Preguntas de los lectores
● Cuadros religiosos de la muerte de Jesús a menudo muestran un rótulo sobre su cabeza con varias siglas. ¿Qué representan estas siglas?—A. D., EE. UU.
Las siglas más comunes que aparecen en tales cuadros son I.N.R.I. Son una abreviatura del latín Iesus Nazarenus, Rex Iudœorum, que significa Jesús de Nazaret, Rey de los Judíos. Una variación de éstas es I.N.R.J., Iesus Nazarenus, Rex Judœorum (Jesús de Nazaret, Rey de los Judíos). Esta abreviatura se basa en lo que dice el apóstol Juan que estaba escrito en el rótulo que se colocó en el madero de tormento, “Jesús el nazareno el rey de los judíos.”—Juan 19:19.
● Después del Diluvio, Noé plantó una viña, empezó a beber del vino y se embriagó. (Gén. 9:20, 21) Puesto que la Biblia condena la borrachera y aun dice que los borrachos no heredarán el reino de Dios, ¿cómo debemos considerar la embriaguez de Noé?—B. M., EE. UU.
Concerniente a que Noé bebió vino al grado de embriagarse, Génesis 9:20, 21 dice: “Ahora bien, Noé comenzó a trabajar de labrador y procedió a plantar una viña. Y empezó a beber del vino y se embriagó, y así fue que se desarropó en medio de su tienda.” Noé, que tenía más de seiscientos años de edad en ese tiempo, evidentemente fue vencido completamente por el vino, pues el relato dice: “Por fin Noé despertó de su vino.” (Gén. 9:24) Por consiguiente, no hay duda en cuanto a que se embriagó bastante.
Sin embargo, cuando se considera el relato de Génesis 9:20-27, uno hace bien en comprender que en ninguna parte de Su Palabra Jehová Dios registró condenación de Noé debido a este incidente. Por supuesto, esto no significa que Dios tolera la borrachera, porque la Biblia muestra que esto no es verdad. (Pro. 23:20, 21, 29-35; 1 Cor. 6:9, 10) No obstante, en el caso de Noé Jehová pudo haber considerado factores atenuantes. El registro de este asunto en el libro de Génesis es breve y el incidente no se trata en ninguna otra parte de las Escrituras. Sin embargo, evidentemente Noé fue vencido inconscientemente como resultado de beber el vino; sea a causa de cansancio o a causa de tristeza o por alguna otra razón, la Biblia no lo dice. En cuanto a eso, quizás bajo las condiciones atmosféricas cambiadas que siguieron al Diluvio, el vino que Noé bebió se había fermentado y puesto más fuerte sin saberlo él. Sin embargo, ciertamente Noé no era un beodo inveterado. No hay nada en la Biblia que indique que él habitualmente bebía vino al grado de embriagarse. De hecho, las Escrituras no dicen que jamás se haya embriagado nuevamente.
Cuando los escritores de la Biblia condenaron la borrachera o instaron a personas a evitarla, nunca mencionaron a Noé como mal ejemplo. Tampoco hicieron comentarios desfavorables en cuanto a él debido a este incidente desafortunado. De hecho, el apóstol Pedro llamó a Noé “predicador de justicia.” (2 Ped. 2:5) Al escribir a los cristianos hebreos, el apóstol Pablo dijo que por su fe Noé “condenó al mundo, y vino a ser heredero de la justicia que es según fe.” (Heb. 11:7) Pablo consideró a Noé como uno de los que componen la nube grande de fieles testigos de Jehová precristianos. (Heb. 12:1) Además, cuando Jesucristo comparó el día de Noé con “los días del Hijo del hombre,” o su segunda presencia, no hizo ninguna declaración condenatoria contra Noé.—Luc. 17:26, 27.
Por lo tanto, no ha de asemejarse a Noé a los que se entregan a las obras de la carne caída y que quizás se envuelvan en “borracheras, diversiones estrepitosas y cosas semejantes a éstas.” (Gál. 5:19-21) Tampoco debe ser comparado el fiel Noé a personas que en otro tiempo se bautizaron como cristianas pero que más tarde se entregaron al vicio de embriagarse. Tales beodos inveterados que no se arrepienten no han sido vencidos inconscientemente por beber demasiado de una bebida embriagante en una sola ocasión. Realmente son borrachos y tienen que ser expulsados de la congregación limpia y recta. El apóstol Pablo tuvo presentes a tales individuos cuando dijo a los cristianos de Corinto: “Mas ahora les estoy escribiendo que cesen de mezclarse en la compañía de cualquiera que llamándose hermano sea fornicador, o avariento, o idólatra, o injuriador, o borracho, o que practique extorsión, ni siquiera comiendo con tal hombre.” (1 Cor. 5:11) Si no se arrepienten, tales borrachos jamás realizarán las bendiciones del reino de Dios.
Pongamos por caso que, como Noé, un cristiano dedicado hoy en día sea vencido inadvertidamente cuando tome una bebida alcohólica en el retiro de su propio hogar en una ocasión. Esto jamás le sucedió a él antes y está determinado a ejercer cuidado para que jamás suceda otra vez. ¿Qué debe hacer? Bueno, no es un beodo inveterado. Y no es razonable pensar que debido a este incidente aislado sea condenado por Dios por toda la eternidad, de modo que no le sea posible conseguir vida eterna como don de Jehová. (Rom. 6:23) Sin embargo, tal cristiano debe expresar verdadero pesar concerniente a esto en oración al Dios Todopoderoso. Debe suplicar a Jehová por medio de Cristo, pidiendo el perdón misericordioso de Dios. (Deu. 4:31; Salmo 51) Entonces debe determinarse a evitar cualquier repetición de esta maldad. No obstante, si todavía está preocupado intensamente a causa del asunto, tal cristiano debe aprovecharse de la ayuda espiritual que está disponible para él haciendo caso a las palabras de Santiago 5:13-16.