Una base sólida para confianza
1. ¿Cuál es la situación del pueblo de Jehová en cuanto a conexiones con este mundo?
LOS que han llegado a ser siervos dedicados y bautizados de Dios han encomendado sus almas a él. Todo lo que tienen, todo lo que son o serán, está en las manos de Dios... su presente, su futuro, su vida entera y su esperanza de vida en el nuevo sistema de cosas de Dios por venir. De hecho, han “quemado sus naves,” renunciando a todo “arriendo” o esperanza que hayan tenido en el sistema de este mundo ahora o lo que éste efectúe en los días futuros.
2. ¿Cuál era el pensar de Pablo, aunque fue escarnecido por el mundo y también por algunos que afirmaban ser “hermanos”?
2 Acerca de esto, un apóstol del Señor Jesucristo dijo, a pesar del hecho de que entonces estaba en prisión, y de que el escarnio y la oposición habían hecho que algunos de sus llamados “hermanos” cristianos se apartaran de él: “También estoy sufriendo estas cosas, pero no me avergüenzo. Porque conozco al que he creído, y tengo confianza de que él puede guardar lo que he depositado a su cuidado hasta aquel día.”—2 Tim. 1:12.
3. ¿Qué confianza pueden tener los cristianos en cuanto a la venida del “día” de Jehová y entrar ellos en el “descanso” de Dios?
3 “Aquel día” es el día que los cristianos han esperado universalmente, cuando Dios limpiará la Tierra y hará que se efectúe su voluntad “como en el cielo, también sobre la tierra.” (Mat. 6:10) Tenemos la palabra de Dios sobre esto. Este tiempo ciertamente será de alivio, o descanso, para la humanidad. ¿Qué confianza podemos tener en que disfrutaremos de él? La más firme, pues la Biblia nos dice que “descansó Dios en el séptimo día de todas sus obras,” y él promete a los obedientes que pueden entrar en su descanso. (Gén. 2:2; Heb. 4:1, 4, 9) ¿Realmente creemos esa promesa?
4. ¿Qué oportunidad fue puesta ante los israelitas cuando éstos salieron de Egipto, pero cómo consideraron la palabra de Dios acerca de ello?
4 Los israelitas, al ser librados de la esclavitud en Egipto, tuvieron la promesa de entrar en el descanso de Dios, y de tener, durante toda su vida en la Tierra Prometida, un hermoso descanso de la esclavitud y opresión anterior. Disfrutarían de la vida en una parte de la Tierra que Dios había conservado como un jardín semejante a un paraíso. (Deu. 11:11, 12; Gén. 13:10) Pero la mayoría demostró una seria falta de fe en la palabra de Dios a ellos. Expresaron esta incredulidad al grado de querer regresar a Egipto. Consideraban aquella palabra o promesa de Dios como algo ya no vivo, una promesa muerta, como algo débil, que no podía efectuarse hasta quedar completo.
LO SEGURO DE LA PALABRA DE DIOS
5, 6. (a) ¿Qué prueba que la palabra de Dios a Israel no era débil? (b) ¿Por qué podemos tener plena confianza en la palabra de Dios hoy día, en cuanto a entrar nosotros en su “descanso”?
5 Fue en relación con esto que el apóstol Pablo escribió las palabras muy conocidas que están registradas en Hebreos 4:12: “La palabra de Dios es viva y ejerce poder y es más aguda que toda espada de dos filos y penetra hasta dividir alma y espíritu, y coyunturas y su tuétano, y puede discernir pensamientos e intenciones del corazón.”
6 Esa palabra o promesa a Israel no estaba muerta ni era débil. De hecho, los pocos que ejercieron fe sí entraron en aquel “descanso” terrestre en la Tierra Prometida. (Núm. 14:5-9, 30; Jos. 14:6-10) De modo similar hoy día, tenemos la preciosa promesa de Dios concerniente a la vida en un nuevo sistema de justicia. Hemos oído su “palabra” de que la generación que vive en este “tiempo del fin” será la generación que experimentará la “grande tribulación.” (Mat. 24:34) Hemos oído su palabra de promesa de que podemos entrar en su “descanso” ahora, por fe, y que una grande muchedumbre de sus siervos pasará con vida a través de esa tribulación y entrará en el nuevo orden que sigue. (Rev. 7:9-14) Esa “palabra” está viva y tiene poder para efectuar todo lo que Jehová se ha propuesto; no fallará. (Isa. 55:10, 11) ¿Por qué no? Dios, que dio esa palabra, está vivo y constantemente está encargándose de la realización de los detalles que hacen que se cumpla su palabra. No está dormido ni se ha olvidado de ningún detalle de esa “palabra,” como pueden hacerlo los hombres. (Núm. 23:19) ¿Por qué se puede decir esto con plena confianza?
7, 8. (a) Mencione algunas cosas que nos suministran seguridad adicional en cuanto a lo segura de la palabra de Dios. (b) ¿Qué dijo Pedro en cuanto a lo segura de ésta en su día?
7 Bueno, ¿no tenemos evidencia positiva? Podemos señalar a centenares de pruebas. Las Escrituras así como la historia están llenas de casos en los cuales la palabra de Dios se llevó a cabo.a ¿Y no ha tenido el creer en esta palabra y aplicarla en nuestra vida, este apoyar nuestra esperanza en las provisiones de Dios y nuestra fe en su promesa, buen efecto en nuestra vida, de modo que nos ha hecho felices? ¿Qué expectativa tendríamos si abandonáramos esta palabra y aceptáramos el mundo?—Mat. 16:25, 26.
8 En cuanto a prueba de la confiabilidad de la palabra de Dios, esta mismísima cosa que estamos considerando —que algunos cristianos profesos podrían perder la fe— fue predicha por Jesús, Pablo y Pedro. Vemos esta apostasía claramente en los sistemas religiosos de la cristiandad. (Mat. 13:38, 39; Hech. 20:29, 30; 2 Tes. 2:3; 2 Ped. 2:1-3) Pedro también indicó a los cristianos de su día que él y sus colaboradores no estaban siguiendo cuentos artificiosamente tramados, sino siguiendo relatos de testigos oculares, y que aun entonces ellos, los cristianos del primer siglo, tenían más que simplemente las profecías. Tenían “la palabra profética hecha más segura” ante sus propios ojos por ser testigos presenciales de cumplimientos efectivos.—2 Ped. 1:16-19.
9. ¿Por qué es tan importante para nosotros como lo fue para los apóstoles el concentrarnos en la Palabra profética de Dios?
9 ¡Cuánta más evidencia tenemos hoy, diecinueve siglos después! Pedro concluyó: “Ustedes hacen bien en prestarle atención [a la palabra profética] como a una lámpara que resplandece en un lugar oscuro, hasta que amanezca el día y el lucero se levante, en sus corazones.” (2 Ped. 1:19) Más que nunca antes la palabra de Dios merece que le demos una atención más detenida, con el corazón concentrado. Pues ¿no observamos, tal como Dios declaró en su palabra profética, las dificultades que sufre ahora el mundo? ¿Y no vemos la expansión de las buenas nuevas por toda la Tierra, de modo que millones de personas se reúnen para formar la “grande muchedumbre” de sobrevivientes de la “grande tribulación”?
EJERZA CUIDADO Y MANTENGA UN PUNTO DE VISTA EQUILIBRADO
10. (a) ¿Qué revela la palabra de Dios acerca de nosotros? (b) ¿Qué preguntas podemos hacernos con relación a esto?
10 La palabra, o mensaje, de Jehová es palabra verídica cuando dice que entramos en el descanso de Dios ahora y permanecemos en él a través de la “grande tribulación,” después de lo cual el reinado de mil años de Cristo transformará la Tierra en un jardín paradisíaco. La palabra de Dios realmente es ‘aguda como una espada de dos filos.’ Mostrará lo que realmente somos, revelando qué pensamientos tenemos y cuáles son las intenciones de nuestro corazón. ¿Estamos sirviendo a Jehová Dios porque lo amamos, confiamos en él y tenemos confianza plena en lo que dice, o estamos ‘cansándonos en el bien hacer,’ esperando que cierta fecha principalmente nos traiga alivio a nosotros, mientras mostramos poco interés en la vida de otras personas? (Gál. 6:9, Moderna) ¿Apreciamos todas las cosas buenas que hemos tenido de Jehová y de asociarnos con su pueblo? ¿No nos han ayudado en nuestra vida de familia las cosas que hemos aprendido? ¿No amamos a los muchos amigos genuinos que hemos conseguido ahora como resultado de conocer la verdad?—Mar. 10:29, 30.
11. ¿Qué equivocación pueden haber cometido algunas personas en cuanto a su derrotero cristiano?
11 Puede ser que algunos que han estado sirviendo a Dios hayan planeado sus vidas en armonía con un punto de vista equivocado de precisamente lo que habría de suceder en cierta fecha o en cierto año. Es posible que, por esta razón, hayan postergado o desatendido cosas que de otra manera habrían atendido. Pero no han caído en la cuenta del objeto de las advertencias de la Biblia en cuanto al fin de este sistema de cosas, al pensar que la cronología bíblica revela la fecha específica.
12, 13. ¿Qué no quiso decir Jesús por sus palabras registradas en Lucas 21:34-36?
12 ¿Qué muestran las propias palabras de Jesús tocante a la actitud apropiada en cuanto al fin?... ¿esperar una fecha, o qué? Él dijo: “Presten atención a ustedes mismos para que sus corazones nunca lleguen a estar cargados debido a comer con exceso y beber con exceso y por las inquietudes de la vida, y de repente esté aquel día sobre ustedes instantáneamente como un lazo. Porque vendrá sobre todos los que moran sobre la haz de toda la tierra. Manténganse despiertos, pues, en todo tiempo haciendo ruego para que logren escapar de todas estas cosas que están destinadas a suceder, y estar en pie delante del Hijo del hombre.”—Luc. 21:34-36.
13 ¿Quiso decir Jesús que deberíamos ajustar nuestros asuntos financieros y seglares a fin de que nuestros recursos simplemente nos llevasen hasta cierta fecha que pensáramos que hubiera de marcar el fin? Si nuestra casa está experimentando grave deterioro, ¿deberíamos dejarla así, suponiendo que solo la necesitaríamos unos meses más? O, si alguien de la familia posiblemente necesita atención médica especial, ¿deberíamos decir: ‘Bueno, vamos a postergarlo porque está muy cerca el tiempo en que este sistema de cosas terminará’? Esa no es la clase de pensar que aconsejó Jesús.
14. (a) Cuando Jesús y los apóstoles hablaron en cuanto al tiempo del fin, ¿qué actitud estaban recomendando para nosotros? (b) ¿Significa el hecho de que el fin se acerca que los cristianos tienen que efectuar grandes cambios en su modo de vivir, o qué?
14 Entonces ¿qué quisieron decir Jesús y los apóstoles cuando hablaron de estar alerta en cuanto a las señales del fin, o en cuanto a ‘esperar y tener muy presente la presencia del día de Jehová’? Quisieron decir que tuviéramos absoluta confianza en que el día no vendrá ni un momento más tarde de lo que Jehová se propone. Pedro dijo que esto debería impelernos a “actos santos de conducta y hechos de devoción piadosa,” mientras vigilamos que vivamos en armonía con los principios bíblicos y que estemos ocupados en la proclamación del mensaje del Reino y convenciendo a la gente de la urgencia de dirigirse a Dios. (2 Ped. 3:11, 12) Todos podemos efectuar mejoras en la adoración que damos a Dios, y asegurarnos una relación más estrecha con él. Quizás hasta este tiempo hemos hecho lo mejor que podemos, y hemos ido mejorando al avanzar. ¿Significa entonces para nosotros el hecho de que el fin esté muy cerca que debemos efectuar cambios grandes en nuestro modo de vivir y servir a Dios? No necesariamente. Sin embargo, pudiera haber importantes mejoras que bíblicamente nos fuera necesario efectuar. También, si en nuestra vida hay zonas en las cuales podemos ‘comprar’ tiempo de actividades vanas de este sistema deberíamos hacerlo. De esta manera, muchos han continuado recibiendo el gozo del servicio de “precursor” de tiempo cabal a través de los años. Todos podemos hacer un examen para ver lo que podemos hacer.—Efe. 5:15, 16.
15. Si alguien hubiera regulado su vida con el punto de vista de que el fin vendría en cierta fecha, ¿qué debería hacer ahora?
15 Pero no es aconsejable que pongamos nuestras miras en cierta fecha, desatendiendo las cosas cotidianas que ordinariamente atenderíamos como cristianos, cosas que nosotros y nuestras familias realmente necesitamos. Quizás nos estemos olvidando de que, cuando el “día” venga, no cambiará el principio de que los cristianos tienen que cuidar a todo tiempo de todas sus responsabilidades. Si alguien ha resultado desilusionado por no haber seguido este modo de pensar, debe concentrarse ahora en ajustar su punto de vista, al ver que no fue la palabra de Dios la que le falló o lo engañó y le trajo desilusión, sino que su propio entendimiento se basó en premisas incorrectas.
16. Si con toda sinceridad usted ha contado fuertemente con cierta fecha, ¿qué consuelo puede hallar en esa situación?
16 Sin embargo, digamos que usted es una persona que contó fuertemente con una fecha, y, loablemente, puso su atención más estrictamente en la urgencia de los tiempos y la necesidad de que la gente oyera. Y digamos que usted ahora, temporalmente, se siente algo desilusionado; ¿ha salido usted perdiendo, realmente? ¿Se le ha perjudicado, realmente? Creemos que usted puede decir que ha ganado y se ha beneficiado por haber emprendido este derrotero concienzudo. También, ha podido obtener un punto de vista realmente maduro, más razonable.—Efe. 5:1-17.
17. ¿Cómo sabemos que no se nos dará, con anticipación, la fecha exacta de la “venida” de Cristo para juicio?
17 Las Escrituras repetidas veces nos dicen que el fin le vendrá como sorpresa completa al mundo. El apóstol habló de esto, diciendo: “Ustedes mismos saben bastante bien que el día de Jehová [para juicio] viene exactamente como ladrón en la noche.” (1 Tes. 5:2) A fin de que los cristianos verdaderos no fueran ‘alcanzados como ladrones,’ Jesús dijo aun a sus discípulos en aquel tiempo, y a nosotros hoy día: “Manténganse alerta, pues, porque no saben en qué día viene su Señor.” Después de eso dijo: “Demuestren estar listos, porque a una hora que no piensan que es, viene el Hijo del hombre.” (Mat. 24:42-44) Estas declaraciones francas de Jesús indican que los siervos de Dios jamás recibirán la fecha de la “venida” de Cristo para juicio hasta que esto realmente se realice. De hecho, vendrá en lo que les parecerá un tiempo ‘improbable’ para ello.—Luc. 12:39, 40.
NO SE ENGAÑE POR LA ‘SUPERVIVENCIA’ DE LAS NACIONES A TRAVÉS DE CRISIS
18. ¿Por qué no debemos pensar que todas las naciones, en todas partes, hayan de llegar a una condición que raye en la inanición antes de que estalle la “grande tribulación”?
18 Sin embargo, note de qué advirtió Jesús en realidad. Sus palabras no indican que, a medida que la “grande tribulación” vaya acercándose, la situación mundial haya de llegar a tal punto que todo el mundo, en todas partes, haya de estar en una condición que raye en la inanición. De lo contrario, ¿cómo podría haber peligro de que los discípulos de Jesús llegaran a estar “cargados debido a comer con exceso y beber con exceso” en ese tiempo? Recuerde, también, que Jesús usó como ejemplos las condiciones que regían en el día de Noé antes del diluvio y en el día de Lot antes de la destrucción de Sodoma y Gomorra. Él mostró que en aquel tiempo había una apariencia de normalidad en el modo en que vivía la gente. Estaban ‘comiendo, bebiendo, casándose, dándose en matrimonio, comprando, vendiendo, plantando y edificando,’ hasta el día en que súbitamente estalló sobre ellos la destrucción.—Luc. 17:26-30.
19. ¿Qué tendremos presente, aunque las naciones puedan “remendar” las cosas y mantenerlas en función?
19 De modo que no esperaremos ver a los sistemas de este mundo funcionando con progresiva dificultad hasta casi detenerse o alcanzar una condición de derrumbe virtual como preludio necesario a la “grande tribulación.” No nos engañará el que estos sistemas aparentemente se ‘recobren’ de crisis severas, como si esa recuperación aparente ejerciera un efecto postergador en la llegada del día de juicio de Dios. No empezaremos a ‘reedificar’ con el mundo, como si este sistema fuera a continuar indefinidamente. Las palabras inspiradas del apóstol Pablo en 1 Tesalonicenses 5:3 muestran que los hombres de este mundo realmente estarán proclamando: “¡Paz y seguridad!” precisamente antes de que ‘destrucción repentina les sobrevenga instantáneamente como el dolor de angustia a la mujer encinta,’ y se les corte toda posibilidad de escape.
20, 21. (a) ¿Qué queremos evitar al comer y beber, edificar, etcétera, como sucedió antes del Diluvio? (b) ¿Qué advertencia nos dan las palabras del apóstol Pablo en 1 Tesalonicenses 5:4-6 en cuanto a escapar del peligro inminente de aquel “día”? (c) ¿Cómo muestra Pablo, en Romanos 13:11-14, lo que significa estar despierto?
20 No hay nada malo en comer y beber ni en casarse o criar una familia, comprar, vender, plantar ni edificar. Pero lo que es malo es actuar como actuó la gente de los días de Noé y Lot... dejar que estas cosas nos envuelvan o nos monopolicen de tal manera que perdamos de vista los propósitos de Dios y sus normas justas y pongamos las cosas carnales en primer lugar en nuestra vida. El proceder así es dormirse espiritualmente. Contrario a ese proceder, el apóstol Pablo dice: “Pero ustedes, hermanos, ustedes no están en oscuridad, para que aquel día los alcance como alcanzaría a ladrones, porque todos ustedes son hijos de luz e hijos del día. Nosotros no pertenecemos ni a la noche ni a la oscuridad. Pues bien, entonces, no sigamos durmiendo como los demás, sino quedémonos despiertos y mantengamos nuestro juicio.”—1 Tes. 5:4-6.
21 Mostrando lo que significa estar despierto y probar que somos “hijos del día” más bien que de la oscuridad, Pablo dice en Romanos 13:11-14: “Ustedes conocen el tiempo oportuno, que ya es hora de que ustedes despierten del sueño, porque ahora está más cerca nuestra salvación que al tiempo en que nos hicimos creyentes. La noche está muy avanzada; el día se ha acercado. Por lo tanto, quitémonos las obras que pertenecen a la oscuridad y vistámonos las armas de la luz. Como de día andemos decentemente, no en diversiones estrepitosas y borracheras, no en coito ilícito y conducta relajada, no en contienda y celos. Antes bien, vístanse del Señor Jesucristo, y no estén haciendo planes con anticipación para los deseos de la carne.”
22. ¿Debería resultar en que aflojáramos nuestra vigilancia el hecho de que no sepamos cuándo vendrá el “día”?
22 Claramente, pues, el hecho de que no sepamos exactamente cuándo estallará la “grande tribulación” ni cuándo comenzará el reinado de mil años del Hijo de Dios no disminuye la necesidad de estar alerta hoy día. Aumenta y realza mucho la necesidad de que estemos despiertos, alerta, listos. Si supiéramos el tiempo exacto podríamos sentirnos tentados a aflojar el paso y pensar que a medida que se fuera acercando aquel tiempo podríamos empezar a prepararnos para él. Pero el no saberlo exige que estemos listos en todo momento. La entera sustancia de la Palabra de Dios, la Biblia, y en particular el consejo de su Hijo, tiene ese sentido.
23. ¿Qué proceder dice Pablo que sigamos mientras esperamos aquel “día”?
23 Por lo tanto, a nosotros aplica enérgicamente el consejo del apóstol, cuando dice: “Por lo tanto sigan consolándose los unos a los otros y edificándose los unos a los otros, así como de hecho lo están haciendo.” (1 Tes. 5:11) Usaremos toda oportunidad para ayudar, no solo a nuestros hermanos, sino también a los de fuera de la congregación, a emprender el derrotero que hará que puedan ‘lograr escapar de todas estas cosas que están destinadas a suceder.’ (Luc. 21:36) Como padres, nos esforzaremos por poner un ejemplo excelente de aprecio y vigilancia espiritual para nuestros hijos a fin de que ellos también permanezcan despiertos y alerta con nosotros.
AVANZANDO CON MAYOR CONFIANZA
24. En cuanto a la proximidad del fin, ¿qué valor tiene para nosotros la cronología?
24 La cronología de la Biblia no está allí sin buen propósito. Esa cronología indica que nos encontramos en la terminación de seis mil años de historia humana. Este hecho cronológico, aunque no revela cuándo comenzará el día del juicio adverso de Dios contra este inicuo sistema de cosas, sí agrega una razón más a las muchas, muchas otras razones que ya tenemos para confiar en que el tiempo que queda es muy corto. Suministra apoyo adicional a estas razones como base para tener fuerte confianza en la palabra de Dios, que es viva y poderosa y que nos incitará a proseguir hasta un justo nuevo orden.
25. Teniendo una base sólida para confianza, por lo tanto, ¿qué actitud adoptaremos?
25 En vista de esto, pues, por amor a Dios, por amor a su Hijo, por amor a la verdad y la justicia, sí, por amor a la vida misma... mantengámonos despiertos, mostrémonos espiritualmente vivos y activos, hoy y todos los días, y lograremos escapar de todas estas cosas que están destinadas a suceder. Jehová Dios, el Dios de la verdad, nos ha dado su “palabra” solemne, y “ninguno que cifre su fe en él será desilusionado.” (Rom. 10:11) Que Él y su Hijo lo bendigan abundantemente a usted, y que usted continúe sirviendo fielmente, tanto ahora como en todo el tiempo futuro.
[Nota]
a Vea el libro “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa,” páginas 343-346, publicado por la Sociedad Watchtower Bible and Tract, Brooklyn, N.Y. (1968) Allí se alistan veintenas de cumplimientos históricos de las profecías de Dios.