El valor y la necesidad de gobierno de uno mismo
“El fruto del espíritu es . . . gobierno de uno mismo.”—Gál. 5:22, 23.
1, 2. (a) ¿Cómo pudiera expresarse la importancia del gobierno de uno mismo? (b) ¿Cómo se confirma esto por lo que el apóstol Pablo dice en cuanto a ello?
¿CUÁNTA importancia está enlazada con la necesidad del cristiano de ejercer gobierno de sí mismo? Es tanta la importancia que difícilmente se podría dar demasiado énfasis a esa necesidad. En realidad, pudiéramos parafrasear apropiadamente las palabras del apóstol Pablo acerca del amor y decir: ‘Si hablo en las lenguas de los hombres y de los ángeles, si tengo el don de profetizar y tengo toda la fe, y si doy todos mis bienes para alimentar a otros, pero no tengo gobierno de mí mismo, de nada absolutamente me aprovecha.’—1 Cor. 13:1-3.
2 ¿Parece exageración esto? Entonces note el testimonio del apóstol Pablo. Ciertamente ningún seguidor de Jesucristo manifestó más celo y aguantó más por causa de las buenas nuevas que Pablo, como él mismo da testimonio de ello en 2 Corintios 11:22-33. Y no obstante, a pesar de tan sobresaliente registro de celo y aguante, sí, y ministerio fructífero, ¿qué dice Pablo acerca de su necesidad de gobierno de sí mismo? “Trato mi cuerpo severamente y lo conduzco como a esclavo, para que, después de haber predicado a otros, yo mismo no llegue a ser desaprobado de algún modo.” ¿Podría haber mayor tragedia que el haber trabajado tan poderosamente y haber aguantado tanto y no obstante que todo hubiera sido en vano? ¡Sin embargo “de algún modo” hubiera sido en vano si Pablo no hubiese ejercido gobierno de sí mismo!—1 Cor. 9:27.
3, 4. (a) ¿Cuál es la definición de gobierno de uno mismo? (b) ¿Cómo pudiera ilustrarse?
3 Verdaderamente, el gobierno de uno mismo es muy importante. ¿Y qué es gobierno de uno mismo? Se define como “restricción ejercida sobre los propios impulsos, emociones o deseos de uno”; “el acto, facultad o hábito de gobernar o controlar uno sus facultades o energías, especialmente las inclinaciones y emociones.” Por supuesto, el término mismo denota ejercerlo en tiempos de tentación o presión cuando hay el mayor peligro de obrar de manera imprudente o egoísta.
4 Se pudiera ilustrar el valor y la necesidad del gobierno de uno mismo con un automóvil. Su motor puede tener pocos caballos de fuerza, como 35, o muchos, como 400. Pero importante como es la producción de fuerza por este motor, también es importante el que sea gobernado, pues, ¿de qué valor sería un automóvil si no fuera posible gobernar la velocidad con que viajara y la dirección que siguiera? ¡Sería un instrumento mortífero!
5. ¿Cuál es el factor principal que hace necesario el gobierno de uno mismo?
5 El problema del gobierno de uno mismo surge porque podemos usar incorrectamente, así como correcta, sabia y amorosamente, los diversos dones y facultades con que Jehová Dios nos ha dotado, puesto que no estamos circunscritos por instintos como lo está la creación bruta, sino que somos agentes con libre albedrío creados a la imagen y semejanza de Dios. Tal como las fuerzas de la creación inanimada, si no se restringen, pueden causar mucho daño —por ejemplo ciclones, huracanes, marejadas y rayos— lo mismo es cierto de las facultades mentales, emocionales y físicas con las cuales nos ha dotado nuestro Creador; si no se gobiernan, pueden causar mucho daño.—Pro. 25:28.
DAÑO EFECTUADO POR NO EJERCER GOBIERNO DE UNO MISMO
6. ¿Cuáles son algunos de los resultados perjudiciales de no ejercer gobierno de uno mismo?
6 Miremos donde queramos, en torno de nosotros o en las páginas de la historia, vemos los resultados perjudiciales de que hombres, mujeres, y jóvenes en particular, no hayan ejercido gobierno de sí mismos. Los alarmantes y repugnantes asesinatos múltiples de que se informa en los diarios y en la radio y la TV son casos de personas que no gobernaron un fuerte impulso de expresar odio o frustración mediante asesinato. El no ejercer gobierno de uno mismo es el factor principal en la propagación de las enfermedades venéreas, en los muchos nacimientos ilegítimos, sin mencionar nada en cuanto a la extensa infelicidad en el matrimonio, lo que resulta en separaciones, abandonos y divorcio. Se dice que durante la I Guerra Mundial más soldados quedaron incapacitados debido a enfermedades venéreas que a las balas del enemigo, y un informe reciente tocante a la presente guerra de Vietnam declaró que más del 25 por ciento de las tropas se ha infectado de la misma manera. ¿Y qué es la borrachera si no es el resultado de no ejercer gobierno sobre el deseo vehemente de bebidas alcohólicas? ¿Con cuánta frecuencia no es la falta de gobierno de uno mismo el factor principal de un accidente automovilístico, como cuando un conductor se irrita o permite que le desvíen la atención? Vez tras vez, según lo ha establecido la investigación médica, hay accidentes que tienen como causa el comportamiento imprudente de parte de “personalidades dominadas por impulsos”... los que carecen de gobierno de sí mismos.
7, 8. (a) ¿Qué ejemplos pusieron Eva y Caín de falta de gobierno de sí mismos? (b) ¿Qué otros ejemplos de falta de gobierno de uno mismo se registran en las Escrituras?
7 Son muchos los ejemplos amonestadores que suministra la Biblia del daño en que resulta el no ejercer gobierno de uno mismo. Pudiera decirse que Eva se encuentra entre los primeros. Ella “vio . . . que el árbol era bueno para alimento y que a los ojos era algo que anhelar, sí, el árbol era deseable para contemplarlo”; y por eso, en vez de ejercer gobierno de sí misma, cedió a la tentación y participó del fruto. (Gén. 2:16, 17; 3:2-6) A Caín se le advirtió que no permitiera que su cólera lo dominara; más bien, él debería dominarla. Pero él no ejerció gobierno de sí mismo y así mató atrozmente a su hermano, perdió la esperanza de vida eterna y llegó a ser el primero de una larga línea de asesinos humanos, todo debido a falta de gobierno de sí mismo.—Gén. 4:5-7; 1 Juan 3:12.
8 Por otra parte, obedecer el mandato que se les dio a Lot y a su familia de no mirar atrás al huir de la ciudad de Sodoma condenada a la destrucción exigía de cada uno gobierno de sí mismo. La esposa de Lot no lo ejerció, y esto resultó en su destrucción. Jesús la mencionó como ejemplo amonestador para sus seguidores. (Gén. 19:17, 26; Luc. 17:32) Jacob en su lecho de muerte dio una reprensión fuerte a Rubén su primogénito, porque no ejerció gobierno de sí mismo; evidentemente Rubén dejó que le sirviera de tentación una de las concubinas de su padre. “Con precipitada licencia como de aguas [inundadoras],” profanó el canapé de su padre. (Gén. 49:3, 4) El rey Saúl perdió el reino de Israel debido a su impaciente falta de gobierno de sí mismo, pues no pudo esperar hasta que el profeta Samuel viniera a ofrecer un sacrificio en un tiempo de emergencia nacional. (1 Sam. 13:8-14) ¡Y en la vida de algunos de los más fieles siervos de Jehová ha habido incidentes en que no ejercieron gobierno de sí mismos, lo cual dio por resultado pesar grande y duradero! ¡Cómo recalcan para nosotros todos estos ejemplos amonestadores lo necesario que es el que ejerzamos gobierno de nosotros mismos!—Gén. 9:20, 21; Núm. 20:7-13; 2 Sam. 11:1–12:15.
EJEMPLOS DE GOBIERNO DE UNO MISMO
9, 10. ¿Quién nos ha dado el mayor ejemplo de gobierno de sí mismo, y de qué maneras ha demostrado dicha cualidad?
9 Por otra parte, para fortalecer nuestra resolución de ejercer gobierno de nosotros mismos la Palabra de Dios nos da muchos ejemplos excelentes, el principal de los cuales es nada menos que el de Jehová Dios mismo. ¿Ejerce Jehová Dios gobierno de sí mismo? Sí, él mismo nos dice esto: “He estado callado por largo tiempo. Continué silencioso. Seguí conteniéndome [ejerciendo gobierno de mí mismo].” (Isa. 42:14) El Israel infiel merecía ser castigado inmediatamente, pero Jehová se contuvo. Muchas personas, que no conocen los atributos y propósitos de Jehová, se quejan porque él permite la iniquidad y el sufrimiento; no comprenden que el permitir éstos —por razones sabias y amorosas— representa gran gobierno de sí mismo de parte de Dios. ¿Por qué?
10 Jehová Dios tiene poderes ilimitados a su disposición. Puede usarlos de cualquier manera y a cualquier tiempo que lo crea conveniente. Pero ejerce sus poderes solo de maneras justas, sabias y amorosas. Es sufrido, es tardo para la cólera, así como nos dice su Palabra, y, ¿qué es el que él sea tardo para la cólera sino que ejerce gobierno de sí mismo, que contiene su justa indignación? (Sal. 103:8; 145:8; Jer. 15:15; Joel 2:13; Jon. 4:2; Nah. 1:3) Aguardó 120 años antes de destruir la generación inicua del día de Noé, y esperó siglos antes de finalmente ejecutar juicios sobre el Israel infiel en 607 a. de la E.C. (Gén. 6:3; 2 Cró. 36:15, 16) Satanás y sus demonios, así como sus instrumentos y títeres humanos, continuamente ultrajan la justicia de Jehová, se mofan de su autoridad, lo insultan con blasfemia, calumnia y rebelión. Él tiene sentimientos, como muestra la Biblia. ¿No siente vivamente estas cosas? ¡Ciertamente que sí! No obstante, él ha aguantado esto por milenios; ha ejercido gobierno de sí mismo debido a su sabiduría y amor.
11. ¿De qué maneras nos puso Jesús un ejemplo excelente de gobierno de sí mismo?
11 Y sin duda Jesucristo, el Hijo de Dios, puso el mayor ejemplo de un humano que ejerciera gobierno de sí mismo. En ninguna ocasión durante todo su ministerio terrestre perdió el dominio de sus facultades, poderes o emociones; jamás habló ni actuó apresuradamente ni desacertadamente. “Cuando lo estaban injuriando, no se puso a injuriar en cambio. Cuando estaba sufriendo, no se puso a amenazar.” (1 Ped. 2:23) ¡Eso exigió gobierno de sí mismo! Por eso leemos en Mateo 27:13, 14: “Entonces le dijo Pilato: ‘¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti?’ Pero no le contestó, no, ni una sola palabra, de modo que el gobernador quedó muy admirado.” Esto era algo que raramente se veía. Pero el profeta de Jehová había predicho que, cuando fuese enjuiciado, él ‘no abriría su boca,’ y por eso Jesús se contuvo, no diciendo una sola palabra a pesar de todas las acusaciones falsas que lanzaron contra él. ¡Verdaderamente, Jesús nos dio un ejemplo maravilloso, sí, perfecto, de gobierno de sí mismo para que tratemos de copiarlo, y especialmente cuando nos hallemos bajo tensión, como cuando estemos delante de gobernantes!—Isa. 53:7.
12-14. ¿Qué ejemplo de gobierno de sí mismo dio José? ¿Gedeón? ¿El rey Saúl? ¿Daniel y sus tres compañeros?
12 Nos animan también a tratar de imitar a Jesucristo los ejemplos excelentes de gobierno de sí mismos que han puesto siervos de Jehová que son imperfectos y frágiles como nosotros mismos, según repetidas veces lo muestra la Palabra de Dios. ¡Qué excelente ejemplo de gobierno de sí mismo dio José cuando fue importunado por la esposa de Potifar! (Gén. 39:7-20) Otro ejemplo excelente de tiempos antiguos de ejercer gobierno de sí mismo lo dio el juez Gedeón. Después que él ganó la victoria sobre los madianitas, se vio frente a los hombres envidiosos de Efraín que trataron de armar una reyerta con él levantándole acusaciones falsas. Gedeón, con la emoción de la victoria, fácilmente pudo haberse encolerizado y haberles ‘dicho cuatro frescas,’ lo cual pudiera haber resultado en lucha sangrienta entre los israelitas. Pero no, él ejerció gobierno de sí mismo y prudentemente los elogió, haciendo que se fueran en paz. Permitió que fuera la razón, y no la emoción, lo que dictara sus palabras.—Jue. 8:1-3.
13 El rey Saúl, aunque más tarde perdió su gobernación real por su falta de gobierno de sí mismo, como ya notamos, al principio sí mostró esta excelente cualidad. Cuando acababa de ser hecho rey algunos “hombres que no servían para nada” lo despreciaron, diciendo con escarnio: “¿Cómo nos salvará éste?” y no le trajeron ningún regalo en reconocimiento del hecho de que Jehová Dios mismo lo había hecho rey sobre ellos. Saúl pudo haberse resentido, regañado, estallado en cólera o hasta obrado contra ellos, pero no, rehusó hacer de ello un punto polémico y ejerció gobierno de sí mismo: “El continuó como uno que ha quedado mudo.” ¡Qué prudente es permanecer callado cuando tratan de provocar a uno!—1 Sam. 10:27.
14 Entre otros que pudieran mencionarse estuvieron Daniel y sus tres amigos jóvenes. Cuando se los llevaron cautivos a Babilonia les ofrecieron los mejores alimentos y bebidas por órdenes del emperador. Pero aunque todos los otros cautivos así como todos los babilonios banqueteaban con aquellas provisiones, Daniel y sus tres amigos ejercieron gobierno de sí mismos y rehusaron comer estas provisiones porque eran inmundas según la ley de Moisés. Por ejercer tal gobierno de sí mismos Jehová los bendijo grandemente, pues resultaron ser más sabios que todos los demás sabios del rey. Y sin duda este ejercicio de gobierno de sí mismos ayudó a fortalecerlos de modo que, cuando vinieron pruebas más severas, los cuatro pudieron permanecer firmes, pudieron retener integridad.—Dan. 1:8-20; 3:16-30; 6:4-28.
NECESIDAD DE GOBIERNO DE UNO MISMO EN EL COMER Y EL BEBER
15-17. (a) ¿Qué hecho acerca de los cristianos los obliga a ejercer gobierno de sí mismos? (b) ¿Cuáles hechos, razones y textos indican que tiene que haber gobierno de uno mismo en el comer y en el beber?
15 El hecho de que tiene que haber gobierno de sí mismos de parte de los cristianos lo indican muchísimas razones apremiantes y potentes, una de las cuales es su mayordomía. En virtud de su dedicación a Jehová Dios son mayordomos no solo de privilegios y habilidades, sino también de su tiempo, sus recursos y sus fuerzas. Para desempeñar apropiadamente su mayordomía precisan gobierno de sí mismos, como en el comer y el beber. Es obvio que el borracho y el glotón, que carecen de gobierno de sí mismos, están desperdiciando no solo su dinero, sino también su tiempo y sus fuerzas. (Pro. 23:20, 21) Pero sería error llegar a la conclusión de que con tal que evitemos esos extremos estamos ejerciendo adecuado gobierno de nosotros mismos en el comer y en el beber. Quizás no. Quizás una persona no esté borracha, pero no obstante puede haber bebido demasiado si se hace locuaz o se pone a dormitar. Igualmente quizás una persona no haya comido al grado de la glotonería, y no obstante es posible que haya comido demasiado si se pone perezosa o soñolienta. Podría depender de la ocasión.
16 El gobierno de uno mismo en el comer y en el beber se denota en el consejo: “Sea que estén comiendo, o bebiendo, o haciendo cualquier otra cosa, hagan todas las cosas para la gloria de Dios.” (1 Cor. 10:31) ¡El cristiano no vive para comer, como si los placeres de la mesa fuesen lo mejor de la vida! ¡No lo son! Los cristianos deben estar dispuestos a tener en poco la mesa por causa de las buenas nuevas. El alimento sencillo y sin aderezos que se toma con moderación es lo mejor para el cuerpo. Y también es económico. Los cristianos no deben dar poca importancia a esto, porque los hábitos de comer con modestia pueden significar la diferencia entre permanecer en el servicio de tiempo cabal y el no poder hacerlo. Sabiamente se da el consejo: “Cuando te sentares a comer con un príncipe, repara con atención lo que te ponen delante. Y si es que te domina el apetito, aplica el cuchillo a tu garganta.”—Pro. 23:1, 2, Herder.
17 Cuando los cristianos se sientan a la mesa deben estar dispuestos a ejercer gobierno de sí mismos por causa de los intereses y bendiciones del Reino. ¿Cuánto provecho podemos sacar de un discurso bíblico si estamos soñolientos por haber disfrutado primero de una comida abundante? No queremos estar entre aquellos cuyo “dios es su vientre,” o que son esclavos “de su propio vientre,” ¿verdad? ¡Cuán apropiadas son estas palabras de Jesús: “Presten atención a ustedes mismos para que sus corazones nunca lleguen a estar cargados debido a comer con exceso y beber con exceso y por las inquietudes de la vida, y de repente esté aquel día sobre ustedes instantáneamente como un lazo”! El ejercer gobierno de uno mismo en el comer y el beber es parte de la devoción piadosa, que es provechosa para todas las cosas, tanto para la vida presente —algunas autoridades médicas culpan a la alimentación en demasía de casi todas las enfermedades degenerativas modernas— como para la vida que ha de venir.—Fili. 3:19; Rom. 16:18; Luc. 21:34, 35; 1 Tim. 4:8.
18. ¿De qué dos maneras nos ayuda el gobierno de nosotros mismos en el comer y en el beber a mantener gobernadas nuestras emociones?
18 Además, el gobierno de nosotros mismos al estar a la mesa nos ayuda a ejercer gobierno de nosotros mismos en lo que toca a nuestras emociones, y eso de dos maneras. Primero, en el sentido de que el ejercer gobierno de nosotros mismos en un asunto nos ayuda a ejercerlo en otros. Así, un prominente ministro cristiano a quien le gustaban mucho los cacahuates decía que los llevaba en el bolsillo pero que no se los comía, con el propósito de desarrollar gobierno de sí mismo. El controlar su apego a los cacahuates le ayudaba a ejercer gobierno de sí mismo en otros asuntos. Y en segundo lugar, mientras más sobrio sea el hombre en sus hábitos de comer más probable es que con menos frecuencia sea plagado de fuerte pasión sexual, otra esfera en la cual hay que ejercer gobierno de uno mismo. Como se ha observado bien, ‘mientras más robusto sea el hombre sensual, más inclinado está al mal.’
NECESIDAD DE GOBIERNO DE UNO MISMO EN RELACIONES ENTRE LOS SEXOS
19. (a) ¿Qué se pudiera decir que representa el mayor desafío al gobierno de uno mismo, y qué hechos lo indican? (b) ¿A qué se debe esto, y no obstante, cómo se discierne que es una expresión del amor de Jehová?
19 El ejercer gobierno de uno mismo en las relaciones de uno con los del sexo opuesto es aun más necesario, pudiera decirse, y al mismo tiempo más difícil que el ejercer gobierno en el comer y en el beber, pues las consecuencias envueltas son mucho más serias. Pudiera decirse que representa el más grande desafío de todos. Cada año literalmente miles de cristianos dedicados son expulsados en todas partes del mundo porque su conducta para con los del sexo opuesto ha sido indigna de cristianos. Y se entiende fácilmente por qué esto es así cuando pensamos en lo que está envuelto. Jehová Dios no solo les mandó a la primera pareja humana que fueran fructíferos y se hicieran muchos, sino que al mismo tiempo puso en cada uno de los sexos una atracción mutua tan fuerte que jamás habría peligro alguno de que la raza humana se suicidara por no ejercer sus facultades de procreación debido a las cargas concomitantes a la vida familiar. Esto al mismo tiempo era otra evidencia del amor de Jehová Dios, porque él hizo que la atracción mutua de los sexos fuese sumamente agradable. Así hizo posible que todos, prescindiendo de lo humildes que fueran sus circunstancias, disfrutaran de una de las mayores bendiciones de la vida, sin que dependiera de genio ni de gran riqueza.—Gén. 1:26-28; 2:18-24.
20, 21. (a) ¿Por qué ha dado Jehová Dios leyes que gobiernan el don del sexo? (b) ¿Qué dice la Palabra de Dios acerca de los que violan sus leyes con respecto a esto?
20 Pero con este don el Creador de manera sabia, justa, sí, y lógica, impuso restricciones, no arbitrariamente, sino para el propio beneficio del hombre, y en particular para beneficio de la mujer, el vaso más débil, y para beneficio de la prole que resultara de esta bendición; razones por las cuales prohibió la fornicación y el adulterio. Tal como la necesidad de alimento y bebida que tiene el hombre no le da derecho ni a robar ni a hacerse glotón o borracho, así la facultad de expresión sexual no debe ejercerse de cualquier manera que le agrade al hombre sin considerar las leyes de Dios ni las consecuencias para sí mismo o para otros. De modo que se requiere que ejerzamos gobierno de nosotros mismos en cuanto a cómo expresamos este instinto por pensamiento, palabra y acción. Es por eso que la Palabra de Dios aconseja a los esposos: “Bebe agua de tu propia cisterna, y chorrillos que salen de en medio de tu propio pozo.”—Pro. 5:15-23.
21 Sí, el despertamiento y la satisfacción del instinto del apareamiento es una sensación sumamente agradable, y por lo tanto el corazón humano caído se inclina fuertemente a participar en él. Pero a menos que esto se ejerza dentro de los límites del matrimonio es estigmatizado en las Escrituras como “las obras de la carne . . . fornicación, inmundicia, conducta relajada,” cosas que lo privan a uno de las bendiciones del reino de Dios, así como leemos: “Que la fornicación e inmundicia de toda clase o avaricia ni siquiera se mencionen entre ustedes, así como es propio de personas santas . . . Porque . . . ningún fornicador, ni inmundo, ni avariento —que significa ser idólatra— tiene herencia alguna en el reino del Cristo y de Dios.”—Gál. 5:19-21; Efe. 5:3, 5.
22. ¿Qué consejo bíblico se da a los hombres y a las mujeres tocante a la conducta cuidadosa entre los sexos, y qué deducciones se sacan de él?
22 Los hombres cristianos en particular deben tener cuidado para ejercer gobierno de sí mismos en cuanto a palabra y acciones, para no despertar inmundicia en el sexo opuesto, ya que parece que la tendencia del hombre caído es deleitarse en seducir. Las mujeres cristianas, por otra parte, deben asegurarse con cuidado de que “se adornen en vestido bien arreglado, con modestia y buen juicio.” Tal como la masculinidad le produce placer a las mujeres, así la feminidad le produce placer a los hombres, pero a menos que esté aunada a la modestia es un placer inmundo. Difícilmente puede decirse que las minifaldas sean modestas. Las palabras de Jesús registradas en Mateo 5:28 tienen por inferencia sugerencias para las mujeres. ¿Cómo? En el sentido de que las mujeres cristianas tienen la obligación de no vestirse de manera provocativa, de no tentar a los hombres a que las sigan mirando y así segar un placer orgulloso al observar cómo pueden jugar con las emociones de los hombres. Y cuando los hombres violan ese texto no solo se hacen culpables ellos mismos, sino que bien pueden excitar a la mujer de modo que ella también se haga culpable. Claramente, tanto los hombres como las mujeres de la congregación cristiana tienen que cumplir con lo que les corresponde si a las mujeres de mayor edad se les ha de tratar “como a madres, a las de menos edad como a hermanas con toda castidad.”—1 Tim. 2:9; 5:1, 2.
GOBIERNO DE UNO MISMO EN OTRAS ESFERAS
23, 24. ¿En qué otras esferas deben ejercer cuidado los cristianos para exhibir gobierno de sí mismos, y por qué razones?
23 El Creador no impuso en los animales inferiores la obligación de ejercer gobierno de sí mismos. Por medio de simplemente seguir sus instintos permanecen bien, viven su vida señalada y cumplen el propósito que Dios tuvo al crearlos. Pero en cuanto al hombre las cosas son diferentes. Jehová Dios dotó al hombre de raciocinio, de conciencia y fuerza de voluntad, los cuales, sin embargo, sufrieron daño debido a la caída del hombre. Por lo tanto el hombre imperfecto continuamente tiene que disciplinarse para no propasarse en cualquier cosa que le suministre placer. De modo que no hay nada malo en la diversión misma, en los deportes, aficiones y cosas semejantes, SI se mantienen gobernados, en su lugar apropiado; SI se ejerce moderación al disfrutar de ellos. Pero si a uno se le hace difícil ser moderado al disfrutar de tales cosas buenas, sea una afición o el ver TV, mejor sería privarse de ello enteramente antes que dejar que llegara a ser un lazo para uno.—Mar. 9:43-48.
24 Lo mismo aplica hasta a la ocupación seglar cotidiana de uno. Quizás sea muy interesante o desafiadora, o quizás la encuentre uno grandemente remuneradora a causa del dinero que uno gana u otros beneficios. Estos factores bien pueden hacer que uno llegue a ser un trabajador por impulso irresistible, que carece de gobierno de sí mismo. A menudo los hombres que trabajan así llegan a ser víctimas de hipertensión arterial y padecen de ataques cardíacos. Por otra parte, muchas personas no pueden ejercer gobierno de sí mismas en cuanto a la adquisición de cosas materiales. El habla aduladora de los vendedores influye fácilmente en ellas y en consecuencia hacen compras imprudentes y así llegan a estar endeudadas a los acreedores.
25. ¿Qué se nos ha llamado a la atención en lo ya dicho en cuanto al valor y la necesidad de ejercer gobierno de uno mismo?
25 Verdaderamente sería difícil dar demasiado énfasis al valor y la necesidad del gobierno de uno mismo. A menos que lo ejerzamos, es posible que todas nuestras labores cristianas resulten haber sido en vano “de algún modo.” La falta de gobierno de sí mismo hizo que la raza humana emprendiera el camino del pecado y de la muerte y ha causado la caída de muchos siervos de Jehová y les ha acarreado desdicha. Pero es posible ejercerlo, como lo han demostrado muchos fieles personajes bíblicos. En particular, cuando se trata de placeres, cosas de las cuales el mismo efectuarlas es un disfrute, como el comer y el beber, las relaciones sexuales y la diversión, necesitamos gobierno de nosotros mismos si queremos hacer lo prudente, lo amoroso y lo correcto.
[Ilustración de la página 746]
Lo necesario de ejercer gobierno de uno mismo se puede ilustrar con un automóvil: No solo necesita la fuerza del motor, sino el gobierno de su dirección y velocidad
[Ilustración de la página 747]
El Diluvio realmente fue ejemplo de una ocasión en que Dios ejerció gobierno de sí mismo: Esperó 120 años antes de destruir a aquella generación inicua
[Ilustración de la página 748]
Daniel y sus tres amigos mostraron gobierno de sí mismos al rehusar comer los manjares exquisitos del rey. Jehová los bendijo por ello