‘No viviendo ya para nosotros mismos’
“Porque el amor que el Cristo tiene nos obliga, porque . . . murió por todos para que los que viven no vivan ya para sí mismos, sino para el que murió por ellos.”—2 Cor. 5:14, 15.
1. ¿Cuál es la reacción común a las ideas de libertad y esclavitud?
¡EN CUAN alta estima se tiene a la libertad! Por todos lados hoy personas exaltan la libertad y la igualdad. Las ideas de libertad e independencia son tan prominentes que muchos se rebelan aun por el pensamiento de tener que ser dirigidos por otra persona, o, de hecho, de vivir para alguien más. Quizás usted haya oído que tales personas dicen: ‘Quiero vivir de la manera que yo quiero.’ No quieren ser esclavos de nadie. Para la mayoría de la gente, la mismísima palabra “esclavo” hace recordar escenas de siglos pasados cuando hombres desesperanzados hacían grandes esfuerzos a los remos de una galera, laboraban en una cantera o servían la voluntad de un amo cruel.
2. ¿Es la esclavitud algo que solo afectó a gente de generaciones pasadas?
2 Los malos efectos de la esclavitud —de humanos que existen simplemente como propiedad de otra persona— llegan aun hasta nuestro tiempo. Un informe de las Naciones Unidas de 1972 declaró que ‘hoy el origen de la contienda social en muchos países se atribuye directamente a varias formas de esclavitud. Recientemente matanzas atroces en grande escala se han perpetrado en varios países por pueblos anteriormente esclavizados, en contra de aquellos que en otro tiempo habían sido sus amos.’
3. ¿Por qué puede decirse que la esclavitud es más extensa hoy de lo que por lo general se cree?
3 ‘Bueno, eso no tiene nada que ver conmigo; yo no soy esclavo,’ quizás piense usted. Sin embargo, un escritor renombrado que fue observador directo de la esclavitud del Imperio Romano demostró que todo individuo en todo el imperio era, en un sentido, esclavo. Por el mismo razonamiento, hoy la población de esclavos incluye a toda la humanidad. Aquel escritor renombrado, el apóstol Pablo, no se consideró exento sino que, al escribir a los cristianos en Roma, dijo: “Yo soy carnal, vendido bajo el pecado. . . . Contemplo en mis miembros [una] ley que guerrea contra la ley de mi mente y que me conduce cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.”—Rom. 7:14, 23.
¿SOMOS VERDADERAMENTE LIBRES, INDEPENDIENTES?
4, 5. ¿Qué evidencia hay de que todos nosotros estamos esclavizados?
4 El apóstol Pablo no quiso decir que sus propios padres voluntariamente lo habían vendido a cautiverio al pecado; tampoco nos hicieron eso nuestros propios padres. Pero Pablo entendía que, al deliberadamente optar por pecar, nuestro antepasado común, Adán, se vendió él mismo y vendió a toda su prole futura —toda la humanidad— a cautiverio a la imperfección, pecado y muerte. (Rom. 5:12) Innegablemente esto llega hasta nuestro tiempo y nos incluye a todos, porque vemos en torno de nosotros, y en nuestra propia vida personal, evidencia de este cautiverio... evidencia en forma de errores perjudiciales, pecado y enfermedad.
5 Sin embargo hoy existen algunos que denodadamente alegan tener libertad. Algunos proclaman su libertad sexual. Pero ¿indica su modo de vivir que realmente están libres? Es cierto, quizás vivan para ellos mismos, satisfaciendo sus propias pasiones. Eso, sin embargo, solo subraya el hecho de que son esclavos de la imperfección y el pecado. ¿Qué hay del hombre cuya codicia lo empuja a ganar dinero, posesiones o prestigio? Él, también, envejece y se debilita, sucumbe a alguna enfermedad y finalmente muere. Eso es cierto aun en cuanto a los líderes de movimientos de “derechos” civiles, de las mujeres y de las minorías. El fin para todos es el mismo —muerte— probando que de veras son esclavos de los reyes Pecado y Muerte.—Rom. 5:21.
6. Esta esclavitud debería llevar a ¿qué preguntas de nuestra parte?
6 ¿Significa esto que la situación del hombre es desesperanzada? ¿No hay emancipación del pecado y la muerte? Y si hay una provisión para liberación, ¿todavía puede uno vivir como quiere, o hay algo que se requiere de uno para beneficiarse de esta provisión?
7. ¿Cómo se ha hecho provisión para liberación de este cautiverio?
7 Una enseñanza fundamental de la Biblia es que Dios, en su misericordia, hizo provisión para la liberación del hombre del cautiverio al pecado y la muerte. Esto fue por medio de su Hijo unigénito, que vino a ser el humano perfecto Jesús. En armonía con el propósito de Dios para él, Jesús entregó su vida en sacrificio como “rescate correspondiente por todos.” (1 Tim. 2:5, 6) Aunque así se pagó el precio de rescate o redención “por todos,” no todos recibirán plenamente sus beneficios. ¿Por qué no?
8. ¿Por qué no reciben todos los humanos los beneficios del rescate?
8 Solo son los que tienen una posición aprobada delante del Creador los que obtienen los beneficios plenos de la provisión del rescate... liberación permanente del pecado, enfermedad, vejez y muerte. Aunque a todos se les invita a obtener esa posición aprobada, no todos quieren aceptarla debido a la responsabilidad que está envuelta. Muchos no quieren obrar en armonía con el hecho de que un precio de rescate o redención se ha pagado a favor de ellos. No quieren reconocer que han sido comprados y que Jehová Dios y Jesucristo son sus Dueños o Amos legítimos, que merecen plena obediencia. Todos los que persisten en la desobediencia o que más tarde renuncian a Jehová Dios y Jesucristo como sus Dueños pierden los beneficios de la provisión del rescate.—Mat. 10:33; Juan 3:36; Heb. 10:26, 27; 2 Ped. 2:1-3.
9. ¿Qué selección está puesta ante toda la humanidad?
9 Por lo tanto, la pregunta ante todos los humanos es: ¿A quién quiero yo servir voluntariamente... al pecado con muerte en mira, o a Dios y Cristo con vida en mira? (Rom. 6:16) ‘No hay mucho entre lo cual escoger,’ quizás digan algunos. ‘Prefiero morir a ser esclavo para siempre.’ Pero ¿es ése razonamiento sano cuando se trata de servir a Dios y Cristo? ¿No dijo Jesús que la “verdad los libertará”? (Juan 8:32) ¿No deberíamos, por lo tanto, esperar que el servicio a Dios y Cristo ofreciera la clase de libertad que desearía toda persona de corazón sincero y honrado? Considere:
UNA DIFERENCIA DE AMOS
10. ¿Qué clase de “amos” tienen los cristianos en el cielo?
10 Hay buena razón para que los humanos quieran ser esclavos de Dios y Cristo. Son diferentes de los amos crueles de siglos pasados que trataron con crueldad y explotaron a sus esclavos y a quienes les importaba poco su bienestar y felicidad. Lo que Jehová Dios y su Hijo han hecho por la humanidad testifica acerca de la intensidad de su interés y su amor ilimitado.
11, 12. ¿De qué maneras estamos endeudados con Dios?
11 Jehová Dios es Aquel con quien estamos endeudados por la vida. ‘Él creó todas las cosas, y a causa de su voluntad existieron y fueron creadas.’ (Rev. 4:11) Él pudiera haber ejecutado la sentencia de muerte sobre los desobedientes Adán y Eva antes que ellos pudieran haber llegado a ser padres. Entonces ninguno de nosotros habría nacido. Sin embargo, impelido por consideración misericordiosa a su prole no nacida aún, Jehová Dios permitió que la primera pareja humana continuara viviendo y procreara. A pesar de la actitud desprovista de aprecio de la mayor parte de sus descendientes, Dios no retuvo de la humanidad Sus generosas provisiones para sustentar la vida. (Mat. 5:45) Ni siquiera los “paganos” podían estar en desacuerdo con la declaración del apóstol Pablo de que Dios hace “bien, dándoles lluvias desde el cielo y épocas fructíferas, llenando sus corazones por completo de alimento y de alegría.”—Hech. 14:17; Sal. 104:13-15, 24.
12 Pero la expresión de amor y bondad inmerecida de Dios no se detuvo en este punto. Para que los humanos pecaminosos, inmerecedores, pudieran optar por entrar en una relación aprobada con él y ser librados del cautiverio al pecado y la muerte, Dios no “perdonó” a su Hijo más querido de sufrir una muerte vergonzosa. (Rom. 8:32) La mayoría de la humanidad llegará a tener la oportunidad de vida libre de muerte que esto suministra al ser levantados de entre los muertos. (Hech. 24:15) Considérelo, Jehová Dios hizo esto para los humanos que ni siquiera reconocieron la autoridad de él en la vida de ellos. Como escribió el apóstol Pablo a los cristianos en Roma: “Dios recomienda su propio amor a nosotros en que, siendo nosotros todavía pecadores, Cristo murió por nosotros.”—Rom. 5:8.
13. ¿Por qué estamos endeudados con Jesucristo?
13 La compra de la humanidad pecaminosa con “sangre preciosa” también fue una evidencia sobresaliente del propio amor intenso de Jesús. (1 Ped. 1:19, 20) Como Jesús mismo lo expresó: “Yo entrego mi alma a favor de las ovejas. . . . Es por eso que el Padre me ama, porque entrego mi alma, a fin de que la reciba de nuevo. Nadie me la ha quitado, sino que la entrego de mi propia iniciativa.” (Juan 10:15-18) “Nadie tiene mayor amor que éste: que alguien entregue su alma a favor de sus amigos.” (Juan 15:13) Jesús realmente hizo más que eso. No solo murió por sus amigos, sino por el mundo de la humanidad en general que no reconoció responsabilidad alguna a su Padre. (1 Juan 2:2) Ahora bien, ¿qué hombre habría estado dispuesto a hacer eso por gente que no tenía respeto alguno a su padre? De veras estamos endeudados con Jesucristo por comprarnos a costa de su vida, haciendo accesible para nosotros la oportunidad de conseguir libertad del pecado y la muerte.
14. ¿Cómo deberíamos responder a este adeudo?
14 En vista del gran amor de Dios y Cristo, ¿se siente incitado su corazón a querer estar en el servicio de ellos? ¿Se siente usted como ciertos hombres de tiempos antiguos que, aunque se les ofrecía libertad, voluntariamente optaban por continuar en esclavitud a sus bondadosos y generosos amos hebreos? (Éxo. 21:2-6) Esa es la respuesta sincera de los que aprecian lo que Jehová Dios y Jesucristo han hecho a favor de ellos. Como Pablo escribió, “el amor que el Cristo tiene nos obliga.” (2 Cor. 5:14) Observe que él no dijo que Dios obliga ni que Cristo obliga a los humanos a emprender el servicio fiel a ellos. Al contrario, la fuerza que obliga es “el amor que el Cristo tiene.” Y, puesto que Jehová Dios nos tiene el mismo amor a nosotros que su Hijo nos tiene, el amor de Dios tiene la misma fuerza que obliga.
15. ¿Cuál es la índole de la relación del cristiano con Jehová y Jesucristo?
15 La relación en la que usted puede entrar con Dios y Cristo, si todavía no ha entrado, no es una relación formal o impersonal, sino afectuosa y estrecha. En su noche final como humano con sus discípulos, Jesús les aseguró afectuosamente: “Ya no los llamo esclavos, porque el esclavo no sabe lo que hace su amo. Pero los he llamado amigos, porque todas las cosas que he oído de mi Padre se las he dado a conocer a ustedes.” (Juan 15:15) Con esto Jesús no estaba diciendo que su verdadera posición ya no era la de esclavos, pues todavía debían su vida a Dios, y pronto Cristo habría de pagar el “precio de redención” por ellos. Quiso decir que no los estaba tratando como simples esclavos, como personas que solo recibían asignaciones sin ninguna información íntima. No, se les habría de tratar como “amigos,” como confidentes respetados y fidedignos.
16. ¿Por qué no es gravoso el servicio a Dios y Cristo?
16 De modo que vemos que no hay nada gravoso en cuanto a la esclavitud a Dios y Cristo. Sus mandatos se basan en amor y sirven para proteger a los obedientes de daño y para asegurar su felicidad y bienestar duraderos. (1 Juan 5:3) Ningún yugo opresivo aguarda a los que, motivados por amor, optan por repudiarse a fin de ser esclavos de Dios y Cristo. “Vengan a mí,” dijo Jesucristo, “todos los que se afanan y están cargados, y yo los refrescaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, porque soy de genio apacible y humilde de corazón, y hallarán refrigerio para sus almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.” (Mat. 11:28-30) Teniendo amos tan amorosos, ¿qué hombre o mujer de inclinación a lo justo podría querer seguir un derrotero de independencia obstinada?
¿LA VOLUNTAD DE QUIÉN HACE PRIMERO EL ESCLAVO?
17. ¿Qué efecto debe tener el amor de Dios y Cristo sobre la manera en que vivimos nuestra vida?
17 Si el amor de Dios y Cristo lo obliga a usted a servirles, esto se reflejará en la manera en que viva su vida. No estará viviendo para usted mismo. Como escribió el apóstol Pablo: “[Cristo] murió por todos para que los que viven no vivan ya para sí mismos sino para el que murió por ellos.” (2 Cor. 5:15) Exactamente ¿qué encierra esto?
18-20. (a) Como lo ilustró Jesús, ¿qué ocupa el primer lugar en la vida de una persona si ya no vive para sí misma? (b) ¿Quiso decir Jesús que somos inútiles?
18 Reflexione en una relación literal de esclavo y amo. ¿Pospondría un esclavo fiel, fidedigno, el servir a su amo o trataría tal servicio como de poca importancia? ¿Daría la primera atención a sus propias comodidades o intereses personales en la vida? ¡Certísimamente que no! Entonces ¿qué hay en cuanto a los esclavos de Dios y Cristo?
19 Una ilustración que usó Jesucristo da una respuesta enérgica a esta pregunta. Usó como base el hecho de que los esclavos de entonces que trabajaban en el campo también podían servirle la cena a su amo. Esto se consideraba como algo a lo cual tenía derecho el amo. Jesús dijo: “¿No le dirá [el amo al esclavo]: ‘Prepárame algo para que cene, y ponte un delantal y sírveme hasta que haya acabado de comer y beber, y después tú puedes comer y beber’? Él no se sentirá agradecido al esclavo porque éste hizo las cosas asignadas, ¿verdad?” Luego, en cuanto a cumplir sus asignaciones, Jesús aconsejó a sus discípulos a que dijeran: “Somos esclavos que no servimos para nada. Lo que hemos hecho es lo que debíamos haber hecho.”—Luc. 17:7-10.
20 Jesús no estaba recomendando aquí que los cristianos estuvieran constantemente derribándose, desapreciándose, pensando en sí mismos como inútiles. No, sino que les estaba aconsejando a que mantuvieran claramente presente su relación con Dios y su Hijo. Como cristianos, no es la voluntad y comodidades personales de ellos lo que ocupa el primer lugar, pues Cristo murió para que “no vivan ya para sí mismos.”
21. ¿Por qué es muy difícil a veces el ‘no vivir ya para nosotros mismos’?
21 Por supuesto, el servicio a Dios y Cristo no siempre es fácil, pero este servicio nunca es la razón de los problemas. En sí es una fuente de gozo y refrigerio. Sin embargo, humanos sin fe y fuerzas espirituales inicuas son los que hacen difíciles las cosas para los cristianos. (Efe. 6:11, 12; 2 Tes. 3:1-3) Esta ha sido la experiencia en tiempos modernos de los testigos cristianos de Jehová, especialmente en países bajo gobierno dictatorial. A menudo han sido perseguidos a causa de obedecer el mandato de Jesús de predicar y enseñar la Palabra de Dios. (Mat. 28:19, 20) En otras ocasiones les ha sobrevenido persecución debido a que, por fidelidad a Dios, rehúsan envolverse en los asuntos políticos y militares de las naciones. (Juan 6:15; 17:16) El ‘derrotero del menor esfuerzo’ sería ceder, llevar ‘vidas buenas, morales,’ mientras se conformaran a las demandas de los gobiernos totalitarios. Pero estos cristianos no están viviendo para sí mismos. Son siervos de Dios y Cristo. Apreciando el amor ilimitado que se les ha mostrado, están dispuestos a sufrir, sí, hasta morir, en servicio fiel.
22, 23. (a) ¿Qué aguantaron Testigos jóvenes en Checoslovaquia? (b) ¿Qué hizo posible que continuaran fieles?
22 Así sucede que, en el libro Even Under the Sky There Is Hell (1971, página 117) un reportero checoslovaco describió el trato cruel de los testigos de Jehová en un campo de trabajo comunista durante 1951: “Siempre recordaré con admiración y reconocimiento a los jehovistas [testigos de Jehová], en su mayoría muchachos jóvenes, que rehusaron el servicio militar y fueron condenados por ello. Aun aquí permanecieron en su fe . . . y rehusaron trabajar en las minas de uranio. Los comandantes de los campos usaron todo lo que tenían a su disposición para obligarlos a hacer el trabajo, pero todo lo que intentaron fue en vano; la mayoría de ellos preferían morir a trabajar en edificar la amenaza atómica soviética. El jefe del campo Palacek los hizo estar de pie por días enfrente del cuartel general en montones de nieve formados por el viento en tiempo invernal de [-]30° C. echándoles agua hasta que se congelaban. Fue una escena terrible, que me perseguirá hasta que yo muera.”
23 ¿Qué hizo posible que estos jóvenes mantuvieran fidelidad? Apreciaban que habían sido comprados con “sangre preciosa” y no querían resultar falsos a sus Dueños, Jehová Dios y Jesucristo. Tenían la firme convicción de que, aunque los mataran los hombres, Dios y Cristo no los olvidarían y los restaurarían a la vida. Creían en las promesas inspiradas: “Dios no es injusto para olvidar la obra de ustedes y el amor que mostraron para con su nombre.” (Heb. 6:10) “Cualquiera que procure guardar segura su alma [vida] para sí mismo la perderá, pero cualquiera que la pierda la conservará viva.”—Luc. 17:33.
24. ¿En qué situaciones relacionadas podemos mostrar que no estamos ‘viviendo para nosotros mismos’?
24 Aunque usted individualmente quizás nunca se enfrente a una prueba tan severa de su fidelidad a Dios, ¿está usted, sin embargo, poniéndolo en primer lugar aun ahora? Quizás la prueba de su fidelidad tenga que ver con miembros de familia... quizás lo injurien, diciendo que usted ‘toma su religión muy en serio.’ O, posiblemente sus condiscípulos o compañeros de trabajo ejerzan presión en usted para que abandone sus principios cristianos. ¿Qué está usted haciendo y qué hará ante dificultades de esta clase? Pudiera parecer que el ceder a la persecución o presión haría más fácil la vida, más llevadera; mientras que el mantenerse fiel a Dios significaría injuria continua o hasta aumentada por un tiempo. Si usted tiene presente que está endeudado con Dios y Cristo, tomará la decisión correcta. Usted continuará ‘glorificando a Dios.’—1 Cor. 6:20.
USANDO SU TIEMPO “LIBRE”
25. ¿Qué, además de aguante fiel cuando se nos persigue, está incluido en ‘no vivir ya para nosotros mismos’?
25 El no vivir ya para nosotros mismos significa más, sin embargo, que el aguante fiel cuando se nos persigue. A los cristianos se les insta: “Cualquier cosa que estén haciendo, trabajen en ello de toda alma como para Jehová, y no para los hombres, porque ustedes saben que es de Jehová que recibirán el debido galardón de la herencia. Sirvan como esclavos al Amo, Cristo.” (Col. 3:23, 24) Por lo tanto, el no vivir ya para nosotros mismos incluye todo aspecto de la vida... la moralidad, cómo uno piensa, actúa, habla y trabaja, la sujeción como esposa, el ejercicio de la jefatura del esposo y la obediencia a los padres.—Col. 3:5-22.
26. ¿Qué excepciones hacen los cristianos nominales en la manera en que se comportan?
26 No obstante, usted posiblemente ha observado que muchos cristianos profesos hacen excepciones. Se sabe bien que aun entre los cristianos nominales que tienen cierto sentido de decencia, la desenfrenada falta de restricción —borrachera, inmoralidad y destrucción de propiedad— a menudo acompaña a las festividades que están enlazadas con días de fiesta eclesiásticos. Las vacaciones, las noches y los fines de semana son también ocasiones cuando cada vez más personas creen que están libres para “vivir” como quieren.
27, 28. (a) Aunque hay tiempo para esparcimiento, ¿qué no harán ni pensarán los cristianos verdaderos? (b) ¿De qué maneras excelentes usan su tiempo “libre”?
27 El esparcimiento y el placer son, por supuesto, útiles para alcanzar una vida y personalidad equilibradas. Y el cristiano genuino usa correctamente algo de su tiempo en actividades que aflojan la tensión y son agradables. Pero no vive solo para el placer. No raciona alguna parte específica de su vida como “mi tiempo,” durante el cual puede olvidar que está sirviendo a Dios.
28 Se ve que esto es así al notar la excelente manera en que los siervos cristianos de Jehová usan su tiempo “libre.” Las cosas directamente relacionadas con su adoración ocupan un lugar superior en la lista de cosas agradables que hacen. Se deleitan en hablar acerca de su Creador y en asistir a reuniones cristianas semanalmente. La sana asociación e instrucción que reciben hacen que estas reuniones sean sumamente deleitables. Aun cuando familias salen de viaje, tratan de incluir algunas reuniones cristianas en sus planes. Así disfrutan de placer adicional... la oportunidad de conocer nuevos amigos, hermanos y hermanas espirituales, en otra ciudad o país. Cuando están situados a cierta distancia de un Salón del Reino, quizás acampando en el bosque, se regocijan en meditar en cuanto a su Creador y en consideraciones bíblicas como grupos de familia. Por otra parte, también, muchos testigos de Jehová programan su período de vacaciones de modo que incluyan el beneficiarse a grado cabal de una de las grandes asambleas cristianas que se arreglan cada año.
29. Cuando pensamos en cuanto al uso de nuestro tiempo “libre,” ¿qué pudiéramos considerar provechosamente?
29 Por eso cuando usted personalmente piensa en noches, fines de semana o vacaciones, medite en su posición ante Dios y Cristo. Esfuércese por hacer lo que sirva para refrescarlo física, mental o espiritualmente. Tenga como meta suya el obtener fuerzas que usted usará bien en el servicio continuo a Dios después de terminarse el período “libre.” Aunque el mundo diga: ‘Escápese por un tiempo y olvide su rutina regular,’ demuestre su aprecio por lo que Dios y Cristo han hecho por usted. Evite cosas que pudieran perturbar su conciencia y hacer que usted mire atrás con pesar a lo que de otra manera pudiera haber sido una ocasión remuneradora y refrescante.
30. ¿Qué preguntas surgen en cuanto a los que alegan creer en Dios pero viven para el placer?
30 Realmente, el siervo de Dios debe tener presente el hacer todas las cosas para gloria de su Creador. (1 Cor. 10:31) Aunque imperfecto, debe esforzarse por controlar las inclinaciones pecaminosas y no ‘presentarse como esclavo del pecado.’ (Rom. 6:16) Sin embargo, quizás usted haya notado que algunas personas que dicen creer en el Creador y su Hijo llevan vidas cotidianas que giran en torno de tener todo el placer que puedan conseguir ahora mismo. ¿Qué les falta? ¿Pudiera ser que no ven ninguna esperanza para el futuro? ¿Qué influencia ejerce en la vida cotidiana de uno su modo de ver el futuro? Dejamos esto para que el siguiente artículo lo considere.