Luchando tenazmente por la fe
“Se me hizo necesario escribirles para exhortarles a que luchen tenazmente por la fe que una vez para siempre fue entregada a los santos.”—Jud. 3.
1, 2. (a) ¿En dónde yace el peligro de la creencia “Una vez salvo, siempre salvo”? (b) ¿Dónde hallamos amonestación contra esta creencia?
POCAS expresiones populares son más engañosas y peligrosas que la que se oye extensamente a través de la cristiandad: “Una vez salvo, siempre salvo.” El creer ese dicho puede resultar en desastre, en la pérdida de la esperanza que enseña la Biblia de vida eterna en un justo nuevo orden bajo el reino del Dios Todopoderoso.
2 Para amonestarnos contra creencias peligrosas como la de “una vez salvo, siempre salvo,” y para estimularnos a luchar tenazmente por la fe verdadera, un discípulo del Señor Jesucristo escribió una carta corta de importancia apremiante hoy en día. Es el sexagésimo quinto libro de la Santa Biblia, escrito alrededor del sexagésimo quinto año del primer siglo E.C. Se llama La Carta de Judas, y aunque solo hay veintinueve versículos en la carta, el que prestemos atención a su consejo inspirado bien puede significar el ganar o perder la salvación ofrecida a todos los seguidores verdaderos del Hijo de Dios.
3. ¿Quién fue Judas, y por qué se llama “esclavo de Jesucristo”?
3 ¿A quién usó Jehová Dios para darnos esta advertencia oportuna? La carta contesta: “Judas, esclavo de Jesucristo, pero hermano de Santiago, a los llamados que son amados en relación con Dios el Padre y conservados para Jesucristo: Que misericordia y paz y amor sean aumentados a ustedes.” (Jud. 1, 2) El inspirado escritor Judas fue, de hecho, medio hermano de Jesucristo. (Mat. 13:55) Sin embargo, Judas no trata de glorificarse en virtud de estar emparentado con el Hijo de Dios de manera carnal; comprendió que los seguidores verdaderos de Jesús de entonces en adelante no lo conocerían de acuerdo con la carne. (2 Cor. 5:16, 17) Por eso, humildemente se llama “esclavo de Jesucristo.” Así él dio el énfasis apropiado a su relación espiritual con Jesucristo en primer lugar. Puesto que Judas no fue apóstol del Señor Jesucristo, simplemente se llama “esclavo”; de hecho, él no creyó en Jesucristo como el Hijo de Dios sino hasta después de la resurrección de Jesús. (Juan 7:5; Hech. 1:14) Luego cifró fe en Jesús y, después de cifrar fe en él, Judas comprendió que, como esclavo, había sido comprado con un precio—la sangre preciosa del Hijo de Dios. Desde entonces Judas, así como cualquier otra persona comprada con la sangre rescatadora de Jesucristo, no podía hacerse esclavo de los hombres.—1 Cor. 7:22, 23.
4. (a) ¿A quién se dirige específicamente La Carta de Judas, pero por qué es oportuna para todos los que buscan la vida? (b) ¿Qué requiere Dios de los que esperan en su salvación?
4 Como esclavo de Cristo, Judas quería escribir sobre lo que fuera más provechoso para sus coesclavos para ayudarlos a ser obedientes a su Amo. Por consiguiente, escribió una carta general, una carta no dirigida a ninguna congregación cristiana específica. No obstante, es enfáticamente evidente a quiénes se dirige: “A los llamados,” es decir, a los llamados al reino celestial de Dios para gobernar con Jesucristo como reyes y sacerdotes. (1 Tes. 2:12) Estos cristianos ungidos por el espíritu son “amados en relación con Dios el Padre y conservados para Jesucristo”; por consiguiente, el buen placer del Padre es darles el reino de los cielos si se mantienen en condición de salvados. Aunque esta carta inspirada se dirige a la “congregación de Dios” o a aquellos cuyo número está limitado de acuerdo con las Escrituras a 144.000 de entre la humanidad, es oportuna en su amonestación para todas las personas que esperan la salvación bajo el reino de Dios, las que esperan vivir eternamente en una Tierra paradisíaca. Ellas, también, tienen que permanecer en condición de salvados, teniendo el mismo grado de devoción, el mismo grado de fidelidad y produciendo el mismo fruto del Reino que los cristianos ungidos. Sí, todos los que quieran disfrutar de la salvación de Dios tienen que luchar tenazmente por la fe verdadera.
5. ¿Cuál es la oración de Judas, y cómo ha sido contestada en los testigos de Jehová hoy en día?
5 La oración de Judas es que “misericordia y paz y amor” de Dios sean multiplicados para con los seguidores verdaderos de Cristo, de quienes todavía hay un resto sobre la Tierra hoy en día. Ciertamente esto ha sucedido para con este resto espiritual de los seguidores de Cristo a quienes se les ha concedido misericordia de Dios, al librárseles de Babilonia la Grande, el imperio mundial de la religión falsa, en 1919, llenándose luego a estos cristianos liberados de paz para que todos puedan trabajar unidamente en adelantar los intereses del reino de Dios. Por amor de Dios han sido limpiados del paganismo babilónico y establecidos como sus testigos limpios. Se debe a que Jehová Dios ha aumentado su misericordia, paz y amor sobre sus testigos cristianos liberados que una “grande muchedumbre” de “otras ovejas” haya afluido a su lado. (Rev. 7:9-17; Juan 10:16) Estas personas han visto que las bendiciones divinas han sido derramadas con abundancia sobre el resto de estos “llamados,” el resto del Israel espiritual, de modo que han llegado a formar parte del “un solo rebaño” de testigos del Reino. Puesto que la sociedad del nuevo mundo de testigos de Jehová es un solo rebaño pacífico, guiado por el Pastor Excelente, se regocijan con el amor y la misericordia de Dios, ya que la oración de Judas ha sido contestada de manera abundante sobre ellos. La oración de Judas es que la misericordia, paz y amor de Dios sean aumentados hacia nosotros, no disminuidos y finalmente suspendidos. ¿Pudiera suceder cosa tan terrible? Pudiera suceder a individuos; y para ponernos en guardia contra esa posibilidad, Judas da una advertencia para mostrar que esto podría suceder si no nos mantenemos en el amor de Dios:
RAZÓN ESPECIAL PARA LUCHAR TENAZMENTE
6. ¿Qué exhortación se da a los cristianos individuales, y por qué?
6 “Amados, aunque estaba haciendo todo esfuerzo por escribirles acerca de la salvación que tenemos en común, se me hizo necesario escribirles para exhortarles a que luchen tenazmente por la fe que una vez para siempre fue entregada a los santos. Mi razón es que ciertos hombres se han metido disimuladamente que desde hace mucho han estado señalados por las Escrituras a este juicio, hombres impíos, que tornan la bondad inmerecida de nuestro Dios en una excusa para conducta relajada y que demuestran ser falsos a nuestro único Dueño y Señor, Jesucristo.”—Jud. 3, 4.
7. ¿De escribir sobre qué tema cambió Judas, y por qué?
7 Obviamente Judas no se había propuesto escribir en cuanto a luchar tenazmente por la fe verdadera. Había esperado escribir de manera general en cuanto a “la salvación que tenemos en común”; sin embargo, por medio del espíritu santo de Dios, discernió que había algo de importancia apremiante, de mayor urgencia que una discusión doctrinal sobre la salvación que tienen en común los 144.000 llamados al reino celestial. En el día de Judas, hace diecinueve siglos, el Pastor Excelente, Jesucristo, no estaba recogiendo a la “grande muchedumbre” de Revelación 7:9-17, y por eso Judas no estaba escribiendo acerca de la salvación que comparten igualmente hoy en día todos los de la “grande muchedumbre.” Aunque ellos no están incluidos directamente en la discusión que se propuso Judas, ciertamente tienen en común la esperanza preciosa de salvación bajo el Reino; esperan la vida eterna en el nuevo orden tanto como el resto del “rebaño pequeño” espera la gloria celestial. Esta esperanza, de vivir en una Tierra paradisíaca, será realizada por el Reino de Jesucristo, quien reina con sus “llamados.” Por consiguiente, Jesucristo murió, no solo por los “llamados,” sino por todo el mundo de la humanidad, incluyendo a esta “grande muchedumbre” de personas semejantes a ovejas de hoy en día. (1 Juan 2:1, 2) Esas “ovejas” con una esperanza terrestre también tienen que ‘luchar tenazmente por la fe’ hasta que se gane el premio, porque a Satanás el Diablo le gustaría defraudarla de tan precioso premio.
8. Por eso, ¿qué creencia puso de manifiesto claramente Judas, y qué había dicho Jesucristo antes en cuanto a la salvación individual?
8 Al escribir sobre el tema de luchar tenazmente por la fe, Judas puso de relieve la falsedad de la creencia “una vez salvo, siempre salvo.” El que ahora estemos en condición de salvos o salvados no es razón para que cualquier cristiano piense que no puede ser movido o sacado del amor de Dios y así perder la salvación que Dios ofrece a la humanidad obediente. Jesucristo lo había aclarado, y Judas lo sabía, también, que “el que haya perseverado hasta el fin es el que será salvo.” (Mat. 24:13) Jesús estaba hablando de la salvación personal aquí, no de la salvación de una clase. No existe ninguna incertidumbre en cuanto a la salvación de la clase llamada al reino celestial, pero la pregunta es: Individualmente, seamos del “rebaño pequeño” o de la “grande muchedumbre,” ¿perseveraremos hasta el fin? El “fin” que mencionó Jesús no es necesariamente un año específico, ni siquiera la batalla del Armagedón, sino la idea es perseverar hasta el fin del derrotero terrestre de uno o de la larga prueba. El no perseverar significa resultar desleal. Por eso, hasta que uno muera en fidelidad o hasta el fin de este inicuo sistema de cosas, uno tiene que continuar luchando tenazmente por la fe. ¿Cómo?
9. ¿Qué significa luchar tenazmente por la fe?
9 El luchar tenazmente por la fe no solo significa perseverar hasta el fin en adherirse con firmeza con nuestra mente a las cosas que Dios nos enseña; también significa resistir las tentaciones hacia la corrupción por cualquiera que quisiera tornar la bondad inmerecida de nuestro Dios en una excusa para conducta relajada. Tenemos que comprender que la táctica del Diablo a través de la historia del pueblo de Dios ha sido el tratar de introducir entre él a personas que quisieran cumplir su designio ladino y que quisieran tratar de corromper a otros. Por consiguiente, se les impone una lucha a todos los que se han declarado a favor de la fe verdadera. Esta lucha prueba nuestra integridad y nuestro amor a Dios.
10. ¿Qué dice Judas que harían los hombres impíos, y cómo se había predicho esto?
10 Explicando por qué tenemos que luchar tenazmente por la fe, Judas dijo que ciertos individuos se han metido disimuladamente en la organización de Dios, pretendiendo ser cristianos. Realmente son “hombres impíos,” que tornan la misericordia de Dios en una excusa para conducta relajada. Unos diez años antes de que Judas escribiera esta amonestación, el apóstol Pablo había predicho que personas con motivos inicuos se introducirían furtivamente entre el pueblo de Dios. (Hech. 20:29, 30) Jesús, también, había predicho este movimiento del enemigo para tratar de corromper al pueblo del nombre de Jehová. (Mat. 13:24-43) El Diablo saca a sus agentes del mundo de la humanidad que ha “llegado a estar más allá de todo sentido moral.”—Efe. 4:17-19.
11. En vista de la advertencia de Judas, ¿cuál tiene que ser nuestra actitud, y por qué?
11 Puesto que al Diablo le gustaría introducir a personas que moralmente están en bancarrota y que tienen designios malignos entre la sociedad del nuevo mundo de testigos de Jehová, todos tienen que vigilar, especialmente los superintendentes de las congregaciones. “Porque los días son inicuos” y porque muchos aman la iniquidad, nunca podemos bajar nuestra guardia. La congregación cristiana tiene que estar alerta para eliminar e impedir que agentes enemigos se establezcan. Aunque sabemos que los hombres inicuos no pueden corromper a la organización en conjunto, pueden causar daño a una congregación, haciendo que el espíritu de Dios sea retardado en esa congregación, hasta que los inicuos sean desarraigados. Quizás no solo la congregación no prospere sino que individuos de ella pudieran ser desviados y corrompidos para tener relaciones inmorales con los del sexo opuesto. Hay que guardarse de esto para que la organización de Dios permanezca limpia y pura, incontaminada.
“OJOS LLENOS DE ADULTERIO”
12. ¿Qué advertencia da Judas en cuanto a los hombres impíos que tratarían de introducirse a hurtadillas en la organización de Dios, y cuál es el motivo del Diablo al tratar de introducir a tales hombres?
12 Por consiguiente, Judas advierte a los que quisieran tratar de corromper al pueblo de Dios que “desde hace mucho han estado señalados por las Escrituras a este juicio” de destrucción eterna. ¿Qué es lo malo de estas personas? Su motivo. Piensan que, puesto que Dios es misericordioso, pueden usar su misericordia como excusa para conducta inmoral para satisfacer deseos sexuales. (1 Cor. 6:9, 10) Tratan de persuadir a creyentes inestables a participar en relaciones relajadas, haciendo que otros crean que no hace daño el participar en las pasiones de uno solamente de vez en cuando, puesto que Dios nos perdona prontamente si confesamos este pecado. De modo que estas personas tienen el motivo de la satisfacción sexual, y, como en el caso de Caín, el pecado está agazapado a su entrada; no tienen ojos puros. Pedro los describe: “Tienen ojos llenos de adulterio y no pueden desistir del pecado, y atraen seductoramente almas inconstantes. Tienen un corazón entrenado en la codicia.” (2 Ped. 2:14) El Diablo usa a estas personas con “ojos llenos de adulterio” para tratar de corromper al pueblo de ojos puros, de corazón puro, de Dios y para tratar de tentarlos al pecado que causa placer.
13. ¿De qué manera son estos hombres impíos desemejantes a Moisés, y por eso, cuál es la obligación del cristiano?
13 Desemejantes a Moisés, estas personas de designio maligno piensan que pueden participar del “disfrutar temporalmente del pecado,” y todavía conseguir la salvación. (Heb. 11:25) Creen que pueden entregarse a sus pasiones y luego pasar por una forma de arrepentimiento y permanecer entre el pueblo de Dios hasta la siguiente vez que anhelen entregarse al pecado, hasta que puedan persuadir otra vez a otros mediante insinuaciones impuras a la inmoralidad. Así son culpables de tornar la bondad inmerecida de nuestro Dios en una excusa para conducta relajada. Es contra tales personas inmorales que los cristianos tienen que luchar tenazmente, resistiéndolas, no solo por el daño que causan a los individuos, sino por el daño que proviene a cualquier congregación que les diera libertad para tratar de corromper y degradar a los del sexo opuesto.
14. ¿Por qué la condición moral de la cristiandad no es excusa para ceder a las personas inmorales?
14 El hecho de que la cristiandad ha seguido el camino de la moralidad relajada y que sus escuelas y sistemas eclesiásticos están llenos de gente que practica conducta inmoral no es excusa para que el cristiano verdadero se entregue a sus pasiones. Judas aclara que, si algunos ceden al pecado, estarían ‘demostrando ser falsos a nuestro único Dueño y Señor, Jesucristo.’ Puesto que tenemos que ser fieles a la fe que una vez fue entregada a los santos, debemos rehusar resueltamente el ceder a las personas impías, resistiendo cualquier forma de corrupción en estos días inicuos.
ALGO DE LO CUAL SER RECORDADO
15. ¿Cómo ilustra Judas que uno puede perder a pesar de estar en condición de salvado, y qué liberación habían tenido en común los israelitas?
15 Para recalcar el punto de que nuestra salvación todavía no está sellada y entregada a nosotros más allá de pérdida o fracaso después de creer, Judas muestra que, a pesar de estar en condición de salvado, el individuo puede perder. ¿Cómo? Al no luchar tenazmente, al ceder a las tentaciones de las personas impías. La destrucción de estas personas, advierte él, se ha predicho. ¿Cómo? ¡Por el registro histórico de la Biblia! Muchos son los ejemplos de la Santa Palabra de Dios que muestran cómo trató Jehová con las personas impías en el pasado; estos ejemplos muestran lo que Dios hará en casos semejantes hoy en día. Por consiguiente, ¡antes de que entren a hurtadillas y traten de seducir a otros a la inmoralidad, se les advierte cuál será su sentencia! Judas escribe: “Deseo recordarles, a pesar de que saben todas las cosas una vez para siempre, que Jehová, aunque salvó a un pueblo de la tierra de Egipto, después destruyó a los que no mostraron fe.” (Jud. 5) ¡Sí, qué maravillosa liberación tuvieron los israelitas en 1513 a. de la E.C.! Con mano fuerte Jehová los libró, salvando a su primogénito de la muerte cuando vino sobre Egipto la décima plaga. No solo fueron librados los israelitas en la ocasión de este golpe sobre el primogénito, sino más tarde también, en el mar Rojo. En esta liberación también participó una “compañía mixta” de no israelitas.—Exo. 12:38.
16, 17. (a) ¿Qué lección aprenden los cristianos del ejemplo de los israelitas y la “compañía mixta”? (b) ¿Cómo dio la misma advertencia el apóstol Pablo, y cuál debe ser nuestra respuesta?
16 ¿Qué se prefigura aquí? Puesto que Egipto es un símbolo de este sistema de cosas (Rev. 11:8; 2 Cor. 4:4), se representa que hoy en día aquellos a quienes Jehová salva de este sistema de cosas no deben correr a Egipto y a la esclavitud pecaminosa. Su liberación inicial de este inicuo sistema de cosas no significa que están inalterablemente salvados a la vida eterna en el nuevo orden de Dios, más allá de toda posibilidad de fallar. ¡No si los israelitas con la “compañía mixta” son una ilustración verdadera! Jehová, quien fue su Salvador, destruyó a un millón o más de israelitas en el desierto. (Exo. 12:37; Núm. 14:26-38) ¿Por qué? Cedieron al poder engañoso del pecado. El pecado es engañoso; se acerca inadvertidamente y se abalanza sobre sus víctimas sin misericordia, como lo hizo con los israelitas. Advirtiéndonos que una liberación inicial del Egipto antitípico y su paganismo babilónico no es prueba final de la salvación, Pablo, un apóstol de Jesucristo, declaró: “Sobre la mayor parte de ellos [de los israelitas en el desierto] Dios no expresó su aprobación, pues fueron derribados en el desierto. Ahora bien, estas cosas llegaron a ser nuestros ejemplos, para que nosotros no seamos personas que desean cosas perjudiciales, tal como ellos las desearon. Ni nos hagamos idólatras, como algunos de ellos se hicieron; así como está escrito: ‘Se sentó el pueblo a comer y a beber [sacrificios ofrecidos a Baal de Peor], y se levantó a divertirse [con las cananeas que los invitaron a tales sacrificios].’ Ni practiquemos fornicación, como algunos de ellos cometieron fornicación, de modo que cayeron, veintitrés mil de ellos en un día. Ni pongamos a Jehová a prueba, como algunos de ellos lo pusieron a prueba, de modo que perecieron por las serpientes. Ni seamos murmuradores, así como algunos de ellos murmuraron, de modo que perecieron por el destructor. Pues bien, estas cosas siguieron aconteciéndoles como ejemplos, y fueron escritas para amonestación de nosotros a quienes los fines de los sistemas de cosas han llegado.”—1 Cor. 10:5-11.
17 Pablo estaba escribiendo aquí a los cristianos, y saca su ilustración del Israel natural típico. Con los israelitas se hallaba una “compañía mixta” de personas amigables a Israel; por eso, en el antitipo hoy en día la amonestación se refiere tanto al resto de cristianos ungidos como a la “grande muchedumbre” de “otras ovejas.” Por consiguiente, todos tienen que estar en guardia contra los que quisieran seducir a cualquiera que haya sido comprado con la sangre de Jesucristo a la conducta inmoral, con esclavitud resultante al pecado. Cualquiera puede ser afectado prescindiendo de cuánto tiempo haya estado en el camino de la salvación. Nunca llegue a ser descuidado, orgulloso, confiado en sí mismo, sino siempre examínese a la luz de Su Palabra para no ser alcanzado por el poder engañoso del pecado.
ÁNGELES NO ESTÁN EXENTOS DE CAER A LA DESTRUCCIÓN
18. ¿De qué otra manera ilustra Judas la necesidad de luchar tenazmente por la fe cristiana?
18 Luego Judas prosigue a otra ilustración que muestra la necesidad de luchar tenazmente por la fe cristiana: “Y a los ángeles que no guardaron su posición original, sino que abandonaron su propio y debido lugar de habitación, los ha reservado con cadenas sempiternas bajo densa oscuridad para el juicio del gran día. Así también Sodoma y Gomorra y las ciudades circunvecinas, después que ellas de la misma manera que los anteriores hubieron cometido fornicación excesivamente e ido en pos de carne para uso contranatural, son puestas delante de nosotros como ejemplo amonestador al sufrir el castigo judicial de fuego eterno.”—Jud. 6, 7.
19, 20. (a) ¿Cuál fue el pecado de los ángeles al que aludió Judas, y en qué castigo resultó éste? (b) ¿Qué lección hay para nosotros en el ejemplo de los ángeles que pecaron?
19 El discípulo Judas ahora compara a estas personas impías que quisieran tratar de corromper a otras en la organización de Dios con los ángeles caídos en el día de Noé. Estos se materializaron como humanos de aspecto perfecto, sin duda; de modo que su apariencia debe haber sido notablemente atractiva. Pero, ¿habían venido a la Tierra para traer de vuelta los hombres a Dios? ¡No, su motivo era incorrecto! Tenían ojos llenos de deseos apasionados. Habían fijado la vista en las hijas de aspecto hermoso de los hombres. Impresionantes en aspecto, estos ángeles materializados hicieron proposiciones seductoras a las muchachas bien parecidas. Prescindiendo de que hayan considerado que tenían un derecho a estas mujeres o no, aparentemente tomaron a quienes desearon y a tantas mujeres como quisieron como esposas, quizás más esposas que Lamec, que más temprano había tomado dos para sí. (Gén. 4:19) Su aspecto hermoso los ayudó a entrar a hurtadillas e infiltrarse en la raza humana para corromperla. Por eso, Judas muestra que hoy en día algunos cuya apariencia exterior quizás hasta sea hermosa entrarían a hurtadillas. Quieren familiarizarse especialmente con las personas del sexo opuesto, para poder corromperlas y degradarlas mediante relaciones sexuales impuras. Al tiempo del Diluvio aquellos ángeles se desmaterializaron, pero no pudieron regresar a la organización santa de Dios. Dios hizo que fueran ‘reservados con cadenas sempiternas bajo densa oscuridad para el juicio del gran día.’ Ahora se hallan en una condición de oscuridad espiritual, no teniendo luz alguna de Dios. Por su motivo incorrecto se tornaron en demonios. (Gén. 6:1-5) ¡Qué lección hay aquí para nosotros!
20 Aprendemos aquí que hasta los ángeles que contemplan el rostro de Dios pueden caer en el pecado y llegar a estar bajo juicio para destrucción. Dios nunca se propuso que los ángeles fueran anfibios, es decir, para vivir en parte en el cielo como espíritus y en parte sobre la Tierra como humanos, para cohabitar con mujeres. Pero aquellos ángeles dejaron su lugar de habitación asignado. Bueno, pues, si los ángeles no están exentos de caer en la destrucción, los humanos imperfectos no deben pensar que su salvación ya está asegurada sin ninguna posibilidad de perderla. Solo luchando tenazmente por la fe podemos permanecer en esa condición de salvados. No queremos ser como aquellos ángeles que cayeron de tal posición elevada. Por lo tanto, resista a los humanos que quisieran ir más allá de su límite dado por Dios y tratar de contaminar la carne.
21. (a) ¿Especialmente por qué pecado fueron destruidas Sodoma y Gomorra? (b) ¿Cómo subsiste la destrucción de esas ciudades como advertencia y al mismo tiempo como estímulo para las personas piadosas?
21 Además de los ángeles pecadores, Judas menciona como una amonestación una destrucción que Dios llevó a cabo más de 450 años después del Diluvio, cuando Dios castigó a las poblaciones de Sodoma y Gomorra con destrucción ardiente. Los habitantes de la ciudad ‘cometieron fornicación excesivamente’ y fueron en pos de la carne para uso contranatural. No solo cometían fornicación con mujeres, sino que codiciaban la carne de los hombres, posiblemente también la carne de las bestias brutas. (Lev. 18:22-25) La Biblia nos dice que Jehová envió dos ángeles a Sodoma para inspeccionar su condición moral y para rescatar a Lot de la destrucción que era inminente sobre la ciudad. Lot hospitalariamente metió a los ángeles en su casa, pero los habitantes impíos de Sodoma, una chusma compuesta de jóvenes así como hombres de mayor edad, exigió a los dos ángeles para tener relaciones sexuales incorrectas. Aun después que los ángeles hirieron a la chusma con ceguera, los sodomitas obsesionados por la pasión trataron de asir a los ángeles. A la mañana siguiente Jehová Dios empapó a Sodoma y Gomorra con fuego y azufre. Lot y sus hijas se escaparon de la destrucción que vino sobre los sodomitas. Esa destrucción queda puesta “delante de nosotros como ejemplo amonestador.” ¿Para quiénes? Pedro contesta: “Reduciendo a cenizas a las ciudades de Sodoma y Gomorra las condenó, poniendo un modelo para personas impías de cosas venideras; y libró al justo Lot, que se hallaba sumamente angustiado por la entrega a conducta relajada de parte de la gente desafiadora de ley—. . . Jehová sabe librar de la prueba a personas de devoción piadosa, pero reservar a personas injustas para el día de juicio para ser cortadas, especialmente, pues, a las que siguen tras la carne con el deseo de contaminarla.”—2 Ped. 2:6-10.
22. (a) Por eso, ¿qué advertencia debemos tomar a pecho? (b) ¿Cómo libra Dios de la prueba a los justos?
22 Por eso, ¡cuídense todos los que quisieran contaminar la carne en la organización de Dios! Están bajo condenación de destrucción eterna. Todos los adoradores verdaderos tomen a pecho la amonestación, no considerando siquiera momentáneamente la seducción de tales personas destinadas a la destrucción. Resístanlas. “Luchen tenazmente por la fe.” Podemos estar seguros de que Dios sabe librar de la prueba a las personas de devoción piadosa. Dios no necesariamente nos saca de circunstancias dificultosas, porque él deja que suministren una prueba para nosotros. La manera en que Dios libra a los justos de la prueba es cortando a las personas impías a su debido tiempo. Él quita de la escena de acción a los que provocan la prueba.
23. ¿De qué jamás tenemos que cansarnos, con la esperanza de qué galardón?
23 No sabemos cuánto tiempo más seguirán los inicuos acarreándonos pruebas, pero nunca debemos cansarnos de predicar “estas buenas nuevas del reino,” resistiendo siempre a las personas impías. Entonces alcanzaremos la liberación bendita cuando Dios corte a los impíos, y seremos dejados en un nuevo orden limpio. Hasta entonces nunca tenemos que bajar nuestra guardia, porque siempre tenemos que luchar tenazmente por la fe.
“Solo un poco más de tiempo, y ya no existirá el inicuo; y ciertamente darás atención a su lugar, y él no estará. Pero los mansos mismos poseerán la tierra, y verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de la paz.”—Sal. 37:10, 11.
[Ilustración de la página 173]
Sodoma y Gomorra, ejemplo amonestador