Preguntas de los lectores
● ¿Cuál es el significado de la profecía: “En cuanto a sus ancianos, sueños soñarán. En cuanto a sus jóvenes, visiones verán”?—D. A., EE. UU.
Esta profecía de Joel 2:28 tuvo un cumplimiento en los tiempos apostólicos comenzando con el Pentecostés de 33 E.C., tal como el apóstol Pedro mostró en aquella ocasión. (Hech. 2:17) Puesto que la profecía declara que los ancianos soñarán sueños y los jóvenes verán visiones, esto significa que ambas clases de carne, carne anciana y carne joven, serán usadas por Dios como medio para comunicaciones divinas. Los sueños de los ancianos serían inspirados por Dios tal como las visiones de los jóvenes eran por inspiración divina. Esto no significa que a los ancianos no se les pudiera inspirar también para que vieran visiones de Dios.
Y así lo muestra el registro. Pedro tuvo una visión de Dios que lo preparó para predicar al gentil Cornelio, y fue aproximadamente al mismo tiempo que el centurión italiano Cornelio tuvo una visión de Dios en la cual se le dijo que enviara a buscar a Pedro. (Hech. 10:3-17) El discípulo Ananías tuvo una visión en la cual se le dijo que fuera al perseguidor Saulo de Tarso y lo familiarizara con las buenas nuevas acerca del Mesías, lo cual hizo. Después que Saulo llegó a ser el apóstol Pablo, repetidas veces tuvo visiones inspiradas. ¡Y qué visiones inspiradas tuvo el apóstol Juan hacia el fin de su vida!—Hech. 9:10; 18:9; 2 Cor. 12:1; Rev. 1:1.
Sin embargo, no debemos pensar que esta profecía está limitada a los tiempos apostólicos. Tal como sucede con muchas otras profecías, tiene una aplicación secundaria en nuestro día. Esto lo hace patente el hecho de que se menciona que estas cosas suceden antes del “día de Jehová, grande e inspirador de temor.”—Joel 2:31.
Puesto que hoy tenemos las Escrituras inspiradas completas, Dios ya no está dando más visiones o sueños inspirados. Sin embargo, hoy el pueblo de Jehová está viendo el cumplimiento de muchas de las visiones y sueños inspirados que los siervos de Dios tuvieron en tiempos antiguos, y hasta están participando en su cumplimiento. Están participando en el cumplimiento de la profecía que dice: “Sus hijos y sus hijas ciertamente profetizarán.” (Joel 2:28) Esto no quiere decir que éstos profetizan en el sentido de predecir acontecimientos bajo inspiración, sino más bien en el sentido de que están haciendo proclamación pública de los sueños y visiones inspirados que se registraron hace mucho tiempo. Profetizan en el sentido de ser voceros de Dios. Sirve para patentizar que éste es uno de los significados de ‘profetizar’ el hecho de que Jehová Dios nombrara a Aarón para que fuera profeta para su hermano Moisés. Aarón no predijo cosas a Moisés, sino que sirvió de vocero o portavoz de Moisés.—Éxo. 7:1.
● Tomando en cuenta el hecho de que los paganos hacían ofrendas florales a los muertos, ¿está bien que los cristianos envíen flores a un funeral o coloquen flores sobre una tumba?—G. T., EE. UU.
Es cierto que los paganos antiguos hacían ofrendas florales a los muertos. La publicación How Did It Begin?, por R. Brasch, declara: “El enviar una corona a un funeral y el colocarla sobre el féretro o sobre la tumba es una reliquia de superstición antigua y adoración de ídolos.”
¿Cuál era el propósito de hacerlo? El autor de la misma publicación añade: “La corona floral es una reliquia de la creencia de que tal cosa se necesitaba para proporcionar confortación a los difuntos. Las flores también eran consideradas como, literalmente, una ofrenda floral, un sacrificio a los muertos. Tenían el propósito de mantenerlos felices, por temor de que, estando descontentos, espantaran a los dolientes.” De modo que los paganos, al creer equivocadamente que los difuntos tenían un alma inmortal, honraban a estos muertos con ofrendas florales.
Sin embargo, ¿originaron los paganos las flores? ¿Debemos concluir que es incorrecto usar flores en ocasiones como ésas simplemente porque los paganos las usaban para hacer sacrificios a sus muertos? Es interesante notar que el autor Brasch también dice lo siguiente: “No se conserva memoria de ninguna de estas diferentes raíces tempranas. No queda magia alguna en la corona, y el ‘decirlo con flores’ ha llegado a ser una costumbre establecida en el mundo occidental.”
En el mundo occidental, por lo general, no se dan flores para apaciguar a los muertos. Por lo general se envían como un acto de bondad a la familia del difunto. Y las flores, creadas por Jehová para placer del hombre, sí tienen un efecto alegrador.
Si una persona cree que está honrando a los muertos cuando envía flores, entonces está haciendo lo que hacían los paganos. Ese motivo sería incorrecto desde el punto de vista cristiano. Pero si envía las flores para consolar a los sobrevivientes, para hacer un poco más agradable la ocasión triste, entonces ciertamente no hay motivo para poner objeción.
Sin embargo, debe decirse que, aunque se acostumbra enviar flores como acto de respeto a la familia, ciertamente uno no está obligado a hacerlo. De hecho, para la familia del difunto se pueden hacer otras cosas que quizás hasta sean más significativas. En vez de enviar flores, puede que uno opte por ayudar a la familia preparando una comida, puesto que la familia en su aflicción posiblemente esté abrumada con muchos otros detalles. O quizás uno ofrezca amorosamente ayudar a atender a los niñitos hasta que termine el funeral. Después del funeral, los allegados al difunto, como la viuda, se sentirán solos. Un acto bondadoso sería invitar a éstos a comer, o a salir. Se les hará ver que se les quiere, que tienen amigos deseosos de compartir sus actividades. Como dice Santiago 1:27: “La forma de adoración que es limpia e incontaminada desde el punto de vista de nuestro Dios y Padre es ésta: cuidar de los huérfanos y de las viudas en su tribulación, y mantenerse sin mancha del mundo.”
Por eso aunque las flores que se envían con el motivo correcto, sin la creencia pagana como fondo, no suministran razón para poner objeción, se puede ver que hay otras cosas más útiles que pueden efectuarse. Y quizás se aprecien más éstas que el simplemente enviar flores, sin ofrecer ninguna ayuda personal.
A menudo las flores que se envían al funeral se depositan más tarde en la tumba. Pero en cuanto a esto, quizás algunos opten por hacer otra cosa con estas flores. Quizás decidan darlas a otros, llevarlas a los que rara vez reciben flores, a enfermos o a ancianos. Tal vez le parezca a una persona que los vivos apreciarán las flores, pero que sirven de poco en la tumba, puesto que los muertos no pueden apreciarlas.—Ecl. 9:5.
Por supuesto, puede que otros opten por colocar flores en una tumba simplemente para hermosear el sitio, y no para honrar al muerto. Esto también es asunto de decisión personal.
Por consiguiente, cuando uno tiene el motivo correcto y el entendimiento correcto de lo que les sucede a los muertos, lo que haga en relación con las flores es asunto de selección personal. Pero se puede discernir que hay otras cosas aun más significativas que se pueden hacer para la familia de alguien que haya muerto, y tocantes al uso de las flores.