El verdadero libro de libertad
¿Le suena extraño oír que la verdad contenida en un libro pueda hacer libres a los hombres? ¿Cómo puede hacerlo? y ¿por qué? Este artículo contesta.
“¿POR qué debe hacerle falta un libro al hombre para que sea libre hoy en día?” quizás pregunte usted. “¿No es cierto que el mundo tiene más amplia comprensión política, más libertades, mayor conocimiento y educación más extensa que nunca?” Sí, es cierto que el conocimiento ha aumentado, y la capacidad de leer y escribir y los medios de esparcir información han experimentado una expansión tremenda y rápida. Pero, a pesar de eso, en un sentido muy patente, el mundo no está libre ni física ni mentalmente.
El mundo no está libre cuando de cada tres personas más de una—casi mil millones de personas—se halla bajo el dominio del comunismo totalitario, y cuando sistemas totalitarios más pequeños siguen existiendo aun dentro del llamado “mundo libre.”
Tampoco está libre el mundo mientras las guerras y la posibilidad de guerra lo amenacen siniestramente y mientras tan gran porción de los recursos de las naciones se dedique a la agresión o la defensa.
Tampoco está realmente libre el mundo mientras las ansiedades, neurosis y enfermedades mentales esclavizadoras mantengan a tan grandes cantidades de personas en esclavitud que el comité del presidente para el estudio de la sanidad nacional recientemente se refirió a las enfermedades emocionales como el principal problema de salud de los Estados Unidos.
Tampoco puede el mundo verdaderamente decir que está libre mientras las falsedades religiosas y la quiebra en la moral lo tengan esclavizado al error y la corrupción. No están verdaderamente libres las personas a quienes se tiene en sujeción a las tradiciones religiosas falsas. Pero en las iglesias de hoy día se enseñan tantas cosas contradictorias que algunas de ellas no pueden menos que ser falsas. Solamente en los Estados Unidos hay por lo menos 23 grupos de bautistas, 15 divisiones entre los Brethren o hermanos, 15 divisiones de la Iglesia ortodoxa oriental, 7 clases de pentecosteses, 10 grupos de presbiterianos, 21 divisiones entre los metodistas, 9 divisiones entre los Friends o amigos, 20 grupos de luteranos y 13 clases de menonitas. Ciertamente no pueden tener razón todos estos grupos, porque difieren los unos de los otros; de manera que algunos tienen que estar esclavizados al error.
Aun más, el escarnio que proviene de la ciencia hace que muchas personas se mantengan alejadas de la verdadera fuente de libertad. Este escarnio deja la impresión de que la ciencia verdadera contradice la Biblia. No obstante, los hallazgos modernos han desbaratado muchas de esas teorías. Por ejemplo, el reloj de radiocarbono ha desacreditado algunas de las edades fantásticas que los científicos han atribuído a diferentes formas de vida. Un caso es aquel en que dijeron que un bosque de abetos de Wisconsin que había sido destruído tenía la edad asombrosa de 125,000 años. Esta cifra estuvo por lo menos 91 por ciento inexacta, porque el reloj de radiocarbono redujo la edad del bosque a meramente 11,000 años. No obstante, algunas personas confían en las arenas movedizas de tales teorías falsas más bien que en la roca sólida de la Palabra de Dios que no varía nunca.
De manera que al mundo todavía le hace falta la libertad física y mental, así como también libertad de las ideas falsas que llevan a los hombres al error y los alejan de la verdad y la luz. ¿Dónde puede hallarse esta verdadera libertad? La Biblia es el libro de esa libertad. Ella demuestra (1) por qué el hombre está en esclavitud hoy en día, (2) cómo adquirir una mente realmente libre ahora y (3) cómo conseguir la libertad permanente tanto de cuerpo como de mente bajo las nuevas condiciones justas que están tan cerca. ¿Qué dice ella acerca de estas cosas?
LA PÉRDIDA DE LA LIBERTAD
La Biblia dice que los hombres están en cautiverio a causa de la rebelión de Satanás y la caída de Adán. Nos dice que el hombre fué creado libre en el principio, que disfrutaba tanto de libertad de cuerpo como de mente, y que se le colocó en un mundo libre que no conocía ni el pecado ni la injusticia ni la muerte. ¿Qué cambió estas condiciones? Una criatura espiritual se rebeló, se hizo Satanás y alejó a los hombres de Dios. Los alejó por medio de prometer a la primera mujer, Eva, que por medio de desobedecer a Dios “sus ojos no podrán menos que ser abiertos y ustedes no podrán menos que ser semejantes a Dios, conociendo el bien y el mal.”—Gén. 3:5, NM.
Desde luego, ésa fué una promesa falsa de libertad. Adán y Eva disfrutaban de plena libertad para hacer todo lo que era correcto. Pero el aceptar la promesa falsa de Satanás de que les iría mejor si hacían lo que era incorrecto los condujo a la peor esclavitud. Ahora se hicieron esclavos del pecado y de la muerte y del gran adversario Satanás mismo, y transmitieron esta esclavitud a sus descendientes. Satanás fué el verdadero esclavizador de la humanidad, y aun hoy día la lucha por la libertad verdadera se libra contra este mismo adversario, Satanás. Por eso es que Efesios 6:12 y 1 Timoteo 4:1 (NM) nos dicen que la lucha del cristiano es contra “las inicuas fuerzas espirituales en los lugares celestiales,” y contra “declaraciones inspiradas desviadoras y . . . enseñanzas de demonios.”
Pero la influencia inicua de Satanás comprende mucho más que solamente asuntos espirituales. A veces se oye a alguien decir con referencia a cierto dictador: “¡Se porta como el mismo Diablo!” A menudo esa declaración es más verídica que lo que uno se da cuenta. Los gobernantes del mundo ciertamente pueden llevar a cabo los deseos del Diablo, oprimiendo a los hombres y esclavizándolos tanto física como mentalmente. El hecho de que las mismas naciones se hallarían en cautiverio a Satanás se demuestra en Apocalipsis 16:14, que dice que “expresiones inspiradas por los demonios” obrarían “señales, y ellas salen a los reyes de toda la tierra habitada, para juntarlos a la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso.”—NM.
Satanás hace cuanto puede para tener a todo el género humano tan ocupado con sus problemas y con las dificultades de la tierra que no se tome tiempo para detenerse, sacar cuentas, orientarse y aprender lo que enseña el verdadero libro de la libertad, que Satanás es el que realmente está conduciendo a este mundo, y que él verdaderamente es culpable de sus guerras, tribulaciones y muerte.
LA FUENTE DE LIBERTAD
De manera que la libertad verdadera no viene por medio del poder del hombre. Si le fuera posible al hombre hallar la libertad verdadera por sus propios esfuerzos entonces el mundo moderno supersabio del siglo veinte podría desechar sus grilletes mentales, botar a sus psiquiatras, demoler sus hospitales para enfermedades mentales, abolir sus campamentos de trabajo forzado, remover a sus dictadores, impedir que nuevos dictadores los reemplazaran, y ejercer la libertad que naturalmente provendría de sus propios esfuerzos. Pero el hombre no puede hacer estas cosas por su propia cuenta. Trata de hacerlo, logra ciertas mejoras, pero subsisten los problemas básicos. Ha habido guerras desde los tiempos más remotos, ha habido dictadores totalitarios desde que empezaron los primeros gobiernos sobre la tierra, y según el antropólogo George Peter Murdock, de la Universidad de Yale, la psiquiatría es el descendiente lineal del hechicero que dejó que otros se hicieran botánicos herbarios y componehuesos y limitó su propia práctica a la curación de las enfermedades de la mente. ¿Por qué será que esos problemas de tiempos más primitivos todavía vejan al mundo del siglo veinte? Porque las personas que ofrecen libertar de ellos a otros no pueden vencer el poder de Satanás. Lo único que pueden hacer es tratar los síntomas, no la verdadera causa. “Mientras les están prometiendo libertad, ellos mismos están existiendo como esclavos de corrupción.”—2 Ped. 2:19, NM.
¿Quiere decir esto que no hay personas libres? No, no quiere decir eso. Hay personas hoy en día que son libres aun cuando se les mete en la cárcel o prisión. Hay personas en los campos de trabajo forzado comunistas hoy día cuya actitud mental las hace más libres que lo que está la mayoría de las personas del mundo. Ellas tienen la misma libertad mental que tenían los hombres de Dios de los tiempos antiguos. Noé era uno de esos hombres. Aun cuando se acercaba el fin de un mundo él no se acobardó y se paralizó de miedo, sino que sabiamente obedeció a Dios y vivió a través del diluvio que limpió la tierra de un sistema corrupto. Moisés, también, disfrutó de libertad de temor aun cuando el obedecer a Dios lo sujetó a la ira del poderoso Faraón de Egipto. Hebreos 11:27 (NM) dice: “Por fe dejó a Egipto, pero sin temer la ira del rey, porque él continuó firme como si viera al que es invisible.”
Por supuesto, Cristo Jesús es el que más se destaca como ejemplo de esta clase de libertad, y él abrió el camino a la libertad verdadera para otros que quisieran aceptarla. Lo hizo por medio de proveer el rescate que puede cancelar la esclavitud que la desobediencia de Adán le acarreó al género humano. Romanos 5:18 (NM) dice: “Así, pues, como por una transgresión [la de Adán] el resultado a toda clase de hombres fué la condenación, asimismo por un acto [el de Cristo] de justificación el resultado a toda clase de hombres es el declararlos justos para la vida.”
Sí, Dios ha provisto a Cristo como el principal libertador de los hombres. Él librará a los hombres de toda clase de esclavitud. Librará a la tierra de sus guerras, enfermedades, opresión y muerte. Y traerá la paz perfecta de la mano de Dios.
Usted ha pedido en oración que él haga esto. Usted le ha pedido a Dios en oración: “Venga tu reino. Sea hecha tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.” Para que se haga la voluntad de Dios toda maldad tiene que desaparecer; el gobierno inicuo de Satanás tiene que llegar a su fin. Cristo no nos habría enseñado a orar por esto si no fuera a suceder. ¡Pero sí nos enseñó a pedirlo y sí va a suceder!—Mat. 6:10.
¿Le daría a usted gran paz mental el saber con certeza que pronto se hará la voluntad de Dios a través de la tierra así como se hace en el cielo? El libro de la libertad le da esta confianza. Muestra que la parte celestial de este nuevo sistema de cosas ya ha sido establecida, y que la parte terrenal se halla en proceso de desarrollo. Nos presenta la evidencia de que en el transcurso de la vida de personas que viven hoy se hará la voluntad de Dios por toda la tierra, así como se hace en el cielo. La Biblia es el libro de la mayor libertad, porque le dice cómo usted puede vivir en ese tiempo, y bajo sus bendiciones.
Con referencia a nuestro día, Apocalipsis 12:12 (NM) dice: “¡Alégrense por causa de esto, ustedes cielos y los que residen en ellos! Ayes para la tierra y para el mar, porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran ira, sabiendo que tiene un corto período de tiempo.”
Estos ayes le han sobrevenido al género humano desde 1914. Las guerras, hambres, terremotos, persecución mundial de los verdaderos cristianos, aumento del desorden, temor e inseguridad globales, y aun la delincuencia juvenil y la predicación del Reino por toda la tierra fueron predichos como parte de la gran señal que marcaría el tiempo en que Satanás habría sido arrojado a las cercanías de la tierra y se estaría estableciendo el reino de Cristo. El hecho de que estas cosas han sucedido en nuestra generación señala nuestro tiempo como el tiempo en que el fin del dominio inicuo de Satanás ha de venir, y simultáneamente como el tiempo en que se establecen condiciones verdaderamente justas.—Mat. 24:6-21; Luc. 21:26; 2 Tim. 3:1-3.
RECOBRANDO LA LIBERTAD
Toda esta información viene del verdadero libro de libertad. Este libro, la Biblia, también dice mucho más acerca de nuestro día. ¿Desea usted derivar provecho de la información dadora de vida que dicho libro contiene? Entonces usted debe leer ese libro para usted mismo. Debe estudiar otras publicaciones, como ésta, que le ayuden a entenderlo. Y debe asociarse en reuniones de congregación con otras personas que están genuinamente interesadas en lo que realmente dice este verdadero libro de libertad. Acuérdese: “Cuando se vuelve uno a Jehová, el velo es quitado. Ahora, Jehová es el espíritu; y donde está el espíritu de Jehová, hay libertad.”—2 Cor. 3:16, 17, NM.
Pero tal vez usted diga: “Todo eso suena muy bien, pero es que yo sencillamente no tengo tiempo para hacerlo.” Muchas personas dicen eso, ¿pero es eso realmente verdad? El aficionado al beisbol se mantiene al día con los tantos de su equipo. Los hombres de negocios leen sus periódicos comerciales. Una multitud aumentante de millones de personas dedica tiempo todas las semanas a leer revistas y periódicos o a ver películas. Todas estas prácticas pueden ser agradables o aun provechosas a veces, pero realmente la razón por la cual las personas hallan tiempo para hacerlas es que quieren hacerlas. ¿Quiere usted tener libertad y vida? ¿Le son tan importantes a usted la libertad y la vida como los tantos del beisbol, o una revista corriente, o una película o un programa de televisión? Si es así, entonces usted hallará tiempo para estudiar el libro de la verdadera libertad, y para asociarse con otras personas que se interesan igualmente en estas cosas importantes y para estudiar con ellas.
Un hecho feliz es que no hay motivo para que usted haga todo esto solo. Los testigos de Jehová, que se hallan tan ocupados como usted, usarán su propio tiempo para venir a la casa de usted y ayudarle a conseguir este conocimiento de la Palabra de Dios que usted necesita. Entonces, a medida que usted adquiera este conocimiento bíblico, usted comenzará a apreciar de qué manera piensa Dios, cómo ve las cosas él y cuáles son sus reglas y prácticas. Empezará a haber un cambio en su mente. Usted la llenará de cosas buenas. Ya no pensará de la manera que piensa el mundo. Ya no estará en esclavitud a su proceder egoísta, o a sus temores. Usted habrá obedecido la instrucción que dice: “Dejen de amoldarse a este sistema de cosas, mas transfórmense rehaciendo su mente, para que prueben para ustedes mismos la buena y la aceptable y la completa voluntad de Dios.”—Rom. 12:2, NM.
Lo que usted piensa dirige lo que usted hace, y pensando y haciendo cosas buenas usted empleará su libertad para vivir una vida limpia, correcta y moral. Se mantendrá separado del principal esclavizador del género humano, Satanás, que pronto será destruído, y podrá vivir más allá del tiempo en que él sea destruído y entrar en las nuevas condiciones que han de seguir. Bajo estas nuevas condiciones del reino justo de Dios no habrá gobernantes injustos, ningún temor de guerra, ninguna incapacidad emocional, nada de falsedades religiosas, ni tampoco escarnio contra la verdadera fuente de la libertad. Todos estos problemas se habrán resuelto por medio de la aplicación de principios justos bajo la dirección del rey del nuevo sistema de cosas, Cristo Jesús.
De modo que, por medio de aceptar y creer la Biblia, el verdadero libro de la libertad, y por medio de estudiarla y seguirla, usted también puede recibir libertad mental ahora, y plena libertad física también, bajo las bendiciones del reino justo de Dios, que pronto traerá paz duradera a esta tierra y a todas las personas piadosas que vivirán sobre ella.