Caín y su esposa
¿De dónde vino ella? ¿De otra raza humana? ¿Cuándo se casaron? ¿Fue incestuosa su relación?
TODO lector de la Biblia está familiarizado con el hecho de que Caín fue el primer hombre que nació en la Tierra. Fue el hijo primogénito de Adán y Eva, a quienes Dios había creado directamente.—Gén. 4:1.
El relato bíblico tiene el registro de la creación de Adán y Eva, y el pecado de éstos. (Gén. 2:7, 21, 22; 3:1-6) Describe la sentencia de muerte que Dios les impuso, y que fueron expulsados del jardín de Edén. (Gén. 3:14-19) Sin embargo, Dios le dijo a Eva que ella daría a luz hijos.—Gén. 3:16.
Abel fue el segundo varón que nació. (Gén. 4:2) Las Escrituras son muy breves y condensadas en este relato antiguo, pero suministran toda la información que necesitamos. Nos dicen que los dos niños crecieron, y cada uno siguió la profesión u ocupación que escogió. Caín escogió la más antigua de todas las profesiones —la agricultura— entretanto que Abel se hizo pastor de ovejas. Esto da a entender que transcurrieron muchos años.
De modo que el relato revela: “Aconteció al cabo de algún tiempo” que los dos hombres trajeron ofrendas ante Dios para conseguir su favor. (Gén. 4:3, 4) También notamos que cuando nació Set, el tercer hijo cuyo nombre se da, su madre Eva lo consideró un reemplazo de Abel. (Gén. 4:25) Adán tenía 130 años de edad cuando Set nació.
Esto indica que para aquel tiempo bien pudo haber habido una cantidad de otros hijos de Adán, incluso hijas. El silencio de la Biblia en cuanto a los nombres de las hijas de Adán no presenta dificultad alguna, puesto que rara vez se mencionaba el nacimiento de hijas y solo se les menciona de vez en cuando en las listas genealógicas. Pero la Biblia sí nos dice en realidad, en su resumen de la vida de Adán, que “llegó a ser padre de hijos e hijas.”—Gén. 5:4, 5.
No había otras razas de la humanidad... ninguna familia de seres humanos que hubiera precedido al hombre, o que se hubiera originado por separado, según la conjetura de algunos que han querido contestar la pregunta sobre el origen de la esposa de Caín. La declaración que hizo Adán y el mismo nombre de Eva excluyen esto. Pues la Biblia dice: “Después de esto [después que Dios dictó su sentencia] Adán llamó a su esposa por nombre Eva [que significa “vida”], porque ella tenía que llegar a ser la madre de todo el que viviera.”—Gén. 3:20.
Entonces, la conclusión inevitable es que Caín se casó con una de sus hermanas.
TODA LA HUMANIDAD DE UNA SOLA FUENTE
Los que estudian la Biblia reconocen que los hechos respaldan la declaración bíblica que se da en Hechos 17:26 de que “[Dios] hizo de un solo hombre toda nación de hombres, para morar sobre la entera superficie de la tierra.” El Commentary on the Holy Scriptures (Comentario sobre las Santas Escrituras), de John Peter Lange,a una obra que trata los argumentos de muchos doctos en una consideración analítica y explicativa de la Biblia, dice en la página 191:
“El hecho de que las Escrituras ni saben ni sabrán de preadamitas . . . ni de varias razas aborígenes primitivas, no solo queda claro por lo que dice Génesis i. y ii., sino también por lo que se da por supuesto y lo que se asevera consistentemente en la entera Santa Escritura; por ejemplo, Mat. xix.4; Hech. xvii.26; 1 Cor. xv.47. . . . La unidad original de la raza humana coincide con la doctrina de la unidad de la caída del hombre en Adán, y la unidad de la redención en Cristo. . . . Los más grandes naturalistas se han declarado en su mayor parte contra la originalidad de diferentes razas humanas . . . en cuanto a la presunta fecundidad de las combinaciones sexuales entre las diversas razas, con justicia se declara que la prueba de tal fecundidad es una de las pruebas más fuertes de la unidad. . . . La teoría autóctona [de que las cosas vivas (en este caso los seres humanos) se formaron o acontecieron en los lugares donde se les halló] no [puede] negar el hecho de que el origen de los diversos tipos de hombres señala a un hogar común en Asia en el pasado.”
Esta declaración acerca de la unidad de la raza humana (que todos son una sola raza, un solo género creado, no tribus o naciones “aborígenes” en el sentido de que hubiesen sido creadas por separado o se originaran por separado) coincide con estas declaraciones bíblicas: “Por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo y la muerte por medio del pecado,” y, “así como en Adán todos están muriendo, así también en el Cristo todos serán vivificados.” Sin embargo, ha sido arreglo del Creador proveer en la humanidad, por medio del sinnúmero de combinaciones genéticas, las variaciones más deleitables e interesantes.—Rom. 5:12; 1 Cor. 15:22.
En virtud de que Adán fue el padre de toda la humanidad, a Cristo se le puede llamar el “último Adán,” porque fue un hombre perfecto en la Tierra, y ahora puede llegar a ser padre de toda la prole de Adán que ejerza fe en su sacrificio. (1 Cor. 15:45) Si los hombres y las mujeres fuesen de varios padres originales diferentes, la muerte del un solo hombre, Jesucristo, no podría haber provisto un precio de compra que fuera suficiente.—Deu. 19:21; Mat. 20:28.
Algunos lectores de la Biblia, en particular de las versiones que utilizan español arcaico, han pensado que Caín consiguió su esposa en la tierra de Nod (condición de fugitivo). La Versión Valera de 1602 E.C. dice, en Génesis 4:16, 17: “Y salió Caín de delante de Jehová, y habitó en tierra de Nod, al oriente de Edén. Y conoció Caín á su mujer, la cual concibió y parió á Henoch.”
El pensamiento que uno pudiera obtener de este texto es que Caín fue a la tierra de Nod (que significa “Condición de Fugitivo”) y allí “conoció” por primera vez a su esposa en el sentido de encontrarse con ella. Pero Caín en realidad llevó una esposa consigo, pues la expresión “conoció” se usaba en el pasado en español para dar a entender el conocer carnalmente, o tener coito sexual. En armonía con esto, traducciones modernas dicen: “Con eso se fue Caín de ante el rostro de Jehová y se puso a morar en la tierra de la Condición de Fugitivo al este de Edén. Después Caín tuvo coito con su esposa y ella llegó a estar encinta y dio a luz a Enoc.” (Traducción del Nuevo Mundo) Igualmente, Así comenzó, una versión del Libro del Génesis en lo que se llama “Versión Popular,” usa aquí la expresión: “Caín se unió con su mujer.” La Nueva Biblia Española dice: “Caín se unió a su mujer.”
¿FUE “INCESTO” EL MATRIMONIO DE CAÍN?
¿Estaba fomentando Dios lo que ahora se llama “incesto” por los arreglos que llevaron a que los primeros hijos de Adán se casaran entre sí, de modo que hermanos se casaran con hermanas? No. Pues, en el estado perfecto original de Adán sus hijos hubieran nacido perfectos. (Deu. 32:4) No habría habido debilidades de familia que se transmitieran y acentuaran mediante el matrimonio de parientes cercanos, como sucede en la actualidad, cuando la raza humana pecaminosa ha alcanzado gran deterioro y existen muchos defectos genéticos. Aun después que Adán hubo pecado, sus descendientes alcanzaron a vivir hasta 969 años en los días que precedieron al Diluvio.—Gén. 5:27.
En armonía con esto, pasó mucho tiempo antes de que los defectos genéticos se hicieran tan numerosos y estuvieran agrupados de tal manera en los linajes que se hiciese peligroso para la prole el casamiento de parientes cercanos. Aun Abrahán, unos 2.000 años después de la creación de Adán, se casó con su media hermana. (Gén. 20:12) No fue sino hasta cuando Dios dio la ley mosaica (unos 500 años después) que Él prohibió las uniones matrimoniales entre personas de parentesco cercano entre el pueblo de Israel.—Lev. 18:6-18.
Es un arreglo maravilloso de Dios el que él haya hecho a la humanidad de una sola raza, con un solo origen. Todos podemos recibir los mismos beneficios del sacrificio expiatorio de Jesucristo. (1 Tim. 2:5, 6) Todos podemos acercarnos a Dios por medio de Éste como “Padre Eterno” y podemos llegar a tener la misma relación como “hijos de Dios.” (Isa. 9:6; Rom. 8:21) Bajo la gobernación de Cristo la humanidad nuevamente será una sola. (Efe. 1:9, 10) Todas las barreras o límites nacionales, étnicos, políticos y sociales serán eliminados permanentemente, y se realizará el propósito que Dios tenía desde el mismísimo principio.—1 Cor. 15:24, 28.
[Nota]
a Edición de 1960, impresión de 1976, por la Zondervan Publishing House, Grand Rapids, Michigan.