Casamientos de conocidos mundanos
SUCEDE a menudo que a los cristianos se les invita a concurrir y hasta a participar en casamientos de parientes y conocidos mundanos que se efectúan en edificios dedicados a adoración religiosa falsa. En este caso, ¿qué decisión hará usted? ¿Concurrirá, o no? ¿Es incorrecto participar en tal ceremonia de casamiento? ¿Cómo determinaría usted el asunto?
Los cristianos comprenden que la Biblia hace una distinción bien definida entre la adoración verdadera y la falsa. Saben que Dios no aprueba a las organizaciones religiosas que no se adhieren estrictamente a las enseñanzas de su Palabra. Por lo tanto, no participan de ninguna manera en los servicios de tales organizaciones. Más bien, prestan atención al consejo bíblico: “No lleguen a estar unidos bajo yugo desigual con los incrédulos. Porque ¿qué consorcio tienen la justicia y el desafuero? . . . ¿O qué porción tiene una persona creyente con un incrédulo? . . . ‘Por lo tanto sálganse de entre ellos, y sepárense,’ dice Jehová, ‘y dejen de tocar la cosa inmunda.’”—2 Cor. 6:14-17.
Sin embargo, respecto a un casamiento, en la mayor parte de los países básicamente es una ceremonia civil, aunque a menudo se efectúa por un clérigo. El clérigo que legaliza el matrimonio recibe del Estado su autoridad para casar a la gente. En vista de esto, un cristiano puede raciocinar que no hay mandato bíblico directo que le prohíba concurrir y participar, prescindiendo de que el casamiento sea en el edificio de una organización religiosa falsa o no. Esto es correcto; sin embargo, hay otros factores que un cristiano querrá considerar.
CONEXIONES RELIGIOSAS
Cuando se efectúa una ceremonia de casamiento en un edificio religioso bajo la superintendencia de un clérigo, por lo general está muy estrechamente enlazada con la adoración de esa religión. Por ejemplo, pueden ofrecerse cánticos y oraciones, y en algunos casos quizás se espere que los concurrentes se arrodillen o efectúen algunos otros actos religiosos. En vista de lo que dice la Biblia, el cristiano no podría participar con la conciencia limpia en las oraciones ofrecidas a un dios trino y uno o de cualquier manera participar en los ejercicios religiosos de una organización que presenta en falsos colores al verdadero Dios Jehová y sus enseñanzas. ¿Qué significaría esta situación?
Significaría que un cristiano, particularmente el que participa como miembro del grupo oficial nupcial, se hallaría asociado muy estrechamente con lo que la Biblia muestra que es adoración falsa. Estaría fuera de lugar en tal casamiento, quizás conspicuamente. Todos los demás quizás estuvieran efectuando ejercicios religiosos en los que sería un acto de apostasía el que él participara. (Juan 4:24) El clérigo, la novia y el novio y otros concurrentes quizás queden en aprietos y hasta se encolericen por lo que les parecería falta de respeto extremado del cristiano. Bajo el apremio emocional del momento, ¿puede uno estar seguro de que no transigiría? ¿Se debilitaría bajo tal apremio y haría algo que mereciera la desaprobación de Dios? ¿Podría determinar qué hechos y movimientos realmente envuelven adoración falsa para evitarlos?
El cristiano, por lo tanto, querrá considerar cuidadosamente si es aconsejable o no el participar en tal función. Ciertamente no quiere hacer nada que ponga en peligro su relación con Jehová Dios. Por eso, tendrá que decidir: ¿Está el participar en un casamiento bajo la superintendencia de una organización religiosa falsa en armonía con el mandato de Dios de “huyan de la idolatría”? ¿Armoniza con el mandamiento: “‘Sálganse de entre ellos, y sepárense,’ dice Jehová, ‘y dejen de tocar la cosa inmunda’”? El cristiano maduro no quiere ver cuán cerca puede llegar a participar en adoración falsa; más bien, quiere mantenerse tan lejos como sea posible de cualquier influencia o asociaciones que puedan poner en peligro su relación con Dios.—1 Cor. 10:14; 2 Cor. 6:17.
PARA AGRADAR A OTROS
Pero un cristiano dedicado quizás raciocine que el aceptar una invitación al casamiento de un allegado conocido mundano ayudará a mantener relaciones amigables con esa persona. Por otra parte, el rehusar asistir y participar en el casamiento puede crear rencor y hacer imposible el hablarle más a esa persona en cuanto a la verdad de la Palabra de Dios.
Por supuesto, el propósito de los cristianos es ayudar a los conocidos mundanos a libertarse de enseñanzas no bíblicas, pero, ¿servirá realmente para ello el participar en sus casamientos? Aun si usted cree que no hay peligro de que usted transija, ¿contribuirá el que en el casamiento usted se mantenga firme en rehusar participar de los ejercicios religiosos a la agradabilidad de la ocasión para ellos y sus invitados mundanos? ¿No estropeará, más bien, la conducta de usted la ocasión para ellos y no los pondrá en aprietos? Sería apropiado el explicar estas posibilidades a su pariente o conocido mundano con anticipación.
Probablemente una explicación honrada, franca, de sus sentimientos y creencias no ofenderá, sino, más bien, creará respeto y una base mucho más firme para discusiones bíblicas continuadas. Por ejemplo, si un pariente allegado o conocido mundano allegado le pidiera que participara como “dama de honor” o “padrino de boda” en su casamiento religioso, usted puede decirle cuán honrado se siente de que quiera que usted esté conectado tan estrechamente con este momento importante de su vida. Pero entonces usted podría explicar con palabras como éstas:
‘Puesto que la Biblia hace una distinción bien definida entre la religión verdadera y la falsa, tengo reservas en cuanto a asistir a casamientos oficiados por clérigos que, según yo creo, no están enseñando las verdades de la Palabra de Dios. Tales clérigos oran a un dios trino y uno, y puesto que yo solo puedo orar a Jehová Dios, no podría participar en las oraciones ni en ninguno de los simbolismos o ejercicios religiosos en su casamiento. Yo deseo su felicidad, pero temo que mi presencia solo pudiera ser una fuente de bochorno para usted, su ministro y otros concurrentes.’
Tal explicación le mostrará a su conocido que no solo es la religión de usted el asunto más importante en su vida, sino que usted se preocupa en cuanto a los sentimientos de él también. Probablemente estará de acuerdo en que en el interés de todos los implicados sería mejor que usted no estuviera conectado tan estrechamente con su casamiento. Al mismo tiempo se deja abierta una excelente oportunidad para explicación adicional en cuanto a la importancia de practicar una forma de adoración que está en armonía con la Palabra de Dios. La conciencia de una persona entrenada en la Biblia puede permitirle ser observador en tal casamiento, pero tendría que asumir la responsabilidad por sus actos.—Gál. 6:5.
POSICIÓN DE LOS PADRES
Los padres cristianos dedicados quieren ver que sus hijos adoren a Jehová, pero a veces los jóvenes deciden que quieren casarse con conocidos mundanos. Entonces, ¿qué? Mientras los hijos estuvieran bajo la jurisdicción de los padres, los padres no podrían acceder a que se casaran con una persona que no estuviera dedicada a Dios. Si el muchacho o la muchacha insiste en casarse con un incrédulo, tendría que hacerlo cuando llegara a la edad legal, por su propia cuenta, sin la sanción o aprobación de los padres. Los padres dedicados a Jehová tienen que hacer sumamente claro que desaprueban el permitir que sus hijos se casen con los que no están dedicados a Dios. Los principios bíblicos aquí son claros: “No lleguen a estar unidos bajo yugo desigual con los incrédulos.” Cásese, “pero en el Señor.”—2 Cor. 6:14; 1 Cor. 7:39.
Al mismo tiempo, tampoco los padres permitirán que sus hijos menores hagan la decisión final en cuanto a participar en o asistir al casamiento de un conocido mundano. Más bien, los padres asumirán su responsabilidad dada por Dios y harán la decisión por sus hijos, determinando lo que contribuirá más a su bienestar espiritual.—Efe. 6:1-4; Isa. 38:19.
Pero si los hijos llegan a edad legal y desean que sus padres participen en su casamiento efectuado bajo los auspicios y en el edificio de una organización religiosa falsa, entonces, ¿qué? ¿Deberían estar de acuerdo los padres en participar? Bueno, ¿aprueban los padres tal casamiento con un conocido mundano en un lugar de adoración falsa? ¿Aprueban los padres esa forma de adoración? Si no, ¿parece consistente el que los padres participen activamente en el casamiento, quizás dando el padre a la hija? Los padres quieren ser amorosos y tiernos con sus hijos, pero, al mismo tiempo, no quieren ser inconsistentes—enseñando a sus hijos una cosa, y luego más tarde en la vida participando en aquello contra lo que aconsejaron. Esta no es la manera de elevar la adoración verdadera en la mente de los hijos de uno. En cuanto a si los padres asistirán a tal casamiento como observadores callados o no, esto también tiene que decidirse personalmente.
RECEPCIONES MUNDANAS
Otra cosa que a veces tiene que decidirse es si aceptar una invitación a la recepción del casamiento de un conocido mundano o no. Este asunto puede estar bastante divorciado de ritual religioso, pero, ¿son edificantes las asociaciones? ¿Se beberá mucho, se fumará, habrá baile sexual y otro comportamiento indigno de un cristiano? Si tal es el caso, ¿hay buena razón para que el cristiano esté ahí?—1 Cor. 15:33.
En las recepciones mundanas a menudo se da honor y atención especial a la novia. Brindan por ella, forman fila para besarla, y en algunos lugares hasta pagan por bailar con ella. Deténgase y piense. Considere, por ejemplo, 1 Corintios 11:3, 8, 9 y Romanos 1:24, 25. ¿Está en armonía con los principios de Dios el honrar elevadamente así a una criatura, ensalzando a una mujer? ¿Qué hará usted? ¿Participará con la muchedumbre, o se abstendrá? Tal atmósfera mundana ciertamente no es buena, aunque para la esposa cristiana de un incrédulo no siempre es posible evitar tal ambiente.
Si otros miembros de la congregación cristiana se enteran de que usted ha asistido a un casamiento y recepción religiosos mundanos, ¿qué efecto tendrá en ellos? ¿Hay la posibilidad de hacer tropezar a algunos por lo que les parezca como una transigencia de la fe? ¿Será socavado el respeto a usted como siervo de Dios? Este debe considerarse, porque bien puede afectar su posición en la congregación. Pero la decisión es una que usted tiene que hacer.
Mientras exista este viejo sistema de cosas, los cristianos, que se están esforzando por vivir en armonía con la Palabra de Dios, tendrán que hacer decisiones relativas a su asociación con él. No siempre es fácil decidir qué hacer, pero una consideración en oración de la dirección de Jehová por medio de su Palabra y organización nos ayudará a hacer sendas rectas para nuestros pies.—Sal. 25:4, 5; Pro. 3:5, 6.