¿Fue usted un publicador del Reino en otro tiempo?
EN ESTOS “últimos días” trascendentales es un privilegio el congregarse en reuniones cristianas y participar en predicar acerca del reino de Dios. (2 Tim. 3:1) No obstante, no todos los que emprenden esta actividad cristiana continúan en ella. Como sucedió con ciertos discípulos del día de Jesús que “se fueron a las cosas de atrás y ya no andaban con él,” así hoy día surgen circunstancias en las vidas de algunas personas que hacen que dejen de asociarse con la congregación cristiana y cesen de predicar.—Juan 6:66.
En los últimos cinco años 323.986 nuevos publicadores del Reino simbolizaron su dedicación a Jehová Dios mediante bautismo en agua. No obstante, durante ese período, hubo un aumento, en promedio, de solo 174.088 ministros. ¿Qué le sucedió a los otros 149.898? Cuando uno resta el 1 por ciento aproximado que normalmente muere cada año, todavía quedan aproximadamente 100.000 personas que han cesado de predicar solo durante los pasados cinco años.a ¿Es usted uno de estos que solían ser publicadores del Reino? Si ése es el caso, ¿a qué se debe?
Estamos muy preocupados en cuanto a usted que ha abandonado la congregación y ha recaído en la inactividad. Jesús comparó la situación a un hombre que tiene cien ovejas. Cuando una oveja abandona el rebaño, ¿qué siente el pastor? ¿Siente que no hay gran pérdida porque todavía tiene noventa y nueve ovejas? ¡De ninguna manera! Jesús dijo que deja las noventa y nueve y viaja al desierto para recuperar la oveja perdida. ¡Eso indica cuánto cariño le tiene el pastor! Tenemos un semejante interés amoroso en usted que ha abandonado el rebaño de la congregación.—Luc. 15:4-7.
Es posible que ya haya sido visitado personalmente por personas de la congregación local. Los hermanos lo visitan porque lo aman, y quieren verlo de nuevo en la congregación. Todos nosotros deseamos que usted disfrute de la bendición de Jehová y obtenga vida en su nuevo sistema de cosas. Entendemos que pueden surgir problemas y que éstos pueden dificultar el servir a Dios. Pero, ¿no debemos esperar que Satanás el Diablo haga todo lo que pueda para impedirnos el servir a Jehová? ¡Sí, de veras! Pues él es como un león rugiente, que busca devorar a alguien. (1 Ped. 5:8) Repetidas veces trató de apartar a Jesús de la adoración de Dios, por eso, ¿nos parece extraño que él haga esfuerzos semejantes para apartarnos?
“INQUIETUDES DE LA VIDA”
Quizás sea difícil identificar con exactitud qué es lo que hizo que usted dejara de asociarse regularmente con la congregación y cesara de predicar las buenas nuevas. Es posible que simplemente sea la carga aumentante de lo que Jesús llamó las “inquietudes de la vida,” entre éstas los problemas, las tensiones y las frustraciones que resultan del diariamente tener que contender con este sistema de cosas mundano.—Luc. 21:34.
En la sociedad sumamente competidora de hoy quizás haya experimentado responsabilidades aumentadas y más y más exigencias de su tiempo. Quizás su patrón haya ejercido sobre usted presión adicional. También, para sufragar los gastos que aumentan es posible que haya creído necesario el pasar más tiempo en el empleo seglar. Además, es posible que haya el mantenimiento de la casa y el jardín, y mayores responsabilidades con relación a su familia. Quizás la salud y la energía disminuidas acentúan las presiones, causando desaliento y depresión. ¿Ha resultado un conjunto semejante de circunstancias en que usted haya abandonado las responsabilidades cristianas y haya recaído en inactividad espiritual?
Las presiones que aumentan posiblemente hayan causado que usted sienta la necesidad de obtener alivio del peso de las responsabilidades, pero, ¿fue el cortarse usted de la congregación cristiana la respuesta? ¿Ha mejorado esto a la situación? Pregúntese: ‘¿Estoy verdaderamente más feliz y más contento ahora que he dejado de asistir a las reuniones y de participar en el ministerio? ¿Somos yo y mi familia mejores cristianos? ¿Hay más oración constante a Dios, más estudio de Su Palabra y más manifestación de los frutos del espíritu en nuestras vidas? ¿Es el deseo de que “venga el reino de Dios y se haga su voluntad en la Tierra” tan fuerte como antes? ¿Es mi esperanza de vida en una Tierra paradisíaca bajo el gobierno de Cristo tan verdadera y significativa como lo fue en otro tiempo?’
Una consideración honrada de tales preguntas sin duda revelará que la felicidad y la espiritualidad genuinas han disminuido. Pero, realmente, ¿cómo podría ser de otra manera? ¿No dijo Jesús: “Felices son los que oyen la palabra de Dios y la guardan”? (Luc. 11:28) Y, ¿no harían que usted perdiera la felicidad de la que habló Jesús el no cumplir con el mandamiento de Dios de reunirse con su pueblo y el de predicar su Palabra? (Heb. 10:25; 2 Tim. 4:2) ¿Qué, entonces, sería el derrotero sabio y apropiado que emprender?
ACCIÓN QUE ES URGENTE AHORA
Es evidente: Usted necesita el asociarse con cristianos de semejante fe preciosa. Por eso, ¡vaya a las reuniones de congregación! Sus hermanos estarán muy contentos al verlo. No titubee. No aguarde hasta la semana siguiente, sino vaya a una reunión esta misma semana. Satanás el Diablo es quien agobia a los cristianos con inquietudes y se esfuerza por extinguir su adoración a Dios. Él es quien trata de hacer que las personas piensen que el alivio de las cargas puede resultar del abandonar las reuniones y las responsabilidades cristianas. Pero no le preste atención; preste atención a Jesús.
Jesús dice: “Vengan a mí, todos los que se afanan y están cargados, y yo los refrescaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y háganse mis discípulos.” (Mat. 11:28, 29) El ser discípulo de Jesús debería ser refrescante, no oneroso. Sí, es agradable, verdaderamente deleitable el reunirse con compañeros cristianos. (Sal. 133:1) Los requisitos del cristianismo no lo agobian a uno como lo haría un yugo pesado. Cada uno hace lo que puede. Jehová Dios y Jesucristo saben lo que usted puede hacer, y a ellos les agrada cualquier servicio voluntario que usted pueda dar.—Sal. 110:3.
Recuerde a María, la hermana de Lázaro. Poco antes de la muerte de Jesús fue criticada porque ungió a Jesús con algo de aceite perfumado. Sin embargo, Jesús no la criticó por su servicio sencillo, sincero, sino que dijo: “Déjenla. ¿Por qué tratan de causarle molestia? . . . Ella hizo lo que pudo.” (Mar. 14:6-8) El día anterior, Jesús se había colocado en el templo y había observado a los que hacían contribuciones. En vez de censurar a una mujer que ofreció muy poco, la encomió por su contribución. (Luc. 21:1-4) Ella, también, hizo lo que pudo. Eso es lo que el cristianismo requiere: El hacer lo que usted pueda.
Tal actividad cristiana no es una carga de la cual buscar alivio. Más bien, es un refrigerio, porque produce contentamiento y satisfacción; podemos confiar en que a Jehová le agradan nuestros esfuerzos. Por eso, ¡tenga gozo y obtenga refrigerio para su alma haciendo lo que usted pueda como adorador de Jehová Dios! ¡Es vitalmente urgente que se haga un cristiano activo ahora! ¿Por qué? Porque el tiempo es corto. ¡El fin se ha acercado!
Note lo que Jesús dijo en cuanto a ello: “Mas presten atención a ustedes mismos para que sus corazones nunca lleguen a estar cargados debido a comer con exceso y beber con exceso y por las inquietudes de la vida, y de repente esté aquel día sobre ustedes instantáneamente como un lazo. Porque vendrá sobre todos los que moran sobre la haz de toda la tierra. Manténganse despiertos, pues, en todo tiempo haciendo ruego para que logren escapar de todas estas cosas que están destinadas a suceder, y estar en pie delante del Hijo del hombre.”—Luc. 21:34-36.
¡Este día del juicio de Dios se ha acercado! ¡El tiempo se está acabando rápidamente! Se necesita acción rápida para que ese día no venga de repente sobre usted “como un lazo.” Por eso, ¡esfuércese! ¡Despiértese espiritualmente! Regularmente haga ruego a Jehová para que le ayude a evitar el juicio adverso. Luego actúe en armonía con sus oraciones. El primer paso es ir a las reuniones de congregación. No lo aplace; ¡vaya esta misma semana! Le espera una calurosa bienvenida.
HECHO TROPEZAR A CAUSA DE ENSEÑANZA
Hay razones por las cuales personas dejan la congregación cristiana y descontinúan el ofrecer alabanza a Dios. En el primer siglo Jesús presentó algunas enseñanzas difíciles de entender a un auditorio congregado en Capernaum. ¿Cuál fue el resultado? Pues, dice el registro bíblico: “Muchos de sus discípulos, al oír esto, dijeron: ‘Este discurso es ofensivo; ¿quién puede escucharlo?’ . . . Debido a estos muchos de sus discípulos se fueron a las cosas de atrás y ya no andaban con él.”—Juan 6:60-66.
¿Se beneficiaron de alguna manera estos discípulos al dejar a Jesús y cesar en su actividad cristiana? ¡Por supuesto que no! Pues, como Pedro dijo cuando Jesús le preguntó si él, también, quería irse: “Señor, ¿a quién nos iremos? Tú tienes dichos de vida eterna.” (Juan 6:67, 68) Al cortarse de la asociación con sus hermanos cristianos, aquellos discípulos ciertamente perdieron felicidad y espiritualidad verdaderas. Lo mismo aplica en nuestro día.
Piense en cuanto a ello. Si usted ha cesado de asociarse con la congregación cristiana a causa de haber tropezado por alguna enseñanza, ¿lo ha beneficiado a usted de alguna manera? ¿Ha encontrado usted otro lugar donde haya una mesa tan rica de alimento espiritual? ¡Realmente, no lo hay! Usted necesita la congregación cristiana y la asociación de los que aman a Dios y quieren hacer Su voluntad. Esté seguro de que Jehová se encargará de que su organización sea dirigida apropiadamente, y que todo lo que esté mal se corregirá a su debido tiempo. Por eso, acepte la invitación de volver a las reuniones de congregación.
CONDUCTA INCORRECTA INCITA A INACTIVIDAD
Otra razón por la que algunas personas dejan de asistir a las reuniones cristianas y participar de la obra de predicación es que han cometido algo malo, o se han deslizado a una práctica mala que la Palabra de Dios desaprueba. Quizás crean que si confiesan su conducta incorrecta serán expulsadas, por eso, ¿de qué sirve regresar a la congregación? Sin embargo, se equivocan en esto, porque si verdaderamente se han arrepentido y lo han demostrado por haber descontinuado su práctica antibíblica, serán recibidos calurosamente de nuevo por los hermanos, así como fue recibido el hijo pródigo de la ilustración de Jesús.
Usted recordará que aquel joven dejó la casa de su padre, malgastó su herencia y vivió con rameras. Pero cuando recobró el juicio, sinceramente se arrepintió de su maldad y regresó a casa, su padre “corrió y se echó sobre su cuello y lo besó tiernamente.” Hubo mucho regocijo, porque, como el padre le dijo a su hijo mayor, “tu hermano estaba muerto mas llegó a vivir, y estaba perdido pero fue hallado.” (Luc. 15:11-32) Hoy en día esperamos experiencias semejantes.
¿Es usted una de aquellas personas que se ha entregado a conducta incorrecta? Y, ¿ha recobrado usted el juicio, como el hijo pródigo; ha comprendido el error de su camino y ha renunciado a tales prácticas o sinceramente se está esforzando por hacerlo? Entonces, humildemente regrese a su Padre celestial, Jehová Dios. Confíe en su misericordia, “porque él perdonará en gran manera.” (Isa. 55:7) Venga a las reuniones de congregación. Allí recibirá una calurosa bienvenida y ayuda necesaria para vivir apropiadamente.
EL GOZO CUANDO UNO REGRESA
Sin embargo, quizás usted aún tema regresar al Salón del Reino debido a tener miedo de ver de nuevo a los hermanos. Quizás usted crea que ellos actuarán fríamente para con usted. Pero, ¿fue ésa la actitud del pastor cuando fue recobrada la oveja perdida, o la del padre cuando regresó su hijo pródigo? ¡De ninguna manera! Más bien, hubo regocijo. De manera semejante hoy día, las personas que han regresado a la congregación han sido causa de mucho regocijo. Recientemente una hermana, que había caído y había visto a muy pocos hermanos durante cinco años, escribió:
“Me hastié del mundo y de su falta de espiritualidad. Mis hijos parecían hacerse más egoístas cada día y estaba preocupada en cuanto a la falta de espiritualidad en el hogar. . . . [Se hicieron] arreglos para que yo fuera a la siguiente conferencia pública, pero a última hora no pude cobrar ánimo para ver a los hermanos. . . .
“Finalmente, oré por primera vez en años a Jehová para que me diera un poco de valor para ir al Salón del Reino, y el 26 de julio mis hijos y yo finalmente lo hicimos. Los hermanos fueron maravillosos. La bienvenida que nos dieron fue inolvidable, y ese día llegó a ser el rasgo descollante de nuestro año. Casi fue demasiado para un solo día, y quedé muy conmovida a causa de ello.”
Puede usted confiar en que una bienvenida semejante le aguarda cuando regrese a las reuniones de congregación. Disfrutará del caluroso compañerismo cristiano de sus hermanos y experimentará el interés amoroso de ellos. Por medio de gradualmente ser edificado espiritualmente por medio de estudio bíblico y asistencia a las reuniones con regularidad, otra vez hallará deleite exquisito en alabar a Jehová Dios con su pueblo.—Rev. 7:9, 10.
[Nota]
a Uno por ciento, cada año, del promedio de publicadores, que aumentó de 884.587 a 1.058.675 durante los pasados cinco años, asciende aproximadamente a 50.000 publicadores del Reino que han muerto en ese período.