¿A quién pertenece usted?
1. (a) ¿Cómo se usa la “Nueva Jerusalén” como símbolo en la Biblia? (b) ¿Cómo confirman esto otros textos?
AUNQUE la resolución de la cuestión de tenencia se concentra en Jesús, la Palabra de Dios muestra que otros estarán asociados estrechamente en participar con esa figura central. En la visión profética de un “nuevo cielo y una nueva tierra,” Juan dice: “Vi también la santa ciudad, la Nueva Jerusalén, . . . preparada como novia adornada para su esposo.” Esta ciudad celestial está compuesta de los miembros de la congregación cristiana. Colectivamente, forman “la novia, la esposa del Cordero,” es decir, la novia de Cristo Jesús. (Rev. 21:1, 2, 9) Le pertenecen. Pablo habló de esto, asemejando la jefatura de un esposo sobre su esposa a la jefatura de Cristo como “cabeza de la congregación.” También escribió: “Esposos, continúen amando a sus esposas, así como el Cristo también amó a la congregación y se entregó a sí mismo por ella.” Estos textos identifican claramente a la Nueva Jerusalén, y hablan de tenencia ejercida de manera amorosa.—Efe. 5:22-25; vea también 2 Corintios 11:2.
2. (a) En respuesta a la declaración de Pedro en cuanto a la identidad de Jesús, ¿qué comentarlo hizo Jesús? (b) ¿Cómo identificó Pedro a la “masa de roca”?
2 Jesús, cuando estuvo en la Tierra, conociendo el propósito de su Padre celestial, habló de esta congregación y de sí mismo como el edificador de ella. En una ocasión, después de preguntar a sus discípulos cómo lo identificaban otros, les preguntó entonces: “Pero ustedes, ¿quién dicen que soy?” En respuesta, Pedro contestó: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo.” Después de decir que Dios le había revelado esto especialmente a Pedro, Jesús agregó que “sobre esta masa de roca edificaré mi congregación.” (Mat. 16:13-18) Este mismo Pedro, en su primera carta, confirmó que fue Cristo Jesús el que era el fundamento de masa de roca sobre el cual los cristianos son edificados como “piedras vivas,” cuando, al citar de Isaías, dijo que Jesucristo era “una piedra, escogida, una piedra angular de fundamento, preciosa.”—1 Ped. 2:5, 6.
3. ¿Quiénes mostró Pedro que finalmente llegaron a ser la “posesión especial” de Dios?
3 Continuando, Pedro pasó a explicar que la casa carnal de Israel, la propiedad especial de Dios, bajo la influencia de sus líderes, o edificadores, repudió a Jesucristo como su Mesías. Como se predijo: “La piedra idéntica que los edificadores rechazaron ha venido a ser la cabeza del ángulo.” Debido a esto, Dios rechazó a esa casa carnal. En cambio, nombró a la congregación cristiana como la casa espiritual de Israel para ser su propiedad escogida, “un pueblo para posesión especial.” De consiguiente, nos interesa saber cómo se escogen los miembros de esta casa o congregación espiritual. ¿Cuáles son las estipulaciones del discipulado, y aplican estas mismas estipulaciones a todos los que hoy se esfuerzan por ser seguidores sinceros de Jesús?—1 Ped. 2:7-10; Gál. 6:16.
ESTIPULACIONES DEL DISCIPULADO
4. ¿Qué incluyó Jesús en las estipulaciones del discipulado?
4 Jesús tenía presentes a los miembros en perspectiva de esta congregación cuando mencionó las estipulaciones o condiciones conectadas con el discipulado. Se tienen que observar tres cosas, como dijo Jesús: “[1] Repúdiese a sí mismo y [2] tome su madero de tormento y [3] sígame de continuo.” Para nuestra guía, luego agregó estos comentarios: “Porque el que quiera salvar su alma la perderá; mas el que pierda su alma por causa de mí la hallará.”—Mat. 16:24, 25.
5. ¿Qué significado fuerte tiene el repudiarse uno mismo?
5 El repudiarse uno mismo tiene un significado fuerte. Significa más que el solo no reclamar tenencia de uno mismo y sus derechos, simplemente aceptando la vida como uno la encuentre. Significa más que solo el negarse uno mismo ciertas cosas, como cuando los cuerpos religiosos abogan por una semana de abnegación, por ejemplo. El repudiar significa rechazar la tenencia. En este caso significa rechazar la tenencia de uno mismo a favor de la tenencia por Jehová Dios.
6. ¿Qué se entraña en tomar uno su madero de tormento?
6 El tomar uno su madero de tormento también tiene un significado fuerte. Aunque no se tomaba literalmente cuando los discípulos seguían a Jesús, no obstante claramente manifestaba que se había emprendido voluntariamente un derrotero que entrañaría doloroso sufrimiento, ignominia, vergüenza y muerte. Comprenderemos esto más plenamente cuando lo consideremos en relación con las otras estipulaciones del discipulado.
7, 8. ¿Qué significa seguir a Jesús de continuo, y qué modelo nos puso, haciendo surgir qué preguntas?
7 La última condición que Jesús mencionó fue la de seguirlo continuamente. El discípulo es el enseñado, el aprendiz. Sin embargo, es evidente de las palabras de Jesús que él no solo requería que se aceptara lo que enseñaba y se creyera en ello, sino que requería que la vida entera de la persona, continuamente y sin cesar, siguiera el mismo modelo que puso Jesús. Como dijo en su comisión final a sus guiadores: “Por lo tanto vayan y hagan discípulos . . . enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado.” (Mat. 28:19, 20) En el modelo que Jesús puso se dio el énfasis principal a la obra de predicar y enseñar las buenas nuevas del Reino. El registro muestra que sus discípulos inmediatos, y de veras la entera congregación cristiana primitiva, siguieron cuidadosamente ese mismo modelo. Fue esto, además de no formar parte del mundo, lo que les acarreó el odio y la oposición del mundo, dando por resultado el llevar el madero de tormento.—Juan 15:19, 20; 17:14-18; Hech. 8:4.
8 Obtendremos un discernimiento más profundo del significado de las estipulaciones susodichas del discipulado cuando consideremos cómo y por qué Jesús mismo dio el ejemplo en observar las mismas estipulaciones. ¿Se repudió a sí mismo y tomó su madero de tormento y lo llevó de continuo? ¿De alguna manera perdió él su alma?
9. Como se describe en Filipenses 2:5-8, ¿cómo se repudió completamente Jesús?
9 Fue como si el apóstol Pablo hubiese tenido presentes estas mismas preguntas cuando escribió lo siguiente a los cristianos de Filipos: “Retengan en ustedes esta actitud mental que también hubo en Cristo Jesús, quien, aunque existía en la forma de Dios, no dio consideración a un arrebatamiento, a saber, que debiera ser igual a Dios. No, antes bien se despojó a sí mismo y tomó la forma de esclavo y vino a estar en la semejanza de los hombres. Más que eso, hallándose en estilo de hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, sí, muerte en un madero de tormento.” (Fili. 2:5-8) Nadie pudo haberse repudiado más completamente y hasta el límite. Si usted pertenece a Cristo Jesús como uno de sus seguidores, tiene que retener y desplegar esta misma actitud mental.
10. ¿Qué información adicional concerniente a esto se da en Isaías, capítulo 53?
10 Otros textos confirman esto y dan la razón del sufrimiento y muerte del Mesías a fin de llegar a ser redentor del hombre. Por ejemplo, el profeta Isaías escribió concerniente a él: “Fue despreciado, y lo consideramos como de ninguna importancia. Verdaderamente nuestras enfermedades fueron las que él mismo llevó; y en cuanto a nuestros dolores, él los cargó. . . . Jehová mismo ha hecho que el error de todos nosotros se encuentre con aquél. Estuvo en severa estrechez, y él fue dejando que se le afligiera . . . Pues fue cortado de la tierra de los vivientes. . . . Si pones [tú, el individuo] su alma como ofrenda por la culpa, él [el Mesías] verá su prole [o de esta manera vendrá a tener prole], él prolongará sus días, y en su mano lo que es el deleite de Jehová tendrá éxito.”—Isa. 53:3-12.
11. Como resultado final, ¿qué magnífico galardón dio Jehová a Cristo Jesús?
11 Nuestro repaso del derrotero tras el cual siguió Jesús a costo tan grande para él mismo no estaría completo sin tomar nota del resultado final. Aun antes de escribir lo susodicho, Isaías fue inspirado a registrar lo que Dios había dicho concerniente al Mesías venidero: “¡Miren! Mi siervo actuará con perspicacia. Estará en puesto alto y ciertamente será elevado y ensalzado en gran manera.” (Isa. 52:13) Más tarde, a los filipenses cristianos, Pablo pasó a escribir en cuanto a ese mismo Mesías: “Por esta misma razón también Dios lo ensalzó a un puesto superior y bondadosamente le dio el nombre que está por encima de todo otro nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla . . . y reconozca abiertamente toda lengua que Jesucristo es Señor para la gloria de Dios el Padre.” (Fili. 2:9-11) Después de expresar las estipulaciones del discipulado, Jesús confirmó esta futura glorificación, diciendo que “el Hijo del hombre está destinado a venir en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces recompensará a cada uno según su comportamiento.” (Mat. 16:27) Pablo habló del “beneplácito [de Jehová] que él se propuso en sí mismo para una administración al límite cabal de los tiempos señalados, a saber, de reunir todas las cosas de nuevo en el Cristo.” En el cuerpo de los testigos cristianos de Jehová vemos esa administración, ese modo de hacer las cosas, todavía en operación después de diecinueve siglos.—Efe. 1:9, 10.
PASOS QUE HAN DE DARSE
12. (a) ¿Sobre qué base aceptan muchos a Jesús como su Salvador? (b) ¿Cuál es nuestra única guía segura a este respecto?
12 ¿Pertenece usted a Jesús y su Padre, Jehová? Como miembro de la familia humana, comprado por el sacrificio de rescate de Cristo, usted es propiedad de ellos. (1 Tim. 2:5, 6) Sin embargo, quizás usted no reconozca esto. Comparativamente pocos lo hacen. Muchas personas de la cristiandad que alegan ser miembros de una de sus iglesias dicen que aceptan al Señor Jesús como su redentor. Pero, aparte de asistir de vez en cuando a la iglesia y dar apoyo financiero a ella, no hacen nada más. Puede que se sometan a normas de buena conducta, y se sujeten a autoridades humanas y a relaciones humanas, pero no se han entregado a Jehová y Cristo Jesús entrando en una relación definida con ellos. ¿Ha hecho usted esto? La Palabra de Dios muestra cómo se puede y se debe hacer esto, paso por paso.
13. (a) ¿Qué tiene que reconocer usted primero, y cómo se debe expresar esto? (b) ¿Qué paso adicional se tiene que dar, y cómo se hace manifiesto éste?
13 Primero, usted debe reconocer que como miembro de la familia humana por naturaleza es imperfecto y pecaminoso. Ha heredado pecado y muerte. No puede salvarse de esa condición, y ningún otro humano puede hacerlo. Sin embargo, como ya se consideró, la Palabra de Dios muestra que Él, la única Fuente de la vida, ha hecho provisión bondadosamente por medio de su Hijo mediante la cual usted puede reconciliarse con él. Al responder a su invitación puede salvarse y entrar a la vida eterna. Apreciando esto, movido por la conciencia, debe sentirse impelido a dar los primeros dos pasos. Debe sentir sincero y genuino pesar y tristeza por su derrotero anterior al ir en el camino del mundo. Aunque quizás no sea culpable de nada que pudiera llamarse criminal, no obstante usted estaba satisfecho al vivir su propia vida, prestando poca o ninguna atención a los requisitos y normas de Dios. Si estaba bajo la influencia de la religión, quizás ahora se dé cuenta de que usted realmente estaba extraviado por la religión falsa. Por lo tanto, además del paso del arrepentimiento, usted también ve y reconoce la necesidad de dar el paso de la conversión. Es decir, usted cambia completamente su derrotero y le da la espalda al camino del mundo. Como Pedro dijo a los judíos de su día: “Sálvense de esta generación perversa.” “Arrepiéntanse, por lo tanto, y vuélvanse para que sean borrados sus pecados.”—Hech. 2:40; 3:19.
14. ¿Qué efecto debería tener en usted el enterarse del modo que Dios ve la situación mundial?
14 Ciertamente estos dos pasos son necesarios y es lógico darlos, especialmente cuando usted llega a ver cómo Dios considera a este presente sistema de cosas, ‘guardado para fuego y reservado para el día de juicio y de la destrucción de los hombres impíos.’ (2 Ped. 3:7) Sin embargo, todavía hay un tercer paso que también es lógico y es el resultado natural de los otros dos. La conciencia también desempeña un papel vital en esto. Cuando usted estaba en el camino de la muerte, esclavo del pecado con la muerte en mira, no tenía una buena conciencia para con Dios. Pero, ahora, puesto que ha llegado a aprender y apreciar a qué gran costo Dios y su amado Hijo han hecho posible que se reconcilie con ellos, usted mismo se ve en una luz muy diferente.—Rom. 6:16; 5:6-8; 1 Juan 4:9.
15. (a) ¿Qué decisión vital debe usted alcanzar entonces, moviéndolo a qué acción? (b) ¿Qué discipulado envuelve esto, con qué seguridad de aceptación?
15 Sobre todo, usted ahora no solo desea la bendición de Dios, sino entrar en una relación estrecha con él y disfrutar de ella con una conciencia limpia. Usted decide darse a él en devoción sincera y de toda alma. Es una decisión de la mente y del corazón. Este es el paso de la dedicación. En oración fervorosa a Dios, por medio de Jesucristo, usted le habla de su decisión, pidiéndole que lo acepte a usted bajo las estipulaciones de él. Debido a que usted viene a él confiando en el mérito del sacrificio de Cristo, usted tiene la seguridad de que lo aceptará. Esto también significa llegar a ser discípulo, un seguidor de los pasos de Jesucristo. Puesto que él es como su Padre, usted está seguro de que él también lo aceptará gozosamente. Pensando en cuanto a esto, usted se da cuenta de que algo más está envuelto además de la decisión mental interior que usted ya ha alcanzado.—Isa. 55:7; Mat. 11:28-30.
16. (a) ¿Cómo simbolizó Jesús la presentación de sí mismo para hacer la voluntad que Dios tenía para él como humano? (b) ¿Cómo es esto un dechado para usted, teniendo presente qué distinción?
16 Pedro escribió: ‘Cristo les dejó un dechado para que sigan sus pasos con sumo cuidado y atención.’ (1 Ped. 2:21) El paso primero y visible que dio Jesús, cuando supo que era el tiempo debido de Dios, fue el de bautismo en agua a manos de Juan el Bautista. Esto fue en símbolo de su propia presentación para hacer la voluntad de Dios como se predijo acerca de él en el Salmo 40:6-8. (Vea también Hebreos 10:5-10.) Jesús no tenía pecados de los cuales arrepentirse. Tenía una buena conciencia para con Dios. Pero en el caso de usted, el paso del bautismo es un símbolo exterior y público de su dedicación para hacer la voluntad de Dios, y debido a que usted ha sido esclavo del pecado, también es “la solicitud hecha a Dios para una buena conciencia.” Aunque usted todavía es imperfecto, ‘ahora presenta sus miembros como esclavos a la justicia con la santidad en mira.’—1 Ped. 3:21-4:3; Rom. 6:19.
17. En vista de 2 Corintios 5:14, 15, ¿cómo debería usted considerar los pasos susodichos?
17 Considerado en la luz apropiada, usted debe sentirse constreñido a dar estos pasos en respuesta amorosa y ansiosa a la provisión amorosa y la invitación bondadosa de Dios. A usted no se le pone bajo presión ni se le obliga a hacerlo. Más bien, debe considerarlo como un privilegio magnífico.—2 Cor. 5:14, 15.
UN GRAN PRIVILEGIO
18. (a) ¿Cómo mostró Jesús que su mandamiento en Juan 13:34 era nuevo? (b) ¿Por qué es un magnífico privilegio seguir tras el mismo derrotero que emprendió Jesús?
18 El segundo de los dos grandes mandamientos dados a Israel, resumido por Jesús, fue éste: “Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo.” (Mat. 22:39) Pero Jesús dijo a sus discípulos: “Les doy un nuevo mandamiento: que se amen unos a otros; así como yo los he amado, que ustedes también se amen los unos a los otros.” Más tarde esa misma noche agregó: “Nadie tiene mayor amor que éste: que alguien entregue su alma a favor de sus amigos.” (Juan 13:34; 15:13) Jesús hizo precisamente eso. Se repudió. No se esforzó por preservar o salvar su propia alma para sí mismo. Invitó a sus seguidores a hacer lo mismo. ¿Por qué? Porque el propósito preconocido de Dios era que, mientras el permiso del mal estuviera en pleno apogeo, se daría la oportunidad de responder a su invitación: “Sé sabio, hijo mío, y regocija mi corazón, para que pueda responder al que me está desafiando con escarnio.” (Pro. 27:11) Como se ilustró en el caso de Job, Satanás estaba desafiando con escarnio a Jehová de que nadie mantendría su integridad hacia Dios a menos que fuera por una razón egoísta, a menos que le fuera provechoso hacerlo. (Job 1:9-11; 2:3-5) En otras palabras, nadie se repudiaría voluntariamente por amor a Dios. Jesús, apreciando plenamente la situación, voluntaria y gozosamente se aprovechó de la oportunidad de emprender este derrotero. Hasta este día, los que voluntariamente llegan a ser discípulos de Jesús emprenden un derrotero similar. ¡Qué glorioso privilegio es nuestro al tener una parte pequeña pero real en la vindicación del nombre de Jehová! Nuestro es el privilegio de contribuir a aquella grandiosa y completa respuesta que Jehová puede entregar a su adversario que lo ha desafiado con escarnio.
19. ¿Qué privilegio y requisito se ponen delante de todos nosotros en este tiempo?
19 El privilegio de llevar un “madero de tormento” pertenece a todos los discípulos cristianos mientras que el permiso del mal continúa desenfrenado en su último período, sea que la esperanza de vida que ellos tienen en conexión con el Reino sea celestial o terrestre. Después de la “grande tribulación,” todavía estará en orden la dedicación, motivada por el mismo amor que ahora, pero bajo condiciones diferentes. Habrá el requisito de dar devoción de toda alma a Jehová, pero no de llevar un “madero de tormento.”—Isa. 25:8.
20. (a) ¿Cómo se resolverá de hecho la cuestión de tenencia? (b) En cuanto a la dignidad de la tenencia de Dios, ¿qué posición adoptan todos los cristianos verdaderos?
20 Así podemos apreciar cómo la resolución de la cuestión de tenencia, ya asegurada, se efectuará. La resolución de la cuestión de hecho será demostrada después de la “grande tribulación” cuando Satanás y sus demonios sean abismados y se resolverá eternamente cuando ellos y los que se pongan de parte de ellos sean destruidos para siempre. Pero tocante a la dignidad de la tenencia de Jehová, se ha suministrado abundante evidencia por los discípulos cristianos verdaderos, y por Cristo Jesús mismo, de que ellos gozosamente reconocen la autoridad suprema de Jehová, y que aunque se les diera la oportunidad de escoger un derrotero de independencia de Dios, firmemente lo rechazarían.
21. ¿Qué trabajo excitante y expectativa gloriosa están delante de nosotros?
21 Durante la gobernación del Reino de mil años, no habrá desafío organizado o sostenido a la dignidad continua de Jehová. Pero el tremendo trabajo que habrá de efectuarse durante ese período, el trabajo de deshacer todo el daño y la ruina causados sobre esta Tierra por seis mil años bajo la gobernación del pecado... ése será un desafío excitante. Cuando se complete, ¿entonces qué? Como escribió Pablo: “En seguida, el fin, cuando [Cristo] entrega el reino a su Dios y Padre, cuando él haya reducido a la nada todo gobierno y toda autoridad y poder. . . . entonces el Hijo mismo también se sujetará a Aquel que le sujetó todas las cosas a él, para que Dios sea todas las cosas para con todos.” (1 Cor. 15:24-28) Habiéndose efectuado la unificación de toda la humanidad, Cristo entregará el Reino a su Padre, en reconocimiento del hecho de que toda la creación pertenece verdaderamente a Jehová. Ante tal expectativa, se nos insta a unirnos ahora en el canto de aquella canción celestial: “Digno eres tú, Jehová, nuestro Dios mismo, de recibir la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y a causa de tu voluntad existieron y fueron creadas.”—Rev. 4:11.
22. ¿Cómo puede y debe contestarse la pregunta: ¿A quién pertenece usted?
22 ¿A quién pertenece usted? ¿Ha respondido usted a esa amorosa invitación de darse en dedicación para hacer la voluntad de Dios como se explica en su Palabra? Si no, ¿pudiera ser que hubiera algún razonamiento o anhelo egoísta que está haciendo que usted se retraiga? Hablando “como sustitutos por Cristo rogamos: ‘Reconcíliense con Dios.’” Pertenézcale. Entre en relación estrecha con él y disfrute de la intimidad de amistad con él. Disfrute del sentido de tenencia mutua, haciéndolo a él el Dios de usted, y haciéndose usted mismo uno de Su pueblo devoto.—2 Cor. 5:20; Miq. 4:5; Juan 15:15; Rev. 21:3.