Oportunidad terrestre hecha accesible por la resurrección
1. ¿Cuándo tendrá lugar la resurrección de los muertos terrestres, y por qué tendrán que hacerse preparativos para ésta?
LA RESURRECCIÓN de los muertos terrestres del mar y del Hades o Sheol comenzará después de la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” y después que sean atados y restringidos Satanás el Diablo y sus demonios en el abismo por mil años. En ese tiempo el “cielo anterior y la tierra anterior” habrán huido y habrán sido reemplazados del todo por un “nuevo cielo y una nueva tierra.” (Rev. 20:1-3, 11-15; 21:1) Ciertamente se necesitará el hacer preparativos para el regreso de tales muertos, puesto que esto significará un aumento constante en la población de la Tierra, como en el caso de alimentar a la hija resucitada de Jairo.—Luc. 8:55.
2. (a) Después de preparación debida, ¿a quiénes entregarán el mar y el Hades o Sheol? (b) ¿A quiénes incluirán los “justos”?
2 Cuando se hayan hecho los preparativos apropiados, el Rey Jesucristo hará que el mar y el Hades o Sheol comiencen a entregar la gente muerta que está en ellos. Esto incluirá a los buenos y a los malos, como dijo el apóstol Pablo al gobernador romano Félix en el tribunal. (Hech. 24:15) Habrá la “resurrección de los justos,” y sin duda a tales justos se les dará consideración más temprana, especialmente a los que pertenecen a la “nube de testigos” precristiana desde Juan el Bautista hasta el justo Abel. Esto incluirá también a cualesquiera de las “otras ovejas” del día moderno que hayan muerto en justicia antes de la batalla del Armagedón. (Luc. 14:14; Heb. 11:4-40; 12:1; Juan 10:16) Esta resurrección no se limitará, como creen algunos judíos ortodoxos, a su Tierra Santa, la tierra de Palestina. Esta sola no será la “tierra de los vivos,” sino que toda la Tierra llegará a ser la tierra de los vivos bajo el reino mesiánico de Dios. Al debido tiempo también habrá la resurrección de los injustos, que el Hades y el mar entregarán y a muchos de los cuales identifica la Biblia.
3. ¿Por qué no solo los injustos sino también los justos sacarán provecho de tener una resurrección sobre la Tierra?
3 No solo los injustos sino también los justos sacarán provecho de recibir la resurrección para tener una oportunidad de vivir en la Tierra bajo el reino celestial todopoderoso, perfecto, del Hijo amado de Dios, Jesucristo, el Redentor de ellos. Como nos asegura Isaías 26:9, 19: “Cuando hay juicios procedentes de ti para la tierra, justicia es lo que ciertamente aprenderán los habitantes de la tierra productiva. Tus muertos vivirán. Mi cadáver—lo levantarán. ¡Despierten y clamen gozosamente, residentes en el polvo! Porque su rocío es como el rocío de malvas, y la tierra misma dejará que hasta los impotentes en la muerte nazcan.” Aun los “justos” resucitados no serán perfeccionados instantáneamente; y Hebreos 11:39, 40 no se interpreta correctamente con ese significado.
4. ¿Por qué no dejar que la gente permanezca en ignorancia, puesto que los “injustos” tendrán una resurrección así como los justos?
4 Puesto que habrá una resurrección de los injustos así como de los justos (Hech. 24:15), quizás algunos pregunten: ¿Por qué se necesita toda esta predicación del reino de Dios? ¿Por qué no dejar que la gente permanezca en ignorancia, sin ser molestada por el mensaje del Reino, puesto que tendrá una resurrección con una oportunidad para salvación de todos modos? En respuesta tenemos que decir: La predicación del Reino tiene que llevarse a cabo en cumplimiento de profecía de la Biblia. (Joel 2:28-32; Hech. 2:16-21; Mat. 24:14; Mar. 13:10) La profecía de Dios tiene que realizarse.
5. ¿A causa de qué peligro tiene el “vigilante” de Dios que dar advertencia?
5 Además, la advertencia de la ejecución venidera de la venganza de Dios sobre las “cabras” simbólicas tiene que darse antes de que Babilonia la Grande sea destruida y antes de que se pelee la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en el Armagedón, cuando los que no obren a causa de la advertencia sean exterminados eternamente en la “muerte segunda.” Como Jehová Dios le dijo a su vigilante, el profeta Ezequiel: “‘Vivo yo,’ es la declaración del Señor Jehová, ‘que me deleito, no en la muerte del inicuo, sino en que alguien inicuo se vuelva de su camino y realmente siga viviendo. Vuélvanse, vuélvanse de sus caminos malos, ¿por qué deberías morir, oh casa de Israel?’” (Eze. 33:11) De modo que hay peligro de la ejecución, aun de los ignorantes.
6. (a) ¿Hay salvación, o siquiera resurrección, a causa de ignorancia? (b) Desde el ministerio de Jesús en la Tierra, ¿ha querido Dios que la humanidad en todas partes permanezca en ignorancia?
6 En consecuencia, es bíblicamente incorrecto el pensar que hay salvación por medio de la ignorancia. Verdaderamente habrá una resurrección de muchas personas ignorantes, la gran mayoría de la humanidad muerta; pero su ignorancia no es lo que las hace dignas de una resurrección y de la vida eterna. Cuantiosa ignorancia prevaleció a través de la Tierra durante los más de dos mil años antes del ministerio terrestre de Jesucristo en los años 29-33 de nuestra era común, y Dios toleró tal ignorancia de los pueblos y las naciones que no eran la raza escogida de Dios. En prueba de esto el apóstol Pablo dijo a los atenienses ignorantes: “Cierto, Dios ha pasado por alto los tiempos de tal ignorancia, sin embargo ahora le está diciendo a la humanidad que todos en todas partes se arrepientan. Porque ha fijado un día en que se propone juzgar a la tierra habitada con justicia por un varón a quien él ha nombrado, y ha proporcionado a todos los hombres la garantía con haberlo resucitado de entre los muertos.” (Hech. 17:30, 31) El hombre nombrado fue Jesucristo, a quien Dios resucitó en 33 E.C.
7. ¿Habrá ignorancia de parte de los “justos,” y, si la habrá, a qué grado?
7 La ignorancia de los muertos resucitados, justos e injustos, será ignorancia relativa. Aun los justos de la “tan grande nube de testigos” de aquellos cuatro mil años antes de la resurrección de Cristo serán ignorantes en varios respectos. Serán ignorantes de muchas cosas en cuanto al desarrollo del propósito de Dios y de su provisión para salvación por medio de Jesucristo, a quien Dios resucitó y nombró para ser el Juez de los vivos y de los muertos. Aun ellos tendrán que aprender mucho, por lo menos lo que contienen los veintisiete libros de las Escrituras Griegas Cristianas, desde Mateo hasta Revelación. También tendrán que ser probados en cuanto a este conocimiento.
8. ¿Qué tendrá que aprender después de su resurrección aquel malhechor fijado en el madero que obtuvo la promesa del Paraíso de parte de Jesús?
8 Aun el malhechor que fue fijado en el madero junto a Jesús, que al principio se puso a reconvenir a Jesús pero después simpatizó con él, tendrá mucho que aprender. Por lo menos allí en el madero aprendió en cuanto al reino venidero de Jesús y le pidió a Jesús que lo recordara cuando él entrara en ese reino. Pero el malhechor no sabía que éste sería un reino celestial. En cumplimiento de las palabras de Jesús a él: “Verdaderamente te digo hoy: Estarás conmigo en el Paraíso,” ese malhechor tendrá una resurrección a la vida en la Tierra bajo el reinado de Cristo, la Tierra siendo hecha entonces un Paraíso. (Luc. 23:43) No obstante, el malhechor resucitado tendrá mucho que aprender en cuanto al camino de la salvación, y tendrá que andar inteligentemente en ese camino.
9. ¿Por medio de qué habrá salvación, como indica Jesús en Juan 17:3?
9 Por consiguiente la salvación no será por medio de la ignorancia, sino que será por medio del conocimiento. Esa es una de las razones por las que tendrá que haber una resurrección de los muertos, para que aprendan. El conocimiento de la verdad es una de las cosas vitales que se necesitan para la salvación, mientras que la ignorancia es mortífera. En oración a su Padre celestial, Jesucristo dijo en presencia de sus apóstoles fieles: “Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo.”—Juan 17:3.
10. (a) ¿Significará su salvación final la resurrección de la gente terrestre? (b) En todos los casos, ¿por medio de qué es su salvación, y qué se necesita tocante a esto?
10 La resurrección de la gente, los injustos así como los justos, no significará su salvación final. Simplemente les hará accesible una oportunidad para salvación eterna. La salvación de la humanidad en una Tierra paradisíaca en ningún sentido es por medio de la ignorancia. Es por medio del sacrificio de rescate de Jesucristo en todos los casos, y concerniente a este sacrificio de rescate tiene que haber conocimiento acertado. Este conocimiento tiene que darse en plena medida a todos los muertos resucitados, y esto se hará por medio del reino mesiánico de Dios en manos de Jesucristo y sus 144,000 reyes y sacerdotes asociados durante su reinado de mil años.
11. Para que la salvación sea hecha eterna, ¿qué se necesitará de parte de los que sean salvos?
11 Entonces, para que la salvación sea eterna, tiene que haber una aceptación de este sacrificio de rescate. (1 Tim. 2:3-6) Esta tiene que ser seguida de obediencia plena, leal, inmutable, para siempre al ungido Rey de Dios, Jesucristo, y a la soberanía universal eterna de Dios, hasta y a través de la prueba final. (Rev. 20:7-10) Todos los que se rebelen contra este requisito serán destruidos.—Rev. 20:15.
UN SACERDOCIO PARA LA SALVACIÓN HUMANA
12. (a) ¿Qué trabajo de Dios se ha efectuado durante los pasados diecinueve siglos? (b) ¿Cómo habrá de resultar en la bendición de la humanidad en general el logro de esto?
12 Así, bajo el reino de Dios mediante Cristo por mil años, por primera vez habrá conversión mundial. Hasta este reino milenario de Cristo, Jehová Dios nunca ha tratado de lograr la conversión mundial, ni siquiera usando a la cristiandad para tratar de hacerlo. Al contrario, durante estos pasados diecinueve siglos de nuestra era común Dios ha estado tomando de todas las naciones un pueblo para su nombre Jehová. Estos individuos tomados finalmente ascenderán a 144,000 coherederos de Jesucristo todos los cuales serán ‘felices y santos’ al tener parte en la “primera resurrección.” (Hech. 15:14; Rev. 20:4-6) Dado que estos 144,000 serán sacerdotes de Dios y de Cristo y reinarán con Cristo en el cielo por mil años, los demás de la humanidad, vivos y muertos, serán bendecidos por medio de ellos. Jesucristo mismo será el Sumo Sacerdote de Dios.—Heb. 3:1.
13, 14. (a) ¿Quiénes son “los que están debajo de la tierra” mencionados en Filipenses 2:8-11? (b) ¿Cómo serán habilitados a doblar la rodilla y reconocer abiertamente a Cristo como Señor?
13 Solo a causa de incluir una resurrección de los muertos, de los justos y de los injustos, puede haber un cumplimiento de las palabras del apóstol Pablo, en Filipenses 2:8-11, en cuanto a Jesucristo: “Hallándose en figura de hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, sí, muerte en el madero de tormento. Por esta misma razón también Dios lo ensalzó a un puesto superior y bondadosamente le dio el nombre que está por encima de todo otro nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo y de los que están sobre la tierra y de los que están debajo de la tierra, y reconozca abiertamente toda lengua que Jesucristo es Señor para la gloria de Dios el Padre.”
14 Por la expresión de Pablo “los que están debajo de la tierra” se da a entender los muertos que están en Sheol o Hades aguardando una resurrección. Sea que lo hayan sabido antes de la resurrección o no, después sabrán que “Jesucristo es Señor.” Si quieren vida eterna en el justo nuevo sistema de cosas de Dios, entonces tendrán que tratar u obrar para con Jesucristo como Señor, y su lengua tendrá que reconocer abiertamente ese hecho. También, en el nombre de Jesucristo el Señor tendrán que doblar la rodilla en oración y adoración a Dios el Padre celestial.
15. (a) Como Sumo Sacerdote de Dios, ¿qué dio Jesucristo, y para salvar qué vino al mundo? (b) Por consiguiente, ¿de quiénes tiene que haber una resurrección sobre la Tierra, y cómo?
15 Jesucristo, como Sumo Sacerdote de Dios, “se dio a sí mismo como rescate correspondiente por todos.” (1 Tim. 2:5, 6) El propósito de esto lo declara con finura el apóstol Pablo con estas palabras: “Fiel y merecedor de plena aceptación es el dicho de que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a pecadores. De éstos yo soy el más notable.” (1 Tim. 1:15) Por eso habrá una resurrección de pecadores, la cual incluirá a los injustos así como a los que son relativamente justos. El Sumo Sacerdote de Dios, Jesucristo, faltaría mucho en su trabajo sacerdotal si no hiciera algo para provecho de los muertos terrestres. Por eso, con este fin, tiene que haber una resurrección de los pecadores para quienes él murió a fin de suministrar un “rescate correspondiente.” Para levantar a los muertos él usará las “llaves de la muerte y del Hades.” (Rev. 1:17, 18) Así el Hades o Sheol tendrá que entregar los muertos que haya en él. Así será destruido para siempre.
16. Dios decretó que Jesucristo sea el juez de ¿quiénes, y qué requerirá que tenga lugar el llevar a cabo el juicio?
16 El Sumo Sacerdote Jesucristo es “El decretado por Dios para ser juez de vivos y de muertos. De él dan testimonio todos los profetas, que todo el que pone fe en él consigue perdón de pecados por medio de su nombre.” (Hech. 10:42, 43; 17:31; 2 Tim. 4:1) Para que haya un juicio justo de los muertos así como de las personas semejantes a ovejas que vivan a través de la batalla del Armagedón, los muertos tienen que ser resucitados del Hades o Sheol.
17. (a) En el cumplimiento de Revelación 20:11-15, ¿se pronuncia juicio final tan pronto como la gente es resucitada sobre la Tierra? (b) ¿Qué beneficio pleno tienen en mira el Sumo Sacerdote de Dios para los resucitados?
17 Esta necesidad de una resurrección es el punto que Jesús argumenta en Juan 5:28, 29. Sin embargo, en Revelación 20:5, 11-15 Jesucristo nos dio un cuadro profético del día de juicio milenario y de sus resultados finales para con los de la humanidad que no tienen parte en la “primera resurrección.” El Sumo Sacerdote y Juez Jesucristo no pronuncia juicio final sobre los muertos terrestres tan pronto como son resucitados sobre la Tierra o tan pronto como el mar y el Hades o Sheol los entrega. Los humanos resucitados así como los sobrevivientes semejantes a ovejas del Armagedón primero tienen que obtener los beneficios de su reino y de su sacerdocio sacrificatorio durante mil años. El pleno provecho que el Sumo Sacerdote de Dios, Jesucristo, tiene en mira es el limpiar y elevar a todos los anuentes y obedientes a la perfección y a la impecabilidad humanas en una Tierra paradisíaca.
18. ¿Qué podrá hacer el sumo Sacerdote celestial para los que estén en la Tierra que los sacerdotes y sacrificios judíos no pudieron hacer para los adoradores?
18 Como dijo el apóstol Pedro, en las palabras citadas arriba, “todo el que pone fe en él consigue perdón de pecados por medio de su nombre.” Jesucristo, cuando estuvo en la Tierra como hombre perfecto, sanó a los inválidos, a los ciegos y a los sordos, y curó a los enfermos y hasta levantó a los muertos. Durante su reinado milenario como el Sumo Sacerdote celestial, Jesús podrá hacer las mismas cosas. Realmente quitará el pecado de la carne humana y efectuará la perfección humana, algo que todos los sacerdotes judíos y todos los sacrificios animales jamás pudieron hacer bajo la ley de Moisés, ni en el Día de Expiación cada año ni durante todos los 1,545 años que estuvo en vigor el pacto de la ley mosaica entre Jehová Dios y la nación de Israel.—Heb. 10:1-4.
19. Al fin de los mil años, ¿cómo probará la gente si su resurrección habrá sido una “resurrección de vida” o una “resurrección de juicio”?
19 Al terminarse estos mil años de ayuda regia y sacerdotal viene la desatadura de Satanás y sus demonios del abismo, para probar a todos estos habitantes perfeccionados del Paraíso terrestre. Por su conducta bajo esta prueba final, decisiva, se hará la determinación de las dos clases: (a) los que merezcan la destrucción eterna en la “muerte segunda,” y (b) los que sean dignos del don garantizado de vida eterna en la Tierra paradisíaca. De esta manera entonces los que estén bajo prueba mostrarán ellos mismos si su resurrección ha sido una “resurrección de vida” o una “resurrección de juicio” (juicio condenatorio).—Juan 5:28, 29.a
EL PODER DE LA ESPERANZA DE LA RESURRECCIÓN
20. (a) ¿Cómo podemos nosotros los que vivimos hoy en día todavía depender del milagro de la resurrección? (b) ¿Cómo, por lo tanto, deberíamos vivir cada día?
20 El propósito divino de la resurrección de los muertos por medio de Jesucristo será realizado plenamente para alabanza eterna de Jehová. ¡Qué milagro de misericordia divina es la resurrección de los muertos! ¡Cuánto debemos apreciar todos nosotros la provisión amorosa de Dios de la resurrección de los muertos! Aun nosotros, que hoy en día estamos vivos pero que vivimos tan cerca del estallido de la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso,” quizás todavía tengamos que depender del cumplimiento por Dios de la resurrección de los muertos a favor nuestro. Si muriésemos durante este breve intervalo antes de que el Dios Todopoderoso ejecute juicio y destruya a todos los enemigos de Su reino, tendríamos que obtener el beneficio de la resurrección. De otra manera, no habrá ninguna vida futura para nosotros por medio del reinado del reino de Dios mediante Cristo. Cada día, por lo tanto, deberíamos vivir de tal manera que, si la muerte enemiga se apoderara de nosotros por algún medio, no seamos juzgados por Dios como indignos de la resurrección por medio de Cristo.
21, 22. (a) ¿Cómo le ayudaron a Pablo el aprecio y la esperanza de la resurrección que tenía? (b) En Filipenses 3:8-11, ¿cómo mostró Pablo el grado al cual apreciaba la resurrección?
21 El apóstol cristiano Pablo fue una persona que apreció profundamente la provisión de Dios de la resurrección de los muertos. Fue una esperanza que lo sostuvo y lo fortaleció para enfrentarse hasta una muerte de mártir. Especialmente lo estimuló a mantener una buena conciencia para con Dios y para con el hombre, como él mismo lo expresó con estas palabras: “En cuanto a esto, realmente, me ejercito continuamente para tener conciencia de no haber cometido ofensa contra Dios ni contra los hombres.” (Hech. 24:15, 16) Y en expresión del grado al cual apreciaba la resurrección, particularmente la “primera resurrección,” sobre todas las otras cosas, Pablo dijo, cuando escribió desde la prisión:
22 “Considero en verdad también que todas las cosas son pérdida a causa del sobresaliente valor del conocimiento de Cristo Jesús mi Señor. Por motivo de él he sufrido la pérdida de todas las cosas y las considero como un montón de basura, a fin de ganar a Cristo y ser hallado en unión con él, teniendo, no mi propia justicia, que resulta de la ley, sino la que es mediante fe en Cristo, la justicia que proviene de Dios sobre la base de la fe, a fin de conocerle a él y el poder de su resurrección y una participación en sus sufrimientos, sometiéndome a una muerte como la de él, para ver si de algún modo puedo lograr alcanzar la resurrección más temprana de entre los muertos.”—Fili. 3:8-11, NM; Ro.
23. (a) En cuanto a fe en la resurrección, ¿a quiénes hacemos bien en imitar? (b) ¿En qué respectos queremos que la esperanza de la resurrección nos ayude, y por qué damos gracias a Dios?
23 Hacemos bien en imitar al apóstol Pablo. Pero principalmente imitamos al Señor Jesucristo, que también cifró su esperanza en el poder del Dios Todopoderoso para resucitarlo de entre los muertos al tercer día y que ahora a él mismo se le ha confiado el poder de levantar a los muertos durante su reino. Imitando tanto a Jesucristo como a su apóstol, seamos hechos valerosos como ellos por medio de la esperanza de la resurrección. Consuélenos la esperanza de la resurrección concerniente a los que se han dormido en la muerte para quienes está reservado un despertamiento. Estimúlenos la esperanza de la resurrección a continuar haciendo la obra del Señor Dios, aun ante la muerte ahora antes del Armagedón, porque sabemos que, a causa de la resurrección de los muertos, nuestra fiel “labor no es en vano en lo relacionado con el Señor.” ¡Gracias sean dadas al Dios Todopoderoso que nos da la victoria sobre la muerte por medio de nuestro Señor Jesucristo!—1 Cor. 15:57, 58.
[Nota]
a Así se ve que las dos clases mencionadas aquí no son idénticas a las que se mencionan en Hechos 24:15, que son justos o injustos al salir del mar o el Hades.