Bautismo para salvación y bautismo de fuego
Bautismo, el antitipo de eso, los salva a ustedes hoy (no el mero lavar la inmundicia de la carne sino la oración para una conciencia limpia delante de Dios).”—1 Ped. 3:21, Mo.
1. ¿Quién es el gran Bautista, y en qué resultan sus bautismos?
JEHOVÁ Dios es el gran Bautizador o Bautista. Los bautismos que él ejecuta son para vida o para muerte, para salvación o para destrucción. La historia manifiesta esto. En el futuro cercano vamos a presenciar un tremendo bautismo de fuego. ¿Será éste un gran Pentecostés moderno, y lo sobrevivirán los que lo experimenten? El único modo para enfrentarse al suceso de ese bautismo de fuego es asegurar que tenemos el bautismo para la salvación ahora. Al decir esto no nos referimos al bautismo en agua por inmersión total o por zambullir su cuerpo bajo el agua o por rociar o derramar agua en su cabeza algún clérigo religioso. Millones de personas en la cristiandad dirán que han sido bautizadas en agua en una forma u otra, pero no experimentarán ninguna salvación debido a eso. Nosotros nos referimos al bautismo que Dios administra, no el hombre.
2. ¿Por quién fué introducido el bautismo en agua, dónde, y qué bautismo llamó él a la atención de la gente?
2 Cerca de seis meses antes de que Jesús viniera al río Jordán, Juan, el hijo del sacerdote levita Zacarías, fué enviado por Jehová Dios para iniciar el bautismo en agua para los judíos que se arrepentían de sus pecados contra la Ley que Dios dió a su nación por medio de Moisés. ¡Qué propio fué que Juan principiara esta obra bautismal en el río Jordán! Fué en este río que, cientos de años antes de esto, Eliseo, el profeta de Jehová, envió a Naamán el general sirio a lavarse para ser limpiado de su lepra. En el río Jordán Naamán se bautizó, o se zambulló (porque bautizo significa zambullida o sumersión), siete veces y fué curado de su plaga mortífera. (2 Rey. 5:10-14; vea la traducción de los LXX) Y ahora Juan estaba bautizando a los judíos en el Jordán para simbolizar el ser lavados de sus pecados por su arrepentimiento hacia Jehová Dios. Pero Juan les dijo que todavía había una inmersión mayor que sería ejecutada por alguien más fuerte que él. Juan amonestó a los judíos con estas palabras: “Ya el hacha está puesta a la raíz de los árboles; todo árbol, pues, que no produce fruto bueno ha de ser cortado y echado en el fuego. Yo, por una parte, los bautizo con agua debido a su arrepentimiento; pero el que viene después de mí es más fuerte que yo, cuyas sandalias no soy digno de quitarle. Aquél los bautizará con espíritu santo y con fuego. Su aventador está en su mano, y él limpiará completamente su era, y recogerá su trigo al granero, pero quemará la paja con un fuego que no puede ser extinguido [por el hombre].”—Mat. 3:10-12, NM.
3. ¿Quién se opuso al bautismo de Jesús, pero cómo se mostró que era correcto?
3 Aquél más fuerte que Juan el Bautista fué Jesucristo. El humilde Juan sinceramente se opuso cuando Jesús vino a él en el Jordán para ser zambullido. Comprendiendo la impecabilidad de Jesús, Juan no podía ver la correspondencia de un bautismo de agua para él y le dijo a Jesús: “Yo soy el que necesita ser bautizado por usted, ¿y usted viene a mí?” Pero Jesús le aseguró a Juan que el bautismo de agua era un símbolo correcto al cual había de someterse, diciendo: “Que sea, esta vez, porque de ese modo nos es apropiado efectuar todo lo que es correcto.” Que fué un símbolo correcto al cual Jesús había de someterse fué mostrado por Jehová Dios, porque entonces Dios bautizó a Jesús con su espíritu santo. Cuando Jesús salió del agua, “él vió descendiendo como paloma el espíritu de Dios que venía sobre él. ¡Mire! también, hubo una voz de los cielos que dijo: ‘Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado.’” De este modo Dios actuó como el gran Bautizador y obró lo que finalmente resultó en la salvación de Jesús a vida inmortal en el cielo a la diestra de Dios.—Mat. 3:13-17, NM; Heb. 5:7; Juan 12:27; Sal. 116:7-15; Mat. 26:39.
4. ¿Qué bautismo para Jesús empezó aquí, y cómo fué completado?
4 Aquí Jesús comenzó un bautismo en la muerte como hombre, como criatura humana. Tres años después él indicó esto a sus discípulos diciendo: “Tengo un bautismo con que he de ser bautizado, y ¡cómo estoy angustiado hasta que se haya cumplido!” Poco después les dijo a Juan y Santiago: “La copa que yo estoy bebiendo ustedes beberán, y en el bautismo con que estoy siendo bautizado ustedes serán bautizados.” (Luc. 12:50 y Mar. 10:39, NM) Él estaba pasando por una inmersión en la muerte como sacrificio humano para los pecados del hombre, comenzando con su bautismo en las aguas del Jordán. Fué cumplida con su muerte en la estaca de tormento en el Calvario, fuera de Jerusalén. Luego Dios completó el grandioso acto salvando a su Hijo obediente de la muerte, resucitándolo a la vida inmortal como espíritu invisible en el cielo. Juan el Bautista nunca podría desempeñar tal inmersión. Sólo el todopoderoso Padre celestial pudo hacerlo.—1 Ped. 3:18, 21, 22.
UNA DIFERENCIA
5. ¿Por qué no fué el bautismo con espíritu en el Pentecostés uno de fuego?
5 Juan les dijo a los judíos que Jesús ‘los bautizaría con espíritu santo y fuego’. (Luc. 3:16, NM) Muchos clérigos de la cristiandad entienden que el espíritu santo y el fuego aquí significan una cosa idéntica, de modo que el fuego es el espíritu santo. Para apoyar su argumento indican el día del Pentecostés cuando el Señor Jesucristo, glorificado en el cielo, derramó el espíritu santo sobre sus fieles discípulos en la tierra y, citando el relato, “lenguas como si fueran de fuego se hicieron visibles y fueron distribuídas a ellos, y una se asentó sobre cada uno de ellos, y todos fueron llenados de espíritu santo y comenzaron a hablar en diferentes lenguas, así como el espíritu les estaba concediendo hacer declaraciones.” Pero eso no podría ser llamado un ‘bautismo con fuego’, porque la apariencia de una llama habría tenido que envolver y cubrir todo su cuerpo para ser un bautismo en ella.
6. ¿Cómo muestra la profecía de Joel que no era un bautismo de fuego?
6 El apóstol Pedro entonces citó la profecía de Joel (Joe 2:28-32) para mostrar que ahí estaba siendo cumplida. Pero esta profecía predijo que Jehová Dios derramaría su espíritu, y no fuego, sobre toda clase de carne en los últimos días. Sin embargo, entre las señales que Dios produciría en la tierra abajo habría “sangre y fuego y neblina de humo; el sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre antes que llegue el grande e ilustre día de Jehová”. (Hech. 2:1-21, NM) Esto muestra que el fuego está separado del espíritu y está asociado con la muerte y destrucción, sangre y neblina de humo.
7, 8. (a) ¿Cómo mostró Juan lo que significaba el bautismo de fuego? (b) ¿Cómo juntó Jesús el trigo y quemó la paja?
7 Es evidente que el fuego simboliza destrucción. En su propia discusión Juan el Bautista aclara eso, diciendo que el árbol que no produce fruto bueno será cortado con el hacha en sus raíces y será echado en el fuego; y que Cristo Jesús, como un trillador, tiene su aventador en la mano para limpiar su era y que él junta el trigo en su granero pero que la paja la quema con fuego que ningún hombre puede apagar.
8 Juan les habló a los judíos en símbolos. El árbol que no produjo fruto bueno fué la nación del Israel natural, la nación de judíos incrédulos. El trigo que Jesús separó y juntó en su era para preservación y para sustentar la vida de otros, fué el pequeño resto judío que lo creyó y lo aceptó como el Mesías o Cristo de Jehová. Pero la paja que aventó y quemó con un fuego que los judíos no pudieron extinguir, fué la vasta mayoría de la nación que no creyó y que persiguió a los seguidores de Cristo. El profeta Isaías usó el mismo símbolo de la paja para mostrar la destrucción del Israel inicuo e infiel. (Isa. 5:24, 25; 33:11, 12) La clase del trigo de judíos creyentes fué bautizada con el espíritu santo del cielo comenzando con el día del Pentecostés. La clase de la paja de rechazados judíos infieles fué bautizada con destrucción ardiente en el año 70, cuando su capital nacional Jerusalén fué destruída por las legiones imperiales de Roma; un millón cien mil judíos perecieron y noventa y siete mil judíos fueron hechos cautivos; y así fueron esparcidos hasta los confines de la tierra, un pueblo destituído.
9. ¿Qué bautismo prometió Jesús a sus discípulos, pero qué bautismo indicó su parábola para los incrédulos judíos?
9 El Jesús resucitado, cuando instruyó a sus discípulos que permanecieran en Jerusalén hasta que fueran revestidos con poder de lo alto, no les dijo que serían bautizados con fuego. Él dijo: “Juan, en verdad, bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en espíritu santo a no muchos días después de esto. . . . ustedes recibirán poder cuando el espíritu santo llegue sobre ustedes, y serán testigos de mí . . . hasta la parte más lejana de la tierra.” (Luc. 24:49; Hech. 1:4, 5, 8, NM) Estos son los que fueron bautizados con el espíritu santo, Jehová Dios usando al glorificado Cristo Jesús para derramarlo; pero en cuanto a los demás judíos que rehusaron aceptar la invitación a la fiesta de bodas espiritual de Jehová para su Hijo, Jesús dijo en su parábola: “El rey se enfureció, y envió a sus ejércitos y destruyó a aquellos homicidas y quemó su ciudad.” (Mat. 22:7, NM) Jehová, el Rey celestial, usó las legiones romanas como sus ejércitos ejecutivos en 70 d. de J.C. para destruir a Jerusalén y su templo, y así los incrédulos que causaron el asesinato de Jesús y sus discípulos fueron bautizados con fuego simbólico.
10. ¿Cómo fué prefigurado esto en 607 a. de J.C., y cómo se lamentó Jeremías?
10 Este bautismo ya había sido prefigurado por la primera destrucción de Jerusalén y su palacio real en el monte Sión por los ejércitos de Babilonia en 607 a. de J.C. Al predecir esto, los profetas de Jehová también hablaron de esta calamidad nacional como viniendo sobre los israelitas apóstatas mediante fuego. (Sof. 1:18; Jer. 32:26-35) Y Jeremías, lamentando la destrucción sobre la nación, dijo angustiadamente: “Tajó en el ardor de su ira todo el poderío de Israel; tornó atrás su auxiliadora diestra de en frente del enemigo; consumió a Jacob como llama de fuego que devora en derredor. . . . en las tiendas de la hija de Sión ha derramado su ira como fuego. Jehová ha desahogado su indignación, ha derramado su ardiente ira; y ha encendido un fuego en Sión que la ha devorado hasta los cimientos.” (Lam. 2:3, 4; 4:11) En esto él siguió la regla de acción declarada en el Salmo del rey David: “Jehová prueba al justo; pero en cuanto al maligno y al que ama la rapiña, su alma le aborrece. Sobre los malos lloverá lazos, fuego y azufre, y horrible tempestad: tal será la porción de su copa.”—Sal. 11:5, 6.
11. ¿Cuál es el primer bautismo de fuego registrado, como Jesús lo mostró?
11 La destrucción ardiente de la nación judía en 70 (d. de J.C.) y en 607 a. de J.C. por desobedecer a Dios no fué el primer bautismo de fuego mencionado en la Biblia. El primero fué el que vino sobre las ciudades paganas de Sodoma y Gomorra, y fué de un modo muy literal. (Gén. 18:20 a 19:29) Jesús mismo apoyó la veracidad de ese registro, diciendo: “De igual modo, así como aconteció en los días de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, sembraban, construían. Pero el día que Lot salió de Sodoma llovió fuego y azufre desde el cielo y los destruyó a todos. De la misma manera será en aquel día cuando el Hijo del hombre ha de ser revelado.” Dado que Jesús estaba ahí dándonos su profecía sobre el fin de este mundo, él nos da a entender que un bautismo de fuego mundial le espera a la generación viviendo hoy.—Luc. 17:28-30, NM.
12, 13. (a) ¿Cómo mostró Isaías que tal bautismo le sobrevendría a Israel? (b) ¿Cómo muestra Judas que éste es un drama profético para nuestro día?
12 Para mostrar que el diluvio de fuego que vino del cielo sobre Sodoma y Gomorra fué un cuadro profético del bautismo de fuego sobre la nación del Israel natural, Jehová inspiró a su profeta Isaías a dirigirse a la nación de Israel como el duplicado de esas ciudades malditas y decir: “Si Jehová de los Ejércitos no nos hubiera dejado algunos restos escasos, hubiéramos sido como Sodoma, y fuéramos semejantes a Gomorra. ¡Oíd el oráculo de Jehová, magistrados de Sodoma! ¡escucha la ley de nuestro Dios, oh pueblo de Gomorra! ¿De qué me sirve la multitud de vuestros sacrificios? dice Jehová. Harto estoy de holocaustos . . . cesad de hacer lo malo; aprended a hacer lo bueno; buscad lo justo; socorred al oprimido; mantened el derecho del huérfano, defended la causa de la viuda.”—Isa. 1:9-17.
13 Israel no prestó atención a este llamado a la justicia y resultó ser peor que Sodoma y Gomorra en cuanto a responsabilidad delante de Dios. En consecuencia halló un destino como el de esas ciudades inicuas en un bautismo de fuego terrífico. Sólo un resto fiel escapó. Este es un drama profético asegurando que un bautismo de fuego semejante sumergirá al antitipo moderno de Sodoma, Gomorra y el Israel apóstata. Esto se expresa en la amonestación del discípulo Judas a sus compañeros cristianos, a saber: “Así, también, Sodoma y Gomorra y las ciudades circunvecinas, . . . son puestas delante de nosotros como ejemplo amonestador siendo sometidas al castigo judicial de fuego eterno.” (Judas 7, NM) Pero la cristiandad apóstata no ha prestado atención a este ejemplo amonestador. Por eso ella, también, será zambullida en destrucción ardiente, y Dios nunca la sacará de ella.
PRIMERA INMERSIÓN SIMBÓLICA
14. ¿En qué salvación estamos interesados? ¿Cómo la menciona Pedro?
14 Viendo que estamos enfrentándonos con tales cosas, estamos interesados en la salvación y en la inmersión que conduce a ella. El apóstol Pedro nos dice que hubo una ilustración antigua de ella. Por eso hacemos bien en estudiarla cuidadosamente para saber qué hacer para obtener la salvación deseada en este tiempo peligroso. Pedro nos dice que la ilustración fué dada en los días de Noé. La mención de Noé instantáneamente nos recuerda el diluvio—agua—y eso despierta en nuestra mente el pensamiento de bautismo en agua. Pero examinemos y veamos si eso es lo que Pedro indica. Él escribe: “La paciencia de Dios estaba esperando en los días de Noé, mientras se construía el arca, en la cual unas pocas personas, es decir, ocho almas, fueron llevadas a salvo a través del agua. Lo que corresponde con esto ahora también los está salvando a ustedes, a saber, el bautismo, . . . por medio de la resurrección de Jesucristo. Él está a la diestra de Dios, porque siguió su camino al cielo, y ángeles y autoridades y potestades fueron sujetados a él.” (1 Ped. 3:20-22, NM) ¿Quiénes están siendo salvados ahora por esto que corresponde al modelo antiguo que fué mostrado en los días de Noé?
15. ¿Quiénes fueron salvados por este bautismo en el día de Pedro? Y ¿quiénes son salvados así hoy?
15 Nos da gusto decir, Los cristianos tanto de los judíos como de los gentiles que reciben el bautismo en el espíritu santo, y ahora también una “grande muchedumbre” de sus compañeros de buena voluntad. En el día de Pedro los judíos buscadores de vida necesitaban ser salvados del bautismo de fuego que amenazaba la nación, y Pedro, el día del Pentecostés, les instó: “Sálvense de esta generación torcida.” Tres mil creyeron el mensaje de que Jesús había sido glorificado en el cielo para ser Señor y Cristo, y después miles más; y todos ellos fueron bautizados en su nombre para el perdón de sus pecados y para recibir el don del espíritu santo, participando en su bautismo. Con el transcurso del tiempo éstos siguieron las instrucciones de Jesús y no entraron en la ciudad de Jerusalén al tiempo de la Pascua de 70 d. de J.C. En consecuencia, no fueron atrapados allí por las legiones romanas que sitiaron la ciudad, y por eso no cayeron por hambre, peste y espada ni fueron capturados y llevados al destierro como esclavos de Roma. Fueron salvados del bautismo de fuego que vino sobre esa nación infiel. En esto prefiguraron cómo personas con fe en Dios y Cristo hoy serán salvadas de un suceso parecido que pronto vendrá sobre la cristiandad.
16. ¿Por qué debe haber correspondencias entre el día de Noé y la actualidad?
16 Después de mencionar diferentes cosas acerca de los días de Noé el apóstol Pedro nos dice que lo que también nos está salvando ahora “corresponde a esto”. ¿Corresponde a qué? Evidentemente al proceder o arreglo que fué el camino de salvación allá durante el Diluvio. Tienen que haber correspondencias, porque Jesús proféticamente habló del “tiempo del fin”, donde estamos ahora, y dijo: “Cielos y tierra pasarán, pero mis palabras de ningún modo pasarán. Concerniente a ese día y hora nadie sabe, ni los ángeles de los cielos ni el Hijo, sino únicamente el Padre. Porque así como eran los días de Noé, así será la presencia del Hijo del hombre. Porque así como la gente en aquellos días antes del diluvio, estaba comiendo y bebiendo, casándose y dándose en matrimonio, hasta el día que Noé entró al arca; y no notaron nada hasta que vino el diluvio y los barrió a todos, así será la presencia del Hijo del hombre.” (Mat. 24:35-39, NM; Luc. 17:26-30) Mediante estas palabras Jesús agregó prueba de que el Diluvio fué un hecho histórico y también que este “tiempo del fin” de este mundo durante el cual él está presente invisiblemente en poder del Reino es como el tiempo del fin del mundo antiguo cuando Noé estuvo presente.
17. ¿Qué significa el nombre de Noé, pero cómo estuvo él activo?
17 Por lo tanto, notemos las correspondencias importantes. Entonces podremos estar seguros del bautismo que trae salvación. El personaje principal de esa escena antigua fué Noé, el edificador del arca. ¿A quién prefigura él? Noé fué llamado así por su padre Lamec, porque cuando nació Lamec dijo: “Este nos ha de consolar respecto de nuestra labor y del trabajo de nuestras manos, a causa de la tierra que Jehová ha maldecido.” (Gén. 5:29) El nombre Noé significa “descanso” o “consolación”. Pero Noé no fué un hombre ocioso antes ni después del diluvio. Él fué el guía visible de la actividad más importante de esa época. Noé fué el décimo en línea contando desde Adán, y así completó una serie de generaciones desde Adán, diez siendo un número que simboliza consumación respecto a las cosas terrestres. Noé no descansó antes del Diluvio. Fué un “predicador de justicia”, y cuando se le dió amonestación divina de cosas todavía no contempladas por el hombre él “mostró temor piadoso y construyó un arca para la salvación de su familia, y mediante esta fe condenó al mundo, y vino a ser heredero de la justicia que es según la fe”.—Heb. 11:7, NM.
18. Después del diluvio ¿cómo cumplió Noé el significado de su nombre?
18 La primera cosa que Noé hizo después que él y su familia salieron del arca después del diluvio fué edificar un altar y ofrecer sacrificio a Jehová. Esto fué agradable o como descanso para el Señor Jehová, porque leemos: “Y olió Jehová el olor grato [olor que hace descansar la ira, margen]; y dijo Jehová en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque la imaginación del corazón del hombre es mala desde su niñez; ni volveré más a herir todo viviente, como acabo de hacerlo.” Luego Jehová bendijo a Noé y sus hijos. (Gén. 8:21; 9:1) Aquí vemos cómo, conforme al significado de su nombre, Noé trajo consuelo a la humanidad en su nuevo comienzo después del Diluvio, procurando alivio en cuanto al trabajo y faena de sus manos que ellos habían tenido que aguantar anteriormente debido a la maldición de Jehová sobre la tierra.
19. ¿Cómo corresponde Jesús con Noé, particularmente en cuanto al significado del nombre de Noé?
19 El que corresponde con Noé es Cristo Jesús. Jesús fué el septuagésimo séptimo desde Adán, de acuerdo con Lucas 3:23-38, y su nombre significa “Jehová es salvación”. Pero igual que Noé él conduce los hombres al descanso, aun ahora. Él dijo: “Vengan a mí, todos ustedes que se afanan y están cargados, y yo los refrescaré. . . . y hallarán refrigerio para sus almas. Porque mi yugo es bondadoso y mi carga liviana.” (Mat. 11:28-30, NM) Durante este “tiempo del fin” de este mundo Jesús da este descanso y refrigerio a todas las ovejas a quienes sirve como el Propio Pastor, tanto al resto de su “manada pequeña” de coherederos celestiales como también a la grande muchedumbre de “otras ovejas”. (Luc. 12:32 y Juan 10:16) Pero después que la guerra del Armagedón bautice con fuego a este viejo mundo, incluyendo la cristiandad, él consolará a la humanidad con un grandioso sábado de descanso durante los mil años de su reinado. “Porque Señor del sábado es lo que el Hijo del hombre es.” Él dijo eso a los judíos que se opusieron a los hechos de misericordia en sábado. Durante el sábado o día de descanso de mil años él gobernará como Rey y Sumo Sacerdote y dirigirá a la humanidad en la adoración pura de Dios, de modo que no habrá maldición divina sobre la humanidad obediente. Jesús verdaderamente es el Noé antitípico. El Noé antiguo hizo una obra constructiva “para la salvación de su familia”. Igualmente la hace Cristo Jesús. ¿Qué es esta construcción? ¿Cómo corresponde con el arca?
20, 21. ¿Qué corresponde con el arca de Noé, y cómo es eso?
20 Lo que corresponde con el arca es el sistema teocrático de Jehová Dios sobre el cual él ha colocado al Noé antitípico, Cristo Jesús. Este Hijo de Dios también es un constructor como Noé, y nos dice que él edifica su iglesia o congregación sobre él mismo como la Roca. (Mat. 16:18) Además, en Hebreos 1:1, 2, 8, 9, leemos que él es un “predicador de justicia” mediante quien Dios nos ha hablado y a “quien él ha nombrado heredero de todas las cosas, y por medio de quien él hizo los sistemas de cosas”. (NM) El arca que este Noé Mayor construye consiste de un nuevo sistema de cosas, un nuevo arreglo divino que nos proporciona protección y nos preserva para salvación eterna. La congregación, la organización teocrática que él edifica, debe vivir dentro de este nuevo sistema de cosas y debe pensar, hablar y trabajar en armonía con él. Esta arca de estructura teocrática es el hazmerreír del mundo, porque está edificada según las instrucciones de Dios y para su propósito. ¡Es diferente! El mundo no ha visto nada como ella y no la entiende.
21 Por lo tanto fe en Dios se requiere para su construcción, y los que trabajan para este nuevo sistema de cosas deben ejercer fe para seguir bajo la mofa y el reproche de este mundo. Pero en la gran crisis futura servirá su propósito, fielmente preservando a todos los que se refugien en él, así como el arca transportó a Noé y su familia a salvo a través de las aguas del diluvio. Recordamos, además, cómo tal arca, cajón o tebah (hebreo), también salvó al infante Moisés de una muerte acuosa en el río Nilo.—Éxo. 2:3, 5.
22. ¿Cómo manifestó ser de salvación ese nuevo sistema? ¿Cómo manifestará serlo?
22 Este es un nuevo sistema de cosas cuando se compara con el viejo sistema que prevaleció entre los judíos bajo la ley de Moisés. Cuando ese sistema judío plenamente terminó con la destrucción ardiente de Jerusalén en el año 70, este nuevo sistema de cosas cristiano sobrevivió. Hoy, diecinueve siglos desde entonces, los testigos de Jehová están gozando del mismo nuevo sistema de cosas y están penetrando más y más en sus cosas nuevas. Hemos hecho bien en refugiarnos en él más bien que en el sistema de cosas que prevalece en la cristiandad y en el resto del mundo, porque el sistema mundano hipócrita será bautizado con destrucción ardiente en el Armagedón, mas el nuevo sistema de cosas de Dios sobrevivirá y resultará en la salvación de los que amolden su vida de acuerdo con él. El fin de este presente mundo malo significa el fin de las cosas construídas por Satanás, sus cielos y tierra. Pero el Noé Mayor, Cristo Jesús, está en los cielos santos a la diestra de Dios y él saldrá victorioso del conflicto del Armagedón. Él sobrevivirá, y también el resto de sus seguidores ungidos y sus compañeros de buena voluntad que se han refugiado en el nuevo sistema de cosas divino como arca. Cuando estuvo en la tierra Jesús, igual que Noé, confesó que no sabía el día ni la hora cuando eso que corresponde con el diluvio se desataría, pero ahora en su relación celestial con Dios él lo sabe.
EN EL NOÉ MAYOR
23, 24. (a) Si no en el agua o en el arca, ¿en qué fueron bautizados para la salvación? (b) ¿Cómo fueron bautizados así?
23 Al examinar más los puntos correspondientes entre los días de Noé y este “tiempo del fin”, preguntamos, ¿Qué es la cosa en la que somos bautizados para salvación en vista de la próxima destrucción mundial? Por supuesto, el resto ungido de la “manada pequeña” de Cristo es bautizado en espíritu santo, como los discípulos primitivos lo fueron en el día del Pentecostés. Pero esto no es a lo que se refiere el apóstol Pedro aquí. En el día de Noé agua fué en lo que el antiguo mundo impío fué bautizado para su destrucción: “el mundo de ese tiempo sufrió la destrucción cuando fué anegado por agua.” (2 Ped. 3:6, NM) Por consiguiente no fué este diluvio en el que los ocho sobrevivientes fueron bautizados para salvación. Tampoco fué simplemente el arca o barco en el que ellos fueron bautizados, porque sin duda había algunos botes flotando en los ríos que salían del Edén y éstos quizás surcaron las aguas del diluvio por algún tiempo pero al fin fueron hechos zozobrar hundiéndose. Por eso la conclusión bíblica es que lo que trajo la salvación del diluvio fué el bautismo o inmersión de los sobrevivientes en Noé, el constructor del arca.
24 Los siete que entraron en el arca con Noé tuvieron que tener confianza en él como el profeta de Jehová. Tuvieron que estar inquebrantablemente adheridos a él y andar con él como él “andaba con Dios”. Tuvieron que estar anuentes a sufrir los vituperios y reproches que cayeron sobre él y sufrir con él por una causa justa. Tuvieron que ser incorporados en un sistema de cosas que no era de ese mundo, un arreglo teocrático en el que Noé era el principal constructor, el principal consultante y capitán o piloto. Por eso tuvieron que someterse a él como la cabeza que tomó la guía y dirigió el cuerpo de colaboradores. Haciendo todo esto, ellos en realidad fueron bautizados en Noé.
25, 26. (a) ¿Cómo fué duplicado tal bautismo en el caso de Moisés? (b) ¿Quién lo llama un bautismo, y en qué fueron bautizados los egipcios?
25 Este bautizo en un siervo escogido de Jehová fué duplicado en el caso de Moisés. Pedro nos dice del bautismo en Noé, pero el apóstol Pablo nos dice del bautismo en Moisés. Los que se escaparon de Egipto con Moisés fueron los judíos o israelitas circuncisos y la “multitud mixta” de buena voluntad, y todos éstos fueron sumergidos o bautizados en él. ¿Cómo? Por el acto simbólico de Jehová en el mar Rojo; y allí de nuevo Jehová mediante su ángel actuó como el gran Bautizador o Sumergidor. Él formó las paredes acuosas a su diestra y siniestra a medida que caminaron hacia el oriente a través del lecho del mar Rojo. Él proveyó la nube acuosa encima de ellos, y con ella él los escondió de la vista de los ejércitos militares de Faraón que venían en pos de ellos. Luego levantó a su pueblo de estas aguas sacándolos vivos en las playas orientales del mar Rojo, una nación libre y viviente. Pero para experimentar este bautismo tuvieron que aceptar la guía de Moisés. La rebelión contra él como el escogido de Jehová fué castigada con destrucción. Como él fué el mediador entre Dios y los israelitas, no tenían manera de entrar en relación con Dios a menos que fuera por él. Tuvieron que aceptar las leyes de Jehová por medio de él. Fuera de la organización teocrática bajo la guía visible de Moisés y fuera de este “estado de Israel” no había ninguna esperanza y una persona estaba “sin Dios en el mundo”. Así lo leemos en Efesios 2:12, NM.
26 Siguiendo a Moisés a través del mar Rojo bajo la cubierta de la nube milagrosa los israelitas y la “multitud mixta” de buena voluntad fueron bautizados en Moisés. De allí en adelante estaban sujetos a él como cabeza y dependientes de su acción como mediador entre Jehová Dios e Israel. Por lo tanto Moisés habló de llevarlos como un padre lleva a un niño en su seno. (Núm. 11:11-14) El apóstol Pablo pronuncia todo esto un bautismo cuando escribe: “Ahora no quiero que sean ignorantes, hermanos, que nuestros antepasados todos estaban bajo la nube y todos pasaron por el mar y todos fueron bautizados en Moisés por medio de la nube y el mar.” (1 Cor. 10:1, 2, NM) Los ejércitos egipcios perseguidores no estuvieron bajo esa nube protectora. Por eso cuando el ángel de Jehová miró a través de esa nube y vió a los egipcios en el lecho del mar Rojo, se dejó que las paredes de agua se precipitaran y esos ejércitos fueron bautizados en destrucción acuosa. Nunca fueron levantados vivos por poder humano o divino.
27. ¿En qué es el bautismo para la salvación hoy, y quiénes lo obtienen?
27 Dios usó a Moisés para predecir que venía un Profeta semejante a él pero mayor que él. El apóstol Pedro claramente indica que este Moisés Mayor que había de venir era el Señor Jesucristo. Así como fué con Moisés, así es con Cristo. Hay un bautismo en él para salvación. Los de su “manada pequeña” vienen a ser coherederos con él en el reino celestial y son bautizados en él por el espíritu santo que Dios primero derramó sobre Jesús como la Cabeza y que Jesús en el Pentecostés empezó a derramar sobre los miembros de su “manada pequeña” Porque, dice el apóstol Pablo, “así como el cuerpo es una sola cosa pero tiene muchos miembros, y todos los miembros de ese cuerpo, aunque son muchos, son un solo cuerpo, así también es el Cristo. Porque en verdad por un espíritu todos nosotros fuimos bautizados en un cuerpo, seamos judíos o griegos, seamos esclavos o libres, y a todos se nos hizo beber un espíritu. Ahora ustedes son el cuerpo de Cristo, y miembros individualmente.” (1 Cor. 12:12, 13, 27, NM) Sin embargo, Pedro indica un bautismo en él en este “tiempo del fin” de este mundo, un bautismo que incluye a las “otras ovejas” del Pastor Propio así como también al resto de su manada pequeña, porque él los junta a todos para que sean “una sola manada, un solo pastor”. (Juan 10:16, NM; Hech. 3:19-23; Heb. 3:4-6) Este es el bautismo en el Noé Mayor. Cuando el mundo antiguo terminó, el estar uno dentro del arca fué un símbolo de estar bautizado en Noé bajo el sistema de cosas teocrático. La esposa de Noé, sus tres hijos y sus esposas fueron los siete bautizados en Noé. ¿A quién prefiguraron éstos?
LA ESPOSA DE NOÉ
28. ¿En quién halla su correspondencia la esposa de Noé?
28 Primero considere la esposa de Noé. Ella es una mujer que ha sido pasada por alto enteramente en discusiones anteriores de este drama profético. ¿En quién halla su correspondencia hoy? Claramente en aquéllos que las Escrituras llaman la “novia” de Cristo, la “esposa del Cordero”. Ellos son el “cuerpo de Cristo”, sus 144,000 fieles seguidores ungidos que componen su “manada pequeña” espiritual.—Apo. 19:7-9; 21:2, 9; Juan 3:29; 2 Cor. 11:3; Efe. 5:21-32.
29. ¿Cuánto tiempo tuvo Noé a su esposa? ¿Cuál es la correspondencia?
29 Noé tuvo a su esposa por lo menos cien años antes del diluvio, porque su hijo Jafet era el mayor y nació cerca de cien años antes del diluvio, puesto que Noé tenía quinientos años cuando vino a ser su padre. Sem, su hijo siguiente, nació noventa y ocho años antes de que el diluvio comenzara. (Gén. 5:32; 7:11; 10:21, AN, margen; Gé 11:10; 9:22-25) Cuántos años de los seiscientos que Noé vivió antes del diluvio tuvo él a su esposa no lo sabemos. Él la tuvo mucho antes del fin de ese mundo impío y posiblemente mucho antes del nacimiento de sus tres hijos. Así la novia de Cristo empezó a formarse mucho, mucho antes del fin de este mundo inicuo, a saber, hace diecinueve siglos, al comienzo de este sistema de cosas cristiano. En este “tiempo del fin” ella está representada en la tierra por el resto de su manada pequeña ungida.
30. ¿Qué se ilustró por la intimidad de la esposa de Noé con él?
30 La esposa de Noé tuvo una relación muy íntima con él como su esposo. Igualmente, los de la clase de la “novia”, incluyendo al resto hoy, son bautizados en el Noé del día presente, Cristo Jesús, de un modo especial por el espíritu santo. Esto significa que ellos deben ser bautizados en su muerte para la vindicación del reino de Jehová Dios, para que finalmente puedan ser levantados en la semejanza de su resurrección, la resurrección primera, a “la gloria y la honra y la incorruptibilidad” celestiales. El apóstol Pablo les pregunta: “¿No saben ustedes que todos nosotros que fuimos bautizados en Cristo Jesús fuimos bautizados en su muerte? Por lo tanto fuimos sepultados con él por medio de nuestro bautismo en su muerte, para que, así como Cristo fué levantado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida. Porque si hemos sido unidos con él en la semejanza de su muerte, ciertamente seremos unidos con él también en la semejanza de su resurrección.” (Rom. 6:3-5, NM) Aquí Jehová Dios es el gran Bautizador. En aquel tiempo Noé obró para la salvación de su esposa mostrando su fe de un modo práctico. Ella no lo abandonó. Lo siguió en el arca y no murió sino que vivió algunos años después del diluvio, aunque no para darle más hijos a Noé. Así es con el resto ahora.
HIJOS Y NUERAS
31, 32. ¿Quiénes hay para corresponder con los hijos de Noé y sus esposas?
31 Aquí llegamos a una consideración de los tres hijos de Noé y sus esposas. ¿Quiénes corresponden hoy con ellos? Debemos ser honrados y enfrentarnos a los hechos de nuestro día, “el tiempo del fin.” Hoy nuestra vista gozosa contempla una grande muchedumbre de hombres y mujeres, muchachos y muchachas, congregándose en la organización teocrática de Jehová y emprendiendo servicio sagrado en su templo espiritual. Ellos ven que no hay ninguna salvación para ellos en ninguno de los arreglos de este día fatal hechos por el hombre e inspirados por los demonios. Por eso se apartan de hacer la voluntad de hombres y de este mundo y se dedican enteramente a hacer la voluntad de Dios. Ellos atribuyen todo el poder de salvación a Jehová Dios que se sienta en el trono y a su Hijo Jesucristo, a quien el Padre dió como un Cordero en sacrificio. Ellos lo aclaman con ramas de palma como el ungido Rey de Jehová, y ellos siguen su guía como el Pastor Propio. Él llegará a ser su “Padre eterno” (Isa. 9:6, Va) Estos ahora en sumo grado exceden al resto con quien el Pastor los ha constituído una sola manada, y vemos que han venido bajo el nuevo sistema de cosas al tiempo oportuno, en el intervalo de favor entre el comienzo y la terminación de la “grande tribulación” sobre el mundo de Satanás. En términos como los anteriores ellos fueron predichos en el Apocalipsis 7:9-17.
32 Nosotros, por lo tanto, no podemos borrarlos de la escena del fin del mundo. No podemos excluirlos del cuadro. Ellos se hallan en el arreglo del arca con el resto de la manada pequeña. Por consiguiente deben tener una correspondencia con algunos de los que estaban en el arca de Noé durante el diluvio. Es sólo razonable, es sólo veraz, que ellos corresponden con los tres hijos de Noé y sus tres esposas.
33. En los días de Sodoma y Gomorra, ¿quiénes prefiguraron a esta misma clase?
33 Esto no es nada extraño o raro. Ya hemos notado que una “multitud mixta” fué bautizada con los israelitas en Moisés en el mar Rojo y con el tiempo entró a la Tierra Prometida. Además, cuando Jesús estuvo comparando los días de su segunda presencia antes de la guerra del Armagedón con los días antiguos en que acontecieron grandes calamidades y notables liberaciones, él incluyó en la comparación no sólo los días de Noé, sino también los de Lot. Lot fué sobrino de Abrahán, en quien todas las familias de la tierra iban a ser bendecidas. Lot se había establecido en Sodoma, que estaba condenada a la destrucción ardiente. Mostrando que Lot y sus dos hijas que se escaparon de la destrucción ardiente fueron figuras proféticas de personas venideras, Jesús dijo: “De igual modo, así como aconteció en los días de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, sembraban, construían. Pero el día que Lot salió de Sodoma llovió fuego y azufre desde el cielo y los destruyó a todos. De la misma manera será en aquel día cuando el Hijo del hombre ha de ser revelado. Recuerden la esposa de Lot.” (Luc. 17:28-30, 32, NM) Lot y sus hijas, por cuya vida Abrahán intercedió con el ángel de Jehová, sin duda prefiguran la misma clase como la multitud mixta del tiempo de Moisés y los tres hijos de Noé y sus esposas. Todo esto representa que, no sólo una clase espiritual, el resto, es pasada a salvo a través del Armagedón, sino también una clase terrestre de buena voluntad.
34. ¿Cómo se comparan los hijos y las nueras de Noé con él y su esposa numéricamente, y cuál fué su privilegio?
34 Los hijos y nueras de Noé les excedieron a él y a su esposa tres a uno, y después del diluvio ellos fueron los que cumplieron el mandato de Dios: “Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra.” (Gén. 9:1) Habían sido bautizados en Noé mediante el cooperar fielmente con él como el siervo de Jehová durante todos los años de construir el arca y mediante el finalmente entrar al arca con él, probablemente entrando de dos en dos como los animales machos y hembras lo hicieron. Por eso estuvieron bajo la bendición de Jehová después del diluvio, con un mandato que convenía con parte del mandato dado a Adán y Eva en el Edén.
35. ¿Cómo son un cuadro así de la “grande muchedumbre” hoy?
35 ¡Qué ilustración más apropiada son de la “grande muchedumbre” de otras ovejas de hoy día! Estos también están siendo bautizados en el Noé Mayor, Cristo Jesús. Sin embargo, no del mismo modo en que el resto de la “manada pequeña” lo es. Ellos no son bautizados en la muerte de Cristo, porque ésa no es la voluntad del gran Bautizador Jehová Dios respecto a ellos. Es su voluntad que, sobreviviendo a la guerra del Armagedón en el “arca” moderna de salvación, ellos sean fructíferos con hijos en el justo nuevo mundo y participen en reedificar el paraíso en la tierra limpia y la habiten como humanos perfectos a la imagen y semejanza de Dios para siempre jamás. Por lo tanto ellos no son como los del resto de Cristo que son “sepultados con él por medio de nuestro bautismo en su muerte” o “unidos con él en la semejanza de su muerte”. Aun cuando algunas “otras ovejas” mueran en el tiempo restante antes de la guerra del Armagedón, no obstante ellas nunca sacrifican su perspectiva de vida perfecta en el paraíso terrenal. Duermen con la esperanza de ser resucitados a la vida humana en la tierra bajo el reino de Cristo de mil años. Así que es por oír hoy la voz del Pastor Propio proclamando las buenas nuevas del Reino en toda la tierra para un testimonio a todas las naciones y entonces fielmente seguirlo como el ungido Rey de Dios que ellos son bautizados en el Noé Mayor. Por esta razón viven una vida cambiada. No desperdician más tiempo imitando los modos de este mundo, sino que viven según el nuevo sistema de cosas, el arca de seguridad.
Porque todas las cosas que fueron escritas de antemano fueron escritas para nuestra instrucción, para que por medio de nuestra perseverancia y por medio del consuelo de las Escrituras tengamos nosotros esperanza.—Romanos 15:4, Traducción del Nuevo Mundo.