¿Tiene usted el espíritu del evangelizador?
1. ¿Por qué es la obra de proclamar las buenas nuevas una de las obras más importantes que se han hecho en la Tierra?
LA OBRA de proclamar las buenas nuevas del Reino es una de las obras más importantes que jamás se ha hecho en la Tierra. ¿Por qué? Porque es la “piedra de toque” por la cual se juzga a la humanidad. El aceptar y obedecer las buenas nuevas resulta en salvación; el rechazar y desobedecer significa destrucción.
2, 3. (a) Dé un ejemplo de cómo las buenas nuevas revelan la actitud verdadera de una persona. (b) ¿Qué preguntas acerca de las buenas nuevas puede hacerse provechosamente una persona?
2 Por ejemplo, una persona puede ser muy religiosa. Quizás parezca tener una excelente personalidad, ser generosa, humanitaria. Pero su reacción a las buenas nuevas revela si realmente es amiga de Dios. Pues Dios conoce el corazón de los hombres. “Todo camino de un hombre es recto a sus propios ojos,” dice el escritor de Proverbios, “pero Jehová está avaluando los corazones.” (Pro. 21:2) El cristiano debe tener una personalidad excelente, pero prescindiendo de ésa o cualquier otra característica, si no ama a Dios ni a su semejante, no es nada.—1 Cor. 13:1-3.
3 ¿Acepta usted las buenas nuevas? ¿Es usted obediente a ellas? ¿Desea decirlas a otros? ¿Es necesario que usted proclame las buenas nuevas a fin de ser obediente a ellas?
IMPORTANCIA DEL ESPÍRITU DEL EVANGELIZADOR
4. ¿Por qué deberíamos querer proclamar las buenas nuevas?
4 Cualquier cosa que recibimos como buenas nuevas naturalmente queremos decirla a otros, y a menudo lo hacemos por el puro gozo de decirla. Sin embargo, las buenas nuevas del Reino nos impulsan a decirlas a otros, no solo por gozo, sino también por amor a nuestro semejante. El espíritu del evangelizador es espíritu de amor a Dios y al prójimo. Las buenas nuevas significan vida al recipiente, y por eso es esencial que se proclamen por todas partes. El apóstol Pablo escribió, en una de sus primeras cartas inspiradas, que en la revelación de Cristo desde el cielo “los que no obedecen las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús” sufrirían “el castigo judicial de destrucción eterna.”—2 Tes. 1:8, 9.
5. ¿Cómo mostró el apóstol Pedro la importancia de las buenas nuevas?
5 El apóstol Pedro recalcó la importancia de conocer y obedecer las buenas nuevas cuando, al hablar de que los cristianos serían juzgados, dijo: “Ahora bien, si [el juicio] comienza primero por nosotros, ¿cuál será el fin de los [cristianos profesos] que no son obedientes a las buenas nuevas de Dios?” Agregó: “Y si el justo con dificultad se está salvando, ¿dónde aparecerán el impío y el pecador?” (1 Ped. 4:17, 18) Por consiguiente, el espíritu que debe tener el proclamador de las buenas nuevas no es simplemente de proclamarlas, sino de hacer que se fijen firmemente en el corazón de los oyentes. ¿Por qué? Porque aun el justo entre los cristianos profesos solo se salvará “con dificultad.”
6. ¿De qué manera usa la Biblia el término “evangelizador” en un sentido especial?
6 La palabra griega que se usa en la Biblia para “buenas nuevas” es euaggelion, o “evangelio.” La Biblia usa el término “evangelizador” tocante a ciertos individuos designados, pues nos dice que Jesús, cuando ascendió al cielo, dio dones en la forma de hombres, “algunos como apóstoles, algunos como profetas, algunos como evangelizadores, algunos como pastores y maestros, teniendo en mira el reajuste de los santos, para obra ministerial, para la edificación del cuerpo del Cristo.” (Efe. 4:11, 12) Parece que estos “evangelizadores” habían recibido el espíritu de Dios de manera especialmente fuerte al predicar, entrenar y edificar a otros. Felipe fue uno de éstos.—Hech. 21:8, 9.
7. ¿De qué manera deben ser evangelizadores todos los proclamadores de las buenas nuevas, en un sentido general?
7 No obstante, todos los proclamadores de las buenas nuevas son, en un sentido general, evangelizadores. Ciertamente deben tener el espíritu del evangelizador. Deben declarar las buenas nuevas, pero no detenerse allí. Deben hacer cuanto puedan por entrenar y edificar a otros a fin de que éstos, a su vez, puedan tener el mismo espíritu fuerte. Para efectuar esto tendrán que usar toda ocasión y oportunidad para hablar acerca de las buenas nuevas. Los cristianos del primer siglo nos suministran muchos ejemplos.
PROCLAMANDO LAS BUENAS NUEVAS EN EL PRIMER SIGLO
8. ¿Cómo y dónde hizo obra de evangelizar Jesús?
8 Jesús mismo “iba viajando de ciudad en ciudad y de aldea en aldea, predicando y declarando las buenas nuevas del reino de Dios. Y con él iban los doce.” (Luc. 8:1) Casi todos los viajes de Jesús eran a pie. Hubo ocasiones en que envió a sus discípulos adelante de él para que la aldea o ciudad estuviera a la expectativa y lista a escucharle. (Luc. 10:1) Enseñaba en los lugares donde podía alcanzar a la gente. Podía ser en una aldea, en el templo en Jerusalén, en un hogar privado, en su propio lugar donde residía, en las sinagogas, a la orilla del mar, en una montaña. Y hablaba a los que encontraba en el camino, o mientras descansaba... en suma, a cualquier hora y en cualquier lugar donde había gente.—Mat. 5:1; 13:1, 2; 26:6-13; Mar. 2:1, 2; 3:1-5; Juan 4:6-10.
9, 10. ¿Cómo hizo obra de evangelizar Felipe, y cómo se le pudiera comparar a ciertos testigos de Jehová hoy día?
9 Algunos de los evangelizadores del primer siglo viajaron bastante. Fueron a lugares donde Dios reveló que había necesidad de sus servicios. Leemos que Felipe bajó a Samaria. Después de haber hecho buen trabajo allí el ángel de Jehová lo dirigió para que fuera al sur al camino que llevaba de Jerusalén a Gaza. Allí explicó las buenas nuevas a un eunuco etíope. El espíritu de Dios lo dirigió desde allí hasta Asdod y “pasó por el territorio y siguió declarando las buenas nuevas a todas las ciudades hasta que llegó a Cesarea.” (Hech. 8:4-40) Allí lo encontramos más tarde en una casa, un hombre con una familia.—Hech. 21:8, 9.
10 Felipe podría compararse, hasta cierto punto, a los “precursores,” “precursores especiales” y misioneros entre los testigos de Jehová, que tienen una comisión especial para predicar. Pero los que mudan su hogar a lugares donde hay mayor necesidad de que alguien predique muestran que tienen el excelente espíritu del evangelizador. Algunos de éstos tienen familias, como Felipe.
11. ¿Cómo hacía Pablo la obra de evangelizar?
11 Pablo fue uno de los más grandes evangelizadores. Viajó extensamente en Asia y Europa, declarando las buenas nuevas adondequiera que iba. Trató de predicar principalmente donde no se habían declarado las buenas nuevas. En algunos lugares se quedó por bastante tiempo, para establecer y fortalecer congregaciones. Es interesante notar que en esta actividad de evangelizar Pablo se sostenía a sí mismo financieramente trabajando en un oficio.—2 Cor. 10:13-16; Hech. 18:1-4; 19:8-10; 1 Cor. 9:15-18.
EL EVANGELIZAR NO NECESARIAMENTE SIGNIFICA VIAJAR
12. ¿Es el viajar una parte esencial del evangelizar?
12 Aunque es cierto que estos evangelizadores, en su mayor parte, viajaron considerablemente, no es necesario viajar a otro sitio para predicar si tenemos el espíritu del evangelizador. Pues el espíritu de evangelizar no es el espíritu de viajar y tener aventuras. Cuando una persona está libre de obligaciones que impedirían que se mudara, y se ofrece para hacerlo, puede ser asignada, por medio de los que están encargados de la obra de predicar en un país, a un lugar específico donde hacen más falta sus servicios. Quizás allí termine su viajar, pues puede establecerse allí, como Felipe lo hizo en Cesarea, y continuar declarando las buenas nuevas, edificando la congregación en esa localidad. Puede permanecer allí por muchos años, aun por toda la vida, como lo han hecho muchos misioneros de los testigos de Jehová.
13. ¿Qué ejemplo nos muestra que podemos evangelizar sin mudarnos de nuestra localidad natal?
13 Pero puede que algunas personas no puedan mudarse, debido a obligaciones de familia, salud u otras razones. Sin embargo, si tienen el espíritu del evangelizador pueden lograr mucho bien allí mismo en la zona donde viven. Como ejemplo de esto, hay una pequeña congregación en el estado de Arkansas, Estados Unidos. Un Testigo ha vivido allí en la zona por muchos años. Su conducta ha sido tal que todo el mundo por kilómetros a la redonda conoce su personalidad cristiana, y tiene una excelente reputación en cuanto a honradez y rectitud. La congregación es pequeña, pero si todos los que han oído y aceptado las buenas nuevas en virtud de su predicación y ejemplo hubiesen permanecido en la zona, habría una congregación de gran tamaño para esa comunidad pequeña. Pero este señor y su esposa trabajaron tan duro, y pusieron un ejemplo tan excelente de amor y vida cristiana, y llevaron a cabo tan buen entrenamiento de los nuevos que aceptaban las buenas nuevas, que infundieron el espíritu del evangelizador en sus oyentes al grado de que ellos, a su vez, se mudaron a lugares donde la necesidad es mayor. Una cantidad sorprendente de publicadores ha ido de esta congregación a la escuela misional de Galaad y han sido enviados a países extranjeros a servir. ¿Deberían desanimarse este publicador y su esposa porque no pudieron viajar a lugares donde las buenas nuevas no tenían tan intensa publicidad? De ninguna manera. Jehová los ha bendecido abundantemente, y su trabajo en casa ha tenido un efecto de alcance mundial.
14. Si usted tiene el espíritu del evangelizador, ¿cómo tiene bastante oportunidad de predicar allí mismo en la localidad de su hogar?
14 Por eso, dondequiera que esté uno, tiene oportunidades ilimitadas para predicar. Hay la predicación de las buenas nuevas de casa en casa. También hay aquellos a quienes rara vez, o nunca, encuentra uno en sus hogares. A éstos quizás los vea uno en su trabajo cotidiano, en su taller o en sus viajes. Los encuentra sentados en automóviles en estacionamientos, filas de gasolinerías, en parques. Si usted tiene el espíritu de querer compartir las buenas nuevas con otros, no es preciso que siempre tenga un arreglo formal, ni un tiempo fijo. ¡Usted es testigo de Jehová todo el tiempo! Usted dice a otros las buenas nuevas porque están en su corazón, y usted se encuentra hablando de ellas o crea oportunidades para hablar de ellas bajo toda circunstancia.—Jer. 20:9.
EVANGELIZACIÓN SIGNIFICA MÁS QUE SIMPLE PROCLAMACIÓN
15. ¿Cómo hay más relacionado con el espíritu del evangelizador que el simplemente decir las buenas nuevas a otros?
15 Ahora bien, hay más relacionado con el espíritu del evangelizador que el simplemente decir a otros las buenas nuevas. Hay mucha profundidad de significado en las buenas nuevas, y algunas cosas son “difíciles de entender.” (2 Ped. 3:16) Se requiere que uno piense para determinar la manera de transmitir estos puntos a su estudiante de las buenas nuevas. No solo esto, sino que una cosa es ayudar a conseguir conocimiento mental y otra introducir las cosas en el corazón. Usted notará que, en la ilustración de Jesús acerca del sembrador, la semilla cayó ¿dónde? En corazones. Usted como predicador de las buenas nuevas quiere cultivar esa semilla en el corazón de su estudiante.—Mat. 13:19.
16. ¿Cómo fue Pablo un ejemplo excelente de un verdadero evangelizador?
16 El evangelizador tiene que tenerle cariño a la gente, así como lo demostró el apóstol Pablo, y lo cual él describe, diciendo: “Teniéndoles tierno cariño, tuvimos mucho gusto en impartirles, no solo las buenas nuevas de Dios, sino también nuestras propias almas, porque ustedes llegaron a sernos amados.” (1 Tes. 2:8) Pablo y sus asociados ejercieron toda fibra de su ser para con los de Tesalónica que aceptaron las buenas nuevas. Pablo les dio su tiempo y energías, y deseaba que ellos tuvieran el mismo amor consumidor a las buenas nuevas y trataba con todo su corazón de hacer que tuvieran dicho amor viviendo en armonía con ellas en todo aspecto de su vida.
17. Si usted tiene el verdadero espíritu del evangelizador, ¿cómo considerará a aquellos a quienes les declara las buenas nuevas y cómo trabajará con ellos?
17 ¿Es así que se siente usted y trabaja para con aquellos a quienes lleva las buenas nuevas? Si es así, usted no será egoísta para con ellos. Usted no los considerará como sus “ovejas,” sino que los cuidará como propiedad del Señor Jesucristo, el Pastor Principal. (1 Ped. 5:1-4) Usted tratará de infundir en ellos el espíritu de Dios. Tratará de familiarizarlos tanto como sea posible con otros de la congregación, pues usted se da cuenta de que “hay variedades de dones, pero hay el mismo espíritu; y hay variedades de ministerios, y sin embargo hay el mismo Señor; y hay variedades de operaciones, y sin embargo es el mismo Dios que ejecuta todas las operaciones en todos. Pero la manifestación del espíritu se da a cada uno con un propósito provechoso.” (1 Cor. 12:4-7) Usted apreciará que no tiene todas las habilidades ni todas las manifestaciones del espíritu de Jehová. Pero sabe que mediante la asociación con la congregación, personas recién interesadas estarán donde el espíritu de Jehová está más concentrado y serán llevadas a la madurez mediante esa asociación.
EDIFICANDO Y ENTRENANDO
18. ¿Cuál es la mira de usted al estudiar la Biblia con una persona?
18 El espíritu del evangelizador no se mide por la cantidad de tiempo que se dedica a predicar a otros. Incluye la eficacia de uno al edificar y entrenar a otros. Quizás una persona con quien usted estudie esté entendiendo algunas de las doctrinas fundamentales, como la verdad de un paraíso terrestre, las falacias de doctrinas como la inmortalidad del alma humana, fuego del infierno atormentador y la Trinidad. Quizás tenga en la mente un buen conocimiento en cuanto a estas cosas. Quizás pueda contestar muy bien las preguntas en el estudio. Pero usted no tiene como mira dirigirse principalmente a la mente sino al corazón. ¿Cuáles, entonces, son las cosas que usted quiere infundir en su corazón para hacerlo cristiano sólido, maduro?—Heb. 6:1-3.
19. (a) Nombre algunas de las cosas muy vitales que usted tendrá presentes para inculcarlas en el corazón de su estudiante. (b) ¿Cómo debería llegar a considerar él a Dios?
19 Usted querrá examinar constantemente y mantener siempre presentes los siguientes puntos vitales, y queda de usted trabajar duro para ayudar a aquel con quien está estudiando a discernirlos: ¿Está su estudiante llegando a conocer a Jehová, es decir, entiende él por qué Jehová está haciendo que las buenas nuevas les sean llevadas a él y a otros? ¿Entiende por qué Dios ha permitido que continúe la iniquidad por un tiempo y por qué no obra de acuerdo con el deseo humano, para exterminarla inmediatamente? ¿Ve claramente la cuestión de la soberanía de Jehová, y la bondad amorosa de Dios al permitir que se tome tiempo para zanjar la cuestión? ¿Ve él que las cosas que están sucediendo en la Tierra lastiman a Dios mucho más que lo que nos lastiman a nosotros? ¿que Dios, aunque puede ponerle fin a las cosas malas, se restringe por el propio beneficio de la humanidad? (Compare con Génesis 6:3, 5-7.) ¿Discierne que todas las cualidades buenas que poseemos a cierto grado, Dios las posee a un grado mucho mayor... amor, aprecio, sentimiento, consideración, misericordia, paciencia? ¿Considera él a Dios como un amigo allegado, como uno que está anuente a hacer lo que es bueno para él? Tiene que llegar a conocer a Dios como Apreciador de los que le sirven aun en el servicio más pequeño que rinden de corazón. El que agrada a Dios tiene que creer que él es el Remunerador de los que le buscan. (Heb. 11:6) Él es esa clase de Dios. Todos los que tienen el verdadero espíritu del evangelizador saben que esto es cierto, y por eso se esfuerzan por infundir en otros este mismo deseo de amarlo y servirle por sus cualidades incomparables.—Éxo. 34:6, 7; Sal. 145:8-21.
20, 21. (a) ¿Qué queremos que obtengan nuestros estudiantes de la Biblia? (b) ¿Cómo podemos ayudarlos a desarrollar una relación personal con Dios, en vez de considerarnos a nosotros como su maestro?
20 Por eso, cuando enseñe y entrene a los que aceptan las buenas nuevas, siempre debe mantener estas cosas en primer lugar en la mente, y constantemente estar inculcándolas en el corazón de sus oyentes. Usted quiere que ellos obtengan madurez, lo cual incluye la habilidad para discernir tanto lo correcto como lo incorrecto. (Heb. 5:14) Cualquier cosa que les enseñe, cualquier punto que aprendan, relaciónelo con el amor, misericordia, compasión y otras cualidades de Jehová. Dirija su pensar de modo que lleguen a ver que Jehová es el que se interesa en ellos, que él es el que los está ayudando, y que todo lo que aprenden proviene de esa gran Fuente, y debido a que él los considera.
21 Guíe a sus estudiantes de tal modo que lleguen a saber que pueden tener una relación personal con Dios. No es doctrina impersonal la que están aprendiendo, tampoco se debe a la propia inteligencia o benignidad de ellos que pueden entender. Es el interés de Dios en la humanidad lo que ha hecho posible que disciernan las buenas nuevas. Muéstreles qué favor divino es que Dios haya creído conveniente permitirles ver y entender; sin la operación de Su espíritu las buenas nuevas jamás se les habrían hecho entendibles a ellos. Los sabios de este mundo son sumamente inteligentes, pero no pueden entender las buenas nuevas. (Mat. 11:25; 1 Cor. 1:19-21) Hágales saber que usted solo es un instrumento para llamar cosas a su atención. Jehová es el Grandioso Instructor de su pueblo.—Isa. 30:20; 54:13.
22. ¿Cómo podemos equipar a nuestro estudiante para la persecución que arrostrará?
22 Cuando está enseñando y entrenando a una persona recién interesada, usted se da cuenta de que ésta va a encontrar oposición, aun persecución. Prepárelo para eso, y muéstrele por qué viene la persecución, y por qué la permite Dios. Ayúdele a entender textos bíblicos que muestran que los que reciben persecución son altamente favorecidos. Es una prueba de que el espíritu de Dios está sobre uno. No es algo por lo cual sentirse avergonzado o abatido, sino, más bien, algo por lo cual debería saltar de gozo. (Mat. 5:11, 12; Fili. 1:27, 28; 2 Tim. 1:8; Sant. 1:2, 12; 1 Ped. 4:12-14) Fortalézcalo contra posible oposición de familia o amigos con las palabras de Jesús en Marcos 10:29, 30. Usted puede estimularlo a aguantar con fidelidad con la esperanza de que con el tiempo pueda traer salvación a los que están cerca de él y le son amados.
23. ¿Qué cosa importante no debemos pasar por alto antes de animar a los estudiantes de la Biblia a participar con nosotros en el servicio del campo, y cómo podemos tratar este asunto?
23 Puesto que el espíritu del evangelizador incluye entrenamiento, nosotros, al hacer discípulos para que sean como su Amo Jesucristo, tenemos que encargarnos de que llenen los requisitos para llegar a ser predicadores de las buenas nuevas. Las personas no deben ser invitadas a participar con los miembros de la congregación a predicar antes que limpien plenamente su vida a fin de llenar los requisitos. Es preciso que entiendan que todos los que llevan los vasos de Jehová tienen que estar limpios. (Isa. 52:11; 2 Cor. 7:1) Tienen que discernir que el tener la “marca” de la personalidad cristiana es lo que le agrada a Dios e impide que se acarreen la cólera de él.—Eze. 9:4-6; Efe. 4:23, 24.
24, 25. (a) ¿Cuál es la única clase de personas que Dios quiere que le sirvan? (b) ¿Podemos exigir que un estudiante de la Biblia deje inmediatamente todos sus malos hábitos y prácticas, o qué?
24 Dios quiere personas que le sirvan que sean cristianas en todos los sentidos. Él no se interesa en cantidad, en simplemente tener una gran cantidad de predicadores de las buenas nuevas. Pero él está sacando de este sistema de cosas corrompido a los que se limpian. Su espíritu, que él pone en los que lo obedecen, es una fuerza para limpieza. Si un individuo sigue algún derrotero inmundo, se opone al propósito con el cual Dios envía su espíritu, y ese espíritu no lo apoyará.—1 Tes. 4:7, 8.
25 De modo que es prudente implantar estos principios del modo de vivir correcto en el corazón de las personas interesadas desde el principio. Por supuesto, no se puede esperar que limpien su vida inmediatamente, pero a usted le toca esforzarse constantemente hacia esa meta si tiene el verdadero espíritu del evangelizador. Esto se puede hacer con bondad y prudencia y sin entremeterse indebidamente en la vida de ellos. El propósito de usted es conocer a su estudiante y ayudarle en lo que necesite ayuda. Entonces usted puede llevarlo consigo, entrenándolo para participar en proclamar las buenas nuevas.
26. ¿Qué es esencial antes de animar a un nuevo a bautizarse?
26 De modo similar, no debe animar al individuo a bautizarse hasta que usted sepa que él realmente ha limpiado su vida y ha vivido en esta condición limpia lo suficiente para indicar que no volverá a malos hábitos y prácticas anteriores.
27. ¿Cuáles son los galardones por tener el espíritu del evangelizador?
27 El espíritu del evangelizador es un espíritu que produce la mayor felicidad. No hay mayor gozo ahora que el poder sostener el nombre de Jehová en un mundo impío, y traer luz y esperanza a otros. Y luego, cuando usted ve que aquellos a quienes está ayudando están llegando a conocer y apreciar a Jehová y Jesucristo y lo que ellos han hecho, aumenta su gozo. El espíritu del evangelizador suprime el espíritu de celos o envidia. Se regocija en el progreso espiritual de otros, particularmente de aquellos a quienes usted está ayudando. En cuanto a esto usted se siente como el apóstol Pablo deseaba que se sintiera Timoteo: “Las cosas que oíste de mí con el apoyo de muchos testigos, estas cosas encárgaselas a hombres fieles, quienes, a su vez, estarán adecuadamente capacitados para enseñar a otros.”—2 Tim. 2:2; 1 Cor. 10:24.
28. Si a usted le parece que le falta algo del espíritu del evangelizador, ¿qué puede hacer para obtenerlo o aumentarlo?
28 Por consiguiente, todos los siervos verdaderos de Jehová desean cultivar el espíritu del evangelizador en ellos mismos y en otros. Si usted desea intensificar este espíritu dentro de usted mismo, asóciese estrechamente con los que tienen esta actitud excelente, y obtenga la ayuda de los ancianos en la congregación. Ellos tendrán gusto en ayudarle, porque saben que esto glorifica a Dios y obra para la salvación de ellos mismos y de aquellos a quienes ayudan.—1 Tim. 4:16.
[Ilustración de la página 624]
Felipe tenía el espíritu del evangelizador . . .
[Ilustración de la página 625]
. . . ¿Lo tiene usted?