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“La fe divorciada de obras está exánime como un cadáver”La Atalaya 1974 | 1 de marzo
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testigos cristianos de Jehová que predican las buenas nuevas en medio de severas penalidades en tierras como ésas. De hecho, tuvieron un aumento de 5,5 por ciento durante los últimos doce meses, y 11.334 personas se bautizaron en estos países. Por supuesto, estos bautismos se efectuaron privadamente porque los testigos de Jehová están bajo proscripción detrás de la Cortina de Hierro y en varios otros países. Pero esto no impide que los testigos de Jehová traten de hacer discípulos de estas personas también, bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo y del espíritu santo. Todos éstos que llegan a ser discípulos creen que la “fe divorciada de obras está exánime como un cadáver.” Por eso, gozosamente, en 208 países del mundo y hasta los fines de la Tierra, los testigos cristianos de Jehová han trabajado duro y tuvieron un año sumamente placentero en predicar las buenas nuevas del reino de Jehová.
43. Si uno desea tener una fe verdaderamente activa, ¿qué debería uno hacer ahora?
43 ¿Qué hay en cuanto a usted? ¿Tiene usted tal fe, una fe viva en Dios que lo mueve a hablar a otras personas acerca de Sus propósitos amorosos? Si ése es su deseo, ahora es el tiempo para esforzarse en estudiar la Palabra de Dios, asociarse con regularidad con el pueblo cuyas obras suministran evidencia de que está viva su fe, y orar encarecidamente a Jehová a fin de que bendiga sus esfuerzos por arreglar su vida en armonía con Su voluntad.—1 Juan 5:14; Luc. 13:23, 24.
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1974 | 1 de marzo
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Preguntas de los lectores
● ¿A qué se debe que, aunque una persona trate de fijar su atención en las cosas buenas, a veces entran malos pensamientos en su mente?—EE. UU.
Esto se debe a que los humanos somos imperfectos, nacidos en pecado. Dice Primera de Juan 1:8: “Si hacemos la declaración: ‘No tenemos pecado,’ a nosotros mismos nos estamos extraviando y la verdad no está en nosotros.” De su propia lucha en conexión con las inclinaciones malas, el devoto apóstol Pablo escribió: “Hallo, pues, esta ley en el caso mío: que cuando deseo hacer lo que es correcto, lo que es malo está presente conmigo. Verdaderamente me deleito en la ley de Dios conforme al hombre que soy por dentro, pero contemplo en mis miembros otra ley que guerrea contra la ley de mi mente y que me conduce cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.” Esto le ocasionaba al apóstol no poca desdicha.—Rom. 7:21-24.
Como Pablo, tenemos que contender con los deseos y pasiones pecaminosos, que impiden el que nos adhiramos perfectamente a los requisitos divinos. Aunque realmente querramos hacer lo que es correcto, repetidas veces hallamos que nos estorban las inclinaciones de la carne pecaminosa. Puesto que apreciamos la rectitud y justicia de la ley de Dios, podemos hallar verdadero deleite y placer en ella. Sin embargo, a pesar de esto, podemos ser estimulados por las circunstancias, o pueden surgir sugerencias que nos estimulen a ceder al modo de pensar incorrecto. El hecho de que no alcanzamos a hacer lo que quisiéramos resulta en un conflicto doloroso dentro de nosotros mismos. No obstante, como en el caso de Pablo, sobre la base del sacrificio de Cristo, podemos obtener verdadero perdón de pecados y así mantener una conciencia limpia delante de Dios y los hombres.
También, si permitimos que el espíritu de Dios nos guíe, no llegaremos a ser practicantes del pecado. Como leemos en Gálatas 5:16: “Sigan andando por espíritu y no llevarán a cabo ningún deseo carnal.” Es decir, aunque ‘broten’ en nuestra mente deseos de la carne pecaminosa, los rechazaremos y así no cumpliremos o llevaremos a cabo estos deseos. En vista de nuestras tendencias pecaminosas, tenemos que continuar trabajando duro para no dejar que los deseos incorrectos se arraiguen en el corazón y se hagan fértiles para dar a luz el pecado. (Sant. 1:14, 15) El apóstol Pablo exhorta de su propia experiencia personal: “Aporreo mi cuerpo y lo conduzco como a esclavo, para que, después de haber predicado a otros, yo mismo no llegue a ser desaprobado de algún modo.”—1 Cor. 9:27.
También debemos tener presente que hay inicuas fuerzas espíritus, demonios, que quieren
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