Logrando buen éxito en la soltería
UN JOVEN sincero escribió a unos ancianos cristianos pidiendo consejo. Un año antes, cuando tenía veintiún años, había “tomado la decisión de permanecer soltero” para participar más plenamente en el ministerio. Su carta continuaba diciendo: “Ahora ya no estoy tan seguro de mi posición en cuanto a la soltería. Hallo que estoy enamorándome. . . . ¡realmente no sé qué hacer!”
Aunque él mismo tendría que decidir, un buen consejo incluiría: ‘Trabaje para lograr buen éxito en la soltería.’ Pero, ¿qué significa eso? ¿Significa permanecer soltero por toda la vida, o que cualquier conducta está bien siempre que uno mantenga su meta de la soltería? ¿Qué pasos prácticos puede dar uno?
Tales preguntas merecen ser consideradas, puesto que todos nosotros somos solteros por lo menos por parte de nuestras vidas. Antes de casarse la mayoría de la gente por lo general ha pasado algunos años como persona adulta soltera. Otros escojen permanecer solteros por largo tiempo en su vida adulta a fin de poder seguir una carrera o un interés especial. Algunos quieren casarse pero aún no han encontrado al cónyuge apropiado. Y hay muchas personas que estuvieron casadas pero que de nuevo están solteras debido a la muerte de sus cónyuges. Si usted se halla en una de estas categorías, ¿cómo puede lograr verdadero buen éxito en la soltería?
Obteniendo el punto de vista de Dios
Es útil el notar lo que Dios dice en su Palabra acerca de la soltería y el matrimonio. En vista de que él es nuestro Creador, podemos esperar que su punto de vista sea correcto y equilibrado, no irrazonable o tergiversado.
Dios dignificó el matrimonio humano por medio de instituir ese estado. Él sabía que en el matrimonio los humanos podrían disfrutar de mutua ayuda, compañía y felicidad. Además, así podrían producir prole de una manera honorable. (Gén. 2:18, 22-24) Las Escrituras Hebreas abundan con ejemplos de adoradores verdaderos que disfrutaron del don del matrimonio.
Ni Jesús ni sus apóstoles condenaron el matrimonio. Al contrario, Cristo confirmó el origen divino del matrimonio, y el apóstol Pedro era un hombre casado. (Mat. 19:4-6; 1 Cor. 9:5) El apóstol Pablo escribió con respecto a la protección en contra de la inmoralidad: “Que cada hombre tenga su propia esposa y que cada mujer tenga su propio esposo.”—1 Cor. 7:2.
Pero la Biblia no pasa por alto el hecho de que el matrimonio no está exento de dificultades. Puesto que todos los humanos son imperfectos, y vivimos en un inicuo sistema de cosas, el matrimonio a menudo tiene sus propias ansiedades... junto con sus gozos. Pablo se refirió a estos problemas como la ‘tribulación en la carne.’ Una persona soltera se ‘ahorra’ esta “tribulación,” aunque tal vez se enfrente a otros problemas.—1 Cor. 7:28.
En vista de que es probable que haya dificultades tanto en el matrimonio como en la soltería, ¿hace Dios alguna recomendación? Sí, la Biblia muy claramente recomienda la soltería, tanto a los hombres como a las mujeres. Esta no es una recomendación general de la soltería como un fin en sí, sino de la soltería con el motivo de servir a Dios con atención indivisa. Como lo señaló Pablo, la persona casada está ansiosa e interesada en complacer a su cónyuge, y esto es correcto. En comparación, entonces, el cristiano soltero puede atender “constantemente al Señor sin distracción.” En este aspecto la soltería es el “mejor” derrotero.—1 Cor. 7:32-38.
El tiempo de la mocedad en el hombre o la mujer es un tiempo especialmente excelente para dedicar atención al servicio de Dios, tal como lo indica la Biblia. (Ecl. 12:1) Es por eso que muchos testigos jóvenes han escogido el camino de la soltería, por lo menos por el presente, para poder participar en el ministerio cristiano con menos distracciones. En cuanto a la soltería en la vejez, la Biblia menciona a la profetisa Ana. Ella enviudó tan solo siete años después de estar casada y no volvió a casarse. En cambio, ella “nunca faltaba del templo”; usó la libertad que la soltería le proporcionaba.—Luc. 2:36-38.
Su soltería quizás sea por un tiempo corto o largo. Puede ser por elección debido a las circunstancias. Pero, ¿qué puede hacer usted para lograr buen éxito? ¿Y qué obstáculos necesita uno evitar?
Jesús, al estimular a la soltería para estar en una posición mejor para servir como ministro del reino de Dios, la llamó un “don.” Él instó: “Quien pueda hacer lugar para ello, haga lugar para ello.” (Mat. 19:10-12) Obviamente él no estaba haciendo de la soltería una obligación para todos, de otra manera no hubiera sido un “don.” Pero sus palabras sí implican que se necesita hacer un esfuerzo para tener buen éxito en poseer y usar este don. Hay peligros y problemas envueltos.
Si usted es una persona soltera, tendrá que cuidarse de sentir envidia de los que están casados. ¿Debería el primer violinista en una orquesta envidiar al concertista de piano? Cada uno tiene sus propios talentos y recompensas. Es cierto, las personas casadas tienen ciertos placeres que usted no tiene. Pero también tienen responsabilidades y limitaciones que usted no tiene. Como dijo un cristiano anciano: ‘Si las personas solteras pudieran ser tan filosóficas por elección como las personas casadas tienen que serlo por necesidad, habría menos personas solteras envidiando a los casados.’
Si uno reconoce de manera práctica su situación y sus beneficios, no se hallará rebajando amargamente ni la soltería ni el matrimonio. El que uno sea soltero no es razón para convertirse en un cínico o frustrado. Jesús como humano nunca se casó, pero es claro que tuvo una actitud bien equilibrada hacia el matrimonio, las mujeres y el sexo. De haber él sido una persona amargada, cínica, no hubiera sido popular con toda clase de personas. Sin embargo tanto hombres y mujeres solteros y casados se complacían en asociarse con él, y hasta los niños se sentían atraídos a él. (Luc. 8:1-3; Mar. 10:13-16) Manifestando una actitud así de equilibrada, puede lograr buen éxito en su soltería.
Evite ser un soltero y sin embargo un fracaso
El que usted tenga buen éxito en la soltería envuelve más que su actitud; también envuelve su conducta. Por ejemplo, el católico “San” Agustín vivió con una mujer por once años sin estar casado. Aunque él no se casó, ¿diría usted que tuvo buen éxito en la soltería? Pablo expuso el punto de vista de Dios en cuanto a este asunto cuando escribió acerca de las viudas: “Pero la que se entrega a la satisfacción sensual está muerta aunque está viviendo.”—1 Tim. 5:6.
Los hechos muestran que muchas personas que no se quieren comprometer en el matrimonio, o que piensan que no están en condiciones de casarse, creen que las relaciones premaritales son excusables. En 1972 la revista Time informó que una encuesta de 4.611 jóvenes solteras que vivían en sus hogares o en dormitorios revelaron que más del 46 por ciento había perdido su virginidad antes de llegar a los veinte años de edad.
Pero sin la menor duda el satisfacer los deseos sexuales sin casarse no es la manera en que uno logra buen éxito en la soltería. Los elevados porcentajes de enfermedades venéreas y de embarazos fuera del matrimonio testifican de eso. Lo que es aún más importante... el juicio de Dios está en contra de los fornicadores.—Rev. 21:8; Gál. 5:19-21.
Además de contribuir al éxito de la soltería, el refrenarse de sexo premarital puede ser útil de otra manera. Si después de años de buen éxito en la soltería decide casarse, esto le ayudará a lograr un éxito similar en el matrimonio. En Sex and the Now Generation un consejero universitario declaró: “El tener relaciones sexuales sin amor es reducir la capacidad sexual a un nivel puramente biológico. . . . Esto es torcer, si es que no desfigurar permanentemente, las acepciones potenciales de la expresión sexual significativa. Produce deshumanización.” Y la investigación indica que las personas que son promiscuas antes del matrimonio tienen más probabilidades de ser inmorales después del matrimonio. Así es que la conducta relajada durante la soltería puede más tarde arruinar su matrimonio.
Tampoco lograría uno buen éxito en la soltería si sus deseos y afectos normales fueran transferidos a enfocarse en una persona del mismo sexo, a la homosexualidad. Dios, que ha observado las vidas de cientos de millones de humanos, nos asegura que ese derrotero es contranatural; nos previene en contra de él, sabiendo que no trae verdadera felicidad. (Rom. 1:26-32) Constituiría ‘portarse impropiamente para con su virginidad.’ La Biblia aconseja que sería mejor el que uno se casara en vez de hacer eso. (1 Cor. 7:36) La soltería mantenida a costo de un afecto contranatural por una persona del mismo sexo de uno no es soltería con buen éxito... es un fracaso.
De manera similar, uno no logra buen éxito en la soltería por medio de recurrir a la práctica de la masturbación. Aunque muchos médicos declaran que la masturbación no perjudica, note lo que dos autoridades escribieron en A Marriage Manual: “De vez en cuando los jóvenes que han practicado la masturbación por un largo período pueden tener dificultades para reajustar sus hábitos sexuales y derivar completa satisfacción de la unión sexual en el matrimonio.” Han llegado a nuestra atención casos de hombres que a tal grado estaban bajo el control de este mal hábito que lo continuaron después del matrimonio, lo cual ocasionó mucho sufrimiento a la familia.
Pero sea que ése fuera el resultado o no, el consejo perfecto de Dios es contrario a la masturbación y a las fantasías sexuales que la acompañan. La Biblia aconseja: “Amortigüen, por lo tanto, los miembros de su cuerpo que están sobre la tierra en lo que toca a fornicación, inmundicia, apetito sexual, deseo perjudicial y codicia.” (Col. 3:5) Pero, ¿no es la masturbación algo parecido a las expresiones de amor por el cónyuge de uno? De ninguna manera. Es la excitación del apetito sexual únicamente para la propia satisfacción de uno; es una expresión de avaricia. (Efe. 4:19) ¿No debería uno entonces, evitar la masturbación para lograr buen éxito en la soltería?
Gobierno de uno mismo: Su necesidad y sus beneficios
Todo lo precedente señala fuertemente hacia el factor clave del buen éxito en la soltería: el gobierno de uno mismo. ¿Es ése una carga opresiva, algo necesario solo para las personas solteras? No, todos los cristianos tienen que mostrar gobierno de sí mismos. (Gál. 5:22, 23) Hasta las personas casadas necesitan controlar sus impulsos y expresiones sexuales, según lo requieran las necesidades y condición del cónyuge y los principios bíblicos. Un autor declaró acerca de ejercer gobierno: “Nadie puede dejar libre sus sentimientos, haciendo solamente lo que le place a todo tiempo. . . . Uno tiene que aprender a gobernarse a sí mismo para poder vivir con otros.”
‘Pero, ¿no deformará eso mi personalidad o me perjudicará físicamente?’ quizás pregunten algunos. El libro Why Wait Till Marriage? contesta: “No hay evidencia de que el gobierno de uno dañe la vida sexual. Todo lo contrario parece ser cierto. A medida que uno aprende a gobernar sus sentimientos sexuales, éstos llegan a tener tanto más significado y a ser más satisfacientes. Es el individuo o la joven que da rienda suelta a sus emociones quien está en mayor peligro. La persona que tiene gobierno de sí mismo puede esperar.”
El gobierno de sí mismo es también necesario en cuanto a la clase de asociación que uno tiene con las personas del sexo opuesto. Algunos han declarado que pueden seguir siendo solteros con buen éxito y a pesar de eso salir en “citas” de vez en cuando. Pero, siendo honesto consigo, ¿no es eso casi una forma de autotortura? La experiencia ha mostrado que uno no puede lograr verdadero buen éxito en la soltería mientras haga citas o esté acompañando con regularidad a alguien del sexo opuesto. Tal asociación en realidad es parte de una cadena de sucesos que conducen al matrimonio. ‘Pero, ¿no puede simplemente ser una amistad platónica?’ quizás piensen algunos. Habiendo tratado con esos asuntos por años, comentó una autoridad: “Como médico no creo que hay tal cosa como la relación platónica entre un hombre y una mujer que están juntos solos por bastante tiempo.”
Y le será muy útil el guardarse de estar hablando con regularidad del sexo opuesto, de leer novelas que destacan el sexo y el romance o de mirar programas de televisión o películas de esa clase. Este mismo médico agregó: “Recomiendo una norma de prevención. . . . Si el caminar en la oscuridad hace a una mujer sentir anhelo, entonces debería dar todos sus paseos a la luz del día. El jazz de Nueva Orleáns tiene un ritmo tun-tun primitivo que no le hace bien alguno a la tranquilidad mental de una mujer soltera. Chaikovsky escribió cierta [música que es] música deleitable para dos... y desesperante para uno solo. Es masoquismo [tormento de uno mismo] el escuchar música que perturba.”
De vez en cuando uno quizás halle a personas imprudentes que lo reprenderán por seguir soltero. No permita que esto lo altere. Reconozca que en su mayoría la sociedad humana está edificada alrededor del matrimonio y la familia, y que el derrotero de usted es diferente. Así es que trate de ser comprensivo si alguien actúa sin bondad, tal vez por no apreciar por qué sigue usted ese derrotero. Por otra parte, es posible que algunas parejas casadas felizmente, queriendo que usted tenga felicidad, lo insten a casarse o quizás le presenten a posibles cónyuges. Sea paciente... tal vez sencillamente ellos no han considerado los gozos y privilegios que usted tiene como una persona soltera.
Muchos cristianos solteros hallan que al ayudar a otros a aplicar y entender la Palabra de Dios, sus vidas son enriquecidas y recompensadas. Un médico explicó: “El cuerpo puede aguantar la falta de relaciones sexuales; el espíritu no puede aguantar la falta de afecto, logro, posición, o seguridad.” En gran medida estas mismas cosas se encuentran en el afectuoso compañerismo de la congregación cristiana y del saludable y vital ministerio cristiano.—Hech. 20:35; 1 Ped. 4:8; Mat. 24:14.
Bien, ¿está usted entre los que —por elección o debido a las circunstancias— está ahora soltero? Hay mucho que puede hacer para lograr buen éxito en su soltería. Prestando atención a su actitud mental y a su conducta, no se dirá que mientras permaneció soltero fracasó en la soltería. En vez de eso, hallará que la soltería es un modo recompensador de vivir, con sus propias oportunidades y bendiciones.