-
La humildad... una ayuda en tiempo de adversidadLa Atalaya 1971 | 15 de noviembre
-
-
se hincha.” El amor se manifiesta haciendo que uno tenga humildad de mente y considere a otros como superiores a uno mismo.—1 Cor. 13:4; Fili. 2:2, 3.
TRABAJANDO DIARIAMENTE PARA LOGRAR HUMILDAD
Para que la humildad pueda ayudarnos en tiempo de adversidad, tenemos que ejercerla en nuestra vida cotidiana, en todo lo que pensamos, decimos y hacemos. La humildad significa ser humilde de mente, no tener grandes ideas o ambiciones y el no tender a despreciar a otros. Significa pensar como el apóstol Pablo, que habló de sí mismo como “hombre que soy menos que el más pequeño de todos los santos,” y como “el más pequeño de los apóstoles.”—Efe. 3:8; 1 Cor. 15:9.
La humildad debe caracterizar nuestra conversación. ¿Queremos siempre hablar acerca de nosotros mismos, lo que nosotros opinamos de esto y lo otro, lo que nosotros hemos hecho o pensamos hacer? ¿Hablamos a menudo en son de crítica de otros? La humildad hace que uno quiera dirigir la atención a Jehová Dios, su Palabra, su obra y sus maravillosas cualidades, y que hablemos de nuestros consiervos, de manera favorable.
¿Nos encontramos a menudo monopolizando la conversación? La humildad impele a uno a dar a otros la oportunidad de hablar. Si otros son lentos para expresarse, entonces humilde, prudente y amorosamente consiga que se expresen, para la propia felicidad de ellos y para la propia edificación de usted. Hay más felicidad en dar a otros la oportunidad de hablar que en hablar uno todo el tiempo.—Hech. 20:35.
¿Están caracterizadas por la humildad nuestras acciones? La humildad impide que uno empuje a otros o que siempre quiera ser el primero si sucede que está en fila. Ayudará a uno a efectuar tareas serviles como las faenas domésticas o la limpieza del Salón del Reino. Se esfuerza por servir a otros en vez de esperar que se le sirva. Recuerde el ejemplo de Jesús. No vino para que se le sirviera, sino para servir a otros.—Mat. 20:28.
Verdaderamente, en la humildad hay mucho que la recomienda. Contribuye a relaciones pacíficas con Jehová nuestro Hacedor. Contribuye a tranquilidad de ánimo. Contribuye a relaciones amigables con nuestros compañeros. Y es de gran ayuda cuando más necesitamos ayuda... en tiempos de adversidad.
-
-
Obedeciendo a Dios tocante a asociacionesLa Atalaya 1971 | 15 de noviembre
-
-
Obedeciendo a Dios tocante a asociaciones
LOS testigos de Jehová saben que “las malas asociaciones echan a perder los hábitos útiles.” (1 Cor. 15:33) La experiencia de este joven que no era Testigo demuestra el valor de prestar atención a este principio:
“Había una muchacha que me gustaba mucho, pues la había llegado a conocer bien en la escuela antes de que ella llegara a ser testigo de Jehová. Cuando comenzó a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová, me dijo que no podía salir con muchachos mundanos, y que tampoco podían ir a su casa a verla. A pesar de que ella estudiaba la Biblia con regularidad y hasta se bautizó, yo me resolví a tratar de hacer que ella quebrantara su integridad para con Dios. Todo esto fracasó. Hasta comencé a mentirle y tratar de engañarla haciendo como que a mí también me gustaba la verdad de la Biblia. Sí, fui a varias reuniones en el Salón del Reino. También salí a predicar hasta cuando estaba nevando. Pensaba que ahora la tenía convencida porque estaba haciendo estas cosas.
“La llamaba por teléfono o le escribía casi todos los días porque yo trabajaba fuera de la ciudad. Le enviaba regalos y le rogaba que se quedara con ellos, pero nunca se quedaba con ellos. Entonces me dije que tenía que haber algo importante en su nueva religión, porque yo solía salirme con la mía con toda muchacha salvo con ésta. De modo que empecé a hacer preguntas bíblicas, y mientras más preguntaba más me gustaban las respuestas. Comencé a estudiar la Biblia en serio y pronto dediqué mi vida a Jehová Dios. Sí, ahora soy testigo de Jehová y esta fiel joven es mi esposa. Cuán agradecido y feliz estoy de que ella obedeciera los principios de Dios tan fielmente.”
-