Reconociendo el poder del deseo incorrecto
“Pero cada uno es probado por medio de ser atraído e inducido por su propio deseo. Luego el deseo, cuando se ha hecho fértil, da a luz el pecado; enseguida, el pecado, cuando se ha realizado, produce muerte”—Sant. 1:14, 15.
1, 2. ¿Quién fué Acán, y de qué manera fué desobediente?
UNA brillante barra de oro, algo de plata resplandeciente y una prenda de vestir elegante le costaron a un hombre la vida. Sucedió cuando la nación de Israel conquistó a la ciudad de Jericó en el siglo quince a. de J.C. El hombre se llamaba Acán. Era soldado del ejército israelita. El ejército tenía órdenes de destruir todo lo que había en la ciudad. Nada había de ser saqueado salvo el oro, la plata y otros metales que se hallaban allí, pero éstos no habían de convertirse en posesión privada de los soldados. Habían de ingresar al tesoro israelita, que estaba dedicado a Jehová Dios.
2 Remóntese hasta ese tiempo y note lo que está sucediendo mientras se registra de casa en casa la ciudad de Jericó. Acán se halla solo en una casa. Ha encontrado una barra de oro, algo de plata y una hermosa prenda de vestir caldea. Al tocar la prenda de vestir piensa que es una lástima que dicha prenda de vestir fina sea destruída. Mientras más la ve y siente su textura fina, más la quiere para él mismo. Lo mismo sucede respecto al oro y la plata al recogerlos y sentir su peso en las manos. Deja que el deseo de tener estas cosas prohibidas crezca en él. Dado que no es observado en el interior de la casa alumbrada tenuemente se anima a realizar su deseo. No puede imaginarse de qué manera le sería posible a alguien descubrir que él hubiese tomado estas cosas. Jamás serían echadas de menos de la ciudad. Estimulado por este pensamiento, esconde los objetos y los saca de la ciudad condenada y los lleva a su tienda de campaña. En su retiro levanta una esquina de la cubierta del piso, hace un hoyo en el suelo y entierra su botín. Después de volver a poner la cubierta del piso Acán se aleja con un sentimiento de satisfacción. Había realizado su deseo sin que nadie se diera cuenta.
3. ¿Por qué las acciones incorrectas de Acán no pasaron inadvertidas?
3 Acán había acariciado un deseo incorrecto y lo había realizado. Pero a pesar de la confianza que tenía en sí mismo sus hechos no pasaron inadvertidos. Es verdad que ningún ojo humano percibió su hecho desobediente, pero los ojos de Dios sí. Dado que el Dios de Israel no permitiría que la presencia de una persona como ésta corrompiera a su pueblo escogido, él dió a saber a Josué que Israel estaba contaminado a la vista de Él por un hecho de desobediencia y robo voluntariosos. “A su vez Jehová le dijo a Josué: ‘¡Levántate! ¿Por qué estás postrándote sobre tu rostro? Israel ha pecado y también ha traspasado mi pacto que impuse como mandamiento sobre él y también ha tomado algo de la cosa dedicada a la destrucción y también ha robado algo y también lo ha mantenido secreto y también lo ha puesto entre sus propios objetos. Y los hijos de Israel no podrán levantarse contra sus enemigos. La espalda es lo que volverán ante sus enemigos, porque han llegado a ser una cosa dedicada a la destrucción. No resultaré estar con ustedes otra vez a menos que aniquilen de en medio de ustedes la cosa dedicada a la destrucción.’”—Jos. 7:10-12.
4. ¿Cómo se le halló y castigó?
4 Entonces Josué hizo que cada tribu pasara delante de él, y Dios le indicó que el hombre culpable se hallaba en la tribu de Judá. Entonces de entre esa tribu fué escogida la familia de los zareos. Cada hombre de esa familia pasó, y entonces llegó el turno de Acán. Cuando él estuvo delante de Josué, Dios indicó que ése era el hombre culpable. “Entonces Josué le dijo a Acán: ‘Hijo mío, da, por favor, gloria a Jehová el Dios de Israel y haz confesión a él, y dime, por favor: ¿Qué has hecho? No me lo encubras.’” (Jos. 7:19) Cuando Acán confesó su acto inicuo ciertos hombres fueron a su tienda de campaña y descubrieron el botín y lo trajeron a Josué. Entonces sacaron a Acán del campamento y lo mataron a pedradas. Así el deseo que lo llevó a pecar resultó en su muerte.
5. ¿Qué podemos aprender de la experiencia de Acán?
5 La experiencia de Acán ilustra claramente el poder del deseo incorrecto y lo que resulta de éste. Muestra que aunque el realizar un deseo incorrecto se haga en secreto no pasa inadvertido. Jehová Dios, el Soberano Universal, lo ve. Pero los hombres inicuos como Acán no reconocen este hecho. “Dice en su corazón: Dios ha olvidado; esconde su rostro; jamás lo verá.” (Sal. 10:11, Mod) Pero Jehová sí lo ve, y él no olvidará. Por eso una persona tiene que tener mucho cuidado en cuanto a los deseos que cultiva, asegurándose de que no sean malos.
6. ¿Qué debe recordarse?
6 Debe recordar lo que Santiago, un escritor de la Biblia, dijo acerca de los deseos incorrectos y de lo que resulta de ellos. “Pero cada uno es probado por medio de ser atraído e inducido por su propio deseo. Luego el deseo, cuando se ha hecho fértil, da a luz el pecado; en seguida, el pecado, cuando se ha realizado, produce la muerte.” (Sant. 1:14, 15) Y así sucedió con Acán. Su deseo de una barra de oro, algo de plata y una prenda de vestir resultó en que él pecara, y el pecado resultó en la muerte. Por lo tanto cuando usted sienta que la atracción magnética del deseo lo está arrastrando hacia algo que bíblicamente es incorrecto, recuerde lo que la Biblia dice en cuanto al deseo. Recuerde lo que le sucedió a Acán. Entonces use usted su fuerza de voluntad para resistir la atracción. Si usted no ofrece fuerte resistencia el deseo se hará constantemente más y más fuerte hasta lograr la fertilidad y hacer que usted peque. Eso a su vez lo hará merecedor del juicio de destrucción de parte de Dios.
MUCHOS HAN SUCUMBIDO A LOS DESEOS INCORRECTOS
7. ¿Qué error han cometido algunas personas?
7 A través de los años pasados ha habido cristianos dedicados que pensaron que podían jugar con un deseo incorrecto sin perjudicarse. No se dieron cuenta del poder del deseo. Por eso cuando fueron atraídos por él, no lo despidieron de la mente. Más bien acariciaron el deseo. Pensaron en él. Mientras más pensaron en él, más débil se hizo su resistencia hasta que el deseo se sobrepuso a ellos, y dejaron que se hiciera fértil. Por tal acción incorrecta se hicieron inmundos a la vista de Dios y ya no fueron dignos de permanecer en su organización teocrática, así como Acán se hizo indigno de permanecer en ella. Por consiguiente Dios los expulsó. Ya no los aceptó como siervos suyos. A través de un período de tiempo sólo unos cuantos de éstos mostraron arrepentimiento sincero y por la bondad inmerecida de Dios se les perdonó su pecado. Entonces se les permitió volver a entrar en la organización teocrática. Pero este retorno al favor de Dios fué un camino muy, muy difícil. Habría sido mucho mejor para ellos que hubiesen resistido el deseo incorrecto desde el principio.
8. ¿Qué dijo Pedro concerniente a personas que realizaron deseos incorrectos sin mostrar arrepentimiento?
8 Los que no mostraron arrepentimiento sincero se enfrentan a la destrucción eterna. Son aquellos a quienes se refiere el apóstol Pedro cuando dice: “Además, muchos se desviarán del camino y seguirán sus actos de conducta relajada, y por causa de éstos se hablará abusivamente del camino de la verdad. También con codicia ellos los explotarán a ustedes con palabras fingidas. Pero en cuanto a éstos, el juicio de tiempos antiguos no se está moviendo lentamente, y la destrucción de ellos no dormita.” (2 Ped. 2:2, 3) Por lo tanto, no ha de jugarse mentalmente con los deseos incorrectos, sino más bien deben ser echados por completo de la mente. No permita usted que se arraiguen.
9. ¿Qué error cometió Eva?
9 La Biblia registra muchos ejemplos de personas, como Acán, que no apreciaron este hecho. En cada caso los resultados fueron los mismos—el deseo incorrecto resultó en el pecado y el pecado en la muerte. Esto es lo que le pasó a la primera mujer, Eva. Cuando se le dijo que al comer del fruto prohibido en el jardín del Edén se haría sabia y, a semejanza de Dios, podría juzgar por sí misma lo que era bueno y lo que era malo, ella comenzó a desear el fruto. Mientras más pensaba en ello, más deseable llegaba a ser a sus ojos y más lo quería. “En consecuencia la mujer vió que el fruto del árbol era bueno para alimento y que era una delicia a los ojos, sí, el árbol era deseable para contemplarlo. De modo que ella comenzó a tomar de su fruto y comerlo.” (Gén. 3:6) Así su deseo incorrecto se hizo fértil en el pecado. Ella cometió el error de acariciarlo en vez de echarlo de la mente desde el mismo principio. Al debido tiempo este pecado produjo su muerte eterna.
10. ¿Cuál fue el deseo incorrecto que Adán acarició?
10 En el caso de Adán fué su deseo de agradar a Eva en vez de obedecer a Jehová lo que lo atrajo al pecado. Cuando él volvió de la otra parte del jardín donde estaba y vió lo que Eva había hecho, él no la corrigió ni rehusó participar en el pecado que ella había cometido. En vez de eso él aceptó el fruto de sus manos y se unió a ella en el acto de desobedecer voluntariosamente a Dios. El deseo que tenía él de complacerla resultó en que él se rebelara en contra de Dios. “Y a Adán dijo [Jehová]: ‘Porque escuchaste la voz de tu esposa y te pusiste a comer del árbol concerniente al cual te di este mandato: “No debes comer de él,” maldita está la tierra por causa tuya.’” Dado que se le había advertido a Adán con anticipación que si comía de ese fruto moriría, su desobediencia quiso decir que él regresaría al polvo sin vida del cual él había sido hecho. “Porque polvo eres y a polvo volverás.” (Gén. 3:17-19) Así que el deseo incorrecto de Adán resultó en el pecado y su pecado en la muerte.
11. ¿Por qué podemos saber con certeza que una persona no puede acariciar un deseo incorrecto sin causarse daño a sí misma?
11 Dado que el deseo incorrecto tuvo el poder de atraer a un hombre y una mujer perfectos al pecado y a su muerte, ¿quién podría ser tan imprudente como para decir que un humano imperfecto podría acariciar un deseo incorrecto en su mente sin que con el tiempo resultara en que lo realizara? Sin duda fué debido a este hecho que Jesús dijo: “Pero yo les digo que todo el que sigue mirando a una mujer a fin de tener una pasión por ella ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.” (Mat. 5:28) Podría decirse que dicha persona ha cometido adulterio en su corazón, porque si tuviera la oportunidad de hacerlo su deseo incorrecto le haría cometer adulterio en verdad. O si se tratara de una persona soltera le haría cometer fornicación.
12. ¿Cómo llegó a pecar David, y qué nos enseña su experiencia?
12 Este principio resultó cierto en el caso del rey David, quien, mientras se paseaba por la azotea de su palacio, vió a Betsabé bañándose. La observó con deseo apasionado. Este deseo lo venció y él buscó la manera de realizarlo y lo hizo, aunque Betsabé era esposa de otro hombre. Hizo arreglos para que el esposo de ella fuera puesto en las líneas de batalla delanteras, para que muriera con toda seguridad. Luego, después que el hombre fué muerto, David continuó el proceder a que lo llevaba su deseo incorrecto al tomar a Betsabé como esposa suya. Así el deseo que él permitió que creciera en él mientras veía a Betsabé resultó en que él pecara a la vista de Dios. Si no hubiese sido por su espíritu de arrepentimiento sincero cuando el profeta Natán le señaló su pecado, este pecado le habría costado la vida a David. Por lo tanto hay que discernir el deseo incorrecto al principio y hacer todo esfuerzo para despedirlo de la mente.
13. (a) ¿Cómo sabemos que los ángeles están expuestos al poder del deseo incorrecto? (b) ¿Cuál fué el deseo del primer ángel que pecó?
13 Se puede apreciar mejor lo vitalmente necesario que es esto cuando recordamos que aun los ángeles han sucumbido al poder del deseo incorrecto. Estas poderosas criaturas espirituales no están libres de la influencia de ese poder, aunque son muy superiores al hombre. Muchas de ellas han llegado a ser víctimas del deseo incorrecto. El primero que cayó fué subyugado por el orgullo y el deseo de ser semejante al Soberano Universal, Jehová. Él vió su oportunidad de realizar su deseo por medio del primer hombre y la primera mujer. Él sabía que con el tiempo ellos llenarían la tierra con su género. Por consiguiente él se imaginó a sí mismo gobernando sobre una tierra llena de humanos, todos los cuales estarían adorándole y sirviéndole a él. Probablemente su ambición no se detuvo allí. Luego se vió gobernando sobre el entero universo, ocupando precisamente el puesto que Jehová Dios mismo ocupa. Esta ambición audaz llegó a ser su deseo consumidor. Dado que lo retuvo, creció y resultó en que él se rebelara en contra de Dios. A causa de que este espíritu rebelde escogió un derrotero de calumnia y oposición a Jehová se le llama Satanás el Diablo.
14, 15. (a) Explique cómo llegaron a pecar los ángeles en el día de Noé. (b) ¿Qué les acarreará a ellos su pecado?
14 Más tarde, en los días de Noé, otros ángeles pecaron. Estos también cometieron el error de mentalmente espaciarse en un deseo incorrecto hasta que éste los venció. Vieron el placer que los humanos derivaban de la unión sexual y ellos lo quisieron para sí mismos, aunque los ángeles fueron creados sin sexo. Alimentando el deseo en su mente, cultivaron un apetito sexual que crecía a medida que continuaban mirando con deseo apasionado a las hijas de los hombres. Sabían que era incorrecto el que ellos acariciaran dichos pensamientos, pero lo hacían de todas maneras. También sabían que el lugar de ellos estaba en los cielos y que deberían estar satisfechos con el puesto que Dios les había dado allí en vez de desear mezclarse con el género humano. Ellos eran cierta clase de vida y el género humano era otra. Dado que era en contra de la ley de Dios el que hubiese una entremezcladura de una clase con la otra, ellos deberían haber despedido de la mente la idea de disfrutar de los placeres sexuales del género humano. Deberían de haberse deshecho de la idea antes de que se arraigara como un deseo y antes de que comenzara a crecer hasta que los consumiera. Esto es lo que deberían haber hecho, pero no es lo que hicieron.
15 Para satisfacer su concupiscencia estos ángeles desobedientemente dejaron sus puestos celestiales y materializaron cuerpos carnales y se casaron con las hijas de los hombres. Este pecado les acarreó el juicio adverso de Jehová, el cual él ejecutará a su debido tiempo. “Y a los ángeles que no guardaron su posición original sino que abandonaron su respectivo lugar de habitación los ha reservado con ataduras eternas bajo densas tinieblas para el juicio del gran día.” (Judas 6) Como sucedió con los humanos, sucedió con ellos—el deseo incorrecto los llevó al pecado y el haber pecado resultará en su destrucción. Por lo tanto si el deseo incorrecto tiene el poder de arrastrar aun a ángeles al pecado y a la destrucción, ¿cómo podrían los humanos imperfectos acariciarlo sin causarse perjuicio ellos mismos?
16. ¿Cuál fué el deseo incorrecto que destruyó a Judas, y qué verdad ilustra su experiencia?
16 Judas fué uno que demostró que no puede hacerse tal cosa. Él acarició el deseo de tener dinero. Él permitió que éste creciera hasta convertirlo en un ladrón y también en un traidor contra el Hijo de Dios. Lo que le sucedió a él ilustra bien la verdad de lo que está escrito en 1 Timoteo 6:9, 10: “Sin embargo, los que se resuelven a ser ricos caen en la tentación y en un lazo y en muchos deseos insensatos y dañinos que hunden a los hombres en destrucción y ruina. Porque el amor al dinero es raíz de toda suerte de cosas perjudiciales, y esforzándose para lograr este amor algunos han sido desviados de la fe y se han acribillado con muchos dolores.” Eso es justamente lo que le sucedió a Judas. Su amor al dinero lo desvió de la fe y lo hundió en la destrucción. Lo que le sucedió a él debe servir de advertencia a todos los cristianos dedicados que están cometiendo el error de cultivar el deseo de tener riquezas.
17. ¿Por qué debemos tener cuidado de mantener dominado el deseo de tener dinero?
17 Pero algunas personas que en otro tiempo fueron cristianos dedicados no sacaron provecho de lo que le pasó a él. Permitieron que el deseo de tener dinero se apoderase de ellas, e, igual que Judas, fueron desviadas de la fe. Permitieron que su amor a las riquezas las separara de la organización teocrática, y ahora están completamente absortas en tratar de satisfacer ese amor. Ya no les interesa el andar por el camino que conduce a la vida. Dado que esto les ha sucedido a algunos, ¿no les puede suceder a otros? ¿No puede sucederle a usted? Puede sucederle si no está usted alerta para resistir el deseo engañoso de tener riquezas. Usted no debe permitir que se apodere de usted. Por eso cuídese de las ofertas comerciales atractivas que impedirían su asociación regular con la sociedad del nuevo mundo y que exigirían tanto de su tiempo que usted no podría estudiar las Escrituras regularmente ni participar en el ministerio cristiano. El cristiano dedicado debe avanzar en dirección de dar más tiempo al estudio bíblico y al servicio de Dios, no menos.
AMOR A COSAS MATERIALES
18, 19. ¿Qué peligro representan para el cristiano las atracciones materiales del mundo, y por qué tiene que dominar sus deseos?
18 Puede que el cristiano no se considere entrampado por el amor al dinero, pero quizás esté entrampado por el amor a las cosas materiales. Ve el conjunto relumbrante de productos para el consumidor que fluye copiosamente de la industria moderna. Ve y oye los anuncios seductores que alimentan la llama del deseo de tener estas cosas. Piensa en cuánto le gustaría poseer este artículo y aquel otro. Tiene un automóvil que ha pagado completamente, pero ve un anuncio atractivo de uno de los automóviles más nuevos, por ejemplo, y se imagina cuán bonito se vería estacionado en frente de su casa. Pero dado que no tiene con qué comprarlo no ve ningún daño en soñar acerca de ello. Por eso sueña con ir manejando por la carretera detrás del volante de ese hermoso automóvil. Puede sentir la facilidad con que se maneja. Puede oír el suave zumbido de su motor y sentir su fuerza cuando pisa el acelerador. A medida que continúa soñando acerca de él de día en día, su deseo de tenerlo crece, y no pasa mucho tiempo antes de que se detenga frente a un aparador para verlo. Después de hablar con el vendedor se va a casa a calcular de qué manera puede comprarlo, aunque tenga que endeudarse para conseguirlo. Hasta considera el aceptar trabajo extra para ganar el dinero adicional a fin de pagar la deuda. Está dispuesto a gastar más de lo que sus recursos le permiten, a sacrificar tiempo precioso que podría dedicarse al estudio y al servicio de Dios, con el fin de satisfacer el deseo consumidor que ha cultivado por este nuevo automóvil. Por supuesto, en lo que toca a otra persona pudiera ser alguna otra cosa por la cual se cultive un deseo. En cualquier caso, la persona está buscando cosas materiales y para conseguirlas está sacrificando cosas espirituales. Si continúa en este derrotero de permitir que los deseos egoístas echen fuera de su vida el tiempo y la atención que debe a Dios, no pasará mucho tiempo antes que la fiebre del materialismo mate a esa persona espiritualmente, y eso, a su vez, resultará en que sea muerto físicamente, junto con los que aman a este mundo materialista.
19 No hay nada de malo en tener comodidades y lujos materiales si usted puede pagar por ellos y si usted puede mantenerlos en su lugar. Ellos deben servirle a usted, no esclavizarlo a usted. Por consiguiente, vigile sus deseos y domínelos para que ellos no lo dominen a usted. Si ahora usted es cristiano ellos pueden alejarlo de la espiritualidad si usted lo permite. Pueden arrastrarlo a las arenas movedizas del materialismo, y gradualmente se hundirá usted hasta perderse de vista y ya no se le verá en las filas de la sociedad del nuevo mundo. Así lo habrán alejado a usted de la senda angosta que conduce a la vida eterna. “Entren por la puerta angosta; porque ancha y espaciosa es la vía que conduce a la destrucción, y muchos son los que entran por ella; mientras que angosta es la puerta y estrecha la vía que conduce a la vida, y pocos son los que la hallan.” (Mat. 7:13, 14) Algunas personas entran en ese camino estrecho o angosto y quizás continúan en él por muchos años, pero entonces permiten que la atracción magnética de los deseos incorrectos las desvíen de ese sendero al camino ancho por el cual está andando este mundo materialista. Por eso el cristiano no puede permitirse el ser entrampado por el amor a las cosas materiales. Eso sería cultivar deseos incorrectos que sólo pueden llevarlo a un fin triste. Le sería tan desastroso como le fué a Judas el amor al dinero.
DOMINE LOS DESEOS SENSUALES
20, 21. (a) ¿Cómo no ha mantenido este mundo sus deseos sensuales dentro de los límites bíblicos, y cuál ha sido el resultado? (b) ¿Por qué el cristiano tiene que dominarse fuertemente?
20 Los deseos carnales pueden ser aun más difíciles de dominar que el desear con vehemencia las cosas materiales. Cuando son alimentados llegan a ser una llama consumidora que devora a la persona de tal manera que las leyes morales no significan nada para ella. La inmoralidad general de este viejo mundo es testimonio claro de eso. En vez de obedecer los mandatos bíblicos en contra de la inmoralidad el mundo los pasa por alto y permite que el deseo sexual se desenfrene. No tiene nada de malo el deseo sexual mismo, porque el Creador lo puso en el hombre; sin embargo, el mal se produce cuando se permite que este deseo se desgobierne y haga que una persona viole los límites legales establecidos por Dios. Por lo tanto, el cristiano no puede emprender el mal proceder que el mundo ha hecho suyo, sino que tiene que dominar sus deseos. Esto exige que ejerza fuerza de voluntad. Tiene que hacer un esfuerzo determinado para no permitir que su mente acaricie malos deseos sexuales, ya que sólo resultarán en que peque.
21 Dado que el mundo ha permitido que sus deseos violen los límites bíblicos, abunda en personas depravadas, sensuales. Concerniente a ellas la Biblia dice: “Por lo tanto de acuerdo con los deseos de sus corazones Dios los entregó a la impureza, para que sus cuerpos se deshonraran entre sí, aun a aquellos que cambiaron la verdad de Dios por la mentira y veneraron y rindieron servicio sagrado a la creación más bien que a Aquel que creó, que es bendito para siempre. Amén. Por eso es que Dios los entregó a apetitos sexuales vergonzosos, porque tanto sus hembras cambiaron el uso natural de sí mismas a uno que es contrario a la naturaleza, y también hasta los varones dejaron el uso natural de la hembra y se encendieron violentamente en su lascivia los unos por los otros, varones con varones, obrando lo que es obsceno y recibiendo en sí mismos la recompensa completa que merecían por su error.” (Rom. 1:24-27) Exactamente como estos textos lo dicen, el mundo está corrompido por adúlteros, fornicadores, prostitutas y homosexuales. Por lo tanto, dado que el cristiano se halla rodeado de esta influencia inicua, tiene que dominarse fuertemente para que no sea atraído por el deseo incorrecto a cometer los mismos actos abominables. Tiene que reconocer sus debilidades carnales y no pensar que puede seguir los deseos sensuales hasta el límite bíblico y detenerse allí. Aun si logra hacer eso por algún tiempo, finalmente será llevado a pasar ese límite y pecar. Esto sucederá imprescindiblemente, dado que los deseos lujuriosos que son alimentados se hacen continuamente más fuertes y logran dominar con mayor fuerza cada vez a la persona. Entonces ésta tiene mayor dificultad en despedirlos de la mente. Su mejor defensa es resistirlos desde el principio.
22. ¿Por qué podemos estar seguros de que a este mundo le aguarda la destrucción?
22 Este mundo moderno es semejante al mundo del día de Noé. Aquellas personas no hicieron caso de los límites piadosos establecidos a los deseos humanos. No los dominaron, sino que los complacieron y así cultivaron sus impulsos lujuriosos. Estos deseos malos los llevaron a pecar y eso resultó en la destrucción de ellos a manos de Dios. “No se contuvo de castigar a un mundo antiguo, pero mantuvo a Noé, predicador de justicia, en seguridad con siete otros cuando trajo un diluvio sobre un mundo de gente impía; y condenó a las ciudades de Sodoma y Gomorra reduciéndolas a cenizas, estableciendo un modelo para las personas impías de cosas que habían de venir.” (2 Ped. 2:5, 6) El fin que le vino a la gente depravada del día de Noé así como a la gente que se hallaba en las ciudades de Sodoma y Gomorra fué un modelo de lo que ha de sobrevenirle a este presente mundo por seguir el mismo derrotero de complacer los deseos incorrectos.
23. ¿Por qué se encuentra el cristiano en una posición peligrosa, y qué tiene que hacer?
23 Dado que este viejo mundo se halla frente al juicio adverso de Dios, el cristiano se encuentra en una posición muy peligrosa. Los deseos sensuales del mundo, así como su amor al dinero y su esfuerzo codicioso por poseer cosas materiales, se le presentan por todos lados. Constantemente está expuesto a sus atracciones, sus tentaciones y su manera incorrecta de pensar. Por estar rodeado continuamente por dicha influencia mala se le dificulta mucho andar en el camino angosto que conduce a la vida. No podrá permanecer en él si permite que su mente se espacíe en estas cosas y así edifica el deseo de tenerlas. Si no reconoce el poder del deseo incorrecto y no hace todo esfuerzo por resistirlo, inevitablemente será atrapado por la carnada que éste presenta y será llevado a pecar y a la muerte. Por lo tanto, que todo cristiano dedicado recuerde lo que el poder del deseo incorrecto le acarreó a Acán, lo que le acarreó a Judas, lo que le acarreó a la primera pareja humana y lo que les acarreó a los ángeles que pecaron. Reconozca cada uno ese poder y haga todo esfuerzo por resistirlo, porque el camino de éste es el camino que conduce al pecado y a la muerte eterna.
El inicuo adquiere para sí una ganancia engañosa; mas aquel que siembra la justicia tiene un premio seguro. Como la justicia conduce a la vida, así el que va en pos del mal lo hace para su propia muerte.—Pro. 11:18, 19, Mod.