Preguntas de los lectores
● Después de su resurrección, ¿por qué le dijo Jesús a María Magdalena que no lo tocara pero le mandó a Tomás que lo tocara?—Un lector de Nueva York.
La versión Valera usada extensamente vierte las palabras de Jesús a María como sigue: “No me toques: porque aun no he subido á mi Padre.” Entonces le dijo que fuera a decirle a los discípulos acerca de su resurrección y de su próxima ascensión. (Juan 20:17) El habla moderna aclara el significado de Jesús, como lo vemos por la traducción de la versión Bover-Cantera: “Suéltame—que todavía no he subido al Padre.” No era un asunto de tocar a Jesús; ella no tan sólo lo había tocado sino que por decirlo así se había colgado de él, sin duda temerosa de que se desvaneciera y ascendiera al cielo. Jesús le aseguró que todavía no se iría, y que ella dejara de colgarse a él pero que fuera a decirle a sus discípulos lo que había ocurrido. Ese mismo día Jesús se apareció a otros discípulos, pero Tomás no estuvo presente y más tarde dijo que él no creería hasta que viera las heridas de los clavos en Jesús y hasta que no hubiera metido la mano en su costado traspasado con lanza. Pocos días más tarde Jesús se apareció a los discípulos cuando Tomás estaba presente, y él invitó a Tomás a que tocara las heridas. (Juan 20:25-27) En ambas ocasiones Jesús tenía buenas razones para hablar como lo hizo, y no hay contradicción o inconsistencia entre los dos casos.
● ¿Por qué permitía la Ley mosaica que los israelitas dieran al extranjero cualquier cosa mortecina, aunque ellos no podrían comer de ella?—Lector de California.
La pregunta se refiere al Deuteronomio 14:21, que dice: “No comeréis ninguna cosa mortecina; al extranjero que habitare dentro de tus puertas la podréis dar, y él la comerá; o la podréis vender a uno de tierra extraña; porque eres tú un pueblo santo a Jehová tu Dios.” Al dar o vender tal animal muerto a un extranjero o a uno de tierra extraña los israelitas no deberían tergiversar el asunto. El recibidor o comprador de dichas mercancías estaría actuando voluntariamente. No estaba obligado a comprar o aceptarlas como regalo. No había injusticia implicada; fué simplemente una restricción colocada sobre los israelitas, que otras naciones no observaban. La razón por la cual los israelitas deberían considerar el asunto diferentemente de otras naciones se muestra por las palabras, “Porque eres tú un pueblo santo a Jehová tu Dios.”
● ¿Qué significa el lavamiento de los pies mencionado en Juan 13:4-16? ¿Quiere decir que debe ser ejecutado esto como ceremonia por los cristianos?—Lector de Virginia.
En la época de Cristo la gente usaba sandalias y los pies de los viajeros se ensuciaban, por eso es que al llegar a su destino era necesario lavarse los pies. Estando agotado del recorrido el viajero a menudo sería objeto de la cortesía de que le lavara los pies un siervo bajo la dirección del hospedero. (Luc. 7:44) Prescindiendo de siervos los cristianos, por ser la mayoría pobres, el servicio se hacía por el hospedero u hospedera. (1 Tim. 5:10) Era un servicio con mucho valor práctico en la época de Jesús. Cuando Jesús lo hizo no estaba estableciendo alguna ceremonia religiosa, sino dando ejemplo. “Pues si yo, que soy el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. Porque os he dado ejemplo, para que vosotros también hagáis como yo he hecho con vosotros.” (Juan 13:14,15) Estaba demostrando humildad y amor al ejecutar un servicio doméstico para la comodidad de sus hermanos; mediante el ejemplo hizo ver a sus discípulos la necesidad de ser siervos en la organización de Dios, sirviéndose los unos a los otros con el agua de la verdad para ayudarlos a caminar en la senda limpia. (Efe. 5:25, 26) Por eso los cristianos hoy en día deben copiar su ejemplo siendo humildes y estando listos para servir a sus hermanos de maneras prácticas, de igual manera que en el día de Jesús el lavar los pies era práctico. Condiciones cambiadas han quitado los beneficios prácticos de lavar los pies bajo esas mismas circunstancias y no debe ser hecho por mera ceremonia.
● ¿Cómo puede decirse que Jesús nació el año 2 a. de J. C. si la era cristiana comenzó a contarse desde su nacimiento?—Un lector de Nueva Jersey.
Cuando la cristiandad comenzó a contar los años desde el nacimiento de Jesús se hizo un error en el cálculo. Este se reconoce generalmente, pero el grado del error se discute, porque algunos dicen que la era principia de cuatro a ocho años más tarde. Sin embargo, las Escrituras muestran el nacimiento de Jesús siendo el año 2 a. de J. C. En el décimoquinto año del reinado de Tiberio, Juan el Bautista comenzó su ministerio, teniendo Juan treinta años de edad en ese tiempo (cerca del 1 de abril). Seis meses más tarde Jesús tenía treinta años. (Núm. 4:3; Luc. 3:1-3, 23; 1:36) Eso sería cerca del 1 de octubre, en el décimosexto año de Tiberio César. El primer año de Tiberio comenzó el 19 de agosto del año 14 d. de J. C.; su décimoquinto terminaría el 18 de agosto del año 29 d. de J. C. Por lo tanto si Jesús tenía treinta años por el 1 de octubre del año 29, eso quiere decir que su nacimiento treinta años antes debe haber sido por el l de octubre del año 2 a. de J. C.