“El amor nunca falla”
“El amor nunca falla.”—1 Cor. 13:8
1. ¿A qué puede compararse el amor? ¿Qué tiene que hacerse para aumentar su belleza?
EL AMOR es semejante a una gema inapreciable, a un diamante con muchas facetas. Es hermoso de cualquier manera que usted lo vea. De hecho, se ha dicho en verso: “Vase la juventud como vapor, Y la belleza como una rosa, Lo que dura y atrae es el amor, Cual joya esplendorosa.” Como un diamante que tiene numerosas superficies reflectoras, el amor tiene muchísimos aspectos, todos buenos, deseables, conmovedores y alegradores del corazón. Pero, al principio, el amor se puede comparar a una piedra sin pulir aunque sea preciosa. La habilidad latente para atraer a otros, para bendecirlos, para alegrarlos, se encuentra ahí, en un estado sin pulir. ¿Cómo podemos pulirlo para aumentar su brillo? Como cristianos, ¿cómo podemos tomar este diamante en bruto, por decirlo así, y hacer que brille con resplandeciente belleza? Bueno, primero tenemos que dejar que brille la luz de la Palabra de Dios sobre la gema del amor.
2. (a) ¿A pesar de qué ha mostrado amor Jehová? (b) ¿Cómo han desplegado Dios y Cristo amor en conexión con el rescate?
2 Jehová supera en mostrar amor. Por millares de años y a pesar de la voluntariedad de la humanidad, fielmente, inagotablemente, el Creador ha demostrado este atributo superlativo—todo esto, aunque ha sido inmerecido. Jehová “hace salir su sol sobre inicuos y buenos y hace llover sobre justos e injustos.” El Altísimo ha sido “bondadoso para con los ingratos e inicuos.” Jesucristo pudo dar testimonio de todo esto en su sermón del monte. (Mat. 5:45; Luc. 6:35) Realmente, tanto Jehová como Cristo han desplegado gran amor en conexión con el rescate. “Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16) Y Jesús dijo a sus seguidores: “Nadie tiene mayor amor que éste: que alguien entregue su alma a favor de sus amigos.” (Juan 15:13) Jesucristo hizo exactamente eso para las personas semejantes a ovejas, en armonía con sus propias palabras: “Yo soy el pastor excelente . . . yo entrego mi alma a favor de las ovejas.” (Juan 10:11, 15) ¡Qué maravillosos ejemplos de amor tenemos en Jehová y Su Hijo!
3. Para tener el favor de Jehová, ¿qué cualidad tenemos que desplegar y hacia quiénes?
3 Para tener el favor de Jehová, tenemos que, como Dios y Su Hijo, mostrar amor. (1 Juan 3:21-23) Los cristianos verdaderos, por lo tanto, cumplen con los dos grandes mandamientos pronunciados por Cristo: “‘Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente.’ Este es el más grande y el primer mandamiento. El segundo, semejante a él, es éste: ‘Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo.’” (Mat. 22:37-39) El mostrar tal amor es posible para los cristianos, porque ellos tienen espíritu de Dios y producen sus frutos, uno de los cuales es amor.—Gál. 5:22.
4. ¿Qué es amor, según Pablo?
4 El amor es una cualidad inefable. Desafía la definición cabal. No obstante, bajo inspiración, Pablo escribió acerca de ello: “El amor es sufrido y bondadoso. El amor no es celoso, no se vanagloria, no se hincha, no se porta indecentemente, no busca sus propios intereses, no se siente provocado. No lleva cuenta del daño. No se regocija por la injusticia, sino que se regocija con la verdad. Todas las cosas las soporta, todas las cree, todas las espera, todas las aguanta. El amor nunca falla.” (1 Cor. 13:4-8) Fácilmente se ve que el amor no podría rechazar, sino que tiene que atraer. Naturalmente atraería, juntando a las personas. Esto ciertamente lo ha hecho en la sociedad del nuevo mundo de los testigos de Jehová, unificada como está por todo el mundo. Pero examinemos cuidadosamente ahora los diversos aspectos, las varias facetas, de esta gema, el amor.
“EL AMOR ES SUFRIDO Y BONDADOSO”
5. (a) ¿Qué ha significado para muchos el que Jehová sea sufrido? ¿Tolera infinitamente él la maldad? (b) ¿De qué maneras podemos ser sufridos?
5 Pablo dijo: “El amor es sufrido y bondadoso. “El ser sufrido significa que aguantaremos las debilidades e imperfecciones de otros. Jehová lo ha hecho así, y para muchos esto ha querido decir salvación. (Rom. 2:4; 2 Ped. 3:9, 15) Naturalmente, él no tolera infinitamente la maldad. Pablo dijo a los atenienses idólatras: “Cierto, Dios ha pasado por alto los tiempos de tal ignorancia, sin embargo ahora le está diciendo a la humanidad que todos en todas partes se arrepientan. Porque ha fijado un día en que se propone juzgar a la tierra habitada con justicia por un varón a quien él ha nombrado.” (Hech. 17:29-31) Siguiendo el ejemplo divino, debemos ser pacientes con otros que quizás sean más lentos física o mentalmente, quizás a causa de edad avanzada. El amor busca maneras de mostrar consideración benévola. Eso no significa que continuamente tenemos que aguantar la maldad o que nosotros mismos violaremos principios bíblicos. Sin embargo, algunas cosas pueden hacerse de una manera u otra. Ningún principio bíblico está envuelto. ¿Por qué insistir en que la nuestra es la única manera en tales casos? Eso solo pudiera resultar en hechos faltos de amor, en disputas y en pérdida de felicidad. (1 Cor. 9:22) Que debemos ser pacientes y perdonadores lo recalcó Jesús, quien dijo a Pedro que perdonara “no . . . Hasta siete veces, sino: Hasta setenta y siete veces.” (Mat. 18:21, 22) Por eso, bien podemos preguntarnos: “¿Realmente muestro paciencia? ¿Soy benévolo? ¿Me pongo en el lugar de otro? ¿Perdono?” Si usted es sufrido y puede contestar Sí, ¡esta faceta de su amor tiene que brillar lucidamente!
6. (a) Dé ejemplos de “benignidad humana.” (b) ¿Por qué puede decirse que la vida del cristiano es una vida de benignidad?
6 Pero, ¿qué hay de la bondad? El amor es bondadoso. Hay obras de bondad humana y en tiempos de desastre frecuentemente las personas reaccionarán de maneras humanitarias. Los habitantes de Malta mostraron a Pablo y a otros que habían naufragado “extraordinaria benignidad humana.” (Hech. 28:2) Sin embargo, ellos no lo hicieron porque Pablo era ministro de Jehová Dios. Ellos simplemente mostraron beneficencia, aunque abundantemente. Hoy cuando azota la calamidad, muchos reaccionan con “benignidad humana.” Ayudan a su semejante que sufre. Por ejemplo, en febrero de 1953, el desastre azotó a Holanda cuando diques se rompieron y se inundó la tierra. Un escritor dijo, repasando éste y sucesos semejantes: “A veces puede suceder que el público sea demasiado generoso. Se donaron suficientes frazadas a las víctimas de las inundaciones de Holanda para tapar a la entera nación holandesa durante un año.” Cuando la penalidad acosa a sus hermanos y hermanas espirituales en alguna parte del mundo, la bondad y el amor impulsan a los cristianos verdaderos a acción. Cosas materiales, ropa y artículos necesarios se donan por compañeros creyentes en tierras no afectadas. Pero los cristianos hacen trabajo de su vida el mostrar bondad, no solo de maneras materiales sino especialmente espirituales. Usan su tiempo y recursos, gastan sus energías, en actos de bondad y amor, ayudando a las personas de manera espiritual por medio de su ministerio. De modo que el cristiano dedicado no se limita a filantropía ocasional o humanitarismo temporal, “benignidad humana” pasajera. Su vida es una vida de bondad.—1 Tim. 4:16.
7. Dé una ilustración que indica la necesidad de mostrar bondad.
7 Ahora, ponga por caso que usted se encuentre en el lugar de reuniones de congregación, el Salón del Reino. Al echar un vistazo, ¿qué ve usted? Recibiéndolo se encuentran caras sonrientes. Solo de vez en cuando usted puede descubrir otro leve sentimiento. Valerosamente, su hermana cristiana que vive en una casa dividida oculta el dolor que ha experimentado. Cuando regrese a casa quizás se enfrente a lo desagradable. Quizás su asistencia a esta reunión pacífica, espiritualmente edificante se haya efectuado a costa de no poca infelicidad. Ella derramó lágrimas antes de salir de casa a causa de un cónyuge opositor, aunque usted quizás nunca lo sepa. ¡Qué amor e interés expresaría usted hacia ésta de las “ovejas” de Dios si usted solo supiera sus circunstancias! ¡Cómo la apreciaría usted! Ciertamente usted no la pasaría por alto ni le diría alguna palabra falta de bondad en un instante arrebatado. ¡Oh! quizás esta hermana hasta halle necesario el reducir algo la asistencia a las reuniones a causa de las exigencias de su esposo, aunque ella no abandona del todo el reunirse con sus compañeros cristianos. ¿Comenzamos a despreciarla? No deberíamos hacerlo, porque, si ella está haciendo lo mejor que puede, Jehová sabe esto y no está descontento. Recuerde, Dios “ve lo que es el corazón.” (1 Sam. 16:7) Sería verdaderamente falto de bondad el criticar. Ella necesita ayuda, no desaliento; bondad, no critica. Cuando le hablamos animadoramente, alegramos su corazón, la hacemos verdaderamente feliz de que forma parte de tan maravillosa, de tan amorosa organización. Y al mostrar bondad estamos puliendo otra superficie de la gema de amor.
8. ¿Cómo se muestra bondad en nuestro ministerio?
8 La bondad también se expresa cuando pacientemente explicamos verdades a personas en nuestro ministerio—esto, aunque al principio tengan dificultad en comprender algunas cosas o en aplicar principios bíblicos a su vida y modo de pensar. Pero, sea en el hogar, en el ministerio, o en las reuniones de congregación, es esencial expresar bondad. Es un aspecto importante de nuestro amor. Por eso, se nos exhorta: “Mas háganse bondadosos los unos con los otros, tiernamente compasivos, libremente perdonándose unos a otros así como Dios también por Cristo libremente los perdonó a ustedes.”—Efe. 4:32.
EL AMOR NO ES CELOSO NI SE VANAGLORIA
9. (a) ¿Cómo deberíamos reaccionar cuando a alguien se le confía un puesto de responsabilidad en la congregación? (b) Puesto que “el amor no es celoso,” ¿cómo deberíamos considerar la envidia?
9 “El amor no es celoso.” Por consiguiente, la envidia no se apoderará de nosotros si tenemos amor. No permitiremos que nuestro amor se apague si a otro se le confía un puesto de responsabilidad en la congregación cristiana. No le negaremos nuestro apoyo activo a causa de celos. Más bien, daremos gracias a Jehová de que nuestro hermano espiritual pueda usar sus buenas cualidades y habilidades para el adelanto de la organización terrestre de Dios. Nos regocijaremos en su buen éxito. La envidia se reconocerá por lo que es—un pecado. El consejo de Gálatas 5:26 hallará un lugar en nuestro corazón: “No nos hagamos egotistas, promoviendo competencias unos con otros, envidiándonos unos a otros.”
10. ¿Por qué jactarnos en Jehová y no en nosotros mismos?
10 Pero pongamos por caso que nos hallemos en un puesto de responsabilidad. ¿Tenemos razón para vanagloriarnos en nuestros logros? El amor “no se vanagloria.” No tenemos nada que no hayamos recibido. (1 Cor. 13:4; 4:7) Quizás seamos pastores, teniendo la superintendencia, pero recuerde, nunca perdemos la posición de ovejas en virtud de tal nombramiento. Como ovejas, todos deberíamos vanagloriarnos, no en nosotros mismos, sino, ¿en quién? Primera de 1 Corintios 1:31 contesta: “El que se jacta, jáctese en Jehová.” ¡Cuán apropiado es que todas las ovejas se vanaglorien o se jacten en el Gran Pastor de todas las ovejas! Y, ¿por qué no vanagloriarse en Jehová? Nosotros podemos plantar y regar, como Pablo y Apolos, “pero Dios siguió haciéndolo crecer; de modo que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios que lo hace crecer.” (1 Cor. 3:6-9) Por otra parte, ¿qué hay del mañana? Si nos vanagloriamos hoy y solo confiamos en nosotros mismos, esto puede ser fatal. Observe la amonestación del apóstol: “En consecuencia, el que piensa que está en pie, cuídese que no caiga.” (1 Cor. 10:12) No se olvide de que, “si alguien piensa que es algo, no siendo nada, está engañando su propia mente.” (Gál. 6:3; Rom. 11:18) Por eso entonces, si nos vanagloriamos en Jehová, no en nosotros mismos, obraremos amorosamente, no orgullosamente. Así estaremos puliendo y abrillantando todavía otra faceta del amor. ¿Cómo?
11. (a) ¿Cómo pudiera desplegar una persona una “disposición de ánimo carnal”? (b) ¿Qué actitud debemos tener para con otros?
11 El apóstol indicó además que el amor “no se hincha.” No podemos pasar por alto esto, uno de los muchos aspectos del amor. Una persona puede ser ambiciosa o puede darse demasiada importancia. Quizás crea que debe rectificar las cosas en la vida de otros. Francamente, quizás se crea superior a su prójimo. Pero en esto, ¿no estaría habiendo deficiencia en cuanto a su amor? Sí, porque su disposición es una “disposición de ánimo carnal.” (Col. 2:18) Por supuesto, esto no significa que un superintendente debe pasar por alto las oportunidades de ayudar a las personas espiritualmente o que otras también deben fallar en hacerlo. Pero algunas cosas son personales y deben dejarse así. (Gál. 6:5) Aquí el consejo de Colosenses 3:12 es muy oportuno: “De consiguiente, como escogidos de Dios, santos y amados, vístanse de los tiernos cariños de compasión, de bondad, humildad de mente, apacibilidad y gran paciencia.” Examinen su ropa espiritual. Obren amorosamente, “considerando con humildad de mente que los demás son superiores a ustedes.”—Fili. 2:3.
EL AMOR NO ES INDECENTE NI EGOÍSTA
12. Puesto que el amor “no se porta indecentemente,” ¿cómo deberíamos portarnos?
12 Mientras estamos puliendo esta faceta de la gema del amor haremos bien en recordar que el amor “no se porta indecentemente.” Esto significa que seremos atentos en el hogar, en la congregación y en el ministerio. No seremos rudos ni anticristianos. Tampoco obraremos inmoralmente, tratando de corrompernos unos a otros egoístamente. (1 Cor. 10:8; 2 Ped. 2:9, 10) Más bien, tenemos que pensar apropiadamente para obrar apropiadamente. Tenemos que evitar la obscenidad. A los efesios se les dijo: “Que la fornicación e inmundicia de todo género o avaricia ni siquiera se mencionen entre ustedes, así como es propio de personas santas; tampoco comportamiento vergonzoso, ni habla necia, ni bromear obsceno, cosas que no son decorosas, sino más bien el dar gracias.” (Efe. 5:3, 4; Col. 3:5-8) Los cristianos se hallan en escena. Somos un espectáculo teatral delante de los hombres y de los ángeles. (1 Cor. 4:9) ¿Qué clase de personajes seremos en el drama presente si olvidamos hacer la cosa amorosa, si en nuestra falta de consideración traemos vituperio a Jehová, a quien debemos amar en primerísimo lugar? ¡Nunca suceda eso!
13, 14. (a) Puesto que el amor “no busca sus propios intereses” egoístamente, ¿qué significa esto para un superintendente? (b) ¿Qué ejemplo no deben olvidar los superintendentes? (c) En amor, ¿cómo pueden los cristianos cuidar bien de los intereses de otros?
13 El amor “no busca sus propios intereses” egoístamente. En el caso de un superintendente, por ejemplo, esto significa gastarse. Se requiere que sea abordable a todo tiempo. Jamás debe estar demasiado ocupado para ayudar a otros. Si las personas de la congregación tienen problemas que no pueden resolver y necesitan ayuda, ¿no deberían sentirse libres para buscar la ayuda del superintendente maduro? Y, ¿no debería ser amoroso y considerado? Pues, piense en Jesús. ¡Cuán ocupado estaba! No obstante, las personas podían abordarlo. Él les predicaba. Les enseñaba. Las curaba. Les mostraba compasión. ¡Las amaba! Él puso el ejemplo perfecto, un ejemplo que los superintendentes maduros y amorosos no olvidarán.—Mat. 4:23; Mar. 1:21, 22; 2:13; Luc. 7:13; Juan 13:34; 15:9,12.
14 El amor hará que sacrifiquemos nuestros propios derechos a veces y seamos tolerantes hacia costumbres que, en sí, no sean antibíblicas. Los cristianos corintios no sabían si habían de comer o no la carne que se compraba en la carnicería pero que había venido de animales ofrecidos a los ídolos. No había objeción directa a participar de ella, mientras uno no estuviera teniendo una comida sacrificatoria en la adoración de los dioses demoníacos representados por los ídolos. No obstante, si el comer tal carne haría tropezar a otro, Pablo aconsejó el abstenerse. Él dijo: “Todas las cosas son lícitas; pero no todas las cosas son ventajosas. . . . Que cada uno siga buscando, no su propia ventaja, sino la de la otra persona.” (1 Cor. 10:23-33) De manera semejante hoy en día, el cristiano considerado, por ejemplo, se abstendrá de beber bebidas alcohólicas en una comunidad donde el hacerlo no sea aprobado. Él tiene derecho bíblico de participar con moderación, pero se abstiene porque no quiere hacer tropezar a nadie. Interésese, entonces, en el bienestar y la edificación de otros. Pula esta faceta de la gema del amor. No busque sus propios intereses egoístamente sino los intereses y el bienestar de otros. El amor lo hará a usted hacer todo esto porque el amor nunca falla.—Fili. 2:4.
OTRAS FACETAS DEL AMOR
15. ¿Qué punto de vista adoptará el cristiano maduro en cuanto a la cólera y el guardar rencor? ¿Por qué?
15 El amor “no se siente provocado” ni “lleva cuenta del daño.” No solo daña las relaciones la cólera, sino que también es perjudicial a la salud, al colocar una tensión en el corazón. Salomón dijo: “Un corazón tranquilo es la vida del organismo de carne.” (Pro. 14:30) Por eso preste atención al consejo: “Deja sola la cólera y deja el furor; no te muestres acalorado solo para hacer el mal.” (Sal. 37:8) La cólera es una obra de la carne caída. (Gál. 5:19, 20) Y el guardar rencor lo lastima a uno. Es anticristiano. (Mat. 5:22; Lev. 19:17, 18) Una vez, Pablo y Bernabé tuvieron una disputa. Pero el rompimiento de relaciones se arregló y no guardaron rencor. (Hech. 15:36-41) No guarde rencor, entonces, ni busque de manera falta de madurez una manera y ocasión de desquitarse de algún ofensor. No se sienta provocado ni lleve cuenta del daño. Recuerde, estas facetas de la gema del amor tienen que pulirse, también.—Rom. 12:17.
16. ¿En qué no se regocija el amor? ¿En qué se regocija? Compare a los cristianos y a los de tendencia mala en este respecto.
16 El apóstol dijo además que el amor “no se regocija por la injusticia, sino que se regocija con la verdad.” (1 Cor. 13:6) El cristiano no encuentra placer en la injusticia, aun si los opositores lo experimentan. (Pro. 29:27) Sin embargo, los de tendencia mala: Satanás, los demonios y los hombres inicuos, se regocijan por la injusticia, adoptando el punto de vista de que “el fin tiene que justificar el medio.” Este fue un factor que acarreó sobre la Tierra y sus habitantes los terribles estragos de la guerra mundial en esta generación. Ciudades fueron convertidas en cascajo, hogares en polvo, una medida de felicidad en pesar y dolor—y para millones vino la muerte. Estas y otras causas de sufrimiento se han originado por los que se regocijan por la injusticia, por los que odian lo que es correcto. Los cristianos, sin embargo, se regocijan en Jehová, en el triunfo de la verdad, no en la injusticia de ninguna clase. Así, para ellos el futuro encierra verdadera grandeza. Están sembrando amor, no odio, y continuarán segando en cambio el amor de Dios, con felicidad ahora y en el nuevo orden de su promesa.—2 Ped. 3:11-13; Gál. 6:7-10.
17. Mencione una manera en que “todas las cosas las soporta” el amor.
17 “Todas las cosas las soporta” el amor verdadero. Por consiguiente, si surgen dificultades, los cristianos serán perdonadores. Tienen presentes las palabras de Cristo: “Además, si tu hermano comete un pecado, ve y pon al descubierto su culpa entre ti y él a solas. Si te escucha, has ganado a tu hermano.” (Mat. 18:15-17) Este primer paso para zanjar las disputas es un acto de amor, porque el chismear no llena el aire, sino que el ofensor mismo es abordado en privado. Pasos adicionales se pueden dar si se hace necesario, pero, ¡cuántos problemas se resuelven muy fácilmente de esta manera, por amor! Se ven por lo que son—faltas personales menores que rápidamente se pueden perdonar y olvidar. Los cristianos verdaderos no permiten que falle su amor. Optan por ‘vivir pacíficamente,’ por resolver sus problemas amigablemente.—2 Cor. 13:11.
18. (a) Con amor, ¿cómo consideraremos la verdad? (b) ¿Qué actitud deben adoptar los cristianos hacia el alimento espiritual provisto por medio del “esclavo fiel y discreto”?
18 El amor no nos permitirá rechazar la verdad. Se ha dicho que “la verdad es . . . más extraña que la ficción.” No obstante, si es la verdad, el amor la aceptará. ¿Por qué? Porque “todas las [cosas] cree” el amor. Sin embargo, el amor no es crédulo. Si algo es incorrecto o falto de veracidad, el amor no nos permitirá aceptarlo. Sin embargo, el amor nos hará recibir con aprecio las verdades registradas en la Palabra de Dios. Nos impulsará a aceptar alimento espiritual provisto por medio del “esclavo fiel y discreto.” (Mat. 24:45-47) No seremos escépticos en cuanto a ello. Pues, si tuviésemos duda en este respecto, seríamos como las olas intranquilas, turbulentas, del mar. ¿Ha observado usted las olas rugientes, quizás impelidas por vientos que cambian? Sus movimientos son erráticos. Bueno, si somos escépticos, seremos como las olas. Por eso, para nuestro provecho Santiago escribió: “Por lo tanto, si alguno de ustedes tiene deficiencia en cuanto a sabiduría, que siga pidiéndole a Dios, . . . y le será dada. Pero que siga pidiendo en fe, no dudando nada, porque el que duda es semejante a una ola del mar impelida por el viento y aventada de una parte a otra. De hecho, no vaya a figurarse ese hombre que recibirá cosa alguna de Jehová.”—Sant. 1:5-8.
19. “Todas las [cosas] espera” el amor. ¿Qué cosas?
19 El cristiano también tiene que esperar en todas las cosas de la Palabra de Dios. A los tesalonicenses se les amonestó: “Mas en cuanto a nosotros que pertenecemos al día, mantengamos nuestro juicio y llevemos puesta la coraza de fe y amor y como yelmo la esperanza de salvación.” (1 Tes. 5:8) El soldado que entra en batalla sin el equipo apropiado ni la cubierta protectora difícilmente puede esperar sobrevivir. Si falla nuestro amor, ¿qué clase de soldados espirituales seremos? No tendremos la “coraza de fe y amor” ni el yelmo vitalmente necesario, “la esperanza de salvación.” Aptamente, entonces, “todas las [cosas] espera” el amor, todas las cosas que se hallan en y que verdaderamente se basan en la Palabra de Dios, la Santa Biblia.—Juan 17:17.
20. El amor nos capacitará a aguantar ¿Qué?
20 Otra faceta de la gema del amor es que “todas las [cosas] aguanta” el amor. El amor a Dios hace posible el aguantar persecución. Aun después de que los apóstoles fueron azotados y vituperados por causa del nombre de Cristo, “todos los días en el templo y de casa en casa continuaban sin cesar enseñando y declarando las buenas nuevas acerca del Cristo, Jesús.” (Hech. 5:40-42) El sufrir debido a la persecución se puede aguantar con la fuerza que da Dios. (Fili. 4:13) Pero, ¿qué hay si recibimos reprensión de Dios por medio de su Palabra u organización? Entonces recuerde este consejo sabio: “La disciplina de Jehová, oh hijo mío, no rechaces; y no aborrezcas su censura, porque al que Jehová ama él censura, así como lo hace el padre al hijo en quien halla placer.” (Pro. 3:11, 12) Que no falle su amor. Acepte la corrección. Nunca permita que ésta lo aleje de la organización de Dios, ni que mate su amor a ella ni el amor a Jehová.—Sal. 141:5.
21. (a) Para mostrar amor, ¿de qué tienen que depender los cristianos? (b) ¿Por qué estimar el amor?
21 Reconocidamente, no siempre es fácil ejercer amor. Por lo tanto, usted tiene que trabajar en ello y tiene que depender del espíritu de Jehová. Si usted lo hace, será posible que usted muestre amor, porque éste es un fruto del espíritu de Dios. (Gál. 5:22, 23) Determínese a desplegar el amor que atrae. Y tenga presente esto: “Un compañero verdadero está amando todo el tiempo, y es un hermano que nace para cuando hay angustia.” (Pro. 17:17) Al resumir su avalúo inspirado del amor dijo Pablo: “Ahora, sin embargo, permanecen la fe, la esperanza, el amor, estos tres; pero el mayor de éstos es el amor.” (1 Cor. 13:13) El amor es esa grandiosa cualidad que está difundida en la congregación cristiana. El amor sobrevivirá al Armagedón, como también sobrevivirán los cristianos verdaderos que lo demuestren. (Rev. 16:14, 16) Por eso, tenga firmemente afianzada la gema del amor. No la pierda. Que nadie se la robe. ¡Estímela! Siempre resultará ser una bendición para usted, para sus hermanos cristianos y para todos con quienes usted tenga tratos. Muéstrelo ahora y eternamente. Recuerde—¡“El amor nunca falla”!—1 Cor. 13:8.