El ministerio cristiano
“Por lo tanto vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones.”—Mat. 28:19.
1. (a) ¿Qué impresionó al pueblo de Galilea en el primer siglo? (b) ¿Cuándo comenzó el ministerio de Jesús?
CUANDO el pueblo de Galilea del primer siglo escuchó a un hombre de treinta años de edad predicar en su territorio, se impresionó tanto por lo que él dijo que “su fama se extendió por toda la comarca.” (Luc. 4:14) Jamás había habido un hombre entre ellos que hablara con aquella sabiduría y autoridad. Su predicación había comenzado poco después de su bautismo en el río Jordán, tiempo en que el espíritu de Dios había venido sobre él. La predicación que Jesucristo comenzó en aquel tiempo fue el principio de algo distintamente nuevo en la larga historia del pueblo hebreo.
2. ¿Cuál era la tarea de los profetas hebreos?
2 Durante los días de los profetas hebreos que terminaron con Malaquías, no hubo ningún esfuerzo para establecer un cuerpo creciente de predicadores que proclamaran los propósitos de Jehová y enseñaran a la gente las verdades bíblicas. Dios envió profetas principalmente como agentes de reformación, no como maestros. Su tarea era hacer volver a la gente a la adoración verdadera y advertir lo que Dios le haría si persistía en su proceder desobediente. Para esto los profetas fueron inspirados individualmente por Dios. Ellos no hicieron ningún esfuerzo por congregar un cuerpo de predicadores. La asociación llamada los “hijos de los profetas” era una asociación de profetas que ya tenían el espíritu de Dios. No eran producto de predicación. Pero los que siguieron a Cristo sí.
3. ¿Cómo fue el propósito de la predicación de Jesús una cosa nueva para los hebreos?
3 Desemejante a los profetas, Jesús Predicó con el propósito de reunir un pueblo que sería de predicadores. Esto fue algo decididamente nuevo. Fue su propósito que ellos, al debido tiempo, formaran una organización de adoradores devotos de Jehová que ‘lo adorarían con espíritu y con verdad’ y predicarían. (Juan 4:24) De modo que al comenzar Jesús la predicación en Judea y Galilea, se estableció el ministerio cristiano.
4. ¿Cómo reveló Jesús lo que tenía pensado que hicieran sus seguidores, y qué era esa obra?
4 Muy temprano en su ministerio Jesús comenzó a escoger a los que llegarían a ser sus apóstoles. Once de éstos fueron galileos, mas el duodécimo, aquel que con el tiempo demostró ser infiel, aparentemente fue de Judea. Lo que él tenía pensado para ellos se reveló cuando escogió a los primeros dos que ya se hallaban entre los que habían llegado a ser discípulos suyos. “Andando a lo largo del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, a quien llaman Pedro, y Andrés su hermano, que bajaban una red de pescar en el mar, pues eran pescadores. Y les dijo: ‘Vengan en pos de mí, y los haré pescadores de hombres.’” (Mat. 4:18, 19) Planeó adiestrarlos como ministros para que pudieran hallar personas que amaran la justicia y las introdujeran en asociación con él.
MINISTROS ENVIADOS
5. Explique por qué el ministerio cristiano necesitaba muchos predicadores en el primer siglo.
5 Puesto que el propósito del ministerio cristiano era muy diferente del de la predicación de los profetas hebreos, se necesitaban muchos predicadores. Tenía que hacerse una obra docente a fin de reunir a las personas interesadas. La Palabra de Dios las atraería al nuevo sistema de cosas. Por medio de Jesucristo, Dios se había propuesto reemplazar con un nuevo sistema de cosas el antiguo sistema de cosas judío que había comenzado con Moisés. Este nuevo sistema sería muy superior al antiguo, ya que traería vida eterna a los que fuesen introducidos en él. Comparando el recogimiento de personas en el nuevo sistema de cosas con la cosecha de un agricultor, Jesús dijo: “Sí, la mies es mucha, mas los obreros son pocos. Por lo tanto, rueguen al Amo de la mies que envíe obreros a su siega.” (Mat. 9:37, 38) Esto él lo hizo haciendo prosperar el ministerio cristiano en aquel primer siglo.
6. ¿Qué instrucciones ministeriales dio Jesús a sus apóstoles, y a quiénes habrían de limitar su predicación entonces?
6 Después de un período de adiestramiento, Jesús envió a sus doce apóstoles a predicar. “A estos doce Jesús los envió, dándoles estas órdenes: ‘No se vayan por el camino de las naciones, y no entren en ciudad samaritana; sino, más bien, vayan continuamente a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Al ir, prediquen, diciendo: “El reino de los cielos se ha acercado.” Curen enfermos, levanten muertos, limpien leprosos, expulsen demonios. Recibieron gratis, den gratis.’” (Mat. 10:5-8) Ellos habrían de limitar su predicación a los descendientes judíos naturales de Abrahán. En un tiempo posterior ésta sería extendida a las naciones, o a los pueblos no judíos. Siendo el pueblo pactado de Dios, los judíos habrían de ser los primeros en recibir la oportunidad de constituir la congregación cristiana cuyos miembros finalmente tendrían el privilegio de ser sacerdotes de Dios y de ‘gobernar como reyes sobre la tierra.’—Rev. 5:10.
7. (a) ¿Por qué fueron buenas nuevas el mensaje que se les dijo a los apóstoles que predicaran? (b) Explique por qué podían decir que el reino de Jehová se había acercado.
7 El mensaje que se mandó que predicaran los apóstoles fue un mensaje edificante concerniente al reino de Jehová. Por largo tiempo los israelitas habían esperado un reino que fuera hechura de Dios. El profeta Daniel había hablado de ello más de quinientos años antes de que Jesús comenzara su ministerio. Cuando Jesús y sus apóstoles anunciaron que éste se había acercado, eso era buenas nuevas. Jesús era su Rey. Un ángel lo había identificado como el rey antes de nacer. El ángel dijo a María: “Gobernará como rey sobre la casa de Jacob para siempre, y de su reino no habrá fin.” (Luc. 1:33) Puesto que él era el Rey del reino de Dios, su presencia acercó más el reino a la realidad de lo que había estado antes. Puesto que éste estaba representado en él, su cabeza, los apóstoles pudieron anunciar gozosamente las buenas nuevas de que el reino se había acercado.—Dan. 2:44.
8, 9. (a) ¿Qué evidencia dieron Jesús y sus apóstoles para probar que eran representantes verdaderos de Jehová? (b) ¿Cómo mostró Jesús quién autorizó su ministerio, y qué revela esto en cuanto a los caudillos religiosos?
8 Como evidencia de que el espíritu de Dios estaba sobre los apóstoles y que ellos verdaderamente proclamaban cosas que Dios quería que supieran los judíos, recibieron el poder de ejecutar milagros de sanar y de levantar a personas muertas. Aunque la gente común en su mayor parte oyó gozosamente a Jesús y a sus apóstoles, reconociendo que eran siervos de Dios, muchos de los caudillos religiosos obstinadamente rehusaron reconocer la autoridad de ellos para predicar a pesar de sus milagros. (Mar. 12:37) En una ocasión estos caudillos dijeron a Jesús: “¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Y quién te dio esta autoridad?” (Mat. 21:23) Jesús había mostrado quién le había dado esta autoridad cuando leyó públicamente del libro de Isaías en la sinagoga en Nazaret. Leyendo de Isaías 61:1, 2, dijo:
9 “El espíritu de Jehová está sobre mí, porque me ungió para declarar buenas nuevas a los pobres, me envió para predicar una liberación a los cautivos y un recobro de vista a los ciegos, para despachar a los quebrantados con una liberación, para predicar el año acepto de Jehová.” Cuando hubo terminado de leer esto, dijo a la gente: “Hoy se cumple esta escritura que acaban de oír.” (Luc. 4:18-21) Así Jesús reveló a Jehová Dios como Aquel que había autorizado su predicación. Eso era muy superior a cualquier autorización que pudieran conceder caudillos religiosos humanos. Proviniendo de Dios su comisión, Jesús no tuvo que ser graduado de una de las escuelas rabínicas de erudición superior ni fue necesario que su ministerio fuera autorizado por el sumo sacerdote Caifás ni por otro miembro del Sanedrín. Como él podía indicar a Jehová Dios como aquel que le dio la autoridad para predicar, así podían hacerlo sus apóstoles.
10. ¿Qué se indica por enviar Jesús a setenta seguidores más a predicar?
10 Después que los apóstoles habían comenzado a participar en el ministerio cristiano Jesús envió setenta seguidores más como predicadores. Al hacer esto Jesús mostró que se proponía que sus mandatos de predicar aplicaran a más que solo los doce apóstoles. “Después de estas cosas el Señor designó a otros setenta y los envió de dos en dos delante de sí a toda ciudad y lugar adonde él mismo iba a ir.” Les dijo: “Sigan diciéndoles: ‘El reino de Dios se ha acercado a ustedes.’” (Luc. 10:1, 9) Como los apóstoles, ellos llevaron su mensaje a la gente, en vez de esperar que la gente viniera a ellos. Al adiestrar y enviar a estas ochenta y dos personas, Jesús había comenzado a extender el ministerio cristiano.
CRECIMIENTO RÁPIDO
11. (a) ¿Qué comenzó a sucederle al cristianismo en el Pentecostés? (b) ¿Por qué no fue posible una organización cristiana antes del Pentecostés?
11 Con el derramamiento del espíritu santo en el Pentecostés, cincuenta días después que Jesús fue resucitado de entre los muertos, el cristianismo comenzó a tener un crecimiento explosivo. Tan solo en aquel día 3,000 personas se hicieron discípulos. Durante los días que siguieron al Pentecostés el número de creyentes aumentó diariamente. Desemejante a lo que sucedió con los que respondieron a la predicación que se hizo antes de morir Jesús, a éstos se les hizo una organización que estaba separada claramente del sistema de cosas religioso judío. Esto no fue posible antes de que Jesús muriera porque el pacto de la ley todavía estaba en vigor, y Jesús no podía establecer apropiadamente una organización que compitiera con la que existía bajo la Ley. Después que su muerte había cumplido el propósito de la Ley, terminando con ella, había llegado el tiempo para formar la organización cristiana. Comenzó con 120 personas, todas judías, en el Pentecostés, siendo los apóstoles la junta administrativa.
12. ¿Qué explica el crecimiento rápido de la organización cristiana?
12 El crecimiento rápido de esta nueva organización se debió al hecho de que todos los que llegaban a ser cristianos participaban en el ministerio cristiano y la bendición de Dios descansaba sobre sus esfuerzos de predicación. “Al mismo tiempo Jehová continuó uniendo diariamente a ellos los que se iban salvando.” (Hech. 2:47) Cuando estos nuevos seguidores de Jesucristo regresaron a sus países nativos después del Pentecostés, no se quedaron callados en cuanto a lo que habían aprendido. Como las ochenta y dos personas que Jesús había enviado a predicar, ellos también participaron en el ministerio cristiano. Dejaron que resplandeciera la luz de la verdad así como Jesús había mandado. “No se enciende una lámpara y se pone debajo de la cesta de medir, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. Así mismo resplandezca la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus obras excelentes y den gloria a su Padre que está en los cielos.”—Mat. 5:15, 16.
13, 14. (a) Explique cómo la persecución ayudó a esparcir el cristianismo. (b) ¿Cómo figuró en los sucesos a ciudad de Antioquía en Siria?
13 El matar a pedradas a Esteban, el primer mártir cristiano, inició una ola de persecución que azotó contra la organización cristiana en su infancia e hizo que sus miembros fueran esparcidos. Esto sirvió para esparcir la fe cristiana y para aumentar su número. Todos ellos seguían predicando adondequiera que iban. “Sin embargo, los que habían sido esparcidos fueron por la tierra declarando las buenas nuevas de la palabra.” (Hech. 8:4) Algunos de estos seguidores de Cristo llegaron a Antioquía siria, donde predicaron a los judíos y formaron una congregación. “Por consiguiente, los que habían sido esparcidos por la tribulación que se levantó con motivo de Esteban pasaron hasta Fenicia y Chipre y Antioquía, mas no hablaban a nadie la palabra sino únicamente a los judíos.”—Hech. 11:19.
14 Entre los que fueron esparcidos después de la muerte de Esteban algunos predicaron a judíos y prosélitos de habla griega. “Sin embargo, de entre ellos hubo algunos varones de Chipre y de Cirene que vinieron a Antioquía y se pusieron a hablar a la gente de habla griega, declarando las buenas nuevas del Señor Jesús. Además, estaba con ellos la mano de Jehová, y un gran número de personas que se hicieron creyentes se volvió al Señor.” (Hech. 11:20, 21) De manera significativa, después que Bernabé y Saulo de Tarso enseñaron allí, Antioquía vino a ser el punto central desde el cual se extendió el cristianismo entre las naciones no judías. Fue aquí también que los seguidores de Cristo Jesús fueron llamados por primera vez cristianos.
15. ¿Cómo consideró el ministerio Saulo de Tarso cuando llegó a ser cristiano, y cómo manifestó su devoción a él?
15 La conversión de Saulo de Tarso fue un factor importante en la expansión rápida del cristianismo. Cuando fue convertido, comprendió que el ministerio cristiano era una obligación que acompañaba a la aceptación de la fe cristiana, y no se retrajo de participar en él. No hay indicación de que él considerara el ministerio como derecho exclusivo de unos cuantos caudillos religiosos. Después de pasar un poco de tiempo con los discípulos en Damasco, probablemente para recibir instrucción, se lanzó al ministerio con celo ejemplar. La predicación que él comenzó allí en Damasco, mientras, según parece, todavía tenía unos treinta años, fue el comienzo de una larga carrera de actividad celosa en el ministerio cristiano, una carrera que duró unos treinta años. Durante ese tiempo dejó que resplandeciera la luz de la verdad adondequiera que viajó. El registro de su carrera muestra que él fue un ministro muy fructífero.
16. Explique el procedimiento que observaba Pablo cuando predicaba en un nuevo territorio y por qué era eficaz.
16 Siempre que Pablo entraba en un nuevo territorio, hacía una práctica de concentrar su predicación en poblaciones que eran centros comerciales. Éfeso, Tesalónica y Corinto fueron tales lugares. Eran centros a los cuales la gente de los alrededores venía para negociar y a través de los cuales pasaban rutas comerciales a lugares distantes. Éfeso, por ejemplo, se hallaba en la carretera imperial de Roma a Oriente, y Corinto estaba situada en un istmo donde las naves descargaban carga que había de ser transportada a otras partes de Grecia. Esta era una práctica más segura que la de arriesgar un viaje alrededor de los cabos azotados por las tempestades en la punta meridional de Acaya. Tales lugares fueron ideales para que el cristianismo tuviese una posición establecida en nuevo territorio. Los judíos y los no judíos de estos lugares que llegaron a ser cristianos llevaron la verdad a ciudades vecinas, a las regiones interiores y también a lugares distantes sobre las rutas comerciales.
MINISTERIO NO LIMITADO
17. ¿Qué evidencia hallamos en el primer siglo de que el arreglo de Jesús de hacer predicadores de todos los creyentes fue un arreglo sabio?
17 La diseminación rápida del cristianismo mostró la sabiduría del arreglo de Jesús de que todos los creyentes predicaran. En corto tiempo podía hallarse a los cristianos a través de todo el inmenso Imperio Romano. El escritor cristiano Tertuliano reveló esto cuando argumentó con los paganos de su día. Él escribió: “Los hombres proclaman en voz alta que el estado está acosado por nosotros; en los distritos rurales, en aldeas, en islas, los cristianos; todo sexo, edad, condición, ¡sí! y rango pasándose a su nombre. . . . Solo somos de ayer, y hemos llenado todo lo que ustedes tienen—ciudades, islas, fortalezas, poblaciones, centros comerciales.” El hecho de que todos ellos participaban en el ministerio lo indica lo que escribió el escritor pagano Celso. Él se mofaba del cristianismo porque, conforme al historiador Augusto Neander, “obreros, zapateros, agricultores, los hombres más incultos y rudos, deben ser predicadores celosos del Evangelio.”
18, 19. (a) ¿Cómo tomaron los cristianos primitivos lo que Jesús dijo en cuanto a confesar unión con él, y qué quiso decir él con esta expresión? (b) ¿Qué otro mandato dio Jesús tocante al ministerio, y a quiénes aplica?
18 Todos los que ejercían fe tomaban en serio lo que Jesús había dicho en cuanto a confesar unión con él. “Yo les digo, pues: Todo el que confiese unión conmigo delante de los hombres, el Hijo del hombre también confesará unión con él delante de los ángeles de Dios.” (Luc. 12:8) Para estar en unión con él una persona tenía que creer las verdades que Jesús enseñaba y tenía que seguir su ejemplo de predicar esas verdades a otros. La persona que estaba renuente a demostrar por actividad en el ministerio que estaba unida con Cristo en creencias y propósitos mostraba una falta de amor a él. ¿Por qué debería reconocer él a esa persona ante Dios y los ángeles como siendo miembro de su cuerpo, de su congregación?
19 Después de la resurrección de Jesús y antes de su ascensión, él dio a sus once apóstoles fieles un mandato que no estuvo limitado solo a ellos. Aplica a todos los cristianos. Él dijo: “Por lo tanto vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado.” (Mat. 28:19, 20) Esto lo hicieron los apóstoles y todos los que llegaron a ser seguidores de Jesús durante el tiempo de los apóstoles. Se regocijaron en toda oportunidad de hacer discípulos a los cuales podían adiestrar para enseñar a otros.
20. Explique cómo la predicación llegó a ser una cosa rara entre los que afirmaban ser cristianos.
20 Algún tiempo después de la muerte de los apóstoles y de los que habían estado asociados estrechamente con ellos, los que afirmaban ser cristianos en aquel tiempo comenzaron a hacerse apóstatas. Se establecieron órdenes eclesiásticas, y la predicación cesó de ser la actividad de todos los que profesaban la fe cristiana; ésta llegó a ser prerrogativa exclusiva de una clase clerical. Observe lo que dice en cuanto a esto la enciclopedia bíblica por M’Clintock y Strong: “Cuando las ceremonias rituales llegaron a reemplazar no solo la práctica, sino la mismísima idea de la evangelización, no sorprende que la predicación misma llegara a ser una ceremonia, y finalmente una ceremonia rara e infrecuente. No solo a los legos, sino aun a los presbíteros de la Iglesia se les prohibía predicar, salvo por permiso especial de los obispos; mientras que muchos de los obispos, que se habían arrogado el derecho exclusivo de predicar, ya sea por ignorancia o por indolencia casi abandonaron la costumbre.” Hoy en día la costumbre de que una clase clerical haga la predicación y que la gente común permanezca callada proviene de estos apóstatas en vez de provenir de Jesucristo.—Hech. 20:29, 30.
RESPONSABILIDAD CRISTIANA HOY EN DÍA
21, 22. ¿Por qué todavía es necesario que los cristianos participen en el ministerio?
21 Aunque estamos alejados del día de Jesús por más de 1,900 años, los mandatos bíblicos para que los cristianos prediquen no han sido cambiados. Todavía son obligatorios. El ser cristiano todavía significa dejar que resplandezca la luz de la verdad bíblica para provecho de otros. La necesidad del ministerio cristiano es tan grande hoy en día como lo fue en el primer siglo a pesar del hecho de que un 30 por ciento de la población del mundo afirma ser cristiana. Las acciones no cristianas del mayor número de éstos que afirman ser seguidores de Cristo revelan que el cristianismo verdadero no ha tocado su corazón. Como con el antiguo Israel, Dios puede decir de ellos: “Este pueblo se ha acercado con la boca, y me ha glorificado solo con los labios, y ha removido su corazón mismo lejos de mí.”—Isa. 29:13.
22 Hay la necesidad de que a los llamados cristianos de la cristiandad se les enseñen las verdades básicas de las Escrituras. Hay necesidad de que se les digan las buenas nuevas del reino de Dios; necesitan que se produzca en ellos una esperanza para la paz mundial y el gobierno justo por medio del reino de Dios. Son como los israelitas improductivos que sufrieron de un hambre espiritual. Aunque afirman ser cristianos, se hallan en necesidad de que los cristianos verdaderos vengan a ellos con verdades espirituales nutritivas. Hay cristianos de esa clase hoy en día que están haciendo esa mismísima cosa.—Amós 8:11.
23. ¿Quiénes comprenden hoy en día cuál es la responsabilidad de un cristiano, y cómo son ellos como los cristianos primitivos?
23 El comprender la responsabilidad que descansa sobre todo cristiano de participar en el ministerio cristiano impulsa a los testigos de Jehová a enseñar las verdades del cristianismo “públicamente y de casa en casa” como lo hicieron los apóstoles. (Hech. 20:20) En 194 países están siguiendo el ejemplo de Jesús yendo entre la gente y predicándole dondequiera que se halle. Como los cristianos primitivos, adiestran a los que responden a las buenas nuevas del Reino para que enseñen a otros. Así, a todos los que entran en la sociedad del nuevo mundo de testigos de Jehová se les estimula a participar en el ministerio cristiano. No importa si una persona solo puede emplear unas cuantas horas al mes en el ministerio. Todavía puede obedecer el mandato de Jesús de predicar. Estos cristianos del día moderno toman a pecho lo que dijo el apóstol: “Porque con el corazón se ejerce fe para justicia, pero con la boca se hace declaración pública para salvación.”—Rom. 10:10; 2 Tim. 2:2.
24. ¿Qué contraste hay entre la predicación de Jesús y sus apóstoles y la que hace el clero hoy en día?
24 Muchos que afirman ser cristianos reaccionan desfavorablemente a lo que alegan los testigos de Jehová de que el ministerio cristiano es para todos los cristianos. Están contentos con un arreglo semejante a club en el cual un clérigo les predica, y permanecen espiritualmente inactivos. Eso no es lo que Cristo se propuso para sus seguidores. Ese no es el ministerio cristiano. Él no limitó su predicación a solo sus apóstoles, sin que éstos hicieran nada salvo escuchar. Desemejante a los maestros paganos de Egipto y Grecia que tenían sus arboledas y pórticos donde hablaban a oyentes simpatizadores, Jesús habló en lugares públicos a personas que no todas eran seguidores de él. Algunas eran hostiles. Más tarde, cuando se formaron congregaciones, los apóstoles no se adhirieron a diversas congregaciones y limitaron su ministerio a esas reuniones de creyentes. Continuaron predicando a la gente fuera de la organización cristiana, poniendo un ejemplo para todos los que llegaban a ser cristianos dedicados. Suministraron buen acaudillamiento que ayudó a mantener la vitalidad y la salud espirituales de las diversas congregaciones. Este modelo de edificante actividad cristiana es tan necesario hoy en día como lo fue en el primer siglo.
25. (a) ¿Por qué puede decirse que el ministerio cristiano en la forma que lo comenzó Jesús no ha pasado? (b) ¿Cuál es el fruto del ministerio hoy en día?
25 El ministerio cristiano que Jesús comenzó ha sido revivificado por los testigos de Jehová. Personas de todas las razas y todas las nacionalidades están recibiendo la oportunidad de aprender de las cosas maravillosas que Jehová se ha propuesto para la humanidad. Porque a todos los de la sociedad del nuevo mundo de testigos de Jehová se les insta a participar en el ministerio y porque este arreglo tiene la bendición de Dios, se está introduciendo a una grande muchedumbre de personas en la organización de Jehová. Estas personas de buen corazón reconocen el ministerio cristiano como su responsabilidad y como un medio provisto divinamente para mantenerse espiritualmente vivas. Saben que éste es vital para su salvación así como para aquellos a quienes predican. Mediante éste alaban a Dios por medio de Cristo. “Por medio de él ofrezcamos siempre a Dios sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de labios que hacen declaración pública de su nombre.”—Heb. 13:15; Mat. 24:14.