Ayuda de lo alto
“Manténganse alerta y oren de continuo, para que no entren en tentación.”—Mat. 26:41.
1, 2. (a) Cuando el apóstol Pedro escribió las palabras: “Sean vigilantes en cuanto a oraciones,” ¿qué acontecimiento pudo haber tenido presente? (b) ¿Qué consejo dio Jesús a los tres apóstoles que no se habían ‘mantenido alerta’?
“PERO el fin de todas las cosas se ha acercado. Sean de juicio sano, por lo tanto, y sean vigilantes en cuanto a oraciones.” Cuando el apóstol Pedro escribió esas palabras de consejo a los cristianos, es posible que haya tenido presente la noche en que Jesús les había aconsejado a él, Santiago y Juan que oraran. Estaban en el Jardín de Getsemaní. Se había acercado la hora en que Jesús había de ser entregado. Jesús dijo a los tres: “Mi alma está hondamente contristada, hasta la muerte. Quédense aquí y manténganse alerta conmigo.”—1 Ped. 4:7; Mat. 26:38.
2 Entonces Jesús se adelantó un poco, cayó sobre su rostro y oró a su Padre celestial: “Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa. Sin embargo, no como yo quiero, sino como tú quieres.” Regresando adonde estaban los tres discípulos, Jesús los halló durmiendo. Dijo a Pedro: “¿No pudieron ustedes siquiera mantenerse alerta una hora conmigo? Manténganse alerta y oren de continuo, para que no entren en tentación.”—Mat. 26:39-41.
3. A pesar del consejo de Jesús, ¿cómo respondieron los apóstoles, y a hacer qué comentario impelió esto a Jesús?
3 De nuevo, por segunda vez, Jesús se fue y oró, pidiendo a Dios que se efectuara Su voluntad. Entonces regresó y otra vez halló durmiendo a los tres discípulos, “pues tenían los ojos cargados.” Por tercera vez Jesús los dejó y oró. Al regresar adonde estaban los apóstoles, dijo: “¡En tal ocasión como ésta ustedes duermen y descansan! ¡Miren! Se ha acercado la hora en que el Hijo del hombre ha de ser traicionado en manos de los pecadores. Levántense, vámonos. ¡Miren! El que me traiciona se ha acercado.” Mientras estaba hablando esas mismísimas palabras, Judas Iscariote se acercó con una muchedumbre armada para que Jesús fuera tomado bajo custodia.—Mat. 26:42-47.
SE NECESITA ORACIÓN PARA EVITAR TENTACIÓN
4. (a) ¿Qué clara advertencia habían recibido los apóstoles antes de entrar en las circunstancias de la tentación? (b) ¿Cómo reaccionó Pedro ante esta advertencia?
4 Los discípulos de Jesús entraron en tentación... ¡a pesar de las advertencias de su Maestro! Los tres apóstoles estaban en su puesto y se suponía que permanecieran despiertos, pero se recostaron y se durmieron, mientras que Jesús se absorbió tres veces en oración. Es cierto que probablemente era después de la medianoche y naturalmente los discípulos tenían sueño, pero Jesús, sabiendo plenamente bien que el espíritu está dispuesto pero la carne es débil, ¡les había dicho que se mantuvieran alerta y oraran! (Mat. 26:41) Se les había advertido antes de entrar en las circunstancias de la tentación, pues Jesús les había dicho: “A todos ustedes se les hará tropezar con respecto a mí esta noche, porque está escrito: ‘Heriré al pastor, y serán esparcidas las ovejas del rebaño.’” (Mat. 26:31) De esta manera se les había advertido que la profecía de Zacarías 13:7 estaba a punto de cumplirse. Sin embargo, Pedro contestó a la advertencia de Jesús, diciendo: “Aunque a todos los demás se les haga tropezar con respecto a ti, ¡nunca se me hará tropezar a mí!” Pero a Pedro se le dijo que haría aun peor... ¡negaría tres veces al Señor Jesús!—Mat. 26:31-35.
5. Al enfrentarse los apóstoles a la tentación, ¿qué hicieron, pero qué debían haber hecho?
5 Jesús había puesto un excelente ejemplo para sus discípulos en el asunto de estar despierto y ser vigilante en cuanto a oraciones. Pero los apóstoles no entendían cómo iban a realizarse las palabras de Jesús. Por eso, ¿qué hicieron? ¡Se enfrentaron al asunto durmiendo en vez de orando! Debían haber orado en cuanto a ello, buscando ayuda de lo alto. Pero se durmieron. No se mantuvieron alerta; no oraron continuamente, y por eso no pudieron menos que entrar en tentación.
6. (a) ¿Cuál es la “prueba” que habrá de venir sobre “toda la tierra habitada,” como predijo Jesús en Revelación 3:10? (b) Puesto que todavía no ha terminado la prueba, ¿qué advertencia hay en esto para los cristianos?
6 Esta experiencia de los tres discípulos nos hace recordar las palabras de Jesús “al ángel” de la congregación de Filadelfia, registradas en Revelación 3:10: “Porque guardaste la palabra acerca de mi perseverancia, yo también te guardaré de la hora de prueba, que ha de venir sobre toda la tierra habitada, para someter a prueba a los que moran en la tierra.” Desde la llegada del predicho “tiempo del fin,” presiones de fuentes humanas y de fuentes demoníacas invisibles verdaderamente se han hecho aterradoras, en direcciones materialistas, infieles y nacionalistas. La prueba ha tenido por mira determinar si uno es parte de este inicuo sistema de cosas o si está a favor del reino de Dios. Hoy la gran tentación tiene por mira el que la persona ceda a estas presiones y atracciones mundanas y llegue a formar parte de este sistema de cosas. Esta prueba mundial efectuada en un período comparativamente corto, como una “hora,” todavía no ha terminado. Por lo tanto, a los cristianos del día moderno se les advierte que están en un día de tentación. Ellos, también, como los cristianos del primer siglo, necesitan vigilar y orar para no entrar en tentaciones.
7, 8. (a) ¿Por qué permite Dios que les sobrevengan pruebas a los cristianos, y qué medio suministra Dios para que obtengamos ayuda de lo alto? (b) El entrar en tentación es en gran parte asunto de ¿qué, y por eso, cómo ayuda la oración?
7 Puesto que hoy los cristianos se enfrentan a tantas tentaciones, necesitan saber cómo salirse de ellas. ¿Cómo puede usted salirse de la tentación? Tenga presente que Jehová Dios no tienta a nadie con lo que es malo; sin embargo, permite que les sobrevengan tentaciones a sus siervos fieles para probar su integridad a él y su lealtad a su reino. Pero acuérdese, cuando estamos bajo tentaciones tenemos el conducto de la oración que siempre está presente, que siempre está abierto. Podemos obtener ayuda de lo alto a cualquier tiempo.
8 Como muestra la Biblia, el entrar en tentación es en gran parte asunto de deseo. (Sant. 1:13-15) ¡De modo que vigile para no cultivar el deseo incorrecto, porque si usted lo cultiva, entonces la tentación lo arrastra directamente al pecado! Es preciso que seamos vigilantes en cuanto a la oración, porque la oración nos ayuda a evitar el deseo egoísta. La oración sincera hace huir cualquier deseo egoísta; nos libra de las cuerdas de la tentación con toda su fuerza de arrastre egoísta. Tenemos que orar a fin de ser vigilantes, y la oración, también, purifica nuestro corazón. Sí, Dios nos ayudará si solo le pedimos que lo haga. Necesitamos esa ayuda de lo alto debido a que sin duda tendremos que enfrentarnos a las tentaciones. Cuando tengamos que hacerlo, acuérdese de la advertencia divina: ¡Permanezca despierto y ore!
AYUDA DURANTE LAS TENTACIONES
9. ¿Qué escribe el apóstol Pablo acerca de la tentación en 1 Corintios 10:13, y cómo se relaciona esto con la fidelidad de Dios?
9 Es vital que los cristianos se den cuenta de que su Dios fiel no les permite ser tentados más allá de lo que pueden aguantar. Como escribe el apóstol Pablo en 1 Corintios 10:13: “Dios es fiel, y no dejará que sean tentados más allá de lo que pueden soportar, sino que junto con la tentación él también dispondrá la salida para que puedan aguantarla.” Esto significa que Jehová Dios es fiel durante el entero proceso de la tentación, hasta que el que está en ella sepa la manera de enfrentarse a ella por la ayuda de Jehová, y escape de la tentación.
10, 11. (a) Como lo muestran las experiencias de los israelitas, ¿de qué clase de tentaciones está hablando el apóstol en particular? (b) ¿Por qué les sobrevendrán tentaciones de esta clase a los cristianos también, y qué permite Dios que manifestemos?
10 Ahora bien, debemos tener presente que aquí en 1 Corintios 10:13 el apóstol Pablo está hablando en particular acerca de tentaciones, no acerca de persecuciones. Pensaba en tentaciones ‘comunes a los hombres.’ Dijo al principio de este versículo trece: “Ninguna tentación los ha tomado a ustedes salvo lo que es común a los hombres.” ¿Común a qué hombres? Particularmente común a los hombres del Israel de la antigüedad que estaban en un pacto con Jehová. Pues en los versículos precedentes de este capítulo el apóstol habló acerca de las tentaciones que les sobrevinieron a los judíos naturales, y cómo millares de ellos cayeron bajo las tentaciones. Trae a colación el asunto de sus experiencias y su caída como advertencia para que los cristianos sean cautelosos para que no caigan al hallarse en circunstancias semejantes. Aquellos israelitas tuvieron contacto con los paganos, y millares de los israelitas cayeron en la inmoralidad, como dijo el apóstol Pablo: “Ni practiquemos fornicación, como algunos de ellos cometieron fornicación, de modo que cayeron, veintitrés mil de ellos en un día.” (1 Cor. 10:8) También se pusieron a adorar ídolos, a quejarse y a murmurar. Jehová permitió que estas tentaciones les sobrevinieran para ver lo que estaba en su corazón, para ver si amaban a Jehová su Dios o no.—Deu. 8:1-3.
11 De modo que hoy todas esas tentaciones les sobrevienen a los cristianos que también están en relación de pacto con Jehová, puesto que son los antitipos de aquellos pueblos antiguos, los israelitas naturales y la “vasta compañía mixta.” (Éxo. 12:37, 38; Núm. 11:4-6) Al permitirnos pasar por tentaciones, Jehová puede saber qué clase de personas somos en el corazón. Dios sí dispone una salida de la tentación pero permite que demostremos lo que realmente somos, lo que está en nuestro corazón, que odiamos lo que es malo y amamos lo que es bueno.
LA SALIDA DE LAS TENTACIONES
12. ¿Dispone Dios una salida de las tentaciones simplemente quitando la tentación, y cómo ilustra su respuesta una experiencia que envolvió a Moisés?
12 Jehová promete en su Palabra que “junto con la tentación él también dispondrá la salida.” ¿Cómo? ¿Simplemente quitando la tentación? No, Dios no quita la tentación, como cuando uno es tentado respecto a la inmoralidad o al murmurar. Hacemos bien en recordar que cuando Aarón y Míriam se quejaron de su hermano Moisés, de que tenía una posición demasiado prominente y que ellos no tenían suficiente influencia, Dios no eximió a estos dos quejumbrosos de la prueba quitando a Moisés del puesto, ¿verdad? No, permitió que Moisés continuara, porque Jehová lo había escogido y era el hombre adecuado para el trabajo. Aarón y Míriam eran los que tenían que amoldarse. ¿De qué manera? Tenían que conseguir el punto de vista teocrático de las cosas. Tenían que darse cuenta de que Jehová Dios es Rey y que ellos tenían que someterse a Sus arreglos. (Núm. 12:1-16) Por eso no podemos esperar que cuando nos enfrentemos a las tentaciones podamos evadir la prueba y escapar antes que termine la tentación. No, la tentación tiene que continuar hasta su fin; entonces Dios sabrá si tenemos integridad y lealtad a él o no.
13, 14. (a) Si no podemos evitar el ser sometidos a una tentación, ¿cómo, pues, dispone Dios una salida para nosotros? (b) ¿Qué experiencia del Israel de la antigüedad muestra que Jehová no somete su pueblo a pruebas que no pueden aguantar? (c) ¿Cómo ilustra la experiencia de José la necesidad de preparación con anticipación?
13 ¿Dónde, pues, está la escapatoria, si no podemos evitar el estar en presencia de ciertas tentaciones? Bueno, Dios nos da una salida dándonos sus principios teocráticos, los cuales, si los seguimos, nos ayudarán a evitar el hacer lo incorrecto. Además, Dios sabe cuánto podemos aguantar. Por consiguiente él no permite que nos sobrevengan pruebas que nos serían imposible de aguantar. Por ejemplo, cuando los israelitas salieron de Egipto, el relato bíblico dice: “No los guió Dios por el camino de la tierra de los filisteos simplemente porque estaba cerca, porque dijo Dios: ‘Puede ser que el pueblo sienta pesar al ver guerra y ciertamente se vuelva a Egipto.’” (Éxo. 13:17) De modo que Dios no les permitió ir por la ruta directa a la Tierra Prometida por la vía de “la Faja de Gaza.” Israel no estaba equipado para la guerra ni preparado para enfrentarse a las tropas bien entrenados de los filisteos. De modo que Jehová bondadosamente escogió la ruta del mar Rojo para su pueblo. Así Israel no se vio obligado a guerrear con los filisteos en ese tiempo, porque Dios sabía que no podrían aguantar esa prueba.
14 Podemos estar agradecidos de que Jehová no nos somete a pruebas que no podemos aguantar; también podemos estar muy agradecidos de que nos prepara de antemano para que podamos aguantar las tentaciones y salir bien, reteniendo integridad. Con este fin Dios nos edifica espiritualmente de antemano. Pero ¡ay de nosotros si no nos aprovechamos de esta preparación anticipada provista por Dios! Considere la prueba que le sobrevino a José cuando fue tentado por la esposa de Potifar a cometer inmoralidad. (Gén. 39:7-12) ¿Podemos ser como José? Él se había informado de antemano en cuanto a cuáles eran las leyes de Dios respecto a tales asuntos.
15. (a) ¿Qué éxito tendremos si nos preparamos con anticipación para las tentaciones? (b) ¿Cómo nos ayudará a vencer las tentaciones el ‘huir de la idolatría’?
15 Sí, Jehová Dios nos muestra la salida de la tentación en gran parte al describir de antemano qué clase de conducta espera de nosotros. (Gál. 5:19-23) Entonces podemos recorrer la gama de tentaciones de pe a pa y salir victoriosos, manteniendo integridad, probando que somos fieles bajo prueba. Pero tenemos que prestar atención al consejo del apóstol Pablo. Inmediatamente después de hablar acerca de cómo Dios nos ayudará en el asunto de la tentación añade: “Por lo cual, amados míos, huyan de la idolatría.” (1 Cor. 10:14) La idolatría de ninguna manera se circunscribe a la adoración de ídolos, imágenes, estatuas literales y cosas por el estilo. El apóstol Pablo advirtió que ‘codicia es idolatría.’ Esto se debe a que la codicia hace que uno haga un ídolo de sí mismo, y los deseos vehementes egoístas llegan a ser la cosa predominante en la vida de uno. Pero si ‘huimos’ de toda forma de idolatría, estamos mejor preparados para enfrentarnos al futuro y a las tentaciones que todavía surjan.—Col. 3:5; 1 Cor. 6:18.
16, 17. (a) Cuando uno se enfrenta a una tentación, ¿por qué es imprudente el confiar en su propia fuerza? (b) ¿Qué actitud tenemos que evitar, como lo muestra el ejemplo del Israel de la antigüedad cuando estuvo en la mismísima frontera de la Tierra Prometida? (c) ¿Mediante qué proceder podremos unirnos en expresar las palabras del apóstol en 2 Timoteo 4:17, 18?
16 Siempre que Jehová permita que una tentación nos sobrevenga, ¡hagamos algo para permanecer firmes! ¡Entre otras cosas podemos perseverar en la oración y buscar ayuda de lo alto! De esta manera no confiaremos en nuestra propia fuerza. Como dice el apóstol Pablo: “El que piensa que está en pie, cuídese que no caiga.” (1 Cor. 10:12) Sin importar cuánto tiempo haya estado el cristiano sirviendo a Dios, todavía tiene que contender con el elemento humano, su carne caída. Si humanos en el pasado han sido tentados por ciertas situaciones en tiempos críticos y han caído, entonces nosotros también debido a ser humanos igualmente podemos caer. Todavía estamos en este inicuo sistema de cosas con todas sus muchas tentaciones para ir por el camino incorrecto. No, no es prudente pensar que somos tan fuertes en nosotros mismos que no podemos caer. Israel estaba tan cerca de la Tierra Prometida, y sin embargo, a pesar de lo cerca, estaban presentes tentaciones serias, y 24.000 cayeron en la mismísima frontera de la tierra. De modo que hoy es preciso que jamás minimicemos el peligro de caer en la tentación. Espere en Jehová, y la tentación pasará. Jehová Dios resultará veraz a su Palabra y nos sacará de la prueba.
17 Por lo tanto confíe en Dios cuando se enfrente a tentaciones. Suplique en oración, diciendo: “Padre nuestro que estás en los cielos . . . no nos metas en tentación, sino líbranos del inicuo.” Entonces podremos decir con el apóstol Pablo: “El Señor estuvo cerca de mí y me infundió poder . . . El Señor me librará de toda obra inicua y me salvará.”—Mat. 6:9-13; 2 Tim. 4:17, 18.
18, 19. (a) ¿Qué clase de tentación les ha sobrevenido a millares del pueblo de Jehová en tiempos recientes, y cómo han resistido la tentación? (b) Ante la tentación de “transfusión de sangre o muerte,” ¿cómo halló salida de la prueba un Testigo de Surinam?
18 Hay miles de Testigos que en tiempos recientes se han enfrentado a tentaciones de aceptar transfusiones de sangre. Unos cuantos han caído en esta tentación bajo la presión de doctores y otros, pero el pueblo de Jehová en conjunto ha resistido esta tentación, adhiriéndose firmemente a Su palabra, la cual dice claramente: ‘Absténganse de sangre.’ (Hech. 15:20, 29) Y han hecho esto apegándose a los principios bíblicos y por medio de la oración. Considere al Testigo de Surinam que súbitamente se puso muy enfermo mientras viajaba en un barco. Fue desembarcado en Haití, para recibir allí tratamiento médico. Un doctor explicó que debido a una úlcera estomacal sangrante se trataba de “transfusión de sangre o muerte.”
19 ¿Cómo reaccionó este Testigo ante esta tremenda tentación? Escribió: “Allí estaba yo, a más de mil seiscientos kilómetros de mi familia. Probablemente ni siquiera sabían que yo estaba en esta condición peligrosa. No había ninguno de mis hermanos cristianos con quienes yo podía hablar. Las palabras ‘transfusión de sangre o muerte’ corrían por mi mente. Evidentemente los del hospital creyeron que yo ciertamente moriría. Oré a Jehová. Aunque a veces me sentía solo, siempre podía hablarle a Él. ¡Qué maravilloso es poder arrojar uno toda su inquietud sobre Jehová, con plena fe de que él cuida a sus siervos! Si acaso moría, entonces yo sabía que recibiría una resurrección. La esperanza de la resurrección me fortaleció en mi decisión de no aceptar sangre.” Con el tiempo este Testigo fue librado de la tentación, y se recuperó sin una transfusión de sangre. Por medio de adherirse a los principios bíblicos y ser vigilante en cuanto a las oraciones triunfó sobre la tentación.
ORACIÓN NO ESTORBADA POR INCOMUNICACIÓN
20-22. Explique por qué la oración es una ayuda maravillosa de lo alto.
20 Cuando necesitamos ayuda divina rápidamente, la oración es el medio más accesible para ayuda inmediata y directa. Puesto que Jehová Dios no duerme, no hay demora. “A Aquel que te guarda no le es posible adormecerse.” (Sal. 121:3) Hay ayuda instantánea de lo alto para los que acuden a Dios en oración. No es como tener que escribir una carta y luego esperar algunos días para recibir la respuesta. Y hay tanto por lo cual orar, no solo para nosotros mismos sino también para nuestros hermanos cristianos.
21 No solo es instantánea la comunicación mediante la oración; puede transmitirse a través de toda clase de barrera usada para incomunicar. (Jon. 2:1-10) El misionero encarcelado en la China Roja que pasó cinco años incomunicado tenía presente al profeta Daniel cuando dijo: “Oraba tres veces al día a plena vista de todos los que pasaran por mi celda.” ¿El resultado? Él dijo: “¡Cuánta fortaleza y confortación espirituales me produjo la oración! Y por esto todos llegaron a conocerme como un ministro cristiano.” ¡Qué maravillosa ayuda de lo alto en respuesta a la oración!—Dan. 6:10.
22 Además, el cristiano puede orar por el confortante espíritu santo, que penetra por toda clase de obstáculo, paredes y barrotes de prisión. Nada puede retener alejado el espíritu de Dios cuando lo solicitamos y somos dignos de recibirlo.
23-25. (a) ¿Qué amenaza no atemorizó a un joven cristiano en Guadalupe, y por qué no? (b) Debido a mantener integridad, ¿cuál fue el resultado?
23 No hace mucho amenazaron a un testigo de Jehová en Guadalupe con ponerlo incomunicado. Este joven se puso de parte de la neutralidad cristiana. (Juan 15:19) Lo pusieron en la cárcel y lo tenían solo en una celda. Entonces ejercieron presión en él. Le lanzaron amenazas: “Si no cambias de opinión, irás a la prisión por lo menos por dos años. Además, estarás solo en una celda todo ese tiempo, así que piénsalo bien... ¡solo por dos años!” Ahora bien, ¿qué respuesta recibieron de este joven cristiano?
24 Él contestó: “Bueno, eso es lo que ustedes creen. Pero yo no estaré solo como ustedes dicen, ¡de ninguna manera! Jehová Dios estará conmigo y me fortalecerá por medio de su espíritu.”
25 Las autoridades quedaron sorprendidas por esa respuesta. Además, su buena conducta los impresionó. Pasaron meses, y llegó el tiempo para una asamblea de los Testigos. ¡Qué sorpresa ver a ese joven presente para la sesión de apertura! Había sido puesto en libertad precisamente el día antes. Y relató su experiencia en la asamblea. Un oficial estaba presente, sin saberlo el joven. Más tarde este oficial dijo al ministro presidente del joven: “Debido a su buena conducta cristiana y decisión inquebrantable, ¿sabe usted lo que me dijo mi esposa? Me dijo: ‘No crean que ustedes han hecho eso por su propia voluntad. No, pues es su Dios, Jehová, quien ha hecho eso para él para que él asista a su asamblea. ¡Su Dios, Jehová, es más fuerte que nuestro dios!’”
26. ¿Por qué debemos acordarnos del buen consejo en 1 Pedro 4:7, y por eso qué debemos hacer cuando se presente una crisis?
26 Ante incomunicación, persecución, tentaciones y presiones, ustedes testigos fieles de Jehová pueden salir con buen éxito, gloriosamente para Su alabanza. La ayuda les viene de lo alto. Pero acuérdense del buen consejo del apóstol Pedro: “Sean vigilantes en cuanto a oraciones.” (1 Ped. 4:7) Pedro aprendió la importancia de esto de la peor manera aquella noche cuando el Señor Jesús le dijo que se mantuviera alerta y ‘orara de continuo, para que no entrara en tentación.’ (Mat. 26:41) Cuando se presente una crisis, tengan cuidado de no enfrentarse a ella simplemente durmiendo, sino, más bien, orando. Entonces obtendrán ayuda de lo alto y saldrán triunfantes de las pruebas y tentaciones, gracias a Jehová. Él dispondrá una salida para ustedes, porque “Dios es fiel.”