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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1974 | 1 de octubre
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a los que tienen la expectativa de gobernar desde el cielo, escribió: “Aunque estaban muertos en sus ofensas y en el estado incircunciso de su carne, Dios los vivificó junto con él [Cristo].”—Col. 2:13.
De modo que se puede ver que la persona no llega a vivir desde el punto de vista de Dios sino hasta cuando está libre de la condenación que es resultado de la pecaminosidad. En el caso de los que gobernarán con Jesucristo, Jehová Dios, con el sacrificio de su Hijo como base, “los declara justos” y así los considera perfectos, sin pecado, mientras todavía están en la carne en la Tierra. (Rom. 8:33) Sin embargo, otros de la humanidad, incluso las personas a las cuales se resucita en la Tierra durante el reinado de mil años de Cristo, no serán librados inmediatamente de las inclinaciones pecaminosas y sus efectos mortíferos. De hecho, si no se les aplicaran los beneficios del rescate de Cristo, y si ellos no se aprovecharan de éstos, esos individuos que habrán sido resucitados en la Tierra morirían de nuevo. El hecho de que con el tiempo se les librará de las inclinaciones pecaminosas durante el reinado de mil años de Cristo se confirma en 1 Corintios 15:24-28. Allí leemos que no es sino hasta que “el último enemigo, la muerte,” es reducido a la nada que Jesús ‘entregará el reino a su Dios y Padre.’ Esta ‘entrega del reino’ no podría acontecer sino hasta que se completara el reinado de mil años de Cristo. Después de eso Satanás será soltado del abismo y se le permitirá someter a la humanidad a una prueba final.—Rev. 20:3, 7-10.
A los que pasen esta prueba se les declarara justos y se les concederá el don de la vida eterna. Así ‘llegarán a vivir’ en el sentido de ser justificados o declarados justos para la vida eterna. Ya no operarán dentro de ellos el pecado ni sus efectos mortíferos. Llegarán a estar vivos como miembros de la familia de Dios, ‘libres de la esclavitud a la corrupción y teniendo lo gloriosa libertad de los hijos de Dios.’—Rom. 8:21.
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Ayuda para los enfermosLa Atalaya 1974 | 1 de octubre
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Ayuda para los enfermos
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