Las tres convocaciones nacionales anuales
“Tres veces al año todo varón tuyo debe presentarse delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escoja.”—Deu. 16:16.
1. ¿Qué convocaciones nacionales se celebraban anualmente en el antiguo Israel?
ADEMÁS de las fiestas que los judíos celebraban localmente, en sus poblaciones y aldeas natales, se hicieron provisiones para tres grandes convocaciones nacionales. Eran convocaciones santas para Jehová, y la ley mandaba: “Tres veces al año todo varón tuyo debe presentarse delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escoja.” De modo que el deseo de Jehová era que toda la nación se congregara en un lugar tres veces al año, en un lugar que Él mismo escogiera. Desde los días del rey Salomón este lugar era el templo en Jerusalén. Jehová también fijó el tiempo y bosquejó el programa de estas reuniones anuales. La primera asamblea habría de celebrarse en la primavera temprana y duraba ocho días, del 14 al 21 de Nisán, para celebrar la Pascua y la fiesta de las tortas no fermentadas. A fines de la primavera, el 6 de Siván, se celebraba una asamblea de un día, para guardar la fiesta de las semanas o Pentecostés. La tercera y última convocación estaba designada para el otoño, del 15 al 21 de Etanim, y se dedicaba a la fiesta de las cabañas, con un día solemne de asamblea final el 22 de Etanim.—Deu. 16:16; Lev. 23:4-22, 33-36; Éxo. 23:14-17.
2. ¿Cómo se beneficiaba la gente de estas asambleas?
2 Estas asambleas eran “fiestas periódicas de Jehová” y “ninguno debe presentarse delante de Jehová con las manos vacías. La dádiva de la mano de cada uno debe ser en proporción con la bendición de Jehová tu Dios que él te haya dado.” Pero eso no significa que los que asistían a esas asambleas no se beneficiaban grandemente de la reunión. El compañerismo los hacía apreciar el hecho de que eran un solo pueblo, una sola nación santa, que servía unidamente a Jehová, el único Dios verdadero. La adoración diaria en el templo, la alabanza y la acción de gracias ofrecidas públicamente a Jehová por su benignidad y sus bendiciones, el consejo que daban los sacerdotes, todo esto fortalecía a los asistentes a la asamblea a continuar sirviendo fielmente a Jehová. Las fiestas eran un estímulo para todos, especialmente para los que venían de lugares lejanos o aislados. Eran ocasiones de gran regocijo delante de Jehová y de compañerismo feliz; reuniones gozosas y edificantes de toda la nación.—Lev. 23:4; Deu. 16:16, 17; Lev. 23:40; Deu. 14:24-27.
3. (a) ¿Cómo mostró Jehová que consideraba importantes las tres “fiestas periódicas”? (b) ¿Cómo consideraban las asambleas muchos cabezas de familia?
3 Jehová bien sabía cuán vitales eran estas asambleas nacionales para la unidad de la nación y la pureza de su adoración a través de todo el país. Es por eso que mandó que asistieran todos los varones y, en cuanto a la Pascua, decretó la pena de muerte sobre todo israelita varón que estuviera capacitado para asistir, estando limpio ceremonialmente y que “no se hallare de viaje,” si deliberadamente no la observaba. (Núm. 9:13) Muchos de los cabezas de familia israelitas estimaban tanto el valor educativo, edificante y social de estas asambleas que no iban solos a Jerusalén, sino que llevaban a sus esposas e hijos junto con ellos. ¡Qué emocionante e interesante viaje para una familia y qué impresión duradera en aquellas mentes jóvenes! Y muchas familias prestaban atención al consejo de la ley de guardar algo de dinero cada mes para asistir a estas asambleas anuales, y así estos viajes no eran una carga financiera demasiado grande. José el padre adoptivo de Jesús fue tal cabeza de familia considerado y amoroso. Los de su casa “acostumbraban ir de año en año a Jerusalén para la fiesta de la pascua.”—Luc. 2:41-50.
4. ¿Por qué se requería fe para que toda la población masculina fuera a Jerusalén tres veces al año?
4 Esta subida a Jerusalén de todos los israelitas varones tres veces al año para asistir a las asambleas, solos o con toda la familia, era una prueba de fe firme en la protección de Jehová. ¿Por qué? El relato histórico de las Escrituras Hebreas muestra que los judíos estaban rodeados de enemigos y tenían que pelear constantemente por su independencia. Había los filisteos, los sirios, los amalequitas, los amorreos, los amonitas y los moabitas, los egipcios, los asirios y los babilonios, todos con ojo codicioso dirigido a la tierra de Palestina. ¡Qué oportunidad, parecería, para que estos enemigos atacaran la tierra ya que todos los hombres estaban en las fiestas en Jerusalén! Solo unas cuantas mujeres y niños quedaban en casa. ¿Pondría una entera nación la fe en Jehová confiando en que él protegiera el país, las ciudades vacantes y los hogares conforme a su promesa de que “nadie deseará tu tierra mientras estés subiendo para ver el rostro de Jehová tu Dios tres veces en el año”? (Éxo. 34:24) Pero dirijamos nuestra atención otra vez al escenario puesto en Jerusalén y observemos a los judíos en sus reuniones anuales; servirá para nuestro estímulo y edificación.
FIESTA DE LA PASCUA
5, 6. Describa la fiesta de la Pascua.
5 En la celebración de esta Pascua el 14 de Nisán, cuando el pequeño hijo judío le preguntara a su padre: “¿Qué significa este servicio para ustedes?” (Éxo. 12:26) entonces el padre contestaría: “Fue el 14 de Nisán [de 1513 a. de la E.C.], cuando nuestros antepasados habían estado morando 215 años en Egipto, gran parte de este tiempo como esclavos maltratados bajo el severo dominio egipcio, que Jehová libró a su pueblo y demostró ser más poderoso que todos los dioses de los egipcios. Cuatro días antes, en el día décimo del mes, cada cabeza de familia tuvo que introducir en la casa un cordero o macho cabrío sano, de un año de edad. Después de la puesta del sol del 14 de Nisán fue degollado sin quebrarle un solo hueso y luego fue asado entero. Mientras tanto la sangre fue salpicada en la parte superior de la entrada y en los dos postes de la puerta, donde lo viera todo el que pasara. Después de esto a nadie se le permitió salir de la casa.
6 “Más tarde en la noche la entera familia se reunió alrededor de la mesa para comer el cordero o macho cabrío pascual con tortas no fermentadas y hierbas amargas. Comieron aprisa, no sentándose a la mesa, sino de pie, con sus caderas ceñidas, sus sandalias en sus pies y su báculo en su mano. Estaban listos para salir esa misma noche como Jehová había prometido por medio de su profeta Moisés. Y Jehová probó que era el Dios verdadero. A medianoche el ángel de Jehová hirió a todo primogénito egipcio de hombre y animal, afectando desde Faraón hasta al más humilde. Pero debido a la sangre que estaba en las puertas de nuestros antepasados, el ángel pasó sobre sus casas. Es por eso que la fiesta se llama ‘pascua,’ (palabra hebrea que significa paso), porque el ángel pasó sobre o pasó por alto los hogares de los israelitas y así todos sus primogénitos se salvaron. Esta décima plaga obligó al obstinado Faraón a dejar ir al pueblo de Jehová. Seiscientos mil hombres, además de las mujeres y los niños y una inmensa compañía mixta, salieron a la mañana siguiente como pueblo libre. ¡Una maravillosa liberación!
7. ¿Qué rasgos ceremoniales se agregaron? ¿Por qué?
7 “Israel siempre ha de recordar este día. Aun antes de la liberación Jehová mandó a Moisés: ‘Y este día tiene que servirles de memorial, y tienen que celebrarlo como fiesta a Jehová durante todas sus generaciones.’ El comer el cordero pascual con tortas no fermentadas y hierbas amargas les hace recordar a los israelitas no solo las aflicciones mientras estuvieron en Egipto y la salida apresurada, sino también la milagrosa liberación de la cruel esclavitud bajo el poderoso Faraón. Esto ha hecho de la Pascua una fiesta gozosa. Para expresar este gozo, más tarde se agregó vino para que se usara durante esta fiesta de liberación y se cantaban canciones, como el ‘Hal-lel egipcio’ durante la primera parte de la celebración, es decir, los Salmos 113 y 114, y en la conclusión de la fiesta los Salmos 115 a 118. Así ves, hijo mío, que el sacrificio del cordero pascual, no solo salvó a los primogénitos judíos, sino que también efectuó la gran liberación de nuestro pueblo. Y el celebrar esta fiesta debe hacer agradecidos y apreciativos a los judíos para con Jehová, su gran Dios y Libertador. Tiene que resultar ser una fiesta gozosa para alabanza y honor de Jehová.”—Éxo. 12:14, 27-42.
UNA LIBERACIÓN MEJOR
8. ¿Quién es el verdadero Cordero Pascual?
8 La Pascua no solo era fiesta gozosa que conmemoraba sucesos pasados, sino que también fue una sombra de mejores cosas por venir, señalando hacia adelante al verdadero y mayor Cordero Pascual. El apóstol Pablo identifica para nosotros al verdadero Cordero Pascual: “Porque, en realidad, Cristo nuestra pascua ha sido sacrificado.” (1 Cor. 5:7) Sí, Cristo Jesús fue ofrecido como el perfecto Cordero de Dios exactamente el 14 de Nisán, en el año 33 E.C. Mediante este sacrificio se colocó la base para una liberación mucho mayor que la liberación del cautiverio egipcio.
9. (a) ¿Qué se representó por el pasar sobre los primogénitos y perdonarlos en la Pascua en Egipto? (b) ¿Qué se celebraba después de la fiesta de la Pascua, y qué representa?
9 Esta liberación es para los “primogénitos” espirituales de Jehová y hermanos espirituales de Cristo, los 144.000. Jehová los ha librado del cautiverio del pecado y de la muerte y los ha hecho hijos espirituales con perspectivas de vida inmortal en el cielo. Sin embargo, en la Pascua, los israelitas celebraban la liberación de los primogénitos; pero la fiesta del pan sin levadura que seguía durante siete días correspondía al tiempo de la liberación de todo Israel, junto con la multitud mixta en el mar Rojo. Por lo tanto el sacrificio de Cristo coloca el fundamento para que la grande muchedumbre de las “otras ovejas” de Jesús también sea librada en el Armagedón de este mundo bajo el control del mayor Faraón Satanás el Diablo, con la oportunidad de tener vida eterna en la Tierra.—Éxo. 12:37-39, 42; 1 Cor. 5:8; Rev. 7:9; Juan 10:16.
FIESTA DE LAS TORTAS NO FERMENTADAS
10. ¿Qué se les recordaba a los judíos en la fiesta de las tortas no fermentadas?
10 El día después de la Pascua señalaba el comienzo de la fiesta de las tortas no fermentadas, que duraba siete días, del 15 al 21 de Nisán. Durante estos siete días los israelitas continuaban comiendo tortas no fermentadas; de hecho, no había de hallarse fermentación alguna en su hogar. Esta ley era muy estricta; cualquiera que era hallado comiendo lo que tenía levadura había de ser cortado del pueblo, era ejecutado. El remover toda fermentación y todo pan viejo con levadura indicaba que los judíos habían dejado atrás las malas influencias egipcias religiosa, política y moralmente, y habían empezado a vivir como pueblo limpio, libre, enteramente dedicado a Jehová su Dios y Protector. Por lo tanto, la fiesta les recordaría, no solo la liberación de las aflicciones de Egipto y su éxodo apresurado, sino también que habrían de permanecer libres de toda práctica pagana, libres de la levadura del mundo de Satanás. Las tortas no fermentadas habrían de grabar en su mente que debían servir a Jehová con sinceridad y verdad.—Éxo. 12:39; Deu. 16:3.
11. ¿Qué ofrenda se hacía el 16 de Nisán? ¿Por qué?
11 El siguiente día de la asamblea, 16 de Nisán, era otro día sobresaliente. Era el segundo día de las tortas no fermentadas, la apertura oficial de la siega. A los judíos no se les permitía comer del producto de la nueva siega antes de este día, cuando se ofrecían a Jehová las primicias. En este día se requería que el sumo sacerdote meciera la gavilla de las primicias de la cebada de acá para allá delante de Jehová en el santuario. (Lev. 23:10-14) Durante la fiesta de siete días, además de los sacrificios regulares, se ofrecían dos toros, un carnero y siete corderos día tras día como ofrendas quemadas y un macho cabrío como ofrenda por el pecado, además de las muchas ofrendas voluntarias por individuos. La fiesta culminaba con una asamblea general final en el día séptimo, el 21 de Nisán.—Lev. 23:8; Núm. 28:19-24; Éxo. 23:15.
12. ¿Qué aprendemos de 2 Crónicas 30:21, 22?
12 Los que asistían a la asamblea se sentían de modo muy semejante al de los judíos que subieron a Jerusalén en el día de Ezequías: “Así es que los hijos de Israel que se hallaban en Jerusalén celebraron la fiesta de las tortas no fermentadas siete días con gran regocijo; y los levitas y los sacerdotes estaban ofreciendo alabanza a Jehová día tras día con instrumentos de fuerte sonido, aun a Jehová. . . Y procedieron a comer por siete días la fiesta designada, sacrificando sacrificios de comunión y haciendo confesión a Jehová el Dios de sus antepasados.” (2 Cró. 30:21, 22) Era una asamblea gozosa y edificante, que le hacía recordar a la entera nación su liberación de Egipto, su obligación de permanecer limpia y leal en el servicio y adoración de Jehová. La entera nación era fortalecida, y cada individuo era confortado espiritualmente.
“GUARDEMOS LA FIESTA”
13. ¿Cómo guardan los cristianos la fiesta hoy en día?
13 En 1 Corintios 5:7, 8 el apóstol Pablo instruye a los cristianos, aun a los de nuestro siglo veinte, a guardar la fiesta de las tortas no fermentadas, con estas palabras: “Quiten la levadura vieja [como lo hacían los judíos], para que sean ustedes una masa nueva, según estén libres de fermento. Porque, en realidad, Cristo nuestra pascua ha sido sacrificado. Por consiguiente, guardemos la fiesta, no con levadura vieja, ni con levadura de nocividad e iniquidad, sino con tortas no fermentadas de sinceridad y verdad.” Sobre la base del sacrificio de Jesús los 144.000 israelitas espirituales han sido librados del mundo bajo Satanás y de su condenación. Han sido pronunciados “una raza escogida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo para posesión especial” para Jehová. (1 Ped. 2:9) Mientras están en la Tierra tienen que permanecer en esta condición santa, como se prefiguró por las tortas no fermentadas. Tienen que guardarse libres de la levadura del viejo sistema de cosas, de su religión falsa y su degeneración moral. No se permite entre ellos ninguna inmundicia espiritual ni moral. Tienen que celebrar una continua fiesta de alabanza y gozo, con sinceridad y verdad, publicando con alegría los propósitos de Jehová en todo el mundo. Los de la “grande muchedumbre” de “otras ovejas” que hoy están asociados con ellos deben tener la misma actitud mental.
14. ¿Qué se representa por el hecho de que el sumo sacerdote mecía la gavilla de las primicias de la cebada?
14 Al mecer la gavilla de las primicias de la siega de la cebada, se prefiguró otro punto importante. Otra vez es el apóstol Pablo quien nos da el entendimiento correcto: “Sin embargo, ahora Cristo ha sido levantado de entre los muertos, las primicias de los que se han dormido . . . Cristo las primicias.” Nada de fermento o levadura, que representa al pecado, estaba asociado con la presentación de las primicias de la cebada, porque Jesucristo fue “leal, sin engaño, incontaminado, separado de los pecadores.” Tal como la gavilla se mecía el 16 de Nisán Jesús fue levantado como las “primicias,” o el primogénito de entre los muertos, el 16 de Nisán de 33 E.C. Puesto que Jesús se llama las “primicias” o “primogénito de entre los muertos,” debe haber más “fruto” después de él. Esto se prefiguró por la siguiente fiesta.—1 Cor. 15:20-23; Heb. 7:26; Hech. 26:23; Col. 1:18; Rev. 1:5.
FIESTA DE LAS SEMANAS
15. (a) ¿Cuándo se celebraba la fiesta de las semanas? (b) ¿Qué ofrenda especial se hacía?
15 Cincuenta días después del 16 de Nisán, en el 6 de Siván, se celebraba la segunda asamblea nacional, la fiesta de las semanas, llamada también Pentecostés, que significa el día quincuagésimo. Era asamblea de un día. Muchos que asistían a ella se quedaban en Jerusalén desde la Pascua hasta el Pentecostés. El Pentecostés era una reunión muy gozosa; era “la fiesta de la cosecha de los primeros frutos maduros de tus labores, de lo que siembras en el campo.” (Éxo. 23:16) En la mayoría de los distritos había terminado la siega del trigo y ahora, en el santuario, se ofrecían a Jehová las primicias. “De sus moradas deben traer dos panes como ofrenda mecida. . . . Deben ser cocidos con levadura, como primeros frutos maduros a Jehová.” Es interesante notar el uso de levadura durante esta fiesta. Se ofrecían muchos sacrificios adicionales y la gente hacía ofrendas voluntarias personales tal como Jehová su Dios la había bendecido. Todos habían de regocijarse, incluyendo los esclavos, extranjeros, huérfanos y viudas.—Lev. 23:17-21; Deu. 16:10-12.
16. ¿Qué representan los dos panes? ¿Por qué dos?
16 La más notable fiesta de las semanas que jamás se celebró fue la de después de la resurrección de Jesús en el año 33 E.C. El historiador Dr. Lucas ha registrado detalladamente los acontecimientos de este Pentecostés memorable. (Vea Hechos, capítulo 2.) Fue en este día cuando comenzó a tener cumplimiento el mecer los dos panes fermentados. Los dos panes representaron simbólicamente a todo el cuerpo de 144.000 miembros engendrados por espíritu del cuerpo de Cristo como mecidos o presentados por Cristo Jesús, el mayor Sumo Sacerdote, delante de Jehová como santos a Él. Los 120 discípulos que estuvieron congregados en el cuarto de los altos fueron los primeros miembros presentados y el recogimiento de los restantes ha continuado desde el Pentecostés de 33 E.C. hasta nuestro día, todavía viviendo en la Tierra un resto. Los primeros fueron tomados de entre los judíos naturales, como se prefiguró por uno de los panes, y luego otros fueron tomados de entre las naciones gentiles, comenzando en 36 E.C., cuando Pedro le predicó a Cornelio, como se representó por el segundo “pan.”—Hech. 10:1-48.
17. (a) ¿Qué se representaba por el hecho de que los panes estuvieran cocidos con levadura? (b) ¿De qué manera son “primicias” los que son representados por los panes de trigo?
17 El hecho de que los dos panes eran fermentados representó que todos ellos por herencia eran criaturas pecaminosas, que necesitaban el sacrificio de Jesús para llegar a ser santos para Jehová. Tal como los dos panes eran las primicias de la siega del trigo, así también estos 144.000 son los primeros sacados de entre la humanidad pecaminosa y declarados justificados y santos para Jehová, como leemos: “Porque fue su voluntad, él nos produjo por la palabra de la verdad, para que fuésemos ciertas primicias de sus criaturas.” “Estos son los que. . . fueron comprados de entre la humanidad como primicias para Dios y para el Cordero.” Son “primicias,” “ciertas primicias.” Tal como la cebada, no el trigo, era LAS primicias, así Jesucristo es las primicias principales para Dios. A su vez, puesto que estos 144.000 son llamados primicias de entre la humanidad, debe haber una cantidad mucho más grande de la humanidad que será salvada a la vida eterna, no en el cielo, sino en la Tierra. Es interesante que la tercera y última convocación prefiguró esto.—Sant. 1:18; Rev. 14:4.
FIESTA DE LAS CABAÑAS
18. ¿Cómo celebraban los judíos la fiesta de las cabañas?
18 En el otoño, al terminarse el año, se celebraba la tercera y última asamblea nacional. Los días fijados para la fiesta eran del 15 al 21 de Etanim o Tisri, con una asamblea final el 22. Otra vez todos los israelitas varones tenían que presentarse delante de Jehová en el santuario en Jerusalén, esta vez para celebrar la fiesta de las cabañas. Durante esta fiesta los asambleístas tenían que morar siete días en cabañas o tabernáculos, hechos de las “frondas de palmeras y las ramas mayores de árboles frondosos.” Las cabañas se erigían en los techos y en los patios de las casas, en las calles y en el patio del templo, y aun a campo raso hasta la distancia de una jornada de día de sábado fuera del muro de la ciudad. La fiesta les recordaba a los israelitas su vida nómada, cuando Jehová los hizo morar en cabañas durante su jornada de cuarenta años a través del desierto, y especialmente cómo Dios los había cuidado después de librarlos de Egipto. Podían meditar con gozo y agradecimiento en la bondad amorosa paternal de Jehová para con ellos cuando les proveyó abrigo y alimento, “que [los] hizo andar por el desierto grande e inspirador de temor, con serpientes venenosas y escorpiones y con suelo sediento que no tiene agua; que hizo salir para [ellos] agua de la roca pedernalina; que [los] alimentó con maná en el desierto, el cual no habían conocido [sus] padres.”—Lev. 23:40-43; Deu. 8:15, 16; 16:16; Neh. 8:16.
19. ¿Por qué también se llamaba la fiesta “fiesta de la recolección”?
19 La fiesta también se llamaba la “fiesta de la recolección” porque se celebraba al fin de la recolección de los productos de la tierra, los campos de grano, el olivar y la viña. Era una fiesta de la cosecha, cuando toda la gente se congregaba para ofrecer acción de gracias a Jehová por su benignidad y para mostrar su aprecio ofreciendo muchos sacrificios. La ofrenda quemada especial ascendía a setenta toros para los siete días, además de muchas otras ofrendas.—Núm. 29:12-34.
20. ¿Por qué era ésta la fiesta más gozosa del año?
20 La fiesta de la recolección se celebraba solo cinco días después de haberse limpiado ceremonialmente de su pecaminosidad en el día de expiación. Así la gente tenía una sensación de limpieza, una posición delante de Jehová como pueblo suyo, y por lo tanto podía celebrar esta última fiesta con gran gozo y alegría. Era la asamblea más gozosa del año. Cada siete años, cuando no había cosecha debido al año sabático, y otra vez en el año quincuagésimo o de Jubileo, la gente se congregaba durante esta fiesta de las cabañas para oír la lectura de la ley.—Deu. 16:16; 31:10-13.
21. Describa las adiciones introducidas después en la fiesta de las cabañas.
21 Con el transcurso del tiempo se añadieron otros rasgos. Los judíos comenzaron a llevar palmas como señal de gozo y victoria. Cada mañana un sacerdote llenaba un vaso dorado con agua del estanque de Siloam y lo llevaba al templo, donde se tocaban trompetas y se decían las palabras de Isaías 12:3: “Con alborozo ustedes de seguro sacarán agua de los manantiales de la salvación.” Por las noches se acostumbraba iluminar el Atrio de las Mujeres en el templo con grandes lámparas doradas. El entero ciclo de tres convocaciones nacionales se concluía con una asamblea general apropiada de la entera nación en el día octavo, sin varios rasgos de los siete días precedentes. Este era el punto culminante de la gozosa celebración festiva y una expresión de alabanza y honor a Jehová su Dios. Cada uno sin excepción regresaba a su casa con un corazón agradecido, espiritualmente fortalecido y animado.
“OTRAS OVEJAS”
22. ¿Qué relación hay entre Juan 10:16 y la fiesta de la recolección?
22 Jesús dijo: “Tengo otras ovejas, que no son de este redil; a ésas también tengo que traer.” (Juan 10:16) El recogimiento de estas “otras ovejas” en nuestro día también se ilustró maravillosamente mediante la fiesta de la recolección. El resto del Israel espiritual se halla muy ocupado desde 1919 predicando las buenas nuevas del reino de Dios. Como resultado de esta obra de predicación “una grande muchedumbre, que ningún hombre podía contar,” ha venido para participar con él, “de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas.” (Rev. 7:9) Son segados, recogidos a la clase del templo de Jehová, representada por el resto, para ser protegidos durante la venidera guerra del Armagedón. Tal como Jehová bendijo la recolección de los judíos en tiempos antiguos, así bendice el recogimiento de las “otras ovejas” hoy día.
23. (a) ¿Qué prefigura el morar en cabañas? (b) ¿Los setenta toros ofrecidos? (c) ¿El llevar palmas?
23 El que los judíos moraran en cabañas durante la fiesta representó que el resto y las “otras ovejas” consideran su morada aquí en este viejo sistema de cosas solo como una estancia temporal, ya que están a la expectativa de una morada permanente, en el cielo para el resto y en un paraíso en la Tierra para las “otras ovejas.” Esas cabañas no se amueblaban detalladamente; igualmente hoy, los del pueblo de Jehová, junto con devoción piadosa, aceptan “el bastarse con lo que uno tiene . . . teniendo, pues, sustento y con qué cubrirnos” con lo cual están contentos. (1 Tim. 6:6-8) Son felices y están llenos de gozo al participar en esta obra de recolección mayor y en ayudar a la gente ahora a aceptar a Jesús como el rescate. Saben que solo el sacrificio de Jesús traerá verdadero perdón del pecado. Los setenta toros que se sacrificaban durante los siete días de la fiesta indican que el sacrificio de Jesús es completo, desde un punto de vista humano y celestial, y es para toda la humanidad tipificada por las setenta generaciones mencionadas en Génesis, capítulo diez. Como muestra de gozo los judíos en aquel entonces llevaban palmas, y es interesante que en Revelación 7:9, versículo 9, la grande muchedumbre de personas tiene palmas en las manos. Ciertamente tienen buena razón para expresar su gozo al gritar con voz fuerte: “La salvación se la debemos a nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero.”—V. 10.
24. ¿Qué hizo Jesús en la fiesta, y con qué significado para nosotros?
24 Durante la fiesta de las cabañas a la gente se le instruía en la Ley, y Jesús mismo siguió esta costumbre, como leemos: “Cuando ya la mitad de la fiesta había pasado, Jesús subió al templo y se puso a enseñar.” Lo mismo aplica al resto hoy; está predicando y enseñando la ley de Dios a través de toda la Tierra, apoyado por aproximadamente un millón de “otras ovejas” ya recogidas. Esta enseñanza, indica algo más refrescante que las aguas del pozo de Siloam. Es por eso que Jesús dijo a sus oyentes en el templo en el día último o séptimo de la fiesta: “Si alguien tiene sed, venga a mí y beba. El que pone fe en mí, así como ha dicho la Escritura: ‘De su parte más interior fluirán corrientes de agua viva.’”
25. ¿Qué referencia es posible que Jesús haya hecho a la celebración que se llevaba a cabo durante las noches de esta fiesta?
25 Esta enseñanza también es más esclarecedora que las cuatro lámparas doradas que iluminaban el Atrio de las Mujeres en el templo por las noches de la fiesta. Eso es a lo que Jesús pudo haberse referido cuando dijo, posiblemente el día después de esta fiesta en 32 E.C.: “Yo soy la luz del mundo. El que me sigue de ninguna manera andará en oscuridad, sino que poseerá la luz de la vida.” La gran fiesta de la recolección está en progreso, ya habiendo sido introducidos millares de “otras ovejas” en la organización de Jehová y millares que todavía vendrán, para la vindicación de Jehová y para Su alabanza y honor.—Juan 7:14-16, 37, 38; 8:12.
ASAMBLEAS DEL DÍA MODERNO
26. ¿Por qué son necesarias las asambleas y las convocaciones para los cristianos hoy en día?
26 Hemos observado con gran aprecio a los judíos celebrando sus fiestas. Durante el estudio de estas fiestas usted quizás haya sentido un fuerte deseo de estar con su familia entre los concurrentes a la asamblea en Jerusalén, para disfrutar junto con ellos del compañerismo, la adoración, las ofrendas de sacrificios y alabanzas a Jehová, y participar de este gozo y alegría. Es posible satisfacer su deseo de una manera ensanchada hoy día. Como Jehová hizo provisión para que su pueblo antiguo celebrara fiestas y asambleas en convocación santa, de la misma manera hace provisión para su pueblo hoy en día. Como en los días de los judíos, hoy existe la misma necesidad de que los cristianos se reúnan en asambleas gozosas y edificantes. Y el registro histórico de los cristianos del día moderno prueba que tales asambleas son de gran provecho.
27. ¿Qué provisiones se hacen para asambleas por la organización de Jehová, y cómo debería uno considerarlas?
27 Además de reunirse localmente en cinco reuniones de congregación cada semana, los testigos de Jehová por lo general se reúnen tres veces al año en asambleas de circuito y de distrito, y en asambleas nacionales o internacionales. Ellos toman en serio estas reuniones al estar presentes en ellas. Como los israelitas antiguos, están agradecidos por tal provisión y aprecian el valor educativo y animador de tales asambleas. Prestan atención al consejo de Pablo “no abandonando el reunirnos, . . . sino animándonos unos a otros, y tanto más al contemplar ustedes que el día va acercándose.”—Heb. 10:25.
28. ¿Cómo puede decirse que los siervos del día moderno de Jehová no se presentan con “las manos vacías” en sus reuniones semanales?
28 Tal como los israelitas, cuando asistían a las fiestas periódicas de Jehová, no habían de presentarse delante de Jehová con las manos vacías, así en la actualidad los testigos de Jehová se regocijan al contribuir algo a las asambleas a las que asisten, sean reuniones semanales o asambleas grandes. Están gozosos y expresan su gozo. Lo manifiestan preparándose bien para cualesquier partes que tengan en el programa. Se preparan con anticipación para comentar en las reuniones de estudio bíblico. No permiten que sus dificultades personales los hagan presentarse a las reuniones con una apariencia triste y apesadumbrada, sino que vienen con felicidad en el rostro, gozosos de ver a sus hermanos y asociarse con ellos con amigabilidad y bondad, dando la bienvenida a los extraños en las reuniones. De esta manera llevan a cabo el consejo de Pablo de animarse unos a otros de manera muy práctica.
29. ¿Cómo tiene aplicación este mismo principio en las asambleas más grandes?
29 En las asambleas más grandes tienen mucho gusto en ofrecer voluntariamente sus servicios en los diversos departamentos de la asamblea, ya sea sirviendo de acomodadores, en la brigada de limpieza, en el programa o en cualquier lugar donde puedan usar sus talentos y habilidades como contribución al servicio de Jehová. Algunos abren sus hogares a los delegados a la asamblea. Otros ofrecen voluntariamente su equipo para que sea usado. Algunos contribuyen de sus fondos privados para sufragar los gastos de la asamblea. Así motivadas por el espíritu de Jehová, las asambleas son un éxito gozoso y una alabanza para Su nombre, asambleas que la gente de afuera ve como un modelo y así es impulsada hacia tener mayor respeto a Jehová, su Palabra y su organización.
30. ¿Cómo consideran los testigos de Jehová las asambleas, y qué efecto han tenido?
30 Y tal como los israelitas de la antigüedad apartaban los productos de sus campos y hatos con anticipación para sus fiestas periódicas, así hoy en día los testigos de Jehová se preparan con anticipación arreglando sus vacaciones y ahorrando su dinero para que todas sus familias puedan ir a las asambleas. Esto ha resultado en un gran testimonio al nombre de Jehová y en un estímulo mutuo, como durante las recientes asambleas que se celebraron en la América latina, donde centenares de compañeros Testigos de los Estados Unidos, el Canadá y otros países pudieron asistir, formando un vínculo más fuerte de unidad entre sus hermanos cristianos y aumentando su entendimiento y amor unos para con los otros.—Deu. 14:22-27.