Busque a Dios mientras pueda ser hallado
“[Dios] decretó los tiempos señalados y los límites fijos de la morada de los hombres, para que busquen a Dios, por si acaso busquen a tientas y verdaderamente lo hallen.”—Hech. 17:26, 27.
1. ¿Cómo llegó a ser Pablo un hombre desconocido en una ciudad desconocida, llevando a qué resultado?
EL HOMBRE era desconocido en la ciudad, y al llegar allí la ciudad le era desconocida. Mirando en toda dirección, notó un altar dedicado “A un Dios Desconocido.” ¿Le gustaría a usted estar envuelto en adorar a un Dios al que considerara como desconocido? Era una situación sumamente insatisfactoria, y sin duda así le pareció al apóstol Pablo después de llegar a Atenas en el transcurso de su segunda gira misional, alrededor de 50 E.C. Sucedió que los hermanos cristianos de Pablo lo habían traído de Berea hasta Atenas, y lo habían dejado allí, de acuerdo con sus instrucciones. Solo fue después de recibir instrucción celestial que Pablo había visitado recientemente a Macedonia, al norte de Atenas, y evidentemente nunca había pisado Atenas antes. Probablemente sabía que era un centro de erudición, también de religión. Se turbó por este segundo aspecto, y “se irritó su espíritu dentro de él al contemplar que la ciudad estaba llena de ídolos.” ¿Cómo reaccionó Pablo a la situación? ¿Cómo habría usted reaccionado a ella, si fuese judío cristiano?—Hech. 16:9, 10; 17:15, 16, 23.
2. ¿De qué manera puede ser perjudicial lo “desconocido,” y cómo trató Pablo de vencer esto?
2 Lo que es “desconocido” no tiene límites claramente definidos o “límites fijos.” Este hecho puede resultar en mucho daño, llevando fácilmente a la tragedia. Por consiguiente, si es posible, esta circunstancia es algo que hemos de vencer. Pablo venció eso. Empezó a darse a conocer y a dar a conocer su misión, y, al mismo tiempo, familiarizarse más con los atenienses y sus modos de pensar. “En consecuencia se puso a razonar en la sinagoga con los judíos y con las otras personas que adoraban a Dios y todos los días en la plaza de mercado con los que se hallaban por casualidad allí.” (Hech. 17:17) Es probable que su experiencia con los judíos allí en Atenas no haya sido muy diferente de lo que había sucedido en otras ciudades. Pero en la plaza de mercado se puso en contacto con muchos que se enorgullecían de su interés en la erudición y la filosofía. Puesto que “todos los atenienses y los extranjeros que residían allí temporalmente no pasaban su tiempo libre en ninguna otra cosa sino en decir algo o escuchar algo nuevo,” ¿podría decirse que estaban buscando a Dios dentro de conocidos límites religiosos? Difícilmente. Echemos un breve vistazo a éstos que atestaban la plaza de mercado.—Hech. 17:21.
3. ¿Por qué cosas eran famosos los epicúreos y los estoicos, y cómo se ve hoy una actitud similar?
3 Se menciona a los epicúreos. Creían que el conseguir el mayor placer sin los malos efectos del exceso era la mira principal en la vida. Pablo “declaraba las buenas nuevas de Jesús y de la resurrección,” lo cual iba en contra de su idea de “comamos y bebamos, porque mañana hemos de morir.” (Hech. 17:18; 1 Cor. 15:32) El único límite que trataban de evitar cruzar era cualquier cosa que amenazara negar su búsqueda y consecución del placer. No, no buscaban al Dios verdadero dentro de los límites que Él había fijado. Se menciona también a los estoicos. No creían en un Dios personal, sino, más bien, pensaban en una deidad impersonal, de la cual emanaba el alma humana. Para ellos, una vida virtuosa significaba ‘seguir a la naturaleza,’ puesto que creían que la materia y la energía eran los principios elementales del universo. Creían que el hado gobernaba los asuntos humanos. Ellos, también, puesto que realmente no buscaban la verdad, no estaban dispuestos a aceptar el mensaje de Pablo dado por Dios. Entre paréntesis, no es difícil ver una similitud estrecha entre los dogmas de los grupos mencionados y las enseñanzas de muchos hoy día, con sus prioridades sobre el materialismo y el amor al placer. Para ellos, sea que lo digan o no, “Dios está muerto,” por lo menos en lo que toca a su interés en buscarlo sinceramente, o siquiera buscarlo a tientas.
4. ¿Por qué fue llevado Pablo al Areópago, y cómo consideraría él esto?
4 La actitud general para con Pablo fue desfavorable. “Entablaban conversación polémica con él,” y lo llamaban “charlatán” y “publicador de deidades extranjeras.” Lo llevaron al Areópago, posiblemente para concederle una audiencia preliminar. A Pablo le dio gusto tener esta oportunidad de dar un buen testimonio, y a nosotros nos agrada que su discurso en esa ocasión haya sido registrado para nuestro provecho. Estaremos interesados en ver la manera en que abordó el problema de lo “desconocido” y la cuestión relacionada de los límites. Imagínese que estamos allí escuchándolo.—Hech. 17:18-22.
LÍMITES TEOCRÁTICOS
5. (a) ¿Qué es digno de notarse en los comentarios de apertura de Pablo? (b) ¿Cómo abordó el problema de lo “desconocido”?
5 “Varones de Atenas, contemplo que en todas las cosas ustedes parecen estar más entregados que otros al temor de las deidades. Por ejemplo, al ir pasando y observando cuidadosamente sus objetos de veneración, también hallé un altar sobre el cual se había inscrito ‘A un Dios Desconocido.’ Por lo tanto a lo que ustedes sin conocerlo dan devoción piadosa, esto les estoy publicando.” (Hech. 17:22, 23) ¡Cuán prudentes estas palabras de apertura! Nada se dice para contrariar a los oyentes o hacerlos sentirse en desacuerdo con él. Escoge a uno de sus propios “objetos de veneración,” y, por decirlo así, se pone, junto con ellos, a contemplar este altar en particular. Sin detenerse a preguntar qué clase de dios pudieran tener presente los adoradores, empieza a edificar un argumento lógico y persuasivo, colocando un hecho sólido de verdad sobre otro. Primero, se aleja de lo “desconocido.” No dice bruscamente que es incorrecto, sino simplemente dice que publicará, o expondrá, al único objeto digno de devoción piadosa. Note cómo lo hace.
6. ¿Qué verdad establece Pablo concerniente al propósito de Dios para el hombre y su hogar?
6 Explica que Dios, el Creador de todas las cosas y Dador de vida y aliento, no mora en templos hechos de manos, ni necesita ser atendido por manos humanas. Si esto diera la impresión de que Dios estaba totalmente fuera del alcance del hombre, sus siguientes palabras suministran la perspectiva verdadera. “E hizo [Dios] de un solo hombre toda nación de hombres, para morar sobre la entera superficie de la tierra, y decretó los tiempos señalados y los límites fijos de la morada de los hombres, para que busquen a Dios, por si acaso busquen a tientas y verdaderamente lo hallen, aunque, de hecho, no está muy lejos de cada uno de nosotros.” (Hech. 17:24-27) Tanto la ciencia como la Biblia atestiguan al hecho de que toda la familia humana proviene de un solo hombre; este hombre, a su vez, recibió su vida y aliento de Dios, su Creador. Luego se recalca el punto interesante de que el límite extenso para la morada del hombre es “la entera superficie de la tierra.” Esto, por supuesto, no concuerda con el dicho ambicioso de que el cielo es el límite. El hombre puede viajar a través de la atmósfera y hasta explorar tan lejos como la Luna, pero no puede morar permanentemente en ninguna de las dos. Debe estar contento con morar dentro del límite dado por Dios.
7. Cuando Dios expide un decreto o algo similar, ¿qué está implicado siempre?
7 ¿Qué tiene presente Pablo cuando dice enseguida que Dios “decretó los tiempos señalados y los límites fijos [literalmente, una ‘fijación de los límites’] de la morada de los hombres, para que busquen a Dios”? Note esa palabra “decretó.” Cuando Dios, el Señor Soberano, expide un decreto o algo similar, como un edicto, ley o mandato, entonces se establece inmediatamente un límite teocrático, un límite fijo o una línea de demarcación. Tiene que ser así siempre, pues el expedir éstos formula e impone ciertos requisitos y obligaciones que se tienen que observar. La obediencia requiere que uno permanezca dentro de los límites de ello. La desobediencia significa que uno está traspasando o violando esos linderos o límites, por consiguiente pasando de la raya, como decimos, y quizás haciéndose culpable de invadir los derechos de otros. Un examen más detallado de esto a la luz de las Escrituras nos ayudará a buscar a Dios, pero primero inquirimos acerca de estos “tiempos señalados” y “límites fijos de la morada de los hombres.”
8. ¿Cómo reveló ciertos límites o linderos la promesa de Dios a Abrahán?
8 Guiado por la Palabra y espíritu de Dios, Pablo sigue el rastro de sucesos después de la creación a fin de mostrar cómo el único Dios verdadero había establecido ciertos límites o linderos, tanto en tiempo como en lugar. ¿Cuáles son? Aunque se dio en Edén la primera promesa y profecía, fue cuando Dios celebró el pacto juramentado con Abrahán que hallamos el eslabón deseado, el primer escalón. Jehová concluyó el pacto con estas palabras: “Y por medio de tu descendencia ciertamente se bendecirán todas las naciones de la tierra debido a que has escuchado mi voz.” (Gén. 22:18) Esto ciertamente muestra que Abrahán no estaba ‘dando desconocidamente devoción piadosa a un Dios Desconocido.’ ¡Todo lo contrario! Esto igualmente significa que las naciones no podían tratar con éxito de bendecirse en ignorancia según sus propias ideas. Los hombres pueden hallar a Dios y conseguir su bendición solo de la manera señalada por Dios. Como dijo Isaías: “Busquen a Jehová mientras pueda ser hallado.” Uno también tiene que buscar donde puede ser hallado, “mientras resulte estar cerca.” (Isa. 55:6) ¿Está usted, como Abrahán, dispuesto a escuchar obedientemente la voz de Dios?
9. ¿Cómo se desarrolló esa promesa, envolviendo límites tanto de tiempo como de lugar?
9 Ahora vea cómo se desarrolló la promesa de Dios, con límites tanto en tiempo como en lugar. Concerniente a la descendencia de Abrahán, Dios dijo: “Puedes saber con seguridad que tu descendencia llegará a ser residente forastera en tierra ajena . . . por cuatrocientos años. . . . Pero en la cuarta generación ellos volverán acá.” Siguiendo, Jehová prometió: “A tu descendencia ciertamente daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el gran río, el río Éufrates.” Con puntualidad, después de aquel período de cuatrocientos años, cuando los israelitas, descendientes de Abrahán, estaban recibiendo la Ley en el monte Sinaí, Jehová prometió específicamente: “Ciertamente fijaré tu límite desde el mar Rojo hasta el mar de los filisteos y desde el desierto hasta el Río.” Por otra parte, cuando viajaban en el desierto, se advirtió a los israelitas que no violaran los límites de otras naciones, como Moab y Amón. Esto nos hace apreciar cuán apropiadas fueron las palabras de la canción de Moisés en Deuteronomio 32:8: “Cuando el Altísimo dio a las naciones una herencia, . . . procedió a fijar el límite de los pueblos con consideración para el número de los hijos de Israel.”—Gén. 15:13-21; Éxo. 23:31; Deu. 2:4, 5, 18, 19.
10. (a) ¿Con qué propósito estableció Dios “tiempos señalados” y “límites fijos”? (b) Teniendo como base esto, ¿qué argumento y advertencia adicionales se dieron entonces?
10 Ahora podemos entender mejor lo que Pablo tenía presente tocante a los “tiempos señalados” y “límites fijos de la morada de los hombres.” ¿Con qué fin decretó éstos Dios? Más a menudo que no, los hombres establecen límites, como un muro alto, para que no entren los desconocidos e indeseables. Pero en este caso tenemos un contraste deleitable. Pablo dice que el propósito de éstos es servir de señales o pautas útiles para que los hombres “busquen a Dios . . . y verdaderamente lo hallen, aunque, de hecho, no está muy lejos de cada uno de nosotros.” Esto recibe apoyo del recordatorio de que el hombre depende de Dios para la vida y el movimiento, “aun como ciertos poetas de entre ustedes han dicho: ‘Porque también somos progenie de él.’” Luego Pablo advierte contra el ser extraviados por la idolatría, una forma de adoración que se basa en la ignorancia: “Visto, pues, que somos la progenie de Dios, no debemos imaginarnos que el Ser Divino sea . . . semejante a algo esculpido por el arte e ingenio del hombre.” A medida que escuchamos, queremos saber qué se espera que hagamos acerca de esto. Sin demora, se nos dice: “Cierto, Dios ha pasado por alto los tiempos de tal ignorancia, sin embargo ahora le está diciendo a la humanidad que todos en todas partes se arrepientan.”—Hech. 17:27-30.
11. ¿Cuál fue el punto culminante del argumento de Pablo, y qué límites teocráticos estaban envueltos?
11 El apóstol rápidamente llega al punto culminante de su argumento, por lo menos hasta donde se le permite llegar. En unas cuantas palabras, se ha remontado hasta el principio de la creación, ahora está mostrando lo que Dios está diciendo a los hombres que hagan, luego da la razón de esto penetrando en el futuro. ¿Por qué el llamamiento al arrepentimiento? “Porque [Dios] ha fijado un día en que se propone juzgar a la tierra habitada con justicia por un varón a quien él ha nombrado, y ha proporcionado a todos los hombres la garantía con haberlo resucitado de entre los muertos.” (Hech. 17:31) ¿Notó usted los límites teocráticos, el “día” fijado y el “varón” nombrado que garantiza Dios para rendir un juicio justo, favorable a los que sinceramente le buscan? Estos límites de tiempo fijos hablan de cosas mayores que los “límites fijos de la morada de los hombres” como se menciona antes en Hechos 17:26. Deseosos de recibir un juicio favorable, hoy nos es necesario ver de modo claro la línea de demarcación entre la obediencia y la desobediencia para con Dios, entre lo correcto y lo incorrecto. No trace usted mismo esta línea. Como veremos, se requiere más cuidado de lo que se reconoce por lo general, envolviendo al corazón así como la mente.
12, 13. (a) ¿Qué efecto general produjo la mención de una resurrección, pero con qué excepciones? (b) ¿De qué manera podemos esperar sacar provecho al mirar atrás?
12 El que Pablo mencionara una resurrección de entre los muertos fue demasiado para la mayoría de los oyentes. “Algunos empezaron a mofarse, mientras que otros dijeron: ‘Te oiremos acerca de esto aun otra vez.’ Sin embargo, el excelente testimonio que dio Pablo no fue del todo infructuoso. “Algunos varones se unieron a él y se hicieron creyentes, entre quienes también estaban Dionisio, juez del tribunal del Areópago, y una mujer por nombre Dámaris, y otros además de ellos.” Nos regocijamos al saber que algunos escucharon con disposición de responder y resultaron obedientes.—Hech. 17:32-34.
13 Pablo tuvo que ser breve en aquella ocasión. En cuanto a nosotros, sin embargo, no estando bajo tal presión inmediata de hoy, hallaremos que vale la pena mirar atrás y ver cómo y por qué surgió la necesidad antes del día de Pablo de buscar a Dios, cómo se ha satisfecho esa necesidad, y qué obligaciones descansan sobre nosotros.
CÓMO Y POR QUÉ EMPEZÓ LA BÚSQUEDA
14. (a) El hecho de que Jehová tuvo que buscar al hombre, ¿qué implicó? (b) ¿Cómo reveló Adán una conciencia perturbada, pero hubo alguna evidencia de arrepentimiento verdadero?
14 En la Biblia sorprende hallar que la primera mención de buscar no es acción de parte del hombre al buscar a Dios, sino lo contrario. Leemos en Génesis 3:9: “Y Jehová Dios siguió llamando al hombre y diciéndole [repetidas veces]: ‘¿Dónde estás?’” ¡Qué asombrosa situación! ¿Había sucedido algo malo? Sí, había acontecido una acción incorrecta, como resultado de la cual, cuando Adán y su esposa “oyeron la voz de Jehová Dios que andaba en el jardín . . . procedieron a esconderse . . . del rostro de Jehová Dios entre los árboles del jardín.” Cuando tratamos de escondernos del rostro de alguien, a menudo se debe a una conciencia perturbada, que causa temor y vergüenza. Usted sabe lo que se siente. Adán se sintió así cuando le contestó a Dios: “Tu voz oí en el jardín, pero tuve miedo porque estaba desnudo y por eso me escondí.” El sentir miedo y querer esconderse es una cosa, pero el sentirse arrepentido y tratar de restaurar una buena relación es absolutamente otra cosa. Nunca hubo alguna indicación de esto último de parte de Adán o su esposa. Por supuesto, les pesó amargamente el resultado de su acción, pero no hubo ninguna expresión de pesar o vergüenza por la acción misma. ¿Cuál fue su acción incorrecta?—Gén. 3:8, 10.
15. ¿Cómo estableció un límite, tanto literal como moralmente, el mandato de Dios registrado en Génesis 2:16, 17?
15 Tanto Adán como su esposa habían traspasado ciertos límites teocráticos, literal y figurativamente, o moralmente. También eran culpables de invadir los derechos de otros. Cuando Dios puso a Adán en Edén, no simplemente invitó a Adán a comer libremente de todo árbol salvo uno. Más bien, leemos que Dios “impuso . . . este mandato al hombre: ‘De todo árbol del jardín puedes comer hasta quedar satisfecho. Pero en cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo no debes comer de él, porque en el día que comas de él positivamente morirás.’” Dos veces después de eso Dios se refirió a ello como mandato. (Gén. 2:16, 17; 3:11, 17) Interesante es el hecho de que, cuando Satanás, por medio de la serpiente, interrogó a Eva acerca de este mandato, ninguno de los dos se refirió a ello como mandato, sino simplemente como algo que Dios había dicho. (Gén. 3:1, 3) Sin embargo, como se mencionó antes, un mandato siempre crea uno o más límites. En este caso, el “árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo” literalmente estaba fuera de los límites para Adán y Eva. No habrían de comer su fruto, ni siquiera tocarlo. Pero no estaba fuera de alcance físicamente; por consiguiente, se había levantado el importantísimo límite moral. El mandato de Dios impuso una prueba de la obediencia de ellos.
16. Tocante a Eva, ¿qué ocasionó una violación de un límite moral, y a qué otro error llevó esto?
16 El escuchar obedientemente a la serpiente llevó a violar el límite moral. “Vio la mujer que el árbol . . . a los ojos era algo que anhelar, sí, el árbol era deseable para contemplarlo.” Los anhelos y los deseos brotan del corazón. Aunque acababa de repetir el mandato de Dios, permitió que información falsa fuera introducida en su corazón a través de su mente. Fue engañada de modo que se le hizo pensar que ella misma podía trazar la línea de demarcación, “conociendo lo bueno y lo malo” para ella misma. ¿No es eso lo que hace en la vida la mayoría de la gente, estableciendo sus propias normas de lo correcto y lo incorrecto, o aceptando las normas de otros? ¿Acaso es eso lo que usted ha hecho, con estímulo de otros aparte de Dios, creyendo que la sinceridad es guía suficiente?—Gén. 3:5, 6.
17. ¿Cómo vino después de esto una violación del límite literal, y también una invasión de los derechos de otros?
17 Habiendo violado Eva el límite moral al desear y decidir incorrectamente comer el fruto prohibido, rápidamente siguió la violación del límite literal. Ella “empezó a tomar de su fruto y a comerlo. Después dio de él también a su esposo cuando él estuvo con ella y él empezó a comerlo.” (Gén. 3:6) El traspasar un límite a menudo significa una invasión de los derechos de otros. En este caso, Eva primero invadió los derechos de su esposo en cuanto a la jefatura, tomando la iniciativa en sus propias manos. De más importancia, ambos invadieron los derechos de Jehová Dios al decidir sobre su propio derrotero en el acto y espíritu de la desobediencia. Deliberadamente se desalinearon. Es decir, voluntariosamente pasaron por alto la línea de demarcación de Dios entre lo que se permitía comer y lo que no se permitía, y trazaron su propia línea. ¿Con qué resultado?
18. (a) ¿Cómo salvaguardó Dios sus derechos? (b) ¿A qué grado ha sido afectada la humanidad por la desobediencia de Adán, haciendo surgir qué preguntas?
18 Después que hubo sido pronunciado el juicio de Dios, Adán y su esposa fueron expulsados de su hogar jardín. Se hizo imposible volver a él. Jehová “expulsó al hombre y situó al este del jardín de Edén los querubines y la hoja llameante de una espada que daba vueltas continuamente para guardar el camino al árbol de la vida.” (Gén. 3:24) Esta era una señal limítrofe prohibitiva; una barrera impenetrable para ellos. Peor, fueron desterrados del rostro y presencia de Jehová. Como hijos de Adán, todos nosotros, ‘hechos de un solo hombre,’ hemos sido afectados por ello en gran manera. Debido al pecado e imperfección heredados, sin mencionar los ‘tiempos de ignorancia’ en los cuales vivimos, estamos alejados de Dios. (Hech. 17:26, 30) Se concede que hay mucha religión que se practica entre los hombres alejados de Dios. Hay muchas religiones, y muchas personas están satisfechas con su religión particular. Ellas mismas deciden entre lo bueno y lo malo en asuntos de religión o donde ha de considerarse una cuestión moral. ¿Hace usted eso? ¿Y significa esto que no hay esperanza en existencia? ¿Es completamente en vano buscar al Dios verdadero y la religión verdadera? ¿Puede terminarse con éxito la búsqueda para nosotros? Vea lo que sucedió después de ser expulsado el hombre de Edén, y el estímulo que se puede obtener de ello.
CÓMO PUEDE TERMINARSE LA BÚSQUEDA
19. ¿Qué contraste se ve entre los primeros dos hijos de Adán, y en qué resultó el derrotero de Caín?
19 Los primeros dos hijos de Adán, a modo de contraste, suministran mucho que nos ayudará en nuestra búsqueda. Cada uno trajo una ofrenda a Jehová, pero, como mostraron los acontecimientos, cada uno con un motivo diferente. La ofrenda de Caín de “algunos frutos del suelo” quizás solo fue una formalidad, para no ser eclipsado por su hermano menor, Abel, el cual trajo una ofrenda selecta de “algunos primogénitos de su rebaño, aun sus trozos grasos.” Por algunos medios no revelados, Jehová mostró favor a Abel y su ofrenda, pero “no miraba con ningún favor a Caín ni su ofrenda.” Por consiguiente, Caín “se encendió en gran ira.” Entonces Jehová bondadosamente le advirtió: “Si te diriges a hacer lo bueno, ¿no habrá ensalzamiento? Pero si no te diriges a hacer lo bueno, hay pecado agazapado a la entrada, y su deseo vehemente es por ti; y tú, por tu parte, ¿lograrás el dominio sobre él?” Esto revela que Caín ya había estado obrando de manera mala, evidentemente buscando un “ensalzamiento” con un espíritu obstinado, egoísta. Peligrosamente se había acercado a atravesar el confín del gobierno de sí mismo. Sí lo atravesó, y se convirtió en el primer asesino. “Se fue Caín de ante el rostro de Jehová y se puso a morar en la tierra de la Condición de Fugitivo,” la tierra de huir de la justicia.—Gén. 4:3-16.
20. ¿De qué manera pudo edificar Abel una fe fuerte, aunada a qué otras excelentes cualidades?
20 Cuando consideramos a Abel, ¡qué feliz contraste! Dios de alguna manera le mostró favor a él. Abel estaba plenamente consciente de esto. Pablo enfatiza esto, diciendo que “por fe Abel ofreció a Dios un sacrificio de mayor valor que Caín, por la cual fe se le dio testimonio de que era justo, dando Dios testimonio respecto a sus dones; y por ella, aunque murió, todavía habla.” (Heb. 11:4) La fe de Abel tuvo un buen fundamento. Sin duda había recibido una descripción detallada de las copiosas provisiones de Jehová de las que se disfrutó en el Jardín de Edén. Ciertamente sabía que Jehová le había hablado a Adán como un padre le habla a su hijo. Estaba familiarizado con la promesa y profecía edénicas de Jehová Dios en cuanto a magullar la cabeza de la serpiente, y tenía una esperanza segura de su cumplimiento, aunque no sabía exactamente cuándo o cómo. Además de fe y esperanza, tenía la otra cualidad superlativa. Cultivó amor verdadero a Jehová, aunado a un fuerte sentido de lealtad y aprecio, suficientemente fuerte para vencer la mala influencia y el mal ejemplo de sus padres y hermano mayor.—Gén. 3:15; 1 Cor. 13:13.
21. ¿Qué estímulo podemos obtener al considerar a Abel?
21 Para Abel, con la evidencia de la bendición de Jehová sobre él, terminó la búsqueda del Dios verdadero. No necesitó buscar a Dios, salvo en el sentido de siempre tratar de retener Su favor por conducta correcta con el espíritu de la obediencia verdadera de corazón. Lo que fue posible para Abel es posible para usted. Esperaremos con deleite y confianza escudriñar la Palabra de Dios para tener más guía y recibir más estímulo. Tenga presente la manera en que Jehová ayudó a Abel, y, pudiéramos decir, hasta ofreció dar la mano a Caín.
[Ilustración de la página 717]
El apóstol Pablo, hablando a los atenienses en el Areópago los estimuló a buscar al Dios verdadero
[Ilustración de la página 719]
Cuando Dios creó a Adán y Eva, Él dio a la humanidad “la entera superficie de la tierra” para su habitación
[Ilustración de la página 722]
Eva violó el límite fijado divinamente al comer el fruto prohibido