Nunca transigiendo en cuanto a los principios cristianos
“Cualquiera, pues, que desea ser un amigo del mundo se está constituyendo un enemigo de Dios.”—Sant. 4:4.
1. ¿Qué son principios?
LOS cristianos verdaderos se gobiernan por principios. Un principio es una verdad fundamental. Puesto que la verdad es aquello que está de acuerdo con el estado verdadero de las cosas, los principios son esencialmente declaraciones de hechos básicos. La Biblia contiene miles de estos principios que se declaran expresamente, como en el texto supracitado. Otros se deducen o se hallan en el libro de la naturaleza, como escribió Pablo en Romanos 1:20: Las “cualidades invisibles [de Dios] se observan claramente desde la creación del mundo en adelante, porque se entienden por las cosas hechas.”
2, 3. ¿Cuáles son algunos ejemplos de principios, y cómo pudieran usarse al razonar?
2 Algunos ejemplos de principios servirán para demostrar el papel que desempeñan los principios en nuestro entendimiento y razonamiento. He aquí algunos: Jehová es el Altísimo sobre toda la tierra. No hay Dios aparte de Jehová. Jehová es desde la eternidad hasta la eternidad. Jesús es el principio de la creación de Dios. Dios es cabeza sobre Cristo. El Padre es mayor que Cristo. El Hijo está sujeto a Dios. Dios levantó a Cristo de entre los muertos. Dios le dió a Cristo un puesto más alto que el que tenía antes. El espíritu santo no es una persona. Las personas pueden ser llenadas con espíritu santo.—Sal. 83:18; Isa. 44:6, Mod; Sal. 90:2; Col. 1:15; 1 Cor. 11:3; Juan 14:28; 1 Cor. 15:28; Hech. 13:30; 2:32, 33; 2:4, 17.
3 ¿De qué manera podrían utilizarse tales principios? Se les pudiera considerar como materiales de construcción juntados según diseño para formar una casa. Estos principios de verdad en particular juntados según el diseño divino forman doctrinas bíblicas de verdad. Un punto que inmediatamente se hace patente es que es imposible que Jehová Dios, Cristo Jesús y espíritu santo sean un ‘dios coigual, coeterno’ como dicen los trinitarios. Jehová es más poderoso que Cristo Jesús; por lo tanto éstos no son iguales. Jehová es eterno, pero Jesús fué creado por Dios, así que no son iguales y Jesús no es el Eterno. Y el espíritu santo es el poder de Dios, no una persona. No es posible que gente sea llenada con una persona, pero sí puede ser llenada con poder o espíritu santo. El clero rehusa razonar sobre estos principios bíblicos; insiste en decir que la doctrina de la trinidad es un misterio. En realidad los clérigos son instrumentos de Satanás, porque Satanás está tratando de demostrar que Dios no es supremo; y el clero al enseñar la doctrina de la trinidad trata de poner al Dios Todopoderoso Jehová en tal posición que otros sean iguales a Él. Eso es imposible según los principios bíblicos y los hechos. De modo que al razonar sobre estos principios se hace posible ver claramente que la doctrina de la trinidad que enseña la cristiandad es falsa. Y, por supuesto, la palabra “trinidad” no aparece en la Biblia.
4, 5. ¿Qué relación existe entre las leyes y los principios de Jehová?
4 Las leyes teocráticas de Jehová se basan en principios de verdad. Por ejemplo, la ley divina todavía en vigor hasta este día prohibe el asesinato. Se basa en el principio o hecho sencillo de que el hombre es mortal. Por lo tanto, tal como principios verdaderos se usan para edificar las muchas doctrinas bíblicas, del mismo modo principios verdaderos respaldan todas las leyes de Dios.
5 En realidad cada una de las centenares de leyes que componían el pacto de la ley como se le dió a Moisés se basa en uno o más principios de verdad. Una multitud de principios justos vinieron a la atención del hombre por primera vez cuando se dió, como revelación, el pacto de la ley a los israelitas. De manera que cuando Dios trajo a su fin la fuerza legal obligatoria del pacto de la ley al tiempo de la muerte de Jesús, él no destruyó los principios eternos de verdad que por medio de ese pacto fueron llamados a la atención del hombre. Estos principios de verdad que se hallan en la Ley, todavía conservados para nosotros en la Biblia, continúan guiando a los cristianos en el camino de la justicia.—Col. 2:14.
6. ¿Por qué era más fácil vivir en el tiempo de Moisés que bajo la instrucción que dió Cristo?
6 El vivir según las reglas dictadas por Moisés no fué tan difícil como el aprender a vivir según los principios de Cristo. Es tanto más fácil conformar la conducta a una regla que hacer que un principio guíe la vida entera. Moisés prescribió reglas; Cristo inculcó principios. Las reglas son para niños; los principios para hombres y mujeres maduros en crecimiento cristiano.
7. ¿Se gobiernan los cristianos enteramente por principios, o hay leyes que se les exige obedecer?
7 Aun cuando Cristo inculcó principios, eso no significa que no hay ley alguna que gobierne las actividades de los cristianos. Las leyes son reglas de acción dictadas por el superior para la conducta del inferior, y por esto los cristianos tienen la obligación de obedecer las leyes de Dios. Ejemplos de leyes dadas a cristianos son el prohibir que se coma sangre, el abstenerse de la fornicación, el mantenerse libre de la adoración de ídolos, el no abandonar el congregarse en asambleas, el no asesinar, etc. Y no debemos olvidar las dos grandes leyes o mandamientos que Jesús nos repitió: “‘Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente.’ Este es el más grande y el primer mandamiento. El segundo, semejante a él, es éste: ‘Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo.’” Estas leyes se basan en principios de verdad. Se presentan para guiar a los cristianos a la madurez.—Hech. 15:20; Heb. 10:25; Rom. 13:9; Mat. 22:37-39.
8, 9. (a) ¿Cómo se gobierna el cristiano por principios? (b) ¿Qué se entiende por dejarse gobernar por la pasión?
8 Pero para el cristiano el consejo y las instrucciones que se dan frecuentemente son generales, presentando el principio que ha de seguirse y dejando a cada individuo con libre albedrío para escoger si se dirigirá por fieles principios declarados o por su deseo egoísta. De esa manera Dios permite que cada individuo pruebe cuánto amor y confianza él tiene para con Dios y cuán deseoso está de hacer la voluntad divina.
9 Hay dos fuerzas que operan hacia todas las personas. Una es la pasión, la cual es inducida por la influencia de otros en la persona que es influída, y la segunda es el principio o la ley, es decir, la ley de Dios o su regla de acción que prescribe la manera de proceder que es justa y correcta. Los que están dedicados a Jehová se gobiernan por su ley y siguen sus mandamientos basados en principios de verdad. Por eso, el gobernarse por principio significa actuar de acuerdo con el conocimiento de los hechos según la razón y la conciencia. El dejarse gobernar por la pasión significa actuar impulsado por una influencia externa, significa dejar que dicten las consideraciones personales, como la riqueza, la fama, el poder, la seguridad, o la satisfacción de los sentidos o los instintos.
10. ¿Cómo mostró Pablo el contraste entre los que se dejan llevar por la pasión y los que se guían por principios?
10 La pasión dirige la mente de la mayoría de los hombres en la valuación de las cosas en este sistema bajo Satanás. Cada día se hace más patente que este mundo ve con aprobación las concupiscencias de la carne apasionada mientras que la mayoría del género humano hoy día se mofa de los que se guían por los principios de la Palabra de Dios y los ridiculiza. En Gálatas 5:19-24 Pablo muestra el contraste entre los que se dejan llevar por las pasiones y los que siguen los justos principios de Dios, y podemos observar que las cosas que la pasión inspira rápidamente cobran popularidad en estos últimos días: “Ahora las obras de la carne son manifiestas, y ellas son: fornicación, impureza, conducta relajada, idolatría, práctica de espiritismo, odios, contiendas, celos, arrebatos de ira, contenciones, divisiones, sectas, envidias, borracheras, orgías, y cosas semejantes a éstas. En cuanto a estas cosas les estoy previniendo, del mismo modo que les previne, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Por otra parte, el fruto del espíritu es amor, gozo, paz, gran paciencia, benignidad, bondad, fe, apacibilidad, gobierno de uno mismo. Contra tales cosas no hay ley. Además, los que pertenecen a Cristo Jesús empalan la carne junto con sus pasiones y deseos.”
11. (a) ¿Cuáles dos principios sobresalientes se perciben en las palabras de Pablo? (b) ¿Cómo mostró Pedro que el proceder correcto del cristiano resulta en alabanza para Jehová?
11 Obsérvense dos principios que se presentan en esto: los que practican las obras de la carne no heredarán el reino de Dios; los que son cristianos no hacen esas obras. Los cristianos quieren vivir bajo el gobierno de Dios; y por eso tienen que apegarse a los principios correctos. Por esa razón Pedro aconsejó vigorosamente en 1 Pedro 2:11, 12: “Amados, les exhorto como a extranjeros y residentes temporarios que sigan absteniéndose de los deseos carnales, los cuales son los mismísimos que llevan a cabo un conflicto en contra del alma. Mantengan recta su conducta entre las naciones, para que, en la cosa en que ellos están hablando contra ustedes como malhechores, ellos, como resultado de las obras rectas de ustedes de las cuales ellos son testigos oculares, glorifiquen a Dios en el día para la inspección por él.” La manera correcta en que proceden los cristianos trae alabanza a Jehová a la vista de los hombres de buena voluntad, pero no a la vista del mundo. El seguir los principios cuesta algo en este sistema de cosas. Quiere decir que tenemos que amar la verdad aunque ésta no sea popular. Quiere decir que tenemos que temer a Dios y no a los hombres. Quiere decir que tenemos que aborrecer las ganancias injustas, y no ir en pos de ellas. Éstas son las cualidades que Jehová desea hallar en los que hayan de servirle en el nuevo mundo.—Éxo. 18:21; Pro. 29:25.
LOS PRINCIPIOS—UN CIMIENTO SOBRE EL CUAL EDIFICAR
12. ¿Qué cosas incluyó Pablo en los principios básicos del cristianismo?
12 El apóstol Pablo escribió específicamente a los hebreos acerca de algunos principios de verdad básicos o de cimiento a los cuales todo cristiano tiene que apegarse, a saber: “Porque, en verdad, aunque deberían ser maestros en vista del tiempo, necesitan ustedes de nuevo alguien que les enseñe desde el comienzo los principios elementales de los manifiestos sagrados de Dios, y ustedes han venido a ser como los que necesitan leche, no alimento sólido. Porque todo el que participa de leche no está familiarizado con la palabra de justicia, porque es un niño. Pero el alimento sólido es para las personas maduras, para los que por medio del uso tienen las facultades perceptivas ejercitadas para discernir así lo bueno como lo malo. Por esta razón, ya que hemos dejado la doctrina elemental acerca del Cristo, pasemos adelante a la madurez, no poniendo un cimiento de nuevo, a saber, arrepentimiento de obras muertas, y fe hacia Dios, la enseñanza sobre bautismos y la imposición de las manos, la resurrección de los muertos y el juicio eterno.”—Heb. 5:12-6:2.
13-15. (a) ¿Qué quiso decir Pablo cuando dijo que hemos “dejado” la doctrina elemental? (b) ¿Cómo pudiera compararse esto al uso de los principios fundamentales de la matemática?
13 ¿Y qué quiere decir Pablo cuando declara que hemos “dejado” estos principios doctrinales de verdad básica? Al decir que los hemos “dejado” seguramente Pablo no quiere decir que debemos dejar de creer en el arrepentimiento y la fe y dejar de practicarlos; tampoco quiere decir que debemos dejar de creer en el bautismo y dejar de practicarlo. Lo que el apóstol está mostrando es que no debiéramos tener que aprender estas cosas vez tras vez. No debemos sentirnos satisfechos con conocer sólo las cosas fundamentales. Pablo estaba reprendiendo a los hebreos a quienes se dirigía porque cuando deberían de haber sido maestros, necesitaban que alguien volviera a enseñarles los primeros principios. Deberían de haber entendido todas estas cosas, y haber podido enseñárselas a otros; y mientras continuaran creyendo en estas cosas deberían de haber estado añadiendo más conocimiento a lo que conocían de la Palabra y los propósitos de Dios; y no sólo eso, sino que deberían recordar que las doctrinas correctas sobre estos temas no son la única cosa esencial a nuestro desarrollo cabal como seguidores de Cristo, sino además la consecución de los resultados intentados, a saber, el que lleguemos a ser cristianos plenamente crecidos, capacitados para razonar sobre la Palabra de Dios y entenderla y comportarnos en conformidad con sus principios de justicia. Es a esto que él se refiere cuando dice “pasemos adelante a la madurez.”
14 Pudiera compararse esto a la manera en que un niño, cuando va a la escuela, primero aprende la tabla de multiplicar y cómo sumar y restar y dividir. Éstos son los principios fundamentales de la matemática; y no obstante, consideraríamos muy torpe o descuidado en sus estudios al niño que se quedara varios años aprendiendo estos primeros principios; y diríamos que debiera dejar los primeros principios y seguir adelante a otras cosas; por lo cual no daríamos a entender que debiera olvidar estos primeros principios o considerarlos algo que debiera dejar atrás, algo en que nunca volviera a pensar. El niño debiera recordarlos y usarlos y añadir a ellos las ramas más avanzadas de la matemática. Si el niño pensara ser un ingeniero tendría que adelantar hasta que entendiera y usara la matemática más avanzada. Y tendría que aprender los principios adicionales de ésta y dirigirse por ellos. No le sería posible tener éxito en su carrera si pasara por alto los principios que aprendió, porque por calcular incorrectamente las cosas básicas necesarias para la construcción la estructura en que trabajara se desplomaría.
15 Puede decirse que el cristiano se halla en circunstancias parecidas. Según Pablo, él debe usar los principios fundamentales de Cristo como un medio para avanzar a la madurez espiritual. Tiene que aprender los principios avanzados de Cristo y ser guiado por ellos y debe poder enseñárselos a otros. Si no los entendiera no se dirigiría por ellos, y si no los entendiera no podría enseñar a otros acerca de ellos. La enseñanza cristiana es tanto oral como ejemplar; el derrotero de la vida del cristiano maduro es tal que la persona que no ha logrado la madurez ve que sería bueno imitarlo, y es bueno imitarlo si éste se basa en los principios correctos. Ésta es otra razón por la cual el cristiano maduro tiene que gobernarse por principios.—Fili. 3:17.
16. ¿Qué peligro corren los que no avanzan más allá de los principios elementales?
16 Por otra parte, si no avanzamos más allá de los principios elementales de Cristo, sino que puerilmente nos quedamos rezagados en las verdades fundamentales de arrepentimiento, fe, bautismo, engendramiento por el espíritu, resurrección, juicio de las almas y otras cosas por el estilo, estamos corriendo peligro. ¿En qué consiste el peligro? En una recaída en el pecado. Tenemos que tener una estructura fuerte, bien edificada sobre los principios fundamentales sólidos del cristianismo, y seguir edificando.—Rom. 14:19; Jud. 20.
17. ¿Qué puede decirse del que, después de aprender los principios elementales, no se dedica ni se bautiza como se les manda hacer a los cristianos?
17 Debe notarse que el arrepentimiento, la fe y el bautismo son verdades fundamentales. Las Escrituras nos mandan a avanzar más allá de esas cosas y alcanzar la madurez. Por eso, una persona asociada con la sociedad del nuevo mundo que por una razón u otra no se bautiza como se manda hacer a los cristianos está dando evidencia de que le falta mucha madurez, que no entiende cabalmente siquiera los principios elementales de Cristo. Aunque esta persona se haya asociado por muchos años con la sociedad del nuevo mundo y asista a sus reuniones de congregación, a pesar de esto, todavía se deja gobernar más por la pasión que por el principio. Los que pasan más adelante de estas verdades fundamentales avanzarán, con la ayuda del espíritu de Dios, al alimento espiritual maduro, obteniendo así un entendimiento profundo de la Palabra de Dios. El espíritu o fuerza activa de Dios tiene poder para aclarar, y con él se sondean las cosas más profundas de Dios y quedan descubiertas a nuestro entendimiento.—1 Cor. 2:9, 10.
18. ¿Cómo nos ayuda la Palabra de Dios a gobernarnos por principios?
18 Todo este discernimiento espiritual se basa en la Palabra de Dios. Por eso, no hay substituto alguno para el conocimiento de la Palabra de Dios. Todos nosotros tenemos que meditar diariamente en la Palabra de Dios con el objeto de grabar en la mente, de manera más indeleble, los principios de verdad del Todopoderoso Dios Jehová. Mientras más principios básicos absorbamos, mayor grado de madurez alcanzaremos; más estables seremos y mejor capacitados llegaremos a estar para evitar un desplome o una recaída en el pecado. Los líderes religiosos judíos prepararon el Talmud para que los judíos lo siguieran, estableciendo de esta manera reglas para toda clase de conducta, y así dejaron muy poca o ninguna oportunidad para que se razonara en cuanto a la Palabra de Dios, para que se usara la lógica y se aprendieran los principios divinos. Jehová no ha provisto por medio de Cristo una colección de reglas semejantes al Talmud para el modo de vivir cristiano. Él sí ha establecido ciertas leyes y reglas básicas en la Biblia, así que tenemos un registro de los principios que los cristianos tienen que seguir. Es necesario que los cristianos apliquen a su vida cotidiana estos principios cristianos. No basta con tener un conocimiento ralo de algunos hechos registrados en la Biblia.
LOS CRISTIANOS Y EL MUNDO
19. ¿Qué efecto tiene en las relaciones que existen entre el cristiano y el mundo el que el cristiano se dirija por los principios de Dios?
19 Los principios justos de la Palabra de Dios se les hacen más difíciles a los hombres que el aceptar los hechos bíblicos de conocimiento común. Hoy los testigos de Jehová se encuentran en un mundo en que mucha gente dice ser cristiana y elogia los principios declarados en la Biblia, pero es cosa rara hallar personas fuera de la sociedad del nuevo mundo que se esfuercen por vivir consistentemente en conformidad con los principios y las reglas que el Dios Todopoderoso expone en su Palabra. Se debe a que los testigos de Jehová sigan los principios cristianos, el que la mayor parte de los que están en el mundo los considere como una gente extraña. El mundo procede de una manera tan diferente a la que indican los principios de Jehová que los testigos de Jehová resaltan como diferentes a todas las demás personas de este mundo, y algunos gobiernos de este mundo los consideran gente obstinada, gente que rehusa ponerse en línea como se desea. Los gobernantes no entienden los principios declarados en las Escrituras que muestran que Satanás es el dios de este mundo y que los cristianos no son parte alguna de este mundo, tal como Cristo Jesús no fué parte de este mundo. (1 Cor. 2:14) El mundo, por medio de sus jueces y gobernantes, exige que los testigos de Jehová paguen a César no sólo las cosas que son de César, sino más que eso, y el mundo se olvida del resto del mandato de Jesús de pagarle a Dios las cosas que son de Dios. Los testigos de Jehová pagan sus contribuciones, aceptan educación de la nación mediante sus escuelas y apoyan todas las leyes del país que están en completo acuerdo con los principios de verdad y justicia de Dios, y dondequiera que viven cumplen con las reglas y regulaciones de esa nación. Se visten como la demás gente y por la mayor parte se conforman a las costumbres y hábitos de la gente. Pero hay una cosa que los testigos de Jehová no pueden hacer y no la harán, a saber, violar su conciencia que ha sido entrenada según los principios declarados en la Palabra de Dios. Los cristianos verdaderos, los testigos de Jehová, se adherirán a los principios del Dios Todopoderoso y pagarán a Dios lo que pertenece a Dios.—Mat. 22:21.
20. ¿Qué principio sobresaliente pasan por alto muchos?
20 Los hombres no pueden pasar por alto el principio sobresaliente de que Jehová es el Creador y el Dios Todopoderoso del universo si quieren tener entendimiento. Algunos llamados sabios de la ciencia del mundo levantan una barrera insuperable a la comprensión del origen de la vida por medio de deliberadamente pasar por alto este principio. Entonces, por más que se esfuercen, sin esta verdad básica nunca podrán llegar a una explicación satisfactoria de la vida.—Gén.1:l.
21. (a) ¿Qué derecho le atañe a Dios por ser Creador? (b) Cuando uno adora a Jehová y se dedica a él, ¿cuál llega a ser su situación en relación con el mundo?
21 Dado que él es el Creador y el Todopoderoso, Jehová tiene el derecho de recibir la devoción exclusiva de las criaturas humanas de la tierra. Jehová mismo hizo esto claro cuando dió su ley a Israel: “No debes hacer para ti una imagen tallada ni una forma parecida a cosa alguna que esté en los cielos arriba o que esté en la tierra debajo o que esté en las aguas debajo de la tierra. No debes inclinarte ante ellas ni ser inducido a servirlas, porque yo Jehová el Dios tuyo soy un Dios que exige devoción exclusiva.” (Éxo. 20:4, 5) Éste es un principio de verdad o un hecho. También es un hecho que Satanás, el dios de este mundo, ha desafiado dicha supremacía, y que este mundo está opuesto al Dios Todopoderoso Jehová. (Job 1:11; Isa. 14:13, Mod; Sant. 4:4) Los cristianos hacen una dedicación incondicional a Jehová y así llegan a ser extranjeros para con este viejo mundo diabólico. Por lo tanto el hacer una dedicación es como solicitar ciudadanía en el nuevo mundo y la ceremonia formal del bautismo como un juramento ante testigos para confirmar este hecho. El fundador del cristianismo, Cristo Jesús, puso el ejemplo mediante su dedicación y bautismo, y luego, en Juan 17:14, declaró claramente en cuanto a los cristianos: “Ellos no son parte del mundo así como yo no soy parte del mundo.”
22. Cuando Jesús declaró el principio registrado en Juan 17:14, ¿por qué no dió él una multitud de reglas minuciosas y detalles para que los siguieran los cristianos?
22 ¿Qué quiso decir Jesús con el principio que declaró allí? ¿Por qué no entró en más detalles y por qué no presentó una multitud de reglas para que los cristianos las siguieran? Es verdad que un poco antes él declaró el principio, cuando dijo al hablar a sus seguidores, en Juan 15:19: “Si ustedes fueran parte del mundo, el mundo le tendría cariño a lo que es suyo. Ahora bien, porque ustedes no son parte del mundo, sino que yo los he escogido del mundo, por esta causa el mundo los odia.” Sin embargo, no quiso que los cristianos estuvieran aislados de modo que no predicaran al mundo, puesto que oró a Jehová en Juan 17:15: “Yo te pido, no que los saques del mundo, sino que vigiles sobre ellos por causa del inicuo.” Sí, hay peligro que viene del dios de este mundo. (2 Cor. 4:4, NC) Jesús declaró a los cristianos los principios teocráticos, pero les dejó a ellos el razonar sobre las Escrituras y determinar cómo bregar con las trampas sutiles de Satanás y cómo dirigir su vida en este sistema de cosas.
23. ¿De qué manera ayuda la vida ejemplar de Cristo a los cristianos a razonar sobre la manera de vivir en conformidad con los principios de la Palabra de Dios aunque viven en este mundo?
23 Los cristianos sobre la tierra hoy tienen la ventaja de ver cómo Cristo y los apóstoles inspirados razonaban sobre principios bíblicos. Jesús mismo había hecho una solemne dedicación para servir a Jehová. Eso quiso decir que él era ministro o embajador de Jehová y se exigía que diera su primera atención al servicio de Jehová. Él apreciaba los valores verdaderos, percibiendo lo justo de su posición y manteniéndose libre del viejo mundo o de los falsos razonamientos humanos. Predicó a favor de acumular tesoros en el cielo y practicó lo que predicó sirviendo en el ministerio de tiempo cabal. Entendió los principios de que todas las cosas pertenecen a Jehová y que la bendición de Jehová enriquece. Resistió el esfuerzo que hizo la gente por hacerlo rey. Jesús fué positivo en sus expresiones y acciones. Comprendió cabalmente su lugar y el trabajo que tenía que hacerse. Mientras que fué neutral hacia los conflictos, la política y el mercantilismo de este mundo, no obstante no titubeó en cuanto a hablar en condenación de las violaciones de los justos principios de Dios. No transigió en cuanto a los principios por usar demasiado tacto. Jesús se negó a participar en las religiones falsas de su día, y por su estricta adherencia a los principios divinos de justicia se hizo el blanco de la oposición de los líderes religiosos, quienes lo hicieron comparecer ante los gobernantes romanos. Allí Jesús declaró un principio: “Mi reino no es parte de este mundo.” Y luego dijo: “Si mi reino fuera parte de este mundo, mis servidores hubieran peleado para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero, como es el caso, mi reino no es de esta fuente.”—Juan 18:36; también Mateo 6:20; 4:1-10; 23:4, 5.