Cómo la organización debe considerar la castidad
1, 2. (a) ¿Cómo ha de considerarse el sexo humano, y por qué? (b) ¿Cómo explica Génesis 1:27, 28 el origen y el propósito del sexo?
LA CASTIDAD toma en cuenta el sexo. A la luz de la santa Palabra de Dios el sexo es sagrado. El sexo no brotó de evolución ciega, no inteligente, no moral, accidental, funcionando hacia un fin egoísta. El sexo humano, así como el sexo de los animales, peces, aves, insectos y plantas, es de Dios. ¿Es inmoral Dios porque creó el sexo? ¡No! Él no se propuso la gran ola de locura sexual que está arrollando al mundo, resultando en toda clase de terribles enfermedades sociales o mala salud. Él se propuso que el sexo sirviera un propósito milagroso, el de propagar la vida en sus diversas formas sobre la Tierra, incluyendo la vida humana. En lenguaje muy sencillo el primer capítulo de la Santa Biblia nos explica el origen y el propósito del sexo en la humanidad. El capítulo uno, versículos veintisiete y veintiocho, de Génesis (el primer libro de la Biblia) dice:
2 “Y Dios procedió a crear al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Además, Dios los bendijo y Dios les dijo: ‘Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla, y tengan en sujeción los peces del mar y las criaturas volátiles de los cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra.’”
3. En armonía con esto, ¿cuál era el propósito de los órganos sexuales, y por qué hay un aspecto sagrado en cuanto a ellos?
3 Los órganos sexuales masculinos y los órganos sexuales femeninos habrían de cooperar para cumplir este mandato dado por Dios. Por eso, los órganos sexuales no son juguetes con los cuales divertirse mucho, porque tal diversión no cumple el propósito divino. Esto resulta en daño, no solo a los órganos sexuales, sino a todo el individuo que trata de divertirse de esta manera. Los órganos sexuales, en vez de ser juguetes, tienen un propósito sumamente serio que cumplir. Por esa razón los órganos sexuales, masculinos y femeninos, tienen un aspecto sagrado o modo sagrado de considerarse. Tienen que ver con la vida, especialmente la vida de una generación venidera de humanos.
4. ¿Ha de considerarse sagrada la vida de la generación venidera, y cómo se puede violar el sexto de los Diez Mandamientos tocante a esa generación por la conducta sexual de uno?
4 ¿No es la vida, en primer lugar, un don de Dios, y por lo tanto, no es sagradas? La vida de toda criatura humana que ahora inhala el aire debe considerarse sagrada. ¿No debe considerarse también sagrada la vida de la generación venidera? Sí. Recuerde el sexto y séptimo de los Diez Mandamientos, como fueron dados por Dios a su profeta Moisés para la nación de Israel: “No debes asesinar. No debes cometer adulterio.” (Éxo. 20:13, 14) ¿Quiere usted matar o siquiera lisiar a la generación venidera, a un bebé, a una criatura? Usted puede hacerlo al usar indebidamente los órganos sexuales, usándolos de manera contraria al propósito y ley de Dios en cuanto a ellos y, por consiguiente, de manera inmoral que produzca enfermedades repugnantes que afecten a la descendencia humana, fatalmente.
5, 6. (a) ¿Cómo ha de considerarse la simiente de la vida que se pone en el hombre y en la mujer, y cómo ha de considerarse una vida en la matriz femenina? (b) ¿Cómo se apoyó este hecho en la ley de Dios en Éxodo 21:22-25?
5 La vida, como don de Dios, es sagrada. Por eso, la simiente de vida que Dios puso en el hombre y la mujer es sagrada y tiene el fin de cumplir el noble propósito divino. Por esa razón, cuando la vida de un individuo de la generación venidera se iniciaba en la matriz de una mujer, esa vida se consideraba sagrada. El matarla merecía castigo, que le quitaran la vida al asesino. En la ley de Dios por medio de Moisés la criatura no nacida aún, el feto, en la matriz de la mujer se consideraba una vida con el derecho de vivir por medio de nacer de su madre.
6 En el siguiente capítulo al que manifiesta los Diez Mandamientos, la ley de Dios decía: “En caso de que haya hombre forcejeando uno con el otro y realmente lastimen a una mujer encinta y sus hijo sí salgan pero no ocurra ningún accidente fatal, ha de imponérsele a él el pago de daños sin falta conforme a lo que el dueño de la mujer le imponga; y él tiene que darlo por medio de los magistrados. Pero si ocurriera un accidente fatal, entonces debe dar alma por alma, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, marca con instrumento candente por marca con instrumento candente, herida por herida, golpe por golpe.” (Éxo. 21:22-25) Así, tenía que darse vida por vida en este caso.
7. (a) En consistencia con esto, ¿cómo datan su edad algunos orientales? (b) ¿Cómo ha de considerarse el embrión humano, y por eso, la destrucción de él significa qué violación?
7 De manera muy compatible con este hecho, algunos orientales como los coreanos datan su edad en la vida desde el tiempo de ser concebidos en la matriz de su madre, no desde el día de su nacimiento. Esto indica el hecho de que el embrión humano es una criatura viviente y no debe destruirse en ninguna etapa. Dice el Dr. J. B. Glenn, en su libro The Bible and Modern Medicine (página 176, párrafo 2, edición de 1963),a concerniente al embrión que es capaz de vivir: “El embrión viable en el útero es un individuo humano, por lo tanto el destruirlo, es una violación del sexto mandamiento.”
8. (a) ¿Qué hay del mal uso de la simiente masculina de vida, y qué ilustración bíblica tenemos en cuanto a esto? (b) ¿Cómo se demuestra la falta de respeto a la vida en el caso de una criatura ilegítima?
8 De manera correspondiente, la simiente dadora de vida en un varón no debería usarse mal voluntariosamente. Recuerde el caso de Onán el hijo del patriarca Judá. Él rehusó ejecutar su deber de proveer un heredero varón para su hermano muerto Er por medio de tener relaciones sexuales con Tamar la viuda sin hijos. Dios mató a Onán, no solo por esta conducta no fraternal, sino porque la simiente reproductora que debería haber dado vida a un heredero para su hermano muerto fue derramada adrede sobre el suelo. Por esto Onán mereció mayor castigo que el hacer que la viuda Tamar le sacara una sandalia de su pie y le escupiera en la cara y dijera delante de testigos de mayor edad: “Así es como debe hacérsele al hombre que no quiera edificar la casa de su hermano.” (Deu. 25:9; Gén. 38:6-10) Por otra parte, ningún hombre debería participar en inmoralidad sexual e iniciar otra vida humana que no quiera porque va a ser una vida ilegítima. Debido a que es ilegítima, se propone abandonar a la criatura y jamás poseerla o confesar el hecho de que él es el padre de la criatura ilegítima. Tal proceder no muestra respeto a la vida humana, a la vida de un infante impotente.
9. ¿Cuándo es pecar contra el propio cuerpo del participante el participar en coito sexual?
9 Todo el que comete inmoralidad sexual no solo quebranta la ley contra el adulterio y la fornicación, sino que peca contra su propio cuerpo, un hecho que Pablo declara plenamente en 1 Corintios 6:18. Cuando la unión sexual se efectúa en un matrimonio legal, bíblico, no es quebrantar la ley de Dios o pecar contra el cuerpo de la persona casada. Esto está en armonía con el mandato que Dios dio al primer varón y la primera hembra humanos en su perfección e inocencia físicas.
10. ¿Qué produce tal pecar contra el propio cuerpo de uno?
10 La carta cristiana a los hebreos (Heb. 13:4) dice: “Que el matrimonio sea honorable entre todos, y el lecho conyugal sea sin contaminación, porque Dios juzgará a los fornicadores y a los adúlteros.” Es la conducta de los adúlteros y los fornicadores al pecar contra su propio cuerpo lo que produce las horribles enfermedades sociales y lo que así pervierte el propósito divino, degradando los órganos sexuales que Dios creó para tan elevados propósitos y que él viste con tanta importancia y dignidad. En consecuencia, ¿no puede usted alegrarse de que sus padres vivieran moralmente limpios tanto antes como después de su matrimonio?
11. (a) Según lo que Dios colocó ante el hombre y la mujer en Edén, ¿a qué tiene derecho todo humano, y qué, por lo tanto, no tienen otros el derecho de hacer? (b) Deberíamos mostrar respeto para los cuerpos de ¿quiénes?
11 Originalmente, el matrimonio legal fue la perspectiva natural que Dios colocó delante de los hombres y las mujeres. Todo humano tiene el derecho de llevar una vida limpia en espera de un matrimonio honorable. Ninguna persona tiene el derecho de contaminar a su semejante que tiene tal prerrogativa dada por Dios por medio de imponer la inmoralidad sexual a su semejante o por medio de tentarlo a cometerla. Ninguna persona egoísta tiene el derecho de echar a perder el privilegio y las expectativas de un semejante en cuanto a un matrimonio honorable, feliz, saludable. Nadie tiene derecho de impedir que otro tenga tal matrimonio deseable por medio de usar mal los órganos sexuales o los procesos sexuales de aquella persona. Deberíamos respetar los cuerpos de otras personas así como el nuestro. Por consiguiente, ninguna muchacha cristiana debería hacerse a semejanza de una toalla pública en la cual cualquier hombre se pueda estregar las manos por medio de inmoralidad. ¿Qué hombre pundonoroso que cree en la salud y la higiene querría estregarse las manos con una toalla pública sucia por medio de casarse con una muchacha que se hace una ramera, una prostituta? Muchachas, no se hagan ustedes una toalla sucia para uso público, disponible para las manos sucias de cualquier tratante con rameras, cualquier “perro” simbólico
12. ¿Cuál es el argumento de Pablo en 1 Corintios 12:23-25, y, por lo tanto, qué partes corporales están incluidas?
12 Deberíamos honrar nuestras partes sexuales. Dijo Pablo a los cristianos corintios: “A las partes del cuerpo que creemos que son menos honorables, a éstas las rodeamos de más abundante honra, y así nuestras partes indecorosas tienen el más abundante decoro, mientras que nuestras partes decorosas no necesitan nada. No obstante, Dios compuso el cuerpo, dando más abundante honra a la parte que le hacía falta, para que no hubiese división en el cuerpo, sino que sus miembros tuvieran el mismo cuidado los unos de los otros.”—1 Cor. 12:23-25.
13. ¿A qué deshonra del cuerpo humano llama la atención Romanos 1:24, y hasta cuándo permitirá Dios que esto continúe?
13 Los que participan en inmundicia o inmoralidad sexual deshonran su cuerpo. “Por lo tanto,” dice Pablo a los cristianos romanos, “en conformidad con los deseos de sus corazones, Dios los entregó a la inmundicia, para que se deshonrasen sus cuerpos entre sí.” (Rom. 1:24) Hasta la venidera batalla del Armagedón que se aproxima y el atar y abismar a Satanás el Diablo y sus demonios, Dios permitirá que la inmoralidad predomine y aumente en la Tierra, según los deseos envilecidos de los pecadores mundanos. Pero fornicadores, adúlteros, sodomitas y lesbianas no sobrevivirán para el justo nuevo orden de Dios.
14. ¿Qué clase de propósito habría de cumplirse por el matrimonio humano, y con qué voluntad de Dios concerniente a todos nuestros procesos de vida está en armonía esto?
14 El matrimonio de los sexos humanos es algo que Dios el Creador se propuso y que estableció para un propósito de felicidad, el de llenar una Tierra paradisíaca con una raza saludable, justa, de hombres y mujeres perfectos. Fue nuestro Creador quien diseñó y arregló todos los procesos de nuestra vida. Conforme a su voluntad, todos nuestros procesos normales de la vida se hicieron para que fueran felices y saludables. Esto incluye la importante unión sexual para concebir hijos con el fin de extender la familia humana y llenar toda la Tierra de criaturas humanas a la imagen y semejanza de Dios.—Gén. 1:26-28.
15. ¿Qué clase de experiencia habría de ser para el hombre y la mujer la obediencia al mandamiento de Dios de llenar la Tierra, pero fuera de qué relación no puede disfrutarse de esta experiencia?
15 Conforme a la manera en que Dios hizo al varón y a la hembra, la obediencia de ellos a su mandamiento de llenar la Tierra con su género no iba a ser una penalidad para ellos, una carga para ellos. Iba a ser un procedimiento agradable, deleitable, un procedimiento que contribuyera felicidad inefable al vivir y servir a Dios. Pero, ¿quiénes habrían de disfrutar de esto? Personas casadas, aquellas a quienes Dios hubiera unido, aquellas que por medio de matrimonio honorable, legal, llegaran a ser una sola carne y permanecieran así. Los que tratan de disfrutar de los éxtasis de la unión sexual fuera del vínculo matrimonial deshonran a Dios, lo desobedecen.
16. (a) ¿Qué nos ayuda a vencer las pasiones animales? (b) ¿Por qué no han de adorarse los órganos sexuales?
16 El tener el punto de vista correcto sobre estos intereses vitales conforme a la inspirada Santa Biblia nos ayuda a vencer pasiones animales y a guardarnos de planear lujuriosamente con anticipación sobre cómo satisfacer de manera inmoral la carne sexualmente excitada. (2 Sam. 13:1-14) Mantengamos siempre presente el propósito de habernos dotado Dios de órganos sexuales. Considerémoslos conforme a su aspecto sagrado. Esto de ninguna manera significa que deberíamos adorar los órganos sexuales y participar en adoración fálica, cometiendo inmoralidad como un privilegio y obligación religiosos. Los órganos sexuales no deben adorarse, ni siquiera en la mente de uno por pensar uno constante o principalmente en partes y actividades sexuales. Los órganos sexuales no dieron vida a la familia humana. Solo son los medios maravillosos por los cuales la vida ha de transmitirse a nuestros hijos conforme a la voluntad de Dios.
17. Tocante a esto, ¿adónde ha de dirigirse la adoración, y qué, por lo tanto, es adoración del sexo?
17 Dios el Creador es la sagrada “Fuente de vida.” Solo él es El que ha de ser adorado como el Dador de vida a la humanidad y el Dador de los órganos reproductores para el aumento de la familia humana. (Sal. 36:9) Por lo tanto, la adoración sexual es idolatría. Naturalmente, esto resulta en inmundicia moral. Evítela por todos los medios posibles.
CÓMO MANTENERSE PURO, CASTO
18. (a) ¿Por qué especialmente en el caso de testigos dedicados de la sociedad del nuevo mundo debe considerarse sagrada la vida? (b) ¿Qué puede resultar de la conducta inmoral, pero, qué ciertamente les resultará a los participantes?
18 Nosotros, quienes estamos asociados con la sociedad del nuevo mundo de testigos de Jehová, siempre deberíamos tener presente que la vida en sí misma es sagrada al ser un don de la sagrada “Fuente de vida” celestial. Pero especialmente en nuestro caso la vida es sagrada porque hemos dedicado nuestra vida a Jehová Dios por medio de su principal Siervo Público, su Sumo Sacerdote, Jesucristo. Estamos bajo obligación y mandato de invitar y ayudar a otros a venir al “agua de vida,” a saber, las provisiones de Dios para la vida eterna en su nuevo orden de justicia. (Rev. 22:17) Es muy impropio, por lo tanto, abusar, por conducta inmoral entre los sexos, de las facultades físicas que Dios nos ha dado para transmitir vida a descendencia. Tal conducta puede resultar en descendencia ilegítima, no autorizada, como testimonio vivo de la conducta secreta vergonzosa de sus padres o en una enfermedad social detestable. Pero ciertamente esto resultará en la condenación por el Creador de mente pura, que hizo al varón y a la hembra para un propósito honorable, feliz. Si alguno llega a estar bajo su condenación esto significa el ser privado de la vida eterna por haber abusado de la vida y de la facultad de transmitir vida.
19, 20. (a) Según 1 Juan 3:2, 3, ¿de quién tenemos que hacer nuestro modelo de castidad? (b) ¿Por qué especialmente tiene que hacerlo así el resto espiritual, en armonía con su esperanza?
19 Para ayudarnos a salir de la inmundicia y permanecer fuera de ella, necesitamos hacer a Dios nuestro modelo o norma de pureza o castidad. Dijo el anciano apóstol Juan a los cristianos que habían recibido la llamada celestial: “Amados, ahora somos hijos de Dios, pero todavía no se ha manifestado lo que seremos. Sí sabemos que cuando él sea manifestado seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es. Y todo el que tiene esta esperanza puesta en él, se purifica a sí mismo así como ése es puro.”—1 Juan 3:2, 3.
20 Los del resto espiritual que esperan llegar a ser miembros del reino celestial de Dios bajo Jesucristo y ver a Dios cara a cara sin falta tienen que vivir en armonía con su esperanza de ver a este Dios puro y casto tal como él es. ¿Cómo pudieran siquiera esperar ser semejantes a él en el cielo cuando no han purificado su vida aquí sobre la Tierra primero? ¿Cómo pudieran desear ser semejantes a él, si hasta su muerte aquí sobre la Tierra siguieran amando la impureza, la falta de castidad y la inmundicia moral y no cultivaran el disfrute de las cualidades limpias que hacen a Dios lo que él es? No podrían hacerlo.
21. ¿Por qué igualmente necesitan mantenerse puras las personas de cualidades de oveja con expectativas terrestres?
21 Así mismo sucede con todas las personas de cualidades de oveja que han sido separadas de las personas de cualidades de cabra de las naciones. (Mat. 25:31-46) Ellas han cifrado su esperanza en el mismo Dios. En armonía con su esperanza de vivir en una Tierra paradisíaca perfectamente pura y justa después del Armagedón, tienen que purificar su vida ahora. Necesitan mantenerse puras.
22, 23. (a) Debido a que nuestra esperanza está en armonía con ¿qué? se nos ayudará a mantenernos limpios, y ¿por qué? (b) Porque recibieron un nuevo nacimiento, Pedro les dijo a los hijos espirituales de Dios que desecharan ¿qué?
22 Nuestra esperanza, si no ha de frustrarse, tiene que estar en armonía con la verdad de Dios. Como agua con la que nos lavamos y en la que nos bañamos para mantenernos limpios, la verdad de la Palabra escrita de Dios nos ayuda a limpiarnos y mantenernos limpios, individualmente y como una sociedad del nuevo mundo. Después de haber purificado nuestra vida o alma por medio de vivir en conformidad con la verdad, hay algo más que tenemos que hacer de manera pura y casta. El apóstol Pedro indica esto cuando escribe a los cristianos que habían salido de Babilonia la Grande en su día:
23 “Ahora que ustedes han purificado sus almas por su obediencia a la verdad con el amor fraternal sin hipocresía como resultado, ámense unos a otros intensamente desde el corazón. Porque se les ha dado un nuevo nacimiento, no de semilla corruptible, sino de semilla reproductiva incorruptible, por medio de la palabra del Dios vivo y duradero. Porque ‘toda carne es como hierba, y toda su gloria es como una flor de la hierba; la hierba se marchita, y la flor se cae, pero el dicho de Jehová dura para siempre.’ Pues, éste es el ‘dicho,’ esto que se les ha declarado a ustedes como buenas nuevas. Por consiguiente, desechen toda maldad moral y todo lo engañoso e hipocresía y envidias y toda suerte de difamación solapada, y, como criaturas recién nacidas [que son inocentes de cualesquier deseos del sexo], desarrollen el anhelo por la leche no adulterada que pertenece a la palabra, para que por medio de ella crezcan a la salvación, si es que han gustado que el Señor es bondadoso.”—1 Ped. 1:22 a 2:3.
24. (a) En armonía con las palabras de Pedro, ¿en qué respecto deberíamos llegar a ser como “criaturas recién nacidas”? (b) Por consiguiente, ¿en qué respecto deberíamos ser hombres y mujeres plenamente desarrollados?
24 Los niños y las niñas recién nacidos no saben qué es el sexo. No tienen deseos sexuales inmundos. Por consiguiente, el apóstol Pedro dice que los cristianos deberían ‘desechar toda maldad moral.’ Deberíamos llegar a ser semejantes a “criaturas recién nacidas” en cuanto a inocencia en este respecto. Deberíamos ser hombres y mujeres plenamente desarrollados en cuanto a entender qué es el sexo y en cuanto a nuestro gobierno moral de nosotros mismos. El apóstol Pablo tuvo presente esto cuando escribió a la congregación de Corinto estas palabras: “Hermanos, no se hagan niñitos en facultades de entendimiento, antes sean pequeñuelos en cuanto a la maldad; sin embargo lleguen a estar plenamente desarrollados en poderes de entendimiento.”—1 Cor. 14:20.
25. (a) ¿Qué clase de higiene se necesita además de la clase física? (b) ¿Qué clase de circuncisión debería obtener un cristiano, y cómo?
25 En consecuencia, tenemos que tener higiene mental así como higiene física. Entre los antiguos judíos bajo la ley de Jehová por medio de Moisés la circuncisión de la carne de los varones resultó ser muy higiénica y ayudó a salvaguardar la salud de los judíos de ambos sexos. Los cristianos que han sido exonerados de esta ley de circuncisión, sin embargo, ciertamente tienen que practicar la ‘circuncisión del corazón.’ Ningún cristiano podría ser judío espiritual a la vista de Dios a menos que tuviera esta circuncisión “del corazón por espíritu.” (Rom. 2:28, 29) Ciertamente se necesita espíritu de Dios para obtener tal circuncisión.
26. Para disfrutar de higiene mental, ¿qué nos dice Pablo que hagamos, en Filipenses 4:8, 9?
26 Para la higiene mental, lo cual conduce también a la higiene física, nuestra mente tiene que mantenerse fija en las cosas edificativas. Aconsejándonos el hacer esto, el apóstol Pablo escribe: “Finalmente, hermanos, cuantas cosas sean verdaderas, cuantas sean de seria consideración, cuantas sean justas, cuantas sean castas, cuantas sean amables, cuantas sean de buena reputación, cualquier virtud que haya y cualquier cosa que haya digna de alabanza, continúen considerando estas cosas. Las cosas que ustedes aprendieron así como también aceptaron y oyeron y vieron relacionadas conmigo, practiquen éstas; y el Dios de paz estará con ustedes.”—Fili. 4:8, 9.
27. ¿Con qué clase de motivo deberíamos predicar al Cristo, y el ejemplo de quiénes nos ayuda a hacer esto?
27 El apóstol Pablo dijo que en Roma donde estaba preso sus enemigos estaban dando publicidad a Cristo con motivo malicioso, impuro, pero, por otra parte, “algunos están predicando al Cristo . . . por buena voluntad. Estos están dando publicidad al Cristo debido a amor, porque saben que estoy puesto aquí para la defensa de las buenas nuevas.” Por esta razón Pablo se regocijaba. (Fili. 1:15-18) Por eso, el pensar nosotros en Pablo y el practicar nosotros lo que él hizo nos ayuda a mantenernos limpios.
28. Si queremos ser sabios con sabiduría celestial, ¿qué tenemos que ser “primeramente”?
28 Anhelamos ser sabios con sabiduría celestial, ¿no es verdad? Entonces seremos castos, puros. Los incastos no son sabios, sino animales. El discípulo Santiago, precisamente antes de reprender a los que son adúlteros espirituales, dice: “Pero la sabiduría de arriba es primeramente casta, luego pacífica, razonable, lista para obedecer, llena de misericordia y buenos frutos, sin hacer distinciones por parcialidad, sin ser hipócrita.” (Sant. 3:15 a 4:4) Por eso, recuerde, la sabiduría celestial es “primeramente casta.”
29. En armonía con el caso del antiguo Israel cuando guardó la ley de Dios, ¿cuál debería ser el resultado de nuestro empeño en mantener limpia y casta la organización?
29 Es parte de la sabiduría celestial el que nos esforcemos por mantener limpia y casta la sociedad del nuevo mundo de testigos de Jehová. Los resultados de este continuo esforzarse en esa dirección se están manifestando todo el tiempo, bajo la bendición de Dios. Tocante al antiguo Israel, su observancia de las leyes y mandamientos de Jehová lo hizo la nación más saludable sobre la Tierra, libre de las muchas enfermedades sociales que plagaban a las naciones paganas o gentiles. (Deu. 28:1-10, 15, 27-37) De modo correspondiente, nuestro empeño en mantener limpia, pura y casta la organización de siervos públicos de Dios no solo debería resultar en mantenernos puros doctrinalmente, sino también en hacernos la sociedad más saludable sobre la Tierra, especialmente en cuanto a enfermedades sociales.
30. (a) En medio de todos nuestros esfuerzos por mantener limpia la organización, ¿a quién deberíamos acudir siempre, y debido a qué asignación de servicio? (b) ¿Quién asume la principal responsabilidad de mantener limpia la organización, y por eso, bajo qué procesos nos hallamos nosotros ahora?
30 Sin embargo, durante todo el tiempo en que nos esforzamos personalmente y como organización, tenemos que seguir manteniendo la vista vuelta arriba hacia Dios el Hacedor de su organización de siervos públicos bajo Jesucristo el Rey de reyes. Ahora esta organización está terminando su asignación de servicio de predicar las buenas nuevas del reino establecido de Dios en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones. Jehová Dios se ha echado a cuestas la responsabilidad principal de mantener limpia su organización terrestre que participa en este servicio público. Acompañado por Jesucristo su Mensajero o principal Siervo Público, Jehová ha venido a su templo espiritual para obra de juicio. Por eso, en una advertencia, dice a su pueblo profeso: “Me acercaré a ustedes para el juicio, y me haré testigo veloz contra los hechiceros, y contra los adúlteros, y contra los que juran falsamente, y contra los que obran fraudulentamente con el sueldo del que trabaja por sueldo, con la viuda y con el huérfano de padre, y los que despiden al residente extraño, mientras no me han temido.” (Mal. 3:1-5) De modo que ahora su organización de siervos públicos sobre la Tierra está bajo juicio.
31. (a) ¿Por qué no deberíamos querer que Dios testifique contra nosotros como siendo semejantes a “adúlteros”? (b) Para permanecer en la sociedad, ¿qué hará cada uno de nosotros?
31 ¿Deseamos que el gran Juez Jehová Dios dé testimonio contra nosotros individualmente señalándonos como semejantes a “adúlteros,” es decir, moralmente inmundos, incastos? Si él tiene la evidencia contra nosotros sobre esta base, él infaliblemente hará que su testimonio contra nosotros se sepa, a su debido tiempo, y esto resultará en que seamos echados de su sociedad del nuevo mundo de Sus testigos, para que nuestra presencia no la contamine. Sin embargo, ¿deseamos con todo nuestro corazón permanecer en esa sociedad del nuevo mundo para servicio público de Dios? Puesto que nuestra respuesta obvia es un ferviente Sí, entonces cada uno de nosotros hará su parte para mantenerla pura, casta, para Su alabanza y a favor de nuestro precioso servicio público a Él.
[Nota]
a Publicado por la Bloch Publishing Company, Nueva York, N.Y.