El un solo gobierno para un solo mundo bajo la soberanía de Dios
1. ¿A qué conclusión en cuanto a gobierno de la humanidad se están viendo obligados a llegar los consejeros del mundo?
LOS consejeros y consultores en cuanto a los asuntos mundiales continuamente están quedando frustrados. Gústeles o no la idea, se están viendo obligados a llegar a la conclusión de que la familia humana, aunque ahora tiene seis mil años de existencia, no puede gobernarse. No ha producido por sí misma el tipo de gobierno que haya hecho o pueda hacer de toda la humanidad un solo mundo.
2. Según el principio que Dios dio a la humanidad, ¿por qué no se le puede culpar por el hecho de que la humanidad no sea “un solo mundo” hoy?
2 ¿Quién tiene la culpa de esto? No el Creador de la familia humana, y por lo tanto no el Padre celestial de ella. Toda la humanidad empezó del un solo hombre original que recibió la existencia del Señor Soberano Dios, Jehová, en la Tierra. Después de eso, el Creador, usando como base parte del cuerpo perfecto de este hombre, hizo a la primera mujer, la original, para que toda la humanidad fuera una sola carne, descendientes de esta pareja humana original. Este hecho se les hizo saber claramente a los filósofos del Alto Tribunal griego del Areópago en Atenas, Grecia, hace mil novecientos años. A estos jueces eminentes el apóstol cristiano Pablo dijo: “[Dios] hizo de un solo hombre toda nación de hombres, para morar sobre la entera superficie de la tierra, y decretó los tiempos señalados y los límites fijos de la morada de los hombres, para que busquen a Dios.”—Hech. 17:22-27; Gén. 2:7-25; 1:26-31.
3, 4. (a) Desde el principio, ¿cuál fue el propósito de Dios para la humanidad? (b) ¿Cómo se le mostró a Adán que la sumisión a la soberanía de Dios era un camino de vida con eternidad en mira?
3 La intención de Dios era que la familia humana fuera “un solo mundo” de humanidad, una sola sociedad humana que fuera toda del mismo hueso, carne y sangre. Esta sociedad humana unida había de morar por toda la superficie de la Tierra, la cual había de ser convertida en un jardín o paraíso semejante a parque como hogar de la humanidad para siempre. La humanidad había de tener en sujeción los peces, las aves y los animales terrestres, pero la humanidad misma estaría en sujeción a la soberanía del Gobernante Universal y Creador, el Altísimo, “cuyo nombre es JEHOVÁ.” (Sal. 83:18, Versión Moderna) Como Soberano del hombre, Jehová Dios le declaró al primer hombre la ley divina, y el hombre perfecto podría vivir para siempre en la Tierra si la obedecía.
4 Esta ley mandaba obediencia perfecta al Soberano Universal, porque Dios le dijo al hombre, Adán: “De todo árbol del jardín puedes comer hasta quedar satisfecho. Pero en cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo no debes comer de él, porque en el día que comas de él positivamente morirás.” (Gén. 2:16, 17) Por algún tiempo el hombre, Adán, y su mujer, Eva, observaron aquel mandato divino de obediencia leal. La familia humana tuvo un principio o comienzo perfecto. La sumisión al Soberano Universal, Jehová Dios, era el camino de la vida con eternidad en mira. El principio que se fijó allí aplica a nosotros hoy. ¿Lo seguiremos?
5. La falta de unidad que hay en el mundo de la humanidad hoy indica que ¿qué aconteció, y cuándo, y con qué inducimiento?
5 Toda persona tendrá que concordar en que la familia humana no es “un solo mundo” hoy, no es una sociedad humana indivisa, a pesar de que es de una misma carne y sangre. En la actualidad son muchas las soberanías humanas que se hacen sentir, y éstas están dividiendo las lealtades de los hombres. Es innegable que en el pasado lejano, antes que a Adán y Eva les naciera un hijo, tiene que haber ocurrido un desprenderse de estar bajo la soberanía universal del Dios Altísimo, el Creador. ¿Qué indujo a este desprenderse? Solo la Santa Biblia, la Palabra escrita de Dios, da la respuesta válida. El inducimiento incorrecto vino de la región de lo invisible, del mundo de los espíritus. Allí uno de los espíritus que eran súbditos de la soberanía de Jehová vio una oportunidad de establecer una soberanía independiente propia.
6. Las denominaciones distintivas que se le dan a ese espíritu rebelde armonizan con ¿qué proceder que él adoptó para dirigir la rebelión humana contra la soberanía de Dios?
6 Satanás llegó a ser un nombre apropiado para este rebelde, porque ese nombre significa “Resistidor,” es decir, para con Jehová Dios. Diablo llegó a ser una denominación distintiva que le era apropiada, porque esa palabra significa “Calumniador,” y Satanás usó la calumnia contra su Señor Soberano para engañar y extraviar. Así, a la mujer Eva el Diablo le presentó el cuadro de que el Padre celestial de ella era un mentiroso egoísta que no merecía obediencia estricta. Creyendo esta mentira, Eva comió del fruto prohibido y violó su sumisión a la soberanía de su Padre celestial. En armonía con el proyecto del Diablo, fue más allá de esto: logró que su esposo Adán se uniera a ella en una rebelión contra la sumisión a la soberanía propia y justa del Dios y Padre de él. El resultado ha sido precisamente como lo que calculó Satanás el Diablo: Hasta este día el mundo de la humanidad ha nacido en pecado contra Dios, fuera de sumisión a la soberanía del Dios Altísimo Jehová.—Gén. 3:1 a 4:16 inclusive; Rom. 5:12.
7, 8. (a) ¿Cómo se ha exhibido división en la humanidad desde entonces en cuanto al asunto de sumisión a una soberanía? (b) ¿Cómo ejerció Dios soberanía con referencia al exterior en sus relaciones con el soberano rebelde?
7 Desde aquella rebelión allá en el Jardín de Edén, los descendientes de Adán y Eva han estado divididos entre la sumisión a la soberanía universal de Jehová Dios y la sumisión a la soberanía de Satanás el Diablo, a quien Jesús el Mesías llamó “el gobernante de este mundo.” (Juan 12:31; 14:30; 16:11) Jehová Dios no celebró ningún tratado con esta soberanía inferior que acababa de ser establecida. Ejerciendo su poder como Soberano Legítimo y Propio que controla sus tratos con gobiernos extranjeros, Jehová Dios le declaró la guerra al soberano enemigo. Mostrando desprecio supremo a este soberano satánico, Jehová Dios lo comparó a una serpiente en estrecho apego a la tierra y le dijo, como si hablara a la serpiente que había sido usada por el Diablo para engañar a Eva:
8 “Pondré enemistad entre ti y la mujer y entre tu descendencia y la descendencia de ella. Él te magullará en la cabeza [como pisando la cabeza de una serpiente para aplastarle los sesos] y tú [como una serpiente al acecho] le magullarás en el talón.”—Gén. 3:1-15.
9. ¿Hasta cuándo sería la guerra que Dios declaró contra el soberano extranjero, y cómo indicó esto Pablo en Romanos 16:20?
9 Guerra perpetua declaró allí Jehová Dios contra el soberano rebelde y todos los que se apegaban a la soberanía de este rebelde artero, que desde el principio trató de ocultar de las criaturas humanas su identidad. Jehová Dios no ha olvidado su “política exterior” de guerra contra el que es enemigo tanto de Él como de la humanidad. Más de cuatro milenios después que el Gran Adversario estableció la soberanía extranjera en Edén, Jehová Dios hizo que el apóstol cristiano Pablo escribiera por inspiración lo siguiente a la congregación ubicada en la sede del Imperio Romano: “El Dios que da paz quebrantará a Satanás bajo los pies de ustedes en breve. Que la bondad inmerecida de nuestro Señor Jesús esté con ustedes.”—Rom. 16:20. Compare con Éxodo 17:14; Isaías 45:7.
10. (a) ¿A quién se usará para que aplaste a la Gran Serpiente bajo sus pies, y cuánto tiempo falta para eso? (b) ¿Cómo se logró el magullamiento del “talón” de la Descendencia prometida de Dios, y de qué manera se sanó?
10 El tiempo “en breve” en el cual se ha de aplastar a la Gran Serpiente Satanás el Diablo y su “descendencia” ya debe estar cerca, en vista de que ya han pasado más de mil novecientos años. El principal de la “Descendencia” prometida de la “mujer” de Dios, Jesucristo, está investido ahora con poderío adecuado para aplastar a este autor satánico de todas las soberanías terrestres que son extranjeras con relación a Jehová Dios, el único Dador de paz. Allá en el primer siglo de nuestra era común, esta “Descendencia” de la “mujer” de Dios fue magullada en el talón. Esto aconteció como resultado de aquella conspiración entre los “pueblos de Israel” y el rey Herodes Antipas y el gobernador romano Poncio Pilato. La herida en el “talón” infligida por la Gran Serpiente sí causó la muerte de Jesucristo en el día de la Pascua de 33 E.C., pero solo una muerte física. Y, de todos modos, Jesús tenía que morir una muerte de sacrificio, según el propósito de Dios. Pero el proceder de sacrificio no quedó sin recompensa. Al tercer día de la muerte de Jesús, el Dios Todopoderoso lo levantó de entre los muertos a vida inmortal de espíritu en los cielos. Dios lo sentó a Su propia diestra, para que esperara allí el tiempo en el cual la Gran Serpiente ha de ser aplastada en la cabeza.—Heb. 10:12, 13; 12:2.
11. ¿Qué gobierno predicó públicamente Jesús como hombre, y desde cuándo en adelante?
11 Mientras Jesús el Mesías todavía era hombre perfecto en la Tierra, sin cesar predicó el Gobierno que, bajo la soberanía de Dios, gobernará a toda la humanidad y hará de los obedientes “un solo mundo.” Él siguió desde el punto en el cual había cesado su precursor, Juan el Bautista, porque el relato nos dice: “Ahora bien, cuando oyó que Juan había sido arrestado, se retiró a [la provincia de] Galilea. . . . Desde entonces Jesús comenzó a predicar y a decir: ‘Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado.’”—Mat. 4:12-17.
12. ¿Debido a qué selección que hizo cuando fue sometido a tentación por el Diablo probó Jesús que era digno de predicar ese mensaje del Reino?
12 Jesús nunca hubiera sido digno de emprender la predicación de ese mensaje si no hubiera tomado la decisión correcta unos meses antes. En aquella crítica ocasión Jesús estaba afuera en el desierto de Judea, donde había ayunado en soledad por cuarenta días. Entonces el soberano rebelde invisible se le acercó para tentarlo y apartarlo así de su carrera mesiánica. Con relación a la tercera y última tentación, el registro nos dice: “De nuevo el Diablo lo llevó consigo a una montaña excepcionalmente alta, y le mostró todos los reinos del mundo y su gloria, y le dijo: ‘Todas estas cosas te las daré si caes y me rindes un acto de adoración.’” Lo que el Diablo en esta ocasión le ofreció a Jesús no fue el “un solo gobierno” que haría de toda la humanidad obediente “un solo mundo.” No fue un gobierno mundial bajo la soberanía de Dios, sino que era uno bajo la soberanía del Diablo. El relato pasa a decirnos de parte de la soberanía de quién se decidió firmemente Jesús, cuando dice: “Entonces Jesús le dijo: ¡Vete, Satanás [Resistidor]! Porque está escrito: “Es a Jehová tu Dios que tienes que adorar, y es a él solo que tienes que rendir servicio sagrado.”’”—Mat. 4:1-10.
13, 14. Después que hubo alimentado milagrosamente a la multitud, ¿por qué no dejó Jesús que la gente lo hiciera rey, y, sin embargo, por qué se ofreció formalmente en cumplimiento de Zacarías 9:9?
13 Al decidirse a favor de la soberanía de su Dios, Jehová, Jesús fue el ejemplo perfecto para todos nosotros hoy. Pero tenemos que persistir en nuestra decisión a favor de la soberanía de Dios, como lo hizo Jesús. En otra ocasión, más tarde, después que Jesús hubo alimentado a un auditorio de cinco mil hombres y sus familias milagrosamente, muchos quisieron hacer de este obrador de milagros que suministró el alimento su rey terrestre. Pero Jesús frustró sus esfuerzos apartándose de ellos. Sabía que todavía no le había llegado el tiempo para ofrecerse formalmente a los judíos como su rey mesiánico, en cumplimiento de la profecía. (Juan 6:1-15) Al tiempo debido de Dios, el domingo 9 de Nisán de 33 E.C., Jesús entró montado en cabalgadura en Jerusalén como lo predijo Zacarías 9:9 y fue al templo de la ciudad, donde oficiaba el sumo sacerdote de la nación. Jesús no hizo que la gran multitud que lo acompañaba dejara de recomendarlo en voz alta como rey al gritar:
14 “¡Salva, rogamos! ¡Bendito es el que viene en el nombre de Jehová! ¡Bendito es el reino venidero de nuestro padre David! ¡Salva, rogamos, en las supremas alturas!”—Mar. 11:1-11.
15. ¿Cuándo expresaron con claridad públicamente “los pueblos de Israel” la decisión que habían tomado en cuanto a soberanía, y cómo obró Pilato en armonía con su decisión?
15 Fue entonces el tiempo para que “los pueblos de Israel,” representados por sus caudillos religiosos, decidieran y mostraran a qué soberanía se adherían. Cinco días después expresaron con claridad públicamente de quién era la soberanía que escogían. Cuando celebrantes de la Pascua clamaron a instigación de sus sacerdotes pidiéndole al gobernador romano Poncio Pilato que diera muerte sobre un madero al prisionero Jesús, Pilato les pidió que repensaran el asunto, diciendo: “¿A su rey fijo en un madero?” “Los pueblos de Israel” se encaraban entonces directamente a la cuestión de la soberanía. ¿De quién sería la soberanía que escogerían? El relato bíblico indica, cuando dice: “Contestaron los principales sacerdotes: ‘No tenemos más rey que César.’” El representante de César, Pilato, obró en armonía con la decisión que ellos tomaron, porque el relato dice: “Entonces, pues, se lo entregó a ellos para que fuese fijado en un madero.”—Juan 19:12-16.
16. ¿Por medio de quién será pronto aplastada la Gran Serpiente, y cómo pinta Salmo 2:8, 9 el aplastamiento de la “descendencia” de la Serpiente en la Tierra?
16 Ese fue el cumplimiento en miniatura de las palabras proféticas del rey David en Salmo 2:1, 2. (Hech. 4:24-28) Fijó el modelo para el cumplimiento mayor, que acontece en nuestro día, cuando tiene que resolverse de una vez y para siempre la cuestión principal de la dominación mundial y la soberanía universal. Satanás el soberano rebelde ha tenido ya su día al magullar el talón de la prometida “Descendencia” de la “mujer” de Dios. Ahora a esta Gran Serpiente, el magullador del talón, hay que magullarle su propia cabeza, y eso afecta a toda la “descendencia” de esta Serpiente al mismo tiempo. El mismo Salmo Segundo indica cómo se aplastaría a la “descendencia” visible de la Gran Serpiente. En los Sal. 2 versículos ocho y nueve, Jehová se dirige a su Hijo Ungido, Jesucristo, y dice: “Pídeme, para que yo dé naciones por herencia tuya y los cabos de la tierra por posesión tuya propia. Las quebrarás con cetro de hierro, como si fueran vaso de alfarero las harás añicos.”
17. El libro de Revelación da un cuadro de ¿qué, como la agencia de Dios para aplastar a las naciones soberanas de la Tierra? y, según el cuadro, ¿qué papel desempeña Jesucristo en esto?
17 El último libro de la Santa Biblia (Rev. 12:5) dice que el reino de Dios por medio de su Mesías es la agencia divina que ‘pastoreará a todas las naciones con vara de hierro.’ El Rev. capítulo diecinueve, que describe la guerra venidera con las naciones terrestres en Har-Magedón, dice que es el Hijo de Dios, Jesucristo, quien “las pastoreará con vara de hierro,” y añade que él “pisa también el lagar de vino de la cólera de la ira de Dios el Todopoderoso.” (Rev. 19:15; 16:14, 16) Este aplastamiento de las naciones junto con sus reclamaciones de soberanía nacional se nos representa vívidamente en la profecía del capítulo dos de Daniel.
18. ¿Cómo representa la interpretación del sueño de Nabucodonosor por Daniel el fin violento del sistema de cosas en el cual han desempeñado su papel potencias mundiales, y cómo sabemos que el fin del sistema está cerca?
18 En ese capítulo 2 de Daniel interpreta el sueño profético que el Dios de los cielos le envió a Nabucodonosor, emperador de la Potencia Mundial Babilónica, en el segundo año desde la fecha en que éste destruyó la ciudad de Jerusalén y el templo que había construido el hijo de David, el rey Salomón. La sucesión de potencias mundiales que empezó con la de Babilonia y siguió adelante con la medopersa, la griega, la romana y la británico-americana fue representada por una imagen grande y extraordinariamente resplandeciente de varios materiales, con pies de hierro y barro. Entonces una piedra que fue cortada de una montaña lejana, sin la ayuda de manos humanas, dio contra la imagen en aquellos pies y finalmente molió toda la imagen caída hasta hacerla polvo, que un viento fuerte se llevó. Si nada más, esa trituración de la imagen simbólica hasta convertirla en polvo representó el fin de un sistema de cosas por alguna agencia sobrenatural que no es producida por manos humanas bajo la dirección de cerebros humanos. ¡El cumplimiento de la profecía que Jesucristo dio acerca de la “conclusión del sistema de cosas” muestra que el aplastamiento del sistema se ha acercado!—Mat. 24:3-22.
19. Según Daniel 2:44, ¿qué les sucede a las naciones que se han alineado con las Naciones Unidas, pero qué se puede decir en cuanto a la soberanía del reino mesiánico de Dios?
19 Hoy, al estar alineados con la organización no cristiana de las Naciones Unidas, los gobernantes mundanos despliegan su posición en cuanto a la cuestión de soberanía. Por eso es con relación a estos gobernantes políticos, comunistas y no comunistas, que aplican estas palabras de interpretación del profeta Daniel: “En los días de aquellos reyes el Dios del cielo [no manos humanas] establecerá un reino que nunca será destruido, ni su soberanía será dejada a otro pueblo. Desmenuzará todos estos reinos y los acabará, y permanecerá para siempre.”—Dan. 2:1-44, Revised Standard Version (Versión Normal Revisada).
20, 21. (a) ¿Quiénes tendrán participación con el Mesías en ese reino celestial? (b) Según el cuadro que pintó Daniel 7:26, 27, la soberanía sobre la Tierra se da a ¿qué pueblo?
20 Este es el reino mesiánico celestial que los testigos cristianos de Jehová han estado proclamando por todo el mundo desde el año en que nació en los cielos al terminar los Tiempos de los Gentiles en el año 1914. (Luc. 21:24; Mat. 24:14) Personas que siguen los pasos del Mesías, ungidas como él con el espíritu de Dios, han de participar con el Mesías en ese reino celestial. De esto se habló proféticamente en un sueño que se le envió a Daniel mismo. En este sueño profético cuatro bestias salvajes representaron la serie de potencias mundiales gentiles desde la babilónica en adelante. Con relación al juicio divino que ejecutó el Tribunal Supremo del universo en aquella cuarta bestia simbólica, Daniel 7:26, 27 explica:
21 “Y el tribunal se sentará y su soberanía le será quitada para ser destruida y aniquilada para siempre. El reino, la dominación y la grandeza de los reinos que hay bajo todos los cielos, serán entregados al pueblo de los santos del Altísimo. Su reino es un reino eterno y todos los señoríos les servirán y le obedecerán.”—Sagrada Biblia, Versión Franquesa-Solé.
“UN SOLO MUNDO” BAJO ÉL
22. ¿A quién se dará la soberanía sobre el mundo de la humanidad para que haya “un solo gobierno” sobre la humanidad?
22 Esa profecía está por cumplirse ahora. Dentro de poco todas las soberanías nacionales que en la actualidad hay en la Tierra tendrán que sucumbir ante el reino mesiánico en las manos del Hijo celestial de Dios. (Dan. 7:1-12) Eso abrirá espacio para solo el “un solo gobierno” para toda la humanidad. Como dice Daniel 7:14: “A él [el mesiánico Hijo del hombre] fue entregada la soberanía, la gloria y el reino, y todos los pueblos, las naciones y las lenguas le sirvieron. Su soberanía es una soberanía eterna que no pasará y su reino no será destruido.”—Sagrada Biblia, Versión Franquesa-Solé.
23. (a) ¿Qué significará para esta generación de la humanidad el cumplimiento de esa profecía? (b) ¿Qué oportunidad favorable se nos ofrece?
23 ¿Qué significará para esta generación de la humanidad el cumplimiento de esa profecía? Esto: Las soberanías nacionales de la actualidad y los sostenedores patrióticos de ellas serán exterminados en la mayor apretura mundial que se acerca rápidamente, pero los sostenedores de la soberanía universal de Jehová serán preservados milagrosamente y saldrán con vida de esa “grande tribulación.” (Mat. 24:21, 22; Mar. 13:19, 20; Rev. 7:14, 15) ¿Estaremos nosotros entre estos sobrevivientes favorecidos de la “conclusión del sistema de cosas”? La oportunidad de estar entre ésos nos la ofrece la Palabra escrita de Dios. Lo que ahora se exige de nosotros es que estemos inmutablemente de parte de la soberanía de Dios y de su reino mesiánico y nos apeguemos a éstos a pesar de todos los esfuerzos políticos, religiosos y sociales que se hagan en el futuro para apartarnos de ese proceder.
24. ¿Por cuánto tiempo durará ahora el sufrimiento que se nos impone por apegarnos a la soberanía de Jehová?
24 Esto pudiera resultar en que experimentáramos algún sufrimiento mientras a nuestros perseguidores se les permita permanecer. Bajo tal aflicción podemos recordar el clamor de testigos anteriores del Señor Dios Jehová que sufrieron, hasta la muerte misma: “¿Hasta cuándo, oh Soberano nuestro, el fiel y el verdadero no juzgas y tomas venganza de nuestra sangre, en los que habitan sobre la tierra?” Se les aseguró que solo faltaba “un poco de tiempo” para que esto aconteciera.—Apo. (Rev.) 6:10, 11, Moderna; NM.
25. ¿Cuándo y cómo será aplastado Satanás, la Gran Serpiente, bajo los pies de los discípulos de Cristo “en breve”?
25 Solo falta un poco de tiempo para que a los fieles sostenedores de la soberanía universal de Jehová se les vindique en su posición por la victoria decisiva de Él sobre todas las soberanías nacionales representadas dentro y fuera de las Naciones Unidas. Inmediatamente después de eso, el que se rebeló originalmente contra la soberanía universal de Jehová, a saber, Satanás el Diablo, y todos sus ángeles demoníacos, recibirán el tratamiento que merecen. Aislamiento en cadenas en un abismo, sin comunicación con esta Tierra, será lo que les tocará. (Rev. 20:1-3) De ese modo a la Gran Serpiente se le magullará en la cabeza, como si fuera; y la “Descendencia” leal de la “mujer” de Dios será aquel por medio del cual Dios aplastará así a la Gran Serpiente y su descendencia demoníaca bajo los pies de los fieles coherederos de Cristo.—Rom. 16:20.
26. ¿De qué manera sucede que el “nuevo orden” de Dios haya de comenzar con “un solo mundo” bajo “un solo gobierno”?
26 Las criaturas humanas que habrán pasado con vida a través de estos importantes acontecimientos serán todos los que se adhieran al un solo reino mesiánico del Hijo victorioso de Jehová, Jesucristo. Por consiguiente, en el mismo principio del justo nuevo orden de cosas de Dios habrá “un solo mundo” en la Tierra, bajo “un solo gobierno,” prescindiendo de las tribus, pueblos, razas, naciones y lenguas a las cuales hayan pertenecido los que pasan vivos a través de la “tribulación.” Todos serán una sola sociedad humana en una Tierra limpiada, todos adorando al único Dios vivo y verdadero, Jehová, y todos sometiéndose a su Hijo, Jesucristo, sobre cuyo hombro se colocará la gobernación principesca. Eso, ¡qué fuerza unificadora será!
27. Esa situación será una fuerza conducente a ¿qué condición entre la humanidad, bajo qué sola soberanía?
27 Eso, también, ¡qué fuerza para la paz por todo el mundo! ¡No habrá más guerras entre religiones! ¡No habrá más disputas fronterizas por territorio! ¡No habrá más guerras entre razas ni entre naciones! ¡No habrá más rivalidades ni lides políticas! La profecía bíblica dice: “Jehová tiene que llegar a ser rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová resultará ser uno solo, y su nombre uno solo.” (Zac. 14:9) Al mismo tiempo el “un solo gobierno” bajo él, el reino mesiánico de su Hijo entronizado Jesucristo, será una expresión de Su soberanía universal.—Isa. 9:6, 7.
28. ¿En qué buena obra cooperará entonces toda la humanidad, en cumplimiento de qué promesa de Jesús a un malhechor moribundo?
28 “Hombro a hombro” toda la humanidad viviente servirá al Señor Soberano Dios, Jehová. (Sof. 3:8, 9) Como “un solo mundo” la nueva sociedad humana cooperará mutuamente en una buena obra. Cooperarán en transformar la superficie estropeada de este globo terráqueo hasta ponerla en el estado que para él se proponía originalmente su Creador, el de un jardín de Edén, un paraíso de placer. (Gén. 1:27, 28; 2:7-15) Entonces habrá una respuesta a la solicitud que hizo el malhechor condolido que moría al lado de Jesucristo en un madero de tormento: “Jesús, acuérdate de mí cuando entres en tu reino.” Sí, entonces el Rey en funciones reales le cumplirá la promesa: “Verdaderamente te digo hoy: Estarás conmigo en el Paraíso.”—Luc. 23:42, 43.
29. (a) ¿Cómo pueden los hombres llegar a ser los hijos eternos de Cristo? (b) ¿Cómo los guiará él como ejemplo en someterse a la soberanía de Dios?
29 No solo aquel criminal que mostró bondad, sino también todos los demás muertos humanos están envueltos en esto, todos aquellos para los cuales Jesucristo murió como sacrificio humano perfecto. Éstos también saldrán al dar él su llamada a una resurrección de entre los muertos. (Mat. 20:28; Juan 5:28, 29; 1 Tim. 2:5, 6; Hech. 24:15) Todos los sumisos serán incorporados en aquel “un solo mundo.” Todos serán hermanos y hermanas, porque llegarán a ser los hijos rescatados y adoptados del un solo Padre Eterno, Jesucristo, quien sacrificó su vida humana por ellos. (Isa. 9:6, 7; Heb. 2:9) Por medio de obedecerle pueden llegar a ser sus hijos eternos. Él mismo los guiará en el camino de la sumisión a la soberanía universal de su propio Padre celestial, Jehová Dios. Después del logro de su obra de elevar a la humanidad obediente a la perfección humana en un paraíso terrestre, él mismo expresará su propia sujeción a la soberanía de su Dios por medio de entregarle el reino. ¿Por qué? “Para que Dios sea todas las cosas para con todos.”—1 Cor. 15:24-28.
30. ¿Qué exhortación hay para los que han llegado a sentirse desilusionados por la desastrosa división que han causado las soberanías nacionales?
30 Puesto que todas estas maravillosas cosas son así, ¡cobren valor, pues, todos ustedes los que han llegado a sentirse frustrados y desilusionados debido a la desastrosa división del mundo, debido a soberanías nacionales en conflicto que son independientes de la soberanía divina! ¡Echen mano ahora, con firmeza, de la gloriosa esperanza de “un solo mundo, un solo gobierno, bajo la soberanía de Dios”! Vivan para ella desde ahora en adelante hasta que sea una bendita realidad.
[Ilustración de la página 205]
EL REINO DE DIOS SERÁ EL UN SOLO GOBIERNO PARA TODA LA HUMANIDAD
EL REINO DE DIOS DESTRUIRÁ TODA SOBERANÍA NACIONAL