Apreciando la salvación de nuestro Dios
1, 2. ¿Qué error importante cometen tantos de la humanidad, y con qué resultado?
¿NOS debe algo Dios? Muchas personas obran como si él nos debiera algo. Consideran la vida como algo que ha de usarse solo para ganancia y placer egoísta. Pero no obtienen verdadera satisfacción de la vida. Esto se debe a que violan el primero y segundo mandamientos según los expresó Jesucristo: “El primero es: ‘Oye, oh Israel, Jehová nuestro Dios es un solo Jehová, y tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente y con todas tus fuerzas.’ El segundo es éste: ‘Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo.’”—Mar. 12:29-31.
2 Muy pocos de la humanidad se interesan en obedecer estos mandamientos hoy día. Son como el rico de una de las parábolas de Jesús que dijo: “Alma, tienes muchas cosas buenas almacenadas para muchos años; pásalo tranquila, come, bebe, goza.” Pero aquel hombre perdió su alma esa misma noche. (Luc. 12:16-21) Así sucede hoy. Los que no llegan a ser ricos para con Dios, sino que, más bien, hacen su propio paraíso materialista en este sistema de cosas, habrán de perder todo durante la “tribulación grande” que está por barrer sobre la Tierra. Sus intereses son materiales, físicos... no espirituales.—Mat. 24:21, 22; Jer. 25:31-36; Sant. 5:1-5.
3. Contraste el punto de vista del “hombre físico” con el del “hombre espiritual.”
3 ¡Cuán falto de perspicacia es este “hombre físico”! Las cosas del espíritu de Dios le son necedad, de modo que no puede ver más allá de una vida de setenta u ochenta años, a lo más. Pero el “hombre espiritual” puede ver más allá, a la eternidad. Aun a los ‘hombres espirituales’ que tienen posesiones materiales se les aconseja “que trabajen en lo bueno, que sean ricos en obras excelentes, que sean liberales, listos para compartir, atesorando para sí mismos con seguridad un fundamento excelente para el futuro, para que logren asirse firmemente de la vida que lo es realmente.” Se requieren “obras excelentes” de todos nosotros que buscamos “la vida que lo es realmente.” En el espejo de la ley perfecta de Dios podemos ver a qué grado nos elevamos a la altura de los requisitos para la vida eterna. “El que mira con cuidado en la ley perfecta que pertenece a la libertad y persiste en ella, éste, por cuanto se ha hecho, no un oidor olvidadizo, sino un hacedor de la obra, será feliz al hacerla él mismo.”—1 Cor. 2:14, 15; 1 Tim. 6:18, 19; Sant. 1:25.
4. ¿Qué se necesita, si hemos de escudriñar la sabiduría de Dios?
4 Hablando de la salvación que primero viene a los judíos, y luego a las naciones, Pablo declara: “¡Oh la profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán inescrutables son sus juicios e ininvestigables sus caminos!” (Rom. 11:33) ¿Significa esto que la sabiduría de Dios es tan profunda que quizás nunca entendamos sus caminos? ¡Ni pensarlo! Pero tenemos que dirigirnos a la Palabra de Dios con la correcta actitud de mente y corazón. No esperaríamos que la Biblia se leyera como una novela mundana, cuyo propósito solo es entretener. La Biblia requiere estudio, con un motivo correcto. En el día de Jesús hubo algunos que venían a él con motivos incorrectos, buscando alguna ventaja egoísta o algún efugio para entramparlo. (Juan 6:26, 27; Luc. 20:20-26) Sin embargo, solo fue a los que lo buscaban humildemente y con un corazón puro que Jesús les concedió entendimiento de las cosas espirituales más profundas de la Palabra de Dios. (Mat. 13:10-15; Luc. 13:23, 24) Es urgente que nosotros, también, consigamos aprecio de corazón de las enseñanzas de la Biblia, que son tan diferentes de las filosofías mundanas.
“PECADO” Y “RESCATE”
5. (a) ¿Cuál es el punto de vista bíblico del “pecado”? (b) ¿Cómo es la liberación del pecado una bondad inmerecida?
5 Por ejemplo, considere el asunto del “pecado.” Quizás vivamos en una sociedad permisiva o de otra clase que no aprecie lo que significa “pecado.” Pero el “pecado” ha existido desde la rebelión en Edén. Es errar el blanco de la perfección, o no alcanzar la justicia de Dios. (Rom. 3:23, 24) Heredamos el pecado de nuestro antepasado desobediente Adán, y por eso todos nosotros somos pecadores. En tiempos antiguos, se requirió que la ley de Dios dada por medio de Moisés identificara claramente lo que es pecado, aunque la muerte que resultó del pecado había estado gobernando como rey sobre la humanidad por miles de años. Esa ley también demostró claramente que el hombre en sí mismo no puede hallar liberación del pecado. Hoy, también, debemos estar profundamente conscientes del pecado y sus consecuencias. (Rom. 5:12-14; 7:7, 21-25) ¡Cuán indignos somos en nosotros mismos de ser librados del pecado y sus efectos! ¡Qué bondad inmerecida, entonces, muestra Dios al proveer la liberación del pecado, sobre la base del sacrificio perfecto de su Hijo!—Efe. 2:4-8.
6. (a) ¿Cuál es la base para la liberación del pecado? (b) ¿Quiénes son aquellos a quienes no se les hará difícil entender el rescate?
6 Esto conduce a la enseñanza bíblica del “rescate.” La liberación del pecado proviene sobre la base del sacrificio de rescate de Jesús. ¿Es este asunto del “rescate” tan difícil que no podamos conseguir entendimiento de ello, aun al grado de poder explicarlo claramente a otros? ¡Nunca se diga eso! De hecho, la doctrina bíblica del rescate, cuando se entiende apropiadamente, ¡es cautivante, inspiradora de fe! Si fuésemos a suscribirnos a las enseñanzas del clero de la cristiandad, que describen a Jesús como “Dios encarnado” y por consiguiente como una clase de mitad Dios, mitad hombre, o si fuésemos a enfrascarnos en la filosofía oriental de que la meta del hombre debe ser la extinción del nirvana, quizás se nos hiciera difícil comprender el rescate. Pero si seguimos tras “la justicia, la fe, el amor, la paz, junto con los que de corazón limpio invocan al Señor,” entonces no se nos hará muy difícil entender la maravillosa provisión del rescate de Jehová y regocijarnos por ella.—2 Tim. 2:22.
7. ¿Cómo puede definirse “rescate”?
7 Como hombre perfecto —nada más, nada menos— y la exacta correspondencia de Adán cuando fue perfecto, Jesús pudo darse “como rescate correspondiente por todos,” es decir, para toda la prole imperfecta del Adán pecador. (1 Tim. 2:5, 6) La palabra griega anti’lytron, que solo se usa en este único lugar en las Escrituras, se define así: “un rescate, precio de redención, o más bien un rescate correspondiente. ‘Significa apropiadamente un precio por el cual se redimen los cautivos del enemigo; y la clase de canje en la cual la vida de uno es redimida por la vida de otro.’ De modo que Aristóteles usa el verbo antilytroo para redimir vida por vida.”a Sí, hasta el orgulloso Aristóteles entendía la idea del “rescate.” Pero si hubiera vivido cuatro siglos más tarde, sus filosofías —que abarcaban dioses trino y uno, la evolución y la inmortalidad del alma— sin duda le hubieran impedido apreciar el significado del rescate de Jesús.b
8. ¿Cómo, y en qué orden, habrán de ser “vivificados” todos?
8 ¡El alma del hombre pecaminoso no es inmortal! No tiene el derecho a la vida. La enseñanza bíblica es llana: “El alma que esté pecando... ella misma morirá.” (Eze. 18:4, 20; Mat. 10:28) Sí, el alma del hombre pecaminoso muere, pero la Biblia presenta una esperanza maravillosa: “Porque así como en Adán todos están muriendo, así también en el Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su propia categoría: Cristo las primicias, después los que pertenecen al Cristo durante su presencia.” Tan ciertamente como Cristo se levantó de entre los muertos, así ahora, al tiempo de su presencia invisible, el grupito de sus seguidores ungidos es ‘vivificado’ con él. (1 Cor. 15:20-23) Al debido tiempo, también, otros de la humanidad que ejercen fe pueden esperar el ser librados “de la esclavitud a la corrupción y [tener] la gloriosa libertad de los hijos de Dios.”—Rom. 8:21.
DOS FAMILIAS
9. ¿De qué manera constituyen un contraste los seguidores de Jesús en comparación con la familia de Adán?
9 Esta enseñanza del rescate trae a nuestra atención dos familias... la familia de Adán y la familia de Jesucristo. Ambas familias se describen como siendo “muchos.” (Rom. 5:15) No hay requisito especial para que llegue a ser uno de la familia pecaminosa de Adán. Todos nacemos en ella por el proceso procreativo natural. Pero, concerniente a lo que Jesús hizo, está escrito: “Porque aun el Hijo del hombre no vino para que se le sirviese, sino para servir y para dar su alma en rescate en cambio por muchos.” (Mar. 10:45; Mat. 20:28) ¿Cuántos son los “muchos”? Como ya hemos visto, él se dio a sí mismo “como rescate correspondiente por todos.” Él gustó la muerte “por todo hombre.” (1 Tim. 2:5, 6; Heb. 2:9) Durante los pasados seis mil años, la familia de Adán se ha multiplicado a miles de millones. Cristo los compró a todos. Pero para disfrutar de una posición aprobada con Dios tuvieron que ejercer fe en Jesucristo como aquel por medio de quien Dios les ha hecho disponible la vida eterna. (Juan 3:16, 36) Está escrito de los seguidores de Jesús: “A cuantos sí lo recibieron, a ellos les dio autoridad de venir a ser hijos de Dios, porque ejercían fe en su nombre [de Jesús]; y ellos nacieron, no de sangre, ni de voluntad carnal, ni de voluntad de varón, sino de Dios.”—Juan 1:12, 13.
10. ¿Por qué no crió Jesús una familia natural?
10 Igualmente sucede con los que, por medio del valor expiatorio del sacrificio de Jesús, consiguen vida eterna en la familia de Jesús en la Tierra. Ellos, también, tienen que ejercer fe en la sangre de Jesús, que es la base para su redención del pecado y de la muerte. (Heb. 9:12, 28; Rom. 5:8-11) Como hombre perfecto, Jesús pudo haberse casado y criado su propia familia, ¡y qué talentosa y sobresaliente familia pudo haber sido ésa! Pero ¿fue eso lo que Jesús quería? ¿Fue ése el propósito de Jehová al enviar a Jesús a la Tierra? Jesús estaba interesado en hacer la voluntad de su Padre, que envolvía cuestiones mucho más importantes que el iniciar una nueva familia propia. (Juan 5:30; 6:37-40) Sobre todo, Jesús estaba interesado en ver que el santo nombre y propósito de Jehová fueran vindicados en conexión con la familia humana original. Pues Dios había descansado de sus obras de creación con la confianza de que su magnífico propósito de llenar una Tierra paradisíaca con justos descendientes de Adán se efectuaría para el fin de su ‘día de descanso’ de siete mil años de duración.—Gén. 2:1-3; 1:27, 28.
11. (a) ¿Cómo llega a ser Jesús el “Padre Eterno”? (b) ¿A quiénes adopta primero Dios como hijos espirituales?
11 El hombre como creación de Dios había sido perfecto, y había un modo por el cual podría restaurarse la perfección. Entonces, ¿por qué debería iniciarse una nueva familia humana? Más bien, lo que se requería era el sacrificio del Jesús perfecto, para que los obedientes, amadores de Dios de entre la prole de Adán pudieran ser transferidos, adoptados por decirlo así, a la familia de Jesús, teniéndolo a él como su “Padre Eterno” en virtud del rescate. (Isa. 9:6) Pero primero en el propósito de Dios, las “primicias,” una cantidad pequeña de la familia de Adán, serían adoptadas como hijos espirituales, sobre la base de su fe en el sacrificio de Jesús, para participar con Jesús mediante una resurrección espiritual en su reino celestial sobre la familia humana.—Rom. 8:23; Sant. 1:18.
12. (a) ¿Qué hace posible el rescate para la humanidad? (b) ¿Cómo debemos responder a la provisión del rescate?
12 El rescate abre el camino para bendiciones incomparables para la humanidad en general... el paraíso restaurado en toda la Tierra, la supervivencia de muchos amadores de la justicia para entrar en ese paraíso, la resurrección de los miles de millones de muertos humanos y la remoción de la enfermedad, el pecado y la muerte. Hace posible paz, contentamiento y armonía para todos los de la creación de Jehová. (Sal. 37:10, 11; 72:7, 8; Juan 5:28, 29; Isa. 33:24) ¡Cómo el contemplar estas glorias por venir nos hace rebosar de aprecio por el maravilloso amor y la bondad inmerecida de Jehová según se expresan por medio de su Hijo! ¡Verdaderamente ésta es “bondad inmerecida sobre bondad inmerecida”! (Juan 1:14, 16, 17) ¡Con razón los discípulos de Jesús escribieron con tanto aprecio acerca del rescate! (Rom. 3:21-26; 1 Ped. 1:18, 19; 1 Juan 1:7; Jud. 20, 21) ¿No se le llena a usted su propio corazón de agradecimiento por el gran amor de Dios al proveer el rescate y todo lo que resulta de ello?—Rom. 8:38, 39; Isa. 65:17, 18.
MOSTRANDO NUESTRA GRATITUD
13, 14. (a) ¿En qué debería hacernos abundar el aprecio por el rescate? (b) ¿Qué debería desanimarnos de jamás practicar el pecado?
13 El apóstol Pablo escribió a sus compañeros creyentes: “Y esto es lo que continúo orando: que el amor de ustedes abunde todavía más y más con conocimiento exacto y pleno discernimiento; para que se aseguren de las cosas más importantes, para que estén exentos de defectos y no estén haciendo tropezar a otros hasta el día de Cristo, y estén llenos de fruto justo, que es por medio de Jesucristo, para la gloria y alabanza de Dios.” (Fili. 1:9-11) Si el aprecio por el rescate nos mueve a abundar cada vez más en amor, también debería hacernos abundar en odiar lo que es malo.
14 Dios hace provisión para el perdón del pecado sobre la base del sacrificio de Jesús, pero esto no nos da licencia para pecar. Es verdad, como se expresa en 1 Juan 2:1, que si, debido a la imperfección heredada, “alguno comete un pecado, tenemos un ayudante para con el Padre, a Jesucristo, uno que es justo.” ¡Ah!, pero ¿recibimos esta ayuda si voluntariosamente abusamos al cometer pecado? ¿Podemos esperar que el valor expiatorio del sacrificio de Jesús nos aplique si nos endurecemos en los caminos pecaminosos? Primera de Juan 3:2, 6, 8 nos dice: “Amados, ahora somos hijos de Dios . . . Todo el que permanece en unión con él no practica pecado; nadie que practica pecado lo ha visto ni ha llegado a conocerlo. El que ejecuta pecado se origina del Diablo, porque el Diablo ha estado pecando desde el principio. Con ese propósito el Hijo de Dios fue manifestado, a saber, para desbaratar las obras del Diablo.” Esto lo hace Él por medio de su provisión amorosa del rescate. ¡Ciertamente ninguno que aprecia esa maravillosa provisión mediante Cristo jamás querría lanzarse a una práctica de pecado!
15. ¿Por qué es imprudente entregarse al pecado con la idea de que el sacrificio de Jesús traerá perdón?
15 Quizás alguien piense que el ir hasta el límite de lo permisible o el obtener algún placer que raya en ese límite sin lanzarse plenamente al pecado, no es tan malo. U otro pudiera pensar, ‘Solo una vez y ya, y el sacrificio de Jesús me traerá perdón.’ Pero ¿es ése razonamiento sano? Es empezar a cultivar un gusto por las obras de la carne, lo contrario de cultivar el fruto del espíritu, y la Biblia claramente advierte “que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.” (Gál. 5:19-24) ¡Es tan fácil caer en las prácticas incorrectas! Resista la tentación, por un corazón puro. (Mat. 5:8) Cuando nos enfrentemos a la tentación de hacer lo malo, deberíamos ser movidos a decir: ‘No. No participaré en ello. Después de lo que Dios y Cristo han hecho por nosotros al suministrar el rescate, ¿cómo podría yo jamás hacer una cosa como ésa que mostrara tal falta de aprecio?’ Al contemplar el rescate, que siempre digamos desde el corazón: “Ahora bien, nosotros no somos de la clase que se retrae para destrucción, sino de la clase que tiene fe que resulta en conservar viva el alma.”—Heb. 10:39, y vea también el Heb. 10 versículo 29.
16. ¿Cómo podemos evitar el ‘retraernos’ al pecado?
16 En vez de ‘retraernos’ al pecado y a la falta de fe, acerquémonos cada vez más a nuestro Dios. Esto significa acercarnos más a nuestros hermanos, también. Debemos amar a nuestros hermanos desde el corazón. “Todo el que no ejecuta justicia no se origina de Dios, tampoco el que no ama a su hermano. Porque éste es el mensaje que ustedes han oído desde el principio, que tengamos amor los unos para con los otros.” (1 Juan 3:10, 11) ¿Cómo mostramos este amor los unos para con los otros? Al pasar tiempo unos con otros... antes de las reuniones, después de las reuniones y en otras oportunidades. (Sal. 133:1; Rom. 12:9, 10) Sí, interesándonos los unos en los otros, edificándonos los unos a los otros en amor, regocijándonos en compartir los unos con los otros las excelentes bendiciones espirituales que provee Jehová por medio del Señor Jesucristo.—1 Tes. 5:11-13.
UN APRECIO POSITIVO
17. (a) ¿Qué expresión positiva de nuestra fe podemos hacer? (b) ¿Qué envuelve esto a menudo?
17 El rescate debe movernos a actos positivos, obras de fe que reflejan nuestras gracias de corazón por todo lo que Jehová y Cristo han hecho por nosotros. Así podemos estar seguros de estar entre los que se mencionan en el Salmo 11:7: “Porque Jehová es justo; él sí ama los actos justos. Los rectos son los que contemplaran su rostro.” Hoy día hay más de un millón y medio de testigos de Jehová a través de la Tierra que están ejecutando actos justos a favor de otras personas de corazón honrado. Su ministerio incluye el visitar los hogares de otras personas, enseñándoles gratuitamente la Biblia y mostrándoles el camino a la vida eterna que solo puede conseguirse por medio de conocimiento exacto concerniente a Dios, Cristo y la provisión del rescate. (Juan 17:3; 14:6) Todo este ministerio se desempeña voluntariamente y sin pensar en galardón material. A menudo, también, envuelve mantener integridad ante oposición despiadada y hasta cruel.—Mat. 10:28-39.
18. ¿Cómo mostró aprecio por la provisión de Jehová una niña de cinco años de edad?
18 Considere, por ejemplo, a esta niña de cinco años de edad: Su madre le enseñó fielmente, de modo que ella desarrolló un amor intenso a Jehová y su Hijo. Pero su padre incrédulo la envió a un colegio de párvulos budista. Aquí las creencias cristianas de la niña fueron puestas a una prueba severa. Rehusó adorar al Buda al entrar por la puerta de la escuela. En la clase, rehusó inclinarse ante la imagen de Buda. Su maestra la regañaba con frecuencia. Pero había adoración de la clase correcta que ella podía efectuar, aun en ese colegio de párvulos. Antes de su almuerzo, diariamente inclinaba su cabecita en oración silenciosa a Jehová por medio de Cristo. La maestra se encolerizaba por esto, también, y trataba de detenerla, ¡pero en vano! Finalmente, cuando la maestra no pudo hacer que participara en una fiesta budista, le preguntó a la niña: “¿Se debe esto a que tu mamá te dijo que no lo hicieras?” La nena contestó: “No, se debe a que esto no le agradaría a Jehová Dios.” ¡Verdaderamente, una excelente expresión de fe que se basa en el rescate!
19. (a) ¿Cómo bendice Jehová a los que lo buscan movidos por un corazón puro? (b) ¿Cómo mostró aprecio por tal bendición una anciana?
19 La provisión del rescate de Jehová hace posible la vida eterna para personas de toda clase. Por medio de sus ángeles está recogiendo a los que muestran el deseo sincero de aprender y hacer su voluntad. (Rev. 14:6, 7) Una oficina de sucursal de la Sociedad Watch Tower recibió la siguiente carta: “Tengo sesenta y ocho años de edad y estoy totalmente ciega. He vivido por largos años en un hospital, sin tener nadie de quien depender. Al fin, en noviembre de 1970, perdí la voluntad de vivir y me resigné a morir. Entonces, una mañana, me detuve junto a la capilla sintoísta que está en el pórtico, y expresé esta oración: ‘Que se me conceda solo una vez, antes de morir, que llegue a conocer al Dios verdadero, que no es la clase de Dios que está en esta capilla.’ Aun mientras todavía oraba quedé pasmada al oír una voz a la puerta. Con sorpresa mía, la persona dijo: ‘Estoy proclamando buenas nuevas como testigo del Dios verdadero, Jehová.’ Inmediatamente le pedí a la persona que entrara, y con ansias escuché todo lo que se dijo. Desde ese día, no he faltado a una sola reunión de los Testigos locales. En mayo de 1971, yo misma llegué a ser predicadora de casa en casa, y el 4 de diciembre del mismo año, simbolicé mi dedicación por bautismo en agua en una asamblea de circuito de los testigos de Jehová. Desde el día 25 de ese mismo mes emprendí el ministerio de precursor temporero. En todos los pasados sesenta y ocho años de mi vida, incluyendo veintiocho años en los que pude usar mis ojos, jamás han estado llenos mis días de tal esperanza y gozo.” Con expresión tangible de su gozo, esta querida hermana cristiana adjuntó a su carta una generosa donación para el programa de construcción para la expansión teocrática en su país.
20. ¿Cómo ‘viene y salva’ a su pueblo Jehová?
20 Verdaderamente Jehová ha cumplido su promesa de ‘venir y salvar’ a su pueblo. Los ha salvado de Babilonia la Grande religiosa y los ha introducido en relación amigable con él, sí, en un paraíso espiritual. El estar uno en este paraíso espiritual significa innumerables bendiciones para los creyentes rescatados. “En aquel tiempo los ojos de los [espiritualmente] ciegos serán abiertos, y los oídos mismos de los [espiritualmente] sordos serán destapados. En aquel tiempo el [espiritualmente] cojo trepará justamente como lo hace el ciervo, y la lengua del [espiritualmente] mudó clamará con alegría.” Aun en nuestro propio día se cumple la profecía: “Y ciertamente llegará a haber una calzada allí, aun un camino [para salir de Babilonia la Grande]; y será llamado el Camino de Santidad. El inmundo no pasará por ella. Y será para el que anda por el camino, y ningún tonto andará errante por ella.” La entrada a esta calzada está libre para todos los que ejercen sabiduría verdadera al aprender humildemente los requisitos de Jehová y aceptar su provisión para vida por medio de Cristo. “Y los mismísimos redimidos por Jehová [de esclavitud en Babilonia la Grande] volverán y ciertamente vendrán a Sion [el reino mesiánico de Dios] con clamor gozoso; y regocijo hasta tiempo indefinido estará sobre su cabeza. Alborozo y regocijo alcanzarán, y el desconsuelo y el suspirar tendrán que huir.”—Isa. 35:4-6, 8, 10.
21. ¿Qué esperanza tenemos, y cómo debería afectarnos?
21 ¡Pronto serán duplicados aquellos milagros espirituales! ¿Cuándo? Bajo el reino venidero de Dios de mil años por medio de su Hijo Jesucristo. Aun cuando estuvo en la Tierra hace mil novecientos años, Jesucristo ejecutó milagros literales de esas clases. Como Rey volverá a hacer cosas semejantes, en el paraíso literal restaurado en la Tierra. (Luc. 23:43) ¡Qué gozosa esperanza! Y las profecías que se cumplen actualmente muestran que nos hallamos en el mismísimo umbral de este tiempo de alborozo. Ciertamente ahora es el tiempo de todos los tiempos para esforzarnos vigorosamente, para que de veras andemos en amistad con el Dios de salvación... hasta la “tribulación grande” y a través de ella y entremos en las bendiciones eternas que nos esperan.—Luc. 13:24.
[Notas]
a A Greek and English Lexicon of the New Testament de Parkhurst, pág. 47.
b “En el cuarto siglo a. de la E.C. Aristóteles escribió: ‘Todas las cosas son tres, y tres veces es todo: y usemos este número en la adoración de los dioses, porque, como dicen los pitagóricos, todo y todas las cosas están vinculadas por tres, pues el fin, el medio y el principio tienen este número en todo, y éstos componen el número de la Trinidad.’”—Arthur Weigall, en su libro The Paganism in Our Christianity, pág. 198.
[Ilustración de la página 752]
Dios ha provisto liberación del pecado sobre la base del sacrificio de Cristo