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¿Por qué mantenernos libres de la murmuración?La Atalaya 1979 | 15 de junio
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llevar únicamente al desastre. En vez de dejar que las circunstancias nos conviertan en murmuradores, ¡cuánto mejor es desplegar la cualidad del amor! Los murmuradores y quejumbrosos no pueden al mismo tiempo estar siguiendo el mandamiento de amar a su prójimo. (Mat. 22:39) La murmuración causa daño al murmurador así como a la persona contra la cual se habla. El amor hace bien a toda persona. (1 Cor. 8:1; 13:4-8) Por eso, ¿por qué no seguir la ‘ley real del amor’?—Sant. 2:8.
En vez de escuchar a los que refunfuñan y se quejan, haríamos bien en tener presente la actitud humilde de Cristo Jesús: “Aunque existía en la forma de Dios, [Jesús] no dio consideración a un arrebatamiento, a saber, que debiera ser igual a Dios.” En vez de eso, “se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, sí, muerte en un madero de tormento.” ¡Qué excelente ejemplo para que lo sigamos! ¡Allí no hubo ninguna rebelión en cuanto a la manera en que se hacían las cosas!—Fili. 2:5-8.
Al contrario, Jesús desplegó profunda lealtad a su Padre celestial. También mostraba gran preocupación cuando se hacía tropezar a otros. En cierta ocasión, Jesús dijo a sus discípulos: “Es inevitable que vengan causas de tropiezo. Sin embargo, ¡ay de aquel por medio del cual vienen! Más ventajoso le sería que le suspendieran del cuello una piedra de molino y lo arrojaran en el mar que hacer tropezar a uno de estos pequeños.” (Luc. 17:1, 2) ¿Puede usted imaginarse a Jesús mostrando tal compasión para con otras personas y al mismo tiempo siendo un murmurador?
Jesús fue recompensado en gran manera por su obediencia leal a su Padre así como por su interés amoroso en otras personas. Por medio de la resurrección y ascensión al cielo, Cristo fue ensalzado sobre toda otra cosa creada. (Fili. 2:9-11) Mientras estuvo en la Tierra, pudo entender las debilidades y problemas del hombre caído. Ahora, en su ensalzado puesto, Jesús “puede condolerse de nuestras debilidades” y acudir a ayudarnos. (Heb. 2:18; 4:15) Nosotros, también, podemos estar seguros de recibir muchas bendiciones si continuamos mostrando interés amoroso en otras personas, y no nos quejamos de ellas.
Entonces, ¿a qué conclusión tenemos que llegar? A la de que un espíritu de murmuración y queja resulta en falta de satisfacción y en descontento. Esto puede llevar a rebelión contra Dios. ¿Desea usted que eso le suceda, o desea vivir una vida llena de significado y satisfacción, con el conocimiento de que tiene la bendición y aprobación del Creador celestial? De seguro usted desea el favor de él. Por eso se nos dice: “Sigan haciendo todas las cosas libres de murmuraciones y argumentos, para que lleguen a ser intachables e inocentes, hijos de Dios sin mácula en medio de una generación perversa y torcida, entre quienes ustedes resplandecen como iluminadores en el mundo.”—Fili. 2:14, 15.
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¿Va decayendo la educación bíblica?La Atalaya 1979 | 15 de junio
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¿Va decayendo la educación bíblica?
A LA Universidad Aoyama Gakuin, fundada por misioneros metodistas en Tokio, se le ordenó que pagara 300.000 yenes (más de $1.000, dinero de E.U.A.) como compensación a un ex-estudiante de teología no graduado por haberlo privado de adelantar en sus estudios. El periódico “The Daily Yomiuri” del 8 de octubre de 1977 informó que la universidad decidió eliminar el curso de teología en 1973 debido a que menos personas lo solicitaban y había déficit en su funcionamiento. Las personas que observan las condiciones mundiales pueden ver un significado más importante en esto. Ese es una indicación de la tendencia corriente de la religión a ir perdiendo terreno. La gente se va haciendo cada vez más seglar y cada vez menos religiosa. La universidad ya mencionada ofrece otros cursos, pero ha cerrado su curso de teología. Sin embargo, más de 44.000 testigos de Jehová japoneses continúan efectuando un servicio de educación bíblica gratuita en más de 61.000 hogares cada semana.
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