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Amor y lealtadLa Atalaya 1963 | 15 de octubre
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violar su neutralidad. Finalmente después de dos años la Sociedad obtuvo una audiencia sobre el asunto en los tribunales, y el 14 de junio de 1943 el Tribunal Supremo falló contra el Gobierno del Commonwealth y a favor de los testigos de Jehová. Nuestra lealtad a la organización de Jehová durante ese tiempo no fue en vano.
El mes después del levantamiento de la proscripción, un domingo por la mañana, encontré que el hermano Johnston se había ido a su recompensa. Sí, una oclusión coronaria le había terminado la vida, más de cuarenta años de la cual habían sido ocupados en el ministerio de tiempo cabal en África del Sur y en Australia. Su última asignación había sido la escritura para Consolación (ahora ¡Despertad!) del resultado del caso en el Tribunal Supremo. Era solo natural que lo extrañara, pero ¿cómo podía llorar cuando sabía que él en verdad había experimentado su cambio, porque la suya era la esperanza de vida celestial? (1 Cor. 15:51, 52) Había sido un privilegio bendito haber disfrutado de su compañía por más de veinte años, y fue un estímulo al amor leal de mi parte a Jehová y a su organización visible.
REGOCIJÁNDOME EN OBRAS BUENAS
Habiendo sido quitada la proscripción, se reorganizó la obra. En 1946 nuestros primeros graduados de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower llegaron, ¡y qué excitación hubo! Han sido una gran ayuda en la obra, y estoy agradecida por su ejemplo de fidelidad. Más o menos al mismo tiempo nuestros propios hermanos partían de Australia para Galaad, y hoy día están dando buena razón de sí mismos en muchos países e islas por todo el mundo. Algunos están en el Japón, Hong Kong, Malaya, India, Chipre y otros lugares, y es un gozo seguir su progreso y oír de sus continuas obras de amor.
Cuando el hermano Knorr nos visitó en 1947 recibimos más consejos buenos y ayuda. Se nos corrigió nuestra manera de pensar acerca de la debida relación de los cristianos con el mundo, lo cual nos fortificó a todos y puso a la organización en una condición en que podía ser más aceptable a Jehová. Las visitas tales como ésta de los representantes especiales de las oficinas principales de la Sociedad siempre han sido luminarias en nuestro adelanto.
Al continuar la expansión de la obra del Reino, se han abierto nuevas oficinas de sucursal en Singapur, Nueva Zelandia, Viti y Papua, todos los cuales anteriormente estaban bajo el cuidado de la sucursal australiana. Ver este crecimiento manifiesto en tantas formas es, como si fuera, ver los majestuosos pasos de nuestro Dios al conducir él su obra para la final y grandiosa vindicación de su santo nombre.
Es mi sincera oración que mi amor y mi lealtad continúen creciendo y que, no obstante los años que al pasar me dificultan hacer todo lo que quisiera, pueda yo continuar siendo rica en buenas obras, activa en el servicio de Jehová mi Dios. “Oh Dios, tú me has enseñado desde mi juventud en adelante, y hasta ahora continúo diciendo de tus obras maravillosas. Y aun hasta la vejez y cuando haya encanecido, oh Dios, no me dejes, hasta que pueda decir acerca de tu brazo a la generación, a todos aquellos que han de venir, acerca de tu poderío.”—Sal. 71:17, 18.
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Usando los períodos de almuerzoLa Atalaya 1963 | 15 de octubre
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Usando los períodos de almuerzo
● Teniendo tiempo reducido para el ministerio debido a la construcción de un Salón del Reino, un Testigo aprovechó su período de almuerzo. “Pregunté a varias personas si habían leído la Traducción del Nuevo Mundo, puesto que personas de su instrucción deberían tener una; pues 2 Timoteo 3:16 dice: ‘Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas.’ Un hombre tomó ocho ejemplares, algunos tres y muchas personas dos. Para el veintitrés del mes, el resultado fue de sesenta Biblias.”
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