-
Familiarizándose más con las tierras bíblicasLa Atalaya 1974 | 1 de julio
-
-
En Chipre tuvieron la oportunidad de ver a Pafos, donde Pablo y Bernabé le habían predicado al procónsul romano. Y tal como aquellos cristianos primitivos recibieron oposición de parte del hechicero Elimas, que trató de falsear los caminos justos de Jehová, así hoy, según observaron los visitantes, el clero de la cristiandad continúa tratando de despertar odio contra el pueblo de Jehová al representar en falsos colores la obra de éstos. (Hech. 13:6-12) Aunque el clero mismo ha estado envuelto profundamente en la violencia que repetidas veces ha estallado en la isla, habían suspendido sobre el camino cerca de la asamblea pacífica de los testigos de Jehová un letrero con la acusación: “Los milenarios [como llaman a los Testigos] son los enemigos de la nación.” Pero los que visitaban el lugar de la asamblea podían ver por sí mismos, fácilmente, que no había de esperarse peligro de estas personas amadoras de la paz.
Otros relatos del libro bíblico de Hechos cobraron vida a medida que los viajeros prosiguieron a Grecia. En Atenas subieron al Areópago, donde Pablo había predicado teniendo a plena vista la descollante Acrópolis con sus templos paganos. (Hech. 17:19, 22) En las ruinas de la Corinto de la antigüedad estuvieron ante el Bema, el “tribunal” donde los opositores judíos llevaron a Pablo para una audiencia ante el procónsul Galión. (Hech. 18:12) Y visitaron a Delfos, un centro antiguo en el cual se adoraba a Apolo, donde se halló una inscripción que menciona el proconsulado de Galión y suministra información adicional que se ha usado para determinar la fecha en que Pablo compareció ante él.
En Roma vieron el arco de Tito, testimonio de la destrucción de Jerusalén en 70 E.C.... una experiencia, sin embargo, de la cual fueron librados los cristianos, porque prestaron atención a la advertencia de Jesús y salieron de Jerusalén cuando los ejércitos romanos levantaron su sitio en el año 66. Cerca de ese arco histórico está el Coliseo, construido por la labor de judíos que habían rehusado ejercer fe en Jesús y por eso habían sido llevados a Roma como esclavos cuando Jerusalén fue devastada.
Antes, había sido desde allí en Roma que Pablo había escrito seis libros inspirados de la Biblia. En aquella ciudad también había una congregación cristiana. Y aquellos cuyas giras los llevaron por Roma el año pasado vieron que el interés en el cristianismo verdadero está muy vivo hoy día, pues más de 55.000 personas asistieron a la Asamblea Internacional “Victoria Divina” allí en agosto.
Desde el principio hasta el fin, la gira por las tierras bíblicas fue una experiencia enriquecedora. Como lo expresó un viajero británico: “De manera muy vívida, nos han sido abiertos los ojos, y han cobrado vida los nombres de los lugares que se mencionan en la Biblia, y estoy seguro de que desde ahora en adelante podremos leer sus páginas con un cuadro mental de la topografía del país. Ya no estará el cuadro en simple blanco y negro, sino a todo color y en tres dimensiones.”
-
-
“Arando con doce yuntas”La Atalaya 1974 | 1 de julio
-
-
“Arando con doce yuntas”
◆ Las personas que leen el relato bíblico de 1 Reyes 19:19 pudieran llegar a la conclusión de que el profeta Eliseo estaba arando con un tiro de doce pares de toros. Pudieran preguntarse cómo se las arregló para hacer esto. Sin embargo, viajeros a las tierras bíblicas han informado algunos hechos interesantes acerca de los métodos de arar que se emplean allá. El considerar estos informes nos ayudará a obtener un cuadro más claro de cómo aró Eliseo.
Puesto que los arados pequeños que usan los agricultores del Oriente Medio no hacen un surco muy profundo, los agricultores de allá hacen arreglos para arar en compañía de otros agricultores. Un viajero informó haber visto más de una docena de arados en acción en el mismo campo, cada uno con su propio arador y tiro de bueyes delante de él. Es evidente que Eliseo no estaba detrás de un solo arado al cual estaban uncidos veinticuatro toros, sino que estaba encargado del último de doce arados.
-