El ir en pos de la paz
1. Habiendo hallado la paz, ¿qué tiene que hacer entonces el que ama la vida, y qué obligación descansa ahora sobre él?
DESPUÉS que el que ama la vida ha buscado y ha hallado la paz con Dios por medio de su Hijo Jesucristo, ¿qué tiene que hacer? De allí en adelante tiene que seguir tras la paz, sí, ir en pos de ella. “Busque la paz y vaya en pos de ella,” es el consejo por medio del apóstol cristiano Pedro. (1 Ped. 3:11) Tiene que hacer de la paz la cosa tras la cual siga por el resto de su vida. Eso significa que tiene que mantener la paz. Al disfrutar de la paz con Dios mediante Cristo él no está solo. El entrar en la paz con Dios lo introduce en la relación pacífica con la congregación de todos los que están dedicados enteramente a Dios por medio de Cristo y que por lo tanto se han reconciliado con Dios. (2 Cor. 5:18-21) No debe llegar a ser un perturbador de la congregación cristiana. Tiene la obligación de preservar una relación quieta, tranquila, calmada, armoniosa con esta organización. Tiene que vivir en conformidad con la regla de conducta declarada por un apóstol del cuerpo gobernante cristiano: “Sean pacíficos unos con otros. Por otra parte, los exhortamos, hermanos, amonesten a los desordenados, hablen alentadoramente a las almas deprimidas, den su apoyo a los débiles, sean sufridos para con todos. Vean que nadie devuelva daño por daño a alguna otra persona; sino sigan siempre lo que es bueno unos con otros y con todos los demás.”—1 Tes. 5:13-15.
2. ¿En medio de qué situación tienen que seguir los cristianos tras este derrotero, y debido a ser ellos un blanco principal de ataque qué tentativa se hace tocante a ellos?
2 Los cristianos tienen que seguir tras este derrotero en medio de un mundo en el cual hay disturbio en todas partes tal como nunca hubo antes. Desde que fue arrojado a la tierra inmediatamente después de nacer el reino de Dios en los cielos en 1914, Satanás el Diablo y sus demonios han estado maliciosamente resueltos a causar todos los ayes, tumulto e inquietud que pueden entre los hombres. (Apo. 12:12) Su principal blanco de ataque ahora es el resto cristiano del Israel espiritual y su “grande muchedumbre” de compañeros semejantes a ovejas. (Apo. 12:17) De consiguiente Satanás hace todo lo posible por causar desasosiego, perturbación y desorden entre ellos con el fin de desbaratar la organización.
3. ¿Por medio de qué discriminaciones ha mantenido Satanás trastornado al mundo, pero cómo eliminó Dios hace mucho esto dentro de su congregación?
3 Por consiguiente todo el que ama la vida, que ha hallado dentro de la organización visible de Dios la paz que buscaba, tiene que hacer de la paz aquello en pos de lo cual siga permanentemente. En cuanto al mundo de Satanás el Diablo ha tenido éxito en mantenerlo trastornado y eruptivo por medio de discriminación racial, tribal y de color. Pero Dios por medio de Cristo eliminó esto dentro de su congregación cristiana verdadera. La congregación cristiana comenzó como una organización cristiana casi enteramente judía en la Jerusalén antigua, salvo por algunos prosélitos circuncisos de otras naciones. (Hech. 2:10; 6:5) Luego samaritanos circuncisos fueron agregados a los creyentes. (Hech. 8:4-25) Fue tres años y medio después de haber muerto Jesucristo en el madero de tormento fuera de Jerusalén que por primera vez se introdujo en la congregación cristiana al primer incircunciso gentil o no judío, un italiano llamado Cornelio, junto con varios de sus parientes y amigos íntimos.—Hech. 10:1 a 11:2.
4. ¿Cómo hizo posible Dios que los cristianos judíos circuncisos se ajustaran a su arreglo misericordioso para con los gentiles?
4 Al principio esto ocasionó considerable desasosiego entre los cristianos judíos circuncisos, pero con el tiempo se ajustaron pacíficamente a este arreglo misericordioso de Dios. Esta admisión final de incircuncisos no judíos en la congregación cristiana fue hecha posible por Dios. ¿Cómo? Quitó la cerca que servía de barrera, la pared de separación, a saber, la Ley dada por medio de Moisés, que había dividido del mundo gentil a los judíos. Mediante Jesucristo como Mediador entre Dios y los hombres estableció un pacto nuevo con los cristianos.
5, 6. ¿Cómo explicó Pablo a la congregación de Éfeso por qué no debe haber segregación dentro de la congregación sobre diversas bases?
5 El apóstol Pablo explicó por qué no debe haber segregación dentro de la congregación cristiana sobre la base de raza, tribu, nación o color. Escribió a la congregación de Éfeso que incluía a gentiles o no judíos que en otro tiempo estuvieron alejados de Jehová:
6 “Pero ahora en unión con Cristo Jesús ustedes que en un tiempo estaban lejos han venido a estar cerca por la sangre del Cristo. Porque él es nuestra paz, el que hizo de los dos grupos [judíos y gentiles] uno solo y destruyó el muro de en medio que como una valla los separaba. Por medio de su carne [empalada en el madero de tormento] abolió el aborrecimiento, la Ley de mandamientos que consistía en decretos, para que pudiera crear de los dos pueblos [judíos y gentiles] en unión consigo mismo un nuevo hombre y hacer la paz, y para que pudiera reconciliar cabalmente con Dios a los dos pueblos en un cuerpo por medio del madero de tormento, porque él había acabado con el aborrecimiento por medio de sí mismo. Y vino y declaró las buenas nuevas de paz a ustedes, los que estaban lejos [gentiles], y paz a los que estaban cerca [los judíos], porque por medio de él nosotros, ambos pueblos [judíos y gentiles], tenemos el acceso al Padre [Jehová Dios] por un solo espíritu.”—Efe. 2:11-18.
7. En vista del ajuste hecho en el Israel espiritual hace mucho tiempo, ¿por qué no hay base hoy día para segregar a la grande muchedumbre de otras ovejas del Israel espiritual, y cómo indica esto Aggeo 2:6-9?
7 El sacrificio de Jesús en el madero de tormento es la base para desegregar a los judíos creyentes y los gentiles creyentes, de todas las naciones. Ciertamente, entonces, hoy ese mismo sacrificio de Jesús por el “pecado del mundo” es la base para la desegregación y la unificación del resto pequeño del Israel espiritual y la “grande muchedumbre” de ovejas terrestres de entre todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas. En este tiempo cuando el Pastor Propio de Jehová está recogiendo a sus otras ovejas a su diestra, no debe haber ninguna segregación que separe del Israel espiritual a esta grande muchedumbre de otras ovejas. “Llegarán a ser una sola manada, un solo pastor,” dijo el Pastor Propio Jesucristo. (Juan 10:16; Mat. 25:31-40) Debe haber armonía, unidad y paz cristianas entre todos los que están en la una sola manada bajo el Pastor Propio Jesucristo, “porque él es nuestra paz.” Es exactamente en conexión con la promesa de Jehová de sacudir a todas las naciones y hacer que las cosas preciosas, las cosas deseables, de todas las naciones vengan a Su casa de adoración que él dice: “Y en este lugar daré la paz, dice Jehová de los Ejércitos.” (Agg. 2:6-9, Mod) Hasta esta fecha Satanás y sus demonios no han podido frustrar esta profecía.
ORACIÓN POR ELLA
8. En armonía con el Salmo 122:6-8, ¿por qué cosa oraremos diariamente, y por qué no podría ser Jesucristo la cabeza de una congregación que no estuviera en condición semejante a ésa?
8 Si realmente anhelamos el bien de la organización para la gloria de Dios, entonces oraremos al Dios de paz que mantenga a su pueblo en unidad, concordia y quietud. En nuestras oraciones diarias tendremos presentes las palabras del salmista David: “Pidan la paz de Jerusalén. Los que te aman estarán libres de inquietud. Continúe la paz dentro de tu baluarte, libertad de inquietud dentro de tus torres de habitación. Por causa de mis hermanos y mis compañeros ahora hablaré: ‘Haya paz dentro de ti.’” (Sal. 122:6-8) En conformidad con tal oración, el nombre Jerusalén significa “La posesión de paz,” o “Fundada pacífica.” Fue allí en el sitio de Jerusalén que el sacerdote Melquisedec fue rey de Salem, título que significa “Rey de paz.” Jehová Dios juró que su Hijo Jesucristo habría de ser sacerdote y rey semejante a Melquisedec para siempre. En consonancia con esto, uno de los nombres del glorificado Hijo de Dios había de ser Príncipe de Paz. (Gén. 14:18-20; Sal. 110:1-4; Heb. 6:20 a 7:21; Isa. 9:6, 7) Con tal título, ¿cómo podría ser Jesucristo como Rey Principesco de Paz cabeza de una congregación que llega a estar dividida, perturbada y tumultuosa con disensión, enemistad, celos, competencia, rivalidad y sectarismo, como está hoy y siempre ha estado la cristiandad? No podría serlo. Pero como Rey puede hacer cumplir y mantiene la paz dentro de la “congregación, la cual es su cuerpo.” (Efe. 1:22, 23) Mediante sus ángeles él recoge a los perturbadores de la paz.—Mat. 13:41.
9. (a) ¿Cómo magnificó Pablo en Filipenses 4:6, 7 el poder pacificador de la oración? (b) Orando en armonía con 1 Timoteo 2:1-4, ¿en qué jamás podrían participar bajo cualquier gobierno los siervos obedientes de Dios?
9 Al magnificar el poder pacificador de la oración sincera el apóstol Pablo escribió a sus amados hermanos cristianos de Filipos: “No estén ansiosos por cosa alguna, sino que en todas las cosas por medio de oración y súplica junto con acción de gracias den a conocer sus peticiones a Dios, y la paz de Dios que sobrepasa a todo lo que se pueda pensar guardará su corazón y sus facultades mentales por medio de Cristo Jesús.” (Fili. 4:6, 7) El apóstol tuvo presente, también, el hecho de que los cristianos verdaderos en la tierra tienen que vivir bajo gobernantes políticos mundanos que no piden paz con Jehová Dios y cuyos gobiernos afectan la vida de los seguidores verdaderos del Príncipe de Paz. Por eso Pablo escribió esta exhortación al superintendente cristiano Timoteo: “Por tanto exhorto ante todo a que se hagan súplicas, oraciones, intercesiones, ofrendas de gracias, respecto a hombres de toda clase, respecto a reyes y a todos los que están en puestos encumbrados, para que podamos continuar llevando una vida tranquila y sosegada con plena devoción piadosa y seriedad. Esto es recto y aceptable a la vista de nuestro Salvador, Dios, cuya voluntad es que hombres de toda clase sean salvados y lleguen a un conocimiento acertado de la verdad.” (1 Tim. 2:1-4) Orando así, los siervos obedientes de Jehová Dios nuestro Salvador jamás podrían participar en revueltas, revoluciones, levantamientos, rebeliones, secesiones, conspiraciones y cualquier clase de acción popular, perturbación o violencia contra personas que están en puestos encumbrados políticos o gubernamentales. Bajo cualquiera y toda clase de gobierno, aun bajo prohibición y proscripción, los testigos fieles de Jehová viven una vida calmada y tranquila.
10. ¿Qué tiene que significar el buscar o seguir tras la paz “con toda persona” para los que están dentro de la congregación, y de qué fruto y de qué sabiduría es esto una evidencia?
10 “Busquen la paz con toda persona, y la santificación sin la cual nadie verá al Señor,” es la exhortación de Hebreos 12:14. Si los cristianos se esfuerzan por seguir tras la paz con personas de fuera de la congregación, entonces ciertamente deben seguir tras ella con los que están dentro de la congregación, que son sus propios hermanos dedicados. Jamás debemos olvidar que la paz es parte del fruto del espíritu de Dios, lo cual tenemos que cultivar para alcanzar la madurez completa. (Gál. 5:22) Es evidencia de tener y ejercer sabiduría celestial, pues “la sabiduría que es de arriba ante todo es casta, después pacífica.” (Sant. 3:17) El proverbio inspirado conviene con esto al decir: “Feliz es el hombre que ha hallado sabiduría.” ¿Por qué? Porque “sus caminos son caminos de agradabilidad, y todas sus carreteras son paz.”—Pro. 3:13-17.
11. ¿Cómo declara Pablo que la paz es lo que une a la congregación, y por eso quiénes no merecen estar en la congregación?
11 Sí, el estar libres de contienda, disensión y desorden internos es lo que une a la congregación cristiana de los testigos de Jehová. Dando testimonio de ello Pablo escribe: “Pero, además de todas estas cosas, vístanse de amor, porque es un vínculo perfecto de unidad. También que la paz del Cristo gobierne en sus corazones [el lugar donde residen los motivos], porque, de hecho, ustedes fueron llamados a ella [a la paz] en un solo cuerpo [no en dos o más cuerpos desunidos].” (Col. 3:14, 15) Si seguimos tras ella continuamente, la paz servirá de vínculo unificador para los que tienen el espíritu de Dios. Pablo lo dice con estas palabras: “Anden dignos del llamamiento con el cual fueron llamados, con completa humildad de mente y apacibilidad, con gran paciencia, soportándose los unos a los otros en amor, esforzándose sinceramente por observar la unidad del espíritu en el vínculo unidor de la paz. Un cuerpo [bajo Cristo] hay, y un espíritu.” (Efe. 4:1-4) El que perturba voluntariosa y maliciosamente no anda digno de estar en la congregación cristiana del Dios de paz.—Rom. 16:17, 18.
UN EFECTO DEL ARREGLO TEOCRÁTICO
12. (a) El nacimiento del reino de Dios no es razón para entregarse a ¿qué? (b) Para disfrutar de la vida y la paz, ¿a qué tenemos que atender, y por qué?
12 La evidencia es que desde 1914 hemos estado viviendo bajo el reino de Dios, que nació en los cielos ese año. Esto debe ser y ha sido una causa de gran regocijo entre los que aman a Dios y aman la vida. Sin embargo, esto no es razón para que haya comer y beber voraces, inconsiderados y materialistas, mediante lo cual pudiéramos hacer tropezar a otros y derribarlos espiritualmente. El disfrutar de los beneficios del reino de Dios esperado por mucho tiempo significa cosas superiores al excesivo comer y beber que embotan los sentidos. “Porque,” dice Pablo, “el reino de Dios no significa el comer y el beber, sino que significa rectitud y paz y gozo con espíritu santo. Por eso, entonces, sigamos tras las cosas que contribuyen a la paz y las cosas que sirven para edificarnos unos a otros. Dejen de estar derribando la obra de Dios simplemente por causa de alimento.” (Rom. 14:17, 19, 20) El atender a nuestra carne egoísta no es parte de nuestra prosecución cristiana, pero el cultivar el fruto del espíritu de Dios sí lo es. Si amamos la vida y los días buenos bajo el reino de Dios, prestaremos atención a esta amonestación: “El atender a la carne significa muerte, pero el atender al espíritu significa vida y paz; porque el atender a la carne significa enemistad [falta de amistad] con Dios, porque no está sujeta a la ley de Dios, ni, de hecho, puede estar. De modo que los que están en armonía con la carne no pueden agradar a Dios.” (Rom. 8:6-8) Por consiguiente, atienda al espíritu; está en paz con Dios.
13. ¿Qué quiso decir la llegada del reino de Dios al poder en 1914 para la congregación de sus súbditos, y cuándo llegó a ser cierto esto para ellos, en cumplimiento de Isaías 60:17?
13 En vez de alborozo relajado, la llegada del reino de Dios al poder en los cielos en 1914 significa un proceder más estricto en la tierra dentro de la congregación de los súbditos del Reino. En los días de la antigüedad cuando no había rey humano en Israel, lo que era recto a su propia vista era lo que cada israelita solía hacer. Pero cuando Dios contestó su petición y les dio un rey humano, esa libertad de acción relajada personal cambió, exactamente como Jehová Dios mismo advirtió. (Jue. 21:25; 1 Sam. 8:9-18) Este proceder estricto vino a realizarse respecto a los testigos modernos de Jehová cuando principiaron a establecer procedimientos y arreglos teocráticos entre ellos mismos en 1919 cuando se reorganizaron después de la primera guerra mundial causadora de estragos. Esto llegó a ser particularmente cierto desde 1938 en adelante, después que la revista La Atalaya publicó el artículo de dos partes intitulado “Organización,” basado en el versículo de la Biblia Isaías 60:17 (Ro): “En vez de bronce introduciré oro; y en vez de hierro introduciré plata; y en vez de madera, bronce; y en vez de piedras, hierro, y asignaré la superintendencia de ti [la ciudad capital u organización simbólica de Dios] a la prosperidad, y la aplicación de tus faenas a la justicia.”
14. ¿Cómo resultó en mejoramiento el instalar el orden teocrático, y por lo tanto qué tienen que apoyar y mantener lealmente todos los que aman la vida?
14 Como se prometió en esta profecía, el instalar el orden teocrático de funcionamiento entre los testigos de Jehová en la tierra plenamente desde 1938 en adelante quiso decir mejoramiento. De veras resultó en mejoramiento notable. Contribuyó a gran paz. Ayudó a mantener la paz dentro de la organización. Normalizó métodos de funcionamiento y conducta a través de la tierra en los 175 países donde ahora los testigos de Jehová predican las nuevas alegres de Su reino, en cumplimiento de Mateo 24:14. Removió la desemejanza, confusión, desigualdades y desorden de esta organización que circunda la tierra. Ayudó a cumplir la promesa amorosa de Dios hecha a su organización semejante a esposa: “Y todos tus hijos serán personas enseñadas por Jehová y la paz de tus hijos será abundante.” (Isa. 54:13) Por lo tanto al seguir sinceramente tras la paz todos los que aman la vida apoyarán y mantendrán lealmente el arreglo teocrático de la organización.
15. ¿Cómo aplica este manejo también a las reuniones de la congregación, según lo bosquejó Pablo en 1 Corintios 14:26, 29-33?
15 Este manejo de las cosas de la organización de modo teocrático o de acuerdo con la regla de Dios también aplica a la dirección o modo de conducir las reuniones de la congregación cristiana y al programa para los que concurren a tales reuniones. Pablo, como miembro del cuerpo gobernante teocrático, habló contra las reuniones desordenadas o reuniones sin buena coherencia, sin un programa gobernado, donde pueden decirse o hacerse cosas incoherentemente y sin que se expliquen o entiendan. Él dijo: “Que todas las cosas se efectúen para edificación. Además, que dos o tres profetas hablen, y que los demás disciernan el significado. Pero si hay una revelación a otro mientras está sentado allí, que el primero permanezca callado. Porque todos pueden profetizar uno por uno, para que todos aprendan y todos reciban ánimo. Y los dones del espíritu de los profetas han de ser gobernados por los profetas. Porque Dios es Dios, no del desorden, sino de la paz.”—1 Cor. 14:26, 29-33.
16. Al seguir tras la paz, ¿qué recalcaron David y Pedro que tenemos que restringir, y cómo?
16 Por amor a la unidad, la armonía y la calma tranquila de la congregación especialmente tenemos que guardar nuestra lengua y labios. ¿No dijo el salmista David, inmediatamente después de preguntar quién se deleitaba en la vida y amaba bastantes días para ver lo que es bueno: “Salvaguarda tu lengua de lo que es malo, y tus labios de hablar engaño”? (Sal. 34:13) ¡Sí! Y ¿no citó el apóstol Pedro esas palabras de David inmediatamente después de haber aconsejado a sus hermanos cristianos, diciendo: “No devolviendo mal con mal ni injuria con injuria, sino, por lo contrario, dando una bendición, porque ustedes fueron llamados a este derrotero, a fin de que hereden una bendición”? (1 Ped. 3:9) ¡Sí! Con la lengua y los labios podemos devolver mal con mal. Con la lengua y los labios podemos injuriar al que nos injuria. Pero con la lengua y los labios podemos, en cambio, dar una bendición, aun sobre el que nos hace mal o nos injuria. El dar una bendición tiene un efecto mejor. Es una respuesta apacible la que despide la ira. (Pro. 15:1) Resulta en un beneficio espiritual por lo menos al bendecidor. Lo salva de llegar a ser como el individuo que habla mal o el injuriador. Contribuye a la paz dentro de la organización. Por lo tanto el seguir tras la paz requiere inevitablemente que restrinjamos nuestra lengua de lo que es malo y nuestros labios de hablar engañosamente. Simplemente tenemos que abstenernos de calumniar, murmurar, injuriar.
17. ¿Cuál es la mejor salvaguarda contra esto, y por qué el seguir tras la paz no es contrario en significado a esto?
17 La mejor salvaguarda para esto es enseñar y predicar la verdad preciosa acerca del reino de Dios, dentro de nuestros lugares de reunión y afuera, públicamente y de casa en casa. No se equivoque: la paz piadosa no significa inactividad, comodidad descuidada, pereza. El Dios de paz ha dado a su pueblo organizado, sus testigos en la tierra, un trabajo estrenuo que hacer. Es el trabajo de dar testimonio a Él y a su Hijo reinante Jesucristo, en toda la tierra habitada, a todas las naciones antes de que éstas lleguen a su fin calamitoso en el Armagedón.
18. (a) En cuanto a la ejecución de este trabajo, ¿qué hecho vital reconocen los testigos de Jehová de toda extracción? (b) Por consiguiente, ¿qué mandato de Jesús obedecen, para que se cumpla qué profecía de paz y hermandad?
18 Este trabajo tienen que desempeñarlo sus testigos dedicados de toda nacionalidad, tribu, pueblo, color e idioma. No pueden desempeñar unidamente este trabajo si pelean y argumentan trivialmente entre ellos mismos a causa de diferencias externas causadas naturalmente. Tienen que cooperar pacíficamente. El llevar a cabo armoniosamente por toda la tierra el trabajo de testimonio que Dios les ha dado exige paz internacional, entre razas, entre tribus, entre congregaciones entre sí. Los testigos de Jehová reconocen este hecho vital. Por eso obedecen la instrucción del Principal Testigo de Jehová, Jesucristo: “Mantengan paz entre unos y otros.” (Mar. 9:50) Armonizan sus hechos y esfuerzos con la hermosa visión profética dada en Isaías 2:1-4 de esta paz y hermandad internacionales en la adoración unida de Jehová, Dios. Por consiguiente su obra de testimonio prospera.—Sant. 3:18.
19. (a) ¿Para qué guerra están armados, y cómo? (b) En su trabajo de casa en casa, ¿a quienes buscan, pero a quiénes dejan?
19 Dondequiera que van con el mensaje del Reino promueven la paz perdurable que habrá de adornar el nuevo mundo de justicia de Dios. Están armados sólo para una guerra espiritual, no una guerra sanguinaria con carne y sangre. En consecuencia se equipan como dijo el apóstol Pablo que lo hicieran: “con los pies calzados con el equipo de las buenas nuevas de la paz.” (Efe. 6:11-15) En su trabajo de casa en casa buscan a los amigos de la paz con Dios. Jesucristo les dijo que hicieran esto, diciendo: “Dondequiera que entren en una casa primero digan: ‘Tenga esta casa paz.’ Y si un amigo de paz está ahí, la paz de ustedes descansará sobre él. Pero si no hay tal ahí, ella se volverá a ustedes.” (Luc. 10:5, 6; Mat. 10:12, 13) Si resulta que el amo de casa es un enemigo de la paz, ellos salen de la casa. No buscan disputa religiosa con los enemigos de Jehová.
20. ¿Por qué, a pesar de la persecución religiosa, siguen regocijándose, y qué esperanza segura abrigan en cuanto a la paz?
20 Sin embargo, se topan con mucha persecución religiosa. A pesar de todo ello continúan regocijándose. “Los que aconsejan la paz tienen regocijo.” (Pro. 12:20) Conocen la promesa de Dios de que los hombres que les causan tribulación injustamente serán destruídos en el Armagedón. (2 Tes. 1:6-10) Son fortalecidos y consolados con la esperanza segura de que su continuo seguir tras la paz será recompensado con una medida sin fin de ella después del Armagedón en el nuevo mundo prometido por Jehová Dios, el justo Juez. “Él dará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que buscan la gloria y la honra y la incorruptibilidad por medio de perdurar en la obra que es buena; sin embargo, para los que son contenciosos y que desobedecen la verdad pero obedecen la injusticia habrá ira y enojo, tribulación y angustia, sobre el alma de todo hombre que obra lo que es perjudicial, . . . pero gloria y honra y paz para todo el que obra lo que es bueno.”—Rom. 2:6-10.
21. ¿En respuesta a qué pregunta inspirada queremos cada uno de nosotros identificarnos, y de consiguiente qué buscaremos y tras qué seguiremos?
21 A la pregunta inspirada divinamente: “¿Quién es el hombre que se está deleitando en la vida, que está amando bastantes días para ver lo que es bueno?,” ¿podemos ahora cada uno de nosotros responder: “Yo soy”? Si podemos, entonces de la manera que dice Jehová Dios esforcémonos por hallar la paz y seguir tras ella.