dio Jesús en Lucas 17:3 según las traducciones Moderna y Valera de la Biblia? (b) ¿Por qué, entonces, habla Jesús de censurar a un hermano en Mateo 18:15-17?
20 En cuanto a dificultades entre hermanos cristianos, Jesús dijo: “¡Mirad por vosotros mismos! Si pecare contra ti tu hermano, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale.” (Luc. 17:3, Mod; Val) No obstante, el pecador quizás no quiera arrepentirse en todos los casos de modo que obtenga perdón.
21 ¿Por qué, entonces, en un caso similar habló Jesús de censurar? Dijo: “Si tu hermano comete un pecado, ve y pon al descubierto su culpa [o, administra una censura] entre ti y él a solas. Si te escucha, has ganado a tu hermano. Pero si no escucha, toma contigo uno o dos más, para que por boca de dos o tres testigos se establezca todo asunto. Si no les escucha a ellos, habla a la congregación. Si no escucha ni siquiera a la congregación, sea para ti exactamente como hombre de las naciones y como recaudador de impuestos.” (Mat. 18:15-17) Puesto que, en este caso, el individuo acusado merece ser expulsado de la congregación, la censura de él era merecida, más que una mera reprensión. Se le probó que estaba equivocado y él lo sabe en su interior. Este era el propósito que se tenía cuando el que fue ofendido por el pecado primero puso al descubierto la culpa de esta persona entre él y el pecador, aunque el pecador nunca quiso confesar su pecado. La presentación de prueba continúo, primero ante varios testigos y entonces ante la congregación.
22, 23. (a) ¿Qué está envuelto en censurar a un hermano? (b) ¿Cómo ilustró Pablo el significado de la censura?
22 Así en el caso de la censura, el que la hace no solo hace la acusación sino que también produce la prueba que la sostenga. Si la persona acusada dice algo en su propia defensa, el que censura no se limita a contestarle; lo refuta, prueba que el otro está mal. La persona censurada quizás ni entonces haga una confesión, una admisión honrada de su culpa, pero en lo interior se siente probado culpable. Está convencido internamente de su pecado o mala acción. Esto debería llevarlo a cambiar su proceder en armonía con su sentimiento de culpa. Si no hace eso, puede ser expulsado sobre la base de la prueba o evidencia. Cómo puede operar una censura lo ilustra el apóstol Pablo en 1 Corintios 14:24, 25, donde escribe a la congregación:
23 “Si [en una reunión] todos ustedes están profetizando y entra cualquier incrédulo o persona común, es censurado por todos ellos, es examinado con cuidado y atención por todos; los secretos de su corazón se hacen manifiestos, de modo que él caerá sobre su rostro y adorará a Dios, declarando: ‘Dios verdaderamente está entre ustedes.’”
24, 25. ¿Qué responsabilidad conectada con la censura tiene un portador de la luz?
24 Si declaramos la Palabra de verdad de Dios, ésta dará su propia censura. Por eso Jesucristo dijo: “El que practica cosas viles odia la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean censuradas.” (Juan 3:20) Los que llevan la luz de los “santos escritos” de Dios deberían estar censurando las cosas de oscuridad religiosa, moral. Pablo dice a los portadores de la luz:
25 “Cesen de participar con ellos en las obras infructíferas que pertenecen a la oscuridad, sino, más bien, aun censúrenlas, porque las cosas que se efectúan en secreto por ellos es vergonzoso hasta contarlas. Ahora bien, todas las cosas que se están censurando se ponen de manifiesto por la luz, porque todo lo que se está poniendo de manifiesto es luz [una cosa que ya no es secreta o está cubierta por la oscuridad, sino que es una cosa encendida, iluminada]. Por lo cual dice: ‘Despierta, tú que duermes, y levántate de entre los muertos, y el Cristo resplandecerá sobre ti.”—Efe. 5:11-14.
26. Al ser censurado, ¿qué hace el que es sabio?
26 El que duerme como en la oscuridad de la noche, quien por lo tanto está muerto en sus transgresiones y pecados, acepta la censura que se le da y despierta y se levanta de su condición de muerte espiritual y se pone a seguir a Jesucristo. Cristo brilla sobre él con favor y con verdad, y él llega a ser un portador de la luz, reflejando la luz que recibe de Cristo, de quien testifican todos los “santos escritos.”
27. ¿Cómo mostró Pablo al escribir a Timoteo y Tito que era necesario censurar?
27 En algunas circunstancias un superintendente de congregación tiene que censurar a un miembro o miembros de la congregación públicamente. Por lo tanto, en su primera carta a Timoteo, Pablo le dijo: “Censura delante de todos los presentes a las personas que practican el pecado, para que los demás también tengan temor.” En su carta final Pablo le escribió a Timoteo: “Predica la palabra, ocúpate en ello urgentemente en tiempo favorable, en tiempo dificultoso, censura, corrige [o, reprende], exhorta, con toda gran paciencia y arte de enseñar.” (1 Tim. 5:20; 2 Tim. 4:2) También autorizó a otro superintendente, a Tito, a que hiciera la misma censura pública ante la congregación. Pablo le escribió: “Que se adhiera firmemente a la fiel palabra en lo que toca a su arte de enseñar, para que pueda exhortar por la enseñanza que es sana y también censurar [o, refutar] a los que contradicen. . . . Por esta misma causa sigue censurándolos con severidad, para que sean saludables en la fe. Sigue hablando estas cosas y exhortando y censurando con plena autoridad para mandar. Que nadie jamás te desprecie.”—Tito 1:9, 13; 2:15.
28. ¿Cuál, entonces, es el valor verdadero de la censura, y de qué fuente de toda importancia debe venir?
28 De modo que el propósito de la censura es recobrar al pecador, refutar y silenciar al contradictor, ayudar a la persona materialista a llegar a ser ‘saludable en la fe.’ Para dar esas censuras eficaces, privadamente o ante la congregación, ¿qué es más provechoso para nosotros que usar los “santos escritos”?
29. ¿Por qué se muestra amor al censurar?
29 La persona censurada nunca debe olvidar que el verdadero motivo tras la censura es amor. ¿Por qué? Porque el censurador busca corregir el error de la persona que tiene culpa, convencerla de su error y ayudarla a confesarlo y enmendar su proceder. Jesús dijo que a todos aquellos a quienes les tenía cariño los censuraba. (Rev. 3:19) La persona que tiene culpa debe apreciar que puede obtener provecho de la censura y debe tratar de obtener entendimiento de ella. Proverbios 19:25 nos dice: “Al escarnecedor le deberías golpear, para que el inexperto se haga sagaz; y debería haber censura al entendido, para que discierna el conocimiento.”
30. ¿Qué sabias palabras sobre la censura contiene Proverbios 3:11, 12, y por lo tanto cómo deberíamos aceptarla?
30 De esta manera la persona censurada no despreciará o tendrá en menos la censura porque se dé por medio de un instrumento o vocero humano. En Hebreos 12:4-6 a los que quieren ser hijos de Dios se les dice que no olviden Proverbios 3:11, 12, que dice: “La disciplina de Jehová, oh hijo mío, no rechaces; y no aborrezcas su censura, porque al que Jehová ama él censura, así como lo hace el padre al hijo en quien halla placer.” Así, aun si la censura sí viene por medio de un conducto humano, sin embargo si la censura está tomada de los “santos escritos” inspirados y se da por un “hombre de Dios” cristiano, entonces podemos estar seguros de que es una censura proveniente de Jehová Dios y deberíamos aceptarla como tal. Pero considérela como expresión del amor de Dios.
“PARA RECTIFICAR LAS COSAS”
31. (a) Mencione otro beneficio de los “santos escritos.” ¿Cómo mostró Isaías que era necesario rectificar las cosas?
31 Otra manera en que los “santos escritos” inspirados son provechosos es “para rectificar las cosas.” (2 Tim. 3:16) Cuando estábamos afuera en el mundo torcido, aunque estábamos en la cristiandad, ciertamente necesitábamos rectificar nuestra relación con Dios. Esto es precisamente lo que él desea que hagamos. En Isaías 1:18, 19 él habla a su pueblo extraviado y dice: “‘Vengan, pues, y rectifiquemos los asuntos entre nosotros,’ dice Jehová. ‘Aunque los pecados de ustedes resultaran ser como la grana, se les hará blancos tal como la nieve; aunque fuesen rojos como tela de carmesí, llegarán a ser aun como la lana. Si ustedes se muestran dispuestos y sí escuchan, comerán lo bueno de la tierra.’”
32. ¿Cómo frecuentemente rectificó Dios las cosas en tiempos antiguos, y cómo hace eso en nuestro día?
32 En tiempos antiguos Jehová Dios envió a sus profetas a ayudar al pueblo pecaminoso a rectificar los asuntos y conseguir un entendimiento correcto de los asuntos y saber cómo proceder correctamente para con Dios. Hoy tenemos su Santa Biblia, sus inspirados “santos escritos,” para ayudarnos a rectificar las cosas en nuestra vida, para que lleguemos a ser ‘sabios para la salvación por medio de la fe relacionada con Cristo Jesús.’ Puesto que la Santa Biblia puede ayudarnos de esta manera, en verdad es un libro provechoso, y lo necesitamos por sobre todo otro libro. Es el libro más precioso para nosotros. Debido a que nos ha ayudado a quitar lo torcido de nuestra vida, sabemos que podemos usarlo en ayudar a otros a rectificar las cosas en su mente y en su vida moral y religiosa. También podemos ayudar a los decaídos a erguirse rectos, a enderezarse.
33-35. (a) ¿Cómo debemos manejar la Palabra de Dios para rectificar las cosas entre los hermanos y con los de afuera? (b) ¿Cómo dio énfasis a esto Pablo al escribirle a Timoteo?
33 Eso es precisamente lo que se nos dice que hagamos en Hebreos 12:12, 13, que dice: “Enderecen las manos que cuelgan y las rodillas debilitadas, y sigan haciendo sendas rectas para sus pies, para que lo cojo no sea descoyuntado, sino más bien sea sanado.” Sí, a veces nuestros hermanos espirituales necesitan un enderezamiento, como en el caso de mucho tiempo atrás en Antioquía, Siria, cuando el apóstol Pablo vio que Pedro (Cefas) y otros cristianos judíos “no estaban andando rectamente conforme a la verdad de las buenas nuevas.” (Gál. 2:14) Estemos con nuestros hermanos cristianos o con personas inquisitivas de afuera en el mundo, incluyendo a la cristiandad hipócrita, tenemos que usar la Palabra escrita inspirada de Dios para rectificar y enderezar las cosas de una manera agradable a él, que es la única manera correcta. No solo tenemos que usar la Biblia, sino que tenemos que usarla de la manera correcta, de una manera armoniosa y consistente. Se esperaba que el superintendente Timoteo ayudara a sus hermanos y personas que buscaban a Dios a rectificar los asuntos, y por esta razón el apóstol Pablo le escribió:
34 “Sigue recordándoles estas cosas , encargándoles delante de Dios como testigo, que no peleen respecto de palabras, cosa que absolutamente no sirve para nada porque derrumba a los que escuchan. Haz lo sumo posible para presentarte aprobado a Dios, trabajador que no tiene de qué avergonzarse, manejando la palabra de la verdad correctamente.”—2 Tim. 2:14, 15.
35 Eso quiere decir no dejar que una cosa que necesita rectificarse llegue a estar confusa, debido a palabras dadas con el propósito de esconder la verdad y derribar la fe de los creyentes o de los que están aprendiendo; en vez de eso debe dejarse que la “palabra de la verdad” de Dios decida los asuntos. Esto significa enseñar doctrina recta. Si hacemos esto, no estaremos avergonzados de los resultados.
“PARA DISCIPLINAR EN JUSTICIA”
36. (a) ¿Cómo frecuentemente defienden cosas no bíblicas los clérigos religiosos, pero qué manda la Palabra de Dios en esas circunstancias? (b) Explique las palabras de Pablo a los padres en Efesios 6:4.
36 Finalmente, “toda Escritura” que contiene los “santos escritos” inspirados es provechosa “para disciplinar en justicia.” (2 Tim. 3:16) A veces cuando cierta práctica o requisito de una organización religiosa queda señalada como contraria a los “santos escritos,” el clérigo religioso trata de justificar el asunto no bíblico diciendo: “Es la disciplina de la Iglesia.” Pero si esa cosa no está de acuerdo con “toda Escritura,” entonces no es un disciplinar en justicia y no produce ninguna salvación para el disciplinado. El propósito básico de la disciplina es educación, instrucción. (Hech. 7:22) Esta educación quizás se suministre dentro del arreglo de ciertas leyes y reglamentos de una organización. En las palabras de Pablo a los padres esta organización es el hogar cristiano, como cuando dice: “Ustedes, padres, no estén irritando a sus hijos, sino sigan criándolos en la disciplina y consejo autoritativo de Jehová.” (Efe. 6:4) Aquí la disciplina sería una educación acompañada por hechos o acciones de entrenar a los hijos, para hacerles entender cómo comportarse en el hogar cristiano en sujeción al padre cristiano. Para ayudarlos a proceder según esta disciplina se puede dar a los niños, según lo necesiten durante su entrenamiento, algún consejo autoritativo o palabra de consejo y estímulo de la Palabra autoritativa de Dios. Así, la disciplina significa que no pueden hacer las cosas según sus inmaturos caprichos pueriles, antojos y deseos inconsiderados, sino que deben aprender a actuar en obediencia a las reglas y reglamentos cristianos para el hogar.
37, 38. ¿Cómo va más allá que solo entre padres e hijos el asunto de esa disciplina?
37 Entonces, también, hay la disciplina que debe prevalecer con la institución más grande, más abarcadora, la organización de Jehová Dios, que ahora está representada en la Tierra por la congregación de sus testigos cristianos. Esto representa a la casa del gran Padre celestial, la “casa de Dios.” Sus reglas, reglamentos y manera de operación son justos, y cualquier miembro de la casa que piensa y actúa en armonía con ellos aprende la justicia.
38 Se nos debe dar instrucción en cuanto a cómo comportarnos dentro de la organización de Dios, y por eso fue que Pablo instruyó a Timoteo, escribiendo: “Estoy escribiéndote estas cosas, . . . para que sepas cómo debes comportarte en la casa de Dios, que es la congregación del Dios vivo, columna y apoyo de la verdad.” (1 Tim. 3:14, 15) Las instrucciones de Pablo a Timoteo están contenidas hoy en “santos escritos” inspirados, y por lo tanto “toda Escritura” que Dios inspiró es provechosa para “disciplinar en justicia.”
39. De nuevo, ¿con qué motivo se debe administrar la disciplina, y qué significa esto para los cristianos?
39 El motivo tras la disciplina cristiana, sea en un hogar en que se teme a Dios o en una congregación de testigos de Jehová, es amor. Por lo tanto se establecerá y ejecutará de la debida manera. Los inspirados “santos escritos” nos dicen claramente cómo se ha de conducir o efectuar esta educación por hechos, dentro de las leyes y reglamentos teocráticos. Debido a que está motivado por amor y tiene la intención de ser educativa, con nuestra salvación en mente, debe efectuarse la sumisión a ella, aunque no nos permita hablar, actuar o vivir de la manera sin riendas en que lo hace el mundo, sea dentro de la congregación o fuera.
40. ¿Qué obstáculos quizás tengamos que afrontar en este mundo, pero qué gozo se tiene también?
40 Proceder de esta manera disciplinada quizás nos sujete a crítica, oposición y persecución procedentes del mundo, pero todo esto va junto ahora con nuestro ser disciplinados en este mundo. Quizás haga que nuestra obra que Dios nos ha dado de predicar las “buenas nuevas eternas” “públicamente y de casa en casa” sea una experiencia dura para nosotros, pero esto es buena disciplina para nosotros, con buenos resultados a la mira. “Es cierto,” dice Hebreos 12:11, “que ninguna disciplina parece por el presente ser cosa de gozo, sino penosa; sin embargo después, a los que han sido entrenados por ella, da fruto pacífico, a saber, justicia.” Por lo tanto amemos a Dios nuestro Padre celestial por ella.
41. Si prestamos atención a “toda Escritura,” ¿qué llegaremos a ser?
41 Hoy tenemos que vivir nuestra vida, tenemos que unidamente efectuar nuestra obra mundial, como testigos cristianos disciplinados de Jehová. Tenemos que actuar y servir como hombres de Dios, su pueblo dedicado. Nuestra sabiduría para la salvación eterna descansa en fielmente estudiar y usar su Libro de “buenas nuevas eternas.” Se nos dio amorosamente “para que el hombre de Dios sea enteramente competente, completamente equipado para toda buena obra.”—2 Tim. 3:17; Rev. 14:6.