Identificando a los resucitados
1. En lo que toca a la resurrección, ¿qué deseamos tocante a nosotros mismos y a otros, y qué seguridad tenemos sobre esto?
LO QUE deseamos todos nosotros, los que podamos participar en la resurrección, es conocer a nuestros amigos y parientes amados después que regresen de entre los muertos. En realidad, deseamos reconocernos a nosotros mismos. No queremos sufrir la pérdida de la memoria de modo que no sepamos quiénes somos nosotros mismos. La Palabra de Dios nos asegura nuestro reconocimiento mutuo. El apóstol Pablo, que confió en la resurrección, dice: “Entonces conoceré con exactitud así como soy conocido con exactitud.” (1 Cor. 13:12) Pero, ¿cuál será la cosa por la cual nos identificaremos nosotros mismos e identificaremos a otros?
2. En vista de la explicación que se da de acuerdo con el Credo de los Apóstoles, ¿qué preguntas prácticas surgen acerca de los cuerpos de la resurrección?
2 ¿Será por medio de tener los mismos cuerpos con los cuales morimos? Así es como se explica el llamado Credo de los Apóstoles. De modo que, la persona que murió con un cáncer maligno que corría con sus tentáculos a través de su cuerpo, ¿tendrá que regresar con el mismo cuerpo en las garras de ese cáncer? La persona que muere devorada de lepra y desfigurada terriblemente, ¿tendrá que regresar con el mismo cuerpo afligido con esa repugnante enfermedad? La mujer encinta que murió con un bebé no nacido en su vientre—¿será levantada de entre los muertos con ese mismo cuerpo encinta y dará a luz el niño en el día de la resurrección o después? La persona que fue atrapada en medio de una explosión y perdió ambos brazos y ambas piernas y tuvo que usar brazos y piernas artificiales después—¿tendrá que ser resucitada solo como un torso sin extremidades superiores ni inferiores? ¿Enseña la Palabra de Dios la resurrección del mismo cuerpo?
3. ¿Qué casos pueden ser argüidos a favor de resucitar el mismo cuerpo, pero qué sucedió a los que fueron restaurados a la vida en tales casos?
3 Es cierto que Elías levantó a la vida el mismo cuerpo en el caso de aquel hijo de la viuda fenicia. También, que Eliseo levantó el mismo cuerpo en el caso del hijo de la mujer de Sunem. También, que Jesús levantó los mismos cuerpos en los casos del hijo de la viuda de Naín, de la hija de Jairo, y de su querido amigo Lázaro muerto cuatro días. El apóstol Pedro levantó el mismo cuerpo de la caritativa cristiana Dorcas de Joppe. El apóstol Pablo levantó el mismo cuerpo de Eutico, que se cayó de una ventana de arriba de las escaleras. Pero todos éstos murieron otra vez y quedaron bajo la necesidad de una resurrección futura por el poder de Dios mediante Jesucristo.
4. ¿Qué argumento en cuanto a cuerpo puede usarse en conexión con Jesucristo, pero qué dice 1 Pedro 3:18, 19 a modo de corrección?
4 Aquí algunos lectores de La Atalaya tal vez interrumpan y digan: ‘Eso es cierto. Pero Jesucristo mismo fue levantado con el mismo cuerpo en que fue crucificado, y ese hecho establece el modelo para todos los otros muertos que habrán de ser resucitados. Y Jesús ahora tiene ese mismo cuerpo en el cielo al cual ascendió.’ A estos lectores se les ha enseñado así en los sistemas religiosos a los que han asistido. Pero, ¿está de acuerdo con eso el apóstol Pablo? ¿Está de acuerdo con eso el apóstol Pedro? En 1 Pedro 3:18, 19 dice, según The New English Bible de 1961: “Porque Cristo también murió por nuestros pecados una sola vez por todas. El, el justo, sufrió por los injustos, para llevarnos a Dios. En el cuerpo fue muerto; en el espíritu fue traído a la vida. Y en el espíritu fue e hizo su proclamación a los espíritus aprisionados.” Otras traducciones modernas de 1 Pedro 3:18, 19 dicen de manera semejante.
5, 6. (a) ¿Qué acontecimientos del día de la resurrección de Jesús ayudan a explicar la declaración de Pedro? (b) ¿Por qué tuvo que materializar Jesús un cuerpo de carne y huesos en cada ocasión?
5 Por eso, en lo que toca a la resurrección de Jesús, Pedro dice que “en el espíritu fue traído a la vida.” Esto explica por qué en la mañana de la resurrección cuando el ángel de Dios hizo rodar la piedra de la puerta del sepulcro los soldados que estaban de guardia no vieron a Jesús levantarse de entre los muertos y salir, aunque sí vieron al ángel materializado. (Mat. 28:1-4) Esto explica por qué, cuando el resucitado Jesús encontró a dos discípulos que caminaban ese día a Emaus y los acompañó y comenzó a cenar con ellos, ellos no lo conocieron hasta que comenzó a servir el pan; y luego desapareció.—Luc. 24:13-35.
6 Esto explica por qué, cuando los apóstoles y otros discípulos estaban reunidos en Jerusalén a puerta cerrada por temor de los judíos fanáticos, Jesús debe haber pasado a través de las paredes. Pues él, asombrosamente, se paró en medio de ellos, y, después de comer y hablar con ellos, se desvaneció de ellos, pero no a través de alguna puerta desempernada. (Luc. 24:36-44; Juan 20:19-24) Por supuesto, para que Jesús, que había sido traído a la vida en el espíritu, se hiciera visible a sus discípulos, tuvo que materializar en cada ocasión un cuerpo de carne y huesos. Jesús mismo dijo entonces: “Un espíritu no tiene carne y huesos como ustedes contemplan que yo tengo.” Dado que los discípulos de carne y huesos, no podían ver lo que no era carne y huesos, no podían ver a un espíritu y no podían ver al resucitado Jesús, que estaba “en el espíritu.”—Luc. 24:39.
7. ¿Cómo debemos explicar el que Jesús no mencionara sangre cuando habló a sus discípulos acerca de lo que no tiene un espíritu?
7 El hecho de que Jesús no mencionara sangre no quiso decir que un espíritu tiene sangre como la de una persona humana. Cuando tentamos o palpamos a una persona, como sus discípulos palparon entonces a Jesús, no tentamos sangre, sino tentamos la carne y los huesos, especialmente huesos en las manos, los pies y el pecho. Un cuerpo carnal sin huesos no podría menos que desplomarse.
8. ¿Qué explicación puede darse en cuanto a por qué, en ocasiones, los discípulos no reconocieron al resucitado Jesús?
8 En algunas ocasiones los discípulos no conocieron o reconocieron al resucitado Jesús. (Mat. 28:16, 17; Luc. 24:15, 16; Juan 20:14-16; 21:4-12) La explicación de esto se da en las palabras que se hallan en la Vulgata latina, la Versión Nácar—Colunga católica romana, la Biblia de Lutero alemana y la Versión Moderna, en Marcos 16:12. Este versículo en la Versión Nácar—Colunga dice: “Después de esto se mostró en otra forma a dos de ellos, que iban de camino y se dirigían al campo.” La palabra griega traducida allí “forma” es morfé, que el Léxico griego-inglés dice que significa “forma, figura, aspecto, apariencia.” Pero aun dejando a un lado lo que Marcos 16:12 dice, un estudio cuidadoso de las apariciones de la resurrección aclara al investigador honrado, que no necesita ser un detective como Sherlock Holmes, que el resucitado Jesús materializó diferentes cuerpos convenientes a la ocasión. Por lo menos en dos ocasiones materializó cuerpos que se asemejaron a aquel en que había sido clavado en el madero. (Luc. 24:38-40; Juan 20:20-27) En otras ocasiones la forma o figura que materializó dejó a los discípulos en duda por algún tiempo.
9. Cuando Jesús ascendió al cielo, ¿qué dijeron los ángeles a los discípulos que observaban, pero qué no dijeron acerca del retorno de Cristo?
9 Posiblemente algunos lectores pensarán ahora en la ascensión de Jesús al cielo, cómo condujo a sus discípulos al monte de los Olivos, donde, “viéndole ellos, se fué elevando; y le recibió una nube, ocultándole de su vista,” y ángeles les dijeron: “Este mismo Jesús que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá del mismo modo que le habéis visto ir al cielo.” (Hech. 1:9-11, Mod) En esas palabras “del mismo modo” la palabra griega para “modo” no es morfé, sino tropos. De modo que los ángeles no dijeron que este mismo Jesús regresaría en la misma forma o figura, sino del mismo modo. Tampoco dijeron los ángeles que aquellos discípulos verían regresar a Jesús.
10, 11. (a) ¿Qué arguyen algunos tratando de escapar del hecho de que Jesús no pudo llevar un cuerpo carnal al cielo como muestra 1 Corintios 15:50? (b) ¿Cómo se muestra que no había necesidad de espiritualizar cosas materiales?
10 Jesús no podía llevar un cuerpo humano a través de las fajas de radiación Van Allen y el espacio exterior hacia el cielo, porque, al considerar la resurrección, Pablo dice: “La carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción,” lo que está de acuerdo con la declaración precedente de Pablo: “Se siembra en corrupción, será resucitado en incorrupción.” (1 Cor. 15:42, 50, Mod) ¡Oh! pero algunos lectores dirán: ¡él espiritualizó su cuerpo carnal a fin de llevarlo al cielo! Pero, preguntamos, aquellos ángeles que materializaron cuerpos humanos a fin de aparecerse a los discípulos el día de la resurrección y el día de la ascensión, ¿espiritualizaron aquellos cuerpos en los cuales se aparecieron con el fin de regresar a la región invisible de los espíritus? ¿Espiritualizó Jesús la ropa con la cual se apareció a sus discípulos?
11 Jesús ciertamente tuvo que materializar ropa con la cual aparecer, porque la ropa que tuvo puesta antes de ser empalado fue dividida entre los soldados y ellos echaron suertes sobre su prenda interior de vestir sin costura; y las vendas con las cuales había sido envuelto su cadáver y el paño que había estado sobre su cabeza se quedaron en el sepulcro. (Juan 19:23, 24; 20:5-7) Si el resucitado Jesús pudo materializar ropa nueva, ¿no pudo también materializar nuevos cuerpos convenientes a fin de aparecer y luego desmaterializarlos en vez de espiritualizarlos? ¡Sí!
SACRIFICIO NO QUITADO DEL ALTAR
12, 13. ¿Qué significaría el que Jesús hubiese llevado su cuerpo humano al cielo para disfrutar de él allí, y Por qué?
12 Si Jesús hubiera llevado su cuerpo de carne, sangre y huesos al cielo y disfrutado de ellos allí, ¿qué significaría esto? Significaría que no habría ninguna resurrección del cuerpo para nadie. ¿Por qué no? Porque Jesús estaría quitando su sacrificio del altar de Dios.
13 Jesús dijo: “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno come de este pan vivirá para siempre; y, de hecho, el pan que yo daré es mi carne a favor de la vida del mundo. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, yo le resucitaré el día postrero; porque mí carne es comida verdadera, y mi sangre es bebida verdadera.” (Juan 6:51, 54, 55) ¿Cómo podríamos comer la carne de Jesús y beber su sangre a fin de tener vida eterna y al mismo tiempo Jesús mismo tener la carne y sangre mismas con las cuales vivir en el cielo?
14. Si Jesús tuviera su cuerpo humano en el cielo, ¿qué significaría esto en cuanto a lo que conoceríamos de Dios y de Cristo, pero cómo se refuta esto?
14 Suponga que Jesús tiene su cuerpo humano terrestre en el cielo. Dado que los clérigos que insisten en que Jesús tiene su cuerpo humano en el cielo enseñan que él también es Dios mismo, entonces sabemos a quién se parece Dios. Se parece a Jesús cuando estuvo en la Tierra; posiblemente mide un metro ochenta y tres centímetros, tiene una nariz judía, posiblemente barba, tiene los órganos sexuales del hombre, y parece pesar unos cien kilos. Tal vez se parece a la figura de la pintura sobre el Juicio Final hecha por el pintor italiano Miguel Angel y que está en la Capilla Sixtina del Vaticano. Sin embargo, Jesús dijo a los judíos: “El Padre también que me envió, él mismo ha dado testimonio de mí. Vosotros nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su apariencia [morfé].” (Juan 5:37, Mod) El apóstol Juan también dijo a los cristianos: “Amados míos, ahora somos hijos de Dios; y todavía no ha sido manifestado lo que hemos de ser; sabemos empero, que cuando él fuere manifestado, nosotros seremos semejantes a él, porque le veremos tal como es.” (1 Juan 3:2, Mod) Las palabras de Juan no serían ciertas si Jesús tuviera su cuerpo humano con él en el cielo, porque entonces sabríamos cómo serán los cristianos en el cielo después de su resurrección de entre los muertos.
15. Si Jesús tiene su cuerpo humano en el cielo, ¿qué significa esto en cuanto al resultado de comer y beber él con sus discípulos en el cielo?
15 Otra cosa: Si Jesús tuviera su cuerpo humano en el cielo, entonces tiene el entero sistema digestivo, incluyendo la boca y el estómago; y sus fieles discípulos, al ir al cielo, tendrían las mismas cosas. Recordamos que Jesús les dijo: “Hago un pacto con ustedes, así como mi Padre ha hecho un pacto conmigo, para un reino, para que coman y beban a mi mesa en mi reino.” (Luc. 22:29, 30) Bueno, entonces, después de comer y beber, el alimento y la bebida pasarían por sus sistemas digestivos. Entonces ¿qué? Bueno, Jesús dijo: “Todo lo que entra en la boca, va al vientre, y es echado en la letrina.” (Mat. 15:17, Val) ¡Piense en ello! Desde la llegada de los cuerpos humanos, tiene que haber ahora letrinas en el cielo, excusados, tanto particulares como públicos, habiendo para hombres y mujeres separados. Y ahora y para siempre Jesús, que los clérigos dicen es Dios mismísimo, tiene que usar un excusado celestial, ¡algo que jamás tuvo que hacer en el cielo antes de venir a ser hombre!a ¡Esto tiene que ser cierto si llevamos los argumentos a sus conclusiones lógicas!
16. ¿Cómo, sin embargo, es razonable la Biblia en este asunto?
16 ¡Cuán razonable, sin embargo, es la Biblia al decir que “carne y sangre no pueden heredar el reino de Dios”! (1 Cor. 15:50) Al explicar el Día de Expiación anual o Yom Kippur de los judíos, el cristiano judío Pablo prueba que Jesucristo no se llevó consigo su cuerpo carnal al cielo sino que lo dejó atrás como un sacrificio humano.
17. En el Día de Expiación anual de los judíos, ¿cómo se hacía la expiación?
17 Como se explica en Levítico, en el Le capítulo dieciséis, en el Día de Expiación anual el sumo sacerdote judío llevaba la sangre del toro sacrificatorio y de la cabra sacrificatoria al Santísimo de la tienda o templo sagrado hecho por manos humanas. En cuanto a las pieles, la carne y el estiércol del toro y la cabra, éstos tenían que ser quemados fuera del campo o comunidad y así se deshacían de ellos. Tanto el toro como la cabra representaron al inmaculado Jesucristo como sacrificio humano. El Santísimo al cual se llevaba la sangre del toro y de la cabra representó el cielo mismo, donde está Dios el Creador.
18. ¿Cómo se explica esto para nosotros en Hebreos 9:11, 12, 24-26 en cuanto a su significado?
18 Ahora, a continuación, se da la manera en que la propia Palabra de Dios explica esto, en Hebreos 9:11, 12, 24-26: “Cuando vino Cristo como sumo sacerdote de las buenas cosas que han acontecido mediante la tienda más grande y más perfecta no hecha con manos, es decir, no de esta creación, él entró, no, no con la sangre de cabras y de novillos, sino con su propia sangre, una vez para siempre en el lugar santo y obtuvo una liberación eterna para nosotros. Porque Cristo entró, no en un lugar santo hecho por manos, el cual es una copia de la realidad, sino en el cielo mismo, para comparecer ahora ante la persona de Dios a favor nuestro. Ni es con el fin de que él se ofreciera a sí mismo muchas veces, como en verdad entra el sumo sacerdote al lugar santo año tras año con sangre que no es la suya. De otro modo, él [Cristo] tuviera que sufrir muchas veces desde la fundación del mundo. Pero él ahora se ha manifestado una vez para todo tiempo en la conclusión de los sistemas de cosas para apartar el pecado por medio del sacrificio de sí mismo.”
19, 20. ¿Qué representa el deshacerse de los cuerpos del toro y la cabra expiatorios en cuanto a Jesucristo?
19 ¿Cómo se deshacían de los cuerpos carnales de los sacrificios del Día de Expiación? Hebreos 13:10-13 contesta: “Tenemos [los cristianos] un altar del cual los que hacen servicio sagrado en la tienda no tienen autoridad para comer. Porque los cuerpos de esos animales cuya sangre el sumo sacerdote lleva al lugar santo para el pecado son quemados fuera del campamento. Por esto Jesús también, para santificar al pueblo con su propia sangre, sufrió fuera de la puerta. Entonces, salgamos a él fuera del campamento, llevando el vituperio que él llevó.”
20 Según el cuadro del Día de Expiación, como fue cumplido por Jesucristo, su cuerpo humano carnal no fue llevado al verdadero Santísimo, el cielo de la presencia de Dios. Como los cuerpos del toro y el macho cabrío expiatorios, el cuerpo terrestre de Jesús fue eliminado según la voluntad de Dios, para que la humanidad creyente se alimentara de él mediante fe.
21. ¿Qué fue representado por llevar el sumo sacerdote Judío la sangre expiatoria al Santísimo?
21 Aun la sangre literal de Jesús no fue llevada al cielo mismo; lo que simbolizó su sangre derramada fue lo llevado por él al cielo. La Palabra de Dios dice: “La vida [hebreo, néfesh] de la carne en la sangre está: y la he dado a ustedes sobre el altar para hacer expiación por sus almas [néfesh en plural] ; porque es la sangre la que hace una expiación por el alma [néfesh].” (Lev. 17:11, VA) Según estas palabras la sangre derramada de Jesús representó su vida humana derramada. Representó el valor de su vida sacrificada. Por eso, cuando el sumo sacerdote judío con la sangre expiatoria pasaba más allá de la cortina interior y entraba en el Santísimo de la tienda de adoración, esto representó a Jesús siendo resucitado de entre los muertos y entrando con el valor de su sacrificio humano al cielo mismo, para presentar allí este valor a Dios su Padre. Su vida simbolizada por su sangre fue ofrecida a favor de nuestra vida basada en nuestra sangre.
CUERPOS DE LA RESURRECCIÓN
22, 23. (a) Si Jesús hubiera sido resucitado como hombre, ¿qué obra no pudiera haber efectuado? (b) Con referencia a los cuerpos de la resurrección, ¿qué ilustración usó Jesús y qué no dijo Pablo?
22 Para que Jesucristo efectuara esta obra de expiación en los cielos donde viven espíritus, fue, como 1 Pedro 3:18 dice, resucitado o traído a la vida “en el espíritu.” Si hubiera sido resucitado como un hombre perfecto otra vez, no pudiera haber hecho esta obra de sumo sacerdote en el cielo. ¿Qué cuerpo tuvo en su resurrección y qué cuerpos tuvieron sus seguidores fieles en su resurrección? El apóstol Pablo lo ilustra con el crecimiento de una planta desde una semilla. Aun Jesús mismo aludió a una planta y dijo: “Ha llegado la hora en que sea glorificado el Hijo del hombre. En verdad, en verdad os digo: A menos que el grano de trigo caiga en tierra y muera, queda solo; mas si muere, lleva mucho fruto.” (Juan 12:23, 24, Mod) ¿Con qué cuerpo sale esa semilla caída, muerta?
23 Hace diecinueve siglos los cristianos de Corinto le hicieron a Pablo la misma pregunta: ¿Con qué cuerpo regresan los muertos en la resurrección? Pablo no contestó: ‘Creo en el Credo de los Apóstoles; y éste dice que habrá “la resurrección del cuerpo,” idénticamente el mismo cuerpo con el que murieron las personas. Aun los cristianos que, entran en el reino celestial obtienen de vuelta su cuerpo humano.’
24, 25. Con referencia a los cuerpos de la resurrección de Cristo y sus discípulos, ¿qué escribe Pablo en 1 Corintios 15:35-41?
24 El apóstol Pablo escribió de manera diferente a lo que dice el llamado Credo de los Apóstoles. Por lo tanto, leamos lo que escribió al considerar la resurrección de Jesucristo y de sus seguidores. Aquí está:
25 “No obstante, alguien dirá: ‘¿Cómo van a ser levantados los muertos? Sí, ¿con qué clase de cuerpo vienen?’ ¡Persona irrazonable tú! Lo que siembras no es vivificado a menos que primero muera; y tocante a lo que siembras, tú siembras, no el cuerpo que se desarrollará, sino un grano desnudo, puede ser, de trigo o cualquiera de los demás; pero Dios le da un cuerpo tal como le ha agradado, y a cada una de las semillas su propio cuerpo. No toda carne es la misma carne, sino que hay una de humanidad, y hay otra carne de ganado, y otra carne de aves, y otra de peces. Y hay cuerpos celestes, y cuerpos terrestres; pero la gloria de los cuerpos celestes es de una clase, y la de los cuerpos terrestres es de una clase diferente. La gloria del sol es de una clase, y la gloria de la luna es de otra, y la gloria de las estrellas es de otra; en realidad, estrella se diferencia de estrella en gloria.”—1 Cor. 15:35-41.
26. ¿Qué muestra Pablo allí tocante a los cuerpos de que discute?
26 ¡Por favor note eso! Pablo no dice que hay un cuerpo combinado, un cuerpo que en parte es celestial y en parte es terrenal, un cuerpo humano espiritualizado, un cuerpo que es parte pez y parte ave, o parte hombre y parte mono, o un Dios-hombre. Pablo dice que cada cuerpo es de una clase diferente, un cuerpo celestial de su propia clase, un cuerpo terrestre de su propia clase. Bueno, entonces, ¿qué cuerpo da Dios a los cristianos que han sido engendrados por su espíritu a una esperanza celestial? Aquí está lo que Pablo contesta:
27. En 1 Corintios 15:42-49 ¿qué escribe Pablo en cuanto a los cuerpos de la resurrección dados a los cristianos engendrados por espíritu?
27 “Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, se levanta en incorrupción. Se siembra en deshonra, se levanta en gloria. Se siembra en debilidad, se levanta en poder. Se siembra cuerpo físico, se levanta cuerpo espiritual. Si es que hay cuerpo físico, también lo hay espiritual. Así también está escrito: ‘El primer hombre Adán vino a ser alma viviente.’ El postrer Adán vino a ser un espíritu dador de vida. No obstante, lo primero no es lo que es espiritual, sino lo que es físico, después lo que es espiritual. El primer hombre es de la tierra y hecho del polvo; el segundo hombre es del cielo. Tal como el uno hecho del polvo es, así aquellos hechos del polvo son también; y tal como el celestial es, así aquellos que son celestiales son también. Y así como hemos llevado la imagen de aquel hecho del polvo, llevaremos también la imagen del celestial.”—1 Cor. 15:42-49.
28. ¿Cómo apoyan las palabras ya citadas la verdad de que Jesucristo fue resucitado “en el espíritu”?
28 Las palabras de Pablo en cuanto a recibir un cuerpo diferente en la resurrección aplican a Jesús mismo y no solo a sus fieles seguidores engendrados por espíritu de Dios. Así como Pedro dijo que Jesús fue muerto en la carne y resucitado a la vida en el espíritu, así Pablo dice aquí que en la resurrección Jesús, que es el “postrer Adán,” fue levantado o “vino a ser un espíritu dador de vida.”—1 Cor. 15:45.
29. ¿Por qué es necesario un cambio de cuerpo para la clase celestial, y qué seguridad da Pablo en cuanto a este cambio?
29 Si Jesús hubiese sido resucitado humano, otra vez habría llevado la imagen del “primer hombre Adán.” Por consiguiente al venir a ser como Jesús en su resurrección sus seguidores estarían llevando otra vez la “imagen de aquel hecho del polvo” y no la imagen de alguien celestial. Pero para estos cristianos un cambio de cuerpo es absolutamente necesario, puesto que Pablo dice inmediatamente después: “Empero, esto digo, hermanos, que carne y sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción. . . . nosotros seremos cambiados. Porque esto que es corruptible ha de revestirse de incorrupción, y esto que es mortal, ha de revestirse de inmortalidad. Pero cuando esto que es corruptible se revista de incorrupción y esto que es mortal se revista de inmortalidad, entonces se cumplirá el dicho que está escrito: ‘La muerte es tragada para siempre.’”—1 Cor. 15:50-54.
¿SOBREVIVE ALGO A LA MUERTE?
30. Tocante a los cuerpos de la resurrección de personas sin esperanza celestial, ¿qué regla debe aplicar, según declara Pablo en 1 Corintios 15:37, 38?
30 Basta en lo que toca a los cristianos engendrados por espíritu con una esperanza celestial. ¿Qué hay de los miles de millones de personas, incluyendo a hombres y mujeres fieles de Dios, que murieron sin una esperanza celestial antes de la primera venida de Cristo? Y ¿qué hay de la gente hoy día? Centenares de miles de hombres y mujeres piadosos viven sin esperanza celestial. ¿Qué hay de la resurrección de personas de esta clase que mueren antes de que Dios destruya a este viejo sistema de cosas e introduzca su nuevo mundo o sistema de cosas bajo el reino de Jesucristo? Tocante a estos descendientes del primer hombre Adán las palabras de Pablo citadas antes dicen: “El primer hombre es de la tierra y hecho del polvo . . . Tal como el uno hecho del polvo es, así aquellos hechos del polvo son también.” A éstos la regla en cuanto a la clase de semilla debe aplicar, como fue declarada por Pablo: “Dios le da un cuerpo tal como le ha agradado, y a cada una de las semillas su propio cuerpo.”—1 Cor. 15:37,38.
31. De acuerdo con ello, ¿qué cuerpos les dará Dios en la resurrección?
31 Así será para las personas que sigan siendo parte de la semilla terrestre de la humanidad y que no han sido engendradas del espíritu de Dios para llegar a ser una semilla celestial. En la resurrección serán levantadas con cuerpos que pertenecen a la semilla terrestre. Dios les dará cuerpos así como le agrade, cuerpos humanos, pero no idénticamente los mismos cuerpos humanos con los cuales murieron. ‘¡Oh!’ quizás digan algunos lectores, ‘¿cómo, entonces, será la misma persona?’ El Todopoderoso Dios se encargará de que sea la misma persona, aun sin el mismo cuerpo.
32. ¿Qué pregunta se hace surgir en cuanto a la necesidad de que sobreviva algo para conservar la identidad?
32 Ante esto, estos lectores preguntarán: ‘¿No tiene que sobrevivir algo a la muerte a fin de que la persona sea la misma persona en la resurrección y no alguna persona recién creada como la persona que murió? Usted ha probado con la Biblia que el alma humana muere cuando una criatura humana muere y que el cadáver o es devorado por los peces del mar o por los gusanos de la tierra y así deja de existir. Siendo esto así, nada sobrevive, ningún alma, ningún cuerpo.’
33. (a) En Eclesiastés 12:7, ¿qué es lo que regresa a Dios? (b) ¿Cómo muestra el Salmo 104:29, 30 que Dios puede re-crear almas humanas?
33 Eso es bíblicamente lo correcto. Y Eclesiastés 12:7 dice: “Entonces el polvo vuelve a la tierra justamente como era y el espíritu mismo vuelve al Dios verdadero quien lo dio.” El espíritu del inicuo así como el espíritu del justo regresa a Dios quien lo dio. ¿Por qué? Porque el espíritu [rúah] mencionado aquí no es el alma [néfesh], que ha muerto. El espíritu es la fuerza de vida que Dios ha dado o ha hecho que sea transmitida a toda persona que nace. Dios retira esa fuerza de vida de todo el género humano que está bajo la herencia de muerte de Adán, y, cuando Dios retira este espíritu o fuerza de vida, el alma humana muere. (Rom. 5:12) Solo Dios puede restaurar este espíritu o fuerza de vida y así hacer que las almas vivan otra vez. El Salmo 104:29, 30 dice: “Si tú ocultas el rostro, se perturban. Si les quitas su espíritu, expiran y a su polvo vuelven. Si envías tu espíritu [no tu alma o su alma], son creados.” Estas palabras inspiradas nos aseguran que el Todopoderoso Dios puede re-crear, sí, re-crear almas humanas.
34, 35. (a) ¿Por qué se hace surgir una pregunta con respecto al poder de Dios para re-crear? (b) ¿Quién determina si algo del alma muerta seguirá viviendo o no, y qué textos muestran esto?
34 Aquí algunos lectores dirán: ‘¿Cómo puede Dios re-crear almas o hacer las mismas almas otra vez, si nada físico ni espiritual vive después que el alma muere y el cuerpo va al polvo y a los gases?’
35 Ah, pero hay algo del alma muerta que sigue viviendo, si Dios opta porque sea así, y este algo coloca la base para una re-creación. ¿Qué es eso? El registro de vida del alma muerta. Dios puede borrar el registro de un alma inicua o puede preservar el registro de un alma justa para Su propia referencia y uso. Éxodo 32:33 (Mod) dice: “Jehová respondió a Moisés: Al que haya pecado contra mí, a éste borraré de mi libro.” Deuteronomio 29:20 (Mod) dice: “Jehová raerá su nombre de debajo del cielo.” El Salmo 69:28 (Mod) ora: “¡Sean raídos del libro de los vivientes, y no sean escritos entre los justos!” Proverbios 10:7 (Mod) dice: “La memoria del justo será bendita; pero el nombre de los inicuos se podrirá.” Por consiguiente, Dios no guarda a los inicuos en su memoria. Debido a que los borra del libro de los vivientes, no les dará ninguna resurrección de entre los muertos.—Mat. 10:28; Sal. 145:20.
36. ¿Cómo se muestra que la habilidad de Dios para conservar los registros de las almas muertas es —sumamente razonable?
36 Hablando de conservar registros, los hombres hoy día hacen películas de una persona en una cinta junto con una huella de sonido de su voz. Esto puede reproducirse por televisión. De hecho, los hombres pueden conservar hoy día en un disco fonográfico el habla y el canto de una persona. Aun en una cinta magnética los hombres pueden conservar invisiblemente películas de televisión y la voz de un artista. Si los hombres imperfectos moribundos pueden hacer esto debido a que el hombre fue creado a la imagen de Dios, ¿qué puede hacer el Todopoderoso Dios mismo para guardar registros, aun en su propia memoria, concerniente a personas para quienes reserva una resurrección de entre los muertos por medio de Jesucristo? Por eso, nuestro registro, con Dios es lo que vale.
37. (a) ¿Qué representa el registro de cada uno con Dios? (b) ¿Cómo se prueba que el alma de acuerdo con la idea griega pagana no es el asiento de la inteligencia y el pensamiento y la personalidad?
37 Cada uno de nosotros hace su propio registro con Dios. ¡Ese registro lo representa a usted! Habla de su personalidad. La personalidad de usted no depende del todo de su cuerpo físico. A causa del continuo desgaste y reparación de los tejidos y órganos de nuestro cuerpo obtenemos un cuerpo completamente nuevo cada siete años más o menos. No obstante, nuestra personalidad subsiste como una identificación de que somos la misma persona. Aun nuestra personalidad puede cambiar, no debido a que nuestro cuerpo sea renovado, sino debido a que el espíritu santo o fuerza de Dios que transforma obra en nosotros. Cada uno desarrolla su propio modelo de personalidad, y éste es almacenado en el cerebro de cada uno, también en la sangre a cierto grado. El asiento de la inteligencia, del pensamiento, de la memoria, o estado consciente y de la personalidad no es alguna idea griega pagana de un alma o psyqué. Los paganos afirman que en cada uno de nosotros reside un alma y que ésta es el asiento de la inteligencia y la personalidad; pero sabemos que si el cerebro físico de alguien recibe daño, éste pierde su inteligencia o cordura y ninguna tal llamada alma dentro de él lo mantiene inteligente, cuerdo o poseyendo memoria y habilidad para pensar. Esto refuta la teoría pagana de un alma inmortal como el asiento de la vida y el pensamiento.
38. ¿Cómo re-creará Dios las almas muertas, y qué indica Eclesiastés 11:3 tocante a esto?
38 Dios sabe todo esto. Al tiempo suyo para resucitar a las almas muertas terrestres bajo el reino de su Hijo Jesucristo, Dios puede consultar sus registros de cada uno o su propia memoria de cada uno. Puede darle a cada persona resucitada a la vida sobre la Tierra un “cuerpo tal como le ha agradado,” con su tipo distinto de sangre. Ese cuerpo tendrá un cerebro humano, no hecho, por supuesto, de idénticamente los mismos átomos o moléculas que la persona tenía en el cerebro con el cual murió. No obstante, será el mismo cerebro. ¿Cómo? Pues Dios reproducirá exactamente el cerebro que el individuo tuvo al morir. Repetirá sus circunvoluciones cerebrales e implantará en ellas el registro que el individuo hizo de sí mismo en la vida pasada. Dios implantará las impresiones y recuerdos exactos de todas las cosas que sucedieron durante el previo estado consciente de la persona, su facultad de reconocer a las personas y escenas y sitios, y todos los rasgos de su personalidad, y todo lo que despliega su crecimiento o atraso mental. Esto será debido a que, cuando murió como alma, no experimentó ningunos cambios mentales o de personalidad después en la muerte. En cualquier estado de logro que su personalidad y mentalidad cayeron en la muerte, allí permanecieron.—Ecl. 11:3.
39. Por lo tanto, ¿por qué la persona resucitada no sería alguna persona recién creada como ella, sino la persona que murió?
39 Así en la resurrección esa persona con esa personalidad y habilidad de cerebro será el individuo que murió, no alguna otra persona como él. Ninguna otra persona hizo el registro que se reproduce en esta persona resucitada; y ninguna persona que solo es como ella podría dar razón de tener tal registro en sí misma puesto que no llevó a cabo ese registro en particular. Por eso, si usted fuese a morir y tener una resurrección, y Dios proveyese un cuerpo con un cerebro como el de usted y con el registro de usted al morir, esa persona resucitada sería usted, nadie más que usted. Sus conocidos sabrían que era usted.
40. (a) ¿Qué oportunidad abrirá para ellas la resurrección de las almas muertas sobre la Tierra? (b) ¿Qué oportunidad especial tienen ante ellos los proclamadores del reino de Dios hoy día, y por qué?
40 ¡Cuán maravilloso que en la resurrección que Dios dará a las almas muertas nos conoceremos unos a otros y también recordaremos la pasada bondad amorosa de Dios para con nosotros! La resurrección de las almas muertas a la vida sobre la Tierra abrirá la oportunidad de que consigan vida eterna en una Tierra paradisíaca bajo el perfecto gobierno del reino de Dios. (Luc. 23:42, 43, Ro; NM) Además de eso, hoy vive sobre la Tierra una grande muchedumbre de personas que temen a Dios y que están proclamando el reino de Dios en todo el mundo y que no necesitarán una resurrección del sepulcro común del género humano muerto. Estas personas sobrevivirán a la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” con la cual este inicuo sistema de cosas acabará en corto tiempo. (Apo. 16:14, 16) Así sin morir entrarán en el nuevo mundo bajo el reino de Dios y conseguirán el premio de vida eterna para ellos mismos. También estarán presentes para dar la bienvenida a los muertos terrestres en la resurrección. Pero ése es un tema que consideraremos en alguna otra ocasión.
[Nota]
a Compare con esto las palabras del profeta Elías en cuanto al dios falso Baal que fue asemejado a un humano, en 1 Reyes 18:27: “Y sucedió al mediodía que Elías comenzó a mofarse de ellos y decir: ‘Llamen a voz en cuello, porque él es un dios; porque debe estar preocupado con un asunto, y tiene excremento y tiene que ir al excusado.’”
[Ilustración de la página 237]
El “Juicio Final”—Capilla Sixtina