¿Conoce usted al Ejército de Salvación?
“SÍ,” ES lo que millones de personas responderán en los muchos países donde se encuentra el Ejército de Salvación. Su respuesta generalmente significa que saben que el Ejército de Salvación efectúa trabajo social y de auxilio y están familiarizadas con sus actividades para reunir fondos, particularmente alrededor del tiempo de la Navidad. Quizás significa que han visto las filas que se forman en los barrios bajos enfrente de los comedores de beneficencia del Ejército de Salvación. O han observado a sus miembros vestidos en uniformes que atraen la vista, predicando en las esquinas de las calles o tocando sus instrumentos musicales de latón en desfiles. Pero aparte de estas cosas que saltan a la vista, ¿qué sabe la persona de término medio acerca del Ejército de Salvación? ¿Dónde se originó? ¿Por qué está organizado al estilo militar? ¿Es una organización religiosa que tiene su propia colección de doctrinas y enseñanzas, como tienen otras iglesias?
Pocos saben tales cosas con respecto al Ejército de Salvación. Muchos lo consideran solo como otra agencia de beneficencia que ayuda a los necesitados y pobres, y a menudo se halla a la mano para rendir ayuda en las escenas de desastre. Algunos están familiarizados con la ayuda y estímulo que dio a los soldados aliados durante la I Guerra Mundial cuando los siguió al mismo campo de batalla y les sirvió café y roscas en las líneas del frente. Más personas están familiarizadas con su trabajo durante la segunda guerra mundial, cuando el Ejército de Salvación tuvo mil cafeterías móviles colocadas estratégicamente a través del mundo... dos de las cuales se evacuaron en Dunkerque. Es al pensar la gente en este trabajo de beneficencia y estos programas de ayuda en tiempo de guerra que millares de ellos responden a la solicitación de fondos del Ejército para llevar a cabo su actividad. Pero realmente, ¿qué tipo de organización sostienen estas contribuciones?
Nacimiento y crecimiento de un ejército
Hace poco más de cien años un puñado de evangelizadores “abrió fuego” contra el pecado y la corrupción en los barrios bajos del Londres oriental. La lucha pronto llegó a estar caracterizada como una guerra contra Satanás para traer el mensaje de Cristo a los pobres, los oprimidos y a los que no eran miembros de ninguna iglesia. Se entró a cantinas y garitos, se visitó a hogares y se dio cuidado y atención a los enfermos y pobres. Dentro de un tiempo sumamente corto este movimiento llegó a ser una prominente organización mundial... el Ejército de Salvación.
Su fundador, William Booth, dijo en una ocasión: “Quiero mi religión como mi té... caliente.” Fue este deseo celoso de llevar su religión a la gente, sin importar quién era o dónde estuviera, lo que hizo que Booth se separara de las aletargadas iglesias ortodoxas. Eso fue en 1861 cuando fue obligado a salirse de la Iglesia Metodista a causa de sus actividades celosas contra los vicios. Pero Booth continuó predicando en todas partes —en tiendas de campaña, establos, teatros, cantinas— dondequiera que podía hallar gente que escuchara su mensaje. “Su plan no era fundar una iglesia,” informa una publicación oficial del Ejército de Salvación. “Pero cuando trató de enviar conversos a las iglesias, no se sentían en su elemento a causa de su aspecto pobre. Por eso, Booth estableció centros de Misión Cristiana para estos conversos” en los barrios bajos del Londres oriental. Eso fue en 1865. Estos centros crecieron rápidamente y en mayo de 1878 las personas que concurrían a ellos llegaron a conocerse como el Ejército de Salvación.
Rápidamente la organización se extendió a Escocia y Gales; invadió a los Estados Unidos en 1880, a Australia y Francia en 1881; en 1883 se estableció en la entonces Unión Sudafricana y avanzó al Japón en 1895. Da evidencia del rápido crecimiento del Ejército de Salvación la asamblea internacional que se celebró en junio de 1914 para festejar el comienzo de su año quincuagésimo. En esa ocasión unos 40.000 miembros del Ejército de Salvación de más de cincuenta países y colonias se reunieron en Londres. Tan solo en los Estados Unidos el Ejército de Salvación actualmente tiene unos 361.500 miembros.
Aunque durante su vida su fundador negó que el Ejército de Salvación era una secta religiosa, con el tiempo llegó a ser reconocido como tal. En septiembre de 1917, el auditor de guerra general del Ministerio de la Guerra de los Estados Unidos declaró, en parte: “El Ejército de Salvación es una organización religiosa mundial . . . Tiene existencia legal distinta; un credo y forma de adoración reconocidos; un gobierno eclesiástico definido y distinto; un código formal de doctrina y disciplina; una historia religiosa distinta; un cuerpo de miembros no asociado con ninguna otra iglesia o secta . . . En común con otras iglesias, tiene literatura propia; lugares establecidos de adoración religiosa; congregaciones regulares; servicios religiosos regulares; una escuela dominical para la instrucción religiosa de los jóvenes, y escuelas para la preparación de sus ministros. Las funciones de sus ministros parecen ser semejantes a las del clero de cualquier otra iglesia.”
Separaciones y divisiones
En el transcurso del desarrollo del Ejército de Salvación las contiendas internas resultaron en el nacimiento de nuevas sectas religiosas que siguieron el mismo modelo militar de la organización madre. La primera separación mayor se produjo en los Estados Unidos en 1884, unos cuatro años después de llegar allí el Ejército. Para ese tiempo se había efectuado un aumento de unos cinco mil miembros y unos trescientos oficiales a pesar de sufrir burla y persecución ardiente. Entonces surgió dificultad cuando el general Booth ordenó al mayor Thomas E. Moore, que estaba encargado de las fuerzas norteamericanas, que renunciara a su mando y se encargara del trabajo en la Unión Sudafricana. La respuesta de Moore fue formar un Ejército de Salvación separado. Incorporó su nueva organización en 1884 y asumió el título de general. Al año siguiente, se concedió una carta constitucional enmendada bajo el nombre El Ejército de Salvación de los Estados Unidos.
Después que Moore fue despedido, el mayor Frank Smith fue puesto al cargo de lo que se llamó el Ejército de Salvación “Mundial” o Inglés para distinguir esta organización del Ejército de Salvación de los Estados Unidos. Siguió una lucha competidora que con el tiempo vio la declinación del Ejército incorporado de Moore y el crecimiento y prosperidad del Ejército de Salvación internacional. En octubre de 1889, el coronel Richard E. Holz condujo a la sección del Ejército de Salvación de los Estados Unidos bajo su mando a una reconciliación con la organización internacional. Sin embargo, algunas subdivisiones rehusaron volver, y éstas con el tiempo se unieron y se reorganizaron, y en 1913 cambiaron su nombre a Los Obreros de Rescate de los Estados Unidos.
Los Obreros de Rescate de los Estados Unidos han continuado en operación hasta hoy, aunque han seguido siendo una organización pequeña con solo veintiuna iglesias y 1.880 miembros. La mayor parte de su actividad se limita a la parte oriental de los Estados Unidos, donde sus oficinas principales están ubicadas en Filadelfia, Pensilvania. Las doctrinas de Los Obreros de Rescate son casi idénticas a las del Ejército de Salvación, y su propósito y organización son esencialmente los mismos.
Una separación de aún mayor significado vino en 1896 como resultado de un desacuerdo en la familia Booth. William Booth tuvo ocho hijos, y todos, salvo el que murió a una edad temprana, participaron activamente en el crecimiento y expansión del Ejército de Salvación. En realidad, dos de ellos, Bramwell, su hijo mayor, y Evangeline, con el tiempo sucedieron a su padre como general en jefe de la entera organización. El segundo hijo del general, Ballington, también fue un líder competente, y cuando fue puesto al cargo de las fuerzas norteamericanas para suceder al mayor Smith en 1887, siguió un período de progreso inestorbado. Mas con el tiempo Ballington cayó en desgracia de su padre, y cuando se le ordenó que renunciara a su mando en los Estados Unidos dejó el Ejército de Salvación.
Ballington Booth era amado y respetado por los miembros del Ejército de Salvación, y se alega que si hubiese hecho el esfuerzo por reconstruir el Ejército de Salvación en los Estados Unidos como una organización independiente, incorporada, habría tenido éxito. Sin embargo, no optó por hacerlo. En realidad, fue solo por el estímulo de amigos que decidió comenzar un nuevo movimiento, y cuando lo hizo, él y su esposa anunciaron públicamente: “No hemos tratado de llamar a nuestro lado a ninguno de los asociados que todavía permanecen con la organización internacional y creen en ella.”
A pesar de este anuncio muchos miembros del Ejército de Salvación se afiliaron a la nueva organización, la cual para abril de 1896, fue llamada oficialmente Los Voluntarios de los Estados Unidos. Como resultado, en menos de un año los Voluntarios tenían 140 subdivisiones con 400 comandantes en jefe y cincuenta oficiales de estado mayor. La organización siguió el mismo modelo militar del Ejército de Salvación. Ballington llegó a ser el general y sirvió en esa capacidad hasta su muerte en 1940. Fue sucedido por su esposa, que murió en 1948, y luego, a su vez, por su hijo, Charles Brandon Booth.
Hoy las oficinas principales de los Voluntarios en la Ciudad de Nueva York superentienden la actividad de sus 583 iglesias y 31.440 miembros. Según lo que dice una publicación oficial, la organización “está dedicada al servicio del pueblo estadounidense como una organización nacional de beneficencia social religiosa que suministra ayuda material y espiritual a los que la necesitan, prescindiendo de raza, credo o color.”
Organización militar
Quizás uno de los rasgos más notables del Ejército de Salvación es su semejanza exterior a las organizaciones militares de hoy día. The Faith of the Salvationist, un folleto del Ejército de Salvación, comenta sobre su adopción de una organización de semejanza militar: “La lógica colocó su sobria mano sobre el experimentalismo formativo del nacimiento del Ejército. Si un ‘Ejército de Salvación,’ entonces una guerra contra el mal más bien que la operación de una misión; si una guerra, entonces a War Cry [Grito de Guerra, la publicación oficial del Ejército de Salvación]; si un Ejército con una guerra en sus manos, entonces un general en vez de un superintendente general; si un general, entonces oficiales más bien que predicadores o administradores; si oficiales, entonces soldados más bien que miembros; si soldados, entonces uniformes. Así se desarrolló la historia con la rapidez libre de trabas de algo nuevo entre los hombres.” Una publicación oficial del Ejército de Salvación explica que “se usa una forma militar de gobierno a causa de su eficacia y la disciplina que se exige del personal.”
Hoy se usa una expresión militar para describir casi todo acto o actividad del Ejército de Salvación. En vez de hablar de la congregación o feligresía local, es el “cuerpo.” Se refiere a una reunión de oración como una “disciplina de arrodillarse.” Para llegar a ser “soldado” un nuevo “recluta” tiene que firmar una declaración que se llama “El Código Militar,” y cuando muere “se le asciende a la gloria.” Cuando se comienzan las operaciones en un territorio nuevo se refiere a ello como “abrir fuego.”
Hay dos categorías de miembros en el Ejército de Salvación: soldados y oficiales. Para llegar a ser soldado el individuo tiene que firmar el código militar, que es una declaración que contiene las once doctrinas fundamentales del Ejército de Salvación según se promulgaron en su Escritura de Fundación de 1878. También tiene que prometer dar apoyo activo a los principios y trabajo del Ejército y abstenerse del uso de licor alcohólico y oponerse a él. El soldado compra su propio uniforme y se espera que se lo ponga como una declaración de fe y una oferta de servicio.
Por otra parte, los oficiales del Ejército de Salvación son trabajadores de tiempo cabal, todos los cuales son ministros ordenados. Tienen que usar sus uniformes todo el tiempo, y reciben un sueldo semanal para sostenerlos en el ministerio. Para llenar los requisitos de oficial es preciso que el soldado tenga educación de escuela secundaria y haya empleado por lo menos seis meses en servicio activo en algún cuerpo del Ejército de Salvación. Entonces puede solicitar la calidad de oficial, y, si es aceptado, es elegible para asistir a una de las escuelas de entrenamiento del Ejército donde un curso de dos años como interno lo prepara para el ministerio de tiempo cabal. Un oficial se gradúa de la escuela como teniente y puede avanzar de allí a rangos superiores, tales como capitán, mayor, coronel, etc.
Un rasgo excepcional de la organización es la prominencia que se les otorga a las mujeres. Según la enseñanza del Ejército, “la posición de las mujeres es igual a la de los hombres.” Como resultado, las mujeres han tenido mucho que ver con la dirección y norma del Ejército de Salvación, y a menudo ejercen la superintendencia sobre los hombres. En realidad, durante treinta años Evangeline Booth sirvió de jefe del Ejército de Salvación en los Estados Unidos, y durante cinco años dirigió a la entera organización mundial.
Puede que algunos elogien la igualdad de las mujeres y los hombres como un noble ideal, pero esa igualdad está diametralmente opuesta al principio bíblico: “La cabeza de todo varón es el Cristo; a su vez la cabeza de la mujer es el varón.” El apóstol Pablo mostró que no le atañe a la mujer tomar la delantera e instruir a los hombres dentro de la congregación cristiana, cuando dijo a Timoteo: “No permito que la mujer enseñe, ni que ejerza autoridad sobre el hombre, sino que esté en silencio.” Al conceder a las mujeres iguales privilegios ministeriales, el Ejército de Salvación no sigue el precedente bíblico. Tampoco puede decirse que al usar prendas de vestir militares distintivas sigue el ejemplo de Jesús o sus apóstoles. Más bien es una imitación de las organizaciones militares de este mundo.—1 Cor. 11:3; 1 Tim. 2:12.
Doctrinas y creencias
La meta del miembro del Ejército de Salvación es ganar conversos. “La creencia en la conversión súbita está ‘en su sangre’... en todo lugar, a toda hora, a toda persona,” explica un folleto del Ejército de Salvación. Aun el trabajo social y de auxilio es parte de un programa que mantiene a la religión del Ejército de Salvación ante la mente del público. Pero, ¿cuáles son sus doctrinas y creencias? ¿Se basan en la Biblia?
Las enseñanzas del Ejército de Salvación son casi idénticas a las de la mayoría de las iglesias protestantes fundamentales. La tercera de las once afirmaciones cardinales que todo converso tiene que firmar para llegar a ser miembro, dice: “Creemos que hay tres personas en la Divinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, indivisos en esencia y coiguales en poder y gloria.” Y la undécima afirma: “Creemos en la inmortalidad del alma . . . y en el castigo infinito de los inicuos.” The Faith of the Salvationist explica: “El miembro del Ejército de Salvación cree en el Infierno. Su vocabulario contiene la frase ‘eternamente perdido’ aunque puede refrenarse del lenguaje vívido e imaginativo de sus antepasados cuando habla sobre este tema.”
Pero ¿enseña la Biblia la creencia trinitaria de que Dios, Cristo y el espíritu santo son coiguales y que hay tres personas en una sola esencia? Ni Jesús ni sus apóstoles enseñaron tal doctrina. En realidad, Jesús confesó: “El Padre es mayor que yo.” Jamás trató Jesús de usurpar la posición superior de su Padre a fin de ser igual a él, como la doctrina de la Trinidad enseña falsamente que es. El profesor E. Washburn Hopkins dijo en su libro Origin and Evolution of Religion: “Para Jesús y Pablo la doctrina de la trinidad evidentemente fue desconocida; al menos no dicen nada acerca de ella.” Arthur Weigall nota en The Paganism in Our Christianity que “en ninguna parte del Nuevo Testamento aparece la palabra ‘Trinidad.’” Agrega que “el origen del concepto es enteramente pagano.”—Juan 14:28; Fili. 2:6.
Así mismo, la creencia en la inmortalidad del alma humana y su tormento eterno ha sido una parte integrante de las religiones paganas por miles de años, pero usted no hallará apoyo para esas enseñanzas en la Biblia. El docto del griego, Benjamin Wilson, anotó en el apéndice de su traducción de la Biblia, The Emphatic Diaglott, que en las más de 800 apariciones de las palabras originales hebrea y griega para alma, “ni una sola vez se encuentra la palabra inmortal, o inmortalidad, o imperecedero, en conexión, como calificando a los vocablos.” Sin embargo, el lector de la Biblia hallará muchas expresiones semejantes a ésta de Ezequiel 18:4: “El alma que esté pecando... ella misma morirá.” Y en vez de enseñar tormento eterno para los que han muerto, la Biblia dice: “En cuanto a los muertos, ellos no están conscientes de nada en absoluto.”—Ecl. 9:5, 10; Isa. 53:12; Sal. 22:29.
El Ejército de Salvación también sostiene que “el bautismo y la cena del Señor no son esenciales para la salvación del alma, y no los observa.” Sin embargo, el mandato explícito de Jesús a sus seguidores al despedirse fue: “Vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos.” El registro del ministerio de los apóstoles en el libro bíblico de los Hechos muestra que ellos obedecieron este mandato. Jesús también instruyó a sus seguidores con respecto a la “cena del Señor,” la cena final que comió con sus discípulos para conmemorar su muerte: “Sigan haciendo esto en memoria de mí.” Estas dos cosas, el bautismo y la “cena del Señor,” tienen una abundancia de significado simbólico para los cristianos, y Jesús les impuso a los cristianos verdaderos la obligación de observarlas.—Mat. 28:19; Luc. 22:19.
Aunque posiblemente muchas personas que han sostenido al Ejército de Salvación de diferentes maneras lo hayan considerado como simplemente una organización de beneficencia social, un vistazo más de cerca revela que principalmente es un movimiento religioso que tiene su propia colección de doctrinas y enseñanzas. Y aunque muchos de sus oficiales y soldados desplieguen celo ejemplar, el mensaje que llevan a la gente concerniente a Cristo y la esperanza del hombre para el futuro no se basa en un conocimiento exacto de la Palabra de Dios.