Sigan mirando hacia adelante, sigan avanzando con Jehová
“Mi palabra que sale de mi boca . . . ciertamente hará aquello en que me he deleitado, y tendrá éxito seguro en aquello para lo cual la he enviado.”—Isa. 55:11.
1. ¿Qué base tenemos para confiar en que Jehová llevará a cabo sus propósitos?
SIN asomo de duda, Jehová siempre corona sus propósitos con éxito seguro. Su Palabra, así como la historia de la humanidad, da testimonio de que Jehová lo ha hecho en tiempos pasados, y esto nos asegura su continuo interés en cumplir la profecía original del Reino y la promesa que hizo en Edén. Y tal como Jehová siempre sigue mirando hacia adelante, así también tenemos que hacerlo nosotros. Nos suministran muchas razones poderosas para mirar hacia adelante las muchas profecías que todavía habrán de cumplirse.
2. ¿Qué trabajo vital nos ha sido asignado, y la ayuda de quiénes tenemos al llevarlo a cabo?
2 Sin embargo, no solo queremos seguir mirando hacia adelante con Jehová Dios sino que también queremos seguir avanzando con él, pues él tiene mucho trabajo que quiere que sus siervos en la Tierra hagan. Parte de ese trabajo es predicar las buenas nuevas del reino de Dios para que la gente pueda identificarse a favor o en contra de él. (Mat. 24:14; 25:31-46) Como muestra Revelación 14:6, 7, la carga de esta obra de predicación no está enteramente sobre los hombros de los siervos terrestres de Dios; tienen la ayuda de fuerzas angélicas, tanto en dirigir como en maniobrar los asuntos.
3. ¿Qué obligación tenemos para con los compañeros creyentes?
3 Como seguidores verdaderos de Cristo, comisionados para llevar a cabo esta actividad, tenemos que ser leales y verdaderos los unos a los otros. Queremos estar dispuestos a ayudarnos los unos a los otros al mayor grado posible, porque es mayor la obligación que tenemos de servirnos los unos a los otros que la de servir a los de afuera. “Realmente, pues, mientras tengamos tiempo favorable para ello, obremos lo que es bueno para con todos, pero especialmente para con los que están relacionados con nosotros en la fe.” (Gál. 6:10) ¿Quién sabe hasta cuándo tendremos tiempo favorable para ello? Por eso hagamos todo el bien que podamos los unos para con los otros antes que las severas condiciones económicas o la persecución enconada restrinjan nuestros esfuerzos. Entonces, si tiempos difíciles nos azotan, tendremos la actitud que se necesita para continuar ayudándonos y estimulándonos los unos a los otros. Por eso estemos anuentes a tolerar las debilidades y faltas los unos a los otros. En vez de ser quisquillosos y quejumbrosos, estemos dispuestos a sufrir por causa de la justicia, en el interés de la paz de la congregación. Sí, “no exhalen suspiros los unos contra los otros, hermanos, para que no vayan a ser juzgados,” adversamente.—Sant. 5:9.
¿QUÉ ESTÁ INMEDIATAMENTE DELANTE?
4, 5. (a) ¿Qué cosas están inmediatamente delante de nosotros? (b) ¿De qué podemos estar seguros tocante a la “grande tribulación”?
4 Entre las cosas que están inmediatamente delante de nosotros está la ejecución de los juicios de Dios sobre “Babilonia la Grande,” el imperio mundial de la religión falsa. (Rev. 17:15-18) Esto señala el principio de la “grande tribulación.” (Mat. 24:21) Los verdaderos seguidores de los pasos de Jesucristo y sus compañeros sobrevivirán ésta. ¿Luego qué? Satanás y sus fuerzas, bajo el símbolo de Gog de Magog, atacarán al pueblo de Dios, por envidiar su paz y prosperidad. Esto será la señal para que las fuerzas celestiales bajo Jesucristo procedan contra las fuerzas visibles del Diablo, lo cual será el principio de “la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en Har-Magedón. (Rev. 16:14, 16) Esa batalla incluirá guerra fratricida, peste, piedras de granizo, relampagueo, fuego y azufre, aguajes y terremotos, todo lo cual será en vindicación de la soberanía legítima de Jehová Dios.—Eze. 38:14-23.
5 Prescindiendo de lo que suceda podemos estar seguros de que Jehová librará a su pueblo. En tanto que verdaderamente conozcamos y sirvamos altruistamente a Jehová Dios, no tendremos motivo para temer. Como clase sobreviviremos a la “grande tribulación,” para formar el fundamento de la nueva tierra.
6. ¿Por qué podemos decir que el período de la “grande tribulación” será un tiempo de alborozo para nosotros, y cómo debería afectarnos esto aun ahora?
6 Otra cosa de la cual podemos estar seguros es que el período de la “grande tribulación,” el día de Jehová, será un tiempo de alborozo. Piense en la gratitud por el medio de salvación de Jehová que Noé y su familia deben haber sentido cuando comenzó a caer la lluvia; piense en el gozo que deben haber sentido los israelitas al escapar al otro lado del mar Rojo y luego ver a Faraón y su ejército hundidos en ese mar. La guerra de Dios en Har-Magedón será mucho más estupenda que lo que fueron aquellos grandes actos de salvación de Jehová. Cierto, la “grande tribulación” será inspiradora de temor y estará acompañada hasta cierto grado de penalidades. Pero los siervos de Dios se emocionarán al ver lo que han estado proclamando y anhelando por muchos años. Verdaderamente será algo que tendrán gozo y satisfacción en relatar a los que serán levantados de entre los muertos. El solo pensar en ello debe estimular nuestro celo al dar a conocer el día de Jehová que se aproxima rápidamente.
ENTRANDO EN LA TIERRA LIMPIA
7. (a) ¿Con qué clase de padres será bendecida la humanidad? (b) ¿Qué clase de hombres representarán a las gobernantes celestiales, con qué resultados?
7 Después de la “grande tribulación,” ¡qué placer será entrar en la Tierra limpia y experimentar el principio del reinado de mil años de Cristo y su novia compuesta de 144.000 hombres y mujeres comprados de la Tierra! Estarán dirigiendo su atención a la humanidad, con la mira de criar una familia grande de hijos e hijas perfectos. ¡Qué amorosos padres serán éstos! Impelidos por el amor y la compasión, principiarán sus actividades paternales, dando la guía y ayuda que se necesitan para que los sobrevivientes de la tribulación venzan sus debilidades e imperfecciones. Entonces, después que Jesucristo levante a los muertos a la vida, la novia trabajará junto con él en ayudar a los resucitados a comenzar a progresar hacia la perfección. Por medio de lo que Cristo y su novia estén haciendo para la humanidad, la tienda o tabernáculo de Jehová Dios estará con los hombres. (Rev. 21:1-4) Para representarlos en la Tierra tendrán a hombres fieles como príncipes. (Sal. 45:16) Estos príncipes no serán como los políticos corrompidos, egoístas que han gobernado a la gente por muchos siglos. Más bien, serán como aquellos que se le dijo a Moisés que escogiera: “Hombres capaces, temerosos de Dios, hombres dignos de confianza, que odien la ganancia injusta.” (Éxo. 18:21) Estos proveerán una administración justa y amorosa, con seguridad y consuelo para todos.—Isa. 32:1, 2.
8. ¿Qué condiciones podemos esperar que haya en el nuevo orden de Dios, y por qué?
8 El mundo impío habiendo sido destruido y Satanás y sus demonios abismados, ya no habrá más iniquidad, religión falsa ni actividades demoníacas. ‘Nadie hará ningún daño ni causará ninguna ruina en toda la santa montaña de Dios, porque la tierra estará llena del conocimiento de Jehová como las aguas cubren el mismísimo mar.’ (Isa. 11:9) No solo habrá paz entre todos los pueblos y las razas, sino que habrá paz entre los hombres y las demás criaturas de la Tierra: “Para ellos ciertamente celebraré un pacto en aquel día en conexión con la bestia salvaje del campo y con la criatura volátil de los cielos y la cosa que se arrastra del suelo, . . . y sí haré que se acuesten en seguridad.” La humanidad ejercerá un dominio amoroso; el hombre no temerá a los animales, y los animales no tendrán ningún temor mórbido del hombre. Toda la Tierra reflejará la gloria de su Creador, que es el “Dios que da paz,” y de Jesucristo, que es el “Príncipe de Paz.”—Ose. 2:18; Rom. 16:20; Isa. 9:6.
LA ESPERANZA DE LA RESURRECCIÓN
9. ¿Por qué podemos estar seguros de que habrá una resurrección de los muertos?
9 También podemos esperar con la mayor seguridad y deleite la resurrección de los muertos. ¿Por qué? Porque Dios nos ha dado muchas promesas en ese sentido, y él no puede mentir (Tito 1:2) Además, ha suministrado a todos los hombres la garantía de ello al haber levantado a Jesús de entre los muertos. (Hech. 17:31) Tan seguro es que la resurrección tendrá lugar que Jehová considera a los muertos como si estuvieran realmente vivos, así como Jesús les dijo a los saduceos de su día que dudaban.—Mat. 22:31, 32.
10. ¿Qué será resucitado, y de dónde?
10 ¿Qué será resucitado? No el cuerpo que murió, porque éste ha vuelto al polvo y quizás haya llegado a formar parte de otras cosas vivientes. Como muestra el apóstol Pablo: “Lo que siembras no es vivificado a menos que primero muera; y en cuanto a lo que siembras, no siembras el cuerpo que se desarrollará, sino un grano desnudo,” y “Dios le da un cuerpo así como le ha agradado.” (1 Cor. 15:35-38) Sí, no un cuerpo compuesto de las mismas moléculas, sino el alma —la persona— será levantada del sepulcro, Seol o Hades, tal como se predijo tocante a Jesús: “No dejarás mi alma en el Seol.”—Sal. 16:10; Hech. 2:24-27.
11. (a) ¿Cuál es la primera resurrección? (b) ¿Quiénes participan en ella, y cuándo?
11 ¿Qué clase de cuerpo tendrá el alma o persona resucitada? Para los que participan en la primera resurrección será un cuerpo glorioso, divino, incorruptible. La primera resurrección es primera en tiempo, importancia y calidad, y la experimentan los ungidos seguidores de los pasos de Cristo, los 144.000 a quienes se muestra de pie sobre el monte Sión. (Rev. 20:4, 6; 14:1, 3) Tocante a la resurrección de los ungidos que estaban dormidos y que se realiza durante la presencia del Señor, leemos: “El Señor mismo descenderá del cielo con una llamada imperativa, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los que están muertos en unión con Cristo se levantarán primero.” (1 Tes. 4:16) En cuanto a los que quedan de este grupo que mueren después de esa resurrección, Pablo pasa a decir: “Después nosotros los vivientes que sobrevivamos seremos arrebatados, juntamente con ellos, en nubes al encuentro del Señor en el aire; y así siempre estaremos con el Señor.” (1 Tes. 4:17; Rev. 14:13) Como se muestra en 1 Corintios 15:51, 52, esto significa que no duermen en la muerte, sino que son levantados instantáneamente a la vida celestial y unidos con el Señor Jesucristo en los cielos invisibles.
12. ¿Quiénes más serán resucitados, y cuándo pudiera esperarse la resurrección de ciertos individuos entre ellos?
12 ¿Qué hay del resto de la humanidad muerta? El apóstol Pablo testificó que “va a haber resurrección así de justos como de injustos.” De modo similar, Jesús predijo que “todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz” y saldrán. Además, se nos dice que “la muerte y el Hades” entregarán todos los muertos que hay en ellos. Incluidos entre éstos estará el malhechor compasivo fijado en un madero junto a Jesús y a quien Jesús dijo: “Verdaderamente te digo hoy: Estarás conmigo en el Paraíso.” (Hech. 24:15; Juan 5:28, 29; Rev. 20:13; Luc. 23:42, 43) En vista de que evidentemente serán asignados como representantes terrestres del Reino, hombres fieles desde Abel hasta Juan el Bautista probablemente estén entre los primeros que habrán de ser resucitados. (Sal. 45:16) Cualesquiera de los que han llenado los requisitos de Dios para sobrevivir a la “grande tribulación” pero que han muerto o quizás todavía mueran antes de ese acontecimiento sin duda serán levantados a la vida temprano durante el reinado de mil años. Esto sería razonable, ya que tales personas podrían ser muy útiles en la educación de los muchos injustos que serán resucitados.
13. ¿Con qué características serán resucitados los de la humanidad muerta?
13 ¿Qué hay de los que vuelvan a vivir sobre la Tierra? ¿Qué clase de cuerpos tendrán? ¿Qué aspecto tendrán? Como se ilustró por resurrecciones pasadas, especialmente la de Lázaro, sin duda se parecerán mucho a como eran antes de morir, de modo que se reconozcan ellos mismos y los reconozcan otros. (Juan 11:39-44) Una persona alta no volverá como persona de baja estatura, ni volverá una persona muy anciana con la apariencia de adolescente. Los hombres serán hombres, y las mujeres, mujeres. Tendrán su personalidad idéntica y la misma memoria. Tal como evidentemente fue cierto de los resucitados en el pasado, los resucitados tendrán cuerpos sanos y completos. No volverán en la condición enfermiza que llevó a su muerte. Pero esto no significa que tendrán cuerpos perfectos, porque éstos no armonizarían con personalidades imperfectas. Más bien, saldrán con cuerpos imperfectos y, a medida que progresan espiritualmente, venciendo sus debilidades e imperfecciones por medio de obediencia al régimen del Reino y recibiendo los beneficios expiatorios del sacrificio de Jesús, sus cuerpos se acercarán cada vez más a la perfección.
14, 15. (a) ¿De qué de parte de Dios es una expresión la resurrección de los muertos, según las palabras de quién? (b) ¿Cuál será el sentir de Jesús en cuanto a resucitar los muertos?
14 La provisión de la resurrección es una expresión de amor de parte de Jehová Dios, como se ve de las palabras del paciente y fiel Job: “Si un hombre físicamente capacitado muere, ¿puede volver a vivir? . . . Tú llamarás; y yo mismo te responderé. Por la obra de tus manos sentirás anhelo.” Sí, Jehová Dios siente anhelo por los que están en Seol o Hades, en particular por aquellos que, como Job, le demostraron su integridad bajo pruebas severas.—Job 14:14, 15.
15 Y ciertamente la resurrección de un sinnúmero de millones de personas también traerá gozo a Jesucristo. Indicativa de la anuencia y placer de Jesús de hacer esto para la humanidad es su respuesta a un leproso que en una ocasión vino a Jesús, diciéndole en fe: “Señor, si tan solo quieres, puedes limpiarme.” ¿Y qué le dijo Jesús? “‘Quiero. Sé limpio.’ Y al instante desapareció de él la lepra.”—Luc. 5:12, 13.
16. ¿Cómo puede el mirar adelante en fe a la resurrección ayudarnos aun ahora?
16 Ciertamente la resurrección es algo que nosotros también debemos esperar con ansiosa expectación y gozo. El que lo hagamos en fe puede ser una verdadera fuente de estímulo y bendición para nosotros y nuestros semejantes aun ahora. Cuando la muerte reclame a amados, no cederemos a los extremos de aflicción y pesar de los que no tienen esperanza. (1 Tes. 4:13, 14) Podremos dar consuelo genuino a los que están de duelo. (2 Cor. 1:3, 4) Debido a haber hecho de la esperanza de la resurrección nuestra esperanza, tenemos la confianza de que aun si los hombres nos quitan la vida, no nos pueden borrar de la memoria de Dios e impedir que seamos levantados de entre los muertos. (Mat. 10:28) Esto sirve para fortalecernos al esforzarnos por permanecer leales a Jehová Dios prescindiendo de lo que los hombres nos hagan.—Rev. 2:10; 12:11.
17. ¿Qué efecto debe tener en nosotros la posibilidad de perder el galardón de la vida?
17 Un incentivo adicional para la fidelidad es el hecho de que hay la posibilidad de perder el galardón de la vida. (Compare con 2 Timoteo 4:8.) La Biblia revela que los que practican deliberadamente el pecado —los que pecan contra el espíritu de Dios— no serán levantados de entre los muertos. (Mat. 12:31, 32; Heb. 10:26, 27) Esto ciertamente debe estimularnos a imitar el ejemplo del apóstol Pablo al esforzarse por mantener fidelidad. Pablo dijo de sí mismo: “Aporreo mi cuerpo y lo conduzco como a esclavo, para que, después de haber predicado a otros, yo mismo no llegue a ser desaprobado de algún modo.” (1 Cor. 9:27) Sí, jamás perdamos de vista el galardón de la vida ni dejemos de hacer todo esfuerzo por adherirnos lealmente a Jehová Dios.
SIGAN MIRANDO HACIA ADELANTE, SIGAN AVANZANDO
18. Puesto que estamos en una carrera, ¿cómo debemos comportarnos?
18 Verdaderamente tenemos mucho por lo cual mirar hacia adelante. ¡Cuán brillantes son las expectativas, no solo para el futuro inmediato sino también para los mil años que están delante! Nuestro derrotero ha sido asemejado a una carrera y se pudiera decir que nos encontramos en el último trecho de ella. ¿Qué sugiere una carrera? ¿No sugiere intenso esfuerzo y concentración sobre la meta, la de ganar la carrera? De hecho, ésta es la mismísima cosa que se nos insta a hacer: “Quitémonos nosotros también todo peso [sea materialismo o tendencias pecaminosas de la carne] y el pecado que fácilmente nos enreda [pérdida de fe], y corramos con aguante la carrera que está puesta delante de nosotros, mirando atentamente [a] . . . Jesús.”—Heb. 12:1, 2.
19. ¿Qué consejo dio Jesús a sus seguidores para ayudarlos a evitar el ser entrampados y perder el galardón?
19 Sí, Jesús nos dio el ejemplo y nos aconseja: “Sigan, pues, buscando primero el reino y Su justicia.” (Mat. 6:33) En su gran profecía Jesús también advirtió en cuanto a este mismísimo tiempo del fin, diciendo: “Presten atención a ustedes mismos para que sus corazones nunca lleguen a estar cargados debido a comer con exceso y beber con exceso y por las inquietudes de la vida, y de repente esté aquel día sobre ustedes instantáneamente como un lazo. . . . Manténganse despiertos.”—Luc. 21:34-36.
20. ¿Cuál debe ser nuestra actitud para con el mundo?
20 Ciertamente el proceder sabio es el que nos concentremos en aquello para lo cual estamos viviendo. Sabemos que éstos son los “últimos días,” y por eso para nosotros el siguiente consejo de Pablo aplica aun más que cuando lo dio originalmente: “El tiempo que queda está reducido. En adelante los que . . . hacen uso del mundo [sean] como los que no lo usan plenamente; porque la escena de este mundo está cambiando.” (1 Cor. 7:29-31) ¿Por qué usar plenamente el mundo, dejando que sea aquello en que concentremos todo nuestro interés en la vida, como si no pudiéramos permitirnos el perder cosa alguna que brinde, y hacerlo a costa de nuestra espiritualidad? Más bien, tengamos presente que “el mundo va pasando y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.” ¡Qué grandiosa promesa es ésa! ¿Mostramos que verdaderamente creemos en ella obrando plenamente en armonía con ella, girando toda nuestra vida en torno de nuestra relación con Dios y no permitiendo que ninguna otra relación ni ningún otro placer asuma importancia indebida?—1 Juan 2:17.
21. ¿Cuál debe ser nuestra actitud acerca de disfrutar de cosas materiales ahora, y por qué?
21 ¿Por qué sumirse en búsquedas materiales? Jesús, en una de sus parábolas, nos advirtió contra esa clase de actitud mental, diciendo: “Así pasa con el hombre que atesora para sí pero no es rico para con Dios.” (Luc. 12:16-21) Además, ¿no prometió Jesús que si seguimos buscando primero el reino de Dios y Su justicia Dios atenderá a nuestras necesidades materiales? (Mat. 6:33) Tampoco necesitamos estar indebidamente preocupados en cuanto a lo que tendremos de manera material en el nuevo sistema de cosas. Si tales cosas fuesen importantes, Jehová habría hecho que se registraran en su Palabra. Sabemos que no son las cosas materiales ni siquiera una abundancia de lujos lo que hace feliz a la gente hoy día. La gente más feliz en la Tierra es el pueblo de Jehová y ellos se encuentran principalmente entre los pobres en lo que toca a las cosas que el mundo tiene en alta estima. Podemos estar seguros de que en el nuevo sistema de cosas no careceremos de nada de manera material. Y lo más importante de todo es que tendremos una abundancia de bendiciones espirituales y las riquezas de amistades y compañerismo de coadoradores del único Dios verdadero Jehová, todos los cuales estarán desplegando el fruto de Su espíritu.—Sal. 133:1; Gál. 5:22, 23; 1 Tim. 6:17.
22. ¿Cómo, y en qué zonas, podemos avanzar individualmente con Jehová?
22 En el ínterin tenemos excelentes oportunidades de seguir avanzando en profundizar nuestra relación con Jehová, en crecer en amor por los que están relacionados con nosotros en la fe y en poner nuestra vida en cada vez mayor conformidad con la voluntad de Dios. Nuestro estudio y oración personales, asistencia a las reuniones de congregación y aplicación diligente de las cosas que aprendemos desempeñan un papel vital en nuestro progreso espiritual. Al aprovecharnos de las provisiones de Jehová para crecimiento espiritual continuado, no solo mantendremos fuerte nuestra esperanza sino que seremos impelidos a hacer buen uso de nuestras oportunidades para ayudar a otros a hacer suya la esperanza dada por Dios y a vivir en armonía con ella. El progreso que hagamos ahora nos estará dando un comienzo por adelantado al cultivar la actitud que se necesita para crecer a la perfección durante el reinado de mil años de Cristo y su novia. Por eso continuemos avanzando.
23. ¿Qué seguridad dio Pablo en Hebreos 6:10, 11, debido a qué hechos?
23 Lo que Jehová se ha propuesto y ha prometido lo logrará. Su palabra no volverá a él sin resultados. De esto no puede haber duda. Como nos asegura el apóstol Pablo, Dios no es injusto de modo que no olvidará todo lo que ‘hicimos por amor a su nombre.’ Por eso, sigamos mostrando “el mismo interés anhelante, hasta que [nuestra] esperanza finalmente quede realizada.”—Heb. 6:10, 11, New English Bible.