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Yo fui un “médico rural” africano¡Despertad! 1972 | 22 de junio
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me repudió oficialmente con estas palabras: “¡El bien que te llegue, no me lo traigas, y el mal que te llegue, guárdatelo!” A pesar de esa oposición, traté a mis parientes bondadosamente, porque yo sabía que el servir a Jehová significaba vivir en armonía con los elevados principios que se encuentran en su Palabra, la Biblia.
No siendo ya “médico rural,” encontré un trabajo de limpieza de repuestos de tractor por un salario muy bajo. El encargado pronto observó que yo seguía trabajando cuando los otros se escabullían. Un día el encargado se encontraba borracho cuando llegó un camión lleno de repuestos. Por eso, recibí el envío por él, asegurándome de que estuvieran allí todos los repuestos. Mis compañeros me ridiculizaron por estar haciendo aquel trabajo sin paga extra. Pero el encargado apreció el que le salvara su empleo, y en poco tiempo estuve ganando cinco veces más que mi salario original.
Aunque el hacer bien mi trabajo seglar me traía satisfacción, yo sabía que tendría más satisfacción todavía si pudiera dedicar más tiempo a la predicación de las verdades de la Biblia a otros. Así es que mi esposa y yo acordamos que después que se celebrara una asamblea cristiana en Gbarnga yo entraría en el trabajo de predicador de tiempo cabal. Dejé mi trabajo y llevé todas mis posesiones y ahorros junto con mi esposa y mi hijito a la asamblea. Inesperadamente unos soldados interrumpieron la asamblea y pusieron a prueba nuestra fe en cuanto al asunto de rendir un saludo religioso a un estandarte seglar. Por tres días y tres noches no se nos dio ningún alimento ni agua; estábamos confinados en un campo abierto. Después de ser puestos en libertad descubrimos que todas las posesiones que teníamos nos habían sido robadas. Pero varios hermanos cristianos me dieron algún dinero, así es que pude volver a nuestro hogar. La primera noche en casa, pude cazar y matar dos venados y un puerco espín. Por el resto del año mantuve a mi familia de esta manera.
Finalmente en 1964 realicé el deseo de mi corazón de servir a Jehová tan completamente como me fuera posible. En aquel tiempo llegué a ser proclamador de tiempo cabal del reino de Dios. Jehová ha provisto maravillosamente para nosotros, y continúo en el servicio que elegí aunque ahora tengo seis hijos.
Con el transcurso de los años he tenido la alegría de ver a mi sobrina y a uno de mis tíos aceptar la verdad de la Biblia, y otros miembros de la familia ahora están interesados. Se presentó una oportunidad de demostrar el amor cristiano cuando mi hermano mayor enfermó y fue llevado a nuestro pueblo para ser tratado. No vino a quedarse en mi casa porque él se había opuesto fuertemente a mi servicio a Jehová. Sin embargo yo fui a buscarlo y lo traje a mi hogar, le di alimento y lo traté tan bien como pude. Después de un tiempo vinieron otros miembros de la familia, diciendo: “Tu manera de servir a Dios es muy buena. Nunca pensamos que sería así. No te volviste en contra nuestra, sino que nos has mostrado consideración y respeto a cambio de nuestro desprecio.”
¡Cuán distintos son los caminos del verdadero cristianismo de los caminos del “médico rural” africano! En vez de devolver mal por mal, hago lo que dice la Biblia: “Sigue venciendo el mal con el bien.” (Rom. 12:17-21) ¡Cuánto me alegro de haber abandonado la “medicina rural” africana y la religión falsa de la cristiandad y de haber salido de la oscuridad a la luz gloriosa para servir a Jehová!
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Por qué es azul el cielo¡Despertad! 1972 | 22 de junio
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Por qué es azul el cielo
● Cuando la luz del Sol brilla en la atmósfera de la Tierra las moléculas de gas la diseminan en toda dirección. Puesto que éstas tienden a diseminar la luz azul más que los otros colores, el cielo parece ser azul.
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