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¿Qué enseña la Biblia acerca de la divinidad de Cristo?La Atalaya 1962 | 15 de enero
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otro modo hubiera sido un dios que vino después de Dios, y Dios dice que no habrá ningún dios después de él. Tal argumento, sin embargo, muestra un entendimiento erróneo del texto. Lo que Jehová está mostrando aquí es que él no tuvo predecesor alguno, antes de él no existía dios alguno. ¿Cómo pudo haber un dios antes de él, puesto que él siempre ha sido? Tampoco habrá algún dios después de él, es decir, él nunca tendrá sucesor, porque él siempre será el Soberano Supremo, Jehová Dios. El que Dios Jehová sí produjo a otros dioses lo muestran las Escrituras: “Yo dije: Vosotros sois dioses, e hijos todos vosotros del Altísimo. Empero como hombres moriréis, y caeréis como cualquiera de los tiranos.” Así también el Logos fue un dios creado por Jehová.—Sal. 82:6, 7.
SE ENSEÑA INEQUÍVOCAMENTE LA SUBORDINACIÓN
Lejos de enseñar las Escrituras que Jesucristo sea una deidad coigual, un Dios igual a Jehová Dios, ellas muestran continuamente que él es inferior a su Padre. Él mismo dijo: “El Padre mayor es que yo.” Y aun después de su resurrección él se refirió a Jehová, no como su igual, sino como su Dios, diciendo a María: “Ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.” Jehová es el Padre y Dios de Jesús, pero ¿es Jesús el Padre y Dios de Jehová? No.—Juan 14:28; 20:17.
Particularmente el apóstol Pablo muestra la distinción entre Jehová y Jesucristo. Él no enseñó que Dios y Cristo son iguales, sino que claramente reiteró vez tras vez que Jesús ocupa una posición inferior: “Nosotros empero no tenemos más de un Dios, el Padre, del cual son todas las cosas, y nosotros en él: y un Señor Jesucristo, por el cual son todas las cosas, y nosotros por él.” Además, él muestra que así como “todo es vuestro,” igualmente “vosotros de Cristo, y Cristo de Dios.” Sí, tal como los cristianos pertenecen a su Cabeza y Amo, Jesucristo, de igual modo Jesucristo pertenece a su Cabeza y Amo, Jehová Dios.—1 Cor. 8:6; 3:21, 23.
Refiriéndose a la misma cosa, el apóstol declara más adelante: “Cristo es la cabeza de todo varón; y el varón es la cabeza de la mujer; y Dios la cabeza de Cristo.” ¿Qué podría ser más claro que eso? Y el que esta relación continuará a través de la eternidad es evidente de las palabras adicionales del apóstol Pablo: “Luego el fin; cuando [Cristo] entregará el reino a Dios y al Padre, cuando habrá quitado todo imperio, y toda potencia y potestad. Mas luego que todas las cosas le fueren sujetas, entonces también el mismo Hijo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todas las cosas en todos.”—1 Cor. 11:3; 15:24, 28.
En vista de lo susodicho, ¿qué se puede decir brevemente en contestación a la pregunta: Qué dice la Biblia acerca de la divinidad de Cristo? Que hubo un tiempo cuando Jesús existía; que antes de nacer de María él tuvo una existencia en el cielo como criatura gloriosa espiritual, el Verbo, un dios; que al venir a la Tierra él fue enteramente humano, nada más y nada menos que el Adán perfecto en lo que concernía a su naturaleza; y que desde su resurrección él es un espíritu divino glorioso, poderoso, incorruptible e inmortal; que jamás en ningún instante ha sido Jesús igual a su Padre sino que está siempre subordinado a él.
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Corrompido por filosofía paganaLa Atalaya 1962 | 15 de enero
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Corrompido por filosofía pagana
“Entre las primeras corrupciones de la iglesia que se pueden notar estuvo la introducción de la filosofía griega para armonizar y reconciliar con ésta las verdades del evangelio, que a cierta clase siempre le han sido, y siempre le serán, insensatez.”—Beacon Lights of History.
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