Evite las preguntas infructuosas
¿HA OBSERVADO usted cuán a menudo puso sobre aviso el apóstol Pablo a los cristianos de guardarse de la especulación y las preguntas infructuosas? A Timoteo le escribió: “Porque habrá un período de tiempo en que no aguantarán la enseñanza sana, sino que, de acuerdo con sus propios deseos, acumularán maestros para sí mismos para regalarse los oídos, y apartarán los oídos de la verdad, por cuanto serán desviados a cuentos falsos.” (2 Tim. 4:3, 4) En su carta a Tito, Pablo amonestó: “Evita los interrogatorios tontos y las genealogías y las contiendas y las peleas por la Ley, porque son infructuosos y vanos.” (Tito 3:9) En otras partes el apóstol advierte a los cristianos que eviten “la filosofía y el engaño vacío,” “habla ociosa,” “discursos vacíos,” “lo que falsamente se llama ‘conocimiento,’” “cuentos falsos,” y “enseñanzas . . . extrañas.”—Col. 2:8; 1 Tim. 1:6; 6:20; 2 Tim. 4:4; Heb. 13:9.
Estas amonestaciones repetidas no estuvieron de más. Ya en el día de Timoteo, Himeneo y Fileto habían descarriado de la fe verdadera a algunos al enseñar que la resurrección ya había acontecido. (2 Tim. 2:17, 18) En los siglos segundo y tercero los gnósticos que profesaban el cristianismo alardeaban diciendo que ellos solos habían sondeado las profundidades del conocimiento. Mediante un proceso de especulación pretendían haber descubierto “cosas profundas” desconocidas del cristiano común. Renuentes a limitarse a la verdad revelada divinamente y afirmando que era imposible llegar a las verdaderas enseñanzas de Cristo, procedieron a introducir filosofías orientales y griegas, bajo la etiqueta de conocimiento superior. Resultaron doctrinas toscas, hechas por el hombre, y muchos fueron desviados a cuentos falsos. La declaración del apóstol Juan resultó correcta: “Todo el que se adelanta y no permanece en la enseñanza del Cristo no tiene a Dios.”—2 Juan 9.
CONOCIMIENTO ABUNDANTE
Hoy, en el paraíso espiritual del que disfrutan los testigos de Jehová, la promesa divina ha resultado cierta: “Muchos correrán de aquí para allá, y el conocimiento verdadero se hará abundante.” (Dan. 12:4) La fuente de este conocimiento verdadero es puesta en claro en la profecía de Isaías, que también se está cumpliendo ahora: “Y debe suceder en la parte final de los días que la montaña de la casa de Jehová llegará a estar firmemente establecida por encima de la cumbre de las montañas, y ciertamente será levantada por encima de los collados; y a ella deben fluir todas las naciones. Y muchos pueblos ciertamente irán y dirán: ‘Vengan, y subamos a la montaña de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y él nos instruirá acerca de sus caminos, y nosotros andaremos en sus senderos.’ Porque de Sion saldrá la ley, y la palabra de Jehová de Jerusalén.”—Isa. 2:2, 3.
Sí, de Jehová Dios, su Palabra y organización viene la instrucción que habilita a los cristianos a andar en Sus senderos, adorando al Padre con espíritu y verdad. (Juan 4:24) “Tu palabra es una lámpara para mi pie, y una luz para mi calzada,” escribió el salmista. (Sal. 119:105) Bajo la iluminación de conocimiento bíblico aumentado “la senda de los justos es como la luz brillante que se está haciendo más y más clara hasta que el día queda firmemente establecido.”—Pro. 4:18.
La abundancia de conocimiento verdadero de Jehová que está disponible hoy, sin embargo, no disminuye la necesidad de observar el consejo inspirado: “Todo dicho de Dios es refinado. Es un escudo a los que se refugian en él. No añadas nada a sus palabras, para que no te reprenda, y para que no se te tenga que probar mentiroso.” (Pro. 30:5, 6) En la Palabra de Dios no hay escoria de especulación ni teoría; todo es oro puro. “Sin embargo,” Pablo amonesta, “la declaración inspirada dice definitivamente que en los períodos de tiempo posteriores algunos se apartarán de la fe, prestando atención a declaraciones inspiradas desviadoras y a enseñanzas de demonios.” (1 Tim. 4:1) Hoy, cuando nos encontramos en el umbral del justo nuevo mundo de Dios, es vital ‘asegurarse de todas las cosas; adherirse tenazmente a lo que es excelente.’ (1 Tes. 5:21) Ahora, exactamente como en el día de Timoteo, cada uno de nosotros tiene que manejar la palabra de la verdad correctamente, evitando los discursos vacíos.—2 Tim. 2:15, 16.
USO INFRUCTUOSO DEL TIEMPO
El manejar la Palabra de verdad de Dios correctamente requiere que discernamos entre las preguntas provechosas y las infructuosas. Naturalmente tenemos preguntas en cuanto al pasado, presente y futuro. En la Biblia Jehová ha provisto respuestas auténticas a las preguntas que apropiadamente nos atañen en este tiempo. A veces la historia seglar puede satisfacernos sobre los detalles que no se dan en la Biblia. Mas hay otras preguntas a las cuales ni la Biblia ni la historia profana proveen una respuesta. No es prudente ni seguro para nosotros especular con respecto a preguntas de esa índole.
Por ejemplo, con toda buena fe uno pudiera preguntar: ¿Qué estuvo haciendo Jehová antes de crear a Jesús, por medio de quien hizo todas las otras cosas? Si Adán y Eva se hubiesen arrepentido, ¿los habría perdonado Dios? ¿Qué les pasó a los cuerpos de los que perecieron en el Diluvio? Los regalos costosos que fueron traídos al bebé Jesús ¿hicieron ricos a José y María por el resto de su vida? ¿Qué hizo Jesús entre los doce y los treinta años de edad además de trabajar en la carpintería? ¿Cómo hubiera redimido Jehová a la raza si Jesús no se hubiese probado fiel? Exactamente, ¿cuánto tiempo duró el viaje de Jesús al cielo? Se podría emplear mucho tiempo conjeturando sobre tales asuntos.
Asimismo es posible emplear tiempo valioso especulando sobre asuntos con respecto al futuro. Uno pudiera preguntar: ¿En qué año comenzará el Armagedón? ¿Recibirán los ángeles fieles inmortalidad con el tiempo? ¿Habrá fábricas y máquinas en uso después del Armagedón? ¿Usarán barba otra vez los hombres? ¿Cuál será el medio de cambio en el nuevo mundo? ¿Participarán en el mandato de procreación las mujeres que ahora han pasado de la edad de dar a luz hijos? Si los padres y los hijos dedicados mueren antes del Armagedón, ¿quién criará a los hijos resucitados, el padre o la madre, dado que los cónyuges resucitados no se volverán a casar? (Luc. 20:35) Estas son preguntas típicas a las cuales Jehová no ha provisto respuestas en este tiempo. ¿Cree usted prudente que los cristianos usen tiempo del estudio bíblico más provechoso en especular sobre las respuestas? Considere los peligros envueltos.
LOS PELIGROS
El evitar las preguntas infructuosas envuelve más que el ahorrar tiempo. Puede salvarle la vida. Por escuchar las especulaciones de Himeneo y Fileto acerca de la resurrección, algunos apostataron de la fe. Al escuchar la teoría favorita de algún individuo acerca de lo que sucedió en el pasado o sucederá en el futuro, usted pudiera entender mal el propósito de Jehová y concluir que ya no querría participar en ese propósito. Uno pudiera hallarse siguiendo la filosofía hecha por el hombre en vez de seguir a Cristo. (Col. 2:8) Y éstos no son los únicos peligros asociados con las preguntas infructuosas.
El cristiano a quien le gusta especular desde la plataforma o en el estudio bíblico de grupo propende a atraer atención indebida a él mismo. Las teorías personales pueden causar división de pensamiento y hasta resultar en disputas con respecto a pequeñeces. A las personas recién asociadas con la congregación de Jehová se les pudiera causar tropiezo por lo que parecería ser falta de amor y de unidad. Al establecer situaciones hipotéticas y luego especular sobre las respuestas a problemas planteados así, ¿no estamos en realidad añadiendo a las palabras de Jehová? En asuntos que envuelven nuestra vida eterna no es prudente juzgar o concluir a causa de indicaciones leves o bases simplemente probables. No podemos adorar a Jehová en espíritu y en verdad si nuestra adoración se basa en especulación. La verdad y la teoría no son sinónimos. Sabiamente, el consejo inspirado de Pablo es: “Si cualquier hombre enseña otra doctrina y no se aviene a palabras saludables, las de nuestro Señor Jesucristo, ni a la enseñanza que armoniza con la devoción piadosa, está hinchado de orgullo, no entendiendo nada, sino estando mentalmente enfermo sobre preguntas y debates acerca de palabras. De estas cosas brotan envidia, contienda, discursos ofensivos, sospechas inicuas, disputas violentas acerca de insignificancias por parte de hombres corrompidos de mente y despojados de la verdad.”—1 Tim. 6:3-5.
OBTENGA CONOCIMIENTO ACERTADO
Exactamente, ¿qué es “la enseñanza que armoniza con la devoción piadosa”? Pablo la identifica en su saludo a Tito: “Pablo, un esclavo de Dios y un apóstol de Jesucristo de acuerdo con la fe de los escogidos de Dios y el conocimiento acertado de la verdad que armoniza con la devoción piadosa sobre la base de una esperanza de la vida eterna que Dios, quien no puede mentir, prometió antes de tiempos de larga duración.” (Tito 1:1, 2) Sí, es el obtener conocimiento acertado de la Palabra de verdad de Jehová y el distribuirla a otros lo que debería ser nuestro interés en estos días antes del Armagedón, en armonía con la carta de Pablo a los cristianos en Filipos, junto con los superintendentes y los siervos ministeriales: “Esto es lo que sigo orando: que el amor de ustedes abunde aun más y más con conocimiento acertado y pleno discernimiento, para que se aseguren de las cosas más importantes, para que no tengan tacha y no estén haciendo tropezar a otros hasta el día de Cristo, y estén llenos de fruto justo que es por medio de Jesucristo, para la gloria y la alabanza de Dios.”—Fili. 1:9-11.
El conocimiento acertado y el pleno discernimiento de los asuntos importantes que son vitales a su salvación son traídos a su atención constantemente por “el esclavo fiel y discreto [de Jehová], a quien su amo asignó sobre sus domésticos, para darles el alimento al debido tiempo.” (Mat. 24:45) Cada número de las revistas La Atalaya y ¡Despertad! contiene rico alimento para su edificación en fe y amor. Además, hay los grupos de estudio bíblico de vecindarios patrocinados por las congregaciones locales de testigos de Jehová, donde se consigue entendimiento del propósito de Dios usando ayudas para el estudio como el libro “Hágase tu voluntad en la Tierra.”
Un uso provechoso del tiempo es la lectura diaria de la Biblia misma, con la mira de leerla de cubierta a cubierta con el tiempo. A medida que surgen preguntas de tal lectura u otro estudio bíblico, usted puede examinar los índices de las publicaciones de la Sociedad para localizar material interpretativo y fundamental en las ayudas para estudio bíblico de la Sociedad. En la parte de atrás de las publicaciones se halla una sección intitulada “Índice de textos.” Al examinar las fuentes alistadas después de los textos citados allí se puede obtener información útil. Para los que saben inglés el Watch Tower Publications Index con su “Subject Index” también es una llave para un sinfín de horas de provechoso estudio bíblico usando las publicaciones de la Watch Tower que se tengan a la mano o en la biblioteca del Salón del Reino local.
Al mantenerse usted al día con la luz en avance de la verdad bíblica, recuerde que su propósito al estudiar es aprender cómo las Escrituras aplican a usted y a su relación personal con Jehová Dios y su reino bajo Cristo. Pregúntese durante los períodos de estudio: “¿He entendido todo lo que se halla en este texto o párrafo? ¿Cómo encaja este versículo o pensamiento en el patrón de la enseñanza sana que ya he aprendido? ¿Entiendo los principios que se enseñan en este texto? ¿He observado su contenido profético? ¿Qué doctrina cristiana enseña? ¿Afecta esta instrucción mis tratos con otros? ¿Cómo?” Observe cualesquier hechos básicos interesantes que se provean. Concentre su atención sobre “digerir” tanto como pueda del “alimento sólido” necesario para su madurez cristiana y victoria en la lucha de la fe.—Heb. 5:14.
Asegurándose de las cosas importantes y edificando su fe en el conocimiento acertado de la Palabra de Dios podrá predicar y enseñar con autoridad, como Jesús lo hizo. (Mat. 7:28, 29) Sus palabras llevarán peso y convicción, habilitándolo a usted a cumplir su deber cristiano de edificar a otros con la verdad y el amor. (Efe. 4:15) El que usted evite especular y las preguntas infructuosas demostrará su mansedumbre y anuencia a esperar el debido tiempo de Jehová para que provea más información sobre cualquier asunto, si es su voluntad. Esto él fácilmente puede hacerlo por medio de esclarecer más nuestro entendimiento de la Biblia, por medio de realizar acontecimientos predichos en ella, o aun por medio de resucitar a los muertos con su conocimiento detallado de los acontecimientos pasados. Al esperarlo a Él y a su organización todos los siervos de Jehová hablarán de acuerdo, estando “aptamente unidos con la misma mente y con la misma forma de pensar,” para alabanza de él y para nuestro bienestar eterno.—1 Cor. 1:10.
Hagamos el uso más sabio de nuestro tiempo, entonces, evitando las preguntas infructuosas y siempre recordando el consejo de Pablo: “Aprendan la regla: ‘No vayas más allá de las cosas que están escritas.’”—1 Cor. 4:6.