Manteniendo limpia la organización
No lleguen a estar unidos en yugo desigual con los incrédulos. Porque ¿qué consorcio tienen la justicia y la iniquidad? O ¿qué compañerismo tiene la luz con las tinieblas?”—2 Cor. 6:14, NM.
1. ¿Por qué está interesado Jehová en mantener limpia su organización, y qué quiere que sean los miembros de ella?
JEHOVÁ está muy interesado en mantener su organización limpia y separada de este mundo malo e inicuo en que ahora vivimos. Tiene una razón para esto. Sus siervos le pertenecen a él, representan su nombre, representan su Palabra, y representan la adoración limpia. Jehová Dios quiere que sean imitadores de él. Por eso es que inspiró a su siervo Pablo a escribir en Efesios 5:1, 2 (NM), “Por tanto, háganse imitadores de Dios, como hijos amados, y sigan andando en amor, así como el Cristo también los amó y se entregó por ustedes como ofrenda y sacrificio a Dios para aroma fragante.”
2. (a) ¿A quién imitó Jesús, y de este modo, cómo puso él mismo un ejemplo para ser imitado? (b) Por medio de tal imitación, ¿de qué modo serían sus seguidores diferentes del mundo?
2 Cuando Cristo Jesús estuvo en la tierra, imitó a su Padre celestial. Lo que le interesaba era hacer la voluntad de su Padre a todo tiempo. Y por eso fué un sacrificio de olor fragante para Él. Los que siguen en sus pisadas deben ser personas de la misma clase. Deben ofrecer a Dios sacrificios de olor fragante, y pueden hacer esto imitando a Dios, e imitando a Cristo Jesús. (Fili. 4:18; 1 Ped. 2:5) Jesús manifestó amor por su pueblo. Entregó su vida para que pudiera redimirlo, y al manifestar amor por su pueblo quiso que sus seguidores fueran diferentes de este viejo mundo. Quiso que salieran de este sistema de cosas decadente y obtuvieran vida. El viejo mundo es inicuo. No está imitando a Jehová Dios. El pueblo de Dios tiene que ser diferente, diferente de este viejo mundo. La diferencia resulta de su modo de vivir, y eso tiene que ver con nuestro amor del uno al otro. En Juan 13:34 (NM), Jesús dijo, “Les estoy dando un nuevo mandamiento, que se amen los unos a los otros; igual como yo los he amado, que ustedes también se amen los unos a los otros.” Este amor mutuo es muy diferente de la manera en que el mundo actúa. El mundo obra por egoísmo, por odio. Jesús introdujo algo enteramente nuevo, nuevo para este mundo. Fué un principio de amor: personas juntándose en una congregación, amándose unas a otras, llevándose bien unas con otras. Este amor es posible si imitamos a Dios. Si no lo imitamos, no vamos a poseer este amor, porque Dios es amor.
3. ¿Sobre qué base se edifica la congregación, y por eso cuál sería la razón general para expulsar a alguien de ella?
3 Por consiguiente, dado que esta congregación que Dios está desarrollando o trayendo a la existencia se basa en amor, podríamos preguntarnos por qué habría necesidad de que alguien jamás hablara de expulsar a personas de esta congregación o privarlas de su compañerismo cristiano. Seguramente tiene que haber alguna razón. Bien, la razón para expulsarlas es que algunas personas entran en esta congregación de Dios sin amor a Cristo. “Pues, todos, por supuesto, aman a Cristo,” dice usted. Pero lo que decimos realmente es un hecho: ya no son imitadores de Cristo o imitadores del Padre, Jehová Dios. Ya no andan en las pisadas de Cristo. El propósito íntegro de traer a sus siervos, su pueblo, a una organización es mantenerlos limpios de la organización del Diablo. Entre tanto que caminemos en la senda de la muchedumbre del Diablo no podemos permanecer limpios. Por eso Dios ha edificado su propia organización. Hoy existen dos organizaciones en el mundo. Una es de Dios y la otra pertenece al Diablo, quien es el “dios de este sistema de cosas”. De modo que la organización que Jehová Dios ahora está edificando para la vindicación de su nombre y palabra se construye sobre amor. Toda esta organización trabaja junta en unidad. Y por lo tanto leemos en Efesios 4:16 (NM): “De él todo el cuerpo, mediante el estar trabado armoniosamente y el hacer que coopere por medio de cada coyuntura que suministra lo que se necesita, de acuerdo con el funcionamiento correspondiente de cada miembro respectivo, produce el crecimiento del cuerpo para la edificación de sí mismo en amor.” He ahí su base, el amor. Por eso, cuando alguno se aleja de ese principio de amor y devoción mutuos en esta congregación, es hora de que ese individuo sea expulsado de la congregación.
MAL COMPORTAMIENTO
4, 5. En cuanto a esto, ¿en dónde está el mal, y por qué debe de haber expulsión de alguno del cuerpo cristiano?
4 La razón para expulsar a personas es la de su maldad. La congregación no está equivocada, porque es de Dios. Pero es alguien dentro de la congregación ahora quien no está imitando a Dios ni poniendo por obra sus principios de verdad y justicia. No está siendo edificado en amor. Ya no está imitando a Jehová, ni al Hijo, ni a los apóstoles. Por lo tanto se nos aconseja en 2 Tesalonicenses 3:6, 7, 11 (NM): “Ahora les estamos dando órdenes, hermanos, en el nombre del Señor Jesucristo, de que se aparten de todo hermano que ande desordenadamente y no según la tradición que ustedes recibieron de nosotros. Porque ustedes mismos saben la manera en que deben imitarnos, porque no nos portamos desordenadamente entre ustedes. Porque oímos que algunos andan desordenadamente entre ustedes, no haciendo ningún trabajo pero entremetiéndose en lo que no les atañe.”
5 Aquí Pablo está indicando que él, el apóstol, cuando anduvo entre ellos, no lo hizo desordenadamente, de modo que no era su mal comportamiento lo que estaba descaminando a algunos de ellos. Jehová Dios no se porta mal. Cristo Jesús no se porta mal. Tenemos ejemplos perfectos que seguir. Tenemos buenas palabras de consejo de parte de ellos que podemos observar. Por eso, si este cuerpo llega a ser desordenado, o si alguna parte del cuerpo llega a ser desordenada, querría decir que el cuerpo se enfermaría. No continuaría siendo edificado en amor. Una corrección tiene que hacerse. Es posible que signifique la remoción de algo. En el caso del cuerpo del que estamos hablando, la congregación de Dios, posiblemente signifique la remoción de algún individuo debido a que es desordenado, no edificándose en amor.
6. ¿Por qué no debemos precipitarnos en cuanto a expulsar a alguno, pero qué nos amonesta Pablo que hagamos tocante a los desordenados?
6 Sin embargo, no tenemos que precipitarnos en este asunto y, porque oímos de que alguien está portándose mal, inmediatamente obrar y expulsarlo de la congregación. Existe la posibilidad de que estas personas que hacen mal, se arrepientan, cambiando su manera de proceder. Por eso se declara en 2 Tesalonicenses 3:13-15 (NM): “Por su parte, hermanos, no desistan de hacer el bien. Pero si alguno no es obediente a nuestra palabra por medio de esta carta, mantengan a éste señalado, dejen de asociarse con él, para que se avergüence. Y no obstante no estén considerándolo como enemigo, sino sigan amonestándole como a hermano.” Así pues, todos nosotros en la congregación del Señor tenemos una responsabilidad hacia los que posiblemente sean desordenados. Todos nosotros en la congregación debemos de continuar haciendo el bien para el beneficio de los demás. Es posible que seamos de provecho para algunos de los que son un poco desordenados. Seguimos haciendo lo correcto, a pesar de su curso de acción, pero si ellos siguen en el camino incorrecto tienen que ser señalados. Tenemos que dejar de asociarnos con ellos, porque no son limpios. No están trabajando en la defensa del nombre y Palabra de Jehová. No están trabajando en el interés de edificar este cuerpo en amor. Están trabajando en contra de la organización.
7. ¿Hemos de tratar de forzar a cualquier errado a un curso correcto, y cómo debemos usar nuestra libertad como pueblo de Dios?
7 No obstante, quizás podamos salvar a un hermano, y es posible que principie de nuevo en el curso correcto si escucha la amonestación, si escucha la corrección que se le da. Nosotros somos personas libres: Podemos usar la mente del modo que querramos. No somos forzados u obligados o intimidados a tomar el curso que adoptamos, sino que hemos sido hechos libres debido a que Cristo Jesús nos compró. Y por eso es que Pedro dijo en su primera carta, capítulo 2, versículos 16, 17 (NM): “Sean como gente libre.” Piense usted libremente, pero tenga presente que tiene que ser imitador de Dios, porque usted es libre para pensar según los preceptos que están basados en la verdad. El mundo inicuo lo llevará al sepulcro; la verdad le dará la vida. Por eso, “sean como gente libre,” dice Pedro, “y no obstante manteniendo su libertad, no como cobertura para la maldad moral sino como esclavos de Dios. Honren a hombres de todas clases, tengan amor para toda la asociación de hermanos, estén en temor de Dios, tengan honra para el rey.” Por eso vemos que tenemos que pensar en la congregación de nuestros hermanos y mantenerla limpia. No podemos venir a esta organización con alguna reserva mental para cometer maldad moral. No somos libres para hacer las cosas que queremos para la satisfacción de la carne y nuestros propios placeres. Estamos en esta congregación con un propósito, para honrar el nombre y Palabra de Jehová.
RAZONES
8. (a) ¿Qué cosas pueden hacer sucia a una congregación? (b) ¿Cómo obró Pablo para con los que estaban sucios, y por qué?
8 Ahora bien, si vamos a mantener la organización limpia, ¿cuáles son algunas de las cosas que pudieran ensuciarla? ¿Cuáles son las cosas que quizás observemos que se hacen en la congregación, las cuales debemos eliminar de ella? Puesto que hay razones espirituales y razones morales para la expulsión, algunas de estas cosas son adulterio, fornicación, hurto y borrachera. Tratemos por un momento sobre la de fornicación. Pablo trató de eso en la carta que escribió a los corintios. Había entre éstos un joven que había fornicado con la esposa de su padre. Pablo dijo: “De hecho, se dice que existe fornicación entre ustedes, y tal fornicación como ni aun existe entre las naciones, que cierto hombre tiene la esposa de su padre.” Extraño, pero la congregación no puso atención seria a ello. Ella lo consideró como motivo para fama mediante publicidad escandalosa. Pablo dijo, ‘Ustedes están hinchados debido al asunto; ustedes están orgullosos porque esto se ha efectuado en medio de ustedes. Deberían estar lamentándose, deberían estar preocupados por la condición que está existiendo en la congregación del Señor, por esta corrupción que se introduce.’ Pero Pablo, un apóstol del Señor tenía autoridad para obrar, y obró. Él expulsó a esa persona de la congregación. Él no le rogó a la congregación: “Ahora concédanme autoridad o voten por lo que estoy haciendo.” Pablo, un siervo de Dios, se encargó de que aquél fuera removido. Él tenía la autoridad para hacerlo. Por eso él dijo que ya había juzgado al hombre y mandó que ellos “entreguen a tal hombre a Satanás para la destrucción de la carne”. (1 Cor. 5:1-12, NM) Tal individuo no tiene lugar en la organización o congregación limpia de Dios. Él merece volver al grupo inicuo del cual vino en otro tiempo y morir con ese grupo inicuo junto con la organización de Satanás.
9. Mediante la acción de expulsarlos, ¿qué debe salvarse entre la congregación?
9 Que el inicuo siga su camino inicuo, pues no puede permanecer en la congregación de Dios, porque esa congregación tiene que permanecer limpia. Tiene que permanecer limpia, ¿por qué? “A fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor.” El espíritu santo de Dios opera sobre su pueblo. Es su fuerza activa; es su dirección sobre su congregación. Nosotros, la congregación, tenemos que tener el mismo espíritu de Dios. Tenemos que darnos testimonio uno al otro. Ese espíritu que obtenemos del entendimiento de la Palabra de Dios tiene que permanecer activo, tiene que preservarse, tiene que conservarse. Y si esta congregación primitiva de Corinto hubiera dejado entre sí a este hombre que había cometido fornicación, o si Pablo no hubiera obrado, entonces ese poco de levadura habría fermentado y corrompido toda la congregación, o toda la masa. “Un poco de levadura hace fermentar toda la masa,” dijo Pablo. Por eso es que Pablo tuvo que obrar y sacarla, para que el espíritu de Dios, este puro, santo espíritu o fuerza activa de Dios y el espíritu de la congregación basado en la Palabra de Dios, permanecieran y fueran salvos, todo para la honra del nombre de Jehová.
10. ¿Qué corrupción moral dice Pablo que excluye a uno del Reino, y qué debe hacer el cristiano acerca de tales cosas?
10 En 1 Corintios 6:9-11 (NM) Pablo dice: “¡Qué! ¿No saben que las personas injustas no heredarán el reino de Dios? No se extravíen. Ni fornicadores, ni idólatras, ni adúlteros, ni hombres que son mantenidos para propósitos contranaturales, ni hombres que se acuestan con hombres, ni ladrones, ni personas codiciosas, ni borrachos, ni vilipendiadores, ni opresores heredarán el reino de Dios. Y sin embargo, eso es lo que algunos de ustedes eran. Pero ustedes han sido lavados, pero ustedes han sido santificados, pero ustedes han sido declarados justos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo y con el espíritu de nuestro Dios.” Pablo está indicando que personas de entre estos tipos de pecadores han salido del mundo y han venido a la congregación de Dios, pero estas clases de pecado no pueden permanecer dentro de la congregación de Dios después que aquellos que en un tiempo cometieron tales pecados hayan sido limpiados. Cuando una persona viene a la organización de Dios y se dedica a Él, es limpiada completamente. De allí en adelante debe hacer sendas rectas para sus pies y dirigirse por la Palabra de Dios. No debe estar practicando estas cosas, y el Señor le otorga perdón por todas las cosas que hubo en su vida en tiempos pasados. Sus manchas le son lavadas y no debe volver a ellas. Si vuelve a ellas, entonces está cometiendo un pecado que merece la expulsión. Está en peligro de corromper la congregación de Dios, y esa corrupción tiene que ser eliminada. Es corrupción moral.
11, 12. (a) ¿Qué razones espirituales hay para expulsar a alguien? (b) Para tener unidad de mente en la congregación ¿qué tenemos que hacer?
11 Pero también hay razones espirituales para expulsar a algunos de la organización de Dios. La difamación solapada, la exposición de doctrinas falsas, el causar divisiones; tal como Pablo escribió a los romanos: “Ahora los exhorto, hermanos, que vigilen a los que crean divisiones y motivos para hacer tropezar contrario a la enseñanza que ustedes han aprendido, y evítenlos.” (Rom. 16:17, NM) Está muy claro. Pablo les enseñó la verdadera Palabra de Dios. Ahora si alguno entra en la congregación para tratar de trastornar la adhesión a esa verdadera Palabra de Dios y causa tropiezo o una división en la congregación, es necesario evitar al tal. La mejor manera de evitarlo es echar fuera a esa persona, desechándola, expulsándola de la congregación, para que la entera congregación permanezca limpia.
12 En contra de la división y la desunión de mente, leemos en 1 Corintios 1:10 (NM), “Ahora los exhorto, hermanos, por medio del nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos ustedes deben hablar de acuerdo, y que no debe de haber divisiones entre ustedes, sino que estén aptamente unidos con la misma mente y con la misma forma de pensar.” Los pensamientos de Dios tienen que llegar a ser de ustedes. Por eso es que nos reunimos como congregación para estudiar la Palabra de Dios, para que los pensamientos de Él lleguen a ser nuestros. Si no tenemos los pensamientos de Dios, si no meditamos sobre estas cosas que los discípulos inspirados trajeron a la atención de la iglesia primitiva y las cuales han sido registradas para que las aprendamos ahora, si no aprendemos estas cosas, no vamos a tener los pensamientos de Dios; y sólo los que amen la justicia son los que van a heredar el reino de los cielos. Como él dijo, “¿No saben que las personas injustas no heredarán el reino de Dios?” De modo que para heredar ese reino o las bendiciones del nuevo mundo tenemos que dirigir la mente hacia la enseñanza de Dios, y no de regreso a esa otra organización, la organización del Diablo, la cual va a ser destruída.
EJEMPLOS
13. ¿Por qué consideramos hoy antiguos ejemplos bíblicos de personas que fueron expulsadas?
13 Ahora consideremos algunos ejemplos en la Biblia de cómo Jehová Dios expulsó a personas de su congregación, deshaciéndose de ellas debido a sus malas acciones; ya que, igual como lo hizo en tiempos pasados, lo hará hoy, porque él quiere que su pueblo representativo sea uno de personas limpias que sean siervos suyos y representen su nombre y su adoración verdadera. Hay muchos ejemplos en la Biblia, pero vamos a examinar sólo unos cuantos de ellos.
14. ¿Qué aprendemos del ejemplo de Coré y sus aliados?
14 Considere a Coré. Hubo algunos en el tiempo de Moisés que se hicieron orgullosos, tres de ellos, en verdad, que pensaron, ‘Bueno, nosotros tenemos tan buena posición con Dios como la que tiene Moisés, ya que somos de las tribus de Israel. ¿Por qué debe recibir él todo el crédito de ser el mediador?’ Pero ellos estaban hablando en contra del representante de Dios. Moisés se presentó a escena e hizo sus declaraciones muy claras. Él dijo, ‘Mañana por la mañana veremos quién es el siervo de Dios y a quién está él usando para efectuar su obra ahora. Lo que va a pasar el día de mañana no será simplemente la muerte natural de esta gente, sino que Dios va a ejecutar un milagro y a expulsar de la congregación a Coré, Datán, Abiram y todos los que están asociados con ellos.’ A la mañana siguiente ¿qué aconteció? La tierra se abrió, y toda su propiedad, sus hijos, y sus esposas cayeron vivos dentro de este hoyo. Y Coré y los 250 príncipes que ofrecieron incienso fueron devorados por fuego de Jehová. Números 16:32, 35 dice: “Y la tierra abriendo su boca, tragólos a ellos con sus familias, y a todos los hombres que eran de la facción de Coré, con todos sus haberes. Y de la presencia de Jehová salió fuego que devoró a los doscientos cincuenta hombres que presentaron el incienso.” Dios estaba demostrando su desagrado con las personas que blasfemaron contra él, que no quisieron aceptar el arreglo que Dios hizo. Así pues, a los que se rebelan contra Dios, él los expulsará. Se deshará de ellos. Los expulsará de la congregación para que quede limpia.
15. ¿Cómo ilustra el asunto la experiencia de María?
15 Ahora podemos dirigirnos a otro ejemplo en la Biblia. Números 12 nos habla acerca de María y Aarón. Se hicieron algo orgullosos. María era hermana de Aarón y Moisés, pero se hizo orgullosa e insensata. Porque quiso ocupar la posición de un hombre en la congregación y tener algo que decir acerca de los arreglos del Señor entre los israelitas, fué herida de lepra. Tuvo que ser echada fuera o expulsada de la congregación por siete días; y luego sólo después de la súplica de su hermano Moisés a Jehová para salvarle la vida de modo que Él no la matara de lepra, fué limpiada y regresó. Ella había obrado orgullosa e insensatamente. El Señor Dios no iba a tener esa clase de gente en su congregación. María se restableció. Ella regresó, pero primero fué castigada, y Aarón aprendió el lugar que le correspondía por la experiencia de su hermana.
16. ¿Cómo manifiesta la experiencia de Acán que Dios no tolerará ladrones?
16 Luego tenemos a los ladrones, a quienes el Señor Dios no tolerará en su organización. Tenemos el ejemplo de Acán. Cuando los hijos de Israel cruzaron el Jordán y tomaron a Jericó bajo la dirección de Jehová, ganando él las batallas para ellos, se les dieron instrucciones a los israelitas de que todas las cosas que había en la ciudad estaban condenadas a la destrucción, salvo que las cosas de oro, plata, cobre y hierro habían de reservarse para Jehová. Nadie había de tomar algo del despojo para sí. Pero Acán pensó algo diferentemente acerca de eso. Cuando entró a Jericó encontró un manto babilónico, 200 siclos de plata, y una barra de oro, del peso de 50 siclos, y él dijo, ‘Bueno, llevaré eso a casa y lo enterraré y lo guardaré para mí. Nadie lo descubrirá jamás.’ Pero él estaba en la congregación de Jehová; ahora había corrupción dentro de ella. Esto tenía que salir a luz. Fueron a pelear a Hai y los ejércitos israelitas estaban fallando. No podían ganar. Josué supo que había corrupción en la congregación. Tenía que expulsarse, y según el arreglo de Jehová la evidencia señaló a Acán como el corruptor. Encontraron que tenía su despojo escondido en su tienda. Entonces ¿qué aconteció? Dios no solamente lo arrojó de la congregación y lo aisló por siete días como había hecho con María. Él hizo que Acán fuera muerto a pedradas, y su familia con él, porque él era ladrón.—Jos. 6:17 a 7:26.
17. ¿Cómo ilustran la expulsión los “hijos de Dios” que desobedecieron?
17 Siglos antes, en los días de Noé antes del diluvio, hubo esos ángeles del cielo, criaturas espirituales, que se hicieron desobedientes. Vieron que las hijas de los hombres eran hermosas, y abandonaron su estado y bajaron a la tierra y tomaron esposas para sí. Al hacer esto fueron desobedientes. Y por eso 2 Pedro 2:4 (NM) nos dice concerniente a ellos: “Dios no se contuvo de castigar a los ángeles que pecaron.” No, sino que los arrojó en el Tártaro, entregándolos “a profundidades de densas tinieblas para ser reservados para juicio”. Fueron desobedientes, violaron la ley de Dios, y él los excluyó de sus arreglos. Para prueba de sus criaturas fieles todavía existen, sí, pero los juicios de Dios están escritos contra ellos para su destrucción final.
18. ¿Cómo manifiesta Judas que el luchar vigorosamente por la fe tiene que ver con este asunto?
18 Finalmente podemos dirigirnos a la carta de Judas. En ella se nos dice que debemos luchar vigorosamente por la fe. Esta fe nos fué entregada por Cristo Jesús; tenemos que luchar por ella. Es la fe que fué dada a la congregación de los seguidores de Cristo Jesús, y él no quiere que esa fe sea corrompida o cambiada de manera alguna. Cualquiera que trate de cambiarla, ya sea rebelde, orgulloso, ladrón, desobediente o moralmente corrupto, va a ser quitado. Va a ser removido. Ahora sí vemos que hombres malos se cuelan, hombres impíos, y debemos tratar de descubrir a éstos y arrojarlos de la congregación. Tal como Judas dice en los versículos 8 y 16: “Estos hombres, también, entregándose a sueños, profanan la carne y no reconocen el señorío y hablan abusivamente de los gloriosos. Estos hombres son murmuradores, lamentadores de su suerte en la vida, procediendo según sus propios deseos, y su boca habla cosas hinchadas, entre tanto que están admirando personalidades en el interés de su propio provecho.” Sí, este tipo de personas que acaban de ser descritas son de la clase que no queremos en la congregación del Señor, y si están en ella entonces deben de ser removidas por la congregación. De otro modo un poco de levadura hace fermentar toda la masa.