¿Le ayudaría la Biblia a guiar a sus hijos?
“¡NO HAY esperanza!” Eso es lo que muchos padres opinan hoy sobre el problema de criar hijos en medio de la delincuencia que aumenta. Pero, ¿es verdad que no hay esperanza?
No; la Biblia puede dar la ayuda que se necesita. ¿Cómo? Ante todo, dando a los padres la plena seguridad de que el papel de ellos como padres es de origen divino. Revela que Dios mismo mandó a la primera pareja humana: “Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra.” (Gén. 1:28) No presenta a los hombres como simples vástagos de animales, el resultado de algún proceso evolutivo, que por consiguiente se reproducen como animales por mero instinto. La Biblia aclara que Dios considera a los padres humanos responsables por su prole, y por lo tanto pueden contar con el apoyo de Dios si sinceramente se esfuerzan por atender esa responsabilidad como para Él.—Deu. 6:6, 7.
Esto puede producir una diferencia grande en las relaciones entre padre e hijo. Por ejemplo, ¿de qué depende usted para obtener el respeto de sus hijos? ¿Solo del hecho de que usted participó en dar vida al niño? Estamos de acuerdo en que esa debería ser una razón poderosa para merecer respeto. (Pro. 23:22) Pero ¿basta con la procreación para mantener o ganar el respeto de su hijo? Por desgracia hay muchas cosas que pueden debilitar el respeto que solo se apoya sobre esa base.
Entre otras cosas el niño piensa mucho más en términos del presente que del pasado. Aunque obviamente sabe que él o ella nació, es igualmente obvio que la criatura no recuerda ese acontecimiento. A menudo lo de mayor importancia para el niño es: ¿Qué están haciendo ahora mis padres que exige mi respeto amoroso?
Además, tarde o temprano los niños comienzan a comprender que el nacimiento de un niño puede resultar simplemente de satisfacer el deseo sexual... más o menos un “efecto secundario.” Así sucede que hay un número grande de niños ilegítimos en los cuales el padre no muestra ni el más mínimo interés. Preñeces “no deseadas” entre mujeres son igualmente comunes. Los miles de abortos dan testimonio elocuente de la actitud de muchas mujeres (y hombres también) para con el tener hijos.
Quizás los padres estén muy conscientes del trabajo, dolor y gastos por los que pasaron para traer la criatura al mundo y hasta este punto de la vida. Pero quizás descubran que todavía necesitan demostrar a sus hijos que realmente son diferentes de los muchos que procrean pero que no tienen amor genuino a su prole. ¿Puede la Biblia ayudar a los padres a hacer esto? Sí, puede hacerlo. ¿Cómo?
El punto de vista saludable de la Biblia para con los hijos se resume bien en el Salmo 127:3: “¡Miren! Los hijos son una herencia de parte de Jehová; el fruto del vientre es un galardón.”
¿Concuerda usted de todo corazón con eso y está profundamente consciente de la responsabilidad que tiene ante Dios de atender a sus hijos? Entonces muéstreselo a sus hijos. Evite el dañar la confianza de ellos en el amor de usted por observaciones o prácticas imprudentes. ¿Produce una nueva preñez expresiones patentes de desaliento o molestia? Entonces, ¿no se pondrán los niños que los padres ya tienen a preguntarse si sus padres no se sintieron lo mismo antes que ellos nacieran? Algunos padres hasta hablan delante de su hijo acerca de lo que habrían hecho si el niño no hubiera ‘venido,’ denotando que les pesa la pérdida de la libertad que tenían para seguir tras ciertas metas y placeres personales. Tal actitud puede acarrearles otra pérdida: la confianza de su hijo.
Para ayudar a los niños a permanecer seguros de lo genuino que es su amor, los padres tienen que mostrar placer en ellos, no haciendo sentir a los niños que el papel de padres se considera desagradable y gravoso. Pero, ¿cuál es el efecto si los padres dependen fuertemente de “niñeras,” quizás desde los tiernos años del niño en adelante? O, ¿qué hay si la madre asume trabajo seglar cuando realmente no hay gran necesidad de que lo haga? ¿No da ella la impresión de que el trabajo le parece más remunerador y agradable que el quedarse en casa con su hijo o hijos? ¿Qué hay si parece que el padre siempre está “demasiado ocupado” o “demasiado cansado” cuando sus hijos tratan de conseguir su atención? ¿Deberían sorprenderse los padres que hacen esto cuando descubren que sus hijos van desarrollando una actitud de creciente frialdad? Los padres tienen que dar a sus hijos gran atención si quieren la bendición de Dios ellos mismos.—Gén. 18:19.
Sin embargo, quizás a muchos padres les parezca que han demostrado amor sincero a sus hijos en el pasado. Sin embargo les parece que el respeto de sus hijos está menguando. Aquí, también, la Biblia puede ayudar.
En Efesios 6:1-4 (New World Translation) el apóstol cristiano Pablo aconseja: “Hijos, sean obedientes a sus padres en unión con el Señor, porque esto es justo: ‘Honra a tu padre y a tu madre’; que es el primer mandato con promesa: ‘Para que te vaya bien y dures largo tiempo sobre la tierra.’ Y ustedes, padres, no estén irritando a sus hijos, sino sigan criándolos en la disciplina y regulación mental de Jehová.” ¿Qué nos dice esto?
Su hijo tendrá mayor razón para tenerle respeto a usted y a su consejo si ve evidencia clara de que usted está “en unión con el Señor,” que es un siervo verdadero de Dios y un seguidor genuino de su Hijo, un discípulo suyo. Usted también podrá ayudar hasta lo sumo a su hijo si usted verdaderamente está “en unión con el Señor.”
Es posible que usted no sea la persona más fuerte, más acaudalada, la mejor educada o la más capacitada del mundo. Pero si usted puede, por palabra y ejemplo, transmitir a sus hijos el conocimiento, entendimiento y sabiduría que se hallan en la Biblia, no hay persona en la Tierra que pueda dar más a su hijo que eso. Usted les estará dando lo que necesitan a fin de que ‘duren largo tiempo sobre la tierra,’ sí, que ganen vida eterna en el favor de Dios. (Efe. 6:3) Además, usted positivamente mostrará ser un padre o una madre superior a la vasta mayoría en la Tierra hoy día... pues relativamente pocos están dispuestos a dedicar el tiempo, esfuerzo y pensamiento que se requiere para hacer lo que exhortó el apóstol: “Sigan criándolos en la disciplina y regulación mental de Jehová.”—Efe. 6:4, NW.
Para hacer eso usted necesita conocimiento... conocimiento exacto de la Palabra de Dios. Si usted sinceramente quiere ese conocimiento, por su propio bien y para provecho de sus hijos, los testigos de Jehová tendrán gusto en ayudarle, gratuitamente. Simplemente pídaselo a ellos.